Índice de contenidos
Número 155-156
Serie XVI
- Textos Pontificios
-
Actas
-
Crónica del XII Congreso del «Office Internacional»: La tentación socialista
-
La concepción dialéctica de la historia a la luz del pensamiento cristiano
-
Las herejías comunistas en la historia de la Iglesia
-
Países, Naciones y Estados en nuestro proceso histórico
-
Sindicalismo campesino
-
Papel de los animadores
-
- Estudios
- Información bibliográfica
- Ilustraciones con recortes de periódicos
- Documentos
Autores
1977
Características de la participación
CARACTERISTICAS DE LA PARTICJPACION
POR
Es'rANISLAO CANTERO
NQ cabe duda que la participaci6n es uno de los remas más
manidos en la llCtllillidad: participación en íla. empresa, participa
ci6n
en la culrura, participación en la pdlítica ...
De
todo~ ellos, puesto que engloba a los demás, quizá sea la
pan,ticipación política ti! que con más ur!J"llcia deba ser meditado.
Bien
enrendido que
por
participación política hay que entender
participaci6n social,
tal como Aristóteles entendía que
al hombre
era un animal político (zoon pollitikon), es decir, social; y no so
lamente como
aquella
participación ciromsarita a
la
actividad re
lacionada con al poder público.
Por eso decimos
.participación polftica, distinguiéndola _así de la
participación eQ !a pdlítica. Aquélla ,es más amplia que ésta, la cual
queda abarca.da por aquélla. Distinción no bizantina, sino que es
imperiosa y necesaria recordar, sobre todo cuando en nombre de
nna
denermina
de
la participación política (en rea
lidad, tan sólo se trata de una. derermina
ticipaci6n ,en la política), se niegii, se rechaza y se impide una autén
•ica participación pollítica,
esto
es:
socia,!.
Admitido que nadie (teóricamente) rechaza la participación, hay
que preguntarse por los caracteres que la configuran, respecto a lo
cual la
dive,cgencia de
su concepto, de lo que
la participación es y
significa, es fundamental; lo que explica que desde el marxismo
ñasta
el tradicionalismo se propogne la participación;
Pero
antes, recordemos que
la fundamentación de la participa
ción
no es
sdlamrote antropológica, sino
que también tiene un fun.
,lamento teológico, metafísico, teledlógico, axiológico,
deontológico
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Fundaci\363n Speiro
EST ANISLAO CANTERO
y existenciall, tal como V allet de Goytisolo señala a[ referirse a los
"Fundamentos
de la Organización p<>r Cuerpos Intermedios".
¿Qué es partidpaac? ¿En qué se participa? ¿C6mo se participa?
Los
siguientes
líneas de Vallet de
Goytisolo pueden
servirnos
para
meditar en romo al """'"-de IJa participoción, pues nos recuer
dan algo esenria!l que mn freruencia se ollvida:
"La participación es una inooracci6n de 'lo múltiple con lo uno.
Una inreracción que confiere a la mult1paicidad un cierto sentido de
unidad fonciona.l superi0t.
Produce,
pues,
una
oononfa de 'lo m(lltiple ron io WJO, de tal
modo que sin
romper
IJa unidad de éste tam¡,oro destruye aquella
multiplicidad.
Esa ,es una rondición ~ de la verdadera pac
ticipaci6n.
No !hay participoción cuando en lugar de interacción hay dia
Mctica entte los elementos mólci,ples o entte éstos y la unidad in
tegradora.
Tampoco la hay, si lo múltiple desaparece absorbido en la uni
dlld superiot, pues, pot definición, la participeción requie.-e una
mulltiplicidad armooi2'.Sda hacia un fin común"".
Obsetvemos, en primer [ug,,r, que IJa participaci6n saipone plu
tailidad o multiplicidad. Sin elementos múltiples, sin partes, no pue
de haber participoci6n. Sin hombres, no puede haber socredad. La
plutaiidad o multiplicidad es presupuesto bó.siro de toda partici¡,a,
ci6n; requisito
sine q,u, non. m hombre, aislado a Jo Robinson, no
puede participar.
En segundo [ugar, la participoción supone una unidad distinta
a
la
multiplicidad, a los elementos que participan en ella. Y
ello
por
definición:
si no
hay en qué participar, ésta resulta imposible. Pe
ro esa
unidad en
que se
participa (resultado de la misma participa
ción) es
una unidad superior, al menos en cierto sentido, por lo
menos
funciona[, ya qOle la participación en
algo es distinto de los elementos múltiples; y además, superior en
algo a la pluralidad que la f0tma Precisamente en base a esa supe
ri0tidad
es
en lo
que' se fundamenta la participación: se
participa
para ronseguir y reali2ar lo que el hombre p<>r sí solo no puede al
canzar.
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Fundaci\363n Speiro
CARACTERJSTICAS DE LA PARTICIPACION
En rero,r lugar, la participación supone un fin oomún a realli
za,r. Se participa ,en aligo, por ailgo y para a.!go. La participación de
la mulltip1icidad tiene por ob¡ero conseguir un fin que sin ella sería
imposible_
No cabe participación sin una finalidad de la misma.
Aspecto
finalista
que
fundamenta la participación, la cual es con
namrall all hombre, pues se basa en la misma nan:u:rueza humana. Y
es
ese fin que con fa participación se va a realizar, el que confiere,
también, a esa unidad en la que se participa, un carácter superior
a los
ele!ll<'lltos múilti,ples, a :ta mulltip!liridad que la fonnan.
Plurailidad o mulltiplicidad, unidad superior y fin oomún, son,
pues, presupuestos de roda participación. Si falta cualquiera de ellos
no cabe la participac.im Por ello, es falsa toda pretendida partici
pación
en la que la multiplicidad desaparece absorbida por la unidad
superior; o en
la que ésta, con ese carácter que le da la función a
realizar, no
existe; o aquella
otra, en la que se desconoce el fin espe
cífico que el tipo de participación de que se trate requiere.
Pero, ¿qué es, ,en qué y cómo se participa? ¿Cuálles son las ca
raaedsticas de la participación?
El
diccionario nos dke que la participación es acción de parti
cipar; y, ésta, romar parte en allguna cosa. Nos indica, por tanto,
el carácter dinámiw ele la participeciónc Es, pues, una aaividad
dirigida
al fin que con ella
se busca.
Actividad, por consiguiente,
de lo
múltiple, de todos
y cada uno de los elementos múltiples.
Una actividad de las partes
que forman la unidad funcional
superior. No
cabe participar sin esa interacción de lo múltiple; no
cabe participar si lo múltiple, si las partes no tienen vida propia.
Por eso,
la participación
no existe cuando la multiplicidad desapa
rece absorbida por
la unidad superior. Esta unidad es superior,
pero su fin no es la. destrucción de las partes, sino su desarrollo.
La multiplicidad, las partes, forman de abajo a arriba la unidad
superior, para
ak:anzar el fin común que mueve a las partes a la
participación me:liante
1a formación de aquélla; no para conferir
a
la unidad superior un poder que mate la vida de la multiplicidad,
de
las partes. Y rampooo la unidad superior crea la multiplicidad;
por
el contrario, son los elementos mútiples, anteriores
a aquélla,
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ESTANISLAO CANTER.O
los que en orden a su propio desarrollo y al del conjunto forman
esa unidad superior,
para conseguir un determinado fin.
Ahora· bien, ¿en qué corisiste esa actividad, esa interacción?
Observemos que la multiplicidad, que las partes mútiples, cons
tituyen cada una una individualidad. No cabe hablar de partes sin
que ellas existan. Y cada una de esas partes tiene caracteres propios.
Es decir, la multiplicidad supone
la diversidad.
Loo hombres (y en una participación más compleja las agrupa
ciones de hombres, es decir, los cuerpos intermedios, o las agru
paciones de estos) que forman la multiplicidad participante, son
hombres (o cuerpos intermedios) concretos y determinados, con una
personalidad
y unos caracteres diferentes de los de los demás.
La participación no puede acabar con la diversidad que carac
teriza a las partes (hombres, cuerpos intermedios), pues su fin no
es en
modo alguno ése, sino alcanzar lo que solos no se puede con
seguir; nunca
destruir
la riqueza de la diversidad de las partes.
La
participación no
puede
ahogar la diversidad en una masa
amorfa, igualitaria, sin c:aracte!"es propios. De ser así, lejos de per
feccionar, llevaría
al _ anquilosamiento primero, a la regresión y a
la muerte, después. Porque si la participación pretende establecer
un igualitarismo entre las partes, sea dirigido o no por la unidad
superior en la que se tiene que participar verdaderamente, está tras
trocaodo ,la verdadera participación, la cual supone la existencia de
pluralidad
de partes; pluralidad de partes· que por su misma natu
raleza son diversas unas de otras, aun ruando tengan caracteres
comunes por muy importantes que estos sean. Reducir esas partes
a lo que tienen exacto, prescindiendo de las diferencias, supone
recortarlas, aniquilarlas, olvidar la naturaleza (que forma lo común
y lo diverso) e impedir el desarrollo de las mismas según su pro
pio ser.
Esa
misma diversidad, propia de la naturaleza humana, supone
y significa que para que la participación sea efectiva y rea!l, la di
versidad ha de proyectarse en la participación. Porque esa diversidad
de los
hombres tiene
su lógico
y natural desarrollo en su actividad.
Por otra parte, es necesario -precisar que no cabe participación
en lo que se ignora o desconoce. Si la participación supone el desarro-
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Fundaci\363n Speiro
CARACTERISTICAS DE LA PARTICIPACION
!lo o proyecc10n de la personalidad, el ejercicio de unas facultades
y el desempeño de W1as funciones, es necesario, como requisito
previo, conocer tanto lo que hay que hacer como el modo en que
hay que
harerlo.
No
cabe participar en cosa alguna si no hay un conocimiento
previo relativo a la cosa misma. Conocimiento que es
el que deter
mina que la participación sea
real. Sin él será fictica. Así, por
ejemplo, no
c"be participar
en un programa de investigación gené
tica si no se tiene un conocimiento real de la materia; no basta con
estar
informado acerca del mismo,
sino que hay que conocer, hay
que saber. Del mismo modo, para participar en un programa de
mejora de cultivos es necesario tener el conocimiento preciso que
ello requiere. Los ejemplos podrían multiplicarse hasta el infinito
según
la materia, pero siempre seria necesario conocerla para poder
intervenir en
ello.
Tampoco
basta el estar interesado en el asunto de que se trate
para
poder participar.
Así, por ejemplo,
el ama de casa está inte
resada en que el precio de las patatas o del pan
sea lo
más bajo
posible. Sin embargo, no puede haber participación del
ama de
casa
en una cooperativa de agricultores productores de patatas, porque
carece de todo conocimiento en tomo , a . los problemas del cultivo,
capitalización, distribución, etc. Ejemplo más _claro, si nos fijamos en
un grupo de investigadores que tratan de descubrir la curación del
cáncer, en lo que el
más interesado es quien está enfermo con cáncer
y,
sin
emba,,go, no cabe participación
alguna de él en las investi
gaciones.
En ocasiones, no cabe duda que el estar interesado en una cu.es~
tión
no
es algo
que pueda despreciarse, sino que
ha de tenerse en
cuenta. Tal ocurre, por ejemplo, en el supuesto anterior del
ama de
casa, que le interesa que los precios de los productos sean. bajos.
Pero, como veremos
más adelante,
su
participación no puede ser en
esa unidad superior que
formarían los agricultores, sino a traVés de
otra organización superior, en la que ella sí participaría, como podría
ser una asociación familiar, o de_ amas de casa, o de consumidores,
que ésta se
relacionar,ía con la_ asociación de agricultores para formar,
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ESTANISLAO CANTERO
a su vez, una unidad superior en la que ya sí participarán agricultores
y conswnidores.
Por consiguiente, una
limitación a
la
participarión, viene
dada
por el conocimiento de la
temática a
la que la participación afecte.
O, mejor dicho,
,rui, que limitación a la participación, el conocimiento
es uno de los requisitos
necesarios para
que aquélla
pueda wstir.
No
cabe,
por consiguiente, participar todos en todo y del mismo
modo .Ello significaría o una falsa
y ficticia participación para los
<
ción ninguna, mo:vidos en las decisiones que pudieran tomar por
otros, pero sin criterio propio; o también una falsa participación al
equiparar a quienes conocen unoo determinados problemas y tienen
copacidad de
decidir conscientemente en
tomo a ellos, a aquellos
que carecen de esa capacidad, sometiendo aquella decisión funda
mentada a la voluntad de éstos, carente de
verdadero fundamento.
La participación, contemplada en su aspecto dinámico, supone,
junto a esa diversidad que aotes se señaló, junto a la personalidad
propia de cada hombre, el ejercicio de las farultades y
el desempeño
de las funciones. que como hombre concreto, en su enrotno concreto,
puede y debe desarrollar.
La participación no s61o supone el respeto a la personalidad del
individuo, sino, además, el desempeño de unas funciones derivadas
del cometido que el hombre, por la vinculación concreta de estado,
tiempo y lugar, reoiliza.
Así, es distinto cl ca,Óct1er que comí-a la pamcipación 'la
cuailídad de ser padre de famllia, frente a quien sea solrero; o la
de presklenre de una roopemtiva ag¡rkcJJ.a a la de alca!kle de un mu
nicipio; la de agriculltor a la de ca:rpinooro; el vivir en un puel:,Jo o
en una gran dudad.
Todos ellos partidpacin, pero cada uno en cosas d1furenres y
de modo discinro. La a1Uréntica participación implica Wlidad de fin
a consegnir; por
ello, no cabe participación si las partes integrantes
en la unidad superior buscao fines diversoo o anta.gónioos.
Así, no es
participación verdadera
la que engloba en uoa misma
unidad
agriculltores, intermeiia.-ioo e industriales que rraosformao
el producto agrícola. La verdadera participación se da eo agrupa-
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CARACTElUSTICAS DE LA PAR.TICIPACION
ciones que reónan los intereses de cada uno de ellos. Sólo en el caso
de que todos ellos
formen una empresa a
ellos, pero
es que en ese caso se
ha formado una unidad superior
difierenre, cuyo interés y fi.nall.i
trial, sino conjunto para. esa empresa unitaria.
Supongamos un municipio pequeño y rura[, donde la participa
ción
a todos los niveles puede ser más reail y efecriva que en la gran
ciudad. El problema del a.basrocimiento die aguas, dJe pavimentación
de las calles o de la crea.ción de escuelas, afecta a todos. Sin em
bargo, la verdadera participación se da a mvel de problemas con
cretos, que a:fiectan a una profesión detenninada, a un barrio o a
unas
familias, en donde el interés es más próximo, el fin más in
mediato y más sentido y, ademá!S, 'li-gado al! conocimiento rea:I. del
asunto.
No cabe duda qllle la realización de aida fin romumt'11"io, plan
teará
o
podtá
plantear problemas con otros fines die ottas comuni
dades, ron intereses distinros e incluso opuestos. Talles conflictos
timen su sdlución
de modo armódico, por la inreracción, por la par
ticipación a un nivel superior en di. qule se coordiden esos divetsOS
fines romunes; es decir, mediante la interacción de esas diversas
nnida,des
forrnrulas, a su vez, por mfllti¡Jll,s part,es, en iJas que los
hombres concretos han ,participado.
De
este modo se
forma, así,
una nueva unidad superior funcio
nal, en la que participan oo:os elementos múltiples y diversos, los
cuales,
a su
vez, son también fruto de una participación múlltiple
y diversa.
Pero
esta nueva unida.d superior, cuyos elementos o partes múll
tiples son, a su .,ez, unidades fotmadas por otra mulltiplicidad de
partes, implica la representación. Hay una porticipación indi=ta
de
los
elemenros qllle formaron la ruridad interrneiia, a ttavés de
ésta, pues al resdl-proMernas complejos que afectan a las más
diversas activitlodes, no
cabe una participación directa, por no exis
ti< di. requisito ,previo del conocimiento suficitente respecto a todos
los
prol,lemas, cuya resdlución se efectúa por miedio de la repre
sentación.
Los más capacitados y conscien1!<19, los de mayor auto
ridad, serán quienes defenderán en la nueva unida.d superior los
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EST ANISLAO CANTERO
intereses y ne=iidades de las unidades inferiores, por mandato de
éstas, armru,izándose así los intereses de todas ellas.
Por otra parte, la vttdadera participación exige que en la uni
dad superior s6lo participen todas y cada una de las partes múlti
ples
que
la forman, con exclusión de cualquier otra. Y ello tanto
a nivel de las primeras unidades su_pecior-es como a nive1 die las
más c.ompk,jas, formadas por una mu[tipllicidad de unidades a su
vez formadas por otra mu[tiplicidad de partes.
Ello se deriva del ooncepto :tnismo de participación, en la que
el fin a reafü.ar sería imposible si se inmiscuyeran a su consecución o con intereses opuestos. Asi, una sociedad recrea
tiva o deportiva excluye la participación de quienes oo quieran
hacer deporte, como por ej,empilo, un .'JOO!Dlo de fontaneros en cuan
to tal gremio; y más aún excluye la participación de una sociedad
filarmónica cuya finallidad fuera la creación de una sala de concier
tos en los locales de la sociedad deportiva. Ello no quiere decir
que, por ejemplo, fontaneros y carpinwros no puedan participar
conjuntamente en una unidad superior, pero será otra distinta, con
distinto fin: por ejern¡:dn, la pa;rticipación conjunta a nivtel de em
presa o de ramo de la producción.
Por
otra parte, la participación, oomo toda acción humana, su
pone la rtesponsabllidad de las funciones y mreas que se desam-ollan.
Responsabilidad
que se basa en [a naturalleza humana, que va ligada
a
la
misma condición de hon:ibre Responsabilidad de todas y cada
una de las pa,:,tes. Responsabiilidad que puede y debe ser !exigida
por las pa,rtes múJtiplles por la actuación de quienes les representan.
en unidades superiores. Tal fue el juicio de residencia. Por eso, el
caraaer repiresentativo de la participación a nredida que las rareas
son más oomplejas y los fines más amplios, son !la mayo,:-garantía
para quienes participan de modo indwecto por medio de sus re
presentantes, a,J exigirles responsabilidad por su conducta y so
meterles a un juicio para ver si su actuación fue conforme a los inte
reses que les fueron
señalados.
En eonsoouencia., deriva del ca:racter representativo de la partici
pación, se desprende el carácter de mandato imperativo oonferido
por los representados a sus representantes. Solo así puede hacerse
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Fundaci\363n Speiro
CARACTERJSTICAS DE LA PARTICIPACION
efectiva la participación de aquéllos, al poder remover de sus cargos
a sus representantes cuando
éstos no actúen conforme a
los intereses
paira cuya defensa fueron
Con
ello, la
posibilidad de
que
se impusieran
sus intereses
par
ticullares
en lugar de los de sus representados, o 'los intereses de otra
unidad o agrupación, sería mucho más difícil, no sólo por que de
to:los modos habrá de ¡endir cuentas de su actuación, sino sobre
todo, porque puede ser removido de su cargo en cuanto no actúe de
conformidad con ell poder conferido m
Así, la responsabilidad, a medida que la participación se verifi
ca en unidades más amplias y complejas, con fines a su vez más
complajos, se va concretando siempre en personas determinadas,
en
lugar
de &luirse, como ocw,,e cuando se "participa"" masifica
damente
(no masivamente),
por todos en todo y de igual modo, en
donde [os representant.es ~epresentan y responden anre la ruición,
lo
que equiva!le a no
~esponder de nada y a que los hombi,es con
creros, detrerminados, de un pueblo, un gtam.io o una ,región no
tengan
ninguna
garantía real y efiectiva de que se defenderán sus
intetes
y se procurará el fin por ellos perseguido.
La
participación supone también libertad.
Sdlo
con hombres li
bres o con oorrpo.-aciones de hombres !libres puede da,:se la partici
pació¡L
Porque la participación naoo de abajo a arriba difundiéndose
entrocruzadamente, pero nunca se puede imponer de arriba a abajo,
ya que la unidad
superior surge
desde abajo
para lograr un fin de
otro modo imposil:,le de ,a!lcanzar. Impuesta de arn:iba a abajo, la
participación no puede existir, bien por sustituir su empuje y cre
cimiento natural por una voluntad exttirna y coactiva, .bien · por
ahoga,rJ.a impidiendo su aparición.
La unidad funcional superior, por consiguiente, ha de respetar
todas y
cada una de las libettad:e.s concretas de sus oomponenres, ya
se
trate de
individuos o de grupos''º rorpomciones. Nunca puede
sustituirse
en el
luga,: de
aquéllos,
sino tan
sólo
actuar subsidiaria
mente
respeto a ,ellos, al! tiempo que, en su caso, fomenta la parti
cipación.
La participación, por consiguiente, supone una cooce¡,ción rea-
671
Fundaci\363n Speiro
EST ANISLAO CANTERO
list'1, se hasa en la ohservu<:ión de Ja naturallez.a de la cual el hombre
forma parte, en lla adecuación del entenx!imienro con la rei!lidad;
observa
la sociedad y ve que ,es un conjunto de sociedades menores,
pero
como indicaba Enrique
Gil
y Robles, completas, en las que
cada hombre concreto desarrolla su vida.
Por el contta11,io, pa:ra una concepción idealist,i, es decir, aquella
que se forma en la mente y pretende encajar o adaptar a ella la rea
lixlad (y en tal! sentirlo sea o ro tnateriallista), !la sociedad se com
pone unicamente de individuos se los considere o no iguai1x,s. Porque
la verdadera partlcipación no consiste sdlamente en diversidad de
participación de
[os hombres (diversidad no es conrepro idéntico all
de desiguaidad). Así, una concepción errónea que sólo ve en la so
ci
de un modo iguall -sufragio univsersail-, o de modo desiguall -su
fo(gio restringido, proporcioml-, y en ambos casos se trata de una
fallsa participación.
la. participación -en las dos ron,cepciooes señaíladas es funda
mentalmente distinta. La primera, la realista, es una concepción de
la sociedad natural,
biológica, vital,
socia.L La segunda, la idealista,
es idml
(no reall), airtificiall, mecánka e individualista.
La verdadera parti~ón, basada en una concepción rea:! de
la sociedad, se desarrolla en y a través de esas sociedades menores
pero completas, de las Cllaies el hombre forma parte. Así, se parti
cipa directamente en aquellas que 1e son rn,ís proximas e inmediatas,
participando
no
sólo en una, sino en
rodas aquellas en las que se
desarrolla su vida. En Jas más complejas y lejanas, participa indirec
tamente, pero realmente, a través de la representación, sujeta al mane
dato imperarivo, la revocación y el juicio de residencia.
Por otra parte, la pretendida participación a través de los par
tidos políticos es de todo punro una ilusión: se trata de una ausen
cia
real de
participación_ Porque :k,s partidos no son sociedades o
comunidades natmalles. El partido prereode di podet para imponer
después sus convicciones; y sus miembros, aun wando hubi
entre
todos ellos, no
pretenden cosa distinta a
un fin
ideológico. En
todo caso, siempre contmrio a lla verdadera finalidad que persigue
la participación. Porque con los partidos no cabe una defensa de
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Fundaci\363n Speiro
CARACTERJSTICAS DE LA PARTICIPACION
tos intereses de los agricu!ltores, de los cao.¡pinteros o de los muni
cipios concretos, y menos, por más ronaetos, los intereses de los
campesinos de tal comarca o de tal! municipio, o los inta-eses con
cretos de cua1quier cuerpo inta-medio.
Y
ello, porque no se trata de una
oomurudad de agricuiltores,
como sería necesario para defender los intereses de éstos y conseguir
ese fin específico que una comunidad de agricuiltores pretende. Los
agricultores, ios a1bañiles, los padres de familia • . . se dividen entre
los diversos
partidos, en
base a un
crioorio ideológico, y, de ese
modo, no cabe que nunca se defiendan otrOs intereses distintos de
los ideológicos, ni que se resuclvan problemas concretos, ni que se
busque un fin diverso a [a imposición de la idroíl.ogía del pa,rtido.
Y
es
que, otra característica de la participación es la ooiabora
ci6n y la a,monía. Tanto entre las partes múltiples romo entre éstas
y iJ.a unidad superior, así como entre diversas unidades superiores o
eotporaciones o cuerpos intermedios. No cabe participar en una
unidad snperior si sus elementos integrantes en lugar de procurar la
a:tmonía se enfrentan -enrne sí; si en 1luga.r ere buscar un fin común
intentan lograr fines diversos o, más aún, contrarios. Porque la poc
ticipación supone ese fin común, que necesita la armonía para po
der set a!lcanza
Se podrá argüir lo que ocurre cuando se forma una unidad inte
grada
por otras unidades
o
representantes de otras comunidades cuyos
intereses son opuestos.
Tampoco aquí puede baba-enfirentamiento y dial.éaica, porque
si
bien sus
intereses Son opuestos, en cambio, el fin de la unidad
superior en iI.a. que se integran llas comunidades de intereses opues
tos es ya un fin común a las !J)att-es, cual es (estre otros) lograr
la concordia entre ellos de modo que resulte beneficioso para todos.
Y pam ello es necesa,io la conoordia y la 3"IDO!lía, sin la que esa
unidad integradora no
podría formarse.
Por ello, el bien común de la .noción sólo puede lograrse por
medio de la -.&dadera participación, en la que el fin supremo a
realiza.r es precisamente
di bien común de la Patria, realliza
modio de la sailvaguardia y el respero de aquellos otros fines de las
comunidades
qux, la foi,man.
673
Fundaci\363n Speiro
EST ANISLAO CANTER.O
Por úlltimo, no hay que olvidar que Ja pa:rtu:1pación, con los
=es que hemoo visto, supone el mayor y único freno a la
larga, al! totalitarismo y a la manipulación. Porque se basa en la
observación y ef! respeto de la natura:leza, participando el hombre
a través de. las comunidades naturales, de los cuerpos intermedios,
hasta llegar al! órgaru, repre,,entativo superior, que son las Cortes;
resolviéndose, de ese modo,
los problemas
coocreros de
los hombres
y de los cuerpos
intermedios, conforme
a un sistema de
libettades
conaetas, siempre en rontacto ron lo rea!l, rechazando las abstrac
ciones en que suef!en morit aquéllas, e impidrendo la. manipnJación
ideológica ele loo partidos o d,Jl poder, con que unos y ottos ahogan
las IJ.ibettades, así
como
crurlquier totrulitatismo pot parte ele éste o
de
aquéllos. Porque, en definitiw, la participación política no es
sino la
plena vigencia de las libertades eooctetas de loo hombres y
de
los
cuerpos intermedios.
Y
es que, como el mismo Vallet recuerda,
"el mayor error con
siste, confundiendo
los términos, en
querer que participen todos en
todo, en lugar de participar acruando cada cual en su propia esfera
de
competencia", pues sólo en esta última consiste
la verdadera y
auténtica
participación.
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POR
Es'rANISLAO CANTERO
NQ cabe duda que la participaci6n es uno de los remas más
manidos en la llCtllillidad: participación en íla. empresa, participa
ci6n
en la culrura, participación en la pdlítica ...
De
todo~ ellos, puesto que engloba a los demás, quizá sea la
pan,ticipación política ti! que con más ur!J"llcia deba ser meditado.
Bien
enrendido que
por
participación política hay que entender
participaci6n social,
tal como Aristóteles entendía que
al hombre
era un animal político (zoon pollitikon), es decir, social; y no so
lamente como
aquella
participación ciromsarita a
la
actividad re
lacionada con al poder público.
Por eso decimos
.participación polftica, distinguiéndola _así de la
participación eQ !a pdlítica. Aquélla ,es más amplia que ésta, la cual
queda abarca.da por aquélla. Distinción no bizantina, sino que es
imperiosa y necesaria recordar, sobre todo cuando en nombre de
nna
denermina
de
la participación política (en rea
lidad, tan sólo se trata de una. derermina
•ica participación pollítica,
esto
es:
socia,!.
Admitido que nadie (teóricamente) rechaza la participación, hay
que preguntarse por los caracteres que la configuran, respecto a lo
cual la
dive,cgencia de
su concepto, de lo que
la participación es y
significa, es fundamental; lo que explica que desde el marxismo
ñasta
el tradicionalismo se propogne la participación;
Pero
antes, recordemos que
la fundamentación de la participa
ción
no es
sdlamrote antropológica, sino
que también tiene un fun.
,lamento teológico, metafísico, teledlógico, axiológico,
deontológico
663
Fundaci\363n Speiro
EST ANISLAO CANTERO
y existenciall, tal como V allet de Goytisolo señala a[ referirse a los
"Fundamentos
de la Organización p<>r Cuerpos Intermedios".
¿Qué es partidpaac? ¿En qué se participa? ¿C6mo se participa?
Los
siguientes
líneas de Vallet de
Goytisolo pueden
servirnos
para
meditar en romo al """'"-de IJa participoción, pues nos recuer
dan algo esenria!l que mn freruencia se ollvida:
"La participación es una inooracci6n de 'lo múltiple con lo uno.
Una inreracción que confiere a la mult1paicidad un cierto sentido de
unidad fonciona.l superi0t.
Produce,
pues,
una
oononfa de 'lo m(lltiple ron io WJO, de tal
modo que sin
romper
IJa unidad de éste tam¡,oro destruye aquella
multiplicidad.
Esa ,es una rondición ~ de la verdadera pac
ticipaci6n.
No !hay participoción cuando en lugar de interacción hay dia
Mctica entte los elementos mólci,ples o entte éstos y la unidad in
tegradora.
Tampoco la hay, si lo múltiple desaparece absorbido en la uni
dlld superiot, pues, pot definición, la participeción requie.-e una
mulltiplicidad armooi2'.Sda hacia un fin común"".
Obsetvemos, en primer [ug,,r, que IJa participaci6n saipone plu
tailidad o multiplicidad. Sin elementos múltiples, sin partes, no pue
de haber participoci6n. Sin hombres, no puede haber socredad. La
plutaiidad o multiplicidad es presupuesto bó.siro de toda partici¡,a,
ci6n; requisito
sine q,u, non. m hombre, aislado a Jo Robinson, no
puede participar.
En segundo [ugar, la participoción supone una unidad distinta
a
la
multiplicidad, a los elementos que participan en ella. Y
ello
por
definición:
si no
hay en qué participar, ésta resulta imposible. Pe
ro esa
unidad en
que se
participa (resultado de la misma participa
ción) es
una unidad superior, al menos en cierto sentido, por lo
menos
funciona[, ya qOle la participación en
algo a la pluralidad que la f0tma Precisamente en base a esa supe
ri0tidad
es
en lo
que' se fundamenta la participación: se
participa
para ronseguir y reali2ar lo que el hombre p<>r sí solo no puede al
canzar.
664
Fundaci\363n Speiro
CARACTERJSTICAS DE LA PARTICIPACION
En rero,r lugar, la participación supone un fin oomún a realli
za,r. Se participa ,en aligo, por ailgo y para a.!go. La participación de
la mulltip1icidad tiene por ob¡ero conseguir un fin que sin ella sería
imposible_
No cabe participación sin una finalidad de la misma.
Aspecto
finalista
que
fundamenta la participación, la cual es con
namrall all hombre, pues se basa en la misma nan:u:rueza humana. Y
es
ese fin que con fa participación se va a realizar, el que confiere,
también, a esa unidad en la que se participa, un carácter superior
a los
ele!ll<'lltos múilti,ples, a :ta mulltip!liridad que la fonnan.
Plurailidad o mulltiplicidad, unidad superior y fin oomún, son,
pues, presupuestos de roda participación. Si falta cualquiera de ellos
no cabe la participac.im Por ello, es falsa toda pretendida partici
pación
en la que la multiplicidad desaparece absorbida por la unidad
superior; o en
la que ésta, con ese carácter que le da la función a
realizar, no
existe; o aquella
otra, en la que se desconoce el fin espe
cífico que el tipo de participación de que se trate requiere.
Pero, ¿qué es, ,en qué y cómo se participa? ¿Cuálles son las ca
raaedsticas de la participación?
El
diccionario nos dke que la participación es acción de parti
cipar; y, ésta, romar parte en allguna cosa. Nos indica, por tanto,
el carácter dinámiw ele la participeciónc Es, pues, una aaividad
dirigida
al fin que con ella
se busca.
Actividad, por consiguiente,
de lo
múltiple, de todos
y cada uno de los elementos múltiples.
Una actividad de las partes
que forman la unidad funcional
superior. No
cabe participar sin esa interacción de lo múltiple; no
cabe participar si lo múltiple, si las partes no tienen vida propia.
Por eso,
la participación
no existe cuando la multiplicidad desapa
rece absorbida por
la unidad superior. Esta unidad es superior,
pero su fin no es la. destrucción de las partes, sino su desarrollo.
La multiplicidad, las partes, forman de abajo a arriba la unidad
superior, para
ak:anzar el fin común que mueve a las partes a la
participación me:liante
1a formación de aquélla; no para conferir
a
la unidad superior un poder que mate la vida de la multiplicidad,
de
las partes. Y rampooo la unidad superior crea la multiplicidad;
por
el contrario, son los elementos mútiples, anteriores
a aquélla,
665
Fundaci\363n Speiro
ESTANISLAO CANTER.O
los que en orden a su propio desarrollo y al del conjunto forman
esa unidad superior,
para conseguir un determinado fin.
Ahora· bien, ¿en qué corisiste esa actividad, esa interacción?
Observemos que la multiplicidad, que las partes mútiples, cons
tituyen cada una una individualidad. No cabe hablar de partes sin
que ellas existan. Y cada una de esas partes tiene caracteres propios.
Es decir, la multiplicidad supone
la diversidad.
Loo hombres (y en una participación más compleja las agrupa
ciones de hombres, es decir, los cuerpos intermedios, o las agru
paciones de estos) que forman la multiplicidad participante, son
hombres (o cuerpos intermedios) concretos y determinados, con una
personalidad
y unos caracteres diferentes de los de los demás.
La participación no puede acabar con la diversidad que carac
teriza a las partes (hombres, cuerpos intermedios), pues su fin no
es en
modo alguno ése, sino alcanzar lo que solos no se puede con
seguir; nunca
destruir
la riqueza de la diversidad de las partes.
La
participación no
puede
ahogar la diversidad en una masa
amorfa, igualitaria, sin c:aracte!"es propios. De ser así, lejos de per
feccionar, llevaría
al _ anquilosamiento primero, a la regresión y a
la muerte, después. Porque si la participación pretende establecer
un igualitarismo entre las partes, sea dirigido o no por la unidad
superior en la que se tiene que participar verdaderamente, está tras
trocaodo ,la verdadera participación, la cual supone la existencia de
pluralidad
de partes; pluralidad de partes· que por su misma natu
raleza son diversas unas de otras, aun ruando tengan caracteres
comunes por muy importantes que estos sean. Reducir esas partes
a lo que tienen exacto, prescindiendo de las diferencias, supone
recortarlas, aniquilarlas, olvidar la naturaleza (que forma lo común
y lo diverso) e impedir el desarrollo de las mismas según su pro
pio ser.
Esa
misma diversidad, propia de la naturaleza humana, supone
y significa que para que la participación sea efectiva y rea!l, la di
versidad ha de proyectarse en la participación. Porque esa diversidad
de los
hombres tiene
su lógico
y natural desarrollo en su actividad.
Por otra parte, es necesario -precisar que no cabe participación
en lo que se ignora o desconoce. Si la participación supone el desarro-
666
Fundaci\363n Speiro
CARACTERISTICAS DE LA PARTICIPACION
!lo o proyecc10n de la personalidad, el ejercicio de unas facultades
y el desempeño de W1as funciones, es necesario, como requisito
previo, conocer tanto lo que hay que hacer como el modo en que
hay que
harerlo.
No
cabe participar en cosa alguna si no hay un conocimiento
previo relativo a la cosa misma. Conocimiento que es
el que deter
mina que la participación sea
real. Sin él será fictica. Así, por
ejemplo, no
c"be participar
en un programa de investigación gené
tica si no se tiene un conocimiento real de la materia; no basta con
estar
informado acerca del mismo,
sino que hay que conocer, hay
que saber. Del mismo modo, para participar en un programa de
mejora de cultivos es necesario tener el conocimiento preciso que
ello requiere. Los ejemplos podrían multiplicarse hasta el infinito
según
la materia, pero siempre seria necesario conocerla para poder
intervenir en
ello.
Tampoco
basta el estar interesado en el asunto de que se trate
para
poder participar.
Así, por ejemplo,
el ama de casa está inte
resada en que el precio de las patatas o del pan
sea lo
más bajo
posible. Sin embargo, no puede haber participación del
ama de
casa
en una cooperativa de agricultores productores de patatas, porque
carece de todo conocimiento en tomo , a . los problemas del cultivo,
capitalización, distribución, etc. Ejemplo más _claro, si nos fijamos en
un grupo de investigadores que tratan de descubrir la curación del
cáncer, en lo que el
más interesado es quien está enfermo con cáncer
y,
sin
emba,,go, no cabe participación
alguna de él en las investi
gaciones.
En ocasiones, no cabe duda que el estar interesado en una cu.es~
tión
no
es algo
que pueda despreciarse, sino que
ha de tenerse en
cuenta. Tal ocurre, por ejemplo, en el supuesto anterior del
ama de
casa, que le interesa que los precios de los productos sean. bajos.
Pero, como veremos
más adelante,
su
participación no puede ser en
esa unidad superior que
formarían los agricultores, sino a traVés de
otra organización superior, en la que ella sí participaría, como podría
ser una asociación familiar, o de_ amas de casa, o de consumidores,
que ésta se
relacionar,ía con la_ asociación de agricultores para formar,
667
Fundaci\363n Speiro
ESTANISLAO CANTERO
a su vez, una unidad superior en la que ya sí participarán agricultores
y conswnidores.
Por consiguiente, una
limitación a
la
participarión, viene
dada
por el conocimiento de la
temática a
la que la participación afecte.
O, mejor dicho,
,rui, que limitación a la participación, el conocimiento
es uno de los requisitos
necesarios para
que aquélla
pueda wstir.
No
cabe,
por consiguiente, participar todos en todo y del mismo
modo .Ello significaría o una falsa
y ficticia participación para los
<
otros, pero sin criterio propio; o también una falsa participación al
equiparar a quienes conocen unoo determinados problemas y tienen
copacidad de
decidir conscientemente en
tomo a ellos, a aquellos
que carecen de esa capacidad, sometiendo aquella decisión funda
mentada a la voluntad de éstos, carente de
verdadero fundamento.
La participación, contemplada en su aspecto dinámico, supone,
junto a esa diversidad que aotes se señaló, junto a la personalidad
propia de cada hombre, el ejercicio de las farultades y
el desempeño
de las funciones. que como hombre concreto, en su enrotno concreto,
puede y debe desarrollar.
La participación no s61o supone el respeto a la personalidad del
individuo, sino, además, el desempeño de unas funciones derivadas
del cometido que el hombre, por la vinculación concreta de estado,
tiempo y lugar, reoiliza.
Así, es distinto cl ca,Óct1er que comí-a la pamcipación 'la
cuailídad de ser padre de famllia, frente a quien sea solrero; o la
de presklenre de una roopemtiva ag¡rkcJJ.a a la de alca!kle de un mu
nicipio; la de agriculltor a la de ca:rpinooro; el vivir en un puel:,Jo o
en una gran dudad.
Todos ellos partidpacin, pero cada uno en cosas d1furenres y
de modo discinro. La a1Uréntica participación implica Wlidad de fin
a consegnir; por
ello, no cabe participación si las partes integrantes
en la unidad superior buscao fines diversoo o anta.gónioos.
Así, no es
participación verdadera
la que engloba en uoa misma
unidad
agriculltores, intermeiia.-ioo e industriales que rraosformao
el producto agrícola. La verdadera participación se da eo agrupa-
668
Fundaci\363n Speiro
CARACTElUSTICAS DE LA PAR.TICIPACION
ciones que reónan los intereses de cada uno de ellos. Sólo en el caso
de que todos ellos
formen una empresa a
es que en ese caso se
ha formado una unidad superior
difierenre, cuyo interés y fi.nall.i
Supongamos un municipio pequeño y rura[, donde la participa
ción
a todos los niveles puede ser más reail y efecriva que en la gran
ciudad. El problema del a.basrocimiento die aguas, dJe pavimentación
de las calles o de la crea.ción de escuelas, afecta a todos. Sin em
bargo, la verdadera participación se da a mvel de problemas con
cretos, que a:fiectan a una profesión detenninada, a un barrio o a
unas
familias, en donde el interés es más próximo, el fin más in
mediato y más sentido y, ademá!S, 'li-gado al! conocimiento rea:I. del
asunto.
No cabe duda qllle la realización de aida fin romumt'11"io, plan
teará
o
podtá
plantear problemas con otros fines die ottas comuni
dades, ron intereses distinros e incluso opuestos. Talles conflictos
timen su sdlución
de modo armódico, por la inreracción, por la par
ticipación a un nivel superior en di. qule se coordiden esos divetsOS
fines romunes; es decir, mediante la interacción de esas diversas
nnida,des
forrnrulas, a su vez, por mfllti¡Jll,s part,es, en iJas que los
hombres concretos han ,participado.
De
este modo se
forma, así,
una nueva unidad superior funcio
nal, en la que participan oo:os elementos múltiples y diversos, los
cuales,
a su
vez, son también fruto de una participación múlltiple
y diversa.
Pero
esta nueva unida.d superior, cuyos elementos o partes múll
tiples son, a su .,ez, unidades fotmadas por otra mulltiplicidad de
partes, implica la representación. Hay una porticipación indi=ta
de
los
elemenros qllle formaron la ruridad interrneiia, a ttavés de
ésta, pues al resdl-proMernas complejos que afectan a las más
diversas activitlodes, no
cabe una participación directa, por no exis
ti< di. requisito ,previo del conocimiento suficitente respecto a todos
los
prol,lemas, cuya resdlución se efectúa por miedio de la repre
sentación.
Los más capacitados y conscien1!<19, los de mayor auto
ridad, serán quienes defenderán en la nueva unida.d superior los
669
Fundaci\363n Speiro
EST ANISLAO CANTERO
intereses y ne=iidades de las unidades inferiores, por mandato de
éstas, armru,izándose así los intereses de todas ellas.
Por otra parte, la vttdadera participación exige que en la uni
dad superior s6lo participen todas y cada una de las partes múlti
ples
que
la forman, con exclusión de cualquier otra. Y ello tanto
a nivel de las primeras unidades su_pecior-es como a nive1 die las
más c.ompk,jas, formadas por una mu[tipllicidad de unidades a su
vez formadas por otra mu[tiplicidad de partes.
Ello se deriva del ooncepto :tnismo de participación, en la que
el fin a reafü.ar sería imposible si se inmiscuyeran a su consecución o con intereses opuestos. Asi, una sociedad recrea
tiva o deportiva excluye la participación de quienes oo quieran
hacer deporte, como por ej,empilo, un .'JOO!Dlo de fontaneros en cuan
to tal gremio; y más aún excluye la participación de una sociedad
filarmónica cuya finallidad fuera la creación de una sala de concier
tos en los locales de la sociedad deportiva. Ello no quiere decir
que, por ejemplo, fontaneros y carpinwros no puedan participar
conjuntamente en una unidad superior, pero será otra distinta, con
distinto fin: por ejern¡:dn, la pa;rticipación conjunta a nivtel de em
presa o de ramo de la producción.
Por
otra parte, la participación, oomo toda acción humana, su
pone la rtesponsabllidad de las funciones y mreas que se desam-ollan.
Responsabilidad
que se basa en [a naturalleza humana, que va ligada
a
la
misma condición de hon:ibre Responsabilidad de todas y cada
una de las pa,:,tes. Responsabiilidad que puede y debe ser !exigida
por las pa,rtes múJtiplles por la actuación de quienes les representan.
en unidades superiores. Tal fue el juicio de residencia. Por eso, el
caraaer repiresentativo de la participación a nredida que las rareas
son más oomplejas y los fines más amplios, son !la mayo,:-garantía
para quienes participan de modo indwecto por medio de sus re
presentantes, a,J exigirles responsabilidad por su conducta y so
meterles a un juicio para ver si su actuación fue conforme a los inte
reses que les fueron
señalados.
En eonsoouencia., deriva del ca:racter representativo de la partici
pación, se desprende el carácter de mandato imperativo oonferido
por los representados a sus representantes. Solo así puede hacerse
670
Fundaci\363n Speiro
CARACTERJSTICAS DE LA PARTICIPACION
efectiva la participación de aquéllos, al poder remover de sus cargos
a sus representantes cuando
éstos no actúen conforme a
los intereses
paira cuya defensa fueron
ello, la
posibilidad de
que
se impusieran
sus intereses
par
ticullares
en lugar de los de sus representados, o 'los intereses de otra
unidad o agrupación, sería mucho más difícil, no sólo por que de
to:los modos habrá de ¡endir cuentas de su actuación, sino sobre
todo, porque puede ser removido de su cargo en cuanto no actúe de
conformidad con ell poder conferido m
ca en unidades más amplias y complejas, con fines a su vez más
complajos, se va concretando siempre en personas determinadas,
en
lugar
de &luirse, como ocw,,e cuando se "participa"" masifica
damente
(no masivamente),
por todos en todo y de igual modo, en
donde [os representant.es ~epresentan y responden anre la ruición,
lo
que equiva!le a no
~esponder de nada y a que los hombi,es con
creros, detrerminados, de un pueblo, un gtam.io o una ,región no
tengan
ninguna
garantía real y efiectiva de que se defenderán sus
intetes
y se procurará el fin por ellos perseguido.
La
participación supone también libertad.
Sdlo
con hombres li
bres o con oorrpo.-aciones de hombres !libres puede da,:se la partici
pació¡L
Porque la participación naoo de abajo a arriba difundiéndose
entrocruzadamente, pero nunca se puede imponer de arriba a abajo,
ya que la unidad
superior surge
desde abajo
para lograr un fin de
otro modo imposil:,le de ,a!lcanzar. Impuesta de arn:iba a abajo, la
participación no puede existir, bien por sustituir su empuje y cre
cimiento natural por una voluntad exttirna y coactiva, .bien · por
ahoga,rJ.a impidiendo su aparición.
La unidad funcional superior, por consiguiente, ha de respetar
todas y
cada una de las libettad:e.s concretas de sus oomponenres, ya
se
trate de
individuos o de grupos''º rorpomciones. Nunca puede
sustituirse
en el
luga,: de
aquéllos,
sino tan
sólo
actuar subsidiaria
mente
respeto a ,ellos, al! tiempo que, en su caso, fomenta la parti
cipación.
La participación, por consiguiente, supone una cooce¡,ción rea-
671
Fundaci\363n Speiro
EST ANISLAO CANTERO
list'1, se hasa en la ohservu<:ión de Ja naturallez.a de la cual el hombre
forma parte, en lla adecuación del entenx!imienro con la rei!lidad;
observa
la sociedad y ve que ,es un conjunto de sociedades menores,
pero
como indicaba Enrique
Gil
y Robles, completas, en las que
cada hombre concreto desarrolla su vida.
Por el contta11,io, pa:ra una concepción idealist,i, es decir, aquella
que se forma en la mente y pretende encajar o adaptar a ella la rea
lixlad (y en tal! sentirlo sea o ro tnateriallista), !la sociedad se com
pone unicamente de individuos se los considere o no iguai1x,s. Porque
la verdadera partlcipación no consiste sdlamente en diversidad de
participación de
[os hombres (diversidad no es conrepro idéntico all
de desiguaidad). Así, una concepción errónea que sólo ve en la so
ci
fo(gio restringido, proporcioml-, y en ambos casos se trata de una
fallsa participación.
la. participación -en las dos ron,cepciooes señaíladas es funda
mentalmente distinta. La primera, la realista, es una concepción de
la sociedad natural,
biológica, vital,
socia.L La segunda, la idealista,
es idml
(no reall), airtificiall, mecánka e individualista.
La verdadera parti~ón, basada en una concepción rea:! de
la sociedad, se desarrolla en y a través de esas sociedades menores
pero completas, de las Cllaies el hombre forma parte. Así, se parti
cipa directamente en aquellas que 1e son rn,ís proximas e inmediatas,
participando
no
sólo en una, sino en
rodas aquellas en las que se
desarrolla su vida. En Jas más complejas y lejanas, participa indirec
tamente, pero realmente, a través de la representación, sujeta al mane
dato imperarivo, la revocación y el juicio de residencia.
Por otra parte, la pretendida participación a través de los par
tidos políticos es de todo punro una ilusión: se trata de una ausen
cia
real de
participación_ Porque :k,s partidos no son sociedades o
comunidades natmalles. El partido prereode di podet para imponer
después sus convicciones; y sus miembros, aun wando hubi
todos ellos, no
pretenden cosa distinta a
un fin
ideológico. En
todo caso, siempre contmrio a lla verdadera finalidad que persigue
la participación. Porque con los partidos no cabe una defensa de
672
Fundaci\363n Speiro
CARACTERJSTICAS DE LA PARTICIPACION
tos intereses de los agricu!ltores, de los cao.¡pinteros o de los muni
cipios concretos, y menos, por más ronaetos, los intereses de los
campesinos de tal comarca o de tal! municipio, o los inta-eses con
cretos de cua1quier cuerpo inta-medio.
Y
ello, porque no se trata de una
oomurudad de agricuiltores,
como sería necesario para defender los intereses de éstos y conseguir
ese fin específico que una comunidad de agricuiltores pretende. Los
agricultores, ios a1bañiles, los padres de familia • . . se dividen entre
los diversos
partidos, en
base a un
crioorio ideológico, y, de ese
modo, no cabe que nunca se defiendan otrOs intereses distintos de
los ideológicos, ni que se resuclvan problemas concretos, ni que se
busque un fin diverso a [a imposición de la idroíl.ogía del pa,rtido.
Y
es
que, otra característica de la participación es la ooiabora
ci6n y la a,monía. Tanto entre las partes múltiples romo entre éstas
y iJ.a unidad superior, así como entre diversas unidades superiores o
eotporaciones o cuerpos intermedios. No cabe participar en una
unidad snperior si sus elementos integrantes en lugar de procurar la
a:tmonía se enfrentan -enrne sí; si en 1luga.r ere buscar un fin común
intentan lograr fines diversos o, más aún, contrarios. Porque la poc
ticipación supone ese fin común, que necesita la armonía para po
der set a!lcanza
grada
por otras unidades
o
representantes de otras comunidades cuyos
intereses son opuestos.
Tampoco aquí puede baba-enfirentamiento y dial.éaica, porque
si
bien sus
intereses Son opuestos, en cambio, el fin de la unidad
superior en iI.a. que se integran llas comunidades de intereses opues
tos es ya un fin común a las !J)att-es, cual es (estre otros) lograr
la concordia entre ellos de modo que resulte beneficioso para todos.
Y pam ello es necesa,io la conoordia y la 3"IDO!lía, sin la que esa
unidad integradora no
podría formarse.
Por ello, el bien común de la .noción sólo puede lograrse por
medio de la -.&dadera participación, en la que el fin supremo a
realiza.r es precisamente
di bien común de la Patria, realliza
comunidades
qux, la foi,man.
673
Fundaci\363n Speiro
EST ANISLAO CANTER.O
Por úlltimo, no hay que olvidar que Ja pa:rtu:1pación, con los
=es que hemoo visto, supone el mayor y único freno a la
larga, al! totalitarismo y a la manipulación. Porque se basa en la
observación y ef! respeto de la natura:leza, participando el hombre
a través de. las comunidades naturales, de los cuerpos intermedios,
hasta llegar al! órgaru, repre,,entativo superior, que son las Cortes;
resolviéndose, de ese modo,
los problemas
coocreros de
los hombres
y de los cuerpos
intermedios, conforme
a un sistema de
libettades
conaetas, siempre en rontacto ron lo rea!l, rechazando las abstrac
ciones en que suef!en morit aquéllas, e impidrendo la. manipnJación
ideológica ele loo partidos o d,Jl poder, con que unos y ottos ahogan
las IJ.ibettades, así
como
crurlquier totrulitatismo pot parte ele éste o
de
aquéllos. Porque, en definitiw, la participación política no es
sino la
plena vigencia de las libertades eooctetas de loo hombres y
de
los
cuerpos intermedios.
Y
es que, como el mismo Vallet recuerda,
"el mayor error con
siste, confundiendo
los términos, en
querer que participen todos en
todo, en lugar de participar acruando cada cual en su propia esfera
de
competencia", pues sólo en esta última consiste
la verdadera y
auténtica
participación.
674
Fundaci\363n Speiro