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Número 261-262

Serie XXVII

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Germán Álvarez de Sotomayor y Castro

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IN MEMORIAM
GERMAN ALVAREZ DE SOTOMAYOR Y CASTRO
Los amigos de la Ciudad Católica, los que colaba.ramos unidos
en la tarea que expresa el verbo griego speiro ...:....,. decir, "sem­
brar"-, hemos sufrido, en poco más de un mes -con ·profundo
dolor, aunque sea confortados
por la fe y la esperanza cristianas-e­
dos pérdidas
irreparables aquí abajo, las de nuestro Presidente ho­
norario, Germán Alvarez de
Sotomayor y Castro, y del Director de
_la revista Verbo, José Antonio García de Cortázar y Sagarmínaga.
Ninguno de
los dos eran personas comunes; ambos sobrepasaban en
mucho lo corriente, como nuestro promotor y fundador Eugenio V e­
gas Latapie, que se les anticipó en su camino hacia Dios: ¡Tres gran­
des hombres! Cada cual con su propia personalidad y estilo.
De José Antonio G. de Cortázar nos habla Paco de .Gornis en
este mismo número de . Verbo. Otro compañero de ellos dos, como
oficial de la 4.• Bandera de la Legión,
me decía el mismo día del fu.
neral de José Antonio: "Era un inteleetual, no un guerrero, y, sin em­
bargo, cumplió
magníficamente su papel de alférez · de la -Legión,
dando ejemplo en todo".
¿Qué mayor elogio cabe?
De Germán Alvarez de Soromayor tenemos su retrato, trazado
sin pretenderlo por él mismo eh su libro Relatos apasionados de un
tiempo de guerra, del que tengo -entre roÍso .manos con emoción·· el
ejemplar que de su puño y
letra me dedicó con generosísimas pala­
b:r8$ que, bien lo sé, no merezco. Digo que ea él se aurorrettata ".sin
quererlo", porque, como narrador, huye de su propio protagonismo
y se coloca siempre en un segundo lugar. Son protagonistas: a veces,
su entrafiable amigo Geratdo Salvador y Merino; en otros episodios,
sus hermanos Manolo o Perico; en determinado momento, el coman­
dante Judel, y siempre, pero en especial en la primera parte y en los
seis últimos capítulos de la segunda; Laly Urcola, su mujer, fiel com'
pañera de toda su vida, la heroína de un relato, que constantemente
transpira el gran anior del narrador hacia ella.
Germán Alvarez de Sotomayor y Castro nació en La Coruña el
14 de septiembre de 1907.
Es decir, falleció a los 80 afias; y, en el
que los cumplió, herido
en sus pulmones por una dolorosísima y cruel
enfermedad, tuvo el ánimo de escribir este volumen de más de cua-
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trocientas páginas, en las que se descubre como un escritor que él
mismo se ignoraba, con un estilo lleno de vida, penetrante ~psico~
lógica y sociológicamente--, de una amenidad llena de luz y de colo­
rido. Y
es que Germán ni siquiera a los 80 años fue viejo; ni la edad
ni
su dolencia pudieron con ese vigor mental y moral que su libro
refleja y muestra el prólogo que lo encabeza, pero escribió después.
Mis .últimas visitas me han dejado un recuerdo imborrable de él
La barba corta, que se habfa dejado, y el jersey azul oscuro que lle­
vaba le daba un aspecto de veterano lobo de mar. Se ponía a menu­
do el tubo de oxígeno debajo de su nariz;
pero preguntaba, se inte­
resaba,
sea por la audiencia que el Santo Padre Juan Pablo nos con­
cedió a los de Speiro,
y, sobre todo, hablanclo de la edición de su
libro. ¡Ya no escribiría el segundo volumen! -así me anunció en
diciembr~, .¡no podía!. Pero lo-dijo.serena.mente, sin quejarse, con
naturalidad. Nunca · hablaba de . su dolencia.
Aunque nació en La Coruña, decía Germán, "soy de Sergude".
Era la . casa solariega de su abuela materna, donde por las fechas del
año en las que . él nació,. toda. la• familia permanecía, con su abuela
"vinculeira",
hasta recogido el malz, bien

.entrado
octubfe. El había
calado muy bien
.en la. vida campesina y veía la evidencia que, hará
medio siglo, explicaba mi .compañero Gregorio de Altube, de que el
paisaje e¡ fuente del derecho. Como estudioso que soy de la reper­
cusión del régimen sucesorio en la población rural y en su
asenta­
miento agrario, le escuché muchas veces sus reflexiones a.cerca de -los
nefastos efectos producidos en Galicia por la desamortización y la apli­
cación del Código civil de inspiración napoleónica. En el primer
capítulo de su
libro explica esto muy bien.
Enamorado de aquel mundo, en la parroquia de Xornes, del
ayuntamiento de Ponteceso, provincia de
La Coruña,. entre sus dieci­
s_éis y veinte años -tal cómo e:;plica-se dedicó a _recoger todo
cuanto era exclusivo de aquel mundo y de aquella gente de su tie­
rra,
tal como "voces y palabras en desuso o en boca de los más an­
cianos solamente,
cantigas, «regueifas», refranes, cuentos, retahílas
infantiles
para. ejercitar dicción y .1I).emoria en los pequeñ~, _nom­
bres de aperos de labranza, y de piezas del catro, del molino, etc.",
que puso en limpio
en un grueso cuaderno, ilustrado con dibujos,
que en Santiago entregó a
un. colaborador del Arquivo de Estudos
Galegos. Descubrió entonces que, sin saberlo, había hecho etnografía.
Aprobó
Santiago de Compostela,
y. el dibqjo de estatua en la Escuela de Ar­
quitectura
de Mlldrid, para . poder ingresar en ésta, donde terminó su
carrera.
Se casó eri Sergude -con qué colorido explica su boda con Laly
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INMEMORIAM
en el capítulo 2 de sus relatos-- y fueron a vivir a Madrid. Eran
los años de la· República. El y otros dos · amigos decidieron formar
la asociación
Nueva Política, ''asociación con el ideario político de
José
Ortega y Gasset", a quien fueron a ver y para ofrecerle su pre­
sidencia de honor, que aceptó, e indusó as~tió a su primera reunión.
Pero· .Jos acontecimientos, después del triunfo electoral del Frente
Popular, impulsaron a Germán a ingresar en Falange,
¡ruánta viveza
tienen
las páginas en las que explica la entrevista en la rual su amigo
José Luís Zaragoza -que moriría poco después asesinado en el
Madrid
rojo-y él, en la sede de la Revista de Occidente, explica­
ron su · decisión a Ortega y Gaset, que les escuchó con "un gésto
enormemente entristecido"! Fue jefe del distrito de Palado de la
Falange de Madrid.
En su casa se gravó el primer disco de Cara
al Sol, y una noche impidió que uno de sus falangistas, ya escaletas
arriba, pistola en
mano, se "cargara" al poeta Rafael Alberti que
habitaba en
un ático del mismo edificio.
El Alzamiento le pilló en Maclrid. · No consiguió entrar en el
Cuartel de la Montaña. La!y . y él tuvieron que huir de su piso, des­
pués de sufrir un registro, en el que
les salvó su olvidado carnet
-que un miliciano halló-de la fenecida, apenas nacida, Nueva
· . Política. Invito a los lectores de Verbo que· lean· el relato que hace
Germán de
las peripécias de su · suegra, La!y y él en el Madrid rojo,
su detención, por el 5.º Regimiento de Enrique .Castro Delgado
-que
afortunadamente ignoraQa. su :filiación·. falangista-, su estancia en el
Sanatorio Esquerdo de Cata¡,;,nchel, pasando por loco, su embarco
en
un buque inglés, gracias a esa fingida locura. ·
.
¡Por fin en La Coruña!; y a los pocos días de su llegada, el 13
de noviembre de 1936, La!y daría. a luz a· la primera hija de su ma­
trimonio, Marily. Esto retrasó
sus. deseos. de incorporarse enseguida al
ejército nacional Fue nombrado Jefe Provincial de Falange de
La
Coruña. No lo. sería mucho tiempo. Cierras incidencias les impulsa­
ron a
él y a· Gerardo Salvador y Merino, que era Jefe Local en La
Coruña, para
marchar· a Burgos y vÍSitaJ, primero, a Serrano Súñer
y, seguidamente, al Generalísimo Franco, a fin de pedirle que acce­
diera a relevarles del cargo y les permitiera ir al frente de combate.
El detallado relato de esta entrevista no tiene desperdicio.
Hizo el curso de alférez provisional de artillería en
la Academia
de Segovia y
se incorporó a. la 83 Divis.ión del Cuerpo de Ejército _de
Galicia, con la que llegaría al Mediterráneo por Vinaroz. Allí recibe
una orden del Ministerio de la Guerra, por la que
cesó en su destino
y para pasar "al servicio. de otros Ministerios", y un telegrama del
Ministerio de Organización Sindical requiriendo su presentación. Fue
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de~ignado Delegado Sindical de La Coruña y, sucesivamente, de Lé­
rida y de Castellón de la Plaoa.
Así, siendo teniente provisional "metido a sindicalista" --dice
él-, embarca de poliz6n en el Castillo de Olite para inrervenfr en
el proyectado desembaco en Cartagena con el grupo de Baterías del
Comandante
Judei. Saltó del barco, herido por la explosión de un
cañonazo,
con el antebrazo y la pierna izquierdos rotos, desangrán­
dose; y, así, viendo hundirse al Castillo de Olite, llegó nadando hasta'
la playa, donde fue hecho prisionero. Su relato es impresionante.
Aquí
solo extractaré. sus párrafos más íntimos.
En un momento se había sentido sin fuerzas y, entonces, expli­
ca: "Yo no quería morir, naturalmente, pero si_ iba a morir, si tenía
que morir, no quería· morir_. comC? un_ cerdo. Tenía gue morir como
un hombre. Pero no _sabía, así de pronto, _'cómo tendría que hacer.
Recordé inmediatamente. Solo Dios era dueño de rni vida y de rni
muerte. Yo solo había aceptado. vivir, y ahora no aceptaba morir.
Tenía que aceptar
esto último. Pero, ¡yo, aquí, tan solo!. .. Pensé,
entonces en El; y desde rni miseria absoluta hice algo así como ten­
derle una
mano.
"Ifa<:ía, _para mi desgracia, varios anos que yo, aunque lo ocul­
tara para no herir a mi,¡ seres más próximos, había abandonado
casi_ toda práctica religiosa. Pero en ese momefito de dramática· lu­
cidez recé, c,omo si acabara de inventármelo, un "Padre Dll;e~tro".
Repentinamente me sentí acompa_ñado, sentí Su Presencia ... " .
.. Al séntir __ aquellá PresenC:ia sentí asimismo una gran sereni­
dad. Aunque yo, .como humano, no podría nunca perforar el mis­
terio que me rodeaba, estaba · al fin· seguro de que todo tenía su
raz6n de ser y que lo qué había . sido cteado era real, y que todo,
~to las personas_ como las ·cosas, y el -amor que en ·ellas pusimos
formaban parte también del Amor de Dios, que era el Bien y la
Verdad,' ante
el que todos, tras de nuestro paso por la vida, nos
volveríamos a _enC:ontrai:. ';['odo esto, que se tarda varios minutos_ en
escribirlo, pasó por rni mente como un relámpago de luz. Instan­
táneamente confié en Dios y ante El acepté mi muerte si me lle­
gaba, y le pedí fuerza pará defender rni vida hasta el último mo-
. mento;. sin claudicación dé mi· voluntad y sin miedo, como un cris-
tiano.
.
"Así
fue como me dispuse a seguir nadando, sin detenerme,
. hasta llegar al islote o morir. Fue angustioso, · porque yo seguía casi
inconsciente, impulsándome con mi pierna y ·brazo bri.enos y arras-
trando el brazo y la pierna heridos ... ". .
Acabó. la guerra. Murcia, en cuya Universidad, en el hospital
que en ella se instaló, estaba Germán priSionero y hospitalizado,
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IN MEMORIAM
fue liberada. De allí le trasladaron al de Valencia y al de Oza, en
La Coruña, donde tuvo qce vencer una gangrena pulmonar ...
Pronto sería designado Delegado Nacional de la Obra sindical
del Hog04'. De ella fue el creador, así como también quien la hizo rea,
lidad. Después, sería Secretario Nacional de Sindicatos, cuando su
amigo Gerardo Salvador y Merino
fue nonibrado Delegado Nacio­
nal De ese período debía ocuparse el proyectado segundo volumen
de sus memorias.
En él pensaba aclarar algunos . hechos. Dios no
· le dio la vida suficiente para hacerlo. ¡Lástima!; Gerardo y Germán
habían sido presentados como los hombres de
Alemania para Es,
paña .. ¡No fue así! Más de una vez me ·había explicado el viaje de
ambos
a ella . y la firme . posición de. los dos -,muy a tono con su
carácter .entero, gallardo y noble-, celosos de la plena independen­
cia de opción de nuestra
patria.
Al, cesar, uno y , qtro, en sus respectivos cargos, abandon~on
para siempre la política. .. Germán se dedicó por entero a su prof"'
sión de : arquitecto.
En
· nuestros primeros ti•pos, Darlo ValcáJ:cel -'-que desde
niño conocía a Germán-le presentó a Eugenio Vegas. A él, y a
todos, ... nos· causó _inmediatam~te una gran impresión_;-y, ensegui­
da, se' integró plena y entusiastatnente a la labor que como amigos
de la
Oudád Católica. habíamos emprendido. ·
Cuando
Speiro, sociedad limitada, fue transformada en Speiro,
sociedad
anónima, y ampliado su capital social, en escritura auto,
rizadjl 'el
9 de abril de 1963 por él que fue mi compañero notario,
Anrohio Alvaréz Robles, ingresó Gepnán · como socio. Y, cuando
Luis t::h.ico de Guzmán; conde de Vigo -'-que también se nos fue
hacia
· ,Dios hace poco menos de dos años-no pudo continuar
como·
Presidente del· Consejo -dado que le absorbían su actividad
en las Conferencias de San Vicente de. Paúl. y en la Cruz Roja Es­
pañola, 'de las que fue :t>residente nacional~, le pedimos ª· Get,
~n qu~ aceptara e~te. cargo'. Lo _dese~peñ6 generosamente ~asta
cumplirse los veinticinco años ·de Verbo· y celebrar la XXV Reunión ·
de , amigos de la Ciudad Católica. Hacia años que, por razones d~
salud, venía pidiendo el relevo. Le habíamos rogado que aguardase
hasta cumpirse este veinticinco aniversario. Entonces, ·por unani­
midad,
fiie nombrado Presidente de honor.
La colaboración de Germán ha · sido inestimable. Presidió mu­
chas Reuniones. de amigos de la Ciudad .Católica y, varias veces,
nuestras·_ representaci"ones ~n · los Congresos de Lausanne.
· ~ ·sus presidencias a nuestras Reuniones queda en Verbo el
tstimoni.o de sus palabras iniciales pronunciadas en las si~ientes: ·
· -lL: En la XI, ·celebrada en Madrid, ·Residencia del Pilar,-105 días
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8, 9 y 1 O de diciembre de. 1972,. con. el tema "Co¡¡templación y
Acción" (Verbo, núm. 111-112, págs. 13-20).
-En la XV, en Majadahonda, Reside!lcia San Cristóbal, el 30
y
31 de octubre y 1 de noviembre de 1976 -en que se trató de
"Qué nos enseña la historia_"-, efectuó una exposición panorámica
de nuestras anteriores Reuniones, con datos que serán preciosos para
recordar nuestra historia (Verbo, núm. 151-152, págs. 12-28).
-Y en la XXV, en la Residencia_Matef" Stdvatoris, en la cum­
bre del Tibidabo, los días 1, 2 y 3 de. noviembre de 1985 -con el
tema "La verdadera liberación", y ea la que conmemoramos con la
SocietJ degli Amici di Michele Federico Sciacca, el X aniversario
de la muerte de este queridísimo amigo· y :maestro-, rememoran­
do nuestra II Reµnión, celebrada también en el Tibidabo, el 5 y
6 de mayo de 1962, evocaría: "no puedo menos que recordar,
ea
ella, juntas, a Eugenio Ve~ y· a Manuel de Arquer, que sin duda
pensará en
nosouos desde su domicilio, donde con inás de 90 años,
sus achaques le retienen [Dios se lo llevaría unos meses después}.
Con ellos estuvieron nuestros amigos "franceses ... ". También recor­
dó emocionado al pr6fesot Sciacca, trazando su Semblanza ·-(V e1"bo,
núm. 241-242, págs. 39-42). ·
Al · siguiente año, en el último número de
la serie XXV de
Verbo, esbozó la historia de "Nuestras XXV primeras Reuniones
de amigos de la Ciudad Católica"
(Verbo, núm. 249-250, páginas
1.135-1.141).
Su primera ponencia la desarrolló en nuestra V Reunión en el
Monasterio de Santa María, de 'El Paular, el 30 de octubre de 1966,
como
Íll,troducción a la temática ."Puntas básicos para la acción de
los seglares" (hay edición separada), explicando lo que es "Comu­
nidad. y espíritu comunitario" (Verbo, núm. 53-54, págs. 187-202).
En la siguiente VI Reunión, ea Madrid, Colegio de
San Agus­
rín, tuvo a su cargo el foro "La revitalización del municipio" (Ver­
bo, núm. 64, págs. 280-301).
Al año siguiente, en la
VII, en .La. B(llmesüma de ~ona, los
días
1, 2 y 3 de noviembre de 1968 -y tema principal "Los mi­
tos actuales-, desarrolló el foro "El urbanismo: su presente y su
futuro" (Verbo, núm. 78-79, págs. 827-857).
Este tema urbanístico, qi.re . obsetvaba Con su competencia pro­
fesional, volvería a tratarlo dos veces más.
-En "La propiedad y los planes urbanísticos", de desarrolló
como foro en nuestra XIII Reunión, en la. Residencia del Pilar,
los
días 1, 2 y 3 de. noviembre de 1974 (Verbo; núm. 135-136, páginas
705-712).
-Y, en otro foro, "Propiedad y urbanismo", en la XVIII Reu-
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mon, acerca del tema "Propiedad, vida humana y libertad", en el
Seminario Mayor
Diocesano de Valladolid, los días 12, 13 y 14 de
octubre de 1979
(Verbo, núm. 187, págs. 897-911).
Asimismo,
desarrolló otro foro acerca. de un tema que, en aq~ellOS
momentos, tenía una gran actualidad, "La subversión en los Colegios
profesionales", en la XII Reunión; en Porta de Mar (Tarragona),
los
días 7, 8 y 9 de diciembre de 1974 (Verbo, núm. 124-125, pá­
ginas 463-478).
Sus alocuciones no publicadas son mucho más numerosas y, ·jun­
to con ellas, no podemos olvidar sús intCrvenciones en nuestras
reuniones .semanales de los martes y de -los jueves. Puedo afirmar
que, sin duda alguna, Germán ha sido quien -más. át;timos nos ha
infundido. ¡Sentiremos muchísimo su falta! Aunque, desde-arriba,
él nos seguirá ayudando y alentando.
Murió, como era, un -buen catól:ico, en la paz de Cristo, el día
23 de enero de 1988. ¡Descanse en paz!. Y ácepten su. viuda, hijas
y nietos --,-que le alentaban y ayudaban a que escribiera sus me­
moriaS'--, nuestra unión en su dolor, en el cual de todo corazón
les acompañamos
..
JUAN V ALLET DE GoYTISOLO.
JOSE ANTONIO GAIWIA DE CORTAZAR
Y SAGARMINAGA
JosÉ ANTONIO GARCÍA DE CoRTÁZAR Y SAGARMÍNAGA, que
figura como director de la revista Verbo desde que la ley obligó
a
fa designación de un titular, ha fallecido, dejándonos el aro­
ma de
su alegría espiritual, su serenidad, su gran .cultura cris0
tiana y su testimonio como católico ejemplar.
En mi ptimer encuentro con CORTÁZAR recibí de sus labios
la salutación de
un cristiano en unos momentos para mí inol­
vidables.
Me dirigía a las posiciones que ocupaba· en la Batalla
del
Ebro la 16 Compañía de la Legión, a ]a que acababa de ser
destinado,
y en medio de un torrente de ·fuego me deruve en
un recodo para encomendarme a Dios. Se ffie acerca un te­
niente provisional con gruesas gafas, de aspecto abierto y jovial:
«¿Vienes destinado a la 16 Compañía?
-Sí. -¿Qué haces
aquí parado? ... ¿Estás rezando?-Sí. -Entorices; vamos, en
nuestra Compañía rezamos todos juntos». Esta fue su presen­
tación y éste
el testimonio de toda su vida: jovialidad y ejem­
plaridad cristiana.
Ni una sola mácula en su conducta, ni un
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