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Número 227-228

Serie XXIII

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Sor Cristina de la Cruz Arteaga, «madrina» de Speiro

Sor CRISTINA DE LA CRUZ, "MADRINA" DE SPEIRO
En la mañana del día 14. de julio apareció en la prensa diaria una noticia que no pudo pasar desapercibida a los fundadores
de Speiro.
Recortamos: «Ayer, a las nueve de la mañana, fallecía en
Sevilla sor Cristina de la
Cruz de Arteaga y Falguera, priora ge­
neral de la Orden de las Jerónimas y miembro de la Real Aca­
demia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría» ... «Con ella
desaparece una de
las figuras más representativas de la vida con­
templativa española de los últimos tiempos»... «Desarrolló una
gran labor de protección artística en el convento de Santa Paula
de Sevilla, en el que ayer murió. Mujer de una
gran preparación
intelectual, fue autora de varios libros. Entre ellos, una biogra­
fía de Beatriz Galindo, maestra de Isabel la Católica»
y dos
gruesos volúmenes sobre la Casa de Mendoza, publicados en 19 3
5. «Hasta los últimos momentos de su vida ha continuado traba­jando, y poco antes de morir corregía su tesis doctoral sobre el
venerable don Juan de Palafox y Mendoza, que no pudo ser pu­
blicada en su momento» ... También «fue poeta». Decimos que esta noticia no pudo pasar desapercibida para
los fundadores de Speiro porque
Speiro, en griego, significa sem­
brar; y la idea de ese verbo nos fue sugerida por una poesía es­
crita por la misma sor Cristina de Arteaga años antes de entrar
en religión. Eugenio Vegas Latapie la sabe de memoria y nos
la había recitado más de una vez. Creemos que es una buena razón para recordarla. Dice así:
SEMBRAD
Sin saber quién recoge, sembrad, serenos,
sin prisas,
las buenas palabras, acciones,
sonrisas

...
sin saber quién recoge, dejad que se lleven la siembra las brisas.
Con un gesto,
que ahuyente
el temor,
abarcad. la tie"a: en eUa se en~a
la gran esperanza para el sembrador. ¡Abarcad la ·fi~a!,
No os importe no ver germinar el don de alegria; sin melancolfa,
de¡ad a/, capricho del viento volar
la siembra de un dia.
Las espil,as dobles romperán despuls ... Yo abriré la mano
para
echar el
grano
con· una·

armoniosa promesa .de mies
en el surco humano.
Brindará la
tierra su fruto en agraz; otros segadores
cortarfzn las flores ... Pero habré cumplido mi deber de paz, mi misión de amores ...
Cristina_ de A.rteaga.
Descanse en paz su autora. De ella esperamos pida a Dios
que otros segadores recojan buen fruto del grano esparcido por
nuestras manos.
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Fundaci\363n Speiro