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Número 207-208

Serie XXI

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I. El evolucionismo como pseudoreligión metacientífica que científicamente está sin demostrar. II. Terrorismo intelectual y periodismo. III. La descristianización de España

ILUSTRACIONES CON RECORTES DE PERIODICOS
l. EL EVOLUCIONISMO COMO PSEUDORELIGIÓN METACIENTÍFICA QUE CIEN­
TÍFICAMENTE ESTÁ SIN DEMOSTRAR.
Se celebra este año el centenario de la muerte de Charles Robert
Darwin. El eco es ruidoso. Pero el ruido no nos interesa, sino la real
entidad de ese eco y el contenido de la obra que es tomada como
motivo para producirlo. Conviene, para ello, no cqnfundir a Darwin
con el darwinismo.
Precisamente en el primero de los recortes de peri6dico que vamos
a recoger en este número de
VERBO, que corresponde ,al articulo de la
tercera plana de
ABC del 28 de marzo de 1982, DARWIN EN ESPAÑA,
firmado por el profesor Juan Rof. Carballo, se refleja esta pregunta:
c"¿Era el propio Darwin darwi.nista?". Así titula en la revista
La Recherche una buena crítica del darwinismo Pierre Thuillier,
en enero de este año.>
Conviene no confundir la labor científica de Darwin con la teorfa
que, tratando de dar una
explicación a

los cambios observados, cons­
truyó sobre

datos· que había recogido como
científico, pero
que reba­
saban la realidad mostrada
par ellos.

Mucho más necesario
es no iden­
tificar

esta labor y aquella teoría
-que, como

tal, en
la concepci6n
científica moderna, no es sino un

andamio provisional para seguir es­
tudiando-- con su utilización, elevada a dogma
metacientifico, para
traducir

la perspectiva religiosa del mundo de una nueva manera. En
el mismo artículo nos lo explica
Roff Carballo, teniendo a la vista, o
por lo
menos en

su recuerdo fiel, las cincuenta
páginas dedicadas a
España

del libro de
Thomas F. Glick, profesor de la Universidad de
Boston,
''The Comparative Reception of Darwinism'', referentes a la re­
percusión que en nuestro país tuvo la obra de
Darwin.
c ... loe autores en pro y en contra de lo que llamaban "dar­
winismo", palabra que venía a sancionar una concepción mate­
rialista del hombre que explicaba todos
loe misterio!½

que ofre­
cía respuestas para todo y los que se aferraban al credo de la
869
Fundaci\363n Speiro

Iglesia, no tenía ya nada qoe ver con la verdad científica. Manuel
Polo y
Peyroló~ de
Valencia; Martínez Malina, Luis Pérez
Míngti.ez, de

Valladolid; Juan Vilanova, etc., destacaron en la
contienda. Que se reflejaba en claustros, sacristías y hasta en
las pequeñas ciudades universitarias, como Santiago de Com­
postela, muy

dominad_a_
por reaccionarios
y, por consiguiente,
también por los
que identificaban

las teorías de Darwin
con el
"progresismo".

Los Ateneos en Madrid y en Valencia, las
inci­
pientes sociedades científicas, la Sociedad de Antropología, el
Instituto de Sociología de
Madr~d, la Sociedad de Histología y
el Instituto Libre de Enseñanza, participaban abiertamente o desde un segundo plano en una disputa que traducía profundos
movimientos históricos
d~l alma española.»
Y prosigue:
870
«Glick distingue tres fases en la batalla por el darwinism,,
en

España:
la de la "polarizacii,On", la de la "'normalización" y
la de 1a "popularización"~ Pero, a mi modo de ver, estaba ocu­
rriendo algo muy
nuestro, y

desde luego muy importante. Las
ideas de Darwin o de otro cualquiera,
siempre complejas,

con
núcleos de verdad y con aditamentos que trataban de ocultar
sus puntos flacOs o

que, a
veces, eran

mejores que la teoría ori­
ginal, importaban poco. Con todo ello se
fabricaba como una
dura

y rígida cachiporra con la que unos españoles nos
golpeá­
bamos

a otros, lo mismo que en el famoso lienzo de Goya dos
desharrapados se
atizan desesperadamente

con unos
garrotes.
Hay

en la evolución del darwinisn:i.o en España, a fines del ,
sigl()
pasado,

no poco
de impulso persecutorio, de afán de meter las
ideas
ell la cabeza del prójimo, pero abriéndosela antes para q_ue
penetren

bien en ella. Lo que Glick. llama "polarización"
~s
ese estrato perentorio

propio de las gentes cuya angustia no
ha
sido todavía_ elaborada por estructuras robustas, no sólo intelec,.
tu.alee, sln,o
emocionales.

Y esto
se encontraba
-y se encuentr_a­
aún en personas que en aparien(iia son de alto nivel
científico~
político

o
religioso.
»Lo
triste

es que hay que aceptar el juicio despectivo de
Glick:
~~Apenas podía

escucharse en ambos campos una .idea
original ... , las reflexiones ( con
la importante y calif~cada excep­
ción

de los
neurohistólogos) eran
en cuanto a creatividad cien­
tífica de un nivel muy bajo ...
"-· Si

no hubiese ocurrido- .así, pron­
to se hubiera visto que,. paradójicamente, los dos campos
se mo­
vían

en
una misma vi)sión raquítica
del mundo. Dice
J ohn Lyon
Fundaci\363n Speiro

en su Historia de la Iglesia {marzo de 1972): "El universo sobre
el que combatían
Darwin y los - defensores de la teología natú.ral
era,

en
realida~ un

mismo
universo". Waltar

F. Cannon
podí~
paradójicament~
afirmar: "El darwinismo fue

el triunfo de una
forma cristiana de representarse el mundo, sobre otras perspec•
tivas propias de los
hombres de ciencia.,.»
El profesor Roff Carballo concluye recordando los decenios en que
la obra de
Teilhard de Chardin tuvo amplia acogida aqui en España,
que culminó con la publicación por la B. A.
C. del libro "LA EVOLUCIÓN".
del cual escribió el capitulo EL FUTURO DEL HOMBRE:
«Hoy tendría que escribirlo de otra manera, pues en pocos
años nuestras ideas sobre el cerebro humano y su modelación
en los primeros meses de la
existencia han

recibido aportaciones
·singu.larisimas, tales

como las que suponen la existencia de cen­
tenares de neuromoduladores, sustancias que
lo mismo actúan a
ni,ivel del tubo digestivo

que
en las

más elevadas esferas de la
inteligencia o de la sensibilidad; la bipolaridad de los
hemisfe­
rios

cerebrales, con la apertura a mundos que el ·hombre de la
era técnica había desdeñado, y la íntima conexión que los siste­
mas defensivos e inmunitarios del organismo
~ne con

las
estructuras cerebrales superiores.
»La gran

revolución en los últimos años consiste, dicho su­
cintamente, en reconocer que el origen del hombre no es un
problema zoológico, sino histórico. El
••origen del espíritu.~• es
ahora

el tema central de la evolución. El
da~smo no
enten­
día más que de
un menguado se~tor de

la inteligencia humana,
la que llamamos
·~eligencia técnica".

Para él no
había más
que el

hombre como ser que fabrica instrumentos. Pero esto es
un gigantesco error. La fantasía, el juego, la creatividad artística
no
son "productos"

que
se insertan sobre lo biológico, sino que
nacen

de las más remotas raíces de la Biología, Así hemos apren­
dido a

ser prudentes ante los problemas evolutivos y, sobre todo,
a darnos cuenta de que jamás la
Biologí~ limitada

a sus fuer­
zas
Y métodos, pridrá resolverlos,

sin
'el concurso y despliegue
de las demás ciencias del
hombre.>
Estas nuevas ideas precisamente han 'dimanado como consecuencia
de

las más recientes
experiencias efectuadas sobre el mismo

cerebro hu­
mano. En ellas ha participado el profesor
Jordi Cerv6s Navarro, que
es presentado en
ABC del dia 16 de abril, .en el proemio y en ·1a conclu­
sión

de la
entrevista que le hizo·AndréS Garrigó· titulándola: UN ESPAÑOL,
871
Fundaci\363n Speiro

PRIMERA AUTORIDAD MUNDIAL DEL CEREBRO. EL PROFESÓR CERVÓS INVES­
TIGA EN
BERLÍN UNA VEJEZ MÁS FELIZ.
«La primera autoridad mundial del cerebro -lo afirman mu­
chos
especialistas-es un español de Barcelona, Jordi Cervós
Navarro, catedrático
y director del Instituto de Neuropatología
de la Universidad LU,re de Berlín! Las facultades de Medicina
de loe cinco Continentes se disputan sus conferencias. Ha pro­
nunciado ya
más de
quinientas en Estados Unidos, Rusia,
Chin~
América Hispana ... Ahora sus discípulos nipones le han invitado
para varias semanas al Japón. Pero antes ha aceptado una
gira
por

Madrid, Barcelona, Bilbao
y otras ciudades españolas.>
Ante la protesta de Cervós -J'primera autoridad sólo lo soy en la
microcirculación de la sangre .. -, añade:
872
«La modestia del profesor no quita que él y su equipo inves­
tigador hayan cortado ya más
de seis mil cerebros humanos
(ningún indio apache llegó a cortar tantas cabelleras, le digo
en broma), de los
eoales unos quinientos pertenecían

a nonage­
narios y una docena a personal de cien o más años de edad. Su
!uta de

publicaciones es interminable, y su último libro,
publicado en Nueva York, es considerado la última palabra en
la
materia.>
Y concluye:
«Oscurece en BerLino Antes de despedirme del profesor le
pregunto por otra faceta de
su rica
personalidad, la política
uni­
versi~aria. Cervóa,
en

efeeto, ha llegado más alto en el gobierno
de
una Universidad

europea que ninguno
de nuestros compa­
triotas.
En 1974 fue elegido democráticamente vicepresidente de
la Universidad Libre de Berlín, en plena rebelión estudiantil.
Más tarde

le ofrecieron la presidencia, su gestión había
sido un
éxito.
>-La rechacé porque eso me alejaba demasiado de la cien­
cia. Mis experiencias me exigen cada vez más tiempo y el año
pasado decidí también dimitir como decano de la Facultad de
Medicina y director de lri. Clínica Universitaria Steglitz.
:.Esa libertad recobrada le permite ahora viajar un poco más,
tanto al

Este como al
Oest~ y enjuiciar los progresos de la Me­
dicina en los principales países del· mundo.
>-En lá Unión Soviética están muy atrasados · en Medicina,
Fundaci\363n Speiro

aunque no tanto como en China. De vez en cuando les sale al­
gún Paulov, pues tampoco empezaron a cero en 1917 ..• Pero el.
temperamento

ruso, poco
organizado, unido al

sistema
marxista,
da rendimientos negativos en casi todos los terrenos, salvo el
de las industrias bélicas.
»Cervós conoció a Ortega y Gasset en Alemania cuando el
filósofo· español era e_l más leído allí junto con
Bei,degger. Pero
a

diferencia de don José, Jordi no piensa volver a España. Es
mi caso paradigmático de "fuga de cerebros".:»
La entrevista no tiene desperdicio. He aquí Unas muestras:
«-Algunos intentan manipular el cerebro para conse·guir hom•
bree más inteligentes, otros se contentarían con
"lavar" cerebros
o

programarlos.
¿ Qué dice a eso la ciencia? -le preguntamos
»-¿Programar cerebros? Nadie cree que sea, nece.sario. Ade­
más, científicamente es imposible. Lo único que sí se puede
hacer

es
conseguir que salga gente degenerada, Eso

ya
lo intuía
Aldoux Huxley

en su
Mundo feliz. Manipuland,;, se pueden· fa­
bricar chapuzas, hombres tarados --como los niños de

la
Tali­
domida-
o tullidos. La máxima posibilidad

de perfección hu­
mana es la que da el
útero materno.
>-Se habla ahora de parapsicología, fenómen;os telepáticos ...
¿ Qué porvenir ve usted a todo eso?
»-No es ninguna novedad; a lo sumo es una moda que vuel­
ve. En

el siglo XIX,
en las tertulias científicas, se puso de moda
hablar de hipnosis. Ramón y Cn.jal y. Freud la _practicaron. Tam­
bién
yo he
hipnotizado, pero
eso no
me in.teresa. Hace unos años
-estuve
tres

meses
dedicado a

la- telepatía en
lnnsbruck: nunc,1
sacamos agua clara de esas experiencias.
»-Pero se dice que normalmente sólo empleamos una pe­
queña parte de las posibilidades del cerebro.
¿ Cómo sacarle
todo su rendimiento?
»-Eso sí es cierto; usamos poco el cerebro. Pero ahí lUJ
hay panaceas ni píldoras· mágicas que nos vayan a ahorrar el
esfuerzo de cultivar nUC$tra inteligencia. Simplemente hace falta
tiempo y esfuerzo. Por ejemplo,. en vez de despUfarrar tiempo
-en el

fútbol o en cosas menos
útües, podríamos
dedicarnos a
aprender
idiomas. Y

o hablo
siete y no éstoy saturado, hay quien
habla
veinte. Piense usted

que no hay fantasía que haya
podido
imaginar un. novelista

que
no la haya pensado un científico, y,
sin
embargo, hace cuarenta años que sale la noticia del remedio
-contra el

cáncer
y nunca es verdad.»
873
Fundaci\363n Speiro

Entrando en el terreno de la evolución y del evolucionismo, prosigue
la entrevista:
874
<-Profundizando en el cerebro, ¿ha hallado usted alguna
prueba de la teoría evolucionista?
>-No. La evolución sólo puede ser la suma de lo existente.
En el cerebro, en cambio, vemos que la suma de las partes no
explica
el todo, como no se
explica una casa por la suma ~
sus ladrülos. Si ya el átomo es algo muy diferente de la suma
de sus protones
y neutrones, más aún el sistema intelectual es
algo diverso a la suma de las célul.as nen,iosas; aquí dos y dos
no

son cuatro, sino
cinco. Es gratuito suponer que en cada mo­
lécula haya un principio de animación, que cada molécula tenga
una
"psique", como
pretendió Teilhard
de Chardin. Eso será,
a lo sumo, poesía
pséudocientífica, pero está

muy lejos
de la
realidad. La
teoría evolucionista

ha quedado sin demostrar
y
casi ningún hombre de ciencia la sostiene ya. En el mejor de
los
supuestos el

Universo es demasiado joven para que pudiera
darse evolución.
Vemos que

hay animales -los tiburones, por
ejemplo- que
han pasado millones de años sin cambiar lo más
mínimo. No, no ha habido tiempo para la evolución.
»-¿Podría aclarar eso de que ··dos y dos son cinco" en el
cerebro?
>-Cinco, o cinco billones de billones, por decir una cifra
"pequeña". No ba.sta la biología y la

bioquímica cerebral,
y
mudho menos su fisiología, para explicar la inteligencia. La más
simple capacidad intelectual de un
niño sobrepasa
infinitamente
la suma total
de capacidades de los elementos biológicos y bio­
químicos

que
componen el

cerebro. Hasta
hace poco
se
creía
que
el

estudio
del cerebro revelaría la
causa
de la facultad in-­
telectiva del hombre. Hoy, con los más sofisticados ordenadores,
se
ha visto que, aun si llegáramos a examinar una por una los
billones de células del cerebro
y conocer la misión "sensible ..
que realiza cada una de ellas, no lograríamos captar la causa
de la
inteligencia, que

ya
existe -aunque aletargada--en

un
niño recién nacido.
»-¿De dónde nos viene, pues, esa extraordinaria fuerza in­
telectual?
>-Para los biólogos y bioquímicos esa fuerza nos llega de
algo inaprehensible y ajeno al propio cerebro; nos llega de la
"cérebrización del
cerebro".

En el cerebro
huma.no dos y dos
da algo inconmensurable, ol.go que no tiene fronteras ni fin,
pues

abarca el cielo
y la tierra.
Fundaci\363n Speiro

»-¿La ciencia no está, pues, en contradicción con la exis­
tencia de un alma espiritual
que explique
la inteligencia hu­
mana?
»-No, no hay incompatibüidad. Es más, la explicación bio­
lógica y bioquímica de la cerebrhación del cerebro es que no
hay ninguna ley física,
ni biológica, ni

bioquímica, que
explique
la

inteligencia humana. Eso
es lo
que
hace al
hombre
distinto
del resto
del Universo que le rodea.»
II. TERRORISMO INTELECTUAL Y PBRIODISMO
El pseudocientifismo empleado como arma arroiadiza es un instru­
mento constantemente utilizado con finalidades politicas por periodistas,
por autores de obras de vulgarización, por "'intelectuales" de salón,
co­
locados

en el
"mostradoiT" que
surte de conferencias, artículos
y libros
a quienes se consideran selectos,
y lo son en cuanto al escalón social en
el que se mueven, dentro de la sociedad de masas en la que se hallan
inmersos mental
y sentimentalmente, creyendo dirigirla y siendo los pri·
meramente

dirigidos.
Naturalmente, el
marxismo no

puede hallarse
ausente en
esa batalla;
y emplea las armas más adecuadas para ganarla.
En
ABC del 15 de enero, bajo un titulo contundente, TERRORISMO
INTELECIUAL, lo ha explicado Luis María Ansón, desde el otero en que
le
sitúa su experienc.ia profesional.
«Desde hace muchos años los marxistas luchan por sustituir
a los cristianos

en el campo de
la educación. En algunos países
europeos

lo han conseguido; en otros, el combate prosigue. Pero
~ los marxistas aceptan que el dominio de la educación se en­
cuentra

en
dispu~ consideran,

en cambio, que el mundo de la
información y la cultura es ya terreno conquistado en casi toda
Europa. Ahí no toleran que nadie adquiera relieve sin someterse
a sus dictados. Escritores, periodistas, intelectuales,
artistas, viven
bajo

la amenaza, la coacción o el chantaje de los
ma~tas.
Sabe el escritor que se le tachará de fascista si no se pliega a
las

conveniencias del
marxismo en
política internacional; el
pe­
riodista,

que se le
acusará de
corrupción o se le organizará un
escándalo si
resiste a

los planteamientos de los dictadores de
la
:información y

la
col tura; el intelectual, que sufrirá silencio
implacable si
sus obras
no se alinean en el tipo de progresismo
que favorece a
los intereses marxistas; el pintor, el escultor, el
actor, la actriz, el cantante, que quedará excluido si no
se ma-
875
Fundaci\363n Speiro

nifiesta en favor de los que imponen su tiranía en el mundo
cultural.
» Vamos a llamar a las cosas por su nombre. Eso es terroris­
mo intelectual.
Se tr_ata
de amedrentar. a
escritores, periodii,tas,
filósofos,

artistas, para que acepten las
nuevas cadenas y que·
meo, si quieren prosperar, su cuota de incienso en loor del mar­
xismo y del entendimiento materialista de la vida. Loe que de­ ciden mantener su independencia saben que
se les

intentará
aplastar
silo. piedad.

Salvador de Madariaga, cuando regresó
a
España

tras cuarenta años de exilio, sufrió en
sus carnes la

agre­
sividad y el sectarismo de los marxistas, que no toleraban
~1
éxito

del gran liberal.
»En nuestra nación, el terrorismo intelectual estuvo muy ac­
tivo

en los últimos años de
Franco y
se
ha intensificado durante
la democracia, al aprovecharse del acollonamiento de algunas
gentes que colaboraron con la
dictadura y
que,
con tal de no
ser
acusadas ahora

de fascistas, se precipitan a bajarse los pan­
talones
y mostrar la popa al gusto de sus depredadores.
»El acoso
marxista a los medios de comunicación en España
se ha desarrollado en los últimos tiempos. Nadie que tenga los
ojos bien abiertos puede
sustraerse a

esta
realidad.>
Después de explicar la labor de los marxistas en ciertas parcelas de
RTVE, prosigue:
876
Los marxistas acosan a todos los medios de comunicación en
los
que
participa el Estado e infiltran a sus gentes en los periÓ•
dicos y
emisoras privados,

lo mismo en las redacciones que en
los talleres. Nada escapa a sn voracidad. Desde la
cátedra al
tebeo,

todo lo intentan dominar. La labor de zapa se realiza de
manera sinuosa y tenacísima, aprovechándose de la estolidez de unos, la ignorancia de otros y la buena
fe de los más.
»Los marxistas se enseñorean en gran medida del mundo del
arte, el libro, el cine y el teatro. Obtienen copiosas subvenciones
oficiales, las mismas que se niegan a los que no piensan como
ellos. Se convierten, además, en aduana de la cultura
y nos ob­
sequian, financiados por el dinero de todos los españoles, con
exposiciones que a nadie interesan, con libros impresentables,
con obras teatrales a las que no va
un alma,

con películas que
hacen el ridículo en los certámenes internacionales indepen•
dientes.
»Los marxistas,

en
fin, armonizan el terrorismo iptelectual
oon
la

vieja táctica de la zorra y el enervo. En ocasiones elogian
Fundaci\363n Speiro

a ciertos políticos para que abran el pico y suelten el poder
como
el cuervo -al que se le cayó el queso.
»Todo esto

que expongo
-es una
cuestión de hecho. No trato
de descubrir
al lector conspiraciones o maquinaciones, Lo que
hacen los marxistas no puede
ser· más
lógico. Ellos creen en otro
modelo de
so~dad, tienen

una moral distinta y se aprovechan
de las oportunidades que les
!ofrece la

sociedad burguesa
para
infiltrarla,

primero, y
arrasarla, después.
Parece absurdo, en
consecuencia, dejarse engañar y aceptar en loa marxistas como
buena
fe lo que sólo ea una coartada ... )
La importancia política de este "terrorismo intelectuar• nos lo ayuda
a comprender un
artícul()j de Y A del 20 de marzo, firmado por Emilio
Romero, con el título de PERIODISMO.
«Traslado un momento mi atención de la política y me aso•
mo
al periodismo, que es mi oficio. El periodismo está cuestio­
nado
en la IV Democracia española. ¿ Qué pasa? En prl,mer ln•
gar el periodismo ya no es solamente de letra impresa, sino de
imagen y de voz. El periodismo ya se ve, ya se oye, y se siente.
El periodismo es la expresión de la libertad, y no la libertad de expresión, porque no se oye
la libertad de las tertulias, la de
los despachos de los Ministros, la de los debates y acuerdos de los
Comités de

los Partidos,
la de los restaurantes donde se traza
el destino de España muchas veces. Lo que sabe la gente es lo
que
aparece en

el periodismo. Una vez se le llamó
cuarto poder,
y ahora es como una presa de disputa de los otros poderes ins,,
titucionales

o reales. El
Poder y los Partidos tienen la intran­
quilidad por el periodismo y organizan la
fiesta o la cacería de
las plumas. Luego ha aparecido eso que se llama la imagen, que
es la fabricación de genios políticos de
probeta, y el periodismo
de la prensa, de la radio y la televisión es la pTObeta. Las cosas
están
dispuestas ahora
así: el

periodismo de
letra impresa ya
no es noticia, sino
el firmante. el artículo, la crónica. El otro
día he pedido a
un brillante

indagador de la información que
me dijera los nombres
de los firmantes (de los tres medios) que
influyen sobre Madrid y me dio una lista de 36. El periodismo
influyente son 36 nombres. El Poder lo
sabe, y

los cuida, o
cons•
pira

contra ellos.
:.Después aparece

la
propiedad de los medios de información,
que es

el
poder periodístico, porque los Directores o los fir­
mantes son intérpretes de ese pode.r: y resulta que el Estado
tiene la

mayor parte, por
gestión o titularidad, por presencia,
871
Fundaci\363n Speiro

878
y por su entidad de protección. Aquí la libertad de expresión
se me deshace en las manos, El intérprete del Estado es el Go­
bierno,
y en su poder tiene ahora mismo la Televisión
-que
es

un periodismo
de 20 millones de lectores--, las cadenas· de
Radio Nacionla
y la añadidura de la antigua Radio del Movi­
miento,
la cadena de periódicos diarios del Estado, que es la
más importante del país. Las Radios privadas son de arriendo
de particulares, y el Gobierno aparece en sus Consejos, o puede
un día rescatarlas. Sería un mero trámite parlamentario con ]a Constitución a su servicio. Y la
Prensa libre, o privada, es ar­
tículo

lógicamente
protegido -aunque no subvencionado-- por
el Estado, porque la fabricación de un periódico es
más cara
que

el precio a que se vende un periódico.
»La Ucedé apenas se ha aprovechado de esta situación. Ha
tenido tantos complejos sobre su naturaleza democrática frente
a la
izquierda política, que comparte Redacciones y plumas. Yo
estoy seguro que si los socialistas llegan al Poder ocuparán los
medios de información, y por estas tres cosas: porque serán los
tiitulares del

Estado, mediante el Gobierno y la asistencia
parla­
mentaria;

porque no tienen prisa, y la
derecha ha tenido alguna.
Ahora seria prensa de
su orientación política y la pagarían los
Presupuestos Generales

del Estado; y, finalmente, el socialismo
es
un proyec~ de sociedad y tienen que ser fabricantes de opi­
nión pública.»
Y advierte:
c:El socialismo no juega a las televisiones privadas. i Pues
claro!

Una
pasada por la izq:ujerda, como una pasada por la
derecha, necesitan un periodismo sometido. Lo recomendable,
lo deseable, en nuestro país es que no haya ninguna pasada.»
Para colmo ...
c:El control del poder y la fiscalización de los actos de go­
bierno, que es
exigencia parlamentaria
-la gran exigencia-,
no se hace más que a
ni1Vel de poder y oposición. Y si hay
consenso, ni siquiera existe la critica parlamentaria. En estos
seis años de la IV Democracia ha sido mayor el tiempo sin
crítica~ y sin denuncia -'-por el consenso-, qur-con ella. Una
Democracia sin crítica parlamentaria, y con
arreglos a cence­
rros tapados, es una Dictadura
encuh~rta. Por

eso el
periodismll
es

la
gran" reserva

de aquellas acciones en un régimen político
Fundaci\363n Speiro

de lih~rtades. Y, naturalmente, ese periodismo no intoxicado
por la
colza del Gobierno y de los Partidos. El panorama de
los 36 nombre~ de la propiedad estatal de los medios de infor­
mación,
y del terror a la libertad que tienen los gobernantes y
los políticos de las nuevas generaciones; no es un panorama
tranquilizante, ni para las gentes de este oficio, ni para el país ...
»
111. LA DESCRISTIANIZACIÓN DE EsPAÑA
La utilización de la pseudo-ciencia para justificar una religión inma­
nente- que nuestro
amigo Thomas Molnar nos

señala como el mayor
peligro para la autodestrucción que hoy sufre
la humanidad- y el "te­
rrorismo
intelectual"__, en

el que compiten marxistas con ideólogos li­
berales (en el sentido de
"liberalistas", no de "liberales'' en

su genuino
significado
gramdtical)-, han

penetrado en el campo religioso, actuando
comd. una

bomba de neutrones que no deja sino fachadas, pero mata
la vida animada.
Del resultado que sufrimos se han ocupado dos jóvenes animosos en
sendas conferencias

que desarrollaron en el cicla celebrado por la Unión
Seglar de Madrid con
mOtivq de

la próxima venida a España de
S. S.
Juan Pablo II. De ambas conferencias tenemos a la vista su reseña pu­
blicada en EL ALCAZAR del 15 de
·mayo.
Según

esa referencia,
Miguel Ayuso,
<... describió en breves y precisos trazos el cambio radical
experimentado en la situación política y religiosa de nuestra
Patria durante
loS últimos

decenios. Es preciso -señaló- pre•
sentar con crudeza
· al Santo Padre los resultados más notables
de dicho cambio: destrucción de la unidad
católica que ha
presidido durante mil trescientos años nuestra andadura histó­
rica, pérdida de
la confesionalidad del Estado, anarquía litúr­
gica y disciplinaria, descristianización acelerada de la juventud.»
Sus últimas palabras fueron:
«Nos estamos preparando para recibir al sucesor de Pedro.
Sea bienvenido y
homenajead~ de
todos, pero que quede ente­
rado de los graves sucesos que han ocurrido en nuestra Patria.
Sucesos que, sin dudá, tratarán de
enmascarar ·dolorosameDte (Juie­
nes hayan de recibirle oficialmente. Es lógico. Desean evitar la
dura
rend~ción de
cuentas de su gestión y
han preparado unos
juegos florales tan ruidosos
como vanos~ En nuestra · mano

está
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denunciarlos y trascenderlos. Cuando el Papa, fiel a su m1s1on,
venga a confirmatnos en la fe
y nos pregunte por tres veces
--conforme
al antiguo ritual del bautismo-,
¿ qué le pedís a la
Iglesia de Jesucristo?, que de entre la charanga oficialista e im­
pía
se distinga el musitar de los fieles:
»-La fe. Ped~os la fe y no una religión de evolución
progresiva.
»-La fe. Pedim,os la

fe
y no una religión de evolucíón
eterna
y no los planos de Construcción de una nueva Torre de
Babel.
>-Los sacramentos

de salvación. Pedimos los sacramentos de
salvación y no una nueva fórmula de
socialismo.»
Conforme la misma reseña, Andrés Gambra, ba¡o el título Lo QUE
NOS
UNE,
880
c... puso de relieve que la identidad nacional de España, y
la originalidad y grandeza de su quehacer histórico, sólo pueden
entenderse desde una
perspectijva religiosa,
y no desde la liberal
y laica
que impera

hoy en
la historiografía española. Sólo desde
esa perspectiva

-afirmó- puede valorarse la magnitud
tlramá­
tica

de la renuncia, en
el actual ordenamiento constitucional, a
la unidad católica celosamente conservada en nuestra patria
a
lo largo de catorce siglos de historia. El propio Pontífice rei­
nante
--señaló el _profesor_ Gamhra- ha destacado, en cierto
modo, este hecho

cuando, con motivo de su viaje a Polonia,
explicó a
sus compatriotas

la importancia de la vida nacional
en la historia de los hombres
y la imposibili¡dad de entenderla
fuera de
una dimensión

cristiana. Tras. establecer un paralelismo
entre la historia
de Polonia y la de España, dos países que fue­
ron

valladar de
la cristiandad a lo largo de la Edad Media y han
conservado
hasta hoy

el común denominador de su catolicismo,
esbozó
el oonferencilante un panorama, esquemático pero com­
pleto, de la trayectoria religiosa de nuestra historia desde
la
época visigótica, cuando sobre el sustrato de la fenecida civili­
zación romana y de la primitiva cristiandad peninsular se com­
tituyó
el

primer esbozo de
una nación española.>
Catedrdtico de Historia, el autor resumi6:
e:... la importancia decisiva que, en la génesis de la nacionali­
dad
e·spañolá había tenido la
proclamación de la unidad católica
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por Recaredo en el III Concilio de Toledo (589). acontecimiento
que Jue la culminación natural del proceso de
unificación. terri­
torial

y social iniciado pocos
años -antes por

Leovigildo. Se re­
firió después a la dimensión religiosa de la empresa reconquis­
tadora, que animó a los reinos
cristianos que

se constituyeron
en el norte peninsular tras
la invasión musulmana. Aquel ideal
de

reconquista, nervio de ocho siglos de historia nacional, fue
un acontecimiento
de fondo religioso que tuvo por, objetivo la
recuperaci,.On de España del yugo de 11Dós invasores que no po·
dían ser asimilados -al contrario de los godos-por no ser
cristianos.>
Llegada la "modernidad'' O,:urre un fenómeno hist6rico que disocia
España de
gnm parte
de Europa.
cSi hasta entonces España había sido un miembro más de
una misma

comunidad occidental,
la cristiandad, a partir del
siglo
XVI inicia nuestra Patria una andadura hh!tórica original
que
le llevó a la creación de un gran imperio y a una lucha,
larga de dos
siglos, con

la Europa moderna. Frente a
la "mo­
dernidad europea", acuñada por
el renacimiento

pagano y la
re­
volución

protestante, España se empeñó en demostrar la posi­
bilidad de una "'cristiandad postrenacentista". La conquista y.
cristianización de América, y nuestro Siglo de Oro, testimoniaron
la viabilidad de un proyecto semejante. No satisfecha con ello, España se enfrascó, durante
más de

doscientos años, en un gigan­
tesco
confli-cto bélico

con Europa para intentar salvar la
cris­
tiandad que declinaba. Aquel combate admirable, y con él la
proyección imperial de España, se cerraron con la crisis del siglo
XVII. A partir de entonces se inició una nueva etapa carac­
terizada por la formación, en el seno de la comunidad nacional, de una minoría, revestida
de llllportancia creciente hasta hoy,
empeñada en repudiar nuestro pasado
"a lo
divino" y en inte­
grar a España en las coordenadas laicistas y antropocéntricas
que imperaban en Europa, y por el
esfuerzo de

la
mayorí~ ex­
plicación

última y legítima de los grandes conflictos civiles de
los siglos
XIX y xx, para conservar el patrimonip de su civili­
zación
católica.>
Hoy vivimos un drama en nuestro proi,io ser existencial en la Es­
paña actual.
«La "otra España" J · la España: laica y anticatólica, conoce
horas de triunfo en un ·ambiente de
crisis tttoral ·

y de divisiones
881
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internas. El retorno al "cantonalismo de arévacos y velones" que
profetizó Menéndez y Pelayo,
se hace realidad coincidiendo con
una crisis profunda del catolicismo español. Y lo más doloro.so
-clave

tal vez de esta situación lamentable-- es que un sector
importante de la
jerarquía eclesiástica,

que
debía ser guardián
celoso
de nuestro patrimonio católico, se ha puesto al servicio,
con descaro
inaudito, de loe intereses de quienes han echado por
la
borda la unidad católica
y la confesionalidad del Estado.
Concluyó con

la
manifestación de
su esperanza de que Su San­
tidad Juan Pablo
II recordase a los españoles, lo mismo que a
los polacos, su
inexcusable obligación
de
permanecer fieles a
su religión y a su pasado y su deber de "no truncar por cuenta
propia las raíces de
sus orígenes"».
El inmanentismo --sustitutivo actual del ateísmo-, como viene ex­
plicando

con riqueza de datos nuestro
amig~ Thomas Molnar ( cfr. Los
ORÍGENES FILOSÓFICOS DE LA TEOLOGÍA PROGRESISTA CONTEMPORÁNEA, en
VERBO 195-196, págs. 631-642~· NOTAS SOBRE LA TEOLOGÍA ATEA DE
HEIDEGGER, en VERBO 199-200, págs. 1143-1152; EN TORNO A ToILHARD,
e11, VERBO 203-204, págs. 291-300, y especialmente su reciente libro "LB
omu INMANENr", París, ed. du Cedre 1982, del que en este número publi­
camos una amplia

reseña), deja al hombre sólo con el dios que él mismo
se
fabrica, cualquiera

que sea la etiqueta que externamente conserve de
su religi6n. En esa soledad, resulta
fácilmeµte manipulable y encuadrable
en otros inmanentismos de tipo
social que

lo engullen. El marxismo es
el mejor organizado para beneficiarse, arrastrando en_ sus aguas las are­
nas humanas resultantes del desarraigo existencial que esa inmanencia
conlleva.
La tarea realizada en esa función por el marxismo, nos la _ha expli­
cado
también
Luis María Ans6n, con otro título expresivo: DESCRISTIA­
NIZAR ESPAÑA., en la tercera plana de ABC del 28 de noviembre de 1981.
882
cSin proletariado es impos~le construir la dictadura del
proletariado. Por eso, hace tres
décadas, la poten.cia que
pro­
pugna
el modelo

comunista de sociedad pu.so en marcha, en
toda
la Europa occidental, una profunda e inteligente operación
política: prÓletarizar la clase media. A la luz de
es~ maniobra,
resulta

coherente la multiplicación desordenada de los precios
del
petróleo, las

campañas contra las centrales
nucleares, la
ob­
sesión ecológica,

la voladura de los transformadores,
eléctricos,
la

crecida del terrorismo y
sus ásperas
sangres derramadas;
la
des·caliñcación-sistemática ·de los· empresario~ ciertos delirios
de la seguridad ·social; la
agresión fiscal, las huelgas innecesarias,
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cuando no salvajes; el descenso deliberado de la productivi;dad
y

el aumento de la
presión salarial
que, si
exceeivo, arruina a
las

industrias y, a
la vez, a los que en ellas trabajan. Así se
alarga

sin
cesar la

interminable caravana del paro. Como con­
secuencia de todo, los amargos cipreses del
hombre tiemblan

de
nuevo al viento revolucionario en algunas zonas de la Europa
merid,¡onal.
»La clase
media,

aunque se
la proletarice, no se desliza hacia
el comunismo totalitario gracias al freno de la religión. Por lo
menos en los países de fuerte raigambre espiritual.
La historia
reciente lo ha demostrado

de forma inequívoca. Por eso la gran
operación
po1íti:CO de

proletarizar la clase media
se complementa
en

Europa con otra maniobra más vasta y profunda,
sí cabe:
la
descristianización
de la

sociedad. Sería una simplificación inge­
nua atribuir este último propósito solamente
al comunismo in­
ternac:itonal. A la maniobra déscristianizadora se suman con re­
gocijo los sectores laicos
y antirreligiosos de las diversas nacio­
nes occidentales.
»Españ~ por

su situación geopolítica, parece hoy objetivo
preferente de
ambas operaciones.»
Explica Ansón que .•.
c... para descristianizar España se ridiculiza al Papa, se le
befa y
escarnia. Se
bromea con las prácticas religiosas. Se re­
dega a

los desvanes del olvido la santificación de las fiestas.
Se
hace burla de los milagros ha5ta chufletearse de ellos, Se toman
a chacota
las devociones

populares. Se paganiza la Semana Santa.
Se adultera la Navidad. Se desacraliza
la música en los templos.
Se presenta casi sistemáticamente en el cine, en el teatro, en
los medios de comunicación, a los sacerdotes como corruptos,
a
las monjas

como depravadas. Se basurea a los seglares
que,
con su vida o con su obra, dan testimonio del Cristo, hijo de
Dios vivo, de
la palabra, del Verbo, que se hizo carne y habitó
entre nosotros.
:i-Para descristianizar España se

cuartea a la familia.
Se ero­
siona la autoridad de los padres sobre los hijos.
Se estimula el
divorcio.
Se fomenta el aborto. Se ovaciona el amancebamiento.
Se hace alarde del adulterio.
Se hostiga a las asociaciones de
padres de familia. Se ataca a la convivencia en el hogar. Se
propugna
una libertad

de enseñanza que
co~iste en
que los
colegios laicos resulten gratis mientras los religiosos cuesten un
883
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ojo de la cara y la retina del otro, con lo que se 18 priva "Rl
padre

de verdadera opción para elegir.
Para descristianizar España
se estimula la

realización de las
costumbres. Se antepone siempre el ocio al trabajo. Se fija como
única meta el placer. Se
zahiere la

virtud hasta el chungueo. Se
hace apología sistemática del vicio. Se enaltece a las
oscuras afro­
ditas

de la
prostitución~ Se rezan maitines y laudes a las enco·
petadas meretrices de la "jet society". Se proclama a los cuatro
vientos -la

gloria de los
n'"arcisos amanerados
y de los indecentes
apolos olorosos;
»Para descristianizar España se presenta

como normal la ho­
mosexualidad. Se consagra a los hermafroditas. Se entonan him•
· nos

de alabanza en honor de travestís,
bujarrones, eacorros, les•
bianas,

sodomitas y toxicómanos. Levantan sus sones los claros
clarines de la fama como homenaje a pervertidos y amorales.
Se codifica, en algunos medios de comunicación, la barbarie y
la_ depravación. Se blasfema
sin cesar.

Se encumbra a los
depre­
dadores

del sentimiento religioso.
Se ofrece desde la pequeña
pantalla como natural
el incesto y la bestialidad. Se rebaja cierto
lenguaje radiofónico hasta la ordinariez y
la grosería, cuando
no la procacidad.
Alzanse en

todas partes los nuevos altares de
la inmoralidad
y se sacrifica sobre sus aras a las personas de­
centes.
:>Para descrist:i!anizar España

se propaga entre la juventud el
indifereittismo religioso.
> Y se la intoxica en la escuela. se la intoxica en la Univer­
sidad, se la

intoxica
eil los
centros
culturales, en
los ateneos,
en
el cine, en el teatro, en numerosos mensajes suhlimales o
abiertos de
la Pren~ la radio y la televisión, a través también
del jijeo incesante de cierta publicidad comercial.
»Para descristianizar

España
se manipula
todo. Se corrompe
todo. Todo se zocatea. Confúndese todo. Se arrasan los valores más
sagradoá. Se

rompe en añicos el jarrón antiguo de los prin•
cipios de derecho público
cr~stiano.»
El panorama es sombrío ...
cLa gran maniobra antirreligiosa está a punto de triunfar.
884
Porque el Cristo, otra vez crucificado, de Niko Kazantzakis, se
ha hecho realidad en
esta Europa tábida, fascinada por su propia
decadencia.
Al que dijo hace
do!!! mil
años:
"Triste está mi alma
hasta la muerte; _quedaos aquí ,y rezad conmigo", le han clavado
otra vez, en
carne viva,

sobre los maderos electrónicos de las
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computadoras y los medios audiovisuales. Y han consumado la
crucüixión todos
esos
escritores a
la violeta, todos esos perio­
distas zorzales que, comprados unas veces, seducidos
otra~ ame·
nazados

en ocasiones, se han infiltrado en los
peri¡ódicos cris­
tianos,

en los impresos
y en los audiovisuales, y escriben o ha­
blan o se expresan en ellos para oficiar la ceremonia de la con•
fusión. Es

la "quinta pluma" al servicio de la proletarización
de la clase media y la
descristiianización de

la sociedad.
» "Sale de la guerra la paz ---escribió Quevedo-; de la paz,
la abundancia; de la abundanci~ ocio;· del ocio, vicio; del
vicio,
guerra."
No hay que ser muy perspicaces para situar al
Occidente, hoy, en el penúltimo de los períodos señalados por
el gran clásico
español.»
Sin embargo, advierte que
«... conviene no caer en la tentación de la catástrofe. Nada
está
definitivamente perdido.
Y el horizonte se abre a la espe•
ranza, Porque el destino depende de la voluntad decidida. No
hay tiempo que perder. Sólo
el renacimiento espiritual prolon­
gará la

civilización cristiana. Si no se reacciona ya, si no
se
hace

frente con decisión al
desafío materialista de

uno u otro
signo, entonces
sí, entonces los

escoberos rojos barrerán las
últimas hojas del otoño de Occidente y descerrajarán luego, sin
contemplaciones, el arca de su Historia milenaria,»
885
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