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Número 128-129

Serie XIII

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I. Temas generales nuevos y candentes: «humanismo integral»; innovación o corrupción; aperturismo

ILUSTRACIONES CON RECORTES DE PERIODICOS
l. TEMAS GENERALES NUEVOS Y CANDENTES: "HUMANISMO INTEGRAL"; IN,.
NOVACIÓN O CORRUPCIÓN; APERTIIRISMO •.•
El Profesor Leopol.do Eulogio Palacios, llevaba muchos años guar,.
dando silencio sobre
el

tema
acerca del
cual
había escrito "EL MITO DE LA
NUEVA CRISTIANDAD", certera crítica a la tesiS desarrollada por Jacques Ma ...
ritain
tomando como base su pretendida distinción entre individuo y pe1'S01IB,
Para nuestra 11 Reunión de amigos de la Ciudad Católica, mayo de 1963,
nos escribió una ponencia sobre el tema de su lil:n-o que, poe no poder
desplazarse él a Barcelona, fue leido_ en el Tibid{!bo por su hijo Juan
Miguel. Esta ponencia no fue publicada por expreso deseo del autOt' que
prefería dejat' su tesis como le escribió y en la fecha en que fue escrita.
Luego nada más había publicado acerca del tema, pero el silencio lo ha
roto, en tercera página de ABC del 26 de mayo de 1974, con un impor-­
tante artículo titulado precisamente "MARITAIN". Sin comentario- superfluo
E.:lguno recortamos
de él los -párrafos que siguen:
«... el humanismo teoeéntricO de Maritain -es una síntesis de
lo profano y
lo cristiano superpuestos artificialmente, mixtura
que no
resulta aceptable
como ideal posible de civilización. No
se puede
.-enarbolar como enseña de progreso la -secularización
de

la vida
y la autonomía del homhre, nácida del humanismo
moderno,
y conservar al núsmo tiempo la primacía de lo espiri­
tual y la sujeción cristiana a la vocación de Dios.»
«...

hoy me invade el -estupor cuando veo
que unas tesis, fra­
gilisimas
sobre las relaciones del Estado y la Iglesia o de la po­
lítica y la religión, sacadas de
libros como «Humanismo integral»,
«Los
Derechos del Hombre» y «Cristianismo y

Democracia», tesis
que ya andaban maltrechas por mis
papeles con mucha anterio­
ridad

al Concilio, son ahora poco menos
que atribuidas al Es·
píritu
Santo
y presentadas

por
próceres insignes
como verdades
caídas del cielo.
»Entiéndaseme

bien: la doctrina
maritainiana es
fragilísim.a
desde el punto de vista católico, no desde el punto de vista
liberal. Y ambos puntos de vista llevan a posiciones que no
.se
1175
Fundaci\363n Speiro

1176
pueden casar: sólo se pueden liar entre sí por un compromiso
inestable, y ese compromiso es
el lío posconciliar.
»Los teólogos

católico-s
habíaJl.· conseguido,
tras una
labor
de siglos, plasmar

las relaciones entre
el poder civil y el poder
eclesiástico en una doctrina bastante sólida, dificil
y exigente.
Maritain consiguió en pocos
afios urdir

otra teoría brillantísima,
pero muy difetente de
la anterior. La postura tradicional se basa
en los derechos de Dios al culto de la religión verdadera, que
es única. La postura de Maritain se basa en los derechos del
hombre a

elegir la religión más conforme con
la dignidad de la
persona humana.
Ambas doctrinas se mueven en perspectivas
diferentes, son en cierto modo antagónicas, y ni
los mismos
padres conciliares las
han podido conciliar.
»Hoy vemos

_que, gracias al apoyo oficial, una doctrina que
no· fue_ en su origen
más que un brillante ensayo político-religioso
ha logrado desbancar la labor de muchos siglos de teología ••. »
........
« ... -Dios ha permitido que se hiciera esta experiencia, que
ha resultado, ¡ay!,
niste experiencia.
El fracaso
está a la vista.
Más de 20.000 sacerdotes han ahandónado su· min:i&terio. Otros
van
disfrazados de seglares. La tradicional misa latina ha sido
bahelizada
y sometida después a podas e injertos de estilo · pro­
testante.
Se cierran, faltos de alumno~ los selllinarios.. Yace des­
caecida·

la flor
del ascetismo cristiano, decrece el -sentido escato•
lógico ele la vida, y muchas veces parec'e que la' Iglesia no tiene
ya
más misión

que la
de ponerse
a arreglar ·
esfo mundo.
Cosa
nada extraña,
pu_es la

· riovedad
del catoliciamo posconciliar con­
siste en

su voluntad de incorporar
á la religión teocéntrica el
caudal
dél humanismo

secularizador ·adquirido por el hombre
moderno, y esta incorporación pone
tierra en

las alas de la
pa·
loma divina.
» Y como suele suceder en estu cosas, el maestro es excedido
siempre por sus epígonos indiscretos. Maritain denunció no pocas
desviáciones en el
caminO de la verdad i:¡ue nada tenían que ver
con
su obra.»
«Ha

muerto Maritain y
es de espel'ar qu1e muera también lo
que parece más vivo de su obra, porque los errores históricos de
la Iglesia, denunciados por él certeramente, no se horran ha­ ciendo otros
mayores. Par11:dójicamente perdurará

lo que hoy
parece menos al uso: todos sus libros de metafísica y de lógica,
gran parte de

su labor sobre el doctor Angélico, y
ese magno
al,"dimiento de

su espíritu, por el que las entrañas de la filosofía
Fundaci\363n Speiro

escolástica han renacido de sus cenizas, en prodigiosa emulación
del ·ave
fénix.»
Meses antes# también en ABC.,. el filósofo Gabriel Man:el, que indicaba. al comenzar "Desearía yo dedicar las abservaconies que siguen -a Jaicques Marita-in", había publicado el 10 de octubre de 1973 un artículo titulado "INTEGRISMO y PROGRESISMO, del cuat asimismo Bin comentarios, f'ecortamos
los [Járrafos que siguen:
«El fenómeno de la polución ha cobrado en los últimos años
tal amplitud que ha llegado a constituir, en todos los países lla­
mados civilizados, no sólo un óhjeto de preocupación, sino tam­
bién de angustia. Presenta caracteres
irrecusables; además

de
criterios, existen asimismo procedimientos
d·e medida que

per·
miten, en cada
caso particular,

apreciar
su grado.
»Nadie,

ex-cepción
hecha de· algún que otro pedante, discu­
tirá el que resulte legítimo hablar de un aire o de un agua
re­lativamente

puros.
Qii;iero yo decir que el término pureza presen­
ta aquí un sentido claramente definible.
»Pretendiendo
afirmar ahora que nos hallamos hoy en pre­
sencia de otros tipos de polución que, aunque no
mensurables,
no

son menos efectivos y que
actúan, por
ejemplo, sobre las
costumbres o
las mentalidades, estoy seguro

de suscitar por do­
quiera, salvo en

ciertos círculos calificados de retrógrados, un
concierto de

protestas airadas. ¡Atreverse a
bah-lar de
pureza de
costumbres en

el
siglo de
Freud!,
se dirá, ¡Qué paroxismo
de
ignorancia y estupidez!»
«El vocablo "retrógrado" resulta aquí particularmente sig­
nificativo.
"¿No es

mirar hacia -delante
lo que cuenta hoy?", ale­
garán
los opositores. Y apúntese así a una liberación cada
VAZ
más total de aquellos prejuicios -de aquellos tabúes, como suele
llamárselas--a

los que, afortunadamente, la
ciencia ha reha­
bilitado.
»Obsérvese que se desarrol.4 de este modo un cónformismo
"8. rebours", un conformismo de "vanguardia" del que cada día
nos aporta nuevos testimonios en los más diversos dominios.
»El progresismo ·actual

no
es. sino. un _ iñtentó de "mise en
forme"
-de ese conformislllo· que, evideilieDlente, dista

mucho de
reconocerse como tal
»Mas lo que confiere a esta situación un carácter de gravedad
extrema

es el
qu~ por
una
~rración dificil
de explicar, no sólo
1177
Fundaci\363n Speiro

\.
buen número de cristianos, sino también de Iglesias, hayan creí­
do
conveniente hacer suyo un dogmatismo de
este
tipo.>
«Ahora bi~
dado _ q:ne son pfecisamente innovaciones

y, la
mayor parte de las
veces, innovaciones aberrantes lo

que se nos
propone hoy, lo primero que se le ocurre a uno procurar av&
riguar es "en nombre de qué" se nos recomiendan. Digo bien:
"se nos i-ecomiendan" porque

se trata efectivamente de una pu­
blicidad que, si bien se ejerce fuera del dominio mercantil, no
difiere mucho,
empero, de la que se hace por las radios peri­
féricas o por la televisión. Lo propio de la innovación es halagar
siempre cierto

gusto o seducir.
»Pero
¿ no consiste justamente la liberación a que antes aludí
en apartar los obstáculos con que chocaron en el pasado quienes,
en
todo.S los

dominios,
buscaron la
facilidad? El error central
reside aquí en la superevaluación de la facilidad y estimo evi­
dente que entramos así' en contacto con lo que podriam~s deno­
minar
"la raíz

de la polución espiritual".
»Vamos' a

tomar
:un· ejemplo que se me antoja necesario. Mi
hijo me contó hace ya algún tiempo cuán escandalizado se había
quedado al oír dec;larar a aigunos sacerdotes, en el transcurso de
unas
jornadas_ de. arte sagiado organizadru. por la U.N.E.S.C.O.,
~e no pedían iglesias, sino, simpllemente, locales. Una frase como
ésta es _no cabe más reveladora de esa desacralización que no
cesa de acentu8:fSc ~ los países occidentales. Dase a entende·r
así, bien a las claras, que no he_mos de molestarnos en apelar a
lo
stígrádo, a
lo que, cada
Ve'.l: má~ se considera, cual un super­
fluo

ilusório.»
A esa desacralizadón g corrsiguien_te corrupción alude Rafael Gambra
s-n su emotivo Bitic'ulo "AL Dios ,-,y A _LA IGLESIA,-, QUE ALEGRARON MI
)UVllN'I'UD", que habla sido publócado en BL PENSAMIENTO NAVA­
RRO del 2 de agosto de 1973. Seguimos recortando sin comentarios:
1178 «Sifflllpre
me'
admiró
la forma cómo la Iglesia Católica se
en-­
trañ.aha eri la

vida de
los
pueblos_ y de las familias. Cómo sos­
tenía sus costumbres, -haciéndose
came de ellas, y cónio a la
vez la8 Santificaba.
»¡ Qué obra de
arte, de armonía
--y de profundidad fue la civi•
lizBción-cristüw.@! __ Las plegarias -~_otidianas y los ·1oqries de ora­
ción
seiíalaban las horas del día~ Las fiestas y el año. litúrgico
marcaban

los tiempos, las
fae.wJs_ f' ·el des.canso.
»Cristianas
eran

las alegrías y cristianos
loe dolores
del
pue­
blo

cristiano, Santo
el -nombre de cada humano, y su fiesta era
Fundaci\363n Speiro

la de un santo. Un sacramento alumbraba la vida del que na­
cía;
otro,
la plenitud gozosa del matrimonio; otro, consolaba
al que se iba de este mundo.
»¡Qué fácil era al cura de pueblo, desde la dignidad de su so·
tana, mantener el respeto reverencial y a la vez el gesto afable
y paternal! J Qué figura venerable la del párroco de nuestra
juventud!

Cómo acudían
a él los niño8 a besarle la mano pro•
nunciando
el Ave Maria Purísima. Y a escuchar de sus labios
siempre
una palabra de padre.
El era inequívocamente pastor,
y a él acudían para consuelo y consej-o las tribulaciones de la
juventud
y las penas de la vejez, Y aquellas gentes tenían co­
mo la
máyor honra

de su vida ver a
un hijo suyo sacerdote.
» J Qué grandeza la de los templos que nuestra fe levantó! En
cualquiera
de nuestras aldeas su templo parroquial vale más
que todo el pueblo junto.
» Y qué dignidad y belleza la del culto divino, aun con los me­
dios

más
modestos ••. 1,1 latín, el canto gregoriano, la solemni­
dad de la
misa de Angelus~ obras de una .tradición mi1enaria.
Y

en el
funeral por

el que
se nos fue qué estremecimiento in­
timo en el oficio de difuntos, en el
di!es iroe, en cl responso fi.
nal ...
»Las devociones sinceras de la Vir'gen del lugar9 las. procesio­
nes
de santos, la romería anual ... Apostolado sencillo, religión
entrafiada y de verdad, que nos hizo llegar pujante y consola­
dora la fe
de nuestros mayores, la del mismo Cristo ...
»Pero llegó el postconcilio, y con él, el "nuevo cura".
» Ya

todo terminó. El sabe
más que veinte siglos de catolici­
dad.
En su inmenso portafolios lleva un nuevo culto, casi una
nueva religión que aprendió de maestros
holandeses. Y
un
inmenso desprecio por la fe de aquel
lugar.»i
«Mientras

tanto, las
costumbres se corrompen en los pueblos,
y

la
fe se pierde en las almas. ¿ Quién enderezará ya todo esto,
quién
sembrará de nuevo la fe?»
Esa. ansia de liberación de toda norma, de toda forma de B!Utoridad,
debe naturalmente repercutir a nivel politico _( aunque ya sabemos que en
éste la "liberación·" soda!, concluye en una sociedad de masas sin libertad
civil y sin otra libertad política que la de elegir "el amo" -la expres·ión es
de Joaquín CoSta,......., entre los que le dB11 e elegir).
Consecuencia
de ello es el ansia que los mrus:s · media muestran hoy por
"el ape:rturismo". Este tema también lo ha tratado Rafael Gambra en
EL PENSAMIENTO NAV
AR.RO, en /o,ma ma,¡;straJ, el dia 20 de
mayo de 1974,
bajo el

título
de "APERTua·1sMo". Leamos:
1179
Fundaci\363n Speiro

1180 «Ningún
espíritu
religioso puede
hoy dudar de que el des­
mantelamiento
y ~esarme moral de Occidente se está realizan­
do a través del lenguaje, imprimiendo mutaciones sutiles en el
sentido de las palabras y utilizándolas después como armas de
propaganda, atractivas o disuasorias. La mentalidad del hom­
bre medio no
se mueve

hoy por
id~as ni
razonamientos sino
que es manejada por slogans cuidadosamente elaborados en su
equivocidad conceptual y en su
carga afectiva

o emocional. La
guerra actual no se libra
con armas

que pongan fuera de com­
bate a los
cuerpos, sino

con términos prefabricados que dejan
indefensas a las almas.
»De todos

los
términos ambiguos
que la propaganda revolu­
cionária. ha puesto en

circulación
nin-gano ha · alcanzado
tanto
éxi.t_o y poder decisorio como el de apertura y aperturismo.
»Siendo de suyo una imagen o metáfora espacial,
se usa
en
sentido temporal,
como definición

de un proceso.
Se supone
que se

trata de un
proceso necesario, irreversible (como
dicen
los marxistas), pero también de un proceso que hay que pro­ mover mediante
mia acción consciente y

voluntaria;
se estable­
ce

implícitamente
quCi,· como

toda evolución para
el evolucio­
nismo,
caminará siempre hacia lo mejor o será valiosa en sí
misma. El término (en la imagen que sugiere)
aprovecha los
aspectos

atractivos
que en su

anterior uso tuvo, aunque se les
otorgue ahora
un sentido

y alcance totalmente diferentes. Un
hombre
"abierto" suen-a

mejor que un
espíritu "cerrado"
(ce­
rrado a los
demás, a

lo que sucede, etc.), Cuando
se camina
es
más grato

encontrar una puerta
abierta que
una cerrada (por
más que la impresión varíe cuando
se trata

de
las puertas
que
guardan la propia casa).
»Ningún término

más
e(fUÍvoeo ni
más cínicamente
emplea­
do

en su equivocidad que
éste de aperturismo. Debidamente
do­
sificado para
su utilización

como arma
dialéctica y
propagan­
dística en la manipulación de la mentalidad media y de la
"Voluntad
General' ha

producido unos frutos insospechados de
abandonismo y de completo
desarme moral.
»¿ Qué se

quiere significa_r con aperturismo, con
necesidad
de apertura, coó política aperturista? Cualquier interlocutor no
condicionado preguntaría en seguida:
¿apertura de
qué? ¿Aper­
tura hacia qué?
¿Aperhira 'para qué?»
«Trasplantado
metafóricamente a

la política,
¿ qué se quiere_
significar
con
aperturismo? Ante

todo, se sugiere la impresión
de
que se está ante un muro que es preciso horadar, destruir
Fundaci\363n Speiro

o saltar. (Todo el ~undo sahe1 sin embargo, que hay muros de­
seahle_mente dem,olihles o trasponihles -eomo el muro de la
ve~güenza en Berlín--, pero que hay otros m'u.ros defensivos y
otr:os de sostenimiento de

un
edificio, que seria suicida perlo­
~) •.
El

muro que
~e sugier~ es; -,~ todo caso, up. muro hostil,
hecho de perjuicios y de constricciones., un muro opresivo y,
sobre·todo,

inmovilizador, que impide
el seguimiento progresivo
y creador de la evolución. Cuanto esté establecido o simple­
mente
existía, lo que esta existencia ligue_ u obligue_ -cualquier
.. estructura.. política, la moral, los imperativos religiosos •. ..­
pueden englobarse más

o
meno~ oscuramente
en
este. supuesto
muro,

para propugnar su apertura como una
liberación salva­
dora

Toda defensa
de lo . que es o de cualquier modo de deber
pueden
presentarse así como

cerrazón e inmovilismo, y
su ener­
vamiento

o destrucción como
"ape-rturismo"~
»Proy.ectada
sobre el· orden religioso, la actitud aperturista
ha tenido ya una realización y un éxito autodemoledor e-in pre•
cedentes.»
«Pero llegando a nuestro aquí y ahora, á la España de 1974
que conoce este
boom propagandístico del "aperturismo", ¿qué
significado se otorga,

con exactitud, a este término?
»No se refiere, sin duda, a un abrirse del régimen vigente a
los problemas

económicos de más inmediata realidad.
Desde los
aiíos cincuenta,

esta apertura,· con mejor o peor fortuna, ha
llegado a constituir la
preocupa,ción y

aun el objetivo principal
de su labor política, que viene ª= ceDtrarse en el desarrollo -in­
dustrial y el aumento de
la renta nacional, no obstante lo cual
la demanda de "aperturismo", lejos de
d~ecer, ha aumentado.
Tampoco debe
referirse a

una apertura en
las posibilidades
de
expresión
pública.»
«Habrá

que
buscar, pues,

en_
realidades más

profundas
esa
oscura

y bien orquestada demanda
aperturista.:>
«El

régimen vigente en
España nació

en
19-36 de
un alza­
miento contra
la legalidad de la República (y contra las viola­
ciones
d__e esa legalidad

y ]a evolución que
se imprimió
a la
misma). Las
característ~eas esenciales del

nuevo régimen (por
oposición del derrocado) pueden reducirse a dos:
V'') no es "Un
Estado

laicista que
se -apoye en la Voluntad General como úni­
ca fuente de poder, sino que postula unos Principios Fundamen­
tales, inmutables

y con hase religiosa. Y
2.'), establece
una
re•
presentación

nacional de carácter
orgánico (municipios, profe-
1181
Fundaci\363n Speiro

sione&, etc.) y no individD;alista por sufragio .universa4 ni, por
lo tanto, a través die los partidos u opiniones políticas. Esta teo­
ría de la sociedad y del F.stado enlaza -en estos aspectos eseri­
ciale&----
con la tradición política de la Cristiandad· y rompe
con la

democracia inorgánica y laicista que nació de la
Revolu­
ción francesa.
»Ciertamente
que el régimen establecido hace treinta y ocho
años, aun
asentándose en ese

doble principio
confeaional y or­
gánico

o corporativo, distaba mucho
de la perfección constitu­
cional dentro

de su ortodoxia. Por varias
razones: porque
na­
da hay perfecto en_ el mundo;
porque nació

de una situación de
crisis y violencia; por la
influencia de

los totalitarismos triun­
fantes a la
sazón en

Europa. Esto le situó, inicialmente, en una
posición
restrictiva en

cuanto a su sistema representativo.
»Es muy

lógico, por
lo tanto, que al cierto inmovilismo de un
tiempo en aquella
situación de
emergencia
sustituya una
aper­
tura hacia· el perfeccionamiento (o la ·auténtica
realización) del
régimen

orgánico y confesional Parece, sin
embargo, que
cuan­
tos pasos
se hayan

dado o puedan
darS'e-en
el
-sentido de
insti­
tucionalizar
el poder o en el de-vigorizar las corporaciones mu­
nicipales: o sindicales dejan fríos a nuestros "aperturista·&". No
se trata para ellos
de tales aperturas ni de tal movimiento per­
feccionador.
»Se trata

para ellos
----entiéndase bien-
de abrirse hacia Eu­
ropa
Oa Europa

laicista de los
aliados victoriosos)
y hacia la
democracia inorgánica o individualista de los partidos políticos (bipócritamente
llamados "asociaciones"). Cuanto

no
sea esto no
es

para ellos apertura porque, para
ese aperturismo, la demo,
cracia

inorgánica y el laicis-mo
de Estado están en "el sentido
de
-la evolución" o en "el viento de la Historia" a los que hay
que abrirse,
al paso
que todo
lo demás constituye el muro
hostil que
hay que horadar, demoler o saltar.»
Esta misma linea la sigu.e V allet de Goytirolo en su artículo "RA.zóN
TEÓRICA Y RAz.óN PRÁCTICA", publicado en la tercera página de ABC del
25 de

agosto
de 1914, de la que recortamos su última columna::
«La visión del orden de la creación, en la imagen- que Santo
Tomás
nos ofrece,
tiene la estructura
orgán,ica de
una catedral
gótica infinita, que requiere para su solidez de todos
sus pilares
.]v_, y· para au -armonía exige el adeeuado equilihrio de todos sus
elementos. Las
distintas esferas

del orden de la creación forman
un conjunto del que
ninguna parte puede hipertrofiarse ni minus-
~ ,;,: valorarse. Cada· una jue-ga su propio papel en la total armonía.
1182
Fundaci\363n Speiro

Los ámbitos de lo jurídico y de 1~ nioral, que no pueden olvidar
la naturaleza de las
cosas ni la .r~dad históric~ vi~ las -eB­
feras de los consejos y de los preceptos, de lo que positivamente
debe ser exigido por el Estado u otras autoridades y de lo que
ha de ser determinado por los órganos sociales naturales o por
las
personas privadas, son ámhito& que no deben interferirse,
sino

complementarse en el
armónico conjunto.
»Si alguno de estos ámbitos se debilita o se hipertrofia pierde
el todo su armonía
y con su pérdida toda la catedral, privada de
su equilibrio, peligra en &U estabilidad.
»Pensemos
en

que deje
de funcionar el ámbito de. la moral
-social
al debilitar-se sus sentimientos y deteriorarse las costum­
bres. Entonces:
»-o bien se extenderá el ámbito de lo positivamente im­
puesto por
el E&tado, creándose una presión que asfixiará toda
libertad, adormecerá las
iniciativas, el

impulso
personal y, con
ellas.
la espontaneidad social del progreso, descomponiéndose
los
vínculM sociaJ.es naturales ;1
»-o bien se caerá en un -edonismo egoísta y materialista que
conducirá a la
disolución social, a la

corrupción
y, finalmente, a
la revolución.
»El dilema es fatal y su sali~ después de choques alterna­
tivos
contra uno
y otro término, como una nave en la tormenta
entre
Scylla y Caribdis, tendrá que pasar por el desastre. A no
ser que el Estado se limite a restablecer el orden en lo más pe­
rentorio y se produzca la reacción social imprescindible. Para evi­
tar su descomposición,
aquél debería
estimular esa reacción en
lugar. de tratar de sustituir ·permanentemente a la sociedad en
suS funciones con · intervenciones proté&icas y ortopédicas, con
las cuales al fin . no tendría sino la muerte hernúnhosa de las
máquinas,
según una gráfica expresión de Ortega y Gasset en
"La rebelión de lea masas".
»Es precisa, pues, esa prudente apertura en favor del autén­
tico

fortalecimiento de las
personas, de las familias, 'de los mu­
nicipio~ de los cuerpos

naturales básicos, corporaciones, uni­
versidades, de la restauración biológica del entramado
social y
de la moral enraizada de nuevo en las costumbres ... ;-pero nada
se -conseguiría con la

apertura a las ideologías nacidas de la
razón teórica enloquecida, a las apetencias partidi&tas, a la diso­
lución de
la moral, a la destrucción de la familia y dé las cos­
tumbr~ a

los nuevos mitos
y utopías, cada uno de los cuales
nos
ofrece una estructura modelo,
que sería impuesta
mecáni­
camente
como un· :CÓÍ!.sé ortopédico a la sociedad.)!
1183
Fundaci\363n Speiro

Hada. dónde puede y debe it' JI h¡µ:ia dónde var. JI no debe ir-el 81J)el'.".'
turismo, vino a indicárnoslo hace más de un año y medio Jllllián Gil de Sagre aóN COMO FUERZA: POÚTICA. PoRQUÉ.S DEL DIVORaO ENTRE LA TRADICIÓN
y EL &TADO ACTUAL (EN LA PRÁCTICA)", publicado· el 5 de enero de 1973
en Revista FUERZA N.UEV A d~l que tomamos estos párrflfos:
1184
«Llegamos a 1973, y •..
»... Existe un profundo divoréio entre la sangre que feeundó
al Alzamiento
del 18 de Julio y el cuerpo social, político y eco­
nómico

que late bajo la estructuración administrativa de 1973.»
EXISTE DIVORCIO EN ,EL ORDEN POLÍTICO
«1) Porque el, poder estatal. ha franqueado libremente la.s
fronteras de su competencia, absorbiendo dentro de su órbita fa­
cultades-y fondones que pertenecen a la sociedad a través de
,sus cuerpos

intermedios. El Estado educador,
asegurador, mé-­
d.ico,

agricultor, industrial, comerciante,
etc., ha sustituido el
cometido que corresponde por ·propia competencia y derecho a
la familia, ·a -sus-de'lega_c:iones sociales y· escolares, a las clases y
cuerpos,
oficios y profesiones,. a los labradores, industriales, co·
merciantes-,
etc,
»2)1 Porque la Administración ha centralizado de tal manera
las funciones y los servicios ·públicos, que ha producido la anu­
lación de
los órganos regionales, provinciales

y locales,
extirpan·
do s.u·a:utonOmía, su

vida propia
y su desarrollo. -
»3)
Porque el poder público ejerce un control absorbente
sobre casi todas
las actividades
de los ciudadanos. De
abi esa
proliferación monstruosa y

deforme
de disposiciones oficiales,
a

tres mil por año -véase Colección Legislativa
Aranzadi-, que
ahogan

1a iniciativa y el
ejCrcicio de las

facultades
natÚrales de
la persona, a través de trabas, barreras, obstáculos, requisitos y
murallas administrativas. insalvables. (La apertura hoy de
nna in­
duatria -por ejemplo- constituye un auténtico calvario.) De
ahí también que
el ciudadano, al carecer de una proyección pro,
pía

y natural de orden municipal, comarcal, regional y social, que
pueda eficazmente proteger sus
intereses, se

encuentra
minúsculo
y enano en su pequeñez frente a la acción d.irecta del poder des­
comunal del Esta.do.
»4) Porque en contra&te con aquella centralizació.D adminis-­
trati.va
no

ahoga en raíz
los brotes
de separatismo político que
atentan contra la unidad.de la Patria.
Fundaci\363n Speiro

»5) Porque -resumiendo- contra el princ1p10 tradiciona•
lista "más sociedad y menos Estado"
(Vázquez de
Mella), hoy
tenemos un Estado inmenso sobre una sociedad ridícula, o
bien,
un

Estado
tan social que la sociedad ha pasado a ser Estado.
»Existe divorcio en el orden económico entre los Principios
de la Tradición y la
estructuración real

y de hecho de la
socie­
dad,

porque
lo que impera hoy sobre las estructuras sociales es
el
liberalismo

capitalista (adueñado del poder político), que,
mediante la exaltación
sin control

moral, social
ni político de
las fue¡rzas
económicas,. acapara

todas las
fuentés de la riqueza
en los
monopolios de

unas
pocas-sociedades anónimas p/,urino­
miruiles y plurinacionales,, reduciendo el campo de la propiedad
a
límites exhaustivos,

depauperando las
poblaciones agrícolas,
extinguiendo

la mediana y
pequeña empresa, trasvasando el sec,­
tor

agrícola al industrial,
satui-ando hasta· la asfixia
el cuerpo de
la burocracia parásita y ampliand-o
sin tasa

y
,sin medida la lla­
mada clase proletaria.
»Esa divergencia política, social y económica entre las es·
tructuras
de
hecho vigentes
y los Principios de la Tradición se
traduce en la reacción natural y espontánea de la sociedad contra
los
moldes artificiales

que la
aprisionan: -esa --reacción adoptará
diversos

nombres, se manifestará en
diversos planos, con,stitui­


agrupaciones diversas, admitirá diferencias
accidentales-, pero
poseerá

un "substratum" común: la
defensá de los valorea tradi­
cionales, basados

en el Derecho
Natural, que
en el orden po­
lítico significan
soberanía social. frente a soberanW. política y por
tanto
limitación
dél derecho del Estado por

el Derecho Natural
anterior de las sociedades y cuerpos
intermedios CJl:1-e inte;gran a
la
Nación, y
en el orden económico comportan el.equilibrio entre
las dos
funciones de la economía~· la

individual y la
socia4 equi­
librio

que implica ]a negación tanto del capitalismo liberal como
del socialismo en cualquiera de
sus matices.»
11. TEMAS CONCRETOS, NO MENOS VIVOS Y CANDENTES: LA MEDICINA sOCIA.­
LlZADA Y lA SOCIALIZAOÓN DE LA ENSE~ANZA.
¿Qué .clase de ape,:turi.smo debe proyectarse a estos dos temas?
A) La mewcina sociali.mda.
Veamos primero hasta dónde ha llegado y sigue avanzando la socia.­
lización de la medicina.
En Y A del 12 de diciembre de 1973, Juan Cantavella publicó una e-n--
1185
;s
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