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Número 413-414

Serie XLII

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Fernando Hidalgo: «Electra» en Sevilla

INFORMACIÓN BIBLIOGRÁFICA
(pág. 117), aunque en la página 247 se ve que se trata de un
error. Dos hermanos afrancesados, doctoral uno y magistral
otro
en Baza, adoptan diferentes actitudes tras la derrota fran­
cesa. Uno huye a Francia y otro permanece, arrostrando sus
responsabilidades. Pero el
que huye en la página 122 es el que
se queda
en la página 205 y viceversa. ¿Quién se fue y quién
se quedó? Vayan ustedes a saber. Y
en el fondo, es que da lo
mismo. Porque, ¿qué importan los hermanos Centeno incluso
a la diócesis
de Guadix?
Estamos ante
un libro de valor nulo, que no entendemos
como
ha podido superar el mínimo, muy mínimo, de exigen­
cias
que la institución editora tendrá para dar al público un
escrito.
FRANCISCO ]OSÉ FERNÁNDEZ DE LA CIGOÑA
Femando Hidalgo: "ELECTRA" EN SEVILLA(*)
Electra marcó un hito en el anticlericalismo español. La obra
de Pérez Galdós, estrenada a comienzos de 1901, por encima de
sus valores literarios, fue pretexto para innumerables manifesta­
ciones contra la Iglesia, tanto en artículos como en algaradas
callejeras
-se decía que la obra en cinco actos tenía un sexto que
se representaba en la calle una vez que se bajaba el telón-, en
las que los vivas y los mueras solían dar paso a la agresión, la
pedrada e incluso el intento de incendio de alguna casa religio­
sa, preferentemente de jesuitas.
Fernando Hidalgo Femández (Sevilla, 1961), personaje abso­
lutamente desconocido para
mí, ha escrito un opúsculo de 116
páginas, las restantes
son transcripción de artículos de diversos
periódicos
que se ocuparon del tema. Y el tema, en Sevilla, fue
como aquello de fuese, o llegóse, y
no hubo nada. Pues a ese
nada se dedican estas páginas.
El santo arzobispo Spínola, al
conocer que
la obra iba a llegar a Sevilla publicó una circular
("') Ayuntamiento de Sevilla, Sevilla, 1985, 190 ~gs.
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INFORMACIÓN BIBLIOGRÁFICA
desaconsejando a los católicos la asistencia. Lo que pareció a los
anticlericales
una injerencia inadmisible del prelado. Aunque esa
circular iba a servir de propaganda más que de impedimento. Al
menos eso decían los anticlericales.
Pues, no. Llegó la
obra y un fracaso. Volvió algún tiempo des­
pués, y
más fracaso. Y eso podrfa ser todo. Con gran dolor de los
anticlericales y algo
de fastidio del cronista. No sabemos si por
haber encontrado tan poco terna para sus páginas o porque
hubiera querido que Spínola quedara en mal lugar.
Lo más interesante, los artículos de prensa que reproduce.
Alguno de Maeztu, muy lejos aun de su "conversión", incendia­
rio. La aportación original de Hidalgo, escasísima. Y si de Pérez
Galdós
sabe algo, del entorno histórico, nada. Con decir que con­
funde a Sardá y Salvany
con Femández Montaña, atribuyendo a
este último la redacción
de El liberalismo es pecado (págs. 39-40),
está
dicho todo. Es decir, ignora todo del catolicismo de la época.
FRANCISCO JOSÉ fERNÁNDEZ DE LA C!GOÑA
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