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Número 403-404

Serie XLI

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La política educativa en España. Conflicto, crisis y futuro en la enseñanza (y IV)

LA POLÍTICA EDUCATIVA EN ESPAÑA.
CONFLICTO, CRISIS Y FUTURO EN
LA ENSEÑANZA (y IV)
POR
Jos~ FERMfN GARRALDA Aru:zcUN
INDICE, PARTE ¡, 1. La crisls en la '1da educativa; 2. El gran interrogante,
¿preocupa la educaci6n a nuestra sociedad?; 3. ¿Qué sentido tiene
la actual manipulación?. Dlagnóstico de la eosci!anza en Es pafia.­
PARTE II: 4. La politlca educativa en Espafia anterior a 1970; 5. Tres
recientes hitos educativos en España desde 1970.-P ARTE 111: 6. La
LO.G.S.E.: 6.1. Carácter de esta Ley Orgánica;· 6.2. Aspedos posJtiVos; 6.3. As­
pectos negativos.-PARTF. IV: 7. Perspectivas y problemas a resolver;
8. c.onclusiones y planes de acción.
PARTE IV
7. Perspectivas y problemas a resolver
En los puntos a exponer sobre la actual situación educativa
en España, se recogen reflexiones precedentes, situaciones nue­
vas, y se aportan algunos elementos de ensayo como
vfa de solu­
ción. En efecto,
una vez analizada la historia reciente de la edu­
cación, descrita la actual situación educativa
en los Centros, las
familias y la sociedad, y profundizado
en cuestiones pedagógicas
y didácticas desde
un punto de vista técnico, pedagógico y moral,
en este punto ampliaremos la perspectiva teórico-práctica con
una visión más amplia y plena propia del profesional de la peda­
gogía y la didáctica, y no sólo del investigador. Dicho de otra
manera, entramos
en un terreno comprometido con la realidad y
Verbo, núm. 403-404 (2002), 299-321. 299
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JOSÉ FERM[N GARRALDA ARIZCUN
el hombre, que ciertos pedagogos han abandonado al dedicarse
a sutiles disquisiciones teóricas o bien a la hlstoria
de la pedago­
gía
-por otra parte harto necesaria-traducida, en este caso,
como huida de pedagogos mediocres.
Después de asistir a numerosas Jornadas, reuniones y
Congresos, observo abundantes criticas a la Reforma educativa
del
PSOE por parte de quienes la apoyaron y de los que después
la
han mantenido. (Unas preguntas curiosas: ¿donde estaban ayer
los criticas de
hoy?, ¿es que todos participaban de la tecnocracia
aplicada a la educación
de los años 70?, ¿los moderados sólo
reaccionan ante los errores más visibles y siempre si son consta­
tados empíricamente?). En efecto, hoy se rechazan importantes
aspectos de la Reforma
por idealistas, y como tales propios de la
utopia de una izquierda ideológica. Asi, desde dicha crítica, el
Gobierno del PP, preocupado por la calidad de la enseñanza,
pretende superar la situación mediante
un control de calidad que
atienda la labor de los profesores, alumnos, Centros y dirección
de estos. No somos prolijos
al afirmar como perjudiciales a la
calidad educativa los males siguientes:
el desgobierno de aulas y
Centros, la desmotivación
de los alumnos, la fácil promoción de
curso, el fracaso escolar,
el descuido de la Formación Profesional,
la excesiva diversidad
en cada Centro con la consiguiente falta de
unidad educativa, la carencia de Ideario de Centro, la democra­
cia electiva del director de Centro, la desconexión entre padres y
escuela, el reducido peso de las familias
en la elección y funcio­
namiento del Consejo Escolar, etc.
Como
puede observarse a lo largo de este trabajo, nuestra
propuesta es diferente a la del Ministerio·
de Educación MECD y
del liberalismo. Aunque aceptamos diversas reformas planteadas
por el actual Ministerio, profundizaremos en la realidad que
muchos critican y añadimos Ios puntos señalados a continuación.
1." AlcANZAR LA. INDEPENDENCIA. RESPECTO A 1AS DIRECTRICES DE 1A UNESCO
La educación en España, como en muchos otros países, sigue
las directrices de la UNESCO, lo que afecta directamente al sec­
tor público y
-quizás en menor medida-al privado. La Revolu-
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L4 POLfl1CA EDUCATl1ii! EN &'PANA CONFllGTO. CRISIS Y F[![URO EN L4 ENSEÑANZA {M
ción ideológica y cultural llegó a España desde el exterior, esto
es, desde la Europa de los siglos
XIX y xx La Revolución educa­
tiva ha llegado al ámbito nacional
en la tres últimas décadas del
siglo
xx. Por eso, si los intentos anteriores en materia de educa­
ción fueron intentos fallidos
en general -la persecución abierta
a la educación católica supuso
una reacción social y de la Igle­
sia-, los actuales proyectos secularizadores han tenido un gran
éxito,
una vez que el europeísmo como ideología se ha extendi­
do en la sociedad. Consecuencia de ello ha sido la descristiani­
zación y secularización de la educación pública y
-en menor
grado-de la privada. Esta última se ha secularizado a imitación
de la enseñanza pública por varias razones. Entre ellas se
encuentran las presiones del Estado, el snobismo y los complejos
de ciertos católicos, la crisis en la Iglesia, y el mayor o
menor
chantaje económico del Estado. Fruto de la descristianización y
de la crisis global de la sociedad, hemos vuelto a la barbarie
muchas aulas,
no sólo en el ámbito de la educación sino también
de la convivencia.
A pesar
de ello, hay Centros educativos del sector privado
que han trabajado por evitar la crisis general, y por zafarse de las
tutelas ideológicas
en lo que tienen de estatalistas y socializantes,
laicistas y secularizadoras. Por supuesto, también hay educadores
de la enseñanza administrada
por el Estado que desean ofrecer a
las familias lo mejor para sus hijos y que,
por supuesto, se opo­
nen a ser agentes de lo que objetivamente no es buéno.
2. º Es ~o MODfflCAR EL SUSTRA'l'O DE CON11NUI1JAD EXISTENTE EN u ENSE­
IÜN7.A ENTRE 1970 Y 1990
La utopfa socialista o liberal de izquierdas en materia de edu­
cación se ha experimentado
en España como un fracaso en el
orden temporal más evidente. Ahora hay una reacción moderada
y reformista hacia
la Reforma del PSOE, pero limitada a algunos
errores pedagógicos más evidentes.
La derecha liberal no plantea
una verdadera reforma, sino tan sólo retoques secundarios aun­
que
es de justicia reconocer que son importantes. Por eso, no es
suficiente la política del Partido Popular de mejorar la calidad de
la enseñanza mediante los decretos de contenidos mínimos, la
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JOSÉ FERMfN GARRALDA ARJZCUN
Ley de Formación Profesional y las Cualificaciones ("El Magisterio
Español", 6-VI-2001), la reforma
de la LRU -que según Jaime
Montalvo, rector de la
UNED "era buena pero se ha quedado
anticuada, con mucho retraso"
(Ídem, 16-V-2001)-, y la Ley de
Calidad de la Enseñanza.
Tampoco
es suficiente alejar la "ley del embudo" del Gobier­
no socialista contra la enseñanza privada, que persiste en varias
autonomfas gobernadas
por el PSOE como en Asturias. Aunque
se logre el
concierto económico, es sabido que caso la enseñan­
za privada
no es gratuita, pues los padres deben pagan impor­
tantes cuotas a los Centros debido a la insuficiencia de dichos
conciertos
(ídem, 30-V-2001). Quizás sea mejor que la enseñan­
za
no fuese gratuita para as! dejar a salvo la personalidad jurídio­
politica de la enseñanza privada.
Lo más importante, lo necesa­
rio, es corregir la Ley de educación, e incluso la misma Constitu­
ción, y hacer posible una educación católica para una juventud
católica en la enseñanza pública y privada.
Como ya se ha explicado, la continuidad entre la Ley de Villar
Palas! de 1970, la
LODE de 1985 y la LOGSE de 1990 se basa
sobre todo
en el estatismo, la excesiva reglamentación, la secula­
rización o laicismo, y menos en la tecnocracia de ayer y en las
nuevas tecnologías de la información de hoy. En suma, se fun­
damenta
en el paulatino alejamiento teórico-práctico tanto del
realismo educativo como de una educación católica para la
juventud católica. En 1970 fue
por una partida de dinero; hoy es
por la ideología del europefsmo y el estatismo político, o bien por
la falta de ideas y de organización para modificar lo existente.
Precisemos.
La Ley de 1970 produjo un cambio sustancial
pero solapado
en las altas esferas del Estado. Fue una Ley esta­
tista
y tecnocrática, efectuada desde una estructura política
autoritaria,
en nombre del progreso y de la técnica. Se trataba de
una reforma al modo de ese despotismo ilustrado que tuvo su
continuador cimero
en el liberalismo de la Constitución de 1978
(Art. 27), y en las Leyes de los sucesivos Gobiernos que la desa­
rrollaron.
La LODE (1985) y después LOGSE (1990) son Leyes
estatistas
en nombre de la democracia y el igualitarismo. Son
Leyes aparentemente democráticas porque, la primera de ellas
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LA POÚI1CA EDUCATIVA EN ES'PAÑA. CONFL/CI'O, CRISIS Y FC!l'l/RO EN L4. ENSEÑANZA {IV)
abandona la estatificación por la autogestión del Centro (1985), y
la segunda deja a los Centros las aplicaciones de lo mucho
que
el Estado les exige (1990). Sin embargo, el Estado continúa
teniendo
el control, considera a los colegios "un servicio públi­
co", el Consejo Escolar del Estado tiene unas amplias facultades
consultivas, y la reglameutación oficial es extensa y detallista.
Es
la Ley propia de una "democracia liberal-socialista", hecha por
políticos e ideólogos. En 1931 también la izquierda realizó su
reforma educativa con demagogia. Para obviar esto,
uno de los
verdaderos retos y alternativas actuales
seria alcanzar unas mayo­
res cotas de
profesionalizadón en la administración pública y en
las editoriales de libros de texto.
Demos
un paso más. De la citada continuidad entre 1970 y
1990 es responsable el catolicismo-liberal, el liberalismo de dere­
chas, así como el liberalismo de izquierdas o socialismo. La situa­
ción práctica actual es de una escuela pública solapada o abier­
tamente secularizada. De ello
son responsables los Gobiernos y
Autonomías del Estado. Esta secularización se ha extendido a
no
pocas escuelas privadas, con la responsabilidad de cada uno de
los cuerpos intermedios afectados.
Ante esta situación,
soludonar los problemas nos remite siem­
pre a los principios.
Se deben buscar soluciones y no "ir tirando"
con unos problemas que cada vez se hacen mayores. Por eso,
tampoco
en nuestro tema sirve el malmtnortsmo como sistema,
que nada soluciona, conduce todo paulatinamente a peor, y para­
liza las tendencias católicas y sociales regeneradoras.
Sobrevolemos lo inmediato.
Desde ya hace siglos y debido
al racionalismo, un paulatino crecimiento del poder, esto es,
del Estado, ha conllevado, casi siempre de hecho y nunca en
vano, un aumento y avance de la secularización. Esta es la
cuestión neurálgica, el trasfondo de las cosas. El Estado y la
soberanía,
con el germen de secularización desde su origen,
pretendieron sustituir a Dios. Por eso, la actual
crisis del Estado
y la crisis de la soberanía reflejan que nada ni nadie pueden
sustraerse del imperio de Dios. Es preciso posibilitar una edu­
cación católica para
una Juventud católica en la enseñanza
pública y privada.
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JOSÉ FERMÍN GARRALDA ARIZCUN
3.0 UN Guio HACIA EL RF.ALISMO PEDAGóGJCO
La sociedad española ha podido acumular la suficiente expe­
riencia para identificar los problemas educativos y establecer
unos planes de acción. A ello
han coadyuvado tres hechos.
Primero, los años de desorientación mediante reformas y contra­
rreformas
en la educación producidas "desde arriba". Segundo, el
silencio
de los educadores e instituciones educativas ante un
Estado que se atribuye inadecuadamente la. competencia de ser
el principal motor y agente educador, y
que juega con la apa­
riencia de consultar a los docentes y obligar a estos a numerosas
reuniones
en sus respectivos Centros educativos. El tercer hecho
son las utopias de algunos pedagogos y didactas.
Se impone un giro hacia el realismo pedagógico y didáctico,
en favor del respeto a la concepción católica de los padres de
familia en la educación de sus hijos tanto en los centros públicos
como
en los privados. El realismo educativo debe potenciar la
sociedad educativa para disminuir la presencia de la Administra­
ción pública, debe abandonar maximalismos, utopias, y excesivas
reglamentaciones y burocracia, así como superar
una lamentable
falta de dirección y aquellos planteamientos
que exceden al
alumno y al profesor.
4.0 Es NECESARIO RECUPERAR Y POTENCIAR EL PRINCIPIO DE SUBSIDIARIEDAD.
La Ley de Villar Palasí de 1970 centralizaba la educación. Ayer
la
LODE -con la careta de la autogestión-- y hoy la LOGSE
----<:on su "orgarúcese Vd. mismo pero yo le digo cómo"-no
descentralizan la enseñanza. Lo que hacen es desconcentrar el
poder del Estado (Michel Creuzet), pues continúa existiendo
un
centro único de iniciativa, que es el Estado y la Comunidad
Autónoma delegada de él mediante el correspondiente Estatuto
de autononúa.
Si profundizamos más, en última instancia la edu­
cación depende de hecho
de la UNESCO y el proyecto de mun­
dialización. Hoy,
un buen Gobierno, que respetase la realidad de los
españoles, debería seguir
el principio de "más sociedad y menos
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LA POLfrICA EDUCAT/114 EN ESPANA. CONFLICTO, CRISIS Y Fl!I'URO EN LA ENSEÑANZA (TI?
Estado", reconocer eficazmente el principio de subsidlariedad de
las
familias y la propia Iglesia, ofertar el cheque escolar para la
libre elección del Centro educativo como medida de emergencia
ante la situación actual, o
-mejor-concertar gratuita y sufi­
dentemente
todos los Centros privados o de iniciativa social sin
otra exigenda que el recto cumplimiento de su libre deber edu­
cativo. Esta labor
de subsidiariedad respecto a las familias y la
Iglesia debería permitir a las familias optar
por una enseñanza
toda ella católica tanto en un Centro público como privado, seglar
o eclesiástico, y
no sólo por la ensefíanza de la asignatura de
religión. Lógicamente, la asignatura y profesores de religión y de
las disciplinas alternativas a esta
-que debieran de ser más serias
y profesionales a las actualmente propuestas----, debieran estar
en
un plan de igualdad a las restantes Áreas docentes.
Hoy,
un buen Gobierno debiera admitir el principio de sub­
sidiartedad
aplicado a los Centros, sean seglares o de la Iglesia,
es decir, reconocerles realmente
su autononúa o autarquía. Una
autarquía tal abarca el gobierno y administración del Centro,
los contenidos
y programación de la enseñanza, el método y
pedagogía utilizada, y la capacitación necesaria de los profeso­
res
en cada grado de saber. Que el Estado apoye económica­
mente a los Centros
es de justicia porque, de lo contrario, los
padres pagarían la ensefíanza dos veces: mediante impuestos y
directamente
al Centro. Este apoyo económico tan sólo otorga­
ría al Estado derecho de conocer, o controlar en general, la
recta inversión o utilización
de las cantidades pecuniarias trans­
feridas a los Centros.
Se da la paradoja en ciertas personas liberales y socialistas
que al
principio de subsidlartedad lo llaman, con crítico desdén,
principio libertarlo. Mientras tanto, ellos reglamentan la ensefían­
za con mil cerrojos
-la actual liberalización del Gobierno del PP
versa sobre cuestiones secundarias aunque interesantes-, e im­
ponen el tipo de libertad que propugnan. Cuando no se acepta
su
libertad, critican de anarquista, utópica e imposible cualquier
otra alternativa.
De ahí la importancia del siguiente principio
práctico: "más sociedad
y libertades y menos Estado y adminis­
tración pública".
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JOSÉ FERMÍN GARRALDA ARIZCUN
Ha sido preciso flexibilizar el baremo de los criterios de
admisión de alumnos a los Centros (proximidad de domicilio,
hermanos, renta anual, minusvalia y otros) como lo
ha hecho el
Real decreto 366/1997
(El Magisterio Español, 2-V-2001 pág. 8).
Con más razón,
debe ser prioritaria una enseñanza de Centro
acorde con el Ideario de los padres. Pero también es preciso
evi­
tar -en lo posible-a los alumnos la obligación de desplazarse
a Centros de concentración; así se potenciaña la identidad de los
jóvenes con el entorno de pertenencia,
no perderían horas dia­
rias de merecido solaz y vida familiar, y favorecerían su estancia
en familia durante el tiempo de la comida.
5. 0 EL PRINCIPIO DE SUBSIDIABIEDAD EXIGE HOY IA COOPEM.CIÓN ECONÓMICA DEL
FsrAl>O A IA ENSERAN'ZA. DH INICIATIVA SOCIAL O PRIVADA
Reconocemos que lo ideal sería la total independenda eco­
nómica de los Centros privados respecto del Estado. Esta inde­
pendencia
la apoyaría hoy la necesidad de soslayar la extendida
mentalidad de que
"el que paga compra". Pero esto no debe ser
así. En efecto, el Estado o Administración pública
debe respetar
el principio de subsidiariedad,
que se vulnera cuando el Estado
considera tener sobre los Centros privados concertados
más dere­
chos que si
no los concertase (salvo lógicamente el citado conoci­
miento o control general de la recta utilización del dinero conce­
dido a los Centros).
A pesar de este ideal, los hechos se imponen
por sí mismos.
También las circunstancias sociales han cambiado. En efecto, la
injustida soda! es patente cuando los padres católicos, sin medios
para acceder a la enseñanza privada concertada católica, deben
llevar a sus hijos a escuelas públicas secularizadas, sin ideario
católico, con grandes riesgos morales,
y no pocas veces con prác­
ticas anticatólicas.
Primero consideremos los hechos. La independencia econó­
mica es
hoy un hecho imposible y tiene resultados Jrl}ustos para
las familias. Una enseñanza privada sin apoyo alguno de la admi­
nistración es
un servicio carísimo y elitista. Esto es fácil de ima­
ginar hoy, cuando ni siquiera la enseñanza privada concertada es
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LA POLfrICA EDUCATM! EN ESPAÑA. CONPLIC'I'O. CRISIS Y FUTURO EN LA ENSEÑANZA (]V)
asequible a la economía de muchas familias. En efecto, por insu­
ficiencia de las aportaciones del Estado, los padres de los Centros
concertados deben aportar sus cuotas a estos
últimos, pagando
así la enseñanza dos veces: mediante impuestos y directamente
al Centro (E/ Magisterio Español, 30-V-2001). Por eso, es exigible
una importante disminución de impuestos (o bien el cheque esco­
lar)
a las familias que opten por la educación privada, concerta­
da o no,
pues la educación es un derecho fundamental, las fami­
lias pagan los Centros concertados, y el Estado se ahorra mucho
dinero con la enseñanza privada, toda vez que
un puesto esco­
lar
en la red privada es mucho más barato que en la red pública.
Sin subvención o concierto económico, multitud de Centros
de enseñanza de iniciativa social
cerrarían, o bien llegarían a lan­
guidecer, e incluso la
enseñanza privada se convertirla todavía
más en subsidiarla de la pública, en vez de ser al revés. Es decir,
la
inversión de la realidad sería todavía mayor que hoy, hasta ale­
jarse irremediablemente del ideal
de que toda la enseñanza del
país sea administrada
y dirigida por la sociedad (Gil de Sagredo).
No hay otra solución,
hoy día, que una subvención o concierto
económico pero
sin contrapartidas de ningún tipo: la adminis­
tración
no debe tener más facultades sobre los Centros que si no
los concertase, salvo la revisión general de cómo se invierten las
cantidades pecuniarias transferidas a los Cetros.
El cheque esco­
lar sería el último recurso de libertad familiar en una cultura
ferozmente individualista.
En segundo lugar, realicemos una observación importante
sobre las actuales circunstancias.
La enseñanza privada debiera
de ser autosuficiente y autofinanciarse
hoy si los precios de la
enseñanza privada fuesen mucho menos elevados, los impuestos
públicos
-directos e indirectos-no fuesen tan gravosos, y la red
pública fuese realmente subsidiarla de la privada. Una justifica­
ción más práctica añadiría
que el Estado no quisiera controlar
todos los aspectos de
la vida social, que los profesores de la red pri­
vada
no cobrasen por no ser seglares -de hecho hay centros de
religiosos cuyos precios
son asequibles para las familias porque
su personal docente no cobra, siendo asf que también ellos
debieran cobrar-, que no se aspirase a una enseñanza de cali-
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¡os11 FERM[N GARRALDA ARIZCUN
dad (profesores, medios, instalaciones .. .), y que el Estado no
declarase que la educación es un derecho fundamental. Pero las
cosas hoy son muy diferentes. En efecto,
no podemos aplicar a
una sociedad puesta al revés los criterios de una sociedad al
derecho o según Derecho, conforme a la cual la enseñanza pri­
vada debiera de autofinanciarse. De todas maneras, no es justo
que los padres de la enseñanza privada
paguen la educación, que
es
un derecho fundamental, dos veces: mediante impuestos y
directamente al Centro educativo.
Añadamos otro argumento:
si la declaración del derecho fun­
damental a la enseñanza
hoy conlleva de hecho el mayor o menor
control de la enseñanza privada
por el Estado -refutamos que
deba ser
así-, al menos se deberá exigir que la enseñanza pri­
vada sea absolutamente asequible para todas las
economías fami­
liares
en función de la libertad individual. Como de Mella: hay que exigir al Estado liberal que sea coherente y
no
boicotee sus propios planteamientos en cuanto estos benefician
al bien social.
Consecuencia de ello, y según los hechos, las nuevas condi­
ciones sociales, y la necesidad de que
la enseñanza pública sea
subsidiaria de la privada,
el Estado debe hoy sufragar casi total­
mente la enseñanza privada, mucho más de lo que hace
en la
práctica, incluidas las horas lectivas y salarios de los profesores
que deben ser
casi iguales al personal de la ádministración públi­
ca. Digo
casi como expresión de la independencia de los Centros
privados, además
que el mayor esfuerzo y riesgo del profesor de
la privada exigirla un mayor sueldo que el profesor de la pública.
6.º Un Gobierno que respete la reálidad de los españoles,
debe garantizar una educación íntegramente católica para la
juventud católica
en los centros privados, seculares o de la
Iglesia, asi como -y con más razón-en los centros de la admi­
nistración pública.
Esto último sin necesidad de lucha dialéctica
en los Consejo Escolares de Centro por parte de las familias,
lucha esta siempre desagradable y agotadora, resuelta
por mayo­
rías
aunque se pueda recurrir a la Inspección educativa cuando
se niega el
derecho originario de los padres a la educación de
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L4 POLÍITCA EDUCATIVA EN ESPAÑA. CONFUCTO. CRISIS Y FUTURO EN LA ENSENANZA (IV)
sus hijos conforme al R.O. de 1985 (R.O. 18-XII-1985 Art. 3, BOE
del 27-XII). Un aviso a los padres: como la educación tiene sus
exigencias propias,
no se debe traicionar o bien rebajar las exi­
gencias de la enseñanza católica para la juventud católica
en los
centros privados o públicos. Dicho de otra manera, el "respeto de
las opciones religiosas y morales de los padres respecto de la
educación de sus hijos" (R.D. citado)
no debe ser un respeto
negativo,
sino positivo e incluso transformado en cooperad6n e
integrad6n plena, de manera que la educación en los Centros
públicos
pueda ser verdaderamente católica. Alú está la clave,
que la propia Constitución
no ampara. Por eso exigimos una
reforma constitucional.
La educación católica para la juventud católica no consiste
sólo
en la asignatura de religión, sino que abarca a toda la edu­
cación: planes de estudio, profesores, orientación, ambiente etc.
Como nuevo argumento sociológico al respecto destaquemos la
siguiente idea. De hecho, la gran mayoria de los padres en
España solicitan la asignatura de religión para sus hijos. Si no
solicitan que toda la educación sea católica es -'-Sin duda-por­
que ignoran este deber-derecho, y porque el Estado
no lo per­
mite
en base al falso argumento de que, según la Constitución, el
Estado o administración pública carece de religión. De poder
solicitarlo, seguramente y por coherencia, los padres pedirian
una educación católica completa y no sólo la asignal1lra de reli­
gión. Luego, al parecer y como hecho sociológico, la educación
en los Centros públicos en España deberia de ser toda ella cató­
lica y
no sólo la impartida en los Centros privados.
Responder a la siguiente pregunta es importante:
¿por qué
enseñanza íntegramente católica en un Centro público en un
Estado aconfesional cuando se reconoce el derecho de los Centros
privados?Señalamos
varias razones. La primera hace referencia a
que en no pocas localidades no hay un colegio privado, católico
o no. A esto se añade la costumbre y arraigo entre los españoles
de elegir
un Centro público para sus hijos, y la calidad de muchos
de los Centros administrados por el poder civil. Además estos
últimos compiten ventajosamente
con los Centros privados, pues
también los Centros concertados exigen cuotas a sus alumnos, y
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JOSÉ FERMÍN GARRALDA ARIZCUN
los libros de texto y viajes escolares corren a cuenta de cada fami­
lia. Por último, hay que evitar la identificación entre Centros los
públicos y el laicismo, y
que se abra una brecha irremediable
entre estos últimos y los Centros privados.
Otra razón es
que el Estado y, sobre todo, el Estado confe­
sionalmente católico,
debe facilitar lo mejor a sus ciudadanos.
También los actuales poderes públicos,
que por imperativo cons­
titucional tienen "en cuenta las creencias religiosas de la sociedad
española" y la preeminencia de la religión católica (Constitución
Art. 16.3.), no pueden obrar de manera diferente.
A quienes sólo les preocupa tener
un colegio privado o de
iniciativa social al cual enviar a sus hijos, diremos que no es hon­
rado tomar de la Constitución de 1978 lo que subjetivamente con­
viene -"pague Vd. lo que quiera si tiene dinero"-, que vivimos
en comunidad, y que debemos pensar en los demás, especial­
mente en los menos favorecidos. Desde luego, creo que un buen
político -con verdadero "olfato" y proyección política-tendría
muy en cuenta lo que decimos. En España la derecha sociológi­
ca
tiene buen corazón, es honrada y hasta parece tener buenos
principios. Sin embargo, políticamente es nula -.salvo aquellos
que se
han acostumbrado a estar en la oposición--ya que sus
dirigentes se encuentran,
én general, distantes y hasta en postu­
ras contrarias a
la sociedad que les apoya por nulidad o ingenui­
dad política, por mal menor, porque "no hay otros" etc.
Tal como hoy están las cosas, debe preocupar más y con
inmediatez las auténticas libertades de los católicos
que los exce­
sos de libertad
de otros. La carencia de una ortodoxia pública
religiosa,
prohibida por la Constitución, ha conllevado la exis­
tencia de
otra ortodoxia en sentido inverso a la verdadera. Esta
última ha conllevado abusos,
y· ha negado el derecho irrenuncia­
ble de los padres católicos a educar católicamente a sus hijos
en
los Centros públicos.
En relación
con los no creyentes, y en palabras de Orts
Timoner (1999),
diremos que: "no es lícito privar a los hijos de
los
no creyentes de su acceso a bases éticas y rudimentos de cul­
tura religiosa sin los cuales les resultará difícil el respeto y la tole­
rancia de lo que no conocen".
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/A POL!rJCA EDUCATM! EN F.SPAÑA. CONFI.ICTO. CRISIS Y FIII'URO EN /A ENSI!NANZA {111)
7. º Hoy, un Gobierno que respete la realidad de los espa­
ñoles,
debería evitar la manipulación e imposición de la lengua
en cualquier autonomía española, la distorsión de la historia, y el
rechazo hacia lo que signifique
España y lo español. Con más
razón todavía, se debiera revisar los libros de enseñanza para
garantizar
que no contienen errores contra la fe de la juventud
católica, o bien errores contra los principios fundamentales del
derecho natural.
La inhibición del poder civil en esta materia de
educación no se adecua a la realidad de las cosas, ni por ello a
la enseñanza católica para la juventud católica.
8.
º Es típico del liberalismo un exceso de reglamentación,
aplicado a lo que no se debe y ausente en lo que se debe apli­
car. La intervención de la Administración debe ser mínima pero
sufldente, es decir, ni liberal ni socialista, sin plantear una regla­
mentación del
todo o nada. Basta que respete positivamente los
principios de subsidiariedad y de totalidad, y que
-hablamos en
términos político&- los poderes públicos se subordinen a la reli­
gión católica profesada, y quizás más querida que vivida
hoy por
los españoles.
En efecto, hoy asistimos a
una contradicción. Por una parte
se reglamenta mucho y al detalle lo menos decisivo
en la educa­
ción, y
por otra se pasa por alto la revisión extraordinaria de tex­
tos escolares
en los que se manipula la Historia y las actitudes
personales (como ocurre
en algunas autonomías e Jkastolas), o
bien se manipula la religión,
la transmisión de la vida, los verda­
deros derechos humanos, etc.
Si hoy se habla de la revisión de
textos históricos con un carácter extraordinario y no previo, esto
es, una
vez que se tiene noticia de abusos y excesos, ¿tan dificil
es plantear la revisión -incluso con carácter previo-en función
de los
asuntos esenciales y habitualmente desenfocados, posible­
mente insertos
en los textos a utilizar por la juventud católica?
Continuamos. Fruto de dicha
contradicdón, el Estado des­
confía hoy de la sociedad con el sutil pretexto de defender el
derecho del usuario. Así, ignora que nunca se podrán evitar
todos los males en la sociedad, y que ésta última, el colegio y los
padres
son los primeros y más interesados en hacer las cosas
311
Fundaci\363n Speiro

JOSÉ FERM!N GARRALDA ARIZCUN
bien hechas. Fruto de dichas contradicción y desconfianza, el
Estado abusa de la buena fe de los padres y alumnos, y vulnera
sus derechos primarios.
9.º Consecuencia de lo anterior} es preciso cambiar la
Constitución de 1978, porque nuestros males son sus males en
materia de educación en general. Los excesos de la LODE -ante
esta Ley hubo una fuerte reacción social católica-y la LOGSE
tienen su fundamento en la Constitución y no sólo en el progra­
ma político del
PSOE. No en vano son importantes los desenfo­
ques de la
LOGSE mantenidos por el posterior Gobierno liberal
del
PP.
¿Por qué debe modificarse la Constitución?
En
primer lugar, porque la Constitución no sólo permite las
citadas Leyes sino
que estas desarrollan aquella. Conviene recor­
dar que la democracia laica y secularizada de España es un lai­
cismo
-negativo en el caso del conservadurismo liberal y posi­
tivo
en caso del PSOE-y no una sana laicidad, fruto aquel del
rechazo de la confesionalidad católica del Estado. Pues bien,
dicha forma
de democracia se asienta sobre arenas movedizas.
Es más, por la misma naturaleza de las cosas y la idiosincrasia de
los españoles, esta situación desemboca, tarde o temprano,
en la
mayor o menor
confesionalidad del Jaidsmo en todos los órga­
nos de la administración pública del Estado, sin duda mayor con
el
PSOE que con la llamada derecha liberal. Pero siempre será
laicismo, es decir, mayor o menor oposición a los absolutos de­
rechos de Dios, confesados abierta y expresarnenté en las fami­
lias, la sociedad y las instituciones y poderes civiles, y oposición
beligerante contra los derechos de la juventud católica a
una
enseñanza católica tanto en las escuelas públicas como en las
privadas. En
segundo lugar, es preciso cambiar la Constitución porque,
con ella y con la Ley
en la mano, un Gobierno puede hacer la
vida imposible a los colegios privados o de iniciativa social (Art.
27.5, 27.8. y 27.9.). Lo manifiestan los hechos protagonizados por
los gobiernos nacional y autonómicos de izquierdas. Por eso,
recordemos a la izquierda ideológica que es preciso superar la
312
Fundaci\363n Speiro

!A POLÍI'ICA EDUCATMl EN E\'PA,\M. CONPIJCTO, CRISIS Y FUTURO EN !A ENSEÑANZA (IV)
falsa oposición entre privado-público, proteger la enseñanza de
la familia y los derechos del Centro frente a
la libertad de cáte­
dra entendida
en clave liberal ~identificada con la libertad de
opinión--, no contraponer la recta libertad de enseñanza con el
derecho de todos a la educación, y afirmar que la "libertad de
enseñanza" no se reduce a elegir entre enseñanza pública o pri­
vada -además inasequible esta al ciudadano medio-.
A quienes defienden el espíritu de competencia cuasi-comer­
cial entre los Centros educativos diremos que, hoy
día, los Centros
privados y públicos
no están de hecho en igualdad de candido­
nes para competir. No hay una competencia leal, pues los precios
de la enseñanza y la situación de los profesores
-horarios y
retribución-son muy favorables a los Centros públicos. Otra
cosa es
que la dirección y los profesores de los Centros privados
se esmeren singularmente para inclinar
la balanza a su lado,
mejorando la calidad y aumentando
el grado de satisfacción de
padres y alumnos
(El Magisterio Español, 30-V-2001 pág. 4), Por
ejemplo, los Centros privados
awnentan el número de horas lec­
tivas, suelen atender mejor a las familias, evitan el fracaso esco­
lar y la indisciplina mediante una educaciór¡ preventiva, a la vez
que sus profesores derrochan voluntad Por la mejor dirección de
Centro y ambiente escolar, así como
por el Ideario de Centro y la
permanencia de destino, hay profesores
que prefieren la ense­
ñanza privada a
la pública a pesar de los citados inconvenientes
en horarios y salario. No es cierto que en la red privada haya una
selección de alumnos porque, intelectualmente, en cada familia
puede haber de todo, y los estilos de familias son cada vez más
diversos. Por supuesto, es fácil conocer tanto a no pocos directi­
vos y profesores de la red de enseñanza pública que son exce­
lentes profesionales, como a sus alumnos más brillantes.
Tercero. Es preciso cambiar la Constitución porque se evi­
dencia
una sutil hipocresía en ciertos constitucionalistas liberales.
Por
una parte, afinnan "la formación religiosa y moral" o clase de
religión
en los Centros públicos (Constitudón Art. 27.3). Por otra,
la libertad de cátedra
no garantiza el respeto a dicha formación
en las demás asignaturas, y la falta de Ideario de Centro, así como
la aparente neutralidad educativa,
no evitan que las diversas asig-
313
Fundaci\363n Speiro

JOSÉ FERM[N GARRALDA ARIZCUN
naturas y el ambiente escolar en general perjudiquen la ense­
ñanza verdaderamente católica para la juventud católica
(Ídem.
Arts. 20.1.c, 20.4). Es más, todo ello y la voluntad expresa de la
Constitución impiden que se favorezca
una educación integral­
mente católica
en la escuela pública.
En el seno de las ideologías imperantes
-liberal o socialis­
ta-que consensuaron la Constitución, es imposible afinnar y
coordinar de
una forma simultánea aspectos como el derecho pri­
mario
y absoluto de las familias católicas a la educación católica,
los deberes del
poder civil al respecto y hacia la verdadera reli­
gión
-negado este último por dichas ideologías--, la verdadera
elección de Centro, la neutralidad educativa
-que es un imposi­
ble--, y la llamada libertad de cátedra. Ya se ha comentado en
qué queda el "respeto de las opciones religiosas y morales de los
padres"
(R.D. 18-XII-1985, Art. 3) en los Centros públicos.
10.0 DEsausTIANIZA.CIÓN SOLAPADA o BIEN :moNTAL
Hoy, en no pocas ocasiones, la enseñanza pública del Estado
sirve de hecho para descristianizar a la juventud, que
en España en
general procede de familias católicas. Esta descristianización puede
ser frontal y llegar a extremos de verdadera deshumanización en
aspectos valorativos, filosóficos y morales. Por ejemplo, no pocas
veces
en la escuela pública, con el pretexto de una educación
sexual o bien de desarrollar cualquier
eje transversa], hay peligros
y ocasiones próximas de
conupción moral. Dependerá de los pro­
fesores y
· de l~s padres que se quiera educar en dichos Centros
co!)forme al derecho natural y· al Corazón de Cristo, y hacer fren­
te a una .conupción de costumbres que desde nuestra sociedad
invade la escuela.
En tal caso, la escuela dejará su aparente neu­
tralidad y optará
por un modelo educativo, y modelo verdadero.
8. Conclusiones y planes de acción
. Puede observarse que varios de los aspectos señalados a con­
tinuación
son exigencias efectuadas por la Iglesia ante el estatis­
mo del régimen franquista hada 1960. A ellas ahora se suman
314
Fundaci\363n Speiro

!A POLfrICA EDUCA111t4 EN ESPAf/A. CONFUCFO, CRISIS Y FUTURO EN !A ENSEÑANZA {111)
otras exigencias más graves, derivadas de la redacción y los fru­
tos de la Constitución de 1978, asi como de la práctica posterior
del
PSOE y de la derecha liberal conservadora.
PRIMERA: RECONOCER EL DERECHO DE lAS FAMILIAS CATÓLICAS A UNA ENSEÍt\NZA.
CATÓUCA EN LOS CEN'l'RoS PRIVADOS Y ÑIJCOS
Del pasado estatista y laicista -secularizador-del poder
civil aplicado a la educación
hay que pasar al reconocimiento
del derecho
de las familias católicas en los Centros privados y
públicos.
La secularización progresiva de la enseñanza pública,
impulsada
por el Estado liberal-socialista, debe dar paso, en pri­
mer lugar,
al reconocimiento de una enseñanza religiosa y cató­
lica
en las propias instituciones administradas por el poder civil.
El derecho de los padres católicos a la educación de sus hijos
es anterior y superior a las mayadas del Consejo Escolar de Centro
(está implícito en la letra del R.D. del 18-Xll-1985), a los docen­
tes, a la neutralidad educativa como técnica de organizadón
social y política, a la Administración pública, a los poderes civi­
les y
al propio Estado. La educación no es una tarea pública sino,
sobre todo, de la patria potestad y las familias. Este derecho es
sagrado, inexcusable y procede directamente· de Dios.
La educa­
ción católica es integral, y abarca todo y
no sólo la asignatura
de religión, siendo el hombre .un ser inteligente para que pueda
organizar así las cosas. Así, la 'enseñanza es un servicio que las
sociedades se prestan a sí mismas a través de una pluralidad
organizativa.
La comunidad en general, a través del poder civil,
debe reforzar este servicio facilitando para ello los medios nece­
sarios. Por ello, el Ideario católico de los Centros privados y
públicos (estos
deben poder tener Ideario) tiene que ser respeta­
do por el poder político o Administración pública. Hoy, contra la
patria potestad,
en el sentido que hemos explicado, atentan,
directa o indirectamente, los reglamentos y-la burocratización, el
dirigismo y la planificación, la
Ley educativa y hasta la Consti­
tución. Lo menos serio es la afirmación coloquial de no es posi­
ble aunque sea el "deber ser", pues en tal caso sólo se demostra­
ría la necesidad
de hacer posible lo que parece imposible.
315
Fundaci\363n Speiro

JOSÉ FERMÍN GARRALDA ARIZCUN
La educación católica para la juventud católica no debe
poder
impartirse sólo en los Centros privados sino también en los
públicos.
Si el poder civil debe ofrecer y garantizar esta educa­
ción
en sus propios Centros, también puede recibir las quejas de
los padres que deseen ver defendidos sus derechos vulnerados
en los Centros privados con Ideario católico. Consecuencia de
ello, en los Centros públicos debe existir una _situación de igual­
dad entre la asignatura y los profesores de religión y los de las
restantes asignaturas. En suma: sería injusto y discriminatorio
identificar los centros públicos con la educación no religiosa o
laica (más o menos laicista o anticristiana),
y los Centros priva­
dos
con una posible educación católica.
SEGUNDA: RFSTAURAR El PRINCIPIO DE SUBSIDIABIIIDAD, DE MANERA. QUE lA ENSE­
ÑANZA. PÚBUCA SEA. SUBSIDIARIA. DE lA ENSER'ANZA. PBIVADA, Y lA ADMINISTRACIÓN
LO SEA. DE TODAS Bll.AS
Esto implica reconocer que el Estado no es enseñante ni edu­
cador en los Centros privados y públicos, y defender el principio
de "más sociedad y menos Estado" para que la sociedad recupe­
re sus facultades arrebatadas por este último.
Por una parte, el Estado debe respetar el modelo educativo
de los padres y la Iglesia, así como el buen hacer de los profe­
sionales
de los diversos Centros educativos. Debe favorecer y
ayudar a estos en el cumplimiento de su misión. En efecto, si el
Estado no es un enseñante_ en los centros privados y públicos,
debe poner las condiciones para que los padres y profesores,
delegados de estos,
enseñen correctamente. Unido a ello, el
Estado
no es propietario de los Centros de iniciativa social o pri­
vados -concertados o no-, y la enseñanza de iniciativa social
o privada no es subsidiaria de la enseñanza pública, sino que el
poder civil es subsidiario de aquella.
De otro lado, son los educadores profesionales que se en­
cuentran en la Administración y en la enseñanza privada quienes
deben desarrollar sus misión en el ámbito científico, pedagógico,
y didáctico, y
no el Ministerio de Educación y la Administración
de las Comunidades Autónomas por ellos. Todos ellos unidos
deben defender sus libertades en cuanto profesionales y como
316
Fundaci\363n Speiro

!A POLl'J'ICA EDUCATIVA EN El'PANA. CONFUCTO, CRISIS Y FUTURO EN L4 ENSENANZA (]V)
delegados de las familias. Por lo que respecta a la Ley, el estatis­
mo y otros
ismos deben ser superados. En efecto, si la tecnocracia
de la Ley de 1970 hoy nos hace sonreír, algo parecido ocurrirá
con
un constructivismo indiscriminado. La novedad convertida
en moda no tiene por qué ser saludable, y el snobismo puede
desvirtuar lo que de saludable pueden tener ciertas novedades,
sobre todo
en materia de educación, que por su naturaleza exige
un desarrollo con pausa y sosiego.
'fERcERA: COMPLEMENTARJIIDAD DE IA ENSl!AANU PRIVADA Y PÚBLICA
El dilema de oponer y enemistar la enseñanza pública y la
enseñanza privada es erróneo.
Más que un dilema es una sutil
tentación ideológica o política, porque en ambos casos enseñan
y educan los padres, los docentes
son delegados de estos últi­
mos, y las instituciones sociales del saber
deben colaborar con
sus aportaciones.
La Administración tan sólo debe favorecer todo
ello, pues
no creo que nuestra sociedad carezca de padres, do­
centes, Centros educativos o instituciones de saber.
Si hoy los Centros públicos y privados compiten como cuer­
pos sociales libres -también lo hacen dentro de -cada sector-,
esta competencia debe ser leal, equitativa y en igualdad de con­
diciones. Por otra parte,
no es justo que los padres de la ense­
ñanza privada paguen la educación dos veces
-a su Centro y
mediante
impuestos-, pues la enseñanza es un derecho pri­
mario
de los educandos, hoy día es una obligación muy gravosa
para los padres, y lo que es tan gravoso es disuasorio. Un reme­
dio extremo
puede ser el cheque escolar sin discriminación --hay
padres que sólo valoran lo que pagan-y hacer posible absolu­
tamente la libre elección de Centro dentro de
una legitima y
plena competencia.
01ARrA; REroRMA. CONSTl'IUCIONAL
Desde la perspectiva de una restauración de carácter católi­
co,
el reto fundamental para transitar del pasado legislativo al
futuro legal correspondiente a dicha restauradón exige reformar
la Constitución
de 1978, tanto el articulado relativo a la enseñan-
317
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JOSÉ FERMIN GARRALDA ARIZCUN
za (Art. 27) como, superando el marco racionalista del Estado, los
supuestos necesarios que permitan restaurar la confesionalidad
católica del poder
civil. Por lo mismo, debe dejarse caer por el
desuso diferentes aspectos vigentes de la
LOGSE. Dicha reforma
constitucional también es conveniente para
poner en práctica
varias de las refonnas defendidas
en este trabajo.
QuIN'I'A: MliJORAR LA CAllDAD DE LOS CENTROS PRIVADOS y p(Jgucos
La mejora de la calidad debe realizarse desde los diferentes
problemas de cada tipo
de Centros. En los Centros privados, de
tanto pensar los padres
en sus hijos, y la patronal en cómo hacer
frente a la actual crisis de natalidad y a la carencia de medios eco­
nómicos
Oos conciertos educativos sólo cubren parte del total de
gastos del Centro), nadie tiene tiempo para pensar
en el profe­
sorado. Este último es quien
sostiene la enseñanza porque la
imparte,
y es quien más hace por la educación debido a la con­
firma convivencia con sus alumnos y a la tutoria y la preceptua­
ción
--1li la hubiere-.
Los profesores de cualquier tipo de Centros realizan un gran
esfuerzo, extraordinario y continuo, ante tanta reforma y contra­
rreforma decretada por el Ministerio de Educación. No creo que
otros profesionales admitiesen tanto cambio. Los males de los
centros públicos
son serios y ya se han citado. Sin embargo, este
esfuerzo es mucho mayor
en el sector privado, que por otra parte
sufre
una escasa consideración social (tampoco la busca), carece
de promoción
personal, tiene excesivas horas lectivas (además de
las numerosas horas de programación, preparación y corrección),
y recibe un salario que ni está de acuerdo con su categoría pro­
fesional universitaria, ni es suficiente para mantener una familia.
Por ejemplo, hay horarios de aula que, con algunos retoques,
pertenecen a la primera ley general de Villar Pal así
de 1970. Si
esto es así nadie .dudará que esta situación necesita remedio.
318
SEXTA: OTROS ASPF.CI'OS SON LOS SIGUIENTES
6. l. Es un reto para alumnos y profesores el fracaso escolar,
la desmotivación y apatía
en la enseñanza desde la ESO
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IA POilrICA EDUCATM! EN El'PAR4. CONFUCTO, CRISIS y Furcmo EN IA ENSEÑANZA {IV)
hasta el ámbito universitario, y el escepticismo de los
alumnos sobre la utilidad
de ciertas materias de estudio
ante
un futuro profesional.
6.2. El respeto a la diversidad no debe ser de mínimos, ni
reducirse a casos atipicos (niños/as especiales, segrega­
dos
por conflictivos, o bien emigrantes ... ), sino que tam­
bién debe ser de máximos para los alumnos 'voluntario­
sos} excelentes y que desean aprender.
6.3. La coeducación en los Centros públicos o privados con­
certados
no debe ser impuesta por el poder civil.
6.4. En los dos ciclos de
la ESO es preciso reforzar los hábi­
tos de trabajo así
como la lectura. En el segundo ciclo
conviene reducir la comprensividad a favor de
un carác­
ter propedéutico, y soslayar la obligatoriedad en bene­
ficio de la Formación Profesional. También sería bueno
simplificar los diseños del cuniculo, disminuir las mate­
rias curriculares, reforzar la cultura clásica, aumentar las
horas lectivas de asignaturas importantes como Lengua
castellana y Matemáticas, poner en vigencia los exáme­
nes de septiembre, y no promocionar de curso con cier­
tas asignaturas pendientes.
6
.5. En relación con el Bachillerato es conveniente aumen­
tar
el número de dos a tres cursos, que el alumno pueda
cambiar de itinerario en 2.' BAC, y que la Historia de la
Filosofía sea troncal.
6.6. También
es saludable aumentar el año académico o
curso suprimido en las carreras universitarias, y simpli­
ficar en ellas el número de asignaturas para evitar la dis­
persión del alumno.
SD'TIMA.. IA ACEPTACIÓN ACBfncA DE COSTUMBRES SOCIALES ANTIBl>UCATIVAS DmE DAR PASO A IA REVITAUZACIÓN - O REGENERACIÓN • HUMANA Y ciusTJANA DE lA. SOCIEDAD
Por una parte, la sociedad entera, familias, educadores, poder
civil, etc. debe_n poner fin a la violencia en las escuela, ya sea vio-
319
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JOSÉ FERM!N GARRALDA AR/ZCUN
lenda fisica contra bienes, personas e instituciones, como dis­
rupción (''bullying") en las aulas, violencia esta motivada por
razones familiares, de aprendizaje, culturales, personales, socia­
les, o bien fruto de problemas escolares.
Por otra,
la sociedad debe sanar si no quiere perjudicar la edu­
cación de su niñez y juventud.
Es la sociedad la que se ha metido
o absorbido la escuela y
no al revés. Conviene que los contenidos
de los medios de comunicación y el ambiente social estén míni­
mamente regulados
por el poder civil, conforme al código objeti­
vo de los
10 mandamientos del Sinaí, entendidos en España según
la Iglesia católica. Puede ser que los mismos medios que braman
contra la violencia sexual probablemente sean cómplices indirec­
tos de ella, al contribuir con sus mensajes a crear el caldo de
cul­
. tivo propicio. Por ello, el poder civil debe restablecer unas pautas
de comportamiento
mínimo en relación con la religión, el sexo, la
familia, la violencia, etc. Como indica el Dr. Alejandro Navas, "dado
que los padres están desbordados
en la importante tarea de edu­
car
a sus hijos en el uso responsable de los medios de comunica­
ción, es hora de que intervengan los poderes públicos" (Redac­
ción, Pamplona, julio-oct.
2001 pág. 2). Desbordados o no, el
poder
civil debe colaborar positivamente con las familias. Hoy la
población infantil está pagando los errores de los adultos en rela­
ción a los bienes necesarios para una vida recta, así como en rela­
ción a la concepción del poder civil y la jurisdicción del Estado. Si
es curioso que esto se afirme desde posiciones liberales, sobre
todo
es un riesgo dejar estas pautas en manos de un Estado agnós­
tico, liberal y laicista.
Algo han querido hacer, sin ningún éxito, los
llamados
(jes transversales de la LOGSE.
Por eso, cada familia debe cuidar la enseñanza en los Centros
públicos y privados. ¿Cejará de insistir
en su entamo de perte­
nencia y
en su Centro educativo cuando está en juego la vida
temporal y eterna de los niños y jóvenes?
0CfAVÁ: ES PRECISO ENTRAR EN POIJrICA.
En estas páginas se ha hecho referencia a la Administración
pública y a la Reforma constitucional. Para ello es preciso intere­
sarse activamente
por la política. En efecto, el Derecho tiene un
320
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LA POfÍTTCA EDUCATMl EN ESPAÑA. CONFLICTO, CRISIS Y FlfI'l!RO EN LA ENSE!vANZA (11'.)
doble influjo. Tiene una actividad negativa como es no erosio­
nar los bienes y ambiente familiar, y otra positiva como es favo­
recer positivamente lo bienes sociales.
El primer influjo es nece­
sario
porque se opone a la erosión de los bienes y del ambiente
familiar,
y deja libre a la sociedad para s.u propia regeneración,
que es a lo que tiende por naturaleza. Sin embargo, es necesario,
incluso
por propia coherencia, que esto vaya acompañado del
influjo positivo que reprima delitos y faltas graves, que impulse
y facilite el que la misma sociedad cumpla sus funciones inelu­
dibles,
y que busque favorecer un orden de bienes y como tal
verdadero.
321
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