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Número 221-222

Serie XXIII

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Louis Salleron nos habla del cáncer socialista

LIDS SA'LLERON NOS HABLA DEL CANCER
SOCIALISTA
(*)
POll
GUSTAVE THIBON
El cáncer socialista, este es el título de la última obra de
Luis Salieron, uno de los pensadores más clarividentes y más
desconocidos ( circunstancias que no se contraponen) de nuestra
generación.
Salieron es clarividente no únicamente en
el sentido de que
va directamente
al fondo de los temas tratados, sino que, ade­
más, porque es totalmente claro en sus exposiciones. Yo sé muy
poco de economía política; únicamente lo que
el sentido común
y la observación concreta enseñan. De manera que cuando yo
ataco uno _u .otro tema de alguno de nuestros economistas «dis­
tinguidos», oscilo entre dos reacciones: la de la modestia, que
reconoce: soy demasiado ignorante para comprender,
·y la del
amor propio irritado que protesta: si yo no entiendo es porque
no hay mucho que entender.
Salieron no pertenece a esa raza de sabios «que enturbian
las
aguas para que parezcan más profundas»: su discurso, por la
claridad de su origen y por no se qué alegría primaveral, des­
pierta en un abrir y cerrar de ojos
1a inteligencia del lector.
* * *
Serla inútil tratar de resumir en pocas lineas una obra de tal
. (*_) Tenemos el gusto de traducir .de Itineraires, 277, de noviembre de
1983, este artículo de nuestro ,amigo Gustave Thibon, que se refiere al
último libro de ·otro amigo nuestro, Louis Salieron, los dos muy admirados.
26} ·.
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GUSTAVE THIBON
densidad. El autor analiza el fenómeno socialista bajo todos sus
aspectos: sus orígenes, sus ámbitos de elección, su crecimiento,
sus incidencias en la vida privada y pública: familia, trabajo, pro­
piedad, instituciones, etc.
El. título del libro menciona el cáncer. Los biólogos definen
éste como una proliferación anárquica de células que van
devo­
rando los órganos, que después se destruyen a sí mismas y con­
ducen
al vivo hacia la muerte. Y, como el cáncer representa el
colmo del desorden biológico, el socialismo representa el colmo
del desorden social. Precisemos. El socialismo gira hacia el cáncer en la medida
en que implica un desequilibrio en el aprovechamiento del poder
político en
las relaciones entre ese poder ( el Estado) y el con­
junto de los elementos de la nación: individuos, familias,
empre'
sas,

colectividades locales, etc.
La existencia del Estado es una necesidad para toda la so­
ciedad civilizada. Su tarea esencial consiste en armonizar
las li­
bertades de los ciudadanos; es decir, en arbitrar mediante leyes justas ( seguidas de coerción en caso de que no se observen: la
fuerza debe
permanecer en

la ley ... ), los intercambios y conflic­
tos entre los individuos y los grupos, y, más particularmente, en
proteger. a los más débiles contra los abusos de poder de los más
fuertes: «Allí donde
la libertad oprime, la ley libera», decía La­
cordaire. Cuando el zorro está libre en el gallinero, la libertad
de las aves, dentro de su especie,
el poder de revolotear de un
extremo
al otro del enrejado no significa nada ante la agilidad
y la avidez del carnívoro.
E;., ese

sentido, el socialismo aparece como una reacción
co;.,­
tra
los

excesos del liberalismo del siglo anterior. Pero esta reac­
ción contra los daños causados por la libertad ha sido impul­ sada
grad,;almente hasta

el extrangulamiento de la libertad mis­
ma. El Estado, con el pretexto de justicia, igualdad, asistencia,
se ha ido infiltrando. poco a poco en los resortes del aparato so­
cial; ha monopolizado los créditos, paralizado el trabajo con los
ÍJnpuestos y

el ahorro con la inflación, ha atacado a la propiedad
privada, única
defens'a de

la libertad, ha procurado la
segurid~d
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WIS SA.LLBRON Y EL SOCIALIS,ljl.O
de cada uno con el precio de la esclavitud de todos, En resumen,
erigiéndose en
expoliador y distribuidor universal, monstruo de
dos
caras, en el que se combinan
el Minotauro y 1a vaca lechera,
reduce
la nación a

un polvo de individuos sin lazos entre ellos.
y
sin ninguna defensa ante sí. Es la definición pura .del '*1cer.~.
El

diagnóstico de Salieron es severo
y su pronóstico. pesitnis­
ta. Este proceso cancerígeno le parece
difícil de
encauzar
-por
las

dos razones siguientes:
1) Porque los líderes del socialismo, ligados a su ideolo¡¡ia,
están condenados a
la huida hacia

adelante, es
decir, .a una

ra­
dicalización creciente de su método de gobierno que desemboca en el comunismo, término fatal de
la utopía

igualitaria.
2) Porque gran parte de los ciudadanos
han digerido, con
la leche,

el veneno socialista
y se han acostumbrado a esperar
todo del Estado
y, con ello, han perdido el sentido del riesgo y
de las responsabilidades, que es inseparable del .amor a la Jiber,
tad,

tal como el ganado vacuno,
a quienes la seguridad del esta,
blo y la escasez de heno les harían olvidar el yugo.
¿Dónde está, pues,
el remedio? «Ver ciaro, es ver negro»,
decía V

aléry. Pero, quizás Salieron lleva
el pesitnismo demasia­
do lejos. Hay cáncer, eso es seguro, pero ese cáncer no atañe a
todo el organismo social: está en el Estado más que en la naci6n,
en el
país legal

más que en
el real, y creo que éste es aún capaz
de tener una reacción saludable. Y, más aún, porque la evidencia
de los absurdos
y de los males que provoca el socialismo resalta
cada
día más

claramente.
Incluso los espíritus más embebidos por la ideología empie­
zan a darse cuenta de la desproporción tan escandalosa entre
lo
que el Estado nos da y lo que nos quita.
Países como Inglaterra
y Alemania, aunque la hipoteca so­
cialista pesa aún mucho en ellos, nos dan una muestra de ese
cambio de mentalidad. Pero un cambio del equipo gubernamental no basta si no es
apoyado por una reacción vital de
las células

sin cáncer. Somos
nosotros quienes debemos agarramos a los últimos jirones de
libertad
y asumir toda la responsabilidad. En otros términos,
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GUSTAVB THIBON
salvaguardar y extender esos islotes de salud social que el tota­
litarismo del Estado se afana en eliminar como reliquias del pa­
sado y que, en realidad, son semillas para el futuro. ¿Será ne­
cesario para que salga
adelante un

alud de catástrofes econó­
micas y políticas?
Lo ignoramos. Lo que, sin embargo, sabemos
es que el proceso de descentralización
-o de descancerización
para tomar de nuevo el título de Salleron- pasa por la concien­
cia
y por la conducta de aquellos que rechazan la perspectiva de
dejarse devorar por el cáncer. El socialismo -y el comunismo hacia el que inevitablemen­
te camina si no rechaza sus propios principios- se opone a las
leyes, más elementales y más comprobadas por la experiencia, de
la naturaleza humana y de la salud de las sociedades. Luego,
es
ya

una promesa de victoria combatir teniendo la naturaleza por
aliado. Y el embite de ese combate es la salud de la sociedad,
,que el

triunfo del socialismo ahogaría en un colapso cercano a
la muerte.
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