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Número 293-294

Serie XXX

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Antonio Vázquez: Matrimonio para un tiempo nuevo

INFORMA.CION BIBLIOGRAFICA
do para disfrazar, con total pobreza expresiva, locuras que de
no resultar destructoras habría que considerar cómicas. Sin em­
bargo, la lectura de
Matrero es hoy, como lo fue entonces (y
no olvidemos que es un autor en activo), fresca y atractiva, y
deja el gusto de lo permanente, de lo eterno, que
es lo que salva.
Así pues, sea como iniciación, sea como recapitulación, d
libro que nos ocupa es un perfecto acicate para adentrarse en las
páginas y en las reflexiones
de Vicente Matrero, y por eso es de
agradecer: porque dicha aventura intelectual merece realmente la
pena.
CARMELO LóPEZ-ARIAS MONTENEGRO.
Vázquez, Antonio: MATRIMONIO PARA UN TIEMPO
NUEVO(*)
El autor, casado y padre de cinco hijos, se ha dedicado desde
hace más de veinte
afios al estudio de las relaciones conyugales
dentro del ámbito familiar, participando en cursos, congresos,
conferencias, etc., dedicando a esta tarea toda su actividad
-pro­
fesional. Simultánea esta labor con
el asesoramiento técnico a
instituciones educativas de Europa y América, donde también
ha impartido cursos
monográficos y charlas sobre el teina. Sus
publicaciones están presen_tes en revistas espafiolas y americanas.
Con anterioridad había desempeñado la gerencia de empresas in­
formativas: un petiódico diario, edición
y distribución de libros
y revistas.
Después
de más de treinta afias de matrimonio escribe este
libro en el que recoge experiencias
y observaciones propias y
ajenas sobre cuestiones planteadas en cursos impartidos y aseso­
ramientos realizados.
La búsqueda de
la· felicidad es un deseo permanente de todo
hombre y mujer. Y el matrimonio
es fuente inagotable de este
gozo. Podrán presentarse dificultades, y en el libro se analizan
las fórmulas
más adecuadas para superarlas, con la seguridad de
convertir el matrimonio en una aventura cada día distintas y
siempre con
.un valor añadido de felicidad.
Hoy, en una sociedad descristianizada, es frecuente conside­
rar el matrimonio como una institución desfasada
y en crisis y
(*) Colecci6n Hacer Familia. Ediciones Palabra, Madrid, 1990, 230
páginas.
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que es preferible una unión pasajera o al menos con posibilidad
de fácil ruptura, que la unión fiel de uno con una y para siem­
pre, para crear una familia y ayudarse mutuamente como es el
concepto tradicional y moral del matrimonio.
Pero para que
tal empresa tenga éxito y no se convierta en
una aventura de inciertos resultados,
es preciso prepararla desde
el comienzo.
Es necesario conocerse previamente y comportarse
con decencia. Los consejos de los padres son útiles, una educa­
ción y posición social es convieniente y portarse son respeto y
honestidad
es ventajoso: la mala conducta se paga siempre.
El hombre y la mujer
no son animales irracionales y su unión
tiene que ser distinta a la de estos, estando presidida por el
amor y el espíritu. El hombre y
la mujer están hechos para
complementarse y precisamente por eso son distintos, sin per­
juicio de su esencial igualdad como criaturas de Dios. Pero el
hombre debe ser hombre y
la mujer mujer, con sus caracterís­
ticas propias, tanto
físicas como psíquicas: el hombre es más
fuerte, la mujer más débil ; el hombre es más cerebral, la mujer
más intuitiva; el hombre suele ser más constante, la mujer más
voluble. Ni el hombre ni la mujer son superiores el uno al otro;
sencillamente son diversos. Y el papel de
la mujer no es de me­
nos importancia que el del hombre. Ella es el centro de la fa­
milia y elemento insustituible en la educación de los hijos y
cohesión del hogar.
El fundamento de la relación conyugal del hombre y
la mu­
jer es el amor y este es entrega y respeto de cada uno ; no hay
matrimonio feliz sin sacrificio mutuo, soportando sus flaquezas,
siendo atento
y comprensivo, perdonando siempre sin resenti­
miento ni rencor. El matrimonio
es una vocación, una llamada
de Dios para un proyecto de vida en común en que
se comparten
alegrías
y esperanzas, sacrificios y tristezas, con diálogo y comu­
nicaci6n.
He aquí algunos consejos del autor:
- Es necesario proponerse una finalidad, un destino, un
ob­
jeto de todos nuestros desvelos. Para un barco sin rumbo todos
los vientos son contrarios.
-Dar sentido a lo sobrenatural. Cuando esto se quita, no
queda
más que lo qne no es natural.
-Vivir como se piensa, pues en caso contrario se termina
pdr pensar como se vive.
- No tener prisa en ver resultados inmediatos, pues
como
dice el refrán: despacito y buena letra ; que el hacer las cosas
bien importa más que el hacerlas. Avanzar todos los días un poco.
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-No tener discusiones, especialmente delante de los hijos.
Y en todo caso reconciliarse pronto y bien.
-Tener en cuenta que la casa no es un museo ni un hotel,
sino
un hogar. Que haya ambiente de tal y tener algunos buenos
libros.
-Ser sinceros y tener claridad en it)gresos y gastos, Ser
sobrios y huir del despilfarro; saber prescit)dir de lo superfluo.
-Conoterse y ayudarse. No hacerse reproches ni ponerse
dificultades sino todo lo contrario. No recordar el pasado que
desagrade. No desatender la casa y la familia por exceso de tra­
bajo u ocupaciones fuera de ella.
La sexualidad es forma sublime de expresión del amor ; no
pura animalidad.
Se deben tener en cuenta en este terreno las
características psicofisiol6gicas del hombre y la mujer procuran­
do adaptarse el uno al otro
cónyuge. La imagit)aci6n juega un
un importante papel. La vida sexual tiene un carácter íntimo y
privado, secreto y misterioso.
El autor aborda una serie de pro­
blemas delicados sobre los que
dá consejos y orientaciones: ¿ En
el matrimonio, se puede hacer todo?,; frecuencia de relaciones
íntimas; apertura a la vida del acto conyugal: métodos de regula­
ción
de la natalidad, paternidad responsable, infecundidad y fa­
milia numerosa; ¿ cuántos hijos?; la castidad conyugal; etc.
El penúltimo capítulo está dedicado al andamiaje de la feli­
cidad, en el que
se ocupa de la fidelidad, la aceptación de la rea­
lidad, pues como decía Machado, la verdad
es lo qqe, y sigue
siendo verdad, aunque
se piense al revés. Por eso, cuando no
se tiene lo que se quiere, se debe de querer lo que se tiene, su­
perando los conflictos que puedan presentarse con amabilidad y
franqueza, teniendo a Dios por norte. Como resumen final van
una serie de orientaciones y una bibliografía complementaria.
GABRIEL ALFÉREZ CALLEJÓN.
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