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Número 163-164

Serie XVII

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Misa por don Elías de Tejada (6-II-1978)

MISA POR DON FRANCISCO ElLIAS DE TEJADA
(6-ll-1978)
Los amigos de la Ciudad Católica de Madrid fueron coovoc,ulos
por Spei:ro el 6 de febrero de 1978, a !las 13 h. 30 m. en Santo Do­
mingo el Real, para participar en el Santo Sacrificio de la Misa,
que dijo el R. P. Victorino Rodríguez, O. P., en latín y rito domini­
cano,
por el alma de nuestro querido amigo el profesor Francisco
Elías de Tejada y Spínola.
El mismo oficiante, Padre Victorino
Rodríguez, pronunció
la
emotiva p1átidL que a oontinuación .reproducimos.
Amados hermtm<>s en Cristo y buenos ftmigos del p,ofesor Elías
de Tejada:
Hoy nos convoca don F1'ancisco aquí, w, patra hn,partirnos una
lección de su inmenso saber filos6fico-jurúüco, ni para despertar el
sentido de la tradición católica españ-Ola; nos com,oca para pemar
en su 1!ida eeer,u, y para recomendarle ante el buen Dios.
Dese1tmos y pedimos que su
alma, superdotada en inteligencia,
memoria y grandeza de
espl,,#u, resulte tambiJn superdotada · de
lumen gloriae con que Dios premia a los que llegan a Él tras haber
admimstrado bien
los talentos recibidos.
Cuando mueren bDmbres
tan sabios y magnánimos como don
Francisco EUas de Tejada, en un momento de plenitud biológica e
intelectual ( andaba por

los
sesenta y un años y apenas había iniciado
la publicación
de su gran obra de Fi/o,ofía del Derecho proyectada
en
12 tomos), la reacción espontánea es de dolor: ¡Qué pe,u, que
Je muera un buen amigo! ¡Qué lástim..a que se ma/,ogre un sabio/
Que se h<>ya malogrado, un sabio, h<>y que deciir en seguida que
no tanto: ah/ quedan sus treinta y siete
años de cátedra en Sdla­
manca, Sevilla y Madrid;
ahí quedan sus cincuenta y tantos libros
y más de doscientos articulos.
Que
se h<>ya muer;o un buen "1nigo sí, pero la muerte para él y
para nosotros tiene más de finis consummationis que de finis COO·
cumptionis. MfJ'T'i,r. en cristiano ---y. el era un gran cristiano'--es
llegar con Cristo, «c1tmino, verdad y vid,,», ,tl final del cftmino y
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MISA POR DON FRANCISCO EUAS DE TEJADA
enPrar en lo que ya es sólo verad 'Y vida. Mejor que los versos del
poeta: «nuestras v«la.r son los rios que van " dar en el m el m<>m»
(Jorge aMnrique), nos suena este pensamiento de un ca­
tólico actual: «el ri la lluvia
del delo le htibía traído. Así, el hombre debe retorntir a
Dias todos
los bienes que Dios

le
con/la. Es un intercambio sagrado
por
el que el hombre encuentra en el cielo todo lo que pierde en
la tierra, porque su rener efímero proyectado hacia la eternidad, se
transforma en ser y nada teme de la muerte» (G. Thibon).
Alegrémonos, pues, con él. Quien muere en Dics no añora ya
jamás la vida de este mundo. A la peregrinadón siguió la pasesión,
d claroscuro sucedió
el pleno día; la parte quedó "bsorta en el todo
que es Dios.
Si a don Francisco se le ofreciese ahora la posibilidad de prolon•
gar sus lecciones universitarias, de seguir p,rommcümdo conf"eren­
cia.r, de escribir á#'tículo:s en ·3g idiomas1 de añadir más todos a sus
Opera omnia, responderla como Santo Tomás de Aquino ctumdo
vislumbró
de cerca la luz de Dios, """ sin haber muerto: «oo puedo
ya escribir más>>. Lo que había escrito le pt1trecía paja en co-mparación
de lo que acababa de ver en Dios.
Por

si el
amigo Francisco no goza aún de

esta
plenitud de Dios,
encomendémosle todos:
Para que Jesucristo, que es ctmiino, verdad y vida, sacie de ver­
dad y de vida eterna a su siervo Francisco, roguemos d Señor. Te
lo P'edimos, Señor.
Para
que la verdad que él tan tenazmente buscó 'Y difundió fruc­
tifique en
este mundo para gl,ma de

Dios
y bien de la Iglesia y de
España, roguemos d Señor. Te

lo
pedimos, Señor.
Para que nuestr" oración d Padre
por

el
hermano Francisco lleve
la med de Nuestra Señora de la Esperanza y de Santo Tomás
de Aquino, roguemos d Señor. Te

lo
pedimos, Señor.
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Te pedimos, Señor, que tu siervo Francisco, que terminó
el
C"111,fflo de su peregrinación en este mundo, viva P"'"
ti, 'Y que tu amor m,sericordioso borre los pecados que co­
metió por fiagüidad humana. Por Jesucristo nuestro Señor.
Amen.
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