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Número 105-106

Serie XI

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Los amigos de la Ciudad Católica celebran la Festividad de San Fernando 1972

LOS AMIGOS DE. LA CIUDAD CATOLICA CELEBRAN
LA FESTIVIDAD DE SAN FERNANDO
.
El día 30 · de mayo nos reunimos los amigos de la Ciudad Ca­
tólica ·para conmemorar
fa festividad de su patrón ·San femando.
Como .siempre, hubo · misa y cena. · En aquélla, el padre - Aragonés· ilos
brindó una espléndida homilía llena de espiritualidad, en la que
señaló
cómó San Fernando había sabido ver que España tenía que ir
siempre unida
_a la
religión católica.
Al finalizar la cena
~tal vez

la
· más concurrida de las celebradas
hasta
ahora~, los

asistentes tuvimos el placer de oir las palabras alen­
tadoras y doctrinales que nos dirigieron José Miguel Gambra, Ignacio
Gutiérrez Laso

y Eugenio Vegas.
·
Habló

en primer lugar José Miguel Gambra;
que centró sus pa­
labras sobre
el escepticismo dominante, no sólo en los ambientes
universitarios, sino en casi todo el mundo de hoy.
Mientras que en
pasados años era posible y·· previsible una r~acción ·fuer.te y sana de
la sociedad
ante la propagación de las doctrinas erróneas y contrarias
a Dios y a la religión y al orden social que en El se fundamenta,
hoy, -
en cambiq, _dij¡;>, esta reacción no es po~ible porque· el escepticis­
mo es lo que se nos
muestra: en casi--~odos los
hombres. Es el eterno
¿por qué no?
del· «juglar

de las
·ideas)>' _en el mnndo achlal, como
tan

magníficamente lo ha_ expuesto Rafael
·Gambra en
su valioso
libro
El Silencio. de Dios.
Es por eso por fo que ante ·ese escepticismo reinante y progresivo,
dijo,
e~ necesario

conservar
y difundir. a nivel personal b. auténtica
doctrina
católica, para que en tiempos_
fµturos sea
posible·
y realizable
el

auténtico reinado
s.ocial de JesUfristo. ·
A

continuación, Ignacio Gutié_rrez
Laso: destacó

que
en, el mundo
de hc;>y, profu1:1damente
mate"rfalista, es nece~ario hacer

hincapié en
la
nei:e~idad, no sólo por las circunstancias a,.ctuales, sino por ser inhe­
rente al hombre, de una profunda religiosidad
y espiritualidad. La
mayoría de las ai::gumentacion~s en contra_ de los sistemas .materialis­
t~s,
socialistas y co~unjstas, señaló, se basan tan sólo en sus fracasos
materiales, en sus fallos
ecotlómicos; ~on~· pues,·

argumentos materialis­
tas para
com~atir el mat~rialismo, lo que, evidentemente, rio .es po­
sible.
Tales argumentaciones,
continuó, no
constituyen una adecuada
defensa ante _el
ffi;aterialismo-q:ue. atl).erra.za .ahogarnos, porque poco a
poco
el _hombre a.<;aba por valor.ir sólo lo ~aterial; prescin~iendó __ de
lo
que
le ciraderiza cOm9 · hombri;:,_ qu~ es, pr~isamente,_ l_o_ espiri~al;
y,

por
otra parte, no. cónstituye el modo eficaz de defender y resta­
blecer la civilización cristiana,
,.qúe h.a de fundamentarse en.el orden
establecido
_por Dios. · _ ·. __ . _ _._:
Por
últirrto, señaló_,la netésidad·de·_articular en acciones comunes,
no' independieÚtes y aisladas, los diversos grupos que :rea.I_mente pr6-
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fesan la doctrina católica: y se· esfuerzan, contra Corriente,. en difun­
dirlas en el mando que nos rodea.
Finalmente, Eugenio Vegas cerró el turno de los oradores, de­
leitándonos con unas amenas y simpáticas palabras_ rebosantes de doc­
trina .. Se refirió~ en ·-primer lugar, al profesot _García Morente, el
cual había destacado cómo San Fernando, nuestro patrono · y cuya
festividad nos
reunía, había sabido comprender
que España no podía
ser sin la réligión católica. Nos leyó unos elocuentes y hermosos pá­
rrafos en torno a la
figura de

San Fernando
y España, de gran im­
portancia, si se tiene en cuenta la posición ideológica anterior de
quien los
había escri_to.
Nos recordó las siempre emocionantes e impresionantes palabras
de Menéndez Pelayo en el epílogo de la Historia de los Heterodoxos:
«¡ Dichosa edad aquélla, de prestigios y maravillas, edad de ju­
ventud y de robusta vida! España era o se creía
el pueblo de Dios,
y cada éspañol, cual otro Josué, sentía en sí fe y aliento bastante para
derrocar los muros al son de las trompetas o para atajar al sol en su
carrera. Nada parecía ni resultaba imposible; la fe de
aquéllos hom­
bres,

que parecían guarnecidos de triple lámina de bronce, era
la fe
que mueve de su lugar las montañas. Por eso, en los arcanos de Dios,
les estaba guardado el hacer sonar la palabra de Cristo en las más
bárbaras gentilidades ; el hundir en el golfo de Corinto las soberbias
naves del tirano
de Grecia, y salvar, por ministerio del joven de
Austria, la Europa occidental del segundo
Y, postrer ·aroago del isla­
mismo; el romper las huestes luteranas en las marismas bátavas con
la espada en la boca y el agua a la cinta, y el entregar a la Iglesia
romana cien pueblos por cada uno que le arrebatara la herejía.
España, evangelizadora de la mitad del orbe ; España, martillo de
herejes, luz de Trento, espada de Roma, cuna de San Ignacio ... ; ésa
es nuestra grandeza y nuestra unidad ; no tenemos otra ... »
Finalmente, concluyó con otras palabras de Raroiro de Maeztu, que expresaban cómo en la misma esencia de España _está la religión
católica, coincidiendo plenamente con las que antes había leido de
García Morente, y que había profesado y defendido hasta morir ase­
sinado por ellas, convirtiéndose en mártir de la Cruzada, porque, dijo,
la última guerra fue.realmente Cruzada, aunque en tiempos posteriores
se hubieran olvidado o adulterado los ideales que la hicieron posible.
COncluyó, así, entre salvas de aplausos ---'-al igual que con cada
orador- otro año más de la Ciudad Católica y del trabajo por ésta
desarrollado a través de la revista VERBO.
Se echaron en falta múl­
tiples aroigos de fuera de
Ma.
que solaroente alguno
asistió--, pero aun cuando separados por 1a distancia ...:....ante la difi­
cultad de trasladarse a Madrid en día laborable-- estamos conven­
ddos _de que del mismo modo. que nosotros los recordábamos y nos
sentíamos
espirimalmeó.te unidos

con ellos, ellos
tendtían los

:mismos
sentimientos.
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