Índice de contenidos

Número 403-404

Serie XLI

Volver
  • Índice

Santiago Cazorla León y Julio Sánchez Rodríguez: Obispos de Canarias y Rubicón

INFORMACIÓN BIBLIOGRÁFICA
libro está bien estructurado y escrito, y como la bibliografía utili­
zada es rica y bien seleccionada, su lectura será útil a quienes cul­
tivan la filosofía práctica en la tradición de la filosofía cristiana.
MIGUEL AYUSO
Santiago Cazarla León y Julio Sánchez Rodríguez:
OBISPOS DE CANARIAS Y RUBICÓN'''
Dos sacerdotes de la diócesis canaria, retratados en la con­
traportada de la obra, uno de impecable atuendo de canónigo, el
de más edad,
por lo que suponemos debe ser don "Santiago
Cazorla Canónigo Penitenciario y Archivero de
la catedral" y el
otro
con atuendo de turista hortera, nos imaginamos que "Julio
Sánchez, Vicario Episcopal del Sur de Gran Canaria", ambos con
trabajos sobre temas de historia, han publicado
un interesante
episcopologio canario, con
un añadido final correspondiente a la
diócesis de Tenerife.
El principal objetivo, damos a conocer los obispos de las
Islas Afortunadas, está más que cumplido. Muy bien editado, con
profusión de fotografias: monumentos, retratos, laudas sepulcra­
les ... , todo ello hace que conozcamos mejor a los obispos. Debe­
mos felicitarnos, pues,
por la edición.
Como
he advertido en otras ocasiones cuando se trata de
libros que abarcan varios siglos también esta vez he comenzado
la lectura
por los prelados de la segunda mitad del siglo XVIII y,
concretamente, por la biografía de Francisco Xavier Delgado y
Venegas. No me referiré,
por tanto, a las páginas anteriores.
Dicho lo bueno, lo malo.
La redacción es pésima. Las concor­
dancias ya
no son vizcaínas. Peor. El descuido llega a ser moles­
to
por tan repetido. Errores o erratas no hemos encontrado dema­
siados. Dicen que el obispo Marquina Corrales fue trasladado a
Guadix
en junio de 1921 (447) y que no embarcó para su nueva
(') Eypasa, Mamid, 1997, 576 págs.
324
Fundaci\363n Speiro

INFORMACIÓN BIBLIOGRÁFICA
diócesis hasta un año después. Cosa extraña, tanto retraso, des­
pués de haber pedido él el traslado por recomendación médica.
Lamberto de Echeverría dice
que fue nombrado para Guadix el 6
de septiembre de
1922; día, mes y año que confirma Vives; Ruiz
Fidalgo y el
Anuario eclesiástico de Subirana de 1923, dan tam­
bién ese año de 1922 para el traslado. Creemos, pues, q~e los
sacerdotes canarios equivocan el año. Respecto
al obispo tiner­
feño Infante y
Macias no nos parece acertado decir que "recibió
la exclaustración" (550) como quien recibe
un paquete o las
órdenes sagradas.
Más grave es hacer al también tinerfeño Cerve­
ra obispo auxiliar de Valencia cuando fue nombrado para la dió­
cesis canaria. Era ciertamente auxiliar pero de. Zaragoza. A Pérez
Cáceres no le pudo designar fray Albino González y Menéndez­
Reigada "vicario capitular" de Tenerife (553), porque los vicarios
capitulares los designa el cabildo y
no el obispo. Lo debió haber
designado vicario general. Evidentemente esto es
una errata o un
lapsus, pues el penitenciario canario conoce perfectamente esta
cuestión.
Vamos, pues, ahora con las cuestiOnes graves. Nuestros dos
clérigos se colocan decididamente con Infantes Florido a favor de
Tavira y consideran injusto a Menéndez Pelayo por sus afirma­
ciones sobre el obispo. Comparar al exobispo de Canarias y Cór­
doba con el santanderino es como comparar a Dios con un gita­
no. Sigue teniendo razón Menéndez Pelayo. Las simpatias por
Tavira de un obispo progresista como Infantes sólo confirrnan
eso.
El progresismo de un mediocre obispo canario. Estaba
mucho más acertado
don Antonio Pildain.
Verdugo Albiturrfa está mejor tratado de lo que se merece.
Su
ojeriza a la Inquisición y su entusiasmo constitucional sólo indi­
can cuán distante estaba de la inmensa mayorfa de los obispos
españoles. Y los motines de Teror en defensa de su iglesia tam­
bién indican que el pueblo no le adoraba. Nada tenemos que
objetar a las semblanzas de Martinez Carnero, Romo, Codina,
Lluch, Urquinaona, Pozuelo y Cuelo. Realmente la diócesis tuvo
suerte con los obispos que le tocaron en el siglo XIX una vez
superado el bache de Tavira y Verdugo. Pérez Muñoz y Marquina
tuvieron menos fuste. Y menos todavía Serra1 aunque el martirio
325
Fundaci\363n Speiro

INFORMACIÓN BIBLIOGRÁFICA
que sufriría después en Segorbe lave todas sus mediaruas. La
semblanza de Pildain, a quien los dos autores conocieron, es
cicatera. Fue un gran obispo y no es justo juzgar el ayer con cri­
terios de hoy. Con Infantes se puede leer entre lineas: "se per­
mitieron excesos iconoclastas y actuaciones
poco respetuosas
con la religiosidad popular"; "clima muy tenso", "secularizaciones
de
sacerdotes", "división del Consejo del Presbiterio y su disolu­
ción
en 1975" ... Casi como única realización de este obispo el
templo ecuménico de la Playa del Inglés.
¿Y a mí que me parece
que la memoria del obispo
y la Playa del Inglés estaban mejor sin
tal templo?
Del actual obispo,
muy semejante al anterior, no diremos más
que
un párrafo que le dedican los autores, modelo de emplear
palabras sin sentido:
"El pensamiento de Ramón Echarren es una
mezcla de apertura y diálogo con el hombre actual, exquisita sen­
sibilidad
por el mundo obrero y pobre, mentalidad positivista y
social, con
una teologfa de Iglesia como Pueblo de Dios y que
camina en la historia concreta con talante de servicio, y con el
objetivo claro de ser anunciadora e instauradora del reino de
Dios
en este mundo" ( 487). ¿De verdad que esta sarta de boba­
das es el pensamiento
de don Ramón Echarren? Perdón. De
Ramón.
Si mezclamos la apertura -¿qué apertura? ¿la mente, el
corazón,
la cartera, la puerta, de la casa ... ? O la boca al quedarse
uno boquiabierto-- con el diálogo con el hombre actual. ¿Ramón
dialoga abierto?
¿Es abierto el diálogo? Y no olviden ustedes lo de
la exquisita sensibilidad. No una sensibilidad cualquiera, no una
gran sensibilidad, no, exquisita, como un 1naravilloso perfume,
por el mundo obrero y pobre. Aun siguen en un marxismo bara­
to, mal digerido, previo a la caída del muro, asociando a obreros
con pobres. No se ha enterado de que abora los pobres son los
que no pueden ser obreros. Que éstos, cada vez más especiali­
zados en el mundo occidental, no tienen nada que ver con la
pobreza. Que los pobres del mundo ya quisieran ser obreros.
Con cuáles es exquisito Ramón. Aunque si a los pobres les
van
con muchas exquisiteces van a decir: Ya está aquí otra vez este
pijo tan exquisito.. Mentalidad positivista. Otra incóguita. Va a
predicarles a Augusto Comte. O es que va a lo positivo.
La pela
326
Fundaci\363n Speiro

INFORMACIÓN BIBLIOGRÁFICA
es la pela, la vaquiña por lo que vale ... Pero entonces, ¿y lo so­
cial? Social
de sociedad. Social de relaciones entre capital y tra­
bajo.
Lo de la teología de Iglesia como pueblo de Dios es un gran
hallazgo. Seguramente antes, los Pildain, harían
una teología de
la Iglesia pueblo del Diablo. ¡Qué barbaridad! Iglesia que camina
por la historia concreta y no con un talante cualquiera, no. El
talante
ha de ser de servicio. Que debe ser como frunciendo los
labios y arrugando
el entrecejo. ¿Antes la Iglesia caminaba por
una historia abstracta? ¿Acaso Pildain no caminaba entre quienes
asesinaban én Jinámar, consiguiendo acabar con aquella ver­
güenza? ¿Y Urquinaona no caminaba con el Doctor Chil? Ha teni­
do que llegar Ramón para caminar no se sabe con quien pero
debe ser la historia concreta. A ver si es que nos lo vamos a
encontrar
mano a mano con Toni Genil y Leonardo Dantés.
Anunciar
no sé que anunciará Ramón. Como lo haga en este len­
guaje no le van a entender ni su penitenciario ni su vicario epis­
copal. En cuanto a lo de instaurar el reino de Dios en este
mundo, palabra
de honor que no se nota nada en su obispado.
Estuve allí recientemente. Y nada, absolutamente
nada se veía de
ese reino de Dios que está instaurando.
Uno llega a pensar si penitenciario y vicario estuvieran enfa­
dados con Ramón y pusieran estas estupideces en su pensa­
miento
para desacreditarle. Hay ocasiones en las que hacer la
pelota resulta contraproducente.
Bueno,
pues pese a todo esto, por otra parte fácil de obviar
por cualquier lector no demasiado inteligente, el libro que
comentamos, aporta noticias interesantes sobre quienes rigieron
como obispos la diócesis de Canarias. No pocos de ellos, exce­
lentes pastores de la Iglesia.
FRANCISCO JOSÉ FERNÁNDEZ DE LA C!GO&
327
Fundaci\363n Speiro