Índice de contenidos
Número 375-376
Serie XXXVIII
- Textos Pontificios
- In memoriam
-
Estudios
-
¿Una constitución «personalista»?
-
España equilibrada. Organización regionalista de España
-
La tentación tradicionalista
-
Democracia y bien común (Algunas incitaciones de Augusto del Noce)
-
El derecho natural en España: a propósito de una tesis de Estanislao Cantero sobre Juan Vallet de Goytisolo
-
Sentido de la Hispanidad
-
Algunas observaciones en torno del concepto de equidad
-
-
Crónicas
-
Festividad de San Fernando 1999
-
Homilía del P. Agustín Arredondo [San Fernando 1999]
-
Discurso de José Joaquín Jerez [San Fernando 1999]
-
Discurso de Francisco José Fernández de la Cigoña [San Fernando 1999]
-
El Instituto Rosmini en la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación
-
Una tesis italiana sobre Vallet de Goytisolo
-
-
Información bibliográfica
-
Osvaldo Lira, Cristián Garay (comp.): Escritos del padre Osvaldo Lira en la revista Estudios
-
Consuelo Martínez-Sicluna: Del poder y la justicia
-
Danilo Castellano et al.: Per Cornelio Fabro
-
Francisco Elías de Tejada: La tradición portuguesa. Los orígenes (1140-1521)
-
Eudaldo Forment: Id a Tomás. Principios fundamentales del pensamiento de Santo Tomás
-
Autores
1999
Francisco Elías de Tejada: La tradición portuguesa. Los orígenes (1140-1521)
INFORMACIÓN BIBLIOGRÁFICA
Ni por la especialidad de quien redacta esta breve nota ni por
la naturaleza de la sede en que ve la luz debe pasarse de aquí.
Bienvenido
sea este volumen, piadoso, hecho en el Friuli por
friulanos, que nos trae el recuerdo de un gran filósofo tomista
friulano de nuestros días. Entre sus páginas se encuentran pers
pectivas apasionantes que conciernen
al mundo complejo de la
filosofía. Gracias también,
por lo mismo, al profesor Danilo Cas
tellano, siempre atento a
hacer verdadera filosofía liberadora más
allá de toda ideología corruptora.
A.T.
Francisco Elías de Tejada: LA TRADICIÓN
PORTUGUESA. LOS ORÍGENES (1140-1521) r,
Francisco Elías de Tejada destiló en su ingente producción
historiográfica
un cuadro teorético de gran nitidez. Por eso, no
sólo fue un genial historiador de las ideas políticas sino también
un auténtico filósofo del derecho y del Estado. Como quiera
que sea, su producción aparece férrea1nente coherente, porque
en la primera de las vertientes, en la que por cierto no ha halla
do siquiera el reconocimiento que debiera, ocupa el centro de
sus afanes la realidad de lo hispánico; al tiempo que preside el
desenvolvimiento de
la segunda un tradicionalismo entendido ade
más según
una clave católica sin fisuras que no puede predicarse
sin distingos del de otros lares.
La obra de su vida, entre todos los
temas sugeridos a
su tarea de historiador y filósofo de la política,
vino constituida
-según confesión propia que releva de prueba
precisamente por el indagar la esencia de lo hispánico.
Así -he podido escribir en mi monografía La filosofía jurídi
ca y política de Francisco Elías de Tejada (Madrid, 1993, 392
págs.}-, convertido en una suerte de Menéndez y Pelayo de la
(•) Ed. Actas-Fundación Francisco Elías de Tejada, Madrid, 1998, 307 .Págs.
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Fundaci\363n Speiro
INFORMACIÓN BIBUOGRÁFICA
historia política de las Españas, aunque a la par enfrentado a los
intentos de enarbolar
un .. menéndezpelayismo político• a la postre
«antitradicional», va a atender en su tarea, de acuerdo con una
visión plural
y annonizadora, a todas las n1anifestaciones de la vida
de los pueblos que portan una significación política de cualquier
género. En consecuencia, en prit11er tér1nino, combina el cultivo de
los grandes hitos de la continuidad intelectual, de las excepciones
notorias y de la significación co1nún fuera de los mo1nentos bri
llantes: es decir, las manifestaciones brillantes, las llamativas y las
comunes, pues
-como se ha escrito-si las primeras proyectan
luz y vida, y las segundas ofrecen a nuestra consideración los sín
tomas de la salud o enfermedad de la vida intelectual,
son las ter
ceras las
que aportan la continuidad esencial de todo proyecto y
de toda vivencia.
En segundo lugar, no estudia sólo a los tratadis
tas de derecho político, sino incluso a autores de la literatura pro
piamente dicha, tratando de hallar
en ellos -a medida que expo
ne sus obras-sus to1nas de posición en cuestiones políticas, indu
ciéndolas
de las loas, críticas o sátiras. Finalmente, en tercer lugar,
insufla a su obra una finalidad teórica y patriótica indudables: teó
rica, referida a la significación cultural,
en cuanto la historia del
pensamiento jurídico y político nacional es
una tarea previa a toda
actividad capaz de adelantar la ciencia iusfilosófica
con plena con
ciencia; patriótica, ya que cu1nple la función del oxígeno para esca
par a la asfixia de extranjerismos mediocres, constituyendo un
poderoso 111edio de educación óvica.
• • •
No hay pueblo hispánico que quedara fuera de la inquietud
del maestro extre1neño. Y, a tal efecto, ha de incluirse también
-con resonancias lejanas de Camoens-Portugal. Comprendo
las dificultades
que levanta un reconocimiento del calado del
recién hecho,
pero en honor a la verdad ha de decirse que está
ausente del 1nisn10 1nodo todo rastro "nacionalista" o "imperialis
ta". No ha de olvidarse tampoco que nuestro autor deslindaba
cuidadosamente Castilla y
su tradición de los demás pueblos his
pánicos. Lo que afirn1aba, eso sí, es que cualesquiera que hayan
sido los desencuentros y las querellas históricos entre los mismos,
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se trata de pueblos her1nanos, con una trayectoria c.omún que
sobrepasa lo que constituyen sus diferencias.
Y
de ese su amor por Portugal fueron naciendo muchos estu
dios, preñados sien1pre de una erudicción exhaustiva tanto como
de un caracteristico sello interpretativo militante, entre los que des
taca su libro·
Las doctrinas políticas en P011ugal (Edad media),
estampado en lengua castellana en Madrid el 1943. En las prime
ras páginas escribe:
"La historia del pensamiento político portugués
puede sintetizarse en un proceso paralelo a la marcha de Portugal
misma
en el curso de los tiempos, ordenado en el ritmo de creci-
1niento, virilidad y decadencia consustancial a las naciones de la
vieja Europa. La Edad Media, la Edad de las Españas y los tiempos
posteriores corresponden a ese proceso sucesivo que sigue desde
hace ochocientos años
la idea portuguesa, y los tres periodos que
todo investigador de historia del pensamiento político encuentra
en el devenir de lo portugués no son otra cosa que las repercu
siones con
que en el campo de la cultura retumban los hechos
exteriores, polvo de batallas y puúaladas
de risa palaciega".
Con el primer momento "asistimos gozosos
al espectáculo de
un pueblo que paulatinamente llegaba a ser nación". Pero esos
apartamiento y diferencia antes van a servir que a perjudicar la
misión de nuestras gentes hispánicas en el campo ancho de la
humanidad.
Así, el recodo del 1500 abre la edad dorada, consu
mada "cuando el mayor de todos los hispanos, Felipe el Calum
niado, reúne en su mano los cetros de todos y cada uno de los
reinos peninsulares". Finalmente, por olvidar la nonna funda
mental del derecho político tradicional hispánico,
en virtud de la
cual "la unidad de nuestros pueblos debe ir ligada a la diversidad
foral", se abrió en 1640 el cauce a la prin1era escisión de nuestras
gentes. Sin embargo, la historia del pensamiento político portu
gués seguirá discurriendo paralela a
la de los demás pueblos his
pánicos1 pues paralelo será el 1nal y el síntoma
1 a
saber, la lucha
entre lo hispánico y lo extraño, que Elías de Tejada fija polémi
camente en ulo europeo". Por eso, en este punto, su e1npresa
intelectual
no buscaba sino reintegrar espirituahnente el lusismo
en la conciencia de la hispanidad con1batiente contra el común
enemigo europeo. De ahí, su admiración por Antonio Sardinha,
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Fundaci\363n Speiro
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el gran nombre del "integralismo" portugués, que simboliza a sus
ojos "nada menos que la revisión de la torcida interpretación,
vieja de raíces seculares,
que torció la vida política portuguesa
enfrentándola
con la de los otros pueblos de las Españas".
• • •
Una vez más, y es pena, la obra de Elías de Tejada quedó
inconclusa. Y el libro mentado, contraído a la primera de las
eda
des, no fue seguido de los correspondientes a las dos siguientes.
El volumen que hoy damos a las prensas con alegría es una ree
laboración de aquél, firmado en Sevilla en 1973, e inédito hasta
el momento.
Si el quehacer tejadiano halló en los años cuarenta
un merecido eco en Portugal y Brasil -y resulta imposible no
mencionar la figura nobilísima del catedrático paulistaJosé Pedro
Galvao de Sousa-, hoy sigue portando la lección del estudio
apasionado
de una tradición común a la que durante demasiado
tiempo
-aquí tanto como allá-nos hemos empeñado en vivir
de espaldas.
M.A.
Eudal.do Forment: ID A TOMÁS.
PRINCIPIOS FUNDAMENTALES DEL PENSAMIENTO
DE SANTO TOMÁS
r>
La fundación Gratis Date desarrolla desde hace años una
labor encomiable. Guiada por el dicho evangélico que le da nom
bre (Mt. 10, 8) difunde diversas obras de cariz teológico y de pen
samiento a precios muy bajos y gratuitamente tanto en España
como
en Hispanoamérica, permitiendo incluso la reproducción
total o parcial
de estas obras con ánimo apostólico.
C") Pamplona, Fundación Gratis Date, 1998, 182 págs.
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Ni por la especialidad de quien redacta esta breve nota ni por
la naturaleza de la sede en que ve la luz debe pasarse de aquí.
Bienvenido
sea este volumen, piadoso, hecho en el Friuli por
friulanos, que nos trae el recuerdo de un gran filósofo tomista
friulano de nuestros días. Entre sus páginas se encuentran pers
pectivas apasionantes que conciernen
al mundo complejo de la
filosofía. Gracias también,
por lo mismo, al profesor Danilo Cas
tellano, siempre atento a
hacer verdadera filosofía liberadora más
allá de toda ideología corruptora.
A.T.
Francisco Elías de Tejada: LA TRADICIÓN
PORTUGUESA. LOS ORÍGENES (1140-1521) r,
Francisco Elías de Tejada destiló en su ingente producción
historiográfica
un cuadro teorético de gran nitidez. Por eso, no
sólo fue un genial historiador de las ideas políticas sino también
un auténtico filósofo del derecho y del Estado. Como quiera
que sea, su producción aparece férrea1nente coherente, porque
en la primera de las vertientes, en la que por cierto no ha halla
do siquiera el reconocimiento que debiera, ocupa el centro de
sus afanes la realidad de lo hispánico; al tiempo que preside el
desenvolvimiento de
la segunda un tradicionalismo entendido ade
más según
una clave católica sin fisuras que no puede predicarse
sin distingos del de otros lares.
La obra de su vida, entre todos los
temas sugeridos a
su tarea de historiador y filósofo de la política,
vino constituida
-según confesión propia que releva de prueba
precisamente por el indagar la esencia de lo hispánico.
Así -he podido escribir en mi monografía La filosofía jurídi
ca y política de Francisco Elías de Tejada (Madrid, 1993, 392
págs.}-, convertido en una suerte de Menéndez y Pelayo de la
(•) Ed. Actas-Fundación Francisco Elías de Tejada, Madrid, 1998, 307 .Págs.
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historia política de las Españas, aunque a la par enfrentado a los
intentos de enarbolar
un .. menéndezpelayismo político• a la postre
«antitradicional», va a atender en su tarea, de acuerdo con una
visión plural
y annonizadora, a todas las n1anifestaciones de la vida
de los pueblos que portan una significación política de cualquier
género. En consecuencia, en prit11er tér1nino, combina el cultivo de
los grandes hitos de la continuidad intelectual, de las excepciones
notorias y de la significación co1nún fuera de los mo1nentos bri
llantes: es decir, las manifestaciones brillantes, las llamativas y las
comunes, pues
-como se ha escrito-si las primeras proyectan
luz y vida, y las segundas ofrecen a nuestra consideración los sín
tomas de la salud o enfermedad de la vida intelectual,
son las ter
ceras las
que aportan la continuidad esencial de todo proyecto y
de toda vivencia.
En segundo lugar, no estudia sólo a los tratadis
tas de derecho político, sino incluso a autores de la literatura pro
piamente dicha, tratando de hallar
en ellos -a medida que expo
ne sus obras-sus to1nas de posición en cuestiones políticas, indu
ciéndolas
de las loas, críticas o sátiras. Finalmente, en tercer lugar,
insufla a su obra una finalidad teórica y patriótica indudables: teó
rica, referida a la significación cultural,
en cuanto la historia del
pensamiento jurídico y político nacional es
una tarea previa a toda
actividad capaz de adelantar la ciencia iusfilosófica
con plena con
ciencia; patriótica, ya que cu1nple la función del oxígeno para esca
par a la asfixia de extranjerismos mediocres, constituyendo un
poderoso 111edio de educación óvica.
• • •
No hay pueblo hispánico que quedara fuera de la inquietud
del maestro extre1neño. Y, a tal efecto, ha de incluirse también
-con resonancias lejanas de Camoens-Portugal. Comprendo
las dificultades
que levanta un reconocimiento del calado del
recién hecho,
pero en honor a la verdad ha de decirse que está
ausente del 1nisn10 1nodo todo rastro "nacionalista" o "imperialis
ta". No ha de olvidarse tampoco que nuestro autor deslindaba
cuidadosamente Castilla y
su tradición de los demás pueblos his
pánicos. Lo que afirn1aba, eso sí, es que cualesquiera que hayan
sido los desencuentros y las querellas históricos entre los mismos,
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INFORMACIÓN BIBLIOGRÁFICA
se trata de pueblos her1nanos, con una trayectoria c.omún que
sobrepasa lo que constituyen sus diferencias.
Y
de ese su amor por Portugal fueron naciendo muchos estu
dios, preñados sien1pre de una erudicción exhaustiva tanto como
de un caracteristico sello interpretativo militante, entre los que des
taca su libro·
Las doctrinas políticas en P011ugal (Edad media),
estampado en lengua castellana en Madrid el 1943. En las prime
ras páginas escribe:
"La historia del pensamiento político portugués
puede sintetizarse en un proceso paralelo a la marcha de Portugal
misma
en el curso de los tiempos, ordenado en el ritmo de creci-
1niento, virilidad y decadencia consustancial a las naciones de la
vieja Europa. La Edad Media, la Edad de las Españas y los tiempos
posteriores corresponden a ese proceso sucesivo que sigue desde
hace ochocientos años
la idea portuguesa, y los tres periodos que
todo investigador de historia del pensamiento político encuentra
en el devenir de lo portugués no son otra cosa que las repercu
siones con
que en el campo de la cultura retumban los hechos
exteriores, polvo de batallas y puúaladas
de risa palaciega".
Con el primer momento "asistimos gozosos
al espectáculo de
un pueblo que paulatinamente llegaba a ser nación". Pero esos
apartamiento y diferencia antes van a servir que a perjudicar la
misión de nuestras gentes hispánicas en el campo ancho de la
humanidad.
Así, el recodo del 1500 abre la edad dorada, consu
mada "cuando el mayor de todos los hispanos, Felipe el Calum
niado, reúne en su mano los cetros de todos y cada uno de los
reinos peninsulares". Finalmente, por olvidar la nonna funda
mental del derecho político tradicional hispánico,
en virtud de la
cual "la unidad de nuestros pueblos debe ir ligada a la diversidad
foral", se abrió en 1640 el cauce a la prin1era escisión de nuestras
gentes. Sin embargo, la historia del pensamiento político portu
gués seguirá discurriendo paralela a
la de los demás pueblos his
pánicos1 pues paralelo será el 1nal y el síntoma
1 a
saber, la lucha
entre lo hispánico y lo extraño, que Elías de Tejada fija polémi
camente en ulo europeo". Por eso, en este punto, su e1npresa
intelectual
no buscaba sino reintegrar espirituahnente el lusismo
en la conciencia de la hispanidad con1batiente contra el común
enemigo europeo. De ahí, su admiración por Antonio Sardinha,
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el gran nombre del "integralismo" portugués, que simboliza a sus
ojos "nada menos que la revisión de la torcida interpretación,
vieja de raíces seculares,
que torció la vida política portuguesa
enfrentándola
con la de los otros pueblos de las Españas".
• • •
Una vez más, y es pena, la obra de Elías de Tejada quedó
inconclusa. Y el libro mentado, contraído a la primera de las
eda
des, no fue seguido de los correspondientes a las dos siguientes.
El volumen que hoy damos a las prensas con alegría es una ree
laboración de aquél, firmado en Sevilla en 1973, e inédito hasta
el momento.
Si el quehacer tejadiano halló en los años cuarenta
un merecido eco en Portugal y Brasil -y resulta imposible no
mencionar la figura nobilísima del catedrático paulistaJosé Pedro
Galvao de Sousa-, hoy sigue portando la lección del estudio
apasionado
de una tradición común a la que durante demasiado
tiempo
-aquí tanto como allá-nos hemos empeñado en vivir
de espaldas.
M.A.
Eudal.do Forment: ID A TOMÁS.
PRINCIPIOS FUNDAMENTALES DEL PENSAMIENTO
DE SANTO TOMÁS
r>
La fundación Gratis Date desarrolla desde hace años una
labor encomiable. Guiada por el dicho evangélico que le da nom
bre (Mt. 10, 8) difunde diversas obras de cariz teológico y de pen
samiento a precios muy bajos y gratuitamente tanto en España
como
en Hispanoamérica, permitiendo incluso la reproducción
total o parcial
de estas obras con ánimo apostólico.
C") Pamplona, Fundación Gratis Date, 1998, 182 págs.
564
Fundaci\363n Speiro