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Número 163-164

Serie XVII

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De Gramsci a Trotsky. Variaciones sobre África

DE GRAMSCI A TROTSiKY. V ARIACIONF.S SOBRE
A.FRICA
POR
ANGEL MAESTRO MARTÍNEZ
La iotencionalidad soviética y su afán de satelizadón respecto al
tercer mundo,

así como su
iotervención en
el
mismo, son hech06
irrefutables. El asentamiento de la influencia soviética en zonas pro­
ductoras de materias primas y el p06terior control de las mismas po.ra
privar a Occidente de sus s~nisttos _vitales, viene-siendo una cons­
tante de los sistemas comunistas, muy especialmente del imperialismo
soviético, que aunque acentuada desde la conclusi.ón de la segunda gue­
rra mundial, no responde a postulados de esa época, sioo que ya
desde
J05 primeros tiempos

de
la revolución bolchevique hay textos
abundantes
de Leoin y de Tr<>tsky refereotes al concepto denominado
hoy «tercer mundo».
Un

autor de
actnalidad, Emmanuel
Todd, izquierdista, pero
par­
cialisimameote antisoviético, .
en

su conocida obra
La calda final,
analiza, el «tercer mundo»
considerándolo como
un
fracaso po.ra la poilltica
exterior

soviética. Todd expone brevemente el fracaso, de la URSS en
Egipto, Siria, Irak, Uganda, con su iotroducción política que creará
las condiciones subjetivas -las objetivas ya vienen dadas por los
propios países-, po.ra convertir en satélites de la URSS a dichas
naciones. En efecto, Todd tiene ·razón en considerar como fracaso
dl iotento de satelización de dichas naciones, y entre las causas que
lo justifican
puede citarse en primer lugar lo extraño y dificil de
comprensión que
ha resultado el marxismo-leninismo para las ideo­
logías locales. Por· ese concepto mesiánico del marxista-leninista que
-le
hace actuar
como un
portavm de una

nueva
reYelación, piensa
éste, que el revolucionario del tercer mundo es caldo de cultivo
Fundaci\363n Speiro

ANGEL MAESTRO MARTINEZ
idóneo para el desarrollo de esa ideología, sin reparar que su deseo
de alianza con los representantes soviéticos viene motivado no ¡x,r
una
identificación
de
la ideología, sino, en la mayoría de los casos,
por una necesidad táctica, por una búsqueda de apoyo para poder
acabar con el «opresor» colonialista; · pero esa necesidad táctica no
tiene
forzosamente que apoyarse en una identidad ideológica, y la
oligarquía local, condicionada por una formaci6n tribal, pseudore­
ligiosa y de costumbres ancestrales rechaza el
complejo fenómeno
del marxismo-leninismo
para aplicarlo

a su incipiente Estado.
También intervienen. factores materiales de consideración como
pueda ser Ia antigüedad de la maquinaria facilitada por los sovié­
ticos; y su comparación con· la · de manufactura mucho más moderna
occidental o japonesa, la mala calidad de esa maquinaria espe­
cialmertte
la

de medios de transporte
y la tosquedad de la misma
que
conducen, además, bajo

un solo proveedor de suministros, a una
excesiva dependencia

que lleva
· inevitabllemente

a la
satelización de
la

industria,
titl ·como el caso de Cuba, hasta· hace muy poco el único
país del· «tercer mundo~> · totalmente marxista-leninista.
Otro factor es el de la oligarquía local, bien sea rev como la argelina, o coano han sido· Ja de tantas, nuevas naciones del
Africa negra que
terminan concentrándose
en su
propio afán
de
conservación
y manteniruiento del poder en. manos de esa <1ligar­
quía,
aunque como en
el
caso de la: dictadura
argelina lleven pom­
posamente el lema de

«democrática
y popular». Esa oligarquía se
encierra en un nacionalismo, del que Veriios buena prueba en las
constantes rivalidades africanas con increíMes arrogancias de nue­
vos estados, atentos. a las ·menores suspicacias para con fil vecino, y
que, desde luego, les hacen apartarse totalmente del intemaciona­
]¡ismo.
Es dierto el que hasta ,hora el fracaso de satelizaci6n de los
países del
«ter= mundo»
ha
aido casi total, pero desde hace ailgún
tiempo la táctica -palabra casi religiosa para un buen marxista-le­
ninista-ha

cambiado sustancialmente.
El fracaso, político

de
fa URSS
ha

sido un hecho,
y en esto t ficialmente, sólo muy· de pasada; la. nueva táctica soviética, y en
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iJB GRAMSCI A TR:OTSKY
esto naturalmente que podemos equivocarno&, pero creemos que la
variación ha sido revolucionaria·. -•.
Visto el fracaso. de la satelización por una peru,tración política,
la postura SO\'iética ha sido ila de volcarse totalmente· en "11S' nwevas
operaciones,
el. jugar la carta a fondo sabiendo con un gran· número
de posibilidades de antemano el que. las naciones occidentales no
reaccionarían, que en sus amenazas serían sólo «tigres de papel». Ya
no
basta la

infiltración, el
dO!Il!inar más o menos a sectores con­
siderables de la oligarquía local, y el asegurarse una penetración que
arroje a largo plaza sus frutos, como si de la linea «gramsciaruo> se
tratase,
sino más bieu en la acción y en los métodos se impusiese la
acción violenta,
enérgio,. y decidida.
Los sucesos revolucionarios de Angola, que degenerarían en una
sangrienta guerra civil, después. de la traición a Portugáil del golpe
de
abril de 197 4 -demostrru>do una vez más cómo el comunismo
triunfó
no gracias a su fuerza, sino por la cobardía de sus oponen­
tes-, dichos sucesos dell invierno de 1974-1975 represeotan la
primera
ocasión de

ver, en la
ptá<:tica, los

primeros
resultados del
cambio de táctica, y que darán un innegable triunfo a la Unión So­
viética. A finales de 1974 se registran unos 350 miembros del KGB,
y
servicioo secretos de loo
países del
Pacto
dé Varsovia, más de
2.800

asesores
miditares ( en 1972 sólo hlibía 5 y 6o y unos 5.000 reénicos.
Durante
1975 y 1976 se produce la intervención masiva de
cubanos, escogidos como nuevas tropas coloniales soviéticas, utilizan­
do

el imperialismo soviético
estas fuerzas como los británicos han
utilizado y utilizan a los «ghurkas». No nos extenderemos sobre la
guerra
civil de
Angola, por
haberlo hecho
ya
én otros trabajos, ni
sobre la pasividad de

los
Estados Um'dos, por causa similar. A

finales
de
1977 se calcula que permanecen en Afrka más de 30.000 cu­
banos, 8.000 miembros
del Pacto de Varsovia y casi 16.000 sovié­
ticos, entre miembros del KGB, militares y técnicos. I.a satelización
de Angola· es ya un hooho cierto.
Uno de
los adjuntos
del
jefe del KGB y miembro del politburó
-el poderoso Yuri
Andropov-, el general Viktor
Samodourov,
dirige los servidos secretos en Africa, ayudado por el embajador 'Y
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ANGEL MAESTRO MARTINEZ
espía Osca:r AraID!IS, embajador cubano en Angola, mrembro de la
Dit'ección General de

Inteligencia
Cubo.na. Un general cuba.no es
el
nuevo mercenario de los soviéticos ; se trata de. Arnaldo Ochoa, de
s610 39 años, que es tl1lS!adado al nuevo escenario: Etiopía.
Etiopía representa otro caso similar al de Angola y al de Mo­
zambique. Para la plena integración soviética en los centro6 de poder,
ya no
interesa esa infiltración más o menos abierta, sino el dooúnio
y

control total
de la situación. Si en Angola ya funcionaban a pleno
rendimiento un
Agostinho Neto y en Moo:ambique un Samora Ma­
che!, en Etiopía, después de bruta.les y despiadadas represiones surge
un

grupo
que detenta

el
poder: el Derg, y
su
implacable dirigente,
Mengitsu.

A
finales de diciembre de 1977 ya estaban en Etiopía
2.000 cubaoos. Las operncioues contra Somalía, y el control de las
Fuerzas Armadas etíopes figurao ya bajo el control total de los
soviéticos, todos bajo el

mando
del genera,! Chaplyguine, y en enero
de este
1978, nada menos que el ministro de defensa soviético
Ustinov, se entrevista con el ministro de defensa cubano,
Raúl
Castro, en Etiopía, planWcaodo ya el traslado de 1.200 cubanos a
Mozambique,
300 a Zambia y casi 500 a Tanzania.
La nueva
táctica ha dado sus frutos, y el cambio de la infiltruión
política

a
la ttru!itar ha

constituido
un éxito rotundo; [as cifras son
de
una elocuencia consideráble, pues si en 1973 la Unión Soviética
asignaba como

ayuda
económica para Africa 718 millones de dólares,
esta cifra

descieode a
220 millones en 1976, mientras que la ayuda
militar que
eo 1974 suponía 400 milloues de dólares, en 1976 alcan­
zaba
1.070 millones de dólares. El balance, a la vista· de los resul­
tados; ha

sido de
éxito total.·
Fteote
a la ayuda enmascarada de maquinaria anticuada, de
lenta y difícil compra de periodistas, hombres de gooierno, manejos
sobre

los
uníversitarios, etc.,
se
ha opuesto, con Ios · resultados a la
vista, la intervención · directa,

sin disimulos, brutal y de impacto
directo, que hace
que cuando él: Occidente cada vez más indefeoso
intentase
un

tímido
esfuerzo de reacción, el peso implacable de los
hechos consumados · se lo impida.
A diferencia de
fa táctica seguida en Occideote, en dónde asis­
timóS
lL una aplicación indudable' de futuro contro,l · de fa sociedad
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DE GR.AMSCI A TROTSKY
basada en el segu:imiento de las teorías de Gramsci, en Africa nos
parece ver más bien una apliaición, acomodada a la época, .de la téc­
nica de Trotsky. Frente a la infiltración lenta y progresiva en Occi­
dente, el golpe enérgico y con todas las fuerzas en Africa. Con
aroeglo a la táctica leninista, ambos medios operativos son buenos,
siempre
que sean efi=, y cada uno está cumpliendo los objetivos
propuestos. Gramsci
es bueno para Europa, pero no para Africa.
Desgraciadamente todo

se va confirmando.
ELOGIO Y CENSURA DE LOS TESTIGOS DE JEHOV !
Por MANUEL MoLINA
PRINCIPIOS FUNDAMENTALES
l. Actitud de N. S. Jesucristo ante el problema de la división.
2.

Actitud de
la Iglesia ante la división.
ORIGENES Y FUNDADORES
l. Carlos T. Russell: el comerciante.
2. José F. Rutheford: el juridicista.
3. Natán
H. Knorr: el burócrata.
DESARROLLO
l. Causas externas: Relleno del vacío producido en el cristianismo.
2. Causas internas: AJ Organización vertical.-B J Organización
financiera.-C J Entusiasmo, sinceridad, fanatismo, juventud.­
V J Dinamismo del tema del Regreso del Señor.-E J Técnica
psicológica.
CRITICA
l. U so y abuso de la Biblia: AJ Actitud incorrecta ante fa Biblia.­
E J Amañada y falsa versión de la Biblia.
2.
Creencias no cristianas: AJ Visión de la Biblia.-B J Principales
afirmaciones no cristianas.
JUNGLA DE INTIEIBPRET.&CIONES,
PRESCRIPCIONES,
PROHIBICIONES
AJ Moralismo rígido.-BJ Dogmatismo ciego.-CJ El libro del
Apocalipsis.
EPILOGO
Respeto a las personas. Rechazo del error.
60 págs. Precio: 80 ptas.
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