Índice de contenidos
Número 187
Serie XIX
- Textos Pontificios
- Estudios
- Actas
- Ilustraciones con recortes de periódicos
- Crónicas
Autores
1980
Discurso de María de los Ángeles Badía [San Fernando 1980]
tudes que son necesarias practicar hoy día _rara salvar a la Patria y
mantener su unidad.
Finalmente, Antonio
G. de Cortázar y Sagarmínaga, Director de
Verho, señaló cómo en la lucha por la religión y la. Patria, Speiro
continua su labor en la fidelidad a Cristo, su obediencia al Magis
terio
y su lealtad al Derecho ·natural y cristiano, finalizando su alo
cución con un recuerdo para los hombres vascos y castellanos que
construyeron
y pilotaron las naves con las que el Rey Santo tomó
SeYilla, en un encendido y emocionado reclamo por Ia Patria.
Todas las intervenciones fueron muy aplaudidas, y felicitados
efusivamente
los oradores, que pusieron fin a
una reunión
más,
ale
gría y esperanza, de los amigos de la Ciudad Católica.
Enrique
Mendoza Delgado
DISCURSO DE MARIA DE LOS ANGELES BADIA
Buenas noches a todos.
Antes de comenzar, quiero agradeceros la oportunidad que me
brin
dais
al permitirme dirigiros unas palabras a modo de discurso.
Como todos sabéis, celebrarnos hoy dia 30 de mayo la festividad
de
nuestro
Patrono San Fernando; muchas cosas se pueden decir
del santo
rey español_:
habréis de perdonarme por no hablar esta noche del
gran
monarca
español,
la raz6n es muy sencilla, mis compañeros de diserta
ción fo harán mucho mejor que lo pueda hacer yo; por otra parte, esto
me permite
hablaros de algo que como
joven católica
me preocupa.
Permitldme que
cite
a Antonio
Rivera cuando dice:
'"El gran pro
blema
de
España es
que la conciencia de los españoles carece de
for
mación. cristiana".
"Para
conquistar a España para Cristo hace falta
una fuerza más penetrante
e
íntima que la de los partidos políticos, y
que sólo reside en la Iglesia y en la unidad de fe de los españoles".
He querido
comenzar con
estas
dos frases de Antonio
Rívera
porque
en ellas late el espíritu de fo que os voy a decir.
Estamos asistiendo a un triste espectáculo: no ,ne refiero al político,
sino al religioso: la juventud
española ha dejado de ser española y
ca
tólica,
me atreverfa a decir
que no
es ni juventud; ha perdido la
gene
rosidad y el idealfsmo que siempre la han caracterizado, se ha vuelto
egoísta e
interesada, sólo le preocupa la satisfacción de
su ego
y
vivir
para
el placer, y lo más grave es que ignora a Dios; como se diría hoy:
"pasa de Dios", de Dios y de sus leyes.
El analizar las causas de esta situación nos podrfa llevar horas y
quizás no
llegáramos a ninguna conclusi6n práctica. No sirve para
nada
el hacer el diagnóstico de una enfermedad si 110 se pone un tratamiento
a la mlsrna.
Este es el
punto clave,
¿qué hacer ante este estado de
cosas?_: desde
lueRO la
lamentación no conduce
a nada, hay
que pasar
a la acción, Y
aquí surge
de nuevo fa
misma pregunta: ¿qué hacer?
La respuesta
ya
Fundaci\363n Speiro
nos la dio Antonio Rivera antes: es necesaria una formación cristiana
de
la
conciencía de los espafioles; dando
un paso
más¡ podemos
decir
que es necesario formar lideres, líderes católicos, formar apóstoles. Como
decia al
principio, es cierto que la juventud española ha de
jado de ser católica, pero no es menos cierto que todavía quedan algu
nos jóvenes
católicos; tenemos que reconocer que pocos, pero esto no
sígnifica
nada, pues menos eran los
Apóstoles e hicieron la labor que
Jesucristo les encomendó. Pues bien, muchos de estos
jóvenes tratan
de
ser auténticos catóiicos, es as{ como surgen los movimientos juveniles
católicos~· algunos,
los menos, logran mantenerse con vida; otros, los
más, se
hunden
nada más
nacer, si es que llegan a nacer, y
esto último
¿por qué?, la respuesta puede ser que muchos de estos grupos se poli
tizan, pierden
su esencia, podrfrunos decir
de nuevo que
''para conquistar
a España
para Cristo hace
falta una fuerza más penetrante e íntima
que la de los
partidos politicos,
y qu:! sólo reside en la Iglesia y en la
unidad de
fe de los
espa,ioles".
Speiro realiza una gran labor al formar a ióvenes en la doctrina
católica y tradicional
de la Iglesia; es imprescindible que esta
labor no
sólo
continúe, sino que
sea intensificada. Es necesario formar líderes ca
tólicos, formar apóstoles; esta es la respuesta a la actual situación de
España. Para Dios y para
Espalía se necesitan jóvenes
católicos
dí.~puestos a
difundir
estas dos
grandes máximas;
Dios y
Patria, dispuestos a ser
apóstoles
y soldados
entre
sus compañeros,
sus amigos y enemigos, para
que todos vean que aún quedamos católicos españoles
dispuestos para
la santidad, templados en tono heroico
y capaces de dar la vida por el
perdón
y la salvación de los españoles, para que así los jóvenes que
sienten profundamente
a Dios y a España y están aún dormidos, pierdan
el miedo y se unan como apóstoles y soldados en la consecución y en la
defensa
de esa España que todos queremos,
una Patria católica.
DISCURSO DE BENJAMIN CERVANTES
Honorable Presidium, amigos de la Ciudad Católica, en esta ocasion
se me ha conferido el honor de dirigir a ustedes la palabra, agradeciendo
su benevolencia.
Hoy nos reunimos
para conmemorar la festividad de nuestro Santo
Patrón, San
Fernando, quien
fue
rey de
Castilla
y León.
En todas las épocas de la
historia se
han dado grandes personajes,
pero la Edad Media es, sin duda, la que
más grandes
santos y personajes
ha dado. Fernando Jll de Castilla es un gran santo y
un gran personaje
de la
Edad Medía, su santidad la obtuvo con la rectitud de su vida como
gobernante cristiano. Hoy, no me propongo biografiar a nuestro Santo Patrón, sino extraer
algunas enseñanzas
de su
vida, que
sirvan de ejemplo para nuestra
exis
tencia. En
Fernando 11[ de Castilla se dieron cuatro constantes, que fueron:
L Su acendrada religiosidad.
2. Su vocación de reconquista .
. 1. Su anhelo de uiiidad de España.
4. Su deseo de no pelear nunca contra príncipes cristidnos.
941
Fundaci\363n Speiro
mantener su unidad.
Finalmente, Antonio
G. de Cortázar y Sagarmínaga, Director de
Verho, señaló cómo en la lucha por la religión y la. Patria, Speiro
continua su labor en la fidelidad a Cristo, su obediencia al Magis
terio
y su lealtad al Derecho ·natural y cristiano, finalizando su alo
cución con un recuerdo para los hombres vascos y castellanos que
construyeron
y pilotaron las naves con las que el Rey Santo tomó
SeYilla, en un encendido y emocionado reclamo por Ia Patria.
Todas las intervenciones fueron muy aplaudidas, y felicitados
efusivamente
los oradores, que pusieron fin a
una reunión
más,
ale
gría y esperanza, de los amigos de la Ciudad Católica.
Enrique
Mendoza Delgado
DISCURSO DE MARIA DE LOS ANGELES BADIA
Buenas noches a todos.
Antes de comenzar, quiero agradeceros la oportunidad que me
brin
dais
al permitirme dirigiros unas palabras a modo de discurso.
Como todos sabéis, celebrarnos hoy dia 30 de mayo la festividad
de
nuestro
Patrono San Fernando; muchas cosas se pueden decir
del santo
rey español_:
habréis de perdonarme por no hablar esta noche del
gran
monarca
español,
la raz6n es muy sencilla, mis compañeros de diserta
ción fo harán mucho mejor que lo pueda hacer yo; por otra parte, esto
me permite
hablaros de algo que como
joven católica
me preocupa.
Permitldme que
cite
a Antonio
Rivera cuando dice:
'"El gran pro
blema
de
España es
que la conciencia de los españoles carece de
for
mación. cristiana".
"Para
conquistar a España para Cristo hace falta
una fuerza más penetrante
e
íntima que la de los partidos políticos, y
que sólo reside en la Iglesia y en la unidad de fe de los españoles".
He querido
comenzar con
estas
dos frases de Antonio
Rívera
porque
en ellas late el espíritu de fo que os voy a decir.
Estamos asistiendo a un triste espectáculo: no ,ne refiero al político,
sino al religioso: la juventud
española ha dejado de ser española y
ca
tólica,
me atreverfa a decir
que no
es ni juventud; ha perdido la
gene
rosidad y el idealfsmo que siempre la han caracterizado, se ha vuelto
egoísta e
interesada, sólo le preocupa la satisfacción de
su ego
y
vivir
para
el placer, y lo más grave es que ignora a Dios; como se diría hoy:
"pasa de Dios", de Dios y de sus leyes.
El analizar las causas de esta situación nos podrfa llevar horas y
quizás no
llegáramos a ninguna conclusi6n práctica. No sirve para
nada
el hacer el diagnóstico de una enfermedad si 110 se pone un tratamiento
a la mlsrna.
Este es el
punto clave,
¿qué hacer ante este estado de
cosas?_: desde
lueRO la
lamentación no conduce
a nada, hay
que pasar
a la acción, Y
aquí surge
de nuevo fa
misma pregunta: ¿qué hacer?
La respuesta
ya
Fundaci\363n Speiro
nos la dio Antonio Rivera antes: es necesaria una formación cristiana
de
la
conciencía de los espafioles; dando
un paso
más¡ podemos
decir
que es necesario formar lideres, líderes católicos, formar apóstoles. Como
decia al
principio, es cierto que la juventud española ha de
jado de ser católica, pero no es menos cierto que todavía quedan algu
nos jóvenes
católicos; tenemos que reconocer que pocos, pero esto no
sígnifica
nada, pues menos eran los
Apóstoles e hicieron la labor que
Jesucristo les encomendó. Pues bien, muchos de estos
jóvenes tratan
de
ser auténticos catóiicos, es as{ como surgen los movimientos juveniles
católicos~· algunos,
los menos, logran mantenerse con vida; otros, los
más, se
hunden
nada más
nacer, si es que llegan a nacer, y
esto último
¿por qué?, la respuesta puede ser que muchos de estos grupos se poli
tizan, pierden
su esencia, podrfrunos decir
de nuevo que
''para conquistar
a España
para Cristo hace
falta una fuerza más penetrante e íntima
que la de los
partidos politicos,
y qu:! sólo reside en la Iglesia y en la
unidad de
fe de los
espa,ioles".
Speiro realiza una gran labor al formar a ióvenes en la doctrina
católica y tradicional
de la Iglesia; es imprescindible que esta
labor no
sólo
continúe, sino que
sea intensificada. Es necesario formar líderes ca
tólicos, formar apóstoles; esta es la respuesta a la actual situación de
España. Para Dios y para
Espalía se necesitan jóvenes
católicos
dí.~puestos a
difundir
estas dos
grandes máximas;
Dios y
Patria, dispuestos a ser
apóstoles
y soldados
entre
sus compañeros,
sus amigos y enemigos, para
que todos vean que aún quedamos católicos españoles
dispuestos para
la santidad, templados en tono heroico
y capaces de dar la vida por el
perdón
y la salvación de los españoles, para que así los jóvenes que
sienten profundamente
a Dios y a España y están aún dormidos, pierdan
el miedo y se unan como apóstoles y soldados en la consecución y en la
defensa
de esa España que todos queremos,
una Patria católica.
DISCURSO DE BENJAMIN CERVANTES
Honorable Presidium, amigos de la Ciudad Católica, en esta ocasion
se me ha conferido el honor de dirigir a ustedes la palabra, agradeciendo
su benevolencia.
Hoy nos reunimos
para conmemorar la festividad de nuestro Santo
Patrón, San
Fernando, quien
fue
rey de
Castilla
y León.
En todas las épocas de la
historia se
han dado grandes personajes,
pero la Edad Media es, sin duda, la que
más grandes
santos y personajes
ha dado. Fernando Jll de Castilla es un gran santo y
un gran personaje
de la
Edad Medía, su santidad la obtuvo con la rectitud de su vida como
gobernante cristiano. Hoy, no me propongo biografiar a nuestro Santo Patrón, sino extraer
algunas enseñanzas
de su
vida, que
sirvan de ejemplo para nuestra
exis
tencia. En
Fernando 11[ de Castilla se dieron cuatro constantes, que fueron:
L Su acendrada religiosidad.
2. Su vocación de reconquista .
. 1. Su anhelo de uiiidad de España.
4. Su deseo de no pelear nunca contra príncipes cristidnos.
941
Fundaci\363n Speiro