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Número 327-328

Serie XXXIII

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La familia, hoy y siempre

LA FAMILIA, HOY Y SIBMPlfE
El valor permanente de la familia.
«Os invit() a continuar en esta tarea pastoral en favor del va­
"lor permanente.de la familia, fundad!t en el matrimonio, pues es
"una institución del Creador y un sillar para la edificación de la
"Iglesia y de la sociedad. Ella es 'camino común, aunque particu­
"lar, único e i"epetible, com() i"epetible és tod() b()mbre; un ca­
"mino del cual na puede ale¡arse el. ser human()' (Carta a las fa.
"millas, 2)». · · · ·
JuAN PABLO II: Visita «ad Iimina». Discurso
a la Confere,o,cia episcopal de .la República Do­
minicana, ,25. de marzo,. L'Os1ervatore Romano,
edición semanal en_ Jehgua. española, año XXVI,
núm. 13 {U18), 1 de .ábiil de· 1994_
En · ]a ·institución familiar se encuentra un manantial de hu~
manidad del que ·brotall las .mejores energías creadoras del
tejido social, que todo Estado . debería preservar celosa­
mente.
«Para la Iglesia católica ha comenzado también, el 26 de di­
"ciembre pasado, un Año de la familia, con el que se invita a todos
"los fieles a una reflexión espiritual y moral sobre esta realidad
"humana,
fundamental en la vida de los hombres y de las socie­
"dades.
. »Y o mismo. he querido dirigirme personalmente a todas las
"famüias por medio de una tarta, en la cual he puesto de relieve
"que 'el hombre está llamado a. vivir en la verdad y en el amor'
"(n.
16); y que el 'hogar,farniliar es esa escuela de· vida donde la
"relación entre a,¡tonomfa y comunión, unidad y. alteridad, es vi:
"1!ida a Yit nivel original y privilegiddo.·,Creoque. en la instttución
"familiar
se e,¡,;uentra .un manantial de h.umanidad del que,brotan
''las meiores enet[!,las creadoras del tejido social; que cada Estado
"debería
preservar .celosamente. Sin ·invadir• la autonomía propia
"de
una realidad que no pueden instaurar ni reemplazar, las auto-
Verbo, núm. 327-328 (1994), 677-689
Fundaci\363n Speiro

"ridades civiles tienen, efectivamente, el deber de tratar de fa­
"vorecer el desarrollo arm6nico de la familia, no sólo desde el
"punto de vista de su vitalidad social, sino también de su
salud
"moral y espiritual.
»He aqu!
PP! .«fé: el proyepto, de doe;u"!entofinal de la pr6-
"xima Conferencia de El Cairo ha atraido toda mi atenci6n, y su
"contenido me
ha deparado una dolorosa sorpresa.
»Las innovaciones que co,ntiene, tantp " niv<"l. .de conceptos
"como
de terminologia, lo éonvierten en un texto muy diferente
"d.e los documentos de las Conferencias de Bi1cfJ1"est y .de. Ciudad
"de México.
No se puede pór menos. de temer funestqs consecuen­
"ci_i,s morales, q'fe podrian llevár.a la bumi;nidaíl hacia una derrottJ,
"y cuya primera ilic#ma serla el hombre. _mismo. . . .
»Se
nota, por ~iemplo, que el téiná del des=ollo, incluido
"en . el
orden del ¡lia del encu,entro de El Cairo -con _ltJ proble­
" mática extremamente complé¡a de la relación entre población y
"desarrollo, que deberla ocupar el centro del
debate-, pasa casi
"desapercibida IJ la_ vista d!!. las escasas páginas que se le dedican.
"La única ·respuestá a la 'CUe$!i6n demográfica y a los retos plan­
"teados por el desarriJ.llb'}nt~gra/de la persona y de las socieda­
" des parece, r,;dut;irs.e .. a la 'promoción -de, un estilo de vida cuyas
"consecuencias
-si fuera aceptado como modelo y plan de acci6n
"para el futuro-, podrían revelarse especialmente negativas. Los
''.responsables-de-las,naciones deberian reflexionar profundamente
''y en cancienciá.s()/,.re este aspecto,de.la realidad.
»Por
otra parte,;.;ltJ, concepeión de• ,la sexualídrid que· subyace
"en este texto,
es totalmente individualista, en la medida en que
"el matrimonio
aparece como algo superado. Ahora bien, una ins­
"#ttir;ión n~tur'itl ·tan }undamental y universal comd la famüia no
"puede
ser ·manipulada por nadie.· · · .
· · :»¿Quién podría dar tal mandato a individuos o instituciones?
"¡La familia pertenece al patrimonio de la humanidad! Por otra
"parte,
la Declaración universal de los derechos humanos afirma
"sin
equivoco;. que la familia es .'el núcleo natural y fundamental
"de la sociedad' (art; 16, 3) .. El Año internacional de la familiá
"deberla
ser, pues, la ocasi6ti. privilegiada para que la familia re:
"ciba, por parte -de: la sociedad y del Estado, la protección que la
"Declaraci6n unipersal reconoce que debe serle garantizáda. No
"hacerlo seria
traicionar los· ideales más noblés de !.a ONU. · ·
· »Resultan· .aún más ·i,raiJd ·las numerosas propuestas de un
"reconocimiento
generalizádó, a escala munáial, del derecho al
"aborto sin ninguna restricción, ·10 cuatva muchiYmás ali~ de 'to
"que, por de.sgr{JCia;·v,cconsientén algunas legislaciones nacionales.
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»En realidad, lt! lectura de este documento -si bien es verdad
"que
no es más que un. proyecto"p, dejrJJá '"1fcarga impresión de
"pretender imponer un estilo.
de vida tl¡,ico de algunos sectores
"de
las sociedades desarrolladas, ricas materialmente y seculariza­
"
das. Los palses más sensibles a)os valores de la náturaleza, de la
"moral y de la religi6n, ¿aceptarán sin reaccionar esta concepción
"del hombre
y de la sociedad?
»Mirando
hacia el año 2000, ¿cómo, n.o pensar en los jóvenes?
"¿Qué se les propone? Una sociedad constituida por cosas y no
"por personas; el derecho " hacer todo, desde la más tierna edad,
"sin
límite alguno, pero con la 111ayor seguridad posible. Por otra
"parte,
vemos que la entrega desinteresada desi,.el control de. los
"instintos, el sentido de la responsabilidad son considerados no­
"ciones pertenecientes a otra
époéa. Seria de desear, por ejemplo,
nver ,-que en esas pági_nas -se encontrara una mayor consideración
"hacia la conciencia y hacia el n;speto de los valores culturales y
"éticos que inspiren otros modos de concebir la existencia. Es de
"temer que
el dia de mañana estos mismos jóvenes, ya adultos,
"pidan cuentas .a los responsables de hoy por haberles privado de
"una razón de vida al no haberles indicado los deberes prppios de
"un ser dotado de corazón y de inteligencia».
Jum PABLO II: Carta autógrafa a los jefes de
Estado de todo el mundo. L'Osservatore Roma­
no, edición. semanal en , lengua española·, afio
XXVI, núm: 16 (1.321), 22 de abril de 19!14.
La familia. escue1a de amor auténtico.
«Una pregunta interpela profundamente nu~stra responsabili­
"dad: ¿qué civilización se impondrá en el futuro del planeta? En
"efecto, de nosotros depende que triunfe
la dvilizaci6n dd amor,
"como solla llamarla Pablo VI, o la civilización, que me¡or deberla
"llamarse
incivilización, del individualismo, el utilitarismo, los in­
_"tereses opuestos, los nacionalismos exasperados y los egoismos
"elevados al rango de sistema.
"
»El amor auténtico no es un .vago sentimiento ni una ciega
"pasión. Es una actitud interior que compromete a todo el ser
nhumano. -E,s mirar _al otro no para servirse de él:J sino para ser­
"virlo. Es la capacidad de alegrarse con quien está alegre y de su­
"frir con quien sufre.
Es compartir lo que se posee, para que nadie
"se halle privado de lo necesario. En una palabra, el amor es don
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"de sí. Este amor, que constftuye el gran mensaje del cristiimismo,
"se encuentra siempte de nuevo a los pies de la duz, ante la ima­
"gen conmovedora.
del-Hijo de Dios encarnado que se sacrifica
"por la salvatióh del hombre.
»
Y
de manerá especial las familids están invitildas a redescu­
"brir ese·amor·en
el año a ellas dedicado. La familia, gran labora­
"torio de amor, es la primera escuela, más ·aún) una escuela per~
"manerite·;-"en.'la que-Ja·"educaéi'rm en el amor no se da con áridas
"nociones, sino con la'¡úúztriitcisiva de la experiencia. ¡O¡atá que
"toda familia redescubra de
·¡jerdad su vocación al amor! Amor
"que
es respeto'absoluto del plan de Dios; amor que es elecció¡i
"y doo reciproco de sí dentro del núcleo familiar»; · . '· .
JuAN PABLO II: Angelus el domingo 13 de fe.
brero, -L'Osservator.e . Ro~~!!..'?!.. edición ~
en lengqa espafiola,' ~o XXV!, núm. 7 (1.312),
18 de febtero de 1994.
La familia al servicio de la caridad y la caridad al servicio de
la familia:
«La familia es .el lugar privilegiado para la educación y el ejer­
"cicio
de la vida fraterna, de la caridad y la solidaridad, cuyas
"expresiones si¡n múltiples. En 'las relaciones familiares se debe
"tomar con interés, acoger Y respetar a los demás, los cuales han
"de poder encontrar el lugar que les corresponde en nuestro co­
nra·zón. La vida en común es, además, una invitaci6n _a compartir,
"que permite salir del egolsmo. Aprendiendo 11 compartir y a darse
"se descubre la alegría inmensa que proporciona la comunión de
"bienes. Los paáres, con delicadeza, tendrán buen cuidado de
"despertar'
en 'sus hijos, mediante él eiemplo y las enseñanzas, el
"seittido de' la soliilmdad. Desde la infancia, cada uno está llama­
" do también a h.acer la experiencia de lo que signifka la privación
"y_ el ayuno,· para. forjar asi su carácter y dominar sus instintos,
"en particular'
el de la posesión exclusiva para uno inismo. Lo que
"se aprende en
la viáa de familia permanece luego durante toda
"la existencia. ·
»En los
momentos particularmente dificiles por los que atra­
''viesa nuestro f!'Undo, es preciso que las familias; a e¡emplo de
"Maria que se apresuró a ayudar a su prima Isabel, sepan hacerse
"cercanas a los hermanos
que padecen necesidad y que les enco­
"mienden en-:sus ~ohes-. Como _el Señor,, qUe cUida: de las hom­
"bres, que también nosotros podamos dedr: 'He visto la aflicdón
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"de mi pueblo, sus gritos han llegado haffa mí' (,1 S ,9, 16);· JIQ
"podemos permanecer sordos a sus llamadas, pues la pobreza de
"muchos hermanos
nu({stros destruye. s11 dignidad de hombres y
"desfig11ra a la hum.anidad enterp: es ~· clara injuria al de!,er
"de solidaridad y de justicia. . . .. . •·
»Hqy 11uestra atenció1l ha .ele c!y:igirse especlalment" hacl,i lo~
"sufrimientos y las carencia¡; falnijjares. En efec~<1, muchas /am,­
"lias
~e hallan sumidas en /á. pobreza y no di,pr,nén del mínimo
"vital para nutrirse
y aliment(Jr .a los J;,i¡os, ni para que éstos .pue­
"dan. crecer físicamente de modp nof'l11f!l, y desarrollar. una Q.t;ti­
"vidad escolar adecuada y CPn regularidad. Muchas famili(Js .no
"dispr,nen
ni siqui'!'rde una vivienda digná. El desempleo se hace
"sent_ir .cada vez mas y .. acrecienta _en proporci.one_s consid~ables
"la dep1JUperizaci6n de secto.r,:s ·énteros de pohlaci6n. Muchas mu­
"ieres
se encuentran solas paraJacer frente a las necesidades de
"sus
hi¡os y para educarlos, lo, t:u(Jllleva frecuentemente a (os i6-
"venes
a vagar por las calles, y a refugiarse en .la droga, en el
"abuso
deJ.alcobol o en ta viole.ncia. Se constata en.la act!l(Jtídad
"un aumenta de parejas y de familias que (Jtraviesan problemas
"psicológicos y de .rel(Jfi6n interperson(JI, Las dificulta4es sociales
"contribtfyen a menudo~ la disgregación del núcleo.familiar. Con
"demasiada frecuencia no
es aceptado il niño que va ·a nacer. En
H ciertos .. p4íses, los m.ehore~ if!. tle:n. sometidos (J conáici.o-n1s lñhu­
"manas Q son explotqd ."y
los minusválidos, que ·¡¡o pro4úcen beneficios económicos, son
"relegadas a
una soledad extre¡na, haciéndoles sentirse inútiles.
"Hay f(J,¡,ílit;s que, por ser 4e otras ra;i;as, cul¡uras o religiones,
"son expulsadas de
la tierra dpni[e viven. . . .
»Ante. tales flagelos,
,que afer.:tan al coniunto d.el planeta, no
"podemos callar ni pennaoecer _pasivos, pues desgarran la fan¡ilia,
"célula básica de la s()(;ie4ad.y ef.e lá Iglesia, Ante to4o esto hemos
"de reaccionar:. Los. cristianos. y los hambres de buena voluntad
"tienen el

deber
de. sostener a lc¡s familias. que .se hallan en dificul­
"tades, facilitándoles los medi<1{espirituales.
y materiales. para s11-
"lir de las situar;iones, frecue,itemente. trágicas,· que acabamos .de
"mencionar».. e ' ' '
JUAN PABLO. II: Mensaje a toda la Comuni·
dad Cristiana para la Cuaresma de 1994, año
de-la: Farnilla. L10tservatore Romano; edición
· somanal 01> )i;ngua i;spañola, año XXVI .núm. 5
(1.310), 4. de(ebrero de.1994. · .
·\,,
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La familia y la sociedad.
«La
familia es una comunidad de personas, la célula social más
"pequeña y, como tal, éf una institución fundamental para la vida
"de toda sociedad.
»Lafamiliacomo institución, ¿qu~ espera de la sociedad? Ante
"todo
que sea reconocida en 'Su identidad y aceptada en su natu­
"raleza de sujeto social. Esta va unida a la identidad propia del
"matrimonio y de la familia. El matrimonio, que es la base de la
"institución familiar, está formado por la alianza "por la que el
'~ var6n -y la _mu;er constitu'Jr;h · entre _sí un · consorcio de toda la
"vida, ordenado por su misma Indo/e natural al bien de los cón­
" yuges y a.la generación y educación de la prole'. Sóld una unión
"tisí pUede ser reconocida :Y confirmada co,no · matrimonio1 en la
"sociedad. En cambio, no lo pueden ser las otras uniones inter­
"personales que no responden a
las condiciones recordadas antes,
"a pesar de que hoy dia se difunden, precisamente sobre este pun­
"to, corrieíztes bastante peligrosas para el futuro de la familia y
"de la misma sociedad. ,
» ¡Ninguna sociedad humana puede correr el riesgo del permi­
"sivismo en cuestiones de fondo relacionadas con la esencia del
"matrimonio
y de la familia!· Seme;ante permisivismo moral llega
"a periudicar las auténticas exigencias de paz y de comunión entre
"los hombres. Así se comprende por qué la Iglesia defiende con
"energla la identidad de la famt1ia y exhorta a los instituciones
"competentes, especialmente
a los responsables de la polltica, así
"'como a las organizaciones_ iniernacionales, a no caer en la tenta­
"ción de una aparente v falsa modernidad.
»La
familia, como comunidad de amor y de vida, es una reáli­
,, dad social sólidamente arraig4da y, a su manera, una sociedad
"sóberana, aunque condicionada en varios aspectos. La afirmación
"de la soberanla de la institución-familia y la constatación de sus
"múltiples condicionamientos inducen
a hablar de los derechqs de
"la familia. A este respecto, la Santa Sede publicó en el año 1983
"la Carra de los derechos de la familia, que conserva aún hoy toda
"su actualidad.
» Los derechos de la fa,nilia están intimamente relacionados con
"los derechos del hombre. En, efecto, si la familia es comunión
"de personas, su autorrealización depende en medida significativa
!' de la justa aplicación de los de,echos de las personas que la com­
"ponen. Algunos de estos derechos atañen directamente a la fa­
"milia, como el derecho de los padres a la procreación responsable
"y a la educación de la prole; en cambio, otros derechos atañen
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"al núcle6 familiar sólo indirectamente. Entre éstos, tienen sin­
" guiar
impdrtancia el derecho a la propiedad, especialmente la
"llamada propiedad familiar,
y el derecho al traba¡o.
»Sin embargo, los derechos de la familia no' son simplemente
"la suma matemlÍtica de los derechos de la persona, siétido la fa­
"milia algo más que[a fuina de sus miembros considerad6s singu­
"larmente.
La familia es comunidad de padres e hi¡os; a· veces,
"comunidad de diversas generacionesc Por esto, su subietividad,
"que se construye sobre la base del designio de Dios, fundamenta
"y exige derechos P,Qpios y especificas. La Cart,i de los derechos
"de la familia, partiend "consolida
la existencia de la instituci6n familiar en el orden so­
"
cial y ;urldico dé la 'gran' sociedad: la nación, el Estado y l'as
"comunidades• internaci " dades debe tener en cuenta, al menos indirectamente, la existencia
"de
la familia; por esto, la definici6n de los cometidos y deberes
"de
la 'gran' wciedad para c "madamente importante y esencial.
»En
primer lugar está el vinculo casi orgánico que se instaura
"entre
familia y nilción. Naturalmente, no en todos los casos se
"puede hablar de naci6n en sentido propio. Pues existen grupos
"étnicos que, aun no pudiendo considerarse verdaderas naciones,
"sin 'embargo, realizan en cierto modo la funci6n de 'gran' socie­
"dad. Tanto en una como en otra hipótesis, el vinculo de la familia
"con el
grup "tícipación en la cultura. Los padres engendran a los hi¡os, en
"cierto sentido, también
para la Naci6n, para que sean miembros
"suyos
y participen ·de su patrimonio hist6rico y cultural. Desde
"el
principio, la identidad de la familia se va delineando en cierto
"modo sobre
la base de la identidad de la naci6n a la que perte­
"nece.
»La familia, al participar del patrimonio cultural de la naci6n,
"c "tura y lengua. Hablé de este tema en la Asamblea de la UNESCO
"en Paris, en 1980, y a ello me he referido luego varias veces por
"su innegable importancia. P "na s6lo
la naci6n, sino toda familia, encuentra su soberanía espi­
"ritual. De .otro modo seria dificil explicar muchos ac "tos de la historia de los pueblos, especialmente europeos; acon­
''tedmientos antiguos y modernos, alentadores y dolorosos, de
"victorias
y derrotas, que muestran cómo la familia está orgánica­
"mente vinculada a la naci6n, y la naci6n a la familio.
»Ante el Estado, este vinculo de la familia es en parte ·seme-
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"iante y en parte distinto. En efecto, el Estado se .distingue de la
'.~nacit)n por. su.-estr_uq__tura. me,tos 'famili/Jr', al estar_ organizat{o se­
"gún un sistewa político y de forma más 'buro¡:rática'. No obs­
~'ta,;.te, el sis~~ma;Jrst{IJ?J tien_e también, en ci~to_ modo~ su 'alma',
"en la medida en que responde a su ,natu~aJ,m de 'comunidad
"potitica' juridicamente ordenada
al ~ién comi{iz. Bita 'tdma' es­
''.tablece ¡ma relaci6n estrecha entre lafamil!'! .y el Estado, preci­
"sam_ente en virtud del.principio de subsicfuu:iedad, En efecto, la
"familia es una realidad social, que no dispone de todos los medios
"necesarios
pa,;a realizar sus propios.fines, incluso en el campo .de
"la instrucci6n y de la educaci6n. El_ Estado está llamado enton­
"ces
á. intervenir en. virtud del mencionado. principio: allí donde
"la familia es autosuficiente, hay que de;arla actuar autónomamen­
"te; una excesiva intervenci6n . del Estado resultaria per¡udicitd,
''además .,dp _irr.espetuosa1 y co,nstituiria,.-U.na violación patente de
"los derechos de la familia; s6lo alli donde la familia no es auto­
" suficiente, el Estado tiene la facultad y el deber de intervenir.
»Además del ámbito de
la educación y de _la instrucción a todos
"los niveles, J¡,¡ ayuda estatal ~ue de todas formas. no debe ex­
" cluir las iniciativas_ privadas-se r,:aliza, por ejemplo, en las
''instituciones que se preocupan de salvaguardar la vida y la salud
"de los
_ciudadanos, y, de modo partícula,;, con-las medidas de pre­
"visión · en el. mundo del trabajo .. El desempleo constituye, en
"nuestra époc;¡, una de las amenazas m4s serias para la vida fami­
"liar y preocupa con raz6n a toda la sociadad. Supone un reto para
"la doctrina social de la ,[ glesia. Por l() cual, es indispensable y
~'urgente poner -remedio a ello con soluciones valient.es que miren,
nmás allá tfe lqs fronteras nacionales, a tantas familias a las cuales
"la falta de trabaio lleva a una situación.de dramática miseria.
»Hablando del trabaio con relaci6n a la familia,
es .oportuno
"subrayar
la importancia y el peso de la actividad laboral de las
"mujeres dentro del núcleo familiar. Esta actividad debe ser reco­
"nocida. y valorizada
al máxilllo .. La 'fatiga' de la muier -que,
"después de haber dado a. luz un hi¡o, lo alimenta, lo cuida y se
"ocupa de su. educación,' especialmente en· los primeros años-es
"tan grande que .·no hay .que temer la confrontaci6n con ningún
"trabajo profesional.
Esto hay que afirmarlo claramente, tomo se
"reivindica cualquier otro derecho relativo al traba¡o. La. mater­
''nidad, con todos los esfuerzos que comporta, debe obtener tam­
nbién un reconocimiento económico igual._ al menos que ·el de los
'' demás tra{¡qjos .afrontados para mantener la familia en una fase
ntan delicada ·Je su_ existencia.
»Conviene hacer realmente todos los .esfuerzos posibles para
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"que la familia sea reconocida comt!>,,spci¡,dad pl;imc;,rdial y, en
"cierto modo, , 'soberatl(l'. Su 'sobere,f¡/,a' ,e;: i11dispensab,le para el
"bien de
la sociedad. {}na, nación ,verdaderamen,te soberana y es­
"piritualmente fuerte está formada siempre por familias fuertes,
-"conscientes de su vocaqión y,de,su misión en la,historia. La fa.
"milla, está en el centto, de. tod.os estos. problema.s y. come~idos:
"relegarla a un papel subaltetcno y secundario, excluyéndola del
"lugar
que le compete en l,; sociedad, significa cai¡s(lr Uf' grave
"daño al auténtico cr.ecítl(iento de todo el_.cµ.erpo so.,ci_al». ·
JUAN PABLO II: Carta a las Familias el 2 de
febrero. L'Osserva10t'e _R0ma1t0, edición ·semanal
én lengua es¡,omla,'oño XXVI, núm. 8 (1.313),
25 de febrero de 1994 ..
Debe defenderae y. proteger · a la, familia como .santuario que
·, es de la vida .
. «El desarrollo ha sido y sigue siendo un ámbito conveniente
"para que la comunidad internacional
examine las cuestiones de·
"mográficas. En el marco de -esas discasioizes· ·aparecen, natural~
"mente, las cuestiones relacionadas con la transmisión y el desa­
"rrollo de la vida humana, Pero plantear los problemas demográfi·
"cos en términos de derechos sexuales o reproductivds individuales
''o, incluso, de derechos de fa mujer, significa cambiar la perspec·
"tiva desde la que los gobiernos y los organismos internacionales
"deberían afrontarlos. Digo
está.sin ánimo.' dé disminuir la impor·
"tancia
de garantizar la }usticia y la igualdad idas mujeres,
»Además, los problemas ·relacionados con la transmisión de la
"vida y su posterior desarrollo no se pueden analizar adecuada­
"
mente prescindiendo del bien de la familia: la,comunión de per­
"sonas que .se establece .en el ·matrimonio· de un homhre· Y-una
"mujer, y que -como afirma la Declaiación de los -derechos hu­
"manos--es 'la célula natural y fundamental de la saciedad' (ar·
"tículo 16, 3 ). La .familia es una institución fundada en la misma
"naturaleza de
la persona humana, y es el ámbito· adecuado para
"la concepción, el nacimiento-. y la educación de-. los hiios. En este
"momento de la historia, en el .que se han .. desplegado muchas
"fuerzas poderosas· contra la familia, es más importante que nunca
"que la Conferencia sobre. la -población y el desarrollo· responda
"al desafio impllcito que
'encierra la designáción de 1994. como
"Año internacional dela familia por parte de.las Naciones Unidas,
"haciendo todo lo que esté a
su alcance para garantizar que la'fa·
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"milia redba de. l;z;sooedad y del Estado la protección a la que,
"como afirma
la misma Declaración universal/tiene .derecho' (ib.).
"De lo contrario, se traicionarlan lo ideales más nobles de las Na­
"ciones Unidas.
»El deber de proteger a la familia exige hoy realizar Un esfuer­
"zo especial para garántizar a l "responsablemente, sin ningún tipo de coacción social y legal,
"cuántos hi¡os quieren tener y cómo quieren
espaciar los naci­
" mientos. Los• gobiernos y las demás organizaciones no deben de­
,, cidir en lugar de los esposos, sino, por el contrario, crear las
"condiciones sociales, q~e tes permitan tama·r decisiones justas a
"la luz de su/ responsábiliílades ante Dios, ante si mismos, ante
"la sociedad de la que ,forman parte, y ante el orden moral ob¡e­
"tivo. Lo que la Iglesia llama 'paternidad responsable' no quiere
"decir procreación ilimitada o falta de conciencia de lo que im­
"plica educar a los
hi¡os, sino más bien la facultad que los esposos
"tienen de
usar su libertad inviolable de modo sabio y responsable,
"teniendo
en cuenta tanto las realidades sociales y demográficas,
"como su propia
situación y sus íleseos legltimos, a la luz de cri­
"terios morales ob¡etivos. Hay que evitar resueltamente la pro­
"paganda o la 4esinformaci6n encaminadas a persuadir a. los es­
"posos a que limiten su familia a uno o a dos hi¡os, y hay que
''apoyarlos
cuando. deciden generosamente tener una familia nu­
"merosa.
»La Iglesia, en defensa de la persona humana, se opone a la
"imposición de limites al número de hi¡os, y a la promoción de
"métodos de control .de la.natalidad que separan las dimensiones
"unitiva
.Y procreadora'de la relaci6n· matrimonial y son contrarios
"a la ley moral inscrita en el corazón del hombre, o que atentan
"contra el
carácter sagrado de la vida. Por esta razón, la esterili­
"zación, difundida cada vez .más como método de planificación
"familiar; es evidentemente inaceptable a causa de su finalidad y
"su
capacidad de violar los derechos humanos, en especial de la
"mu;er. Representa un peligro aún mayor contra la ,l.ignidad y la
"libertad, cuando se la promueve como parte' de una política de­
"mográfica. El aborta, que. destruye la vida humana existente, es
"un crimen abominable, y no .puede aceptarse nunca como méto­
" do de planificación familiar, como reconoció unánimemente la
"Conferencia interi,acional de las Naciones Unidas sobre la pobla­
" ción, celebrada en la ciudad de México en 1984.
»En resumen,
· deseo poner de relieve, una vez más, · lo que
"escribl en la encíclica Centesimus ánnus: 'Hay que volver a con­
"siderar la familia como el santuario de la vida. En efecto, es sa-
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''grada: es ,el ámbito donde la vida, don deDios, puede,seuu:ogida
''y protegida
de mane,1a, 'adecuada contr& /os,,múltiples ata,;¡ues a
"que está expuesta,
y puede desarrQllarse según las,exig~cias de
"un auténtico crecimiento humano. Contra la llamada cultura de
"la muerte, la familia c()nstituye la sede de)a cultura de la vida.
!'El ingenio del honzbre parece orientarse,, en este campo, a limi·
"tar, suprit(Jir
o anultJr las fuentes de la vida, recurriendo incluso
"al
aborto, tan extendido ¡x,r; desgracia en el mundo, más que, a
"defender, y abrir las posibili4ades a la vida misma' ( n. }9);,.
, JuAN PABLO II: Mensaje' a, la señora Nafis
Sadik, ,Secretaria, General de la C'.onfurencia , Jn.
tern¡¡cional de 1aa Naciones' Unidas sobre)• pc>­
hlaci61l y el desarrollo, a éé!él,rar en El (;ai;o
en septiembre de 1994. '
ta nueva evang~lizació,; y, la faulilla.'
«La· nuep(J evar,ge_fizici "vas expre;fo,iés y, espec,ialmerile, con e1 .renovado fervor de lps
"evangelizad #ene, ert L,. familia un ,ohietivo primordial. A
"este, respecto;, se afírmá e,¡ las Conclusiones íle la, Conferencia, de
''.Santo Domingo:, 'L,z Iglesia anuncia <;on _alegria y convicción la
"buena nueva sok~e, la fami/i~ ,en k¡ cual se}rágua el /t!turo de la
"humanidad'
(ii.' 210). Y, en el documento colectivo citado más
"arriba,, vo;o.tr_os.-_p¡. comprome-téis a-'promover la familia como
"ámbito dondir nace, crece y se educa para la vida' (Orientaciones
"pastorales. Tri~ 1993-1995). ·. .· . ·
»Cuantó mJs se fomenié'. la accÍ61! evangelizadora en la fami·
"lia,
tanto más prometedora serJ la prómoci6n de vocaciones al
"ministerio sacerdotal y a la vida consagrada, asi como el surgir
"de laicos verdaderamente entregados a la, ,misión. La familia ha
"de
ser lugar de encuentro con Dios, centro de irradiación de la
"/~, ,escuela de vida cristiana .. Es v~rdad que, a veces, hemos de
"enfrentarn~s con ciertás mentáliaa4es i:uyos 'i:ritetioi de }uicio
"y de elección' son 'extraños' e incltfso contrapuestos a los del
"Evangelio'. (Véritati~ spletidor, 88). Pero precisamente ahí hay
"qué
demostrar la áudacia apóst6lica, con la convicción de que los
"valores evangélicos,
'sem,kr'aáos con. autenUcidád de anuncio y de
"testimonio, son una Semilla 1/_ne no m.uere iar,zás».
, JuAN:PABLO· 11: Visita· ·«ad-limina».-Discurso
.. a,Jos 'miémbros ,de la .~erencia episCQpal de
''[Jruguar, 12 ·de febrero·.-. L:Osservatore. l{._ó,man.o,
edici6n-semanal en lengua español?., año' XX#l,
, núm; 7 (1.312), 18 de febrero de 1994. ·
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La fani:ilia no es tina: institución que se. pú.eda. modificar ,. a
placer,.
sino .que ·.pertenece' .al patrimonio más originario
y sagrado , de la humanidad.
1rEn este Año internacional de la familia seria de esperar un
"redescuórimiento y un relanzamiento del prineipio afirmado por
"la Declaración universal de los derechos del· hombre, según el
"cual la familia es 'el elemento natural y fundamental de la socie·
"dad' (art, 16,
J);Por ese carácter, la familia no es una instituci6n
,, que se pueda .modificar a placer, sino que pertenece al patrimo­
"nio más originario y sagrado de la humanidad. Está incluso an­
"tes. que elBs1ado, el cual debe reconocerla y ha de defenderla
"sobre
la base de evidencias ético-sociales fácilmente comprensibles
"y que nunca se han de descuidar. Lo que amenaza a la familia, en
"realidad, amenaza al hombre. Esto constituye una verdad aún
"más evidente cuando se habla·de ;un presúnto derecho al aborto.
"Hoy . es más . urgente que nuncq reaccionar contra. modelos de
"comportamiento· que són fruto de una cultura hedonista y permi­
"siva, para /a q!J.e · el flan des.interesado ae si, el control de los ins­
''tíntos y el sentiiló 'de 1a resjxmsabilidad parecen nociones vincula­
" das a fina época y4 superada. Me .1>regunto: ¿a qué sociedad 11llevat'á ese petntlsjyiSmt) éticó? ¿No-·exlSteti ya_ sintomas preo,cuw
"pantes que hacen temer por el futuro de la humanidad?».
JuAN PABLO II: Meditación dominical antes
del rezo del «l!.egina coeli•, domingo 17. de abril.
L'Osservatore, Romano, edición"' ·semanal_ en len·
gua espafipla, l!iio. :,p{VI, núm. 16 (l.J21), 22 de abril de 1994. ·
La familia ·y las sectas.
. . «Un factor que se.~stá re~eJánda\Jis~r~~~dor en el. seno de las
"familias es la acción proselitista delas sectas, que, a,/emás de
"minar la idenfid~d cultural del puebto dominicano, son también,
"en. no pocos casos, causa de rupt,,,a de la unidad familiar. Sé
"que éste es un terna·que os preoc14pa JI que,_por otra parte, .ha
"evidenciado una rva1¡'gelhaci6n no suficientemente profunda en
"ciertos sectores
del pueblo de Dios; en especial entre la gente
"sencilla. Lá Iglesia débe Preguntarse. ~ál es el desafio que las
''secta~ fundament'alistas plantean 'ala "propia acci6n pastoral v a
"la formación cristiana'
de los fieles. Es importante, por ello, ins­
"truir, mediante una. creciente. actividad de catequesis, a todo el
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"pueblo fiel, para que conozca la verdadera doctrina de Jesucristo
"y las enseñanzas de la Iglesia, que es madre y maestra de nues­
JJtra fe».
Jú:!N PABLO II: Visita •ad limina». Discurso
a
la Conferencia episcopal de la República Do­
minicana, 25 de marzo. L'Osservatore Romanb,
edición semanal en lengua española, año XXVI,
núm. U (1.318), 1 de abril de 1994. ,
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