Índice de contenidos

Número 243-244

Serie XXV

Volver
  • Índice

Gabriel Alférez Callejón: Sistemas sociales contemporáneos

INFORMACION BIIiLIOGRAFICA
Recordarlo, hoy que la idea misma de Estado católico es
objeto de todo tipo de escarnios, es algo que podemos deducir
de
la experiencia de un Morente, al conmemorar d centenario
de
su nacimiento. Es algo
que podemos
deducir de la experien­
cia

de un Maeztu, cuyas relaciones con el P.
Míntero, en el
· cincuenta aniversario del fusilamiento dé aquél, son primorosa­
mente reconstruidas
y descritas por ese agudo pensador y escri­
tor de talento que es Vicente Marrero.
MIGUEL AYUSO.
Gabriel Alférez Callejón: SISTEMAS SOCIALES
CONTEMPORANEOS
(*)
El mejor dogio de este libro lo hizo don Eugenio Vegas
Latapie con estas palabras: «Muy
útil para el conocimiento de
falsas doctrinas, expuesto muy asequíblemente en preguntas
y
respuestas y considerando un acierto el presentar sistematizados
los diferentes puntos tratados por los Papas en sus encíclicas
desde León XIII hasta Juan .Pablo
Il».
Conociendo

la mentalidad de Gabriel Alférez Callejón en el
terreno religioso, político y social, podriamos adelantar
a priori,
sin necesidad de previq examen, que su obra Sistemas sociales
contemporáneos,
en la línea de sus producciones precedentes,
El orden político al alcance de todos y La participación política
al.
alcance de todos, tenía que poseer como características esen­
ciales la seguridad de un criterio. ortodoxo en el planteamiento
y solución de los temas que trata y el sentido pragmático con
que aborda las cuestiones y las
hace asequibles
a los lectores
inenos vers.ados en esás materias.
Y, efectivamente, después de ·leer y analizar detenidamen­
te_ Sistemas sociales contemporánoes, comprobam,os a posteriori
que las dos característi¡;as reseñadas, seguridad de criterio. y. des­
treza funcional en su presentación, responden adecuadamente al
fondo
y a la forma del libro que comentamos.
Iniciando esta
breve recensión
por la forma o estructura ex­
terna de la obra, tres
factores llaman

nuestra atención:
a) La concepción sintética del ptoblem.a social en sus tres
derivaciones, la totalitaria, la liberal y
la católica, que constitu-
(*) Villena-Artes Gráficas, Avda. Cardenal Herrera Oria, 242, Madrid.
4%
Fundaci\363n Speiro

INFORMACION BIBLIOGRAFICA
yen las tres p~rtes en que se divide el tratado. Esa división tri­
partita, que facilita la visión
globál del
problema social, es in­
dudablemente un acierto de estrategia pedagógica.
b) Dice el autor en la nota preliminar que su propósito es
«exponer de forma sencilla y clara
las principales
doctrinas que
pretenden resolver
el problema de las relaciones entre el capital
y el trabajo». Esa «forma sencilla y clara» en la expresión del
pensamiento queda plasmada en un ameno diálogo entreverado de preguntas y respuestas, a través de las cuales, poco
a poco,
pausadamente, se van desenvolviendo, analizando y explicando todos los problemas que afectan al orden social, político y
econó­
mico.

Gabriel Alfétez, como buen pedagogo, tiene la
habilidad
de

colocarse al nivel de la inteligencia llana
y sencilla· del ciuda­
dano medio español, ·capta con exa-ctitud su peculiar idiosincrasia
en los modos y maneras de comprender las ideas, y desde ese
nivel, reproduciendo las preguntas que él mismo formula, le
va poco a poco desvelando los secretos
y los enigmas de las
ciencias políticas y económicas.
Esa especie de Catecismo Social, de finalidad y carácter emi­
nentemente didáctico, se desarrolla a través de 333 preguntas
con sus respectivas respuestas, que ofrecen cumplida solución a
los múltiples interrogantes que presenta la panorámica · social de
nuestros días. Ese método, por su propia naturaleza, exige preci­
sión de ideas y distinción de conceptos,
con lo

cual se eluden
las vaguedades y las abstracciones
dé ciertas

exposiciones tan den­
sas de doctrina como indigestas al paladar intelectual de los lec­
tores. Es otro métito que hay que a atribuir al método catequís-
tico que -utiliza el autor en su obra. ·
De los Catecismos de Ripalda y Astete se afirma con certeza
que constituyen la
síntesfs de la Teología Dogmática Católica.
No
.poco mérito

y valor comporta sintetizar y hacer asequible
a
la inteligencia infantil los misterios de nuestra fe. Algo pare­
cido

podemos. afirmar de ese Catecismo Social, que se titula
Sistemas sociales contemporáneos, síntesis de las tres doctrinas,
marxista, liberal y católica, que se
disputan la
hegemonía del
pensamiento.
e) Finalmente, el estilo literario que sirve de cauce y de
vehículo a
la doctrina se caracteriza por su fluidez, diafanidad
y transparencia, la
. cr¡al determina una lectura fácil, amena y dis­
traída.
Por lo que respecta al fondo o contenido doctrinal de los
tres principales sistemas que
se exponen en el libro, nadi.e po­
drá discutir su autenticidad, ·ya-que, como 4ice el autor en la
497
Fundaci\363n Speiro

INFORMACION BIBLIOGRAFICA
nota preliminar, «se · muestran las distintas teorías según las
manifestaron sus propios doctrinarios». Y como avance de aque­
llas teorías, Ja introducci¡Sn resume por vía de síntesis en las
respuestas
a las
preguntas
3, 4 y 5, la substancia doctrinal del
sistema marxista, cuyos pqstulados son el ateísmo, el evolu­
cionismo, el igualitarismo
y. el
estatismo totalitario; del sistema
liberal, que propugna la libertad como categoría suprema,
autó­
noma

e independiente,
el. lucro
como motor exclusivo del desa­
rrollo y del progreso, y la ley de la oferta y la demanda siu
sujeción o norma moral como base de la economía; y del sis­
tema o doctrina
católica, que

enseña la subordiuación de la eco­
nomía al Derecho y del Derecho
a la Moral, la participación equi­
tativa en los beneficios de los diversos factores que concurren a
la producción,
la armonía entre las diversas clases sociales y la
propiedad privada como derecho natural con doble función, in-
dividual y social.
·
El

marxismo,
ób¡eto de
la
primera parte
de la obra, se ma­
nifiesta de dos maneras: a) como una cosmovisión de proyección
universal que implica una filosofía de
la vida, cuyo dios es la
materia increada_ en permanente evolución, y b) como un sis­
tema revolucionario o método de cambio o dialéctica. Este tér­
mino de raíz griega
significaba
en la filosofía helena el arte de
hablar, de conversar, de discutir con arreglo a las normas de la
lógica. Por extensión, la Dialéctica pasó a denotar el conjunto de
leyes o normas lógicas que deben
régir el

desarrollo del pensa­
miento
y su manifestación externa. La Dialéctica, por consi­
guiente, era algo así como un ordenamiento intelectual que re­
gía inexerorablemente al razonamiento para que no se desviara
hacia el sofisma o
fraude mental.

La Dialéctica constituía un
todo armónico que adecuaba las formas de la dicción a las nor­
mas· de

la
lógica. Hoy,
por el contrario, desde que Hegel cam­
bió el

concepto de Dialéctica, este término tiene un serltido
totalmente distinto
y hasta opuesto. Dialéctica, hoy, significa
contraposición, contradicción, lucha tanto en el orden
·de las
ideas

-Hegel-, como en
el orden de las fuerzas materiales
-Marx-. Engels y Marx
se'º limitaron

a trasladar la teoría
· idealista
de Hegel

al estudio de la
naturaleza materia];
Crearon de esta
manera la dialéctica materialista, que por ser dialéctica es lucha
y por ser materialista es lucha de elementos materiales. Esa lu­
cha, contraposición 0: contradicción, · nace .del mismo ser mate­
rial que tiende; por su misma naturaleza, a, una evolución perma·
nente a través de· las tres leyes· ma_rXistas, 'tan originales conio
498
Fundaci\363n Speiro

INFORMACION BIBUOGRAFICA
absurdas: la ley de contrarios, la ley de la transición qe la can­
tidad a
la calidad y vicerversa y la ley de la negación. Estas tres
leyes tienen valor universal y se aplican al mundo, al pensa­
miento humano y a
la sociedad.
Gabriel Alférez trata con profundidad la doctrina marxista,
pero, al guiarse por los portavoces doctrinarios de ese sistema, lo que gana en autenticidad lo pierde en claridad. Como la doc­
trina ·marxista no Constituye un sistema filosófico lógico y cohe­
rente, es prácticamente imposible construir con base en sus ele­
mentos un edi#,cio que tenga, al menos en apariencia, cierta tra­
bazón y armonía.
El capitalismo liberal, objeto de la segunda parte, es trata­
do con amplitud y profundidad y
. de manera casi exhaustiva.
Temas de extraordinario interés pueden estudiarse bajo los epí-
·
grafes

«Concepto
de. capitalismo»,

«Liberalismo en
economía y
sus consecuencias», «Sociedad de ·.masas o de consumo», «Capi­
talismo en la época moderna», «Juicio de la Iglesia sobre el ca­
pitalismo liberal», «Estrategia leninista para América hispana», «La estrategia de
la rosa», «Qué es la vía no capitalista de de­
sarrollo», etc.
La. tercera parte se dedica al estudio de la doctrina social
católica
y en ella aborda y resuelve, con_ criterio ortodoxo, ba­
sado en la autoridad del Magisterio Pontificio, cuyas encíclicas
y documentos sistematiza, toda la problemática . de índole so­
cial
y económica que plantea en nuestros días la llamada «Cues­
tión Social». Especial interés suscita la. cosmovisión espir.itualis­
ta que caracteriza a la concepción católica y las principales notas
de
dicha cosmovisión

relativas al Creador
y a la creatura hu­
mana con preguntas tan agudas como, «Por qué creó Dios libre
al hombre»
y «Qué es la legítima libertad s_ocial según la con­
cepción católica». Merecen
dguálmente atención

las _observacio­
nes que hace el autor sobre las tendencias modernas respecto a
la propiedad, el derecho. del Estado a intervenir en la regulación
de la propiedad privada, los gravámenes fiscales, etc.
Después de examinar la obra de Gabriel Alférez deducimos,
como conclusión de su estudio, que Siste_mas sociales contem·
poráneos debería constituir asignatura obligatoria para cuanto's
se dedican a la enseñanza y difusi6n a nivel popular de la doc­
trina social católica. Así lo aconsejan tanto la ortodoxia y
am­
plitud de su contenido doctrinal como su misma estructura ex­
terna, su método cátequístico y su estilo claro, terso, fluido y
sencillo.
JuLIÁN GrL DE SAGREDO.
499
Fundaci\363n Speiro