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Número 243-244

Serie XXV

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Salvador Abascal: Juárez marxista (1848-1872)

INFORMACION BIBLIOGRAFICA
Abascal, Salvador: JUAREZ . MARXISTA (1848-1872) (*)
En la ingente labor que Salvador Abascal ha emprendido de
presentarnos
la historia de Méjico desde el punto de vista COJ?·
trarrevolucionario, comentamOs hoy el grueso volumen que· abar­
ca los cruciales años de 1848 a 1872, en los que las fuerzás de
la Revolución se quitan la máscara y anuncian lo que será
el
mandato sectario de Juárez tras el fusilamiento en Querétaro
del emperador Maximiliano y los generales Miramón y Mejía.
El título del libro de Abascal que complementa los ya comen­
tados en
Verbo, «Madero, dictador infortunado» y «La Revolu­
ción
de la Reforma de 1833 a 1848» es equívoco. Busca, sin duda,
el efectismo de apellidar al «héroe» de la Revolución con tan
llamativa palabra. Pero se engañaría quien buscara en la obra
sólo una biografía de aquel político anticatólico que fue Benito
Juárez. Se trata, más bien, de una documentada historia de Mé­ jico en la que el presidente errante,
con toda

su importancia,
es una figura más
de un

retablo que resultó trágico para la en­
trañable nación hermana.
Y falta, naturalmente, dado el período de tiempo que se
estudia, una época básica de la vida de Juárez: su lucha contra
Maximiliano y
el trinunfo posterior que en verdad fue la de­
rrota del Méjico
tradiciomil y
católico. No tanto por la muerte
del príncipe masón que fue Maximiliano como porque sus par­
tidarios vencidos arrastraron en su derrota la causa de
la Religión.
De . entre los personajes que configuran los prolegómenos
de la

Revolución, Abascal dedica atención especial
a· Melchor
Ocampo,
el firmante del famoso tratado McLane-Ocampo, tan
lesivo para la
dignidad y
la integridad de Méjico. Y lo retrata
como lo que fue: amoral, libertino, manirroto y, sobre todo,
atlticatólico y dispuesto a vender a. su patria por oscuros inte­
reses ideológicos:
El Hbro prácticamente, comienza con el deplorable estado de
Méjico tras
la ocupación nortealilericana. Tan desmedulado había
quedado el país que se pensó en
el general Santa Anna como una
(*) Ed. Tradición, Méjico, 1984, 508 págs .

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solución política. Y volvió al Gobierno quien tauta culpa tuvo
en la gran derrota. Pero, ·como evidenciaban sus antecedentes,
no podía ser ese hombre el salvador de Méjico. Y pronto tendrá
que volver a partir hacia
el destierro.
La Revolución se instala en el poder. G6mez
F¡irias, Ocampo,
Juárez,

Comonfort, Lerdo ...
Y comenzó el despojo de la Iglesia.
Fue un episoclío más de la que significó la tirauía liberal en
el
siglo xrx. La Constitución de 1857 ya no pudo dejar dudas a
naclíe. La
guerra civil

era inevitable. Y
el salvajismo fue, una
vez
más, el acompañante de los revolucionarios.
El tratado Mc.Laue y las leyes de Reforma son dos hechos
vergonzosos de la historia de Méjico que pesau sobre
Juátez de
modo

tal que toda la hagiografía del poder no puede lavarle de
su responsabilidad.
La pugna entre los dos Méjico, pareció inclinarse del lado
traclícional. El general Miramón, una de las figuras más atrayen­
tes de
.la historia

mejicana, tuvo en jaque a
Juárez pese
a contar
éste con el apoyo norteamericano que una vez más se inclinaba
a 19 peor. Pensando sin duda, aparte las vinculacione;s masóni­
cas, en las ventajas que ello le reportaría. Pero era imposible
mantener victoriosa una situación tan desproporcionada y
Mi­
ramón tiene que abaudonar la capital. El saqueo de la catedral
por los juaristas es buena muestra· de
cuáles erau
sus inclinacio­
nes: Y al igual que con la sede metropolitana
oeurrió con

las
restantes iglesias de Méjico capital. Como autes había
pasado
con

otras de los Estados.
·
Las

ejecuciones de Ocampo y Sautos Degollado y el asesina­
to de Comonfort cierran el período, dejando al inclío
Juárez
dueño

absoluto de la situación revolucionaria. La intervención
extrajera que llevó al trono de Méjico a un archiduque austriaco masón se sale ya de este
período. Seguramente

Abascal la está
escribiendo ya. Será un nuevo servicio a su patria y a la historia
de la contrarrevolución.
FRANCISCO JOSÉ F'ERNÁNDEZ D,E LA CIGOÑA.
Vicente Marrero: EL P. ARINTERO Y RAMIRO
DE MAEZTU (*)
Nuestro admirado amigo Vicente Marreto, autor de los más
fecundos

por su producción
al · tiempo que de los más variados
{*) VICENTE :MARRERO, El P. Arintero y Ramiro de Maeztu, La Vida Sobrenatural, Salamanca, 1986, 67 págs.
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