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Número 389-390

Serie XXXIX

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Julio Ponce Alberca y Diego Lagares García: Honor de oficiales. Los tribunales de honor en el ejército de la España contemporánea (siglos XIX y XX)

INFORMACIÓN BIBLIOGRÁFICA
mi buen amigo y también canomgo, Francisco Fernández Se­
rrano, escribiera en 1952, da extensa cuenta de la vida y activi­
dades del chantre antequerano, sin duda lo
más interesante para
la historia contemporfulea.
FRANCISCO JOSÉ l'ERNÁNDEZ DE LA CIGO!l"A
Julio Ponce Alberca y Diego Lagares García:
"HONOR DE OFICIALES". LOS TRIBUNALES
DE HONOR EN EL EJÉRCITO DE LA ESPAÑA
CONTEMPORÁNEA (siglos XIX y xx) ('>
Pocos días después de comprar esta obra, aparecieron en
televisión y prensa, las declaraciones de ese Teniente Coronel
"gay", como él se define, o maricón,
en el lenguaje de la calle.
Por suerte, la noticia tardó poco
en dejar de tener relevancia;
pero asimismo nos llena de tristeza, porque indica que al no
haber respuesta oficial, la institución no se siente ofendida en su
honor,
por la permanencia de este señor entre sus filas.
En
un articulo de la revista Guión de noviembre de 1942, el
entonces capitán
don José Manuel Martinez Bande, al escribir un
articulo de moral militar (hoy, por desgracia, escasean sobrema­
nera
en las publicaciones militares), sobre el honor decía: "La
milicia es una colectividad que descansa en el honor. Conservarlo
debe ser el norte de los
que en ella se encuentran. Perdido el
honor, se pierde su razón de ser".
Si actuahnente ya no importa
conservarlo,
¿a qué se debe?, ¿se ha perdido el norte?, sólo Dios
lo sabe.
El concepto del honor se ha considerado tradicionalmente
como algo consustancial a
la condición de militar; por ello cuan­
do en épocas pasadas los ejércitos vieron que la debida conside­
ración a aquél iba desapareciendo
en la sociedad civil, creó como
autodefensa los Tribunales
de Honor analizados en este libro.
(*) Ediciones Carena, Barcelona, 253 págs.
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INFORMACIÓN BIBLIOGRÁFICA
El autor, dada su edad (treinta y seis años) no ha podido
conocer estos tribunales
en vigor en la administración pública;
aunque si hubiera sido militar,
habria tenido que estudiar su fun­
cionamiento
y contemplado el honor militar como algo consus0
tancial con el patriotismo; aunque dudo que hubiera podido par­
ticipar
en alguno.
Aunque intenta ser objetivo
en todo momento, hace la obser­
vación, de que la necesidad de dichos tribunales, era sentida
como algo necesario,
por los miembros de la milicia; contempla
aquéllos como algo trasnochado, de otras épocas,
y que si se
mantenían era
por el interés que ciertos regimenes tenían de
lograr la deseada cohesión
de las fuerzas armadas, como sopor­
te del sistema. Asimismo, expresa la idea de que el cambio sufri­
do
por la sociedad española a partir de los años sesenta, también
llegó a los miembros de los ejércitos; haciendo surgir
en el inte­
rior
de éste voces que cuestionaban la necesidad de dichos tri­
bunales. Aun asi expresa el
hecho de como aunque los Tribuna­
les de Honor desaparecieron de las corporaciones civiles
con la
Constitución de 1978, se mantuvieron
en la legislación militar
hasta la
Ley Procesal de 1989. Este hecho indica que las Fuerzas
Armadas han sido
una de las últimas instituciones que ha mante­
nido
el concepto de "ortodoxia pública" como algo necesario
para la buena salud propia.
El concepto de ortodoxia pública, es un tema tratado con
detenimiento
por varios pensadores tradicionales (Kendall, Wil­
helmsen), para quienes " ... la ciudad descansa sobre un entra­
mado de virtudes
y valores, comunitariamente aceptados y cor­
dialmente vividos".
En nuestra patria, ha sido Rafael Gambra,
quien ha dedicado algunas
de sus brillantes páginas a este tema;
en su obra Tradidón o mimetismo, le dedica un capitulo (II, 3) y
nos expresa cómo la Cristiandad necesita de una ortodoxia públi­
ca, como ésta se opone a la idea de Constitución, en cuanto
implica una trascendencia.
Volviendo
al libro, éste desarrolla la historia, legislación, evo­
lución, tratadistica del tema desde la guerra de la Independencia
hasta su desaparición. Destaca
en sus páginas iniciales la simili­
tud entre
el honor de la milicia y el honor en el Antiguo Régi-
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INFORMACIÓN BIBLIOGRÁFICA
men. Continúa dedicandose a relacionar el duelo con los motivos
que originaron
la creación de los tribunales como medio de evitar
aquéllos. Son de especial interés los capítulos dedicados a la época
de
la Restauración y las diferentes vicisitudes de los ejércitos
("Desastre de
1898", "Ley de Jurisdicciones", "Juntas de Defensa",
"Africanistas"). Destacada relevancia tienen las
páginas dedicadas a
la obra de los oficiales de la Armada, Juan Bias Domínguez y José
Manuel Gutiérrez de la Cámara, titulada
El Honor y sus Tribunales
en los
]Jjércitos de Tierra, Mar y Aire, como principal tratado justi­
ficante de los anteriores, fruto del renacimiento espiritual iniciado
con la Cruzada de
1936. Al final presenta unos interesantes apén­
dices con la reseña de toda la legislación sobre el
tema desde 1867,
dedicando dos a desarrollar especialmente los articulas especiales
de los Códigos de Justicia Militar de
1890 y 1945.
En fin, un libro que contribuye, desde la reticencia del autor,
al conocimiento de uno de los elementos imprescindibles para el
mantenimiento de
una "ortodoxia pública".
A. J.
Federico Suárez: MANUEL AZAÑA
Y LA GUERRA DE 1936 ,.,
De nuevo en funciones de historiador, esta vez de sucesos
cercanos y vividos
por la generación de "los que hicimos la gue­
rra",
que es también la de Federico Suárez, nos entrega éste dos
ensayos; ensamblados
por su contemporaneidad en un solo volu­
men de la prestigiada Colección Vértice, de Rialp.
Sus temas
son apasionantes; pues todavía hoy las versiones
sobre Azaña y sobre la guerra de
1936-1939 que siguen siendo
tan distintas y contrarias como la función entre "nacionales" y
"rojos". Claro es
que no se ha llegado, como entonces se llegó a
(') Ediciones Rialp, S. A., Maruid, 2000, 277 págs.
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