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Número 155-156

Serie XVI

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Utopía y mito en el marxismo-leninismo

UTOPIA Y MITO EN EL MARXISMO-LENINISJ.\10
POR
ANGEL 1\!AESTRO M(ARTÍNEZ.
Utopía y mito. Dos paiabras, dos conceptos repetidos baso, la
saciedad en mlllltitud de tratados, obras, opúsculos, ere., de la termino­
logía marxistacknmista. Utopía y miro, armas utilizadas como bag¡,cje
doctmnaa en la argumentación comuniso, con profusión sin igual, y
destinadas a descalificar a cuallquier oponente 'ideológia,, desde el
pensador más caracterizado de la contratrevol.udón, hasta un Manov
o un Bemstein, como ejemplos claros de "dewiacionismo" de las
tesis orrodoxas.
Sin embargo, nada más afectado de mito y utopía que el perua­
miento -no ya 1a obra, que -esa se.ría delirante- marxista-lm.inis­
ta; pensamiento no solo utópico y mítioo, sino lleno de aberrantes
contrarucciones que le hacen caer en la aliieaación más profunda.
Dentro de los llmi muy señaladamente a dos conceptos básicos del marxismo-leninismo:
el
centralismo demoorático y la lucha rontra el culto a la penll lidad.
La aiusióo a1 centralismo democrático como forma permanente
y casi perfecta del sistema de gobiemo del partido comunista, es eo:­
plOOlda de modo y manera rontinuada y sistemática. en cuanOlS
e,:plicadones se da,n po< los dirigentes comunistas de todo el mundo
al efectuar ellos o sus exégeta,;, la exposición de las medidas tomadas
en cua:lesqu:iera discusiones de la írulole que fuesen. Las alusiones de
Lenin a[ cennismo democrático son tantas, a lo [argo de sus obras,
que

una
simple enumeración de sus cio,s sería, más que eo:tensa,
abrumadora. Pero la contradicción entre su simple eo:posioión como
t.eoría y su ap1iaición es sencillamente oolosal.
En el desa!rrollo del proceso dialéctico de la dirección del partido
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dice Leain (1): "La verdadera dialéctica ,no justifica los errores per­
soruiiles, sino que estudia los vimjes inevitables, demostrando su
inevirabilidad a base del estudio más detallado del desarrollo en
todos !os aspectos concretas. Bl principio fundamental de la dialéctica
es: no hay verdad abstraen,, la verdad es siempre condrera".
Ejemplo claro: a) de oportunismo político -otra de las terribles
acusaciones de los ma.rxisras a sus oponentes-ya que en base a
tal adaptación de la verdad a las circunstaocias, al ser ésta, la verdad,
mudable
y acomodaticia en vez de valor permanente e inmutable, el
político, el dirigente nmncista utiliza su interpretación con criterios
del más puro oportun:ismo, modificándola según sus circumrancias.
b) Caída lnconscienre de dicha tesis en un estimulante del "culto
a la personalidadº', ya que ail DO exisci< la verdad absrracn,, sino con­
creta, la verdad es inoorprerada con arreglo a la opinión del diri­
gente de
turno, quien es el que determina de fo!rma inapelable la
concreción o DO de diclia verdad, pues al perder su valor único es
susceptible de interpretaciones de cuá!l pueda ser en cada momento
la

concreción o
DO de la misma, siendo entonces siempre la veroad
la justificada por d dwigente, o bien por la cúspide colegiada de
poder,
o
sea, la opinión del politbur6.
e) Se contradice en sí mismo el concepto de oentralisttno demo­
crático. La experiencia, ail margen de teorlas más o mems especu­
lativas, demuestra de forma iirrefutable que en las sociedades regidas
de forma acorde ron ]os posnmdos malncism-lleninisras, siempre se
elimina la democracia en favor del centmlisttno.
d) La preponderancia clel · oentlntlÍ5imO sobre la democracia in­
defectiblemente ronduce a

la eliminación
del pensamiento propio del.
mllitantre comunista, que se ve impelido a una ausencia, que llega
a ser roraa, de la expresión de su peru,amiento en su primera fase,
(1) Len.in, «Un paso adelante, dos pasos atrás», obra escrita en Ginebra
en 1904, que constituye una extensa exposición de la lucha. sostenida en el
seno del II Congreso del partido comunista, aún llamado partido obrero SO·
cialdem6crata de Rusia, entre Lenin y los partidarios de la nueva «Isa.ra»,
especia!menre Martov.
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y a la ail:ieruu:ión (2) rotal del mismo en una poswcior, ya que el que
piensa oo es él, sioo ,el partido; el militante está siempre sujeto all
juicio del _¡:,o,rtido, "a deja. de pensar por tl0601ltO$ mismos, a esperar
el juicio del partido, del
guía supremo" (3). Olvida el derecho que,
teóricamente, le es ltleCOllOcido a la reflexión y a la decisión.
La rontrndicción entre estos hechoo, ev'identes y rotundos, con
la teoría leninista, expuesta en "Materialismo y empirocriticismo" (4),
en que Lenin se esfuerza denodadamente en manifestar que la indi­
soluble unión entre la reoría científica marxista y la "prucis" revo­
lucionaria
es total La teoría leninista de ligazón entre reoría y prucis
se derrumba. Las ruatro razones 1expuestia.S a:nt!eriormente demuestran
que lejos de esa íntima rorrespondeocia, se produce de forttna ine­
quívoca un divorcio rotal entre ambas.
Uno

de
[os más camcteri:..dos toeri=tes d"1 ma.rxismo-!eninismo
es Victor Afanasiev. En su obra L,, di,recci6n cientlfic,, de la socie­
dad, cae en una contradicdón simfilar a la de Lenin, ya que expone
como "la demoora.cia sociilista presupone una disciplina rigurosa or­
ganización y la obs,ervoru:ia de las leyes estrictamrore, romo ptin­
cipios
de 'la sociedad. La disciplina soviética es obligatoria para todos".
Pues bien,
¿cabe mayor antítesis del centralismo democrático, que esa
férrea disciplinll
aplicada al pueblo y a la sociedad soviética por un
grupo clarunente oligárquico, y que es el exponente más claro de que
el centralismo ptiva rota[ y absdlutamente sobre la demootacia?.
Afaoosiev incurre en
un ajempilo arquetípico

de
ronrradiroión, y
si la reoría desarrollada por Lenin en 1909 podría ser contemplada
como especulativa en base a una hipotética sociedad futura, la visión
(2) Sobre el término «alienación», sugiere acertadamente en «Interven.to»,
Jean Milet, sustituir esta expresión genuinamente marxista, por otras como
subordinación,
dependencia ...
( 3)
Arthur London. Destacado comunista checoeslovaco, «purgado» a
comienzos de los afios 50, posteriormente rehabilitado con la decadencia de
Novotny, y vuelto a cae.r en desgracia. después del derrocamiento de Dubcek.
(4) Esta obra, publicada en mayo de 1909, representa un esfuerzo ex­
traordinario de Lenin, en el intento de demostrar que «el marxismo es la
unidad
indisoluble
de la teoría científica y la práctica revolucionaria».
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de la sodiedad soviética de nuestros días demuestra de forma cate­
górica ese divorcio entre teoría y praxis.
Inexomblemente se obsetva cómo la inexistencia prática, que no
teórica, de ese centralismo democrático constituye una premisa fun­
damenca.J para conducir indefecti!Jlemente hacia el rulto a la perso­
naJ!idad. Ahora sí que aparece una unidad de acción y una consecu.en,.
cia

que
ligan estreehamente la ausencia del utópico cennrolismo
democrático con el rulto a la pe,sonaJ.idrul.
Emilio Serrano Vfüafañe, en un interesante comentario sobre la
obra Culto " la persorMlid-ad de Hans Josef Steinbetg, expone cómo
la
teoría del papel rocror del partido bolchevique elaborada por
Lenin, se convierte en elemento precutsor del culto a la personallidad
en cuanto que el parodo se encarnó en una sola persona. Este culto
se agudi,.a de forma demencial, en Sm:lin, y llega a su paroxismo en
Mao Tse Tung (5).
Ma.rcuse, en un afán de justificación, piiensa que la causa del culto
a la personafulad, es ",Ja relación tensional fundamental. entre la
doctrina marxista de sociedad del futuro y las condiciones en su
tea!izooión"'. Sobte ello abundan el citado Steinberg considerando
que

una vez
transcendidas las condiciones de una sociedad primitiva
o rul menos poco desarrollada, se ven superadas las causas que hacen
posible el esta!Jlecimiento del cullro a la personal-idad; pero una vez
más nos encontramos la antlresis entre reoría y experiencia, entre el
mero enunciado y su posterior desarrollo, pues, sin llegar a !os extre­
mos sta!linianos, y a pesar de su denuncia por Nikita Jruschof en
el históriro

XX
O>ngreso del partido comunista de la Unión Soviéti­
ca, ¿no es cierro que el mismo Jruschof dio pruebas evidentes, hasta
su derrocamiento, de ese cu'lro a la personaHdad por él denunciado?
No ronocemos, pues rodo serían hipótesis, si Hua-Kuo-Feng o
Teng-Hsiao-Ping llegurán a representar el papel de nuevos Maos,
pero volviendo a la Unión Soviética, ¿no es un hecho la creciente
asoensión en el cuito a la personalidad de Leonidas Breznev? Cuando
el burdo e histriónico Jruscbof es derrocado en el curso de una intriga
( 5) Me permito hacer referencia a mi trabajo «Ante la muerte de Mao­
Tse-Tung», publicado

en el número 150 de VERBO.
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tÍpica de camarilla, aparecen en un primer momento, cualiitativamen~
te iguales, Breznev, Kosighin y Podgorny. Día a día, y no sin traba­
jo (6), B=ev escala posiciones y consigue, superando a Jruschof,
que se le designe no primer secretario del romité rent:ral -forma en
que era denominado el cargo en la época jrn.chovíana,-sino al igual
que Stalin, socretatio geneoo
del ¡,anido comunista de la Unión
Soviética.
Se ie dispensan los mayores honores, se [e cita como referencia
y guía del partido en cuantas ocasiones se presentan, se '1e nombra
-1.go inusitado--Mariscal. de la Unión Soviética, se le conoode, una
vez m.s, la suprema condecOtación soviética, la Orden de Lenin,
también se le hace repetidamente "héroe de la Unión Soviética, ere.,
eliC. El cuilto a la personalidod al que tan opuestos fueron Marx y
Engels
aparere de nuevo con todo su brillo y esplendor deotro del
universo

comunista (7)
Una vez más se demuestra inequívoca, total y· axiomá.tkamente
que la conttadioción que en sí lleva la imposi!Jle e hipotética liga­
zón del ma:rxismo-leninisroo con el concepto del oentraHsmo demo­
crático, su antagonismo profundo e intrísoco, hace que ""' imposi­
bilidad derive, como naruroil e ÍDie:Xotable consocuencia, h•ria el for­
zoso
culto a la personalidad.
Ambos cooreptos, el de la ausencia de democrático
y eil subsiguiente culto a la personalidad ponen de mani­
fiesto, otra vez

más,
como el "cieotificismo" marxism-ieninista está
lleno no sólo de utopía e inmerso profuodameme en el miro, sino
que a la vez se le puede acusar con lenguaj,e espcífimmente bolche-
( 6) Con la inestimable ayuda de su compatriota ucraniano, el jefe del
KGB, Yuri Andropov, el fallecido ministro de defensa, y también ucraniano,
Mariscal Gretchko, el Almirante Gourschjov, el ideólogo Susfov, etc.
(7) No sólo es Breznev quien aparece inmerso en. el culto a la perso­
naHdad, sino que pequeños Breznevs -igual que antaño pequeños Stalins­
figuran en el mundo comunista. Citemos tan sólo a Tito en Yugoslavia,
Kadar en Hungría, Ceausescu en Rumanía, Gierek en Polonia, Hocneker en
Alemania oriental,
y el pintoresco, sino fuese _por lo sagriento y cruel, dictador
de Albania, Enver Hoxda, que mantiene en vigor un terror staliniano, en estado
químicamente puro.
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vique de prncticar un "oportunismo encubierto con frases revolucio­
narias",
de cómo lleva en sí el gormen dd "revisionismo", y cómo
el marxismo que p haber adoptado, mmsformándola, l:a dia­
léctica hegeliana, cae die lleno en un puro m..,,nisroo meramente
operntiw,
eru:ubirto de pseudodentlfüscismo que justifica las acti­
tudes oportunistas, aromodacicias y llenas de personalismo, no de ese
ente "bstrnao llimado "el partido", sino de las pasiones y ambi­
ciones de sus proo.gooisms.
Utopía y mito, en vez ddl pretendido den rísticas fundamenta!l.es que ronscituyen una realidlid objetiva en el
análisis de la contradicción rnarxistaJ!eoiinista.
EL SOCIALISMO CONTRA EL PROGRESO
I. ¡Por qué abordar la cuestión del socialismo?
II. ¡Qué Imagen presenta hoy el socialismo?
IIL La quiebra del socialismo es total, universal: 1) En el campo de
las
idea,;, de los viejos mitos. 2) En el campo económico, pe­
nuria, empobrecimiento. 3) En e1 campo social: en lugar de
la libertad,

el totalitarismo; en Jugar
del civismo,

la irresponsa­
bilidad; en lugar de la solidaridad, la ruina de las solidarida,­
des reales.
IV. El giro del pensamiento soc!allsta.
V. Algunos caracteres del socialismo.
VI. Las tentadnnes del socialismo.
VII. Respuestas a las s:iQuientes objeciones: 1) Hay varias formas ,del
socialismo, 2) Beneficios del socialismo en los paf ses poco evo-,
luclonados. 3) Si ustedes rechazan el sociallsmo, es que están
por el capitalismo. 1) No es preciso juzgar al socialismo por
algunos incidentes en el camino.
Conclusiones. Notas para la acción.
ANEXOS: SOCIALISMO SUECO. SOCIALISMO Y CATOLICISMO
30 páginas 48 pesetas
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