Guillaume Maury: L'Eglise et la subversion. Le C.C.F.D.

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clones salariales favorables a la burguesía empresarial, son algunos
de los motivos
que moverían " las cJa.es populares a romper con
el nuevo régimen y a
alzarse en·rebeldía

en La Vandée, y en una
gran
parte del sue!lo francés: Rebeldía qne tuvo, · en algunos mo­
mentos,
carácter generalizarlo, y

que
renació ~fuente a pesar
de
la brutalidad de la represión ·a que fue sometida.
E,cplicaciones
detalladas
que Dumont
ilustra con
un ejemplo
conmovedor e

inédito: el de
la rebelión de los canuts ( obreros
de la seda) de Lyon, e!! más importante centro fabril de la Francia
de entonces. Sumidos por
sus patronos, con

el
apoyo de las auto­
ridades

parisinas, en un régimen
salarilal insoportable, tuvieron
que
recurrir a las armas, contra toda espemnza, porqne no

con­
taban ya

con el apoyo que hasta
entonces les

habían prestado,
sosteniéndoles con
eficacia probada en sus reivindicaciones, los
can6nigos-condes de la catedral, todos ellos de origen aristocrático
y

dotados
tradicionalmente de una sensibilidad social tan merito­
ria como operativa.
Esperamos que esta dilatada reseña haya ~uscitado el interés
de los lectores
potenciales del libro de Dumont. SólÓ nos queda
recordar que
·su presentación tipográfica es impecahle, con

un
cuantioso aparato
de notas marginales y a pie de página que fa­
cilita su consulta. Y ratificar nuestra convicción de qne su lectura
es imprescindible para Jos católicos

cultivados que deseen en­
frentarse, con un bagaje
de argumentos y datos contundentes, a
las
distorsiooos y falsedades que
pueblan
la historia oficirul. De la
valía e importancia del libro no nos cabe duda; De su resonancia
en
el futuro tampoo:,, a no ·ser que sea víctima de esa conspira­
ción
de
silencio
hoy imperante, de ese motus vivendi que denun­
cian sus
páginas.
ANDRÉS. GAMBRA GUTIÉRREZ
Guillaume Maury: L'EGLISE ET LA SUBVERSION •
. LE C. C. F. D. (*)
El C. C. F. D., o ~Comite Catholique contre lá Faim et pour
le
Developpement,., agrupa,

bajo el patrocinio de
la Conferencia
Episcopal Francesa, a más de de veinticinco movimientos· y ser­
vicios de
la Iglesia en Francia y realiza 587 proyectos en 87 paí­
ses. A lá vez, está apoyada ppr los socialistas.
El autor recoge los avisos
y denuncias de católicos alarma-
(*) Editado por Union Natiq~e lnteruniversitaire, 8 rue MussetJ
7'016 París, 1985, 4.º, 165 págs., rústica.
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dos por lo que perciben en el CCFD, profundiza en la investiga­
ción y de ella concluye que esa entidad difunde la ideología mar­
xista y colabora en maniobras para su implantación con la co­
laboración simultánea del episcopado y de los socialistas.
Como en el clásico símil de
la cesta de éerezas, Guillaume
Maury
al sacar una sigla ha sacado, enredadas con ella, muchas
más, media Iglesia de Francia. Como esta organización no está extendida por
España po­
dría parecer, a primera vista, que este folleto no tiene mayor in­
terés para el lector español. No es así. Es interesante y valioso
para el estudio de la guerra revolucionaria en curso, que Nixon
llamaba nada menos que la Tercera
Guerra Mundial,

y de la
guerra psicológica

en cualquier latitud; es una plantilla o molde
que debiéramos utilizar para la investigación de organizaciones
análogas que
sí que están extendidas por España. Algunas cade­
nas

de ideas que aparecen en el CCFD no son exclusivas de
él
y se encuentran en la prensa diaria de nuestra nación. Lo mismo
diríamos de algunos estilos. de acción. Conviene conocer todas estas cosas para
poder detectarlas

inmediatamente en cuanto
apa,
rezcan

aquí.
Se echan de menos, en España, católicos preparados y dedica­
dos a las tareas como la que es objeto de este .estudio. Los que
se animen a corregir esta deficiencia tienen en las
libretías fran­
cesas

numerosas publicaciones para iniciarse en el aprendizaje de
este
servicio a

la contra-revolución.
Esta
monografía nos

proporciona, por de pronto,
. una
infor­
mación global importante, a
saber; la organización de la henefi­
c.encia y la de la asistencia sauitat:ia son perfectamente aptas, en
contra de lo que pudiera parecer a primera vista; para
servir a
grandes

maniobras políticas, y aun militares subversivas. Movi­
lizan fácilmente grandes cantidades de
dinero que

se gastan
muy
lejos,

fuera de todo .control. Constituyen por sí mismas. redes
que, además !fe
servir a

los fines oficialmente declarados, son
polivalentes y capaces
de. servir a

otros fines.
Su -politización,

y
con ella su ideologización, pueden empezar, inocentemente, con
la
mera selección

de los objetivos
y de los medios. ·
El

deslizamiento de unas ideas a otras se hace, aproximada­
mente, por este orden:
la primera afirmación, que nadie discute
y que moviliza dinero, es que hay que dar de comer al ham­
briento; luego, se dice que esto no basta: hay que
ir a las cau­
sas del mal
y corregirlas; en la investigación de estas causas ya
empieza la parcialidad, la
_ tendenciosidad,
la maniobra sutil;
las
causas

elegidas por los revolucionarios están
en relación·
con· cier-
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tas estructuras sociales y econ6micas, que hay que corregir des­
de la política; las acciones conducentes a ello también se sdec­
cionan de una maneta partidista. Todo ello muy concretado en
nombres de personas, organizaciones y territorios. Se recluta al
-
gran

público para que contribuya con dinero a la primera fase
de socorros benéficos; pero para las etapas posteriores se le du­
de cada vez más.
Para dificultar
el seguimiento y la demostraci6n de sus accio­
nes, éstas se desarrollan a través de una
maraña de
siglas corres­
pondientes muchas de ellas a organizaciones diminutas, forma­
das por unos pocos activistas, impetceptibles y desconocidas. Si­
glas por arriba, por abajo y a los lados; unas en la metrópoli, y
otras en
el extranjero; casi siempre muy largas e indescifrables.
Estas organizaciones-coartada presentan unos fines principales ino­
centes y sólo como accidentales y
sep.iildarios otros

fines por los
cuales se canaliza la verdadeta y principal maniobra. Siglas y más
siglas divididas en secciones que a su vez se subdividen, forman
un entramado de un volumen que necesita para su conocimiento
y vigilancia todo un equipo de personas consagradas totalmente
a ello. También hay personas-encrucijada que con su presencia
cía en

distintas asociaciones las· coordinan y dirigen.
El punto débil de este estudio, y de otros
análogos --a,mo
aquel

formidable de nuestro amigo don Fedetcio Muggenburg,
La cruz, ariete subversivo-, es que esas siglas tienen una vida
muy corta; los agentes revolucionarios cambian constantemente
de cobetturas.
Como españoles nos interesa retehet
lo que se lee en la pá­
gina
105. El CCFD tiene estrechas relaciones, hasta el punto de
compartir
localés, con el D. l. A. L., «Difusión de Informacio­
nes sobre América Latina», al que_ subvenciona. Esa organiza­
ci6n DIAL tiene una sucursal en ºEspaña
( 1) a la cual la CCFD
ha subvencionado por
lo menos en los años 1982, 1983 y 1984.
También tiene

una filial- en
España la
organización «Justice et
Pabr», que

en Francia constituye una encrucijada rectora de otras
siglas de menor rango, pertenecientes todas a la maraña que
d
libro

denuncia. Dr. F.
FERNÁNDEZ ARQUEO.
(1) En Barcelona, calle Diputación, núm. 185.
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