Índice de contenidos
Número 215-216
Serie XXII
- Textos Pontificios
- Estudios
- Actas
- Información bibliográfica
- Ilustraciones con recortes de periódicos
- Crónicas
Autores
1983
Luis Moure Mariño: La desigualdad humana
INFORMACION BIBLIOGRAFICA
Luis Maure Mariño: LA DESIGUALDAD HUMANA (*)
La moderna mitologia de la igualdad, que concita en torno
a
sí la pleitesía de sus devotos, no suele dar muchas oportuni
dades a quienes no se cuentan entre sus fieles para que expresen sin trabas su sentir
y su pensar. La obra que presentamos a
nuestros lectores responde al designio de quebrar la prepotencia
del igualitarismo,
y bastaría este hecho para que no debiéramos
dejar de alabarla. Concurre, sin embargo, una segunda causa que nos decide
a tomar razón de esta obra en las páginas de
Verbo. Y que no
es otra que el notable interés que el planteamiento del notario
gallego presenta
para quienes estamos compenetrados
y familia
rizados con
la crítica del igualitarismo
-magnifica y rigurosa
en su fondo, si bien con su forma peculiar
y quizá viciada de
cierto positivismo en metodología- debida al genio de Charles
Maurras, o con
lo.s denuestos
de tinte declamatorio -según los
gustos de la época-,
pero plenos de sugerencias enriquecedo
ras de Donoso Cortés. Moure, lejos de ambas maneras de ver las cosas, ha dado
a la estampa un ensayo sorprendente, de pensamiento amplio
y
hondo, esmaltado con evocaciones históricas y ejemplos abun
dantes, volcando en la tarea un formidable acopio de
experien
cias
culturales sobre la religión de la igualdad.
* * *
Desde las primeras líneas comienza nuestro autor por predi
car no
. sólo
la tesis de la evidente desigualdad humana, sino más
lejos aún la necesidad de esa desigualdad como
«raíz del pro
greso», o, añadimos nosotros, como «facteur d'harmonie», por
acogernos a las reflexiones de Gustave Thibon. Para ello se afa
na, en primer término, por mostrar la falsedad escondida tras
las distintas formulaciones del ideal de la igualdad: ante la ley,
po!itica, económica
, .
. No falta en este punto la obligada re
ferencia , a Rousseau -y
· la
penetración debida en buena parte
a su influencia en las legislaciones posteriores a la Revolución
francesa-, aunque sea preciso llegar a la «sociedad de masas»
de nuestros días
· para
encontrar la pretensión igualitarista no
(*) Biblioteca del Pensamiento Conservador, Fundaci6n Cánovas del
Castillo, Madrid, 1982, 419 págs.
736
Fundaci\363n Speiro
INFORMACION BIBLIOGRAFICA
tanto en los esquemas externos de las leyes como en el corazón
de los hombres, según dijo Ortega. Ofrece, a continuación, en
el notable capítulo III un mues
trario humano de datos elocuentes en los que se refleja el afán
de desigualdad, deteniéndose en
la consideración de los rasgos
distintivos por obra de los cuales, acentuando su personalidad,
trata el individuo de distinguirse de los demás hombres. Reple tos de observaciones sabrosísimas
--el concepto de civilización
no sólo como beneficio sino también como carga, que explica
los movinúentos de rebeldía de quienes se encuentran incapaces
de soportarla;
la crítica de los tests de inteligencia, en línea con
lo que Rafael Gambra
ha llamado «la aroenaza de la psicología»;
la conceptuación altamente negativa de las beneficencias estata les, de la mano del dato histórico aportado siempre certeramente
por Rostovtzeff, etc.- están tarobién los capítulos IV y V aun
cuando aquél extraiga, para nuestro gusto, demasiadas «inexo rabilidades» de la lección de
la herencia genética.
Mención aparte es obligado
hacer de
los capítulos II, VI,
VII y VIII, fuertemente críticos de la teoría y la praxis mar
xista de la
sociedad sin clases, contradichas además por la crea
ción comunista de una nueva clase dominante. Extensamente
refiere los testimonios de Nina y Jean Kéhayan concernientes a
la URSS y los de Karon Modzelewski y J acek Kuron en lo
que hace a Polonia, habiendo podido añadir, además, los no des
preciables de Volensky y Dijlas, mercedores de haber engrosado el magnífico repertorio.
Precisamente del título de
la obra dé Kéhayan, La revoluci6n.
antiburocrática,
y extrapolando su contenido a Occidente, donde
nuestro autor piensa igualmente necesaria
tal rebelión, toma Mou
re inspiración para otro
haz de
páginas
--el capítulo X funda
mentalmente- esclarecedoras. Su crítica del nuevo despotismo,
de la mano del laborista R. H. S. Crossman, socialista y buro
crático es especialmente aleccionadora; así como el ataque al
Estado Providencia que, a quienes -y tal es el caso de Verbo
estamos en el mundo de la cultura defendiendo el derecho pú
blico cristiano
cuya columna vertebral está constituida por el
principio de subsidiariedad, no puede sino agradarnos.
* * *
En general, late en todas las páginas de este libro un pen
samiento sutil y profundo. erudito y riguroso, que no es una
disquisición
teórica y
es mucho más que un simple ensayo di-
737
Fundaci\363n Speiro
INFORMACION BIBUOGRAFICA
nio, laudable. Su contenido,
generalmente bueno.
No
querríamos, sin embatgo, dejat de notar ciertas matizacio
nes que, entendemos, pueden ayudat a una mejor compresión
de
tan preciado libro. Entrando sólo en cuestiones de fondo
-formalmente sólo es de señalar el número, chocante por lo
elevado, de erratas y errores tipográficos- hemos de
mostrar
nuestra
discrepancia de la aceptación indiscutida de las hipóte
sis evolucionistas -ya en su desprestigiada versión darwiniana
como en la remozada y aggiornada de Jacques Monod-, y es
lástima que ya no esté Julio
Garrido entre
nosotros pata ilumi
nar con su-0magisterio estas cuestiones.
Es, de todos modos, dado remitir a nuestros lectores a dos
magníficas obras. La de Etienne Gilson,
D'kistote a Darwin,
et
retour, y la de Georges Salet, Hassard et certitude. Donde
podrán
encontrat suficiente
caudal que oponer al dogmatismo
evolucionista.
Lo mismo podríamos decir de la elogiosa referencia teilhar
diana. El hecho de que la
fiction-theology del jesuita francés
haya sido mostrada en su endeblez de consuno por científicos
y teólogos nos hace gracia de no extendernos en otro tipo de
comentarios.
Hemos también de lamentat la falta de un reconocimiento
claro del papel desempeñado por la igualdad en la sociedad de
mocrática. A pesat de la cita lúcida de Tocqueville no se resalta
lo suficiente el
catácter . consustancial
de la unión entre la de
mocracia moderna
-invidia democratica-y el igualitarismo que
el libro que comentamos brillantemente desmonta. Precisamente
en los mismos
días en
que nos enfrascábamos con su lectura
repasábamos el acabado estudio -ya antiguo- del profesor
austriaco
Erik von Kuehnelt-Leddihn, Liberty or Equality: The
challenge of our time.
Salvadas algunas precisiones terminoló
gicas se puede encontrar en
él un verdadero arsenal en la lucha
contra la
democracia igualitaria.
Moure, en cambio, silencia esta identidad. Dando la impre
sión de que
trata de
exculpat a la democracia, cuando -y la
lección de Tocqueville despliega precisamente en ese campo sus
efectos- este régimen
polítiro es
uno de los principales impul
sores de la igualdad, a costa muchas veces de la misma libertad.
Tributo de vasallaje, nos tememos, rendido por el autor a los
ídolos intelectuales
y políticos de los «signos de los tiempos».
Salvatemos también nuestra reserva al
neoliberalismo eco
nómico,
rastreado a través de citas de Milton Friedman y Ludwig
738
Fundaci\363n Speiro
INFORMACION BIBUOGRAFICA
von Misses, aun compartiendo lo que de crítica tiene al inter
vencionismo estatal y a la socialización
creciente.
Por
todo ello, y aunque en su inspiración
obedezca a
un im
pulso sanamente
conservatista -.-de ese conservatismo neutro que
constituye uno de los brazos de que consta la tenaza de la tradi
ción-, encontramos también en este libro ingredientes ideoló
gicos viciados de
conservadurismo. O de liberal-conservadurismo,
por seguir la terminología que reivindica y bajo la que se adscribe
con. éxito creciente un importante sector de opinión
de la dere
cha
española.
Quizá este
dato haga luz en torno de la
Biblioteca del Pen
samiento Conservador
que piensa editar la Fundación Cánovas
del Castillo y de la que es adelantado este, por lo demás, admi
rable libro.
MIGUEL Aruso
Juan Andrés Muñoz: LA EDUCACION POLITICA COMO
FUNCION DE GOBIERNO DEL ESTADO
(*)
El tema de la necesidad de una recta educación de los ciuda
danos para una razonable convivencia política es antiguo, y el
autor no deja de hacernos la
historia del
mismo. Aunque esta
his
toria sea niás detenida para la época moderna (págs. 119-212),
no deja de derivar de aquella vieja idea platónica de que la
paideia es, precisamente, la educación necesaria para ser un buen
ciudadano, un buen miembro vivo de la polis. Una realidad po
lítica, esta de la
polis, que tiene poco que ver, a pesar de lo
que pueda decir
algún autor de pensamiento algo más burdo,
con la civitas romana. Porque, como es notorio, a base de la
polis nunca se llegó a hacer un «Imperio», y de alú el fracaso
notorio de la empresa gigantesca de Alejandro Magno y la im
posibilidad de fundir luego, en las
basileiai helenísticas, el ré
gimen
de las antiguas
poleis autónomas. con el de la chora. Esta
diferencia entre la
polis griega y las res publica romana no deja
de ser acertadamente señalada por
el autor (pág. 107). De ahí
también que nada parecido encontremos, en Roma, a la idea de
una educación pública del ciudadano, sino que todo se centre allí -Cicerón, como siempre, es el gran mentor- en una tradi
ción moral de carácter
,.&miliar. No podía ser de otro modo,
dado que todo
el munélo social romano, desde la pertenencia a
(*) EUNSA, Pamplona (1892), 493 págs.
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Luis Maure Mariño: LA DESIGUALDAD HUMANA (*)
La moderna mitologia de la igualdad, que concita en torno
a
sí la pleitesía de sus devotos, no suele dar muchas oportuni
dades a quienes no se cuentan entre sus fieles para que expresen sin trabas su sentir
y su pensar. La obra que presentamos a
nuestros lectores responde al designio de quebrar la prepotencia
del igualitarismo,
y bastaría este hecho para que no debiéramos
dejar de alabarla. Concurre, sin embargo, una segunda causa que nos decide
a tomar razón de esta obra en las páginas de
Verbo. Y que no
es otra que el notable interés que el planteamiento del notario
gallego presenta
para quienes estamos compenetrados
y familia
rizados con
la crítica del igualitarismo
-magnifica y rigurosa
en su fondo, si bien con su forma peculiar
y quizá viciada de
cierto positivismo en metodología- debida al genio de Charles
Maurras, o con
lo.s denuestos
de tinte declamatorio -según los
gustos de la época-,
pero plenos de sugerencias enriquecedo
ras de Donoso Cortés. Moure, lejos de ambas maneras de ver las cosas, ha dado
a la estampa un ensayo sorprendente, de pensamiento amplio
y
hondo, esmaltado con evocaciones históricas y ejemplos abun
dantes, volcando en la tarea un formidable acopio de
experien
cias
culturales sobre la religión de la igualdad.
* * *
Desde las primeras líneas comienza nuestro autor por predi
car no
. sólo
la tesis de la evidente desigualdad humana, sino más
lejos aún la necesidad de esa desigualdad como
«raíz del pro
greso», o, añadimos nosotros, como «facteur d'harmonie», por
acogernos a las reflexiones de Gustave Thibon. Para ello se afa
na, en primer término, por mostrar la falsedad escondida tras
las distintas formulaciones del ideal de la igualdad: ante la ley,
po!itica, económica
, .
. No falta en este punto la obligada re
ferencia , a Rousseau -y
· la
penetración debida en buena parte
a su influencia en las legislaciones posteriores a la Revolución
francesa-, aunque sea preciso llegar a la «sociedad de masas»
de nuestros días
· para
encontrar la pretensión igualitarista no
(*) Biblioteca del Pensamiento Conservador, Fundaci6n Cánovas del
Castillo, Madrid, 1982, 419 págs.
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tanto en los esquemas externos de las leyes como en el corazón
de los hombres, según dijo Ortega. Ofrece, a continuación, en
el notable capítulo III un mues
trario humano de datos elocuentes en los que se refleja el afán
de desigualdad, deteniéndose en
la consideración de los rasgos
distintivos por obra de los cuales, acentuando su personalidad,
trata el individuo de distinguirse de los demás hombres. Reple tos de observaciones sabrosísimas
--el concepto de civilización
no sólo como beneficio sino también como carga, que explica
los movinúentos de rebeldía de quienes se encuentran incapaces
de soportarla;
la crítica de los tests de inteligencia, en línea con
lo que Rafael Gambra
ha llamado «la aroenaza de la psicología»;
la conceptuación altamente negativa de las beneficencias estata les, de la mano del dato histórico aportado siempre certeramente
por Rostovtzeff, etc.- están tarobién los capítulos IV y V aun
cuando aquél extraiga, para nuestro gusto, demasiadas «inexo rabilidades» de la lección de
la herencia genética.
Mención aparte es obligado
hacer de
los capítulos II, VI,
VII y VIII, fuertemente críticos de la teoría y la praxis mar
xista de la
sociedad sin clases, contradichas además por la crea
ción comunista de una nueva clase dominante. Extensamente
refiere los testimonios de Nina y Jean Kéhayan concernientes a
la URSS y los de Karon Modzelewski y J acek Kuron en lo
que hace a Polonia, habiendo podido añadir, además, los no des
preciables de Volensky y Dijlas, mercedores de haber engrosado el magnífico repertorio.
Precisamente del título de
la obra dé Kéhayan, La revoluci6n.
antiburocrática,
y extrapolando su contenido a Occidente, donde
nuestro autor piensa igualmente necesaria
tal rebelión, toma Mou
re inspiración para otro
haz de
páginas
--el capítulo X funda
mentalmente- esclarecedoras. Su crítica del nuevo despotismo,
de la mano del laborista R. H. S. Crossman, socialista y buro
crático es especialmente aleccionadora; así como el ataque al
Estado Providencia que, a quienes -y tal es el caso de Verbo
estamos en el mundo de la cultura defendiendo el derecho pú
blico cristiano
cuya columna vertebral está constituida por el
principio de subsidiariedad, no puede sino agradarnos.
* * *
En general, late en todas las páginas de este libro un pen
samiento sutil y profundo. erudito y riguroso, que no es una
disquisición
teórica y
es mucho más que un simple ensayo di-
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INFORMACION BIBUOGRAFICA
generalmente bueno.
No
querríamos, sin embatgo, dejat de notar ciertas matizacio
nes que, entendemos, pueden ayudat a una mejor compresión
de
tan preciado libro. Entrando sólo en cuestiones de fondo
-formalmente sólo es de señalar el número, chocante por lo
elevado, de erratas y errores tipográficos- hemos de
mostrar
nuestra
discrepancia de la aceptación indiscutida de las hipóte
sis evolucionistas -ya en su desprestigiada versión darwiniana
como en la remozada y aggiornada de Jacques Monod-, y es
lástima que ya no esté Julio
Garrido entre
nosotros pata ilumi
nar con su-0magisterio estas cuestiones.
Es, de todos modos, dado remitir a nuestros lectores a dos
magníficas obras. La de Etienne Gilson,
D'kistote a Darwin,
et
retour, y la de Georges Salet, Hassard et certitude. Donde
podrán
encontrat suficiente
caudal que oponer al dogmatismo
evolucionista.
Lo mismo podríamos decir de la elogiosa referencia teilhar
diana. El hecho de que la
fiction-theology del jesuita francés
haya sido mostrada en su endeblez de consuno por científicos
y teólogos nos hace gracia de no extendernos en otro tipo de
comentarios.
Hemos también de lamentat la falta de un reconocimiento
claro del papel desempeñado por la igualdad en la sociedad de
mocrática. A pesat de la cita lúcida de Tocqueville no se resalta
lo suficiente el
catácter . consustancial
de la unión entre la de
mocracia moderna
-invidia democratica-y el igualitarismo que
el libro que comentamos brillantemente desmonta. Precisamente
en los mismos
días en
que nos enfrascábamos con su lectura
repasábamos el acabado estudio -ya antiguo- del profesor
austriaco
Erik von Kuehnelt-Leddihn, Liberty or Equality: The
challenge of our time.
Salvadas algunas precisiones terminoló
gicas se puede encontrar en
él un verdadero arsenal en la lucha
contra la
democracia igualitaria.
Moure, en cambio, silencia esta identidad. Dando la impre
sión de que
trata de
exculpat a la democracia, cuando -y la
lección de Tocqueville despliega precisamente en ese campo sus
efectos- este régimen
polítiro es
uno de los principales impul
sores de la igualdad, a costa muchas veces de la misma libertad.
Tributo de vasallaje, nos tememos, rendido por el autor a los
ídolos intelectuales
y políticos de los «signos de los tiempos».
Salvatemos también nuestra reserva al
neoliberalismo eco
nómico,
rastreado a través de citas de Milton Friedman y Ludwig
738
Fundaci\363n Speiro
INFORMACION BIBUOGRAFICA
von Misses, aun compartiendo lo que de crítica tiene al inter
vencionismo estatal y a la socialización
creciente.
Por
todo ello, y aunque en su inspiración
obedezca a
un im
pulso sanamente
conservatista -.-de ese conservatismo neutro que
constituye uno de los brazos de que consta la tenaza de la tradi
ción-, encontramos también en este libro ingredientes ideoló
gicos viciados de
conservadurismo. O de liberal-conservadurismo,
por seguir la terminología que reivindica y bajo la que se adscribe
con. éxito creciente un importante sector de opinión
de la dere
cha
española.
Quizá este
dato haga luz en torno de la
Biblioteca del Pen
samiento Conservador
que piensa editar la Fundación Cánovas
del Castillo y de la que es adelantado este, por lo demás, admi
rable libro.
MIGUEL Aruso
Juan Andrés Muñoz: LA EDUCACION POLITICA COMO
FUNCION DE GOBIERNO DEL ESTADO
(*)
El tema de la necesidad de una recta educación de los ciuda
danos para una razonable convivencia política es antiguo, y el
autor no deja de hacernos la
historia del
mismo. Aunque esta
his
toria sea niás detenida para la época moderna (págs. 119-212),
no deja de derivar de aquella vieja idea platónica de que la
paideia es, precisamente, la educación necesaria para ser un buen
ciudadano, un buen miembro vivo de la polis. Una realidad po
lítica, esta de la
polis, que tiene poco que ver, a pesar de lo
que pueda decir
algún autor de pensamiento algo más burdo,
con la civitas romana. Porque, como es notorio, a base de la
polis nunca se llegó a hacer un «Imperio», y de alú el fracaso
notorio de la empresa gigantesca de Alejandro Magno y la im
posibilidad de fundir luego, en las
basileiai helenísticas, el ré
gimen
de las antiguas
poleis autónomas. con el de la chora. Esta
diferencia entre la
polis griega y las res publica romana no deja
de ser acertadamente señalada por
el autor (pág. 107). De ahí
también que nada parecido encontremos, en Roma, a la idea de
una educación pública del ciudadano, sino que todo se centre allí -Cicerón, como siempre, es el gran mentor- en una tradi
ción moral de carácter
,.&miliar. No podía ser de otro modo,
dado que todo
el munélo social romano, desde la pertenencia a
(*) EUNSA, Pamplona (1892), 493 págs.
739
Fundaci\363n Speiro