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Número 327-328

Serie XXXIII

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Mi deuda de gratitud con el profesor Marcel de Corte

MI DEUDA DE (;RÁTITUD CON.EL PROFESOR
MARCEL DE CORTE ·
POR
JuAN V' ALLET DE GoYTISOLO
En el mes de mayo de este año de 1994, Dios se ha llevado
a otro
más de nuestros grandes maestros, el, profesor de la Uni­
versidad de Lieja
MAR.GEL DE CORTE (q.e,p.d,) .. De él me .siento
personalmente muy deudor.
·
Mi encuentro intelectual cOQ él se-lo debo. a nuestro querido
EUGENIO VEGAS LATAPIE que me recomendó que leyera L'homme
contre lui
méme (París, Nouvelles, Eds. Latines, 1962). Su lectura
me produjo un intenso impacto y me resultó hondamente suges­
tiva y fecundante.
, Para acercarme en estos momi:ntos al autor, al escribir estas
líneas vuelvo a tomar entre mis manos el ejemplar de este libro
que tengo en mi biblioteca, repleto de subrayados en lápiz
de
color. La relecrura de su índice ya de · por sí sola resulta tan in-.
quíetante como atractiva:
L Las transformaciones del hombre moderno. II. Patología
de
la libertad .. IIL La crisis del buen sentido. IV. La crisis de
las
élites. V. El declinar de la venturanza. VI. Ese viejo diablo
de Maquiavelo. VIL El mito de progreso. VIII. La aceleración
de la historia y su influencia en las estructuras sociales .
. A partir de mi lectura de _L'homme contre lui méme devoré
todos sus artículos y demás libros. Algunos anteriores,
como Ess'1i
sur la fin d'une cipilisation (1949), y otros posterioregL'intelli­
gence en
peri/ de mort 0969), De la ;ustice (1973), I>e la pru­
dence,
la plus humanine des vertus ( 197 4 ), que seguí llenando de
subrayados.
Verbo, núm. 327-328 (1994), 791-794 791
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JUAN VALLET DE GOYTISOLO
Tuve ocasi6n de escucharle sus conferencias La información
deformante,
en el I Congreso de Lausanne en 1965, y La educa­
ción polltica, en el III de 1967.
Sin
embargo el placer de tratarle personalmente y de conver­
sar
con él ·no lo tuve· sinci con oeasi6n del II Cont>egno romano
de la Fundaci6n «Gioachino Volpe», a primeros de abril de 1974.
El abrió
las sesiones planteando . el tema general U na sociedad
contra el hombre
(dr. Verbo, 124-125, pág. 386), que escuché
con el mismo interés de siempre.
Su esposa y él me hicieron el
honor de escuchar mi conferencia;
y los tres estuvimos alojados
en
el hotel Raphael, en Piazza Navona, así como los profesores
}ULIEN FREUND y THOMAS MoLNAR. Lo cual nos dio ocasión de
conversar amigablemente.
Ya,
para entonces, hacía algunos años que sus libros y sus
artículos venían constituyendo para
mí no sólo alimento intelec­
tual sino de orientación y apoyo
pata escribir los mios. Basta con
ojear las notas
·• pie de página de mi Sociedad de masas y dere­
cho para comprobar cuál · es el alcance de la deuda intelectual que
ya entonces tenía para con éL Deuda que ha ido acrecentándose
a medida que he continuado leyéndole y sirviéndome de
sus obras
como fuente de inspiración y como apoyo en
mis publicaciones.
A pesar de rio ser él jurista, sino filóscifo -eso si realista y
con perspectiva
práctica-, en mi Metodologla de las leyes tengo
citadas Veintincinco veces en conjunto varias obras suyas: LJhomme
contre lui mime, De la iustice, Telle est la loi, L'intelligence en
peri/, L'Intelligence en
peril de mort, Sens comun, methaphisique
et teologie, De
la prudence, la plus humaine des vertus. Precisa­
mente, de mi ponencia a
la próxima Reunión de amigos de la Ciu­
dad Católica, «La educación en la familia»., puede d~se que es
más suya que mía. ,
En Verbo heinos reproducido varios trabajos suyos traducidos
de publicaciones francesas.
Sus citadas conferencias La información deformante (41, pá­
ginas 9-27), y La educación polltica (59, págs. 635-659).
-Intrinsecamente perverso (55, págs. 349-358), con ocasión
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MI DEUDA DE GRATITUD CON MARCEL DE CORTE
del XXX aniversario de la Encíclica Divini redemptoris que con­
denó
el comunismo.
-El Estado y el dinamismo de la economía (87-88, págs. 675-
702).
-La economía al revés (91-92, págs. 125-176), estudio de
una extraordinaria lucidez, que he citado abundantemente en mis
trabajos acerca de
la tecnocracia.
-Filosofía económica y necesidades del hombre ( 101-102,
págs. 119-126).
-De la sociedad a la termitera pasando por la disociedad
( 131-132, págs. 93-138), al que considero uno de sus más com­
pletos estudios.
-El conocimiento poético y la filosofía (187, págs. 813-831),
que pone el dedo en la causa
de una de las llagas actuales.
-El hombre de Dios contra Dios (205-206, págs. 515-535).
-Informaci6n y sociedad contemporánea (213-214, págs. 353-
371
).
Además, en nuestras Informaciones con recortes de periódicos
hemos traído a colación diversos fragmentos de otros interesan­
tes artículos de nuestro admirado
MARCEL DE CORTE (pueden
localizarse
por el volumen índice los aparecidos desde el núm. 85-
86 al 133-134
).
En la reseña de libros aparecen las de L'intelligence en peri/
de mort, que hizo JOSÉ MARÍA NIN DE CARDONA (87-88, págs. 760-
765),
y de De la prudence, efectuada por ENRIQUE ZuLETA Pu­
CEIRO (153-154, págs. 582-586).
MARCEL DE CORTE fue un filósofo realista de formación clá­
sica; los libros que siguieron a su primera obra La liberté d' esprit
dans l'experience muystique (París, 1933), anteriores a la Segunda
guerra mundial, así
lo muestran. Basta leer sus títulos La doctrine
de l'inteligence chez Aristote, con prólogo de ETIENNE GILSON
(París, 1934 ), Le cammentaire de Jean Phi/opon sur le traisieme
livre d'historie de la philosophie ancienne. Aristote et Plotin (París,
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IUA:N VALLET DE G_O"f':TISOLO
1935). A ellos añadió .. 1.ma incursión por el existencialismo cris­
tiano en La pbilosophie de Gabriel Marce! (París y Bruselas, 1938).
· Después de la .. guerra mundial se centró en la filosofía social.
En ella fue uno. de los más grandes maestros dé la contrarrevolu­
ción que hemos tenido en este siglo.
El mismo vigor con el que combatió, eh la resistencia belga,
c:ontra el nazismo invasor -nuestro inolvidable DOMINGO VEGA
me contó varias veces que DE CORTE fue el jefe de su grupo y
le llamaban le sanglier dés Ardennes~, también lo mostró des­
pués de la guerra para luchar intelectualmente contra la actual
«disociedad» de . la democracia· moderna, contra
el . totalitarismo
estatal
y la sociedad de consumo; y, a la vez, en pro de la nece­
saria restauración del hombre en la plenitud de sus relaciones con
Dios, con
el mundo que nos rodea y con nuestros semejantes. De
un hombre socialmente arraigado en la realidad viva de los cuer­
pos sociales, comenzando por la familia y la empresa.
¡Descanse en paz este bravo e incansable luchador! Aquí, en
est,:
mu1)do, nos ha dejado su legado. intelectual. Espero que, con
él, sigan orientándose y fortaleciéndose las jóvenes generaciones
de hoy y
de mañana.
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