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Número 105-106

Serie XI

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Saturnino Muruzábal Ursúa, Acercamiento a la antropología filosófica de M. F. Sciacca

INFOMIACION BIBLIOGRAFIC/2
En conclusión : es indispensable formarse lo más sólidamente
posible sobre nuestras propias ideas
y sobre las del adversario, cono­
cer su estrategia,
y luchar con una táctica adernada, con virilidad y
sin desmayo.
Como dijo Oliveira Salazar, existen demasiados Jeremías que
lloran los tiempos antiguos; pero esos _Jeremías lloran sentados. Se
llora demasiado, pero trabajamos poco. Nos lamentamos
mucho, pero
hacemos

casi nada. No tenemos
hombre~ en~iastas y animosos dis­
puestos seriamente al combate. Y no los hay porque no los forma­
mos (6).
Este es el propósito del libro que presentamos; la formación
cí­
vica según el cte.recho natural y cristiano. Sobre él escribió el Carde­
nal Bueno Monreal en carta duigida a la Editorial Speiro con moti­
vo de la primera edición castellana de PARA QUE EL REINE: .<\En
la

citada obra se encuentran los principios tundam_entales del orden
cristiano en toda
sociedad bien

organizada, muy dignos de ser cono­
cidos por

cuantos tengan alguna relación con
la política, actividades
sociales o simplemente alguna participación en
la vida pública.»
Contribuir a esta formación. constituye una manifestación de ca­
ridad política, calificada por Pío XI como
«el campo

de ia más vasta
caridad, por lo que no dudamos. en decir que ninguna otra le
supera,
salvo

la de la religión» ( 7).
GABRIEL ALFÉREZ CALLEJÓN.
Saturnino Muruzábal Ursúa: "ACERCAMIENTO A LA
ANTROPOLOGIA
FILOSOFICA DE
M. F. SCIACCA
(*).
, La revista ANALECTA CALASANCTIANA ha incluido en tres
de

sus últimos números un extenso
y bien documentado trabajo de
Saturnino Muruzábal sobre

la antropología
F. &iacca. Aunque
sea
este el título del trabajo, su objeto es toda la obra del pensador
italiano, cuyo_ sistema filosófico es uno de los más serios
y sugestivos
de la Europa actual. El esiudio de Muruzábal, por su parte, rebasa
con mucho los límites de un artículo de revista para constituir -tanto
por su extensión como por.
su-propósito-.

_todo
un voluminüso liPro.
al 2.Q Cong:reso portugués de Fátima, por_ un orden social cristiano. Publi­
cada en
Vl't'bo n.Q 97-98 (agosto-octubre}

1971, págs. 817
y sigs. Madrid,
Speico, General

Sanjurjo,
38. · ·
(6)-

Citado por Jacques
Ploncard d'Assac, Salazay, pág. _23.
(7) Discurso a la Federac~ón Univ~rsitaria Itali,ana. . .
(*) Analecta Calasanctiana, 19-20; 21-22 y 25-2_6, Madl"id, juli9-dic_iembre
1969,

enero-junio 1970
y enero-diciembre 1971: · ·
J93
,,
Fundaci\363n Speiro

INFORMACION BIBUOGRAFICA
La filosofía de la integralidad ( el sistema de Sciacca) -dice
nuestro autor- es esencialmente una filosofía teística. El itinerario
merita! del pensador italiano es en buena medida una meditación
filosófico-teológica. Aun cuando en su adolescencia abandonara el
Catolicismo, el tema de Dios le atraerá siempre hasta hacer de su
obra una búsqueda de Dios. La fidelidad a esta búsqueda le llevará
más tarde a su «conversión intelectual» mediante su encuentro con
Rosmini y con San Agustín.
La obra de M. F. Sciacca nos aparece hoy como uno de los esfuer­
zos más auténticos por «situar» a la filosofía en el «nivel» que le
concierne dentro del saber. La fi!ÓSofía no es para él metodología de
las ciencias.
Las relaciones
filosofía-ciencias deben concebirse sin sa­
lirse una
y otra de sus :éespectivos ámbitos y métodos. Tampoco es
gnoseología. Es en sí
misma ontología que fundamenta a la gnoseolo­
gía
y a la misma ciencia. La· filosofía moderna, acentuando el as­
pecto gnoseológico -y
la contemporánea insistiendo en el lógico­
científico- han desenfocado ese primer objetivo «ontológico-meta­
físico».
Por otro
lado, la

filosofía no es «desarrollo», sino «descubrimien­
to» (
aleceia). No nace la verdad del despliegue del pensamiento, sino
que el pensamiento
y su «despliegue» brotan de la verda_d y hacia la
verdad.
La filosofía de la integralidad, alimentada de lo más fecundo
del pensamiento contemporáneo,
lleva hasta
su término la crítica del
inmanentismo idealista que inició Brentano y prosiguió Nicolai Hart­
mann.
Según Cantoni, «per lo Sciacca non esiste il problema del pas­
sagio

dell'esser_e ideale
a/.l'e1ere reale1 perche l'intuito dell'essere -e
l'intriito di -un soggeto pensante e dunque1 contemporáneamente, pen­
siero che intuisce l'essere in universa/e specificato delfente rea/e

che
i! l'io come ente pensante». El problema del ser emerge así en el
hombre, por lo que la filosofía de la Integralidad es en buena medida
antropología filosófica
..
Mediante la noción

de
espíritu puede
&iacca hablar de interioridad
en· sentido muy diferente al empleado
-en el racionalismo idealista.
«La interioridad o espiritualidad que tratamos de poner en claro se
expresa de este modo:
la interioridad es presencia de la verdad en el
espíritu, no en sentido inmanentista. Con esta fórmula, la interioridad ( o el pensamiento) es en sí mismo verdad.»
Es del poeta Holderlin la frase «existimos desde un diálogo».
Diálogo interior, diálogo con Dios,
diáloga ininterrumpido.

El
pensa­
miento de &iacca es, ante todo, una meditación de la intimidad y,
después, de la comunión. En frase de Finance «ta vocation a l'Etre est
(
en Sciacc.a)
une invitation a communier avec tous ceaux que la meme
lumiére

illumine, que le meme
appel sollicite».
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INPORMACION BIBUOGRAPICA
Complemento de estas grandes conrdenadas del sistema sciaquiano
es su fecundo método de la implicación
y la copresencia. En ellos pa­
rece avanzar sobre aspectos. de actual estructuralismo, pero sin llegar
nu1.1ca a

un relacionismo que abandone su anclaje en el ser.
Una
de las vertientes -más importantes del pensamiento de &iacca
es,
para Muruzábal, la filosofía de la Historia y, particularmente, la
c_omprensión de su tiempo. Cada época tiene su rostro. Si el hombre quiere vivir en «espíritu y en verdad» (título de una de sus obras)
ha de esforzarse en descifrar ese rostro· de su tiempo.
La sociedad que
se está configurando ha nacido de una crisis histórico-cultural que
arranca de un «desarraigo» del ser, y con él, de los valores -y la ver­
dad. «El pensamiento moderno -dice- tiene dos aspectos : la parte
destruens
y la parte construens. La primera es una tentativa implaca­
ble de demoler desde su raíz la estructura del realismo gnoseológico
y metafísico tanto platónico como aristotélico y. por consiguiente, la
objetividad de la verdad; de negar la trascendencia respecto del de­
venir histórico de todo principio objetivo y también de Dios, la
in­
mortalidad,

etc. La segunda viene representada por el esfuerzo, no
menos tenaz, de construir una nueva verdad
y un mundo nuevo : U!la
verdad

únicamente humana de la que el hombre sea único artífice ( ... )
autosuficiente».
Tras diagnosticar la crisis aguda de nuestra civilización, señala
Sciacca cómo su recuperación sólo es posible si nos replanteamos
la
validez de sus estructuras esenciales~ de los principios objetivos y la
posibilidad de wu metafísica. En definitiva, una < un orden trascendente. «La gran cuestión del hombre no es social,
ni
económica ni política: es la de si Dios existe o no existe.»
El proceso de «desteologización» ha corrido paralelo a un desarro­
llo inusitado de los mitos modernos. Uno de los mitos culminantes es
para Sciacca el marxismo, «el mito del hombre social». Este mito
-dice Muruzábal- no «recupera» al hombre integral ni responde a su
naru.raleza y exigencias naturales. Es el último mito de la inmanen­
cia en
q~e culmina

el duelo entre
l_a trascendencia y la inmanencia,
entre un mundo creado por Dios
y un mundo no creado y sin Dios.
El mensaje
rulminante_ de

Sciacca es un imperativo cristiano de
esperanza. Este se halla recogido en su bello libro
Como si vince a
Waterloo (traducida al cas.tellano con el título El Silencio y la Pa­
labra).
Saber no cegarse con la victoria, en Austerlitz y saber no caer
herido

«definitiva
y desesperant.emente» en Waterloo -saber obtener
de_ la gran _derrota una forma íntima de victoria- son imperativos
de la auténtica virtud cristiana. Virtud nunca más necesaria que ahora,
tiempos de espesas
y desesperanzadoras tinieblas en que cabría gritar
«como hombres de poca fe»:
¡ sálvanos, Señor, que perecemos!».
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INFORMACION BIBLIOGRAFICA
Epoca de un profundo :«osci.u:ecimiento ~e la inteligencia», tema de
su· último libro, de un vívido realismo.
Uno de los puntos más controvertidos de la filosofía sciaquiana
ha sido su influencia del (supuesto) fideísmo de Rosmini.
Según
Muruzá.1,al, nuestro autor desarrolla la. intuición rosminiana de la idea
del ser, no como forma del conocer, sino como éleinento ontológico
«constitutivo dell'inteligenza». -Descubre al Rosmini de la te01ofía y,
mediante el principio ontológico~antropológico de la «interioridad
objetiva»
dispone de

un medio eficaz para iluminar los problemas
metafísicos básicos. Recordando el- argumento ontológico anselmiano,
Sciacca lo justifica negando el «paso» de lo ideal a lo real.
El estudio del P. Muruzábal constituye un esfuerzo concienzudo
y completo para dar a conocer en visión conjunta el pensamiento
de uno de los más ilustres pensadores de nuestra época. A veces
se
chace eco, sin una toma decidida de criterio, de críticas muy frecuen­ tes' al. sistema analizado, como cuando califica a la «interioridad obje­
tiva» como punto más débil o
-delicado de la filosofía sciaquiana,
cuya fundamentación no le parece definitiva y susceptible de una
elaboración posterior (pág. 176). Igualmente se muestra vulnerable
a
19s inmensos

fraudes «autodemoledores» que sufre hoy
el catoli­
cismo al juzgar la terminante crítica de Sciacca al marxismo como
«demasiado polémica y unilateral», que «parece se está superando en parte desde los encuentros iniciados en 1962». Actitud vacilante
y falta de criterio que constituye el peligro mayor con que se enfrenta
hoy la

Iglesia jerárquica u oficial.
RAFAEL GAMBRA.
Eduardo Coloma: EL RETO: Lo QUE PONE EN JUEGO
LA SUBVERSIÓN
(*).
La breve introducción, donde se. suministra una panorámica .de 1a
crisis actual que afecta a la sociedad contemporánea, ·sumida -en una
verdadera contienda, principalmente; ideológica contra
la subversión,
delimita, con claridad, los objetivos de la obra, cuyo propósito, con­ fesado es iluminar a los combatientes_ de esa lucha, en la cual todo
hombre tiene un lugar,
pues «nos necesita la sociedad, nos neceJita
Bspaña, __ nos __

necesita el mundo,_
diríamos que nos

necesita Dios,·
Ji.es
que_ nO
fuera omnipo'en.'e». Tales .objetivos-_~e centran en: conocer los
valores , que

defendemos;
desCU.brir al
enemigo
y determinar cuáles
· (') Ed. face/im, Sé A., Madrid, 1972. 136 págs.
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