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Número 171-172

Serie XVIII

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1903, un año decisivo en la historia del comunismo

1903, UN Al'l'O DEClSIVO EN LA HISTORIA
DEL COMUNISMO
POll
ANGBL MAESTRO MARTiNJ!z
1903 resulta un año de importancia trascendental, deci&ivo, en la
historia comunista. "El bolchevismo existe como: corriente del pen·
samiento político y como partido político desde 1903", afirmarla
Lenin años después, lo que da Idea de la influencia: decisiva de _ esa
fecha
en

el desarrollo de lo que
pootériormen.te seria el· sistema poli­
tico de mayores consecuencias de la historia de la humanidad.
Por
eso, dada la significación de la misma, expondremos, cree­
mos

que objetivamente, este episodio clave en la historia comunista,
y, desde luego, no demasiado conocido
por muchos intelectualoides
y pseudoconocedores del marxismo-leninismo en nuestra naci6n:.
En julio de 1903, se inaugura el II Congreso del Partido Obrero
Social-demócrata

de Rusia (1) en Bruselas, y
te,mina en
Londres
en la segunda -mitad de
agooto. El

traslado del Congreso, las idas y
venidas no eran
casuales, ya

que
np debemos olvidar

que los social­
demócratas
rusoo (2)

eran una pequeña fracción
de_ la oposición re­
volucionaria rusa, la más activa, sí, pero no de tanta importancia que
le hiciese líder indiscutible de la oposición a,J zarismo; loo revt>lucit>­
narios

social-demócratas estaban
desperdigadoo por
Europa,
-por
un
lado,
y por otro, dentro de Rusia.
Su vida en el exilio era pobre y llena de necesidades, no eran los
(1) Este fue el nombre primitivo de los comunistas· rusos, y lo sería
hasta
las

jornadas de 1917, cuando se-
apruebe el cambio ·por .el de Partido
Comunista..
(2) Véase nota l.
181
Fundaci\363n Speiro

ANGEL MAESTR.O MAR.TINEZ
exilios dorados de tantos opositores actuales o de hace pocos años
-y de los que en nuestra Patria tenemos tantos ejemplos-; los so­
cial-demócratas vivian para su fe revolucionaria, y, desde luego, muy
estrechamente. Su ayuda provenía en parte de los partidos socialistas
fuertes en Europa
Occidental, especialmente
del poderoso Partido
Social-dem6crata de Alemania, considerado

por los dirigentes rusos
como
el modelo a seguir, pero de cuyo seguimiento a este modelo
derivarían los más graves conflictOS po5teriores. Por un lado, la atrac­
ción del socialismo alem,n, fu_erte y asentado, o del austríaco, frente
a las pequeñas organizaciones rusas era evidente; las figuras desta­
cadas de Federico Adler, de Otto Bauer, ambos austriacos, o de Au­
gusto
Babel;, Eduardo
David,
Carlos Legien -en

1903,
Secretario de
la

Internaciooal Sindical-, Gustavo Noske, de Felipe
Scheidemann
-de tan destacada actuación en la revolución de 1918, que destronaría
al
kmser-, Alberto Südekun, y un largo etc., con su organización, su
presencia activa en la
política alemana o

austriaca desde sus puestos de
diputados
(3) en los parlaroentos, condicionaban

la actuación de los
rusos, que
.se sentían

como discípulos
aventajados de
los herederos
de. Marx y Engels.
Pero alguna de las persooalidades rusas eran tan fuertes, como
las de Lenin ,y Trotsky, que no se resignaban, a pesar de reconocer
la fuerza
de· la social-democracia

alemana, a ser
tneros aprendices
aventajados.
Lenin
y Trotsky, sobre todo el primero, eran mentes pragmáticas
que trataban

de ajustar en
lo posible la práctica a las máxim.; mar­
xistas, procnrando no desvia.rse de ellas, y con enormes rontradic­
cionell
entre

su pensamiento, su fidelidad al marxismo,
y lo que con­
sideraban
éran necesidades

particulares
y concretas de 1;,. problemas
y soluciones específicamente rusos. Su triunfo fue posible años más
( 3) Esto, la presencia de socialistas en los parlamentos alemán o aus­
triaco, de las monarquías de los Hohenzollem, o de los Habsbutgos, des­
miente
la pretendida tiranía-que sé achaca _a los tegímenes alemán o austro­
húngaro de ·aquellos· años. ·Más· bien podrían calificarse, sobre todo a ·Alema­
nia,
de
Esta.do autoritario, pero nunca establecer un
paralelismo -entre esos
regímenes y el III Reich, por ejemplo.
182
Fundaci\363n Speiro

1903 EN LA HISTORIA DEL COMUNISMO
tarde, no por haber seguido ciegamente las teorías marxistas, . sino
por
su adaptación a la realidad ( 4),
y es un hecho que, después de
haberse
convencido de
la necesidad de actuar en algunos aspectos
fuera de una rígida ortodoxia marxista, tenían enormes problemas en
convencer de lo acertado de la solución a los miembros del Partido.
Se desarrollaría un compromiso entre teoría y práctica, y de ello sur­
giría una resultante entre ambos factores con características particu­
lares y concretas. "La teoría er:a con frecuencia improvisaci6n,_ por­
que resolver los problemas impuestos por la situadón en Rusia era
una condición de su supervivencia" (5).
Era inevitable
el que los social.dem6a:atas rusos tuviesen unas con­
cepciones distintas que. sus homólogo-s alemanes, .austriacos, frances~
o ingleses. En Europa. Occidental, los trabajadores, mejor .algunos re­
presentantes

de
106 mismos,
llegaban al poder por disponer
la clase
trabajadora

de derecho al voto;
lógicamente, la

situación
·en.Rusia era
radicalmente

distinta, pues hasta la
Duma :de 1906,dicha situación no
admitió analogía alguna.
La actuación
política de

los
socialistas ócciderttales estába basada
en

que a través de la decadencia dé la
sociedad burguesa, y por me­
dio
de procedimientos ·democráticos,
el triunfo del socialismo· serla
inevitable:
como interpretando el
mesianismo marxista, el

.agota­
miento burgués por
sí mismo, y de acuerdo con una interpretáci6n
histórica, el -advenimiento socialista'. ·seria una consecuencia· -lógica,
como lo fue el paso di' la sociedad feudal a la burguesa. Natittal­
mente, estas concepciones diferían sustanciailmente de las sostenidas
por los revolucionarios rusos, dadas las diferencias entre la sociedad
( 4) Por eso he insistido en artículos varios, y en cuantas otasiones se
presen,tan, que

contra el aparente
desviacionismo leninista del -«eurocomu­
nismo».

muy
al contrario, éste representa una táctica ingeniosa y sutil del
más puro leninismo, pues éste nunca seguiría una -ortodoxia ciegamcitte,-si­
_no que se acopla en cada ocasión a las -circunstancias, variando los caminos a
seguir· para llegar a una meta final. Un partidario· de la-revolución-proleta­
ria puede, como· es natural, concertar_ comptomisos o acuerdos ton los ca­
pitalistas. Todo · depende de a.cuerdo al trato y en -qué condiciones se con­
('ierte. Lenin. Cartas sobre Tác#ca.
( 5) George H. Sabine: Historia de la filosofia- po)Jlie-,a,
183
Fundaci\363n Speiro

ANGEL MAESTRO MARTINBZ
occidental y la rusa, resultando altisimamente improbable que nunca
lenin hubiese

alcanzado
el poder si hubiese ajustado sus procedi­
mientos operativos a los de sus 4;1Zes·occídentdJes.
I slmJ y la revolución
Al llegar a julio de 1903,
debernos hacer tan

siquiera una
refe­
rencia

a la situación de los
· social-demócratas rusos fuera
de Rusia.
El grupo principal
y mÁs aotivo, como rantas veces ocurre en el
desarrollo de los mo'Vimientos, estuvo estructurado en torno a una
publicación. Esta era 1rkra (la Chispa), portaYoz de los revolucio­
narios rusos; fudada en 1900, y en la que como lema figuraba, de­
bajo del logotipo
Iskra, la leyenda "¡De la Chispa saldrá la llama!".
La publicación no sólo era el órgano de expresión del partido,
sino el
aglutinante del

mismo,
y llegó a conyertirse en el más· itn­
portante medio de los revolucionarios rusos-, no·. ya en: el exilio, sino
que bajo la direéción'de Lenin, 'Plejanov y Mártov--no sólo I.enin-,
por
tanto, se impulsa la formación en el interior de Rusia de grupos
de trabajo, como los dirigidos por Bábushkin, Bauman, Ktásikov,
Lit:Yinov -futuro m.inistro de Asuntos Exteriores con Stalin-, Rad­
·cherko
y otros que desarrollaban toda su lahor en · la clandestini­
dad, con una tupida red de distribuidores para burlar la no dema­
siado
rígida censura

policiaca
(6), y a la vez toda activiélad in-
( 6) & una creencia generalmente extendida, y no sólo entre filoco­
munistas, sino entre personas reacias a esa ideología, el imaginar a la Rusia
zarista
de

finales del
XIX y principios del XX como una sociedad tiranizada al
estilo de la Rusia sta:lioiana · o poststaliniana. Era un Estado autoritario, pero
nunca comparable a1 comunista. Dejemos a un lado a las innegables injusticias
sociales;
evidentes,

desde luego;
pero .en sus procedimientos contra los revolu­
-cionarios- los
métodos eran sustancialmente

distintos: las
penas de -muerte muy
,escasas; y los

destierros a Siberia no
tenían nada

que ver con los archipiélagos
Gulag actuales. Los ·r~lucionarios etan deportados generalmente no a cárceles,
sino a Poblaciones alejadas. Lenin, durante sus tres años de ·destierro en la pro­
vincia del Yenisei, pudo
escribir varias obras como El desarrollo del ctv
pitaliimo en RP.ria
y Protesta Je los social-JemócraJas en Rusia, y los
mismos biógrafos comunistas reconocen c6mo en sus horas de expansión pa-
184
Fundaci\363n Speiro

1903 EN LA HISTORJA DEL COMUNISMO
herente a un órgano clandestino, con el.interés en publicar artículos,
canas, expresar discrepancias, etc;, confirmando una vez más la
enorme, más bieo trascendental, importancia de. un órgano doctri­
nal en la formación de un estado, de opinión; eo la expresión de
ese Estado, eo la
toma de concieocia, de sus componentes y eo la pro­
yección exterior del mismo.
De l!kra puede decirse que durante el periodo de diciembre de
1900 hasta
la conclusión del IL Cohgreso en 1903 no fue un ór­
gano de expresión, sino el Partido,
y que da,da su fuerza y · su
identificación
coa el Pártido mismo, loo grupos revolucionarios, con
sus
diferentes
caniarillas, trataron

de controlarlo
y. convertirlo en por­
tavoz de
ilas ideas de las facciones. Resulta particuJarmente notable
en
esta
época de acelerada desmitificación de · tantos valores tras­
cendentales, iínpulsroa por tanto progresista, que quiere desmiti­
ficar
todo,
la creación de nuevos mitos con la forzooa desmitifica­
ción,.
y cóino es asombroso que eo medio de los ,más· feroces vientos
desmitificadores no alcancen los
misfil06 a

hombres lleoos
total­
mente de pasiones y debilidades corno· los demás, tal es el caso de
los
comúhistlas. Al analizar no ya SU: época triunfante, sino los afíos
de exilio, vemos que -sus diferencias, -sus- antagonismos, son compa­
ralbles a los de tantos grupos derechistas, de lo que teoemos bueo
ejemplo eo
la Espafía del alío 1978, perdidos .eo · rivalidroes, per­
sonalismos
y fracdonalismos.
Pero

volvieodo a
Iskra, y a su infiueocia, ésta fue pamcular­
mente notable, no sólo por· su

contenido
y docttina, como tratan de
sefíalar los
exégetas leninistas, sino pot eoa atracción, antes referida,
a todo lo clandestino,
y al poder obteoer noticias, · aun de fueotes
tioaba sobre hielo, iba de caza, paseaba, etc. Desde luego, una vida, bastante
diferente a

la que
posteriormente experimentaría
y
relataría Soljenitsin.
Al mismo Stalin, _cuando fue detenido en 1902, se le condenó, como
fielmente

relata
Deutscher, «administrativamente», ya que el informe de la
policía secreta, en el que se pormenor-izaban todas sus actividades -en el Caú­
caso, no fue aceptado por el juez coiµo evidencia. válida para su condena.
Hoy los informes del KGB no son discutidos por ningún juez.
La Ojrana era eficaz y muy bien organizada (véase, 111, obr.a de A, ,,Wa­
silew
OirtJ1Ja, Espa.sa, Madrid), pero estaba. inuy atada por los procedi­
mientos burocráticos y legales.
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ANGEL MAESTRO MARTINEZ
reconocidas como tendenciosas, pero que subconscientemente attaen
al lector de oposición a
rualquier régimen.
lskra informaba ·-magnificando-, en la más pura línea comu­
nista, - cualquier incidente. sobre la lucha revolucionaria ei1 Rusia, so­
bre las agiaiclones en el campo, y sobre todo en la industria, y es
cierto que el periódico llegaba a deshacerse
físicamente, al p mano en mano de unos revolucionarios a otros, con sus consignas
de organización y estructuración del partido y de desarrollo de la
labor revolucionaria.. Desde 11,1-ego su fuerza erit superior, así como. su
influencia respecto a otros medios infotiriativos socialdemócratas de
tendencias reformistas, como el
periódico Rabéchaya Mysl ("El' pen­
samiento obrero") y la revista Rabócheie'Dklo ("La éausa obrera").
Los preparativos del II Coogreso, desárrollados por el frente interior
ruso; estuvieron a cargo de los "iskristas" en sUS reuniones de-Pskov
y Jl.rkov.
La redacción de lskra éra, sin ambages, el núcleo di:! partido,
un
avance de
lo· que

sería el
"Politburó", y sus personalidades, las
más brillantes de los revolucionarios rusos. Los seis redacrores de
Iskra eran el motor de la revolución, y sus ·nombres !endrían fuerte
resonancia dmante las discusiones· del II Congreso y posteriores:
Plejanov, Lenin, Martov, Oxelrod; Potresov, y una mujer, Vera Za­
súlich. Desde luego, Plejanov, Lenin y Mattov, los más fecundos; los
otros tres, muchos
-más flojos.
En hkra fue donde, a finales de 1901, aparece pot primera vez
fa firma de Len:in, en vez de Vladimir Ilich Ulianov, y según su viu­
da,
fa famosa Nadiezja Kropskaia, la elección de este seudónimo
se

debe a
que como
en
lskr,a trabajaba el que fue maestro de Lenin,
y posterior adversario, Jorge Plejanov, que firmaba sus trabajos con
el seodónimo Volguín, adaptado· del grari río ruso, el Volga, 1lich
Ulianov
adoptó el de Lenin, del río Lena, en recuerdo, sin duda,
de
'SU destierro siberiano, desde marzo de 1897 a enero de 190Q
Explicada, pot tanto, la influencia de Iskra, y su papel en el Par­
tido, es
· lógico suponer que el control del

mismo era fundamental
~ la ascensión o declive de las distintas fracci_ones, y, como supe­
rada ya _la labor de captación, era natoral. y apremiante dar forma a
un Congreso que definiese las furnras
líneas de-acroadón o

de desa-
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1903 EN LA HISTORJA_ DEL COMUNISMO
,:rollo, cristalizando la idea de celebración de un Congreso con de­
legados del
exilio y del interior que impulsase y diese forma a la
lucha revolucionaria.
Breve preámbulo histórico
Aunque a dic:ho Congreso se le calificaba como II Congreso del
POSDR, tal pretensión de nomenclatura resulta un
tanto artificial
y pretenciosa, pues su antecedente difíci-lmente podrá calificarse como
tal, ya que el I Congreso, celebrado en Minsk en 1898, fue
sólo nna parodia (7), como
críticamente define

Deutscher.
Es ab­
solutamente
cierto que

este I Congreso se limitó prácticamente a
proclamar
la fundación del Partido Obrero Social-demócrata de
Rusia, y que no consigui6 .la _ unión d~ tantos. drcu1os marxistas,
independientes e in\l)nexos entre sí, y ni tan siquiera creó no ya
estatutos, sino programa. Duró tres
dlas, del _1 al 3 de marzo, y
no
fue apenas-nada, aunque los apologistas sorviéticos actuales, como el
doctor en Historia Kostin,. tratan de_ exagerar su importancia, y pre­
sentarlo como reunión inspirada por
el genio de Lenin, y a la que
asistieron los representantes de las
organizaciones socialdemócratas

más
importantes, como eran las Uniones de Lucha de San Petersburgo, Mos­
cú, Kiev y Ekaterinoslav, as! como el Bund, nombre que correspondía
a la
Unión General Obrera Hebrea de Lituania, Polonia y Rusia, de
cuyo papel posterior luego hablaremos. Posiblemente la opinión de
Deutscher sea

un poco exagerada, pero
por mucho que se esfuercen esos apologistas leninistas, resulta difícil
buscarle trascendencia,
pues incluso de entre esos textos apologéticos
se
pueden extraer
frases como
"No aprobó el programa ni los esta­
tutos del partido que debían argumentar
-científicamente

los fines
y
(7) ·«El llamado primer Congreso de 1898, eh Minsk, había sido una
reunión de ocho personas solamente, todos los cuales no tardaron en ser
arrestados, sin dejar · tras de sí más que un elocuente manifiesto escrito
por Piotr
Struve» (Isaac Deutscher: Trotsky).
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ANGEL MAESTRO MARTINEZ
principios de su actividad" (8), aunque a continuación traten de arre­
glarlo diciendo que "representó un balance importantísimo del movi­
miento socialdemócrata de los años 90". La contradicción es-evidente.
A los exégetas soviéticos les molesta extraordinariamente el dismi­
mtlr la valoración del joven Lenin como marxistólogo, así como el
reconocimiento del papel de Struve por los occidentales, dentro siempre,
naturalmente, de una interpretación ortodoxa del manci_smo. Pero
precisamente por no seguir esa interpretación ortodoxa para un mar­
xista occidental,

pudo Lenin conseguir
esa fuerza

organizativa que
en el futnro le
depararía tan siµgular relieve al. partido

comunista
ruso, lejos de los socialismos
marxistas al

uso en Europa.
Es cierto que antes de convocarse el I Congreso, ya en 1895, ac­
tnaban en Rusia, dentro de la línea socialdemócrata, algunos círculos
marxistas, como los dirigidos

por Babushkin, Shelgunov
y Yákolev,
y cómo estos drculD de agitadores obreros, capaces de organizar en la práctica acciones
de masa del proletariado fabril contra los
capitalístas" (9).
Asimismo,
en 1895, Lenin dio cohesión
a. los grupos dispersos de San Perters­
burgo dentro de
una organización que

sería el preámbulo del POSDR,
la
Ución de Lucha por

la emancipación de la clase obrera,
y se fun­
darían uniones semejantes en algunas ciudades rusas corµo Moscú,
Kii:v, Nijni-Nogorov
y
otras, y· cómo para evitar la díspersión de
tales
organizaciones
era necesario darlas

un
cauce y una forma que
se quería cristalizase en la
fundación de

un partido obrero
y social­
demócrata. En 1898, Lenin estaba preso en
Siberia, pero

como se ve
a través de los
escñtos de

sn mujer, la Krúpskaia, dirigía
cartas y
mensajes a las organizaciones c:landestinas, corroborando lo_ expuesto
anteriormente, sobre lo atenuado de su condición de preso polltico
en
Siberia, y
aunque Lenin
· preparase en

su destierro, que eso era más
(8) Alexander Fiódorovich Kostin: La hi.stori"a· de la· fundación del
PSODR y sus falsificadores. En esta obra ataca de forma mucho más pasional
que científica a
soviet61ogos occidentales
de
diversas tendencias:
como Schap­
piro, Deutscher, Pipes, Gyer, Keep, etc., procurando buscar walquier resqui­
cio
para destacar lM opiniones an1:ag6n'icas entre ellos, para justificar

su afán
de encontrar contradicciones, que no -afectan· a lo esencial, sino a 1o accesorio.
(9)

Obra citada.
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1903 EN LA HISTORIA DEL COMUNISMO
que cárcel, un borrador del programa de lo que .deberla ser el partido,
es

lógico suponer que debido a esa distancia geográfica no pudiese
ser, como
afirman los

mencionados
exégetas, . su alma, guia para la
acción,. etc. Un papel importante sí, pero reconocen implícitamente
que la organización corrió a
cargo de

los socia:lderuócratas de Kiev.
El
Congreso se

celebró, como antes heruos dicho, con
upa asistencia
reducidísima,
y, es más, el af~ de considerarlo sentimentalmente como
fundacional, que no las consecuencias derivadas del mismo. Para ser
objetivos, sus resultados-no fueron ni los tal vezo excesivamente iro­
nizados por Dentscher, ni los logros geniales que cantan los apolo­
gistas para ensalzar con cualquier pretexto, por
nimio que
sea, las
glorias de Lenin; de todas formas,
más cercano a la realidad Deut­
scher que los
exégetas, pero lo que

es innegable
es. que histórica,.
mente

pesa sobre el I
Congreso el .lastre de W1 hecho indiscutible:
el no
haber podido

dar f,>rma ni
a unos

estatutos ni a un programa.
Por tanto, el Congreso que
se·. avecinaba, el. · II, iba a adquirir
una importancia fundamental al partir no ya
.de abstracciones y de
ampulosas

declaraciones de principios, sino de una organización exis­
tente, amplia,
y en proceso de crecimient9. Natµralmente, al crecer y
desarrollarse la organización, las dificultades aumentaron, y la eficaz
Qjrana. (10) logró
averiguar que

la impresión de
Jskra se hada desde
Munich, teniendo

que trasladarse Lenin
urgenteruente a
Londres, des­
de donde se dirigiría. a Ginebra, ~uevo sitio -de impresión de Iskra,
observándose una vez más cómo Jskra era el Partido, al mudarse en
seguida Leoin a la ciudad suiza.
El Congreso: la oposición del ''Bund" y la de loa. "econ~mistas"
Por fin, al llegar julio de 1903, el II Congreso, más bien casi
el I Congreso, se ·reúne en Bruselas, ea un estado precario ·muy acen~
tuado, al menos en su desarrollo físico. Los soéialistas belgas le
ceden la "Maison

du Peuple" de Bruselas, en un almacén
de la
misma

repleto de piezas de tejidos y de insectos. Son 44 delegados
con
voz y voto, y 14 sólo con voz,. Plejanov pronunció el discurso
(10) Véase nota 6.
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ANGEL MAESTRO MAR.TINEZ
inaugural, hecho éste muy oscurecido. por los apologistas de Lenin, y
es que Jorge
Pl'ejanov era

aún el pontífice
.. de
los movimientos
marxistas rusos,

con un
pasado lleno de

actividad,
y que veinte
años antes de 1903, ya en 1883, fundase en
Ginebra el primer gru­
po marxisra ruso.
Al
Congreso asiste rambién
Trotsky, que
viene en nombre de
los social,demócratas siberianos, arrogante, poseído de
si mismo,
pero con
una admirable preparación doctrinal,

apoyada en
una dia­
léctica apasionada y brillante. Mientras tanto, su fotnro rival y ver­
dugo, Stalin,
· todavía llama.do Koba, desrempeña un

papel
en Rusia,
ni ran oscuro como lo presenra Trotsky en sus parciales escritos, ni
tan genial como sus exegetas posteriores; está encarcelado y es· ele­
gido, en ausencia, representante de los social-demócrallls del Cáu­
caso. E., un hombre que empiem a destacar, pero todavía muy inci­
pientemente. Pero

el Congreso, debido a la vigilancia
de la
policía
belga y a la
infiltración de

la
Ojrana entre
los delegados del mismo,
tuvo que abandonar Bruselas y rrasladarse precipiradarnente a Lon­
dres, donde reanudó sus: sesiones. Anteriormerite, én marzo de 1902,
fueron detenidos los componentes del Comité Organizativo elegidos
en
la reunión celebrada en la ciudad de Belostok.
ffi primer problema que surgió en el Congreso fue el tema ju­
dío,
la discusión sobre el Partido Bund ( 11) y donde se puso de re-­
Jieve
la
discusión enrre
!OS judíos que

se podrían calificar de rra­
dicionales, como Llber, dentro siempre de un espíritu revolucionario,
'y
los internacionalistas, entre los que estaba Mártov (12), uno de los ce­
rebros

de
JJkr&l, apoyado con su vehemencia habitual por Trotsky.
(11) Angel Maesl;ro Martínez: Socialismo en un sOlo 'país o -R~otlléión
permanente. La polémica Stdlin-Tro.fsky {véase su_ r~eña en V_ERBQ 161-_162,
págs, 277-219). Los «bundistas», ya antes del CongteSo, habían sostenid0 una
dura

polémica a
través de ·su periOclico Yuzhrli R.abocht~ «El trabajador ·dél
sur»,

contra
lskra, por. m9tivos relacionados _con el Comité Organizativo del
Congreso y la formación del mismo, además de exigir unos principios na­
cionalistas.
(12)_ Mártov,
su·-verd.adero_ nombre
era
Yoli_Osijqvich Zéderbaunn. De
familia de íntel~es hebreos~ iniciada en el Bund, pero· que abandonó
la idea del partido judío para en unión de Lenin fundar la «Asociación para
la Lucha por la Emancipación de los
trabajadores» en

San
'Petersburgo,
190
Fundaci\363n Speiro

1903 EN LA HISTORIA DEL COMUNISMO
En pocas ocasiones como ésta, Trotsky se mostraría dispuesto a
dejar a un lado
el problema de su raza, poxa mostrarse como supe­
rador de nacionalidades y razas, como un fanático internacionalista,
deseoso de
superar lo

que él
juzgaba cuestiones egoístas, particula­
res,

y con una visión
limitada del
futuro, de la
humanidad. Trotsky
apoyó

a
Mártov y, unido también a ellos,. otro de los elementos des,
tacados
de Jskra, Pavel Botisovich Axelrod, en las .mociones .contra
el Bund,
repitiendo hasm kL saciedrul que

el socialismo estaba des­
tinado a
eliminar las barreras de ta2JaS, nacionalidades y religiones,
y no podía hacer
e,ccepciones con

los
particulares intereses
de la
comuoidrul judía

(13), El Buod reaccionó con
partirular dureza
contra

los judíos de
Jskra, considerándolos como traidores, pues ya
entonces pedía un Estado separado ¡,a,;a los judíos, pero las resolu­
ciones
de Mártov, Trotsky,
Axelrod
y otros.judíos, digamos interna­
cionalistas, fueron aprobadas por
la mayoría.
Y

a superado
este primer

escollo,
particularmente de
problemas
judíos, se produce lo que sería definitivo y daría carácter
al II Con­
greso, las ludhas entre Lenin y sus, opositores, primero con los ''.eco­
nomistas» y luego ya, trascendida ésta,, las cuestiones del Comité
Central

y
del Consejo
de
lskra y la consiguiente escisión del Con­
greso.
Los representantes de los "economistas", Akimov y Martinov,
consideran que
se había
procedido a
un desviacionismo
en
la polí­
tica del Partido, al
concentmrse éste

casi en
,exclusiva sobre la lu­
cha
revolucionaria, y · descuidar al sindicalismo y · a sus tácticas para
obtener reformas, lo que parecía estar más de acuerdo, esro último,
con las tácticas marxistas occidentales de fin ele siglo, contra la ac-
( B) Isaac-Deutscher~ en su biografía: sob!e Ti-otsky, ezj,one certeramente
la
postura
antísionistá de Trotsky, y-.cómo s6lo
con la
aparición _del
nazismo·
experimentó
un suavizamiento

de su actitud. La opinión de Deutscher, aparte
de su inequívoca
parcialidad por .Trotsky, es inteiesantísiroa, no sólo púr su
erudid6n sobre

el
tema, sino por la identidad de raza. La lectura de la. bio­
grafía de Trotsky escrita por Deutscher, es importante.
La biografía es de
dimensiones enormes:
tr~ romos, con. unas 1800 pági~.
191
Fundaci\363n Speiro

ANGEL MAESTRO MARTINEZ
titud más revolucionaria de un Marx de 1850. Akimov y Martinov
atacaron también a

la_
organización centralizada

del Partido,
y natu­
ralmente,
dada la identificación entre dirección del Partido e lskra,
a ésta acusándola de "jacobinista".
Jskra defendía el programa revolucionario a ultranza, el in­
ternacionalismo, y

ferozmente
la di erad uta del proletariado. Los "eco­
nomistas" tenían una visión más acorde con el socialismo occidental,
más
afin con los postulados_ de acceso al poder por otros medios, de
un Federic Adler, u :homólogos austriacos o alemanes. .
m Consejo de lskra t respuesta
rolectiva, y

unida,
remachando en
que los
social-d.emócra­
tas
rusos

no
lucilaban por
conseguir reformas graduales y conquistas
económicas, sino

por
tlll cambio total en la concepción de la socie­
dad, y en las más puras esencias de interpretación de los materia­
lismos

dialéctico e histórico.
Expusieron cómo eran el único par·
tido en que se planteaba como programa principal del mismo el
combate
por la dictadura del proletariado.
La intervención de Trotsky fue destacadísima, y resulta curioso
observar, en
esa deformación

de la
historia hecha a conciencia por los
apologistas
soviéticos, cómo se silenciaría

su papel, magnificando a
cambio el de Lenin. Su defensa del centralismo del partido _ sería
posteriormente la divisa de Lenin frente a la escisión menchevique.
m internacionalismo proletario, el programa revolncionario, y
la_
dictadura del
proletariado, el programa de
Jskra, en _suma, triun­
fada por mayoría de vooos, y los opositores-fueron derrorados. Pero
aquí -se produce por _ última vez la solidaridad entre los hombres de
Jskra. La unión monolítica deja de serlo, y se producen las es­
cisiones primero y las fracciones posteriormente, y se origina no
por problemas básicos ni docttinales, sino por diferencias frente
al
concepto organizativo, donde se ponen de manifiesto el orgullo de
los hombres
y sus particulares concepciones exclusivistas de pose­
sión de
la verdad, "Curiosamente, las dos fracciones parecían apro­
ximarse
a la doctrina
cuando la
división se
hizo permanente" (14).
(14) George H. Sabine: Hi.st01'ia de la Te01ia Pollti&a.
192
Fundaci\363n Speiro

1903 EN LA HISTORIA DEL COMUNISMO
La disow,ión de los estatutos geuera 1a división bolchevique•
menchevique
La idea de Lenin sobre el Partido ers la creación de un partido
único,

fuertemente centralizado y combativo, sujeto
a una férrea
disciplina,

en
el relajamiento de la cual podría pr9Clucirse daños
irreparables. Lenin -resulta c3.1:acterístko aquí, en su di{erencia · _fren­
te al marxismo oocidental; asoma su desconfianz¡¡ profunda en la
masa. Si ésta no es dirigida, con.s.idera, y pienso que c~rterament~,
que ésta _no es de por sí : proclive a la revol~ión, sino conformista,
en su "status», a poco que éste traiga graduales mejoras, y que si
ésta no· es dirigida por los intelectuales,-IJ.O se m~erá, Lenin des­
confía del proletariado, ya que éste necesita ser impulsado y diri­
gido pot lídetes no proletarios.
Este papel

está reservado al Partido,
y pars que pueda cumplirlo,
tiene que estár poseído

de la
ronciencia de

su misión
histórica y
trascendentaü, para llevat a cabo la cua:l no valen. los mét.odps ante­
riores

de afiliación a los partidos, aunque
fuesen socialistas, y esto
origina la diferencia con Mártov, quien
considerab;,. como. condi­
ciones

suficientes para
ser miembro

del Partido: la aceptación de
su
progtarna y la prestación de ayuda material, así como imprecisa­
mente

el
cooperar bajo la orientación

de
la organización
Lenin

decía que "miembro del partido
es cualquier persona
que acepte su progtarna, apoye al . partido Cl)11 recursos materiales
y
participe personatmente en una de sus organizaciones".
Pa!rece
a

primera vista que
la diferencia es pequeña, pero la
teoría de Leuin es esencialmente pa del desarrollo y disciplina del Partido, lo
vemos en

los militantes
comunistas,
entregados totalmente

a sus ideas y
d;.fusi6n. · La

fór·
mula de Mártov era más imprecisa, más vaga; no exigía una par­
ticipación decisiva, estaba más al estilo de los militantes tradicio­
nales de los partidos. Aunque no
sólo a discrepancias ideológicas se debía la descom­
posición

de la unidad de la
redacción de Iskra, también había un
fondo de personalismos y rivalidades que, al producirse la
d:iscre-
193
,,
Fundaci\363n Speiro

ANGEL MAESTRO MARTINEZ
panda ideológica, emergerían a la superficie, provocando un mayor
enconamiento en

las
disCU&iones, y tiñiéndolas de esa animosidad
característica
de cuando, tras los problemas políticos, existen tam­
bién

las animosidades
personales.
Lenin había,
propuesto

la reducción del que podrían
llama,
Consejo de redacción de Iskra, de seis miembros a tres, que habrían de
ser los ya antes citados Plejanov, Lenin y Mártov, pues Vera Za-­
súlidh, Pottésov,. y Axelrod. eran muy inferiores tanto. en calidad
como en
prod11CCión literaria, y, aunque Lenin era partidario de des­
pedirlos con todos los honores, como viejos y combativos militantes,
no
se atrevía a dair este paso ran fuerte, y de tanta repercusión, en
la
estructura del Partido, pero el veterano Plejanov sí se mostró
de­
cidido

a obrar,
y rápido. La oposición a esta medida partió, como
era costumbte, con su apasionamiento, de Trotsky, quien acusó a
Lenin de personalismo y de querer ejercer una dictadura del Par­
tido

(15).
Todas estás circunstancias motivaron un crecimiento desmesu­
rado de· las desconfianzas y el creer ver intrigas, las más de las ve­
ces

imaginarias, pero que
tiñeron a

la cuestión política de
insepara--
· bles matices personales.
Trotsky y Mártov atacaron a Lenin por su concepción del Par­
tido, acusándole de favorecer la dictadura, y ya las dos posiciones
resultaron antagónicas:
Lenin exigía

la participación activa como
premisa indiscutible,
y la disciplina rígida, como factores caracte­
rísticos
y difetenciantes del
partido.
"La más estricta observancia
de

los
estatutos por todos

los miembros,
disciplina de
partido única",
la
idea de Lenin sobre

el
Partido (16),

era evidentemente
supera-
(15) Hay _que reconocer que Lenin ~taría de atraer a Trotsky, pues
reconoció en
él su valía, y que llegó casi a supliCar a Trotsky a través de
él
mismo, y de emisarios como su hermano, pero fue inútil. Posteriormente
el enfrentamiento
·mayor coritra

Trotsky,
y la mafor animadv.ers.ión personal,
ya
iniciada antes, corrió a
cargo de

Plejanov.
(16) Como
razonadamente ha señalado _Gonzalo

Fernández de la Mora,
en un artícqlo _ titulado «Qué m.a.pcisroo», ser .matXUitas a secas hoy día
es de llllil: ambigü~ad inadmisible. Una vez más ha de insistirse en que si
no llega a ser por
la revolución rusa, y por el consiguiente triunfo leninista,
194
Fundaci\363n Speiro

1903 EN LA HISTORIA DEL COMUNISMO
dom de las teorías. de Mlllx, puesto que, pom Lenio, la ideología
proletaria no respondía haber sido creada por esa clase, incapaz
de
ello, sino por un pequeño grupo intelectual, ya que la masa tra­
bajadora es incapaz de tomar conciencia de su estado y soluciones
consiguientes.
Es un sujeto pasivo, pero no activo; la actividad es
ejercida
por esa "élite" intelectual, y la élite intelectual es el Par­
tido.

Por
tam:o, es innega:ble, por mucho que quiera disfrazarse de
popularismo, que

la ideología leninista en sí es
ultra, intelectual
y
clasista, aunque dicho clasismo sea sólo el modio para una toma
de conciencia
de la masa.
El

pensamiento de Lenin
se desvió cada vez más del pensa­
miento socialista del siglo XIX, postmarxista, y su ataque a los sin­
dicalistas clásicos, a los que
acusaba de revisionismo marxista, está
claro en sus escritos.
Frente a ello, y aderezado con las circunstancías personales an­
tes
expuestaS, se produce ya ese enfrentamiento abierto, de parte
de

Mártov
y Trotsky (17), y este último, formidable polemista, aumen­
ta
la intensidad de sus ataques
contra Lenin. Lenin exige, reflejo de
su
pensamiento,
un elitismo para perten=r al partido; Mártov, pro­
.bablemente,

pensaba que ese elitismo
era esencialmente antiprole­
tario, y que además disminuiría el crecimiento posible del Partido.
Trotsky apoyó
calurosamente

las
tesis de

Mártov, considerando que
las ideas rígidas de
Lenin atentaban contra la función "histórica"
de los trabajadores.
las ideas de Marx: serían sólo objeto de ios afanes de los estudiosos de las
Ciencias Políticas, y su, difusión hoy día seria limita.da a esos círculos, y de
una difusión
parecida a

los que puedan
tener las de Proudhotn, Owén o
Fourier. Sin Lenin, Marx hoy día sería apetlas nada.
(17) De aquí partiría uno de los argumentos principales esgrimidos
contra Trotsky por Stalin, · el de la acusación de «menchevique», lo cual es
inexacto. Angel -Maestro: Socialismo en un solo-país o revolución peNfla-­
nente. La polémica SttJin.Trotsky. Resulta, además, absurdO y contradictorio
por parte de los apologistas soviéticos, hoy dfa _ casi tan feroces críticos de
Trotsky como en la era era
estaliniana, ef et.1.globar a Ttotsky en un mismo
concepto oportunista junto
ron Akim.ov y MártoV. Por mucho que se retuerzan
los
argumentós, Trotsky

atacó a los
'«economistas» de Akimov, y éstos, igual.
mente,

fueron
atacados por

Mártov.
Fundaci\363n Speiro

ANGEL MAESTRO MARTINEZ
Sometido a _ votació,;i, por una pequeña mayoría, 28 contra 23,
resultó triunfadora
la jdea de Márrov, y Lenin quedó derrotado, pero
entre los votos que dieron la victoria
a Mártov estaban los de los
judíos "bundist$", y de. loo --economistas, que, viéndose _ derrotados
frente
a
los "iskristas"; .abandonaron el. Partido.
Cuando
el mismo Lenin aceptó, parece que pasablemente, su
derrota, se
produjo ,la cuestió!>.e_seucialque traería el fraccionamiento
del Partido,
y , su consiguiente repercusión posterior, de enormes
consecuencias

para los revolucionarios.
Len.in, ya
.en
~s últimas.
se­
siones
del Congreso,

procedió a plantear el tema de la
eleccióo de
los_ órganos centrales, entre

los que
figuraba el Comité Central y el
Consejo de redacción fectQ de Lenin, pero de .fotma inesperacla Lenin triunfó por solo
dos
votos, 19

a favor, 17 en contra,
y tres abstenciones. (19).
Lenin proclamó su triunfo,
, y, en consecuencia, Pavel Axel­
rod
_y V era Zasúlich debían. abandonar el Consejo de redacción de
Iskra, También con los mismos resultados de la votación _ el Congre­
so eligió a
_los candidatos propuestos

por Lenin al Comité Central,
que fueron Fridrich Lengrik, Gleb
Krzhizhanovski y Vladimir Nookov.
Asimismo,

fue elegido presidente del consejo
del partido, Plejanov, y
en representación de Iskra, Lenin pasó a ser miembro del Consejo del
Partido, organismo

supremo formado por
el Comité Central, con dos
miembros,

Iskra,
-con

otros dos,
,y el presidente. Los adver_sarios de Le­
nin reaccionaron indignados, y rechazaron la votación, mostrándose
(18} Is~,-a seguiría siendo virtualmente la dirección_ del Partido. De­
bería constituirse
af}emás

un
_Comité_ Central "q~ fpnciona.,ría en la clan­
destinidad en Rusia, pero qui;;-, .

expuestos a ser
detenidos, podía
afectar seria­
mente al funcionamiento del partido,. por lo que, el Consejo de redacción -se­
gw.t'ía en su papel· preponderante al funcionar en el extranjero. Lenin pro­
puso una
vez más-, para. superar los problemas de Jas oposiciones entre los
exiliados ·y el Jrente interior, un Consejo que funcionaría como árbitro_ entre
lskra y el Comité Central.
( 19) Recordemos, ante la diforenda de votos en la votación _ anterior,
que· ya no
figuraban los «oportup.istas», como se les califica en todas las re­
ferencias oficialistas soviéticas

a los
«bu.m;listas»-y a los «economistas». Los
ataques contra Trotsky fueron especialmente. fuertes por parte de los leninis­
tas: Kruniánts, Gúsev y Bauman.
Fundaci\363n Speiro

1903 EN LA HISTORIA DEL COMUNISMO
Lenin inflexible frente a las manifestaciones de boicot a Iskra, de
la
que

Mártov
renunció

al pertenecer a su Consejo de redacción. Lenin
actuó con toda la autoridad que le daba el ser
"democráticamente"
victorioso, y proclamó su victoria desde el punto de vista de la ma­
yoría, surgiendo así
ésta como "bolchevique" frente a la minoría
"menchevique". El
partido se habla escindido en dos, y lo que pueda
en un principio discusión teórica habría de tener consecuencias de­
finitivas.
Los menoheviques bokotea.on a los nuevos órganos de gobierno,
no reconociendo su autoridad,
radical~dose cada uno más en sus
decisiones,
y Lenin, mostrándose da.o y terminante con lo que cali,
ficaba

de "individualismo
y anarquismo impermisible elntolerante'",
reforzó

aún más su concepto
.de. organización del pa.tido.
Lenin

procedió sin demasiadas.
consideraciones. contra las figuras
del Partido por muy venerables que éstas fuesen, cuando éstas ya
no estaban en condiciones de acelerar el proceso revolucionario,
sino más bien de originar cou su .candidato
un estancamiento que
le
hicie~e convenirse

o
asimilarse a -µno .de
tantos estériles movi­
mientos socialistas .de oposición de los que pululaban por Europa,
destinados a
perderse en
una
lucha de
divisiones
y . subdivisiones.
Lenin rompió radicalmente con los sentimentalismos, ~nside­
rándolos contr~ios al supremo interés revolucionario;' su maestro y
luego enemigo Plejanov lo apoyó antes <;on su argumento "Salus
revolutionis suprema !ex est", comprendiendo la necesidad de una
voluntad de acero lejos de toda consideración. Curioso Plejanov,
quien más tarde sería un fururo mendhevique, y que diría de Le:tiin
que era un hombre de la fibra de los que estaban hechos los Ro­
bespierre. Resulta -asombrosa la preocupación de los dirigentes ru­
sos

en
asimilar su ¡,roceso revolucionario en

personalidades
y he­
chos a la .revolución francesa, creyendo que ]a historia se repetiría
en situaciones y personajes.· Hásra que se afianzase la revdluéión,
ya

después de
la NEP, ·Trotsky, por ejemplo, sería acusado de Bona­
parte incipiente, o
en germen, y también sobre Tujachevsky caería
la misma arusaci6n.
Los bolcheviques reforzaron su criterio de eliti~o del Partido,
como
núcleo de

profesionales dedicado
en cuerpo y alma a la revo-
197
Fundaci\363n Speiro

ANGEL MAESTRO MARTINEZ
lución, sometido a la más rígida organización y disciplina, con su
desconfianza innata 'hacia las tendencias socialista:s de la masa, y
su rech= de que el socialismo era Jo natural del proletariado, por
lo que éste le apoyaría en consecuencia. Lenin, y acertadamente,
considero esto como una tontería, y apoyándose en Kautsky, maestro
indiscutible --- ataque: "El socialismo y el ren.egado Kautsky"-, insistió hasta la
saciedad en que el proletariado no haría nada

sin su dirección, bajo
los
intelectuales.
Los mencheviques, acusados de girondinos por Lenin, quien se
atribuía a sí mismo el
papel de
jacobino,
y como tal fue acusado por
Trotsky, reforzaron su idea de considerar al Partido como-organis­
mo que lógicamente, al defender al proletariado y a sus intereses,
atraería al mismo, junto con · ios intelecniales sociialistas, y como
fin conseguirían una fuerte organización que t:mbajaría para defen­
der
los intereses
de
1a clase trabajadora desde la legalidad. Los men­
cheiviques inauguraban Utla enorme organización a la que se inte­
grarían, de forma descontroladora, los sindicatos y las agrupacio­
nes, e inclu.so se :reconoc;ía una actuación "democrática."_.
Después de unas complicadas actuaciones y que contarían con
el apoyo de Plejanov,
deseoso de

contemporizar en los menchevi­
ques, éstos se apoderarían de lskra, y desde esa tribuna atacarían
a Lenin y a sus teorías, haciéndose eco partiru.larmente en las acu­
saciones de su dictadura sobre el Partido, y contra su "puño de hie­
rro". Trorsky .. se cebaría contra Lenin con más violencia _-que nin­
guno de 'los mencheviques, y sabiendo que a Lenin en el fondo le
agradaba su
comparación con el jacobinismo
de Robespierre, llegaría
a
decir que comparar a Lenin con él era algo así como en lo que
"una farsa vulgar se
parece a una tragedia
histórica".
Los mendheviques tenían organizado ya lo que sería el nuevo
Comité, fonnado por Mártov, Axelrod, Pwéscw, Dan y Trotsky.
Muy
prooto Trotsky,

en 1904, se
separaría. La rotura de la unidad
hizo que los ataques de
Lenin al mencbevismo arreciasen también
en

intensidad
y que éste reforzase más la concepción· elitista del par­
tido, sin la
cual el proletariado no triurtfarfa nunca y sería irnpo-
198
Fundaci\363n Speiro

1903 EN LA HISTORIA DEL COMUNISMO
sible la revolución socialista. "El proletariado no dispone en su
lucha por el poder de más armas que la organi=ión", dijo.
Lenin
pensaba aún

que
podría ser posili.le la reconciliación,
siempre que éstos
aceptasen las

bases organizativas del Partido,
y a
lo largo

de
los años hubo

intentos de
unificaciones, con cambios
de

opinión por
ambas partes. "En un último análisis la disposición
real en el Partido era
mucho más de temperamento y de tácticas
que de
doctrina" (20).

Estas opiniones de
&hapiro y
algunas
des­
mitificadoras

semejantes, de otros autores, son combatidas con
es,
·pedal vehemencia
por

los apologistas como V. Griñko, que afirman
cómo la división
se originó por "el resultado de las profundas dis­
crepancias de principio entre la parte auténticamente revolucionaria
del Congreso
y la parte oportunista" (21).
Len.in remacharía sus

opiniones sobre el Partido, insistir en la
más estricta observancia de loo estatutos por todos sus miembros,
en la disciplina de partido único, y consideró a los mencb.eviques
como

fuerza
opuesta ll1 movimienro proletario,

así como enemigos
del Partido como
organizador del

proletariado, y
para contrarrestar
a
lskra, escribiría en mayo de 1904 una de sus obras decisivas:
Un paso adelante, dos paso, dJrás, compendio de las normas
inquebrantables de la vida del Partido, preparándose
ya, para en el
verano de 1904 convocar el U! Cong,eso del Partido, pero esto ya
es
otra historia.
O>mo conclusión, y como consecuencia de esta división entre
bolcheviques y mencheviques, y por encima de lo accidental de la
misma -- portante papel-, podemos ver que desde 1903, desde
d II

Congreso
del Partido,
d comunismo, cuando

triunfase, iría ya imbuido del
pensamiento y línea de ocoión leninista, que marcarán su impronta
de
disciplina y eficacia, de
tan terribles oonsecuencias posteriores.
Asimismo,

el elitismo y su desviación del marxismo
ortodoxo, le
daría

al Partido su sello indiscutible,
y contra la opinión marxista
(20) Leonard Schapiro: El Partido Comunista de la Un;ón Soviética.
(21) La l11cha del partido bolchevique contra el trolskysmo, Varios auto­
res, Moscú.
199
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ANGEL MAESTR.O MAR.TINEZ
de que la experiencia irulu.ruial daba forma al proletariado, carac­
terística seguida por el meru:hevismo, el leninismo señalaba que el
proletariado por sí no daría práctkarnente nada, y que la . misión
del Partido, su verdadero ·sentido mesiánico, era precisamente el
imbuir al proletariado de su. misión histórica, dar forma a la roma
de conciencia del mismo y acelerar el proceso revolucionario. Desde
entorices hay que distinguir inequívocamente entre el marxismo a
secas, anticuado, pocó práctico, si acaso especulativo, pero que por
sí solo
nada o casi nada significa ya, y el marxismo-1<:ninismo, co­
mo adaptador y corrector de Ia filosofía marxista, en un proceso no
sólo especulativo, sino revolucionario. Esto existe ai;í desde 1903.
200
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