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Número 215-216

Serie XXII

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De las nuevas alienaciones al suicidio del pensamiento y a la colonización

ILUSTRACIONES CON RECORTES DE PERIODICOS
DE LAS NUEVAS ALIENACIONES AL SUICIDIO DEL PENSAMIENTO
Y A LA COLONIZACIÓN.
Nunca se ha hablado tanto de líberaci6n. y de desalienación y, sin
embargo, jamás ha sido mayor la alienación y la manipulación del
_modo de pensar. A medi~ que se va masificando la sociedad y que
los mass. media imponen sus directrices, que antes traz~ban las "élites"
sociales -y que hoy se van convirtiendo en "especialistas'', como ya
apunt6 Ortega
y Gasset-, resulta que la alienación mental conduce a la
manipulación del pensamiento desde sus bases de conocimiento ... Y esto
no puede acabar sino en una colonización sea_ del tipo que fuere.
Unos recortes, que tenemos sobre la mesa, nos han hecho pensar
en lo que acabamos de escribir, y no resistimos al, deseo de mostrarlos
ordenados a nuestros lectores.
l. LA.s NUEVAS ALIENACIONES,
Nuestro admirado amigo Gustave Thibon ha publicado unas refle­
riones en ITINERAIRBS, número 271, de marzo de 1983, con el título
LES ALIENA.TIONS INDOLORES, por las que vamos a comenzar, traducien­
do y recortando algunos párrafos.
Empieza

con
unas observaciones,
de las que transcribimos
la que
nos -parece más expresiva:
cUn peatón está perfectamente libre de movimientos, un
automovilista lo está ya bastante menos (cuántos han perecido
a consecuencia de un accidente por no .. poderse desembarazar de
su armazón metálica),
el · pasajero de.-un tren. todavía menos
(ni siquiera se _tiene ya el recurso en nuestros vagones climati­
zados de bajar el
cristal para respirar mejor, .. ), el de un avión
menos aún.
¿ Y qué decir del eoamonau~ empaquetado en los
estrechos límites de nn ingenio espacial?
>Ese prisionero no participa, ni con su cuerpo ni con su
mente,
en el movimiento que le lleva; ninguna iniciativa del
751
Fundaci\363n Speiro

pensamiento, ningún esfuerzo muscular; el hombre ya no hace
nada,
la materia lo hace todo».
Y comenta su constatación:
cEs la imagen misma de la alienación, si se entiende por
esta palabra el hecho de _ ser la presa desarmada de una reali­ dad
extraña a sí mismo. El hombre es liberado de viejas ser­
vidumbres impuestas por
la materia, la gravedad, el espacio y
el tiempo
y. a su vez, se encuentra cautivo de sus medios de
liberación.
»Dejemos a un lado los medios de locomoción, cuyas ven­
tajas sobrepasan con mucho los inconvenientes
y cuyo impacto
negativo apenas altera nuestra vida interior. Pero
esta relación
liberación-alienación

también se encuentra en otros dominios
que tocan en su
mismo corazón

al ser
humano».
El análisis de la seguridad social y de la información le conducen
a reflexiones más hondas.
752
cLa seguridad social, por ejemplo, nos sustrae de las aliena­
ciones
causadas por la. enfermedad y por la vejez, con los apu­
ros
economicos y

morales que de ellos resultan. Pero la sus­
tituye con
una solidaridad

abstracta e impersonal las antiguas
redes de ayuda mutua (familiar, mntualizada, de obras de
be­
neficiencia, etc.) y cultiva el egoísmo individual, ese hermano
gemelo del colectivismo (cada uno para
sí y el Estado para
todos).
Y así, ¿acaso no acentúa
nuestra dependencia
con
res­
pecto

a un poder central, en el
cual el aspecto de providencia
tiene, faltalmente, como contrapartida,
la manipulación totali­
taria sobre nuestras personas y sobre nuestros ·bienes? »En la misma materia de información: los
mass media di­
latan el campo de nuestros conocimientos hasta los confines del
universo. Pero, por el solo hecho
de que

estas informaciones
reflejan
casi siempre

las opciones de los informadores o de las
potencias
que las manipulan y

no reparten al informado
ni
experiencia personal ni posibilidad de diálogo y de crítica,
tiende a

transformar
nuestras células cerebrales

en hilos de ma­
rionetas. Escuchad hablar al hombre
de la calle ¿ cuántas opi­
ni~nes,
incluso·

convicciones
no·· son sino el residuo inasimila·
do de las proposiciones segregadas en el diario de la mañana
o en la televisión de
la tarde?
»En conocimientos

de autenticidad y verdad yo prefiero la
Fundaci\363n Speiro

conversación con un campesino, que me habla de sus cosechas
y de
8118 vecinos, a las reflexiones irreflexivas _ del Sr.-todo-el·
mundo

acerca de
las intenciones
secretas del Presidente
Reagan
o

las
vicisitudes conyugales de Lady Diana.
:,¿Evoquemos la

liberación del
sexo? Se han barrido algunos
tabúes polvorientos, herencia de un
moraliemo estrecho
de las
generaciones precedentes.
Su reverso es la invasión generalizada
de un erotismo de baja calidad, que hace del sexo el centro
de gravitación de nuestros móviles y nos lo
presenia con
una
imagen hipertrofiada que resulta de la obsesión más que del
instinto biológico y
del amor>.
El diagnóstico de la gravedad de· las consecuencias es breve:
cEsias alienaciones son tanto más dañinas en cuanto más
permanecen inconscientes e indoloras; son como las drogas,
cuya esclavitud -da frecuentemente a
8118 víctimas la ilusión de
la
evasión>.
¿Qué hacer? El autor lo plantea y advierte:
c... ¿ debemos rechazar en bloque las facilidades que nos
ofrece el mundo moderno? No es posible
ni deseable. No se
deja
el· siglo en que se vive como no se cambia de casa o de
vestido.
Se trata más bien de reducir al mínimo la contrapar­
tida
de nuesros progresos, las servidumbres engendradas por
tantas liberáciones equívocas. Por ejemplo, en el tiempo de
los aviones

supersónicos procuremos todavía gozar
de la na­
turaleza y
sabol'ear sus

colores y sus olores. Guardemos el sen­
tido del riesgo de las responsabilidades
y de

la ayuda frater­
nal pese a
h asfixiante c~be·rtura social Ya ~rosioná.da por·, los
mitos del egoísmo
y del

parasitismo, analicemos las informacio•
nes y las propagandas en lugar de avalarlas sin discernimiento,
defendamos el amor contra el erotismo.
>A ese

precio será
el inicio con el que podremos salvar
nuestra libertad amenazada por todas partes
po~ las
pendientes
alienantes de
sus conquistas

liberadoras».
Il. EL SUICIDIO DEL PENSAMIENTO.
-Este · es el tftulo de un artículo de nuestro joven tJmigo MIGUEL
AYUSO aparecido en EL ALCAZAR del día 23 de febrero de 1983, que
transcribimos casi íntegramente:
753
Fundaci\363n Speiro

754
«Sí. Maeztn tenía razón cuando grabó con letras de bronce
en el froDl:ulpicio de su generación el ya famoso lema: "ser es
defenderse". Lo prueba hasta la saciedad la actnal apoteosis
de
nihilismo que amenaza con

anegarnos ante el desinterés y
la despreocupación más generalizados.
Cosa que

tampoco
ex•
traña a nadie, pues, deade Tocqueville, es bien sabido que la
especifidad del
despotismG democrático
no radica propiamente
en tiranizar
sino en opriinir, enervar,

encadenar y, finalmente,
reducir los pueblos a un rebaño de animales
tímidos e

indus­
. triosos cuyo pastor es el Estado.
»Cuando se

renuncia a la propia identidad para
congra­
ciarse

en el ideal sincretista
de la sociedad indiscriminadamen•
te abierta -la open society de Karl Popper-, se está decli­
nando
la posibilidad siquiera de la
antod~fensa. Cuando se
hace

mofa impónemente de cuanto ha·
sido el sustento de una
manera de ser y el fundamento de una civilización ·original, es
que el

pensamiento va muriendo. Cuando
se deshonran
los fru­
tos de nuestro espíritu para idealizar
sin niedida

a les
que se
suponen
&118 víctima~ se halla en peligro la inteligencia. ¡ Qué
bien delineó Chesterton los
rasgos de una tal psicología en
The everlasting man: "Vituperar nuestra raza y nuestra reli­
gión, acusándolas de haber
fracasado en su ideal,
bien está;
pero es una
necedad considerarlas

por
eso más bajas

que las
razas y religiones fundadas en un ideal diametralmente opuesto".
Y es que nunca faltan,
entre nosotros, quienes toman partido
contra
su propia

civilización para absolver de todo pecado a
las -sociedades
-seguía el genial paradojista--, cuyos pecados
no
es que
clame~ sino que aúllan
contra
.el cielo>.
Esa renuncia lleva de la civilización a la barbarie.
cUna sociedad materialista y atea no es, en ningún modo,
una sociedad
civilizada, y si así puede hablarse es sólo por
una
contorsión del

lenguaje.
Pues la

civilización encuentra en
virtud en

la perspectiva de la
piedad, mientras

que
en el des­
precio

del propio linaje sólo puede tener su sede la barbarie.
>Barbarie apóstata

ante la que estamos desarmados e in•
defensos. Al tiempo, por
mil sutiles resortes se colonizan las
conciencias,
Se mina la resistencia natural y pudorosa a la
profanación. Se alimenta la
destrucción de
las instituciones,
costumbres, leyes y creencias
en que

se
:Plasmó la
sociedad cris­
tiana. Se horadan los
mlll'Gs que

salvaguardan el
-reducto de
la
intimidad.
Se reduce a polvo el edificio social con la i:O:tención
Fundaci\363n Speiro

de "cambiarlo" desde la nada. Se .desboca la "perenne here­
jia" de la pretensión utópica (entendida no tanto en el sentido
clásico
de un Tomás Moro, que elaboraba la imagen de una
sociedad como medio para criticar -por analogía · y contraste­
los
defectos de
la· sociedad
presente, como
en el
más nocivo
de fin imaginario de una línea infinita, forma esencialmente
futura

de
un presente sometido a mudanza siempre renovada).
>Esa es

nuestra época
y su eclosión mundana. Una época de
la que se podría repetir el pensamiento, no
sé si irónico, pero
al
menos regocijado,
de Ernest Renan: "En la Francia del si­
glo XVIII se disponia de la libertad de pensar, pero, en realidad,
se pensaba

tan poco que apenas servía
para nada tal libertad".
Una época ciclópea, pues como el cíclope -decía M. F. Sciac­
ca comentando a
Pinndello-de la leyenda tiene un solo ojo:
el de la materia. Le falta el
del espúitn, y sin ése, que es el
propiamente humano,
el hombre queda en tinieblas y se con­
vierte en
un gran bárbaro>.
Siguen dos citas que bwitan a reflexionar:
cEl querido maestro Leopoldo Eulo~o Palacios escribió en
un
jugoso ensayo
que las épocas, al igud que las personas,
pueden
volverse locas mientras
una opulencia extraordinaria de
artificios
atestigua la inmensidad de
su ingenio:>.
cEl final de este proceso ya lo predijo Donoso con su pe­
culiar elocuencia. Para las
sociedades que abandonan el culto
austero

de
la verdad no hay solución ()Oeible: "Detrás de los
sofistas vienen siempre los bárbaros, enviados por Dios para
cortar con la espada el hilo
del argumento>.
Y concluye:
«Es la eterna aporía del racionalismo. Comienza rompiendo
la cruz
y concluye haciendo el mundo inhabitable. Pane
odiando

lo "irracional
cristiano" y acaba odiándolo
todo por­
que, sin la
locura de la cruz, todo es irracional. Empieza qui­
tando

lo sobrenatural y termina quedando ... lo
que no es na­
tural.
>Mientras tanto,
en el
horizontCy empieza
a
dihujars.e un fu­
turo

cada vez más
cercano: el 1984. Pero el

de
Orwelb.
755
Fundaci\363n Speiro

fil. BARBARIE BN LOS . PAÍSES CIVILIZADOS,
De Julián Marias es el articulo, aparecido en tercera plana de ABC
del 6 de febrero de 1983, titulado Los PAÍSES CIVILIZADOS, que continúa
imj}ulsando nuestras

anteriores reflexiones,
El
tema palpitante

del aborto le
ha hecho

comentar
las reflexiones
que

en ese
artículo desarrolla.
· cLas discusiones sobre el aborto han hecho aflorar una ape­
lació~ -qne
de

vez en cuando aparece, al ejemplo de "los países
civilizados".
Se ha llegado a decir que la legalización del aborto
"nos europeizaría".
Parece, cuando menos,

beatería provinciana
esa referencia global
y sin critica a "los países civilizados". En
primer lugar, porqqe no es tan fácil determinar cuáles so~ so­
bre
todo porque

no
·se puede

expedir un
certificado incondicional
de
"civilización" á ninguno de ellos.
»En todos

los países, en
toda& las época~ ha habido críme­
nes,

crueldades, violencias y -no lo olvidemos- estupideces.
En algunos, y en ciertas fases de la
Historia, se han hecho, ade,
más, maravillosas creaci~nes intelectnale~ artísticas, políticas

y
-no lo olvidemos tampoco- morales, Estas creaciones son las que autorizan a llamar civilizados a
algunos paíse~ a pesar de
todos los hechos
negativos, repudiables,

lamentables, en ocasiones
monstruosos>,
Concluye varios ejemplru con la comprobación siguiente:
756
_«En otras palabras, los países civilizados no han sido ni son
siempre y
au,tomáticamente civilizados; ha habido,

hay y habrá
en ellos
regre~os, rebrotes

de barbarie y
salvajismo, perversiones.
Así

es lo humano, y la vida consiste en una lucha entre los im­
pulsos hacia lo alto y el tirón hacia abajo de todas las tentacio,
nes a la
degradacióm.
Y retoma el ejemplo concreto del retorno al aborto:
cHe dicho hace mucho tiempo que lo más grav~ a mi juicio,
que ha
ocurrido en
el mundo occidental durante todo el siglo
xx, sin excepción, es

la aceptación -social del aborto. Demasiado
sé que muchos "países civilizados" le han dado curso legal, con
unas
u otras

restricciones, con unas u otras hipocresías, Pero
eSo no me parece

indicio de civilización, sino todo lo contrario;
Fundaci\363n Speiro

ni creo que sea un progreso, sino una brutal regresión a épocas
que se creían definitivamente superadas. Como
tengo algún sen­
tido

histórico,
nunca he
creido
que. esto
pase:
siempre se
puede
volver
atl"ás porque el hombre es la inseguridad_ misma y no está
nunca libre
del peligro de las caídas o las recaídas>,
Se ha llegado hasta aquí por una descapitalizaci6n cultural, como
refiere:
cHacia 1960 se inicia otra fase histórica, y es entonces cuan·
do se conmueven hasta sus cimientos los principios de civiliza·
ción penosa (y parcialmente) restablecidos, los
que prometían
una era
de prosperidad, libertad y razonable cumplimiento de la
justicia.
>Habrá que

investigar con
rigór cómo
se ha llegad.o a esto,
quiénes lo
han querido, con qué pasividades han contado, cómo
se han ido abriendo paso en las mentes actitudes que poco an­
tes habían horrorizado, que la reiteración de los poderosos me·
dios de comunicación ha
hecho penetrar

con efectos antes
des­
conocidos.

Lo que en otras épocas hubiera necesitado largo
tiem­
po

-los cambios: sociales
han sido siempre lentos, para bien o
para mal- se ha realizado
en· pocos años.
:a,,La causa principal, sin embargo, ha sido io que he llamado
muchas veces la
descapitalización cultural del mundo contem­
poráneo; es decir, la pérdida de las nociones
básicas en
que se
fundaba la interpretación de la realidad en esos pueblos que han
merecido llamarse civilizados. Ciertas convicciones,
depuradas a
lo

largo de
siglos., 86 habían arraigado en el alma europea -y
desde el siglo
XVI en

la americana:- con una mútiple herencia
histórica, y daban un sentido a la vida de los
que nacían

en
ese
ámbito,

aunque no
participasen de

modo activo en esa cultura,
aunque fuesen

analfabetos:
vivían de ella, eran civilizados, aun­
que no supiesen leer ni escribir. Hoy, por el contrario,
se han
sustituido, y

hasta entre los que
han hecho estudios superiores
esos cimientos de civilización puestos a prueba durante
siglos
por

pseudoideas irresponsables, repetidas sin evidencia una y
mil veces, que circulan como cantos rodados y acaban por ser deglutidas
sin critica

y tomadas
po.co después
como ''la ciencia"
Oa gran superstición para

los
que la desconoce.o).
:.Esto

ha hecho posible que muchos países
civilizados -a los
que debemos considerar
así, a

pesar de -todo- se comporten en
zonas importantes de la vida de una
.manera que

hubiera re·
pugnado a otros muchos más modestos
eultura1mente, Y

no es
757
Fundaci\363n Speiro

sólo el aborto, sino que hay otros aspectos en que la situación
es

parecida. Sería
interesante leer con

atención
cualquier perió­
dico de

cualquier día
y hacer el catálogo de las noticias, eo·
mentarlos y anuncios que revelan nn pavoroso descenso no sólo
de la moralidad, sino de la
inteligencia vigente;
en suma, de
la civilización>.
En resumen ...
cSe .

está practicando
un tremendo
terrorismo de la
opIDion,
al_

que
sucumben-millones
de personas, que no se atreven a afron­
tar el riesgo de ser consideradas
"anticuadas", "reaccionarias"

o
cualquier otro

vituperio incontrolable
y puesto de moda. A esto
ayuda
esa misma

inseguridad en que viven: inseguridad de
sus
principios

morales y simplemente humanos, inseguridad
también,
de sus conocimientos, de _ su saber. S~en que no saben de ver­
dad

nada, que
se ponen -,mte un televisor

sin tener la más remota
idea de qué es aquello, y así en casi todo. No
saben qué es un
organismo,

qué es
un euerpo, qué es una persona. Han oído
campanas y no saben dónde. Habría
que mostrar,
por lo pronto,
dónde
están instaladas las campanas; y, luego, que están rajadas
y
su sonido no es
aceptabe.
>Habría,
sobre

todo, y
esto es más difícil, que devolver a
nuestros contemporáneos

el valor de atreverse a
ser ellos
mis­
mos, a decir
"n"" o "no" desde

su propia insobornable
realidad>.
IV. EL TOTALITARISMO COMO IMPOSICIÓN DE UNA UTOPÍA QUE PRETENDE
TRANSFORMAR EL ESPÍRITU Y LA NATURALEZA HUMANOS.
Nuestro amigo THOMAs MoLNAR ha coteiado. en YA del 8 de marzo
de 1983, eón el título RÉGIMEN AUTORITARIO, RÉGIMEN TOTALITARIO, am­
bos
regímMes partiendo

de
(una polémica

suscitada en Estados Unidos
en torno a esta distinci6n con implicaciones en
la política exterior nor~
teainericana.
758
c... La embajadora de Estados Unidos en la ONU, señora
Jeánne Kirkpatrick, y otrós como ella, se han arriesgado en este
terreno resbaladizo de la política americana, con atgumentos
históriccia y polítiCOa. Nerón, dicen ellos,. no

era
Stalin; el ti­
rano es un mal, inenor que·
el jefe tOdopoderosó ·de un partido
lofalitario,
aunque lleve el" título modesto de "secretario gene­
ral".
-·El· tirano

(en
Grecia ·o en imestro siglo) no se ,preocupa
Fundaci\363n Speiro

más que de la solidez de su poder. ·Puede llegar hasta ,eliminar,
incluso
ejecutar,

a los que amenazan su poder, pero no procura
transformar
sus almas, sus-vidas, sus conciencias intimas. El

jefe
totalitario quiere estabilizar
su poder

con vistas a construir una
utopía fundada en la transforinación del ser humano,
traDSfor.
mación

de la que quiere controlar el proceso desde el nacimiento
hasta
la· muerte: el control de la vida familiar, adoctrinamiento
de la escuela, control de
lecturas, trabajo, tiempo libre. Sobre
todo

prohibición de
prácticas religiosas, porque el

totalitarismo
apenas tolera a Dios
y' la fidelidad a él debe ser eliminada; el
partido
es, al
mismo tiempo,
el padre, la madre, la sociedad y
la
divinidad>.
La penetración mental de las utopfas de modo generalizado en una
sociedad de masas es la
base del
totalitarismo.
cComo la utopía se opone en todas sus manifestaciones a la
naturaleza humana, jamás podrá
ser realizada; de

esta
manera,
las

medidas tomadas a
fin de imponerla son siempre "provisio­
nales' esperando lal!I grandes transformaciones del espíritu y de
las lealtades. Las promesas totalitarias de "un futuro radiante" (título
de . un libro del disidente soviético Zinoviev) no valen
para nada,
porque sólo la fuerza omnipresente crea entre los
individuos del régimen una obediencia
ap~nte. El

hombre no
se transforma bajo el látigo ni en el asilo psiquiátrico,
Sino que
siempre

será un esclavo dispuesto a sublevarse. Nerón, cruel
como era, no disponía de los medios
técnicos de Stalin. No te­
nía ni la voluntad
~ la posibilidad de rehacer la sociedad crean­
do un hombre nuevo.
La autoridad, aunque . fuera severa, no
tiene-los

mismos objetivos
ni las mismas intenciones que el es•
píritu totalitario que
sustituye. a

Dios. El jefe de un régimen
autoritario puede
ser creyente,

lo que limita sus ambiciones:
el jefe totalitario
cree en. sí. mismo como encarnación de la his­
toria>.
Es imprescindible distinguir y precisar terminológicamente las di­
ferencias:
c... antes o después, las nociones ~e "_au~oridad". y "t~tali­
dad
del

poder" deben hacer su entrada en
el lenguaje ··político,
precisamente

para poder distinguir mejor entre
un aliado po­
tencial y el

enemigo
inexorable ... >.
759
Fundaci\363n Speiro

V. TRAS LA NUEVA ALIENACIÓN, LAS COLONIZACIONES QUE NOS AMENAZAN.
En Tribuna Abierta de ABC, del 8 de marzo de 1983, aparece el
artículo Dos DESTINOS, de Manuel Monzón, en el que llama la atención
con
una pregunta

a la que responde
y explica.
760
c¿Por qué -se preguntarán mucho&-convergen dos fuer­
zas

tan distintas
-una apóstOl de la alpargata igualitaria y la
otra pretoriano de
la internacional financiera, sin creencias, sin
patria y

sin
bandera.:.__ precisamente
sobre España, lo mismo en
los años treinta que ahora? :.La respuesta es bien sencilla. Los proletarizadores igualita·
ristas del sectarismo izquierdista pretenden el empobrecimiento
material con objeto de hacer verificables los
mlínimos para

el
supuesto revolucionario y conseguir la satelización política e
ideológico-imperialista
res:Pecto de

la URSS. Los descristianiza.
dores del "chauvinista" complejo de superioridad franco-sajón
quieren lograr, aprovechándose del empobrecimiento material
que les aporta el
marxiémo-leninismo, la

errádicación de los va­
lores espirituales,
oon el

fin de que un pueblo así inerme cons·
tituya fácil presa para
su propósito

de "micro-satelización polí­
tica"' (en

el
sector masónico-liberal hay bien poco de ideológico)
y "macro-satelización" eéonómico-im.perialista. Digamos que am­
bas fuerzas

son "compañeras de viaje" en el transcurso del pro­
ceso y enemigas cuando se completan, porque su finalidad últi­
ma es diferente.
:>Los segundos quieren ádquirir, comprar,

someter nuestro
país a la baja. Los otros -los primeros-
les ponen

en bandeja,
con
su locura

demagógica -huelguística- reivindicativa perma·
nen.te, esa

baja que ansían para "dominar
barato". Para
los mar­
xistas-leninistas constituimos un objetivo efectivamente imperia­
lista de
estrategia. puramente

ideológica y militar. Para los lihe­
ral~masónioos el

objeto deseado para
sus apetencias estratégico­
económicas y 811bsidiariamente militares también. Proletarizado­
res y descristianizadores coinciden de este modo en la pertinaz
finalidad de
destruir o

minimizar nuestros valores espirituales
permanentes
porque saben

que mientras España ha sido fun­
damentalmente católica y respetuosa de las tradiciones que de
tal carácter
dimanab~ nada

ha habido que hacer y el islote
se
ha mantenido a flote, frente a tirios y troyanoe>o
De ahf, esta indicación:
«No caben, pues, demasiadas esperanzas de las ayudas o res­
paldos que puedan

recibirse desde fuera para frenar este pro-
Fundaci\363n Speiro

ceso de descomposición de la sociedad· española. Estamos solos,
como lo estuvimos
siempre y, en consecuen~ o erguimos la
cabeza
para recuperar nuestros valores o seremos reducidos a la
esclavitud de uno u otro color. Con el riesgo añadido de poder
ser utilizados como "campo de Agramante" para que las dos
fuerzas
diriman en

nuestro suelo, de nuevo,
del'l'amando nuestra
sangre

y la de nuestros hijos,
sus diferencias finales.

Porque
-no lo olvidemos- sólo se complementan mientras dura el
proceso. Cuando se completa se convierten
en enemigos

feroces
y se enfrentan entre
sí, para

dilucidar -normalmente de fon_na
sangrienta- si triunfan los intereses supraeconómicos multina­
cionales o los
propósitos revolucionarios.

Pero
siempre después
de

haber conseguido conjuntamente el empobrecimiento mate•
rial
y espiritual simultáneo _de esta España que simplemente ha
cometido el imperdonable pecado de ser católica
e indómita».
Y
estas advertencias:
que el marxismo-leninismo
de la revolución soviética. es una
creación judeo-mesónico-liheral, en origen ideológico y geográfico.
Lenin era un judío, masón y
com~nista (sólo

en .tercer lugar
comunista), teledirigido desde
Stúza y

"parachutado" sobre San
Petersburgo. Para hacer.
una revolución

proletaria,
sí, pero
con
el objetivo claro de utilizarla luego
como ariete

y en provecho
propio por la conspiración judea-masónica y liberal para la erra­ dicación de cuanto en Occidente quedaba de tradición cristiana,
no sometido al dominio
anglo-franco-sajón-burgués. No

es por
casualidad, no, que los Estados Unidos, el Reino Unido y en
menor medida Francia no sean víctimas
de estos procesos espec­
taculares de deterioro social como el que padecemos y padeci­
mos nosotros en los
años treinta.

Y es que ellos son los
'coauto­
res,
juntamente

con los marxistas-leninistas.
»Lo que

sucede es que a la permanente conspiración judeo•
masónico-liberal, para defensa y triunfo del dominio anglo-fran­
co-sajón (ayer con predominio franco-británico y hoy franco­
norteamericano, a veces yerra. Le
ocurrió en

los albores de los
veinte, en
-la URS~ porque Trosky, sucesor de Lenin, sólo era
masón y
comm:rl.sta -
sin ser
judío y
Stalin, triunfador
final, no
era ni judío ni masón;
sólo comunista. Les falló, pues, la re·
volución soviética
marxista-leninista como
instrumento domésti­
to. Y a
la vista del bárbaro aséntamiento stalinista, inventaron
para detenerlo y a la vez domeñar al
"junkeriemo" prusiano,
el
761
Fundaci\363n Speiro

nacionalsocialismo alemán -asL como suena-, que también "les
salió rana" por

el
elnloquecimiento nacionalista
de Hitler,
que es
precisamente
lo que las internacionales masónico-liberales y mar­
xista-leninistas
no
perdonan. Después, lo que vemos todos los
días: convergen como cuervos sobre país tras país
y se

enfrentan
luego por

el
botín.
>Está
claro

que el
"tonto útil" elegido

en estas
calendas por
ambas

satánicas fuerzas es la Internacional Socialista, una
vez
desprestigiados

para siempre los partidos comunistas. Por eso,
los socialistas, muchas
veces, ni

siquiera saben a quién le están
haciendo el
juego>.
VI. UNA MUESTRA EN VIVO: EL SALVADOR.
Nuestro amigo, R. P. Ricardo Fuentes Castellanos, nos escribe desde
El Salvador:
cSohre la situación de El Salvador, las
cosas siguen más o
meno8 igual

o tal vez peor que hace un año, cuando
se celebra­
ron

elecciones para Constituyente,
que debía elegir un
Presiden­
te provisionaL Aunque, a pesar de las maniobras y trucos de la
Democracia
Cristi~ loe partidos contrarios, ARENA y jPCN,
tuvieron más votos que la D. C., sin embargo, los Estados Uni­
dos, por medio

del
·Alto Mando de la Fuerza Armada impidió
la formación de un gobiemo nacionalista y se formó un go­
bierno tripartito mal llamado
de "Unidad Nacional" para in•
cluir

a la Democracia
Cristiana. Dada eeia. situación política
complicada entre tres

.
grupos disímiles; por

un lado, la econo­
mía ha
seguido declinando

y la guerrilla más
envalentonada>.
· Y nos acompaña un articulo suyo, que .nos muestra algo muy dife­
rente que las imágenes que radio y televisi6n nos repiten machacona­
mente:
762
«La reciente crisis política· y militar resultante, primero, del
desafía del Comandante de Cabañas, coronel Sigifrido Ochoa,
quien
se negaba a cumplir la

orden
del Ministro de Defensa re­
ferente a
su traslado, como Agregado Militar,

en la República
de Uruguay; y,
ahor~ el procedimiento

arbitrario de los par·
tidos PDC, PCN y
AD· en

la Asamblea Constituyente,
quienes
procedieron
a realizar una

sesión par-lamentaría prescindiendo
del Presidente de la
Asamblea, Mayor

Roberto D' Aubuisson y
Fundaci\363n Speiro

de los diputados de ARENA, ha venido a poner de manifiesto el
famoso
dicho de
Shakespeare que "algo

anda podrido en
Dina.
marca".
>Respecto
al

caso del coronel
.S. Ochoa, de parte-de la du·
danía

cabe preguntar qué. motivos tenía el-
Ministro de
Defensa
para remover de su puesto a un comandante militar que
había
probado

su
eficiencia en

limpiar de guerrilleros ·Y, por consi­
guiente,
pacüicar el

importante
departatnento de

Cabañas.
»Tal como están las

cosas y la
inseparable relación' existente
en

El Salvador entre lo militar y lo político,
de ninguna manera
cabe pensar que el traslado del coronel Ochoa obedezca sola­
mente a razones rutinarias de servicio.
>Sobre lo segundo, o

sea, el caso de la actuación arbitraria
de los
diputa~s del

PCD, PCN y AD en contra
de ARENA,
aparte de la
:maniobra evidente

del Presidente de la República,
contraria a ARENA
y n~ Aubuisson; a primera vista, sin entrar
en detalles puramente jurídico-legales
que unos y otros tendrán
que

esclarecer debidamente, de·
ptiertas afuera, · lo
que obser­
vamos es una maniobra
política de parte del

Presidente
Magaña,
en

connivencia con los otros partidos, para debilitar política­
mente a
D' Anhuisson y ARENA qne. por su línea naciona·
lista, se oponen
tajantemente a
cualquier claudicación ante la
guerrilla
y, sobre todo,

no pueden ver con buenos
ojós la
triste
situación
de dependencia que, tanto

las
"Juntas Revolucionarias"
anteriores

y el
actual régimen
de revoltijo del llamado "Pacto
de
Apaneca" (¿no

será, tal vez, el pacto con el Diablo?), nos
han
colocado con

respecto -a los Estados Unidos.
>En un articulo publicado

en el conocido periódico
"liberal"
-izquierdista y-filo-comunista-, Miami Herald, de 16 de enero,
p. p., su autor, Rohert S. Leiken,
al· comentar el caso de Ochoa.
ataca

lo
que él

llama los
"cliques militares"
de El Salvador. que
se oponen a la
"línea" pro Estados Unidos

del
"triunvirato" -tex­
to o término usado poi' el propfo Leiken--constituido por el
embajador Hinton, el Presidente Magaña y el Ministro de
De•
fensa,

general García. Si esto
fuera poco, el periodista
Leiken
dice, también
textualmente, que García es

el "hombre de
Esta­
dos

Unidos" que ha reemplazado a
Dnarte ...
»También señala el menci~nado articulista de Miami Herald,
que lo que se trata en el fondo es de crear el· llamado "Centro
Democrático", . oonstituido

por
"moderados" que
no
están de
acuerdo

con la línea de
D'' Anlmisson.
>Este "Centro Democrático" serviría para iniciar
el
"diáJo.
763
Fundaci\363n Speiro

go" ·con la guerrillti,, tal como ha -estado insistiendo el adminis­
trador
apostólico-y el obispo auxiliar de San Salvador.
:11Dados estos

antecedentes, quienes "vemos los toros desde
la
barrera" y

_
como simples

ciudadanos
que no
tenemos ninguna
, , cla,se de

compromisos con nadie, observamos con
suma tristeza
y
preocupación, que quienes rigen

los destinos de la Patria en
_est~ hora

aciaga nos·
están llevando

hacia el desastre.
>Efectivamente, a
pesar de toda la falsa alharaca de la pseu­
do "Unidad Nacional", que no lo. vemos por ninguna parte, y la
perfi~ manifiesta

con
que pi:ocedieron el Presidente Magaña y
los diputados del PDC,
_PCN y AD, que

se prestaron a la sucia
maniobra
de tratar de prescindir del Presidente de la Asamblea,
Mayor
_a_oberto D' Aubuísson y
los diputados de ARENA; prue­
. ben

que
·1a "res pública" -la, ~osa pública-
bajo este régimen
amorfo y antinacional
S11rgido de

la traición del "State Depart­
nient" que

se valió, como es sabido
"urbi et orbe", de
la presión
del
, Alto :Mando de

la -Fuerza Armada para que la
Asamblea
Co~tituyente
nombrara

al doctor Magaña y
n~ a ningún repre­
sentante
de los partidos nacionalistas, 1!º responde a los intere­
ses nacionales.
>Ahora, como

consecuencia de aquella traición a la voluntad
popu.J.ar manifestada en la me_morable jornada del 28 de marzo de
19~, en

que el pueblo en
~ -a pesar· de las balas y de
las maniobras del doctor Jorge Bustam.ente y su Consejo de Elecciones, creado "ad oc" para favorecer .a la Democracia Cris­
tiana en el poder, votó no sólo contra la guerrilla como dice la
propaganda
oficial, sino

también en contra
dcl. desgobierno
de
Duarte
y la

Demacria
Ctjstiana ; .. al

fin de cuentas tenemos que
taÍnhién el PCN -~diando a César, p,odemos igualmente de·
cir: "¿tu '40.0iple bruÍus?"-:-, primero se subdividió en tres gru­
pos

y, ,por
último,· a pe~ ,de tantos insultos y ataques recibidos
de parte de la D~~ocraGiu. Cristiana y sus jerifaltes, se unen con
sus antiguos
enemigos, y
tr.atan de
echarle la
zancadilla a D'
Abuis­
oon y ARENA».
VD.. Los "MASS MEDIA' .. Y EL TERRORISMO.
H einos· visto en el -epígrafe V la · tenaza alienante y Color,izadora,
convergente, a veces, y, Otras, dialéctica. En ese segundo cliso brota
o rebrota el terrorismo con·
sú estrátegiá, en la que se conjugan gru­
pos
que, a simple vista,
parecen muy distantes entre sí. EsTRATEGIA DEL
764
Fundaci\363n Speiro

TERRORISMO es precisamente el título de un ar(iculo de Francisco Félix
Montiel
aparecido en tercera plana de ABC del 22 de febrero de 1983,
que comienza

con este
planteamiento:
cLos fines del terrorismo sé pueden alcanzar con la lucha
armada
y también "'por ·otros Medios", a través de un reparto de
consignas y un despliegue de organizaciones políticas, hombres
y grupos, eón tareas específicas· dentro de ·un accionar coordina­
do
como
divisióll, del írabajo. Analicemos e.Stas declaraciones de
dirigentes terroristas vascos dE':ñniendo su propia estrategia:
>''ETA no suhvalora las· otras actividades de masas. y no las
olvida ...
ETA no considera la révolueión vasca como una tarea
que le corresponda
exciueivámente... El pueblo vasco está re pre·
sentado
políticamente por ETA ·y por otras fuerzas... Ante la
imposibilidad de
realizar por· una· misma organización las diver­
sas tareas, nos hemos
decidido a

consagrarnos a
las que
podemos
realizar mejor, dejando
a las otras fuerzas patrióticas socialistas
el
cuidado de organizar
al pueblo en otros niveles ... ".
»Habría que determinar entonces_ cuáles pueden

ser esas
"otras
fuerzas

políticas" encargadas de conducir al pueblo -utilizan­
do otros
medio~ hacia

los mismos fines
que_ el
terrorismo
se
asig'na. Otros medios, no seÍJarados o _ :incompatibles, sino armo­
nizados
y complementarios, La cue'Stión es grave, gravísima, y
creo
que es así
_como hay que plantearla ... ».
Los datos que ofrece son concre(.os y testimoniales:
«Anotemos estas. definiciones· del euroc6Jb.unismo: "Practi­
camos una
política de, ·con.wp-gencia con sectores neo-capitalistas,
pero
sin caer -en la trampa de estz ; J(ictica y manteniendo toda
su estrategia ... · En un momento dq.do., no -sabemos aún. cuando,
se

producirá.
nuestra ruptwa. con.·el sistema.1Si ese choque tie­
ne lugar simultáneamente. ·en_. varios países de-Europa/ la cola­
boración entre ellos servirá ·para vencer más fácümeme mu­
clws de, los.. Hligr,os..-_;"' .-. ~arís, l974); Hay que .. -PJ"flpararse,: vienen a· decir. Hay que ga­
nar terreno y
posiciones. Tenemo.8 qne

·
adentrarnos con
nues­
tros
tentáenlos .. 1m .. to~os los: medios. sociales. Tenemos

que apo­
derarnos del
~yor núm~ro-'P9sihle de.,reaortes de p0der. Rom­
peremos

cuando
seamos loa
..
más fuertes. : La

victoria
se alcanza
cuando se·

sabe atacar
a- tiempo, (Un consejo que vale

para
todos ·y
que no

acaban de · entender
mitchos ·demócrátas.
Por-
765
Fundaci\363n Speiro

766
que qujzá no adviertan que el tiempo en España trabaja para
la subversión).
:>Hace años, en una revista francesa que dirigía Jean,Paul
Sartre -Les Temps Modernes, Paria, 1976--apareció un artículo
sob~e el terrorismo etarra bajo la firma de J okin Apalategi.
Puede
leerse ese texto dentro

de un aparatoso ._volumen de cer­
ca de 600 página~. dedicado íntegramente a España. Casi todos
los aspectos de 1a subv~rsión están en el índice de ese número
extraordinario de
la revista, y en un bloque especial de temas
se· habla de las, "irredu~les singularidades": País Vasco, Cata­
luña, País Valenciano, Galicia, Mallorca y, por ahora, nada
más. Y nada_ m~nos. D.omina en_ el bloque la cuestión vasca,
pero quedan apuntada~ toda~_ las otras. El terrorismo_ no tiene
una limitación local en sus-fines o en sus perspectivas.
~_Veamos en conci:eto lo que f!Scribe Apalategi, de cuyas de­
claraciones he tomado más
arrih8: algunas frases

que
figuran en­
tre comillas. 1976 era el mom~to _ en que anunciaba en España
una nueva política. Había que escoger, _calibrar, ponderar y afi­
lar las armas, ante "la hipótesis" -dice el artículo-de un
eventual

cambio
de Gobierno que UegarÍ-(1 hasta legalizar las di­
versas fuerzas
políticas _,t,e. la opos~ión republicana, incluyendo
al Partido Comunista". El i,mtor considera que "dada su actual
estrncta y sus métodos de lucha,. ET A no podría ser admitida
en una hipotética legalidad democrática". Por lo que, en suma,
"si ETA quiere entrar en el juego de la hipotética legalidad
democrática deberá dislocar la organización en
varias ramifica­
ciones,

algunas
de las cuales Tenunciarúm a los métodas de lu­
cha
armadti'.
>Está bien: claro, Dislocar la organización. Lo que no quiere
decir . ·volverse'· It,-eo, ·síiiO idgo bastante cuerdo: multiplicarse,
diferenciarse y · repartirse los ·-encargos. El tronco y las sucursa­
les.

Y
el todo al servicio de los mismos fines. -Pero, ¿ cuáles son,
quiénes
son,· por dónde andan-esas distintas sucursales? Porque
también
está bien

clara la
división del· 'trabajo ·entre los grupos
clandestinos
y las formaciones que -por orden superior-han
solicitado el ingreso con
todas las, reieffas imaginables y han
sido aceptadas sin ninguna reserva -en el recinto desprevenido de
la '·hipotética legalidad· democrátictr.
,ETA. -oigue diciendo Apalategi-ha tenido una preoc_upa,.
ción constan,e: el: -deatirrollo de la lucha armada y su relación
con el ·resto del movimiento político". Esa "relación" es preci­
samente una de las claves · que el
mundo de
la libertad necesita
descubrir y,.
·después, combatir

·adecuadamente dentro
y fuera
Fundaci\363n Speiro

de España. El estado mayor del terrorismo tiene seguramente
relación con todo lo que se hace y con todo lo que se escribe
en la dirección de
sus intenciones y. de su estrategia. Incluso
cnando
las coincidencias no son voluntarias o conscientes.
Exis­
ten

los aliados "objetivos",
como dicen los dialéctico&>.
De la interrelación entre la acci6n y los mass media es una muestra
el ejemplo al que
se refiere

el propio
Montiel al concluir el articulo:
cEl pasado 8 de febrero desplegaba un . diario de Madrid el
siguiente título a cuatro columnas:
''.La intervención
militar en
Ayacu.cho puede

ser un peligro para la democracia peruana".
De manera que,
según el cronista, el peligro en el Perú no es
la guerrilla, sino la acción antiguerrillera. Durante más
de siete
años,
arguDlentos parecidos han llenado las páginas de perló·
dicos y revistas de nuestro país refiriéndose
al terrorismo que
padece España. Alguna vez

habrá que hacer una antología de
todo lo que
han dicho en distintas formas y con variado len­
guaje -siempre favoreciendo la estrategia terrorista- desde
jefes de Gobierno
hasta jefes

de la oposición, desde políticos
de Madrid hasta líderes del País V
asco, desde

periódicos mar­
xistas hasta

cierta prensa que- pretende
ser liberal
y
objetiva,
desde

los comunistas y los
amigos de
los comunistas hasta per­
sonajes que aparecen como fuera
de toda sospecha en la línea
del anticomunismo.
:>Todo ello

ilustrado con la presencia de los aliados del
te-­
rrorismo

en los
desfHes que

se- organizan para condenar los
crímenes y
la violencia; del mismo modo que salen a la calle
en defensa de la
Constitución los
que llevan en
sus programas
la
destrucción del sutema democrático

y la instauración de Ja
dictadura totalitaria que llaman
.. del proletariado".

Los
hom­
bres

normales no entienden que
ese monstruoso doble juego
pueda

ser una realidad. Fue lo
que dijo
David Rousset hace
algunos años

analizando
la moralidad del mundo man:ista: "Los
hombres normales no saben que todo ·es posible•>.
767
Fundaci\363n Speiro