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Número 169-170

Serie XVII

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Sociología del protestantismo (V)

SOCIOLOG,IA DEL PROTESTANTISMO (v)
5. EL PROTES,TANTISMO OOMO NATURALlZAC:lON
DEL CRISTIANJBMO
POR
MIGUEL PoRADOWSKl
Las ideas, como los hombres, tienen su vida y sus luchas. De
manera parecida a [os hombres,
se combaten mutuamente. Hwy.
ideas ce!losas, !la!s que no se · .resignan nunca a oonvivir padficamro­
te con las ottas, siM que se esfirerzan por dominar en exclusividad
a las almas y a los rorazones humanos. De las iderui nacen culturas,
las
que
con frerueocia heredan de sus genirores esta pasión de do­
minio y de exclusividad. La lucha de iderui es frecuentemente segui­
da por el combate de las culturas.
llstas IOOJJIS se manifiestan especia:Imente en11re las religiones.
Cada religión, y especüillmente si at1 mismo tiempo tiene carácter de
una cosmovisión, se esfuerza por dominar por completo el corazón
del 'hombre que la profesa; cada religión desea transformar su ae­
yente
en su servidor.
Los resultados de estas ludbas de ideas, de culturas y de religio­
nes son diversas.

Cuando
las fuemis de los combatientes son des­
iguales, oon fadidad se impooe el más fuerte. El vencedor, sin em­
bargo, no siempre mata ai vencido; a veces !haoe de cl1 su esclavo.
En este caso

tieoe
lugar el fenómeno sociológioo de la asimila,ción,
el cual n.o siempre consiste en ha mismo
término, sino más bien

en la
apropiaci6n, eo el apoderamiento
y la abso,bción pot el vencedor de los valores del vencido. Eviden­
temente,

no todo siempre
resulta "digerible" y, por eso, el proceso
de
asimi'lación, a veces, tiene que se,, pr«edido ,por el proceso de
selección y

eliminación
de los elementos indeseables.
A veces, durante estas largas luchas de ideas, culturas o religiones,
es difícil
darse cuenta quién sem el vencedor y quién el vencido;
quién
asimilador y quién asimilado.
El cristianismo,
como idea, religión, cosmovisión y, genetada
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MIGUEL PORADOWSKI
por ellas, civilización, se Jamó a la conquista del mundo. Donde
ha vencido y asimm'(Jx:ln :las ideas, rolmms, religiones y civfilizaciones
encontradas, se presenta como catolicismo; donde, por el momento,
ha perdido la batalla y 'ha sido •siroHadn por otnlS religiones y ci­
vi!lizaciones, se presenta como herejías o cismas.
Las herejías de origen cristiano y los cismas son, en realidad, el
cristianismo
asimilado por otras .religiones y civilizaciones_ Son in­
numerables,
pero em:re ellas hay d0< qne constituyen un ejemplo
muy
ellocuente, a saber: el protestantismo y la ortodoxia. B1 primero
es el cristianismo asimilado por el germanismo judaizado; la segunda
es el cristianismo asimilado por las civilb,tciones bizantina primero
y la turánica después.
La 1ucba del cristianismo con las creencias germánicas duro
un latgo tiempo, casi 15

siglos. Los
resultadO< de este combate se
hicieron
evidentes
s6lo al final del ,siglo xv, cuando estalló la rebelión
prorestante (1). Todo lo profundamente cristianizado, es decir Jo asi­
milado por ell cristianismo, se quedó con la Iglesia cat61ica-romana,
mientras, donde el cristianismo fue asimilado por las creencias y cul­
turas locales, se separó de la Iglesia católica-romana y se manifestó
como el protestantismo (2).
El proceso de asimilación del cristianismo por las creencias ger­
mánicas muy judaizadas está precedido por un largo proceso de se­
Jeo:ioo y de eliminación de todo Jo incompatible con lo germánico
judaizado;
no

todo
el cristianismo, pues, está asimilado por lo ger­
mánico judaizado, sino exclusivamente los elementos cristianos que
cuadraban
bien con la
idiosincrasia germánica judaizada, s61o lo
qlllO, para el germanismo judaizado, se presentaba "digerible"; Jo
demás está rechazado.
Conviene entonces ver si ha quedado algo de esencial en el o,,is­
tianismo
asimilado por el germanismo judaizado y, por consiguien­
te, si hay algo esencial del cristianismo en el protestantismo.
(1) La rebeli6ri de Lutero es solamente una eotre muchlsimas otras re­
beliones, a.nterlores a él, especialmente en H~landa..
(2) Com.o otro ejemplo ilustrativa: se puede mencionar el mahomeµsmo
el cua.l, desde es-te pu;ito de vista,. es la. asimilación por las creencias mono,.
tefstas
ilrabes, de un cristianismo previamente y casi por completo judaizado.
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SOCIOLOGIA DEL PROTESTANTISMO
Recordemos, pues, cuáles son ios elementos esenciales en el
cristianismo y veamos si estos elementos se encuentran en el pro­
testantismo.
Manteniéndose siempre dentro de un análisis sociológico, es de­
cir solamente desde el punto de vista de la sociología de la reli­
gión, hay que ronstaw que la religión cristiana difiere de todas
las otras religiones,· principalmente por su catácter sobrenatural.
Ef cristianismo se considera a sí mismo no solamente como una re-­
ligión revelada, sino también como una religión sobrenatural; no es
entonces una

obra
,1m,:irana, no es un producto del espíritu humano
(como lo quisiera Kant) o de la cu'l.rura humana, sino que es dado
a1 hombre por Dios; es esencialmente una obra divioa, pues su
fundador es Cristo, el Dios encarnado ( es humana solamente en el
sentido de
que, siendc Cristo su fundador, Hombre-Dios, todo lo
que
El hace es divi<)o.hurnano) y siendo el cristianismo wia religión
sobrenatural,
lo más importante y lo más esencial. en éi es la vida
espirimrl ~brenatuml, es decir Cristo mismo, la gracia increada,
que se comunica a los =yentes bautizados por loo sacramentos.
Pues bien, entre la gran mayoría de loo protestantes predomina el
concdpto del cristianismo romo w,a religión natural. y no sobrena­
tural lo que se manifiesta en el recharo por parte del protestantis­
mo de
casi todos los sacramentos, menos el bautismo.
En segundo
lugar, el

cristianismo
difiere de las otras religiones
por
ser una

religión
institucionalizada en forma de Iglesia, fundada
por Cristo y en Cristo, pues es concebida no solamente como una
organización y comunión de los fieles entre sí, sino romo una
sociedad sobrenarurall, de

hombres y de
Dios, unidos en el miste­
rioso Corpus Misticum Chri.rti, un organismo (3) vivo, espiriruai,
sobrenatural,
que trasciende este mundo temporai, pu,es al,aro,. tan­
to a los que luchan en la tietra por el Reino de Dios en los rora­
rones
humanos (Ecclesü. miütam) y a los que todavía, en el Pur­
gatorio, por el purificador sufrimiento, se preparan al encuentro con
Dios y a '1a convivencia ron El en la felicidad eterna del Cielo,
(3) La Iglesia es la única sociedad humana que puede ser comparada, sin restricciones, a:I organismo biológico.
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MIGUEL POllADOWSKI
(Eccksü, p,,liem), como también se extiende a los que ya están en
el Ciclo y son la "mayoría" (no solamente en el sentido cuantita­
tivo, sino anre todo cualitativo) de este Cuerpo Místico, ron el
mismo Cristo, la Santisim,,. Virgen María, kls Apóstoiles y los Santos
a la cabe,:a (Ecclesi,, tri,,mfans).
Trunpoco hl,y nada de eso en el protestantismo, pues éste, rom­
piendo con Roma y con· la Iglesia visible, rompió no solamenre con
la Iglesia como mstitución temporal, humana, hist6tica, como una
comunidad de

los
creyentes ,en

Cristo,
sino también ron la Iglesia
como
l)J"gaoismo vivo sobrenatural, como el CllilJlPO Místico de
Cristo
(pues lo uno es inseparahle de Jo otro) y por eso -el. protestan­
tismo es solamente una comunidad de los fieles, una realidad na­
tutai,
temporal, una sociedad de los creyentes en Cristo, como cual­
quier otra asociación ,eligiosa o de rulto. El protestantismo, rom­
piendo
con la Iglesia, rompió con Cristo vivo (sólo se quedó con el
Cristo histótico), con la vida espiritual, soh la vida espiritual-sobteoaturaJ; sólo es una cosmovisión, una filo­
sofía de vida, una creencia y un conjunto de retemonias de culto (4).
En
tercer lugar, el cristianismo es un conjunto de dogmas y de
principios morales. Pues bien,
muchísimos dogmas de la fe cristiana
fueron recliazados inmediatamente por el protestantismo, otrOS, po·
co a poco, fueton abandonados a lo lairgo de los siglos, y otrOS los
interpretan de tal maneta qu,e poco de dios quedó intacto. Incluso
los
dogmas centrales del cristianismo, el de 1a Santísima Trinidad
y el del mismo Crj,gto, Hombre-Dios, llegaron a ser, en el protes­
tantismo, clisc:ritibles y presentados de distintas maneras, según las
diferentes sectas, habiendo sectas que lo rechazaron por completo.
Respecto a la ética cristiana, la situáción tampoco se presenta
mejor, a pesar de que hay apariencias a las que el protestantismo da
mucha importancia, ittcluso, ett algunos casos, mayor que a los
dogmas.
Al respecto hay que recordar que la ética otistiaoa no es sola-
(4) Lo que no excluye la posibilidad de que, cada protestante de bue­
na fe, validamente bautizado, pertenezca individualmente al Cuerpo Místico
de Cristo.
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SOCIOLOGIA DEL PI{OTEST ANTISMO
mente, como las otras éticas, un conjuntt> de principios mornles de
conducta individual y soci,Jl, rodilicados, sistiematizados, que obli­
gan a sus creyentes; o mucho más, ya que es, ante todo, una vida se:­
gún la fe, una aplicación práctica del dogma, es el mismo dogma
vivido, railizado en la vid,. de cada día, en la acción; es el dogma
realizado en la vida diaria del aist:iar,jsmo_ Pot eso no se la puede
nunca

codificar plenamente,
presentar en fórmulas, en ptescripcio­
nes concretas. La étim cristiana es est>Lble en sus principios, en sus
fuentes, en los dogmas sobre los cuales está basada, pero es cambia­
ble, viva, e'láscica, en la práctica, en sus. aplicaciones. Nada más
ajeno a la ética cristiana que el formulismo; no son las fórmulas,
sino
la recta conciencia que debería decidir en cada a,so concreto.
Carla exigencia. moral cristiana está basada sobre los dogmas; la
ética cristiana es la aplicación práctica de las exigencias del dogma
en las variadas situaciones de la vida diaria.
Pues bien, el protestantismo abandonó los dogmas cristianos
y entonces no está en condiciones de fomnar las conciencias y de ca­
pacitar
a sus fieles para saca,: pemona:lmente, en cada circunsmncia,
conclusiones adecuadas de los principios de la fe, para .la conducta
diaria. De ahí que, como el judaísmo, acabara en el funcepto de
ética estática, como un conjunto de fónnulas cada día menos justi­
ficadas, porque menos
fundadas sobre

los dogmas, a medida que
estos
dogmas eran abandonados.
Pot el abandono de los dogmas, ]a moral protestante peniió Jos
fundamentos y ron eso perdió también su motivación; quedó en
el vacío. Al
principio, en los primeros años, e incluso siglos, tenía
todavía fuerza por tradición, por inercia, e incluso, en muchos casos,
se presentaba más exigente que la mota! católica. Sin embargo, ron
el

correr del tiempo,
secularizádose, se transformó en un código de
normas de buena conducta para la gente rulta y... nada más. Una
vez laicizada, separada de los dogmas e

incluso de
la fe misma, de­
viene un conjunto
de costumbres que ---romo todas las costum­
bres-pueden set aJoondonadals o, al menos, cambiadas. El capital
moml acumulado pot las generaciones anteriores que todavía vivían
de la fe, de los dogmas, al no set renovado, poco a poco se agota.
De ahí el fenómeno de !a rela.jación de ]as cootumbres en las socie-
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MIGUEL POMDOWSKl
dades. protestantes en los últimos-tiempos,. mientras que, entre los
cat6licos, la relaja.ci6n· de las a>stumbres es siempre un fen6meno
pasajero, pues ráp~re se Vll'e!ve a la fuente, al dogma, como
la base de la norma inmutable; entre los. protestantes es un fen6-
meno . irreversible,
pues

no
hay a qué votlver cuaudo las fuentes se
seau:on para siempre ,por di abandono del dogma. Por algún tiempo
se
puede acudir al faociseísmo o servltse de la hipocresía, pero, tarde
o
temprano, viene el abierto laicismo, es decir una minca y completa
ruptum
= el cristianismo.
Parece evidente,
entonces,

que el
protestantismo no =tiene
nada de Jo esencial dcl cristianismo, pues la de la ética cristiana, pero debilitada al máximo por el abandono
de los dogmas, no basta para que se pueda reronooerlo como religi6n
cristiana, es decir revelada. Incluso muchos de los protestantes min­
camente rorrstatan que ellos consideran al cristianismo como la más
bella y la más sublime rcligioo, pero purameote humana, un produc­
to de la cul-.;, el más wlioso y el más pt manidad,
el más exquisito logro del espirim humano y •.• nada más.
Hay ge¡ite que no cuestiona el catácter cristiano del protestan­
tismo eo nll..ón, solamente, de que consideran como indiscu:tible el
hecho de que el protestantismo guaocda y respeta el Decálogo. Y
es
verdad que 01si todas las sectas protestantes resperan sincera y
seriamente el Decálogo· a pesar de que lo inteopretan de distintas
maneras. Pero cabe preguntarse: el ac,tamiento del Decálogo, por
muy severo ,¡ serio que sea, ¿es índice de lo cristiano? Es evidente
que no,
pues el Decá1ogo no . es algo específica.m<,nte cristiano; es
dado por Dios a rodm los hombres, de todos los tiempos, de todas
las rulmras. El · Decálogo es solamente una expresa y concreta for­
mulaci6n del derecho namral, el cual dbliga a todos y no solaimente
a los mosaístas y cristianos; es 1o mínimo que cada hombre, para
poder llevar una vida humana (y no la de un animal) tiene que oJ,.
servat; es una forma, la escrita en las pie:!ras de Moisés, de la ley
natura:!, grabada por Dios en el coraz6n de Clda hombre, como
nos fo recuerda San Pablo en -su carta a los romanos; es el mi­
nimum sin el cual el hombte deja de ser !hombre, rebajindose coos­
cientemente
al nivel de la bestia y haciéndose peor que los anima-
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SOCIOLOGIA DEL PROTESTANTISMO
les, como lo dice Sanro Tomás: malus homo peior bestiae et plm
nocet (Ila Ilae, 64, 2 a El Decálogo, pues, obliga DO solamente a 1os cristianos y a los
judíos, a los cuales ,es dado por Dios poc intermedio de Moisés, sino
a
todos los hombres y su acatamiento por los protestantes no puede
ser considerado como prueba de fidelidad al cristianismo, sino de
fidelidad a la
moral naruraL Para ser cristiano se necesita algo más
que vivir según el Decálogo; se necesita tener la fe en Cristo, el
Verbo eocarna Cristo,
según su nueva ley, la ley del
amor, lo cual DO es posible
sin la ayuda de

Crisro, y cuya fe El
nos otorga ron su gracia san­
tifkante
por

los
sacramentos, pues con

sus
propias fuerzas el hombre
no
es capaz

de
llevar esre tipo de vida espi,:ituaL Hemos visto que
rodo eso está ausente en el protestantismo.
El cristianismo protestanre no es un cristianismo verdadero; es
UJ1 sucedáneo del cristianismo, UJ1 sucedáneo mur peligroso y da­
ñino, pues

los
que lo

reciben con
bueno fe están ronvencidos de que
reciben
UJ1 auténtico cristianismo y por eso -DO demuestrnn preocu­
pación por seguir buscando Ia verdad. El Evangelio deja de ser para
ellos una "buena nueva"', pues ya está conocida en su interpret>lción
protestante; al recibir el sucedáneo del cristianismo están conven­
cidos de que
mben no el ~áneo sino [o auténtico y así quedan
engañados. Lo pooir es que es1!e falso cristianismo, tomado por el
verdadero, actúa como vacuna rontm la auténtica ewngelización.
Así
como
UJ1 organismo biológico, al ser va:cuna contra el virus o -baaeria respectivos, los pueblos protestantes, por
la "vacuna" protestante, se hocen reacios a la aceptación del autén­
tico cristianismo. Es "8bido que ~ fácilmente reciben a los misio­
neros de la I¡jlesia los paganos que los pueblos ya convertidos al pro­
testantismo, y esto es válido tanto dentro como fuera de Europa.
Desde

el
punto de
vista de
la sociología de la religión, el pro­
testantismo se

presenta como un
conglomerndo de elementos del
paganismo
germánico, dél judaísmo y del cristianismo. La propor­
ción de
estos ,elementos es muy variada según las sectas. Algunas de
ellas son más gennánicas, Otras más judaicas y Otras más cristianas,
pero ninguna puede ser clasificada como auténticamente cristiana.
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