Santiago Cantera Montenegro: La crisis de Occidente: Orígenes, actualidad, futuro

volumen, decimonono de la nueva serie, impulsada y dirigida por
Danilo Castellano, que aporta haces de luz sobre un tema siempre
insuficientemente iluminado.Juan CA YÓN
Santiago Cantera Montenegro : LA CRISIS DE OCCIDENTE:
ORÍGENES, ACTUALIDAD, FUTURO (*).
D om Santiago Cantera, monje benedictino de la A badía de la
Santa Cr uz del Valle de los Caídos, y querido colaborador de estas
páginas, es conocido en el panorama de las letras patrias por una
decena de libros de matriz histórica o teológica, cuando no histó\
ri -
co-teológica. Que v an del ensayo de síntesis Los monjes y la cristia-
nización de E uropa(1996) y el per fil biográfico, San Bernardo o el
medievo en su plenitud (2001), al estudio teológico La Virgen María
en el magisterio de Pío XII (2007).
E l libro está construido arquitectónicamente, y no es simple
metáfora, pues los tres primeros capítulos llevan por título, respec -
tivamente, “ cimientos”, “pilar es, arcos y bóvedas ” y “tímpanos y
capiteles ”. Mientras que los que van del cuar to al sexto, por su
parte, se r ubrican “la prueba del tiempo ”, “restauración ” y “proyec-
ción de un estilo ”. Dos apéndices completan su contenido, el pri-
mero de crítica al “ tratado por el que se instituye una Constitución
para Eur opa”, varado después como es sabido, y el elenco del patr o-
cinio mariano de las naciones hispanoamericanas.
Los “ cimientos ” dicen relación con la filosofía cristiana, esto es
la escolástica y , en particular, el tomismo. Aborda in concretouna
interpr etación tomista de la civilización occidental, en la línea de
Christopher Dawson, destacando los cuatro elementos del helenis-
mo, r omanismo, germanismo (y eslavismo) y cristianismo.
Los “ pilares, arcos y bóvedas ” se elevan en el proceso de forma -
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(*) Ediciones Sekotia, Madrid, 2008, 368 págs.
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ción de la civilización cristiana, que si materialmente se desenvuel-
ve en la historia, formaliter loquendo es contemplado desde la filo-
sofía o, mejor , desde la teología. Los “ pilares” y los “ arcos” remiten
a la acción de la Iglesia, a través de sus hijos, de san J ustino a san
B enito (en el que por razones compr ensibles se detiene algo más),
en el momento del derr umbamiento del mundo antiguo, salv a-
guar dando el legado gr ecorromano, en el que infundieron el cris-
tianismo, y luego asimilando y procurando la integración de los
pueblos bárbaros. Las “bóv edas”, a continuación”, ilustran la plena
edad media, con la escolástica, las cruzadas, las monar quías, las
universidades, etc. “Tímpanos ” y “capiteles ” evocan el mensaje trasmitido, que el
autor r esume en la visión trascendente de la realidad, el puesto cen -
tral de Dios, el valor del hombre y el origen y composición natural
de la sociedad. “La prueba del tiempo ” no es otra que la crisis de la identidad
eur opea, la de la modernidad, primer o, y la postmodernidad, des-
pués. Capítulo muy extenso, cercano a las cien páginas, se concen-
tra principalmente en el ámbito de las ideas, pero también en el de
las tendencias. Al que sigue una brev e “Restauración”, la esperanza
de E uropa. Y una rica “ proyección de un estilo ”, en referencia a la
Europa fuera de Europa, esto es, la inculturación de la civilización
cristiana eur opea fuera de sus fronteras por el Occidente. Es el caso,
ejemplar , de Hispanoamérica, que incluy e el ramal lusitano, a la
que añade los Estados U nidos y el Canadá anglosajones, dentr o del
cual halla también –en el último– el influjo francés, y sin ahorrar
justas críticas. Tras la escueta reseña anterior , algunas observaciones en sede
de conclusión. E l libro, rico en materiales, está bien trabado. S u
orientación y su estilo son sólidos. A demás es valiente. Aunque
queda siempr e, para la reflexión, la ambigüedad de los términos
“Europa ” y, desde el ángulo del der echo público, “nación” y
“Estado ”. Y algún juicio un punto voluntarista. Leyéndolo uno
puede imaginarse a D om Santiago en la serenidad de la vida
monástica, con sus rezos, sus trabajos y sus estudios. De los prime-
ros no dejamos de recibir bienes espirituales, que no es otra cosa la
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comunión de los santos. De los últimos procede este libro. Por el
que nos han llegado bienes intelectuales de los que, igualmente,
nos lucramos.
Miguel A YUSO
Alberto Caturelli: EL ABISMO DEL MAL (*).
El autor , ilustre colaborador de estas páginas, y uno de los
máximos filósofos hispanoamericanos, es autor de tr einta y cuatro
l i b r os y varios centenares de artículos. Catedrático de la
Univ ersidad de Cór doba (Argentina), se debe a su celo intelectual
y apostólico, entre otras muchas cosas, la organización en 1979 de\
l
primer congreso mundial de filosofía cristiana. La obra, que está
dedicada a M ichele Federico Sciacca (“querido maestro, amigo del
alma ”), según se apunta en el prólogo “no es un libr o de erudición
(aunque la suponga en la medida necesaria), sino de r eflexión y
meditación ”.
Consta de tres partes, “el abismo”, “ el cainismo” y “el agua que
apaga la sed”. En la primera, enfr entado con el abismo, se pregun-
ta filosóficamente por el problema del mal (pág. 75) y concluye
con una respuesta teológica: el pecado es el mal absoluto (pág. 8\
4).
P or eso sostiene su irresolubilidad en la cultura antigua (pág. 13) y
la necesidad de la R evelación cristiana para hallar respuesta (pág.
31). Por eso también la fuente de todos los males, que existía antes
que el hombre, la halla en el demonio (pág. 93), internándose, a
continuación, en la doctrina del misterio de iniquidad (pág. 106 y
sigs.). En la segunda, propone una explicación de los “ males sin
cuento ” que acosan al hombre, produciéndole una “ sed inextingui-
ble ”. E l repaso de la envidia (pág. 125 y sigs.), el resentimiento
(pág. 187 y sigs.) y la maledicencia y murmuración (pág. 195 y
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(*) Ediciones G ladius, Buenos Air es, 2007, 256 págs.
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