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Número 253-254

Serie XXVI

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I Mayorías y saduceos; II La actual situación religiosa en España; III Un signo de los tiempos; IV Mártires y políticos

ILUSTRACIONES CON RECORTES DE PERIODICOS
lA acumulación de buenos estud~os pendientes de public;ar, es la
causa de (Jue nuestra secci6n de Ilustraciones con recortes de periódicos
apenas aparezca en esta . revista. Sin_ -embargo, hoy, . tenemos ante los
ojos dos artículos que muestran tan a lo vWO la desorientación radical
y
la Incongruencia- en
. la opinión

pública mayoritaria
de muestro h"em­
po, que no queremos dejarlos pasar desapercibidos.
l. MAYORÍAS Y SADUC:EOS,
Este es el titulo de un artfcu~o aparecido el 4 de febrlfl'O de 1987 en
EL ADELANTADO DE SEGOVIA, firmado por n1'estro amigo, C<>­
tlPnigo de la Catedral de esa ciudad __ castellana, don Lucas García Bo­
rreguero, artículo del que efectuamos los recorte.Y que siguen:
c:Según la cita de fray Justo PéreZ de Urbel en su precioso
libro
Vida de Cristo, Sadoc, el fundador del saduceísmo, dio
este consejo a. sus. seguido~&... como única máxima sagrada: No
te separes de · la mayoría.·
»Es una máxima que

puede sorprender a
más de
cuatro lec•
to res. Vamos,
p·or ello,

a dedicarla
unas reflexiones,· aunque

pue­
dan salir un poco
deshilvanadas.
>La máxima
es

de enorme trascendencia; con ella se
abren
las

puertas al
escepticismo y,
como secuela, a toda relajación;
se arruina

la metafísica,
y entre sns ruinas perece la ética v.er­
dadera, ya que se convierte

a la mayoría, al número, a la
arit•
mética

en criterio y norma de la verdad y de la moralidad.
:>Nadie pienae que

estas ideas sean antañonas, viejas, como
Sadoc, y
8llf. vigencia. No son viejas; viven· con vigor juvenil.
Aquí, en Segovia, fueron defendidas hace tres años en la
SO•
lemne apertura del curso universitario. No hace muchos años
un político del máximo rango. ilos decía

que lo real,
lo. que se
lleva

en la
call~ es lo moral y debía ser legalizado. 0"Qrkeim
y

su escuela moral
sociológica ·sostienen_ que es

verdadero y
bueno el modo de ser de la sociedad
sea el que fuere,

la
opi·
451
Fundaci\363n Speiro

452
nión pública, la conciencia colectiva, a la que debe conformar· se la
con-ciencia individual.
> Y, poco antes, en el siglo xvm, Adam Smith, más famoso
por su doctrina económica que
por su
sistema· mor¾
sostenía
como criterio de moralidad el
parecer de

la mayoría y hacía
coiricidir las

nociones de bien y de
mal con el comportamiento
de los más. Benthan era más duro; "en ningún caso, decía, se
puede resistir. a
la mayoría, aun cuando llegue ésta a legislar
contra la

religión y el derecho natural, aun cuando mande a los
hijos sacrificar

a los padres".
,Se puede, de pasada,. tomar

nota de que el régimen de ma­
yorías
está_ vinculado

de manera especial a
_la democracia,
y
que
_i';sta, seg~ _muchos

y muy sesudos tratadistas,
ha de ser es·
céptiea.
Uno de los más -notables, Kelsen, ha dicho: "De hecho,
la causa de -la democracia aparecerá desesperada, si se parte de
la idea de que el hombre puede alcanzar verdades y poseer va­
lores absolutos". Si esto fuera necesariamente
así, no
le arren­
daríamos la

ganancia ni a las
~yorías ni a los pueblos que
cayeran en

el
esce'ptici!Dlio>.
cLas

sombras que entenebrecen nuestro firmamenío
mtlti:r.·
ral, no hace falta decirlo, son saduceas . y materialista~ en los
liberalismos
y .en los colectivismos. Con apoyaturas foráneas de
los seculares enemigos
dél Cristianismo y dé nuestra patria, han
surgido saduceos

a lo largo y a lo
aD.Cho · de

la
geogl'afía his­
pana, coino hongos en· otoñadas ·húmedas y suaves. Los agita un
espíritu morboso de homologación a Europa, a
la desdichada
Europa
· hodierna

que
ha renunciado al Christus vinci para en·
tonar un
"réquiem"· de sil propio funeral. En la Iglesia se resu­
me
en otra palabra:
"a@:giorD.ai:nento", adaptación
o puesta al
día,. "en nombre del cual no pocos se atreven a someter el dog­
ma

católico a peligrosas interpretaciones y deformaciones" (Pa•
blo VI) : Frutos dañados de ese saduceísmo eclesial son entre otros el· antropocentrismo,
la secularización, el temporalismo, el
hotizontalismo, el relativismo, el historicismo,,.
>Jamás se verán

limpias de
sadu~os ni
la Iglesia ni la
pa·
tria y siempre habrá que contar con la fuerza de la mayoría,
porque la mayoría es una
fuerza social,
aunque pueda serlo hru·
ta. Como .muchísimas cuestiones no hay más remedio
que solu­
cionarlas

por
votación mayoritaria,
habrá que esforzarse por·
_ que

esas mayorías, y sobre
todo las
minorías que las llevan
dol
ronzal,
sean

de
homhiies capaae~ y

honrados y no de ignorantes,
frívolos o corrompidos, Lo que
queríamos decir

y
decimos con·
Fundaci\363n Speiro

tra Sadoc es que ni. las mayorías ni las minorías, sólo por ser
tales, son el
criterio· de

la moralidad,, pero no
se puede ignorar
la

fascinación que las
mayórías ejercen
sobre las
masas».
cEU:tonces,
¿cuál ha de ser nuestra Bctitud en, relación con
las mayoría$? La mayoría es un poder, pero no .es la verdad ni
el bien. Si SaéÍoc dijo lo que dijo, la Sagrada Escritura en el
libro del Exodo~ 23.2 dice' lo contrario: "No seguirás en el mal
a la· mayoría; no
'declararás en
un proceso siguiendo a la ma·
yoría
y violando el derecho". Siempre hay que estar al lado de
la verdad y del bie~ con la mayoría o con .la minoría, y contra
el saduceo conforniista
y traidor tiene que alzarse el espíritu
heroiCO, puro y entero de Io·s Macabeos._.>.
TI. LA ACTUAL SITUACIÓN RBLIGIOSA EN EsP AÑA.
Con

e[ ··tiiulo
EL CRISTIANO BN LA-SOCIEDAD ACTUAL ha publicado
ABC del 26 de marzo de 1987 un
articuló de Monseñor Pablo Barra­
cbina, Obispo
de Orihuela (Alicante), que reproducimos, íntegra y li­
teralmente, ci continuación:
cHémos de reconocer con sinceridad y humildad que los que
integramos la
Iglesia, sacerdotes,
almas
consagradas y
laicos,
hemos padecido en general desde hace lustros el mal de la
mediocridad, razón por la
cual la

evangelización y formación
sobrenatural de
nuestro pueblo

no
ha sido la que necesitaba y
pedía. Las
raíces-más

hondas de .España son
cristianas, y
nues­
tra cultura es impensable
sin elliis. _Por

eso nuestro pueblo es
tierra la más abonada para un cultivo
exigente que no ha te•
nido. Teniendo presente,
ademBs, -

que el mundo del que
· somos
parte~ no

favorece la verdad del Evangelio, con
más empeño
habíamos

de haber sido luz del
·mundo, como

dijo Jesús.
»Un Estado

de
Dei-echo, social

y democrático, que propugna
como
valores superiores d~ su ordenamiento j_urídico la

liber­
tad, la justicia y la igualdad,
·como dice

la Conátitución, no se
podrá sostener si no iJJ,tenta por todos los medios que los hom­
bres sean interiormente libres o dueños de sí mismos, que
posean
esas cualidades ·que los harán

justos e insobornables y
que respeten realmente a todos los hombres, ·simplemente
por­
que

todos pertenecemos a la familia humana. No se puede as•
pirar en verdad a un ordenamiento jurídico, sin un ordert moral
superior.
453
Fundaci\363n Speiro

454
>El hombre puede exigirse elevación de miras, poder de vo­
luntad, dominio de instintos bajos y
sentimh,ntos bastardos.
Esta

es la grandeza del hombre libre, que, siguiendo la norma­
tiva de su naturaleza raciona 1,, puede ser él mismo. Por eso la
libertad no escatima
esfuerzos, no

es esclava de caprichos, nun­
ca se deja llevar de desahogos de
"hacer lo

que le viene en
gana".
Es libertad resl)Onsahle, ¿ Es ésta la libertad que se di­
vulga y
proclamá? No,

en absoluto. Es ]a libertad .de la masa
la _que se canta, carnaza que sacia de
molD.ento y ayuda a ol­
vidar.
Es la

libertad de
espaldas a

la verdad, al bien y a la
decencia personal y pública. Es la libertad
qne embrutece.

A
la persona dueña de sí
. misma

le está sucediendo el
eolectivo,
el

espíritu
gregario, hacer·

10
que priva. ¿ Es éste el hombre que
necesita una democraeia?
:>Pero vayamos

ahora a las libertades púb1icas que garantiza
la Constitución
referentes a

la religión (arts. 14, 15 y 16). Todos
los españoles son
iguales: ante

la ley sin que quepa la
discri·
minación

por
tazón de

religión. Se garantiza la libertad religio•
sa. Nadie
podrá ser obligado a dec1arar sobre su religión o
creencias.
Todos los·, poderes
Públicos tendrán
en
C'Denta las
creencias

religiosas de la sociedad esp{lñola. Existen cauces . re·
lativamente
abier:tos de

diálogo entre el Estado y ]a Iglesia que
hemos de agradecer., Y la Administració_n sabe y tiene constan­ cia de
-que la religión católica es la mayoritaria de los españo­
les. Pero el· clima- creado
por, las autoridades, por acción u
omisión/

no· es
pacffico o

de distensión, sino de recelo y aver­
sión. Existe una velada acepción de personas para
.cubrir plazas
de

concurso. Ciertos profesores abusan de la _libertad de cáte·
dra en

contra
dC la libertad de

padres y niños, Y el descrédito,
la falacia y hasta
-la calumnia se ceban, contra verdades religio­
sas
e

instituciones eclesiales con mayor o menor
pe,;iodicidad
e,i -cierl:os medios

de comunicación social. V al dría más sentirse
olvidados que ser tratados de esta manera sibilina descristiani­
zadora.
>;Existe un intel.'é& _

manifiesto en crear confusión doctrinal y
moral.- Es todo un plan organizado de indiferencia religiosa
Porque
·no es

explicable tanto celo en
quienes no
creen, y tanto
insisten en· repetir

las
mismas consignas. Es

de domino común
que_ una superficial educación en· la fe y una práctica rutinaria
arrastran
al abandono de las creencias y de las sanas costum­
bres ante cualquier n:l.otivaCÍón personal o

social. Por otra par­
te, el permiaivismo,.
Ja licencia

y
la inmoralidad pública pro­
ducen el mismo- fenómeno deacristianizador. La ley del divorcio,
Fundaci\363n Speiro

la despenalización del aborto, qiie ahora se quiere extender a
un cuarto

supuesto, y la planificación familiar en danza, pre­
sentada por el Ministerio y diversos ayuntamientos- mediante
panfletos degradante~ son

claro testimonio de esa confusión
qo.e
se crea desde arriba. Son los mismos jóvenes los que gritan in­
dignados. "¡ Estos no son los jóvenes de este país!". Produce
vergüenza ajena tener que transcribir estas palabras.
Se dirá
que !30n

dos concepciones del hombre y de la vida social dis­
tintas las que
p?esenta el catolicismo y

las del Gobierno. Y
tienen
razón. Són dos oonceJJeiones del

hombre y de la vida;
pero debo
agregar que

vivimos en un Estado de Derecho, y el
Ejecutivo representa a
toda la nación. Al margen de cualquier
creencia
o

ideología, hemos
· de afirmar oon Aristóteles: "que
hay

que actuar
según la recte razón,
es un principio
común
que

damos por supuesto''
.. Movidos
p_or ella -agrega-, todos
hemos mamado en la
niñez. que la

educación es
eri orden
a
crear hijos virtuosos. Y

análogo es el
firi del
que gobierna:
hacer
ciudadanos morigeridos, ·-cualificados por

sus virtudes
(Eti­
c.a a Nicómaco, L. II, 2, 3 y 4).ú,"
> Y nuestro gran Séneca. nos ·dejó escrito: "Abandona los
torpes placeres,. ,_ ql'i.e t(lD caros cuestan, 'que perjudican más
oomo pasados. que
como venideros. ABí oomo
dejan inquietud
los
crímenes, aunque

no
Be descubrieran cuando se· cometieron,
asi también

los placeres torpes
dejan pesar, oo.ando nos
en­
contramos
hartos de

ellos. Busca
otro goce . que tenga estabili­
dad;

pero no
existe ninguno 'fuera del que el
alma ·encuentra
en sí
misma" (Epístola XXVIl, de

las
Epís~las morales). Aque­
lla falsa
libertad,. tan extendida -por

nuestra geografía, hace
hombres
serviles, degenera

en esa
crisis de

moralidad, que
parece está tocando fondo. Si,;,mpre
ha habido seres humanos
viciosos, pero
tenían vergüenza

de sus miserias. Hoy la.
vileza
está

deshonrando
nnestra patria.
>La Constitución

española
ha colocado la justicia como va­
lor superior de nuestro
ordenamiento jurídico,
Y cori razón.
Ahora
bien, tal

virtud no
puede concebíree sólo socialmente:
en primer
lugar es, oomo dice

la antropología, una virtud
ca~­
nal
o.

conjunto de virtudes que hacen al hombre bueno. Difí­
cilmente podrá
comunicar justicia

social
quien no sea honra­
do, insobornable, justo.

La
justicia es la virtud que van incul·
cando

los
padres, col¡l

amor, desde el princinio a
S'!IS hijos, los
educadores serán continuadores de
18 obra,

·
para que, por fin,
los jóvenes, convencidos de su gi\,andeza y necesidad, la practi­
quen y sean verdaderos
ciudadanos.
455
Fundaci\363n Speiro

»En el orden social estamos seguros-que los poderes públi­
cos trabajan con denuedo en un
labor. que es

düícil y comple­
ja por las diversas vertientes que comprende.
A nivel econó­
mico-social hay
que decir

que han aparecido
u'n&s luces de· ere·
cimiento que ojalá se consoliden. Mas no existe política eco­
nómica pactada, porque
°las partes no

quieren o
no saben qué
política aplicar al momento español. La tasa de desem.pleo de
Espafia .excede

_con
mucho a
la- media de a Comunidad Econó­
mica Europea. El futuro' de

nuestra juventud
es pavoroso.
No
obstant~ las

alarmas justificadas de tiempos
pasados., nuestro
ingreso

en la Comunidad Europea- se ha
.realizado sin
la prepa­
ración adecuada.
Los recargos de los ayuntamientos sobre la
Contribución Urbana, consentido por el
Ministerio oorrespon­
diente,
hail sido tan exagerados que ahora se ven obligados a
devolver· dinero. No
hay justicia en la calle. · Al miedo· de los
ciudadanos indefensos ante los delincuentes, hay que ·sumar el
de los
comercios, los
bancos y taxistas.
Él poder
jurídico que,
según la Cop.stitucióu, emana

del .pueblo
y necesita de jueces y
magistrados independientes, inamovibles y responsables, padece
una enorme crisis de identidad.
hasta el extremo que mucho~
de.

ellos se sienten molestos
y como en entredicho ánte la po­
lítica, la calle y la forlllá como se aplican las sentencias. No hay
dinero
suficierite para
perseguir el tráfico de drogas, y
si lo hay
para editar pan:8etos de
planificación Jamiliar que

avergüenzan
a quienes los leen. ¿Són éstas las. condiciones de vida reco­
mendables en orden al bien
común, que

considera la justicia
como -uno de los
valores superiores?>.
fil.-UN SIGNO. DE LOS TIEMP{)S,
Este es también el tftuSo del arriculo que lleva la firma de Hermó-­
genes Pérez de Arce publicado en EL MERCURIO de Santiago de
Chile el mismo 4

de febrero de 1987, .que
reproducimos literalmente:
456
«Carmen Gloria Quintana es una joven chilena· que resultó
con graves
quemáduras en
un incidente con la fuerza pública
cuya investigación. está entregada a
la· justicia.

Está siendo cu­
rada . de sus
quemaduras oon un

generoso despliegue de
recu.r-·
sos.

La Embajada de
Íos-Estados
Unidos, a un costo de varios
millones de -pesetas,
financió su tratamiento en Cln1e. La del
Canadá proveyó a sn traslado a
dicho país para

un completo
restablecii:µiento y

transporte de toda su familia, cuya
subsis­
tencia allá cubre en forma generosa.
Fundaci\363n Speiro

,-Cuando Carmen Gil orla _ estaba hospitalizada en -nuestro país
fu.e

visitada
pol': altos dignatarios eclesiásticos. Uno· : de ellos,
que
se desempeña como coordinador de

la
visita del
Santo
Padre, le ofreció un lugar de honor, sentada
.a la

diestra de Su
Santidad Juan Pablo II cuando este último venga
1,1.l país. Hace
unos

días ella
· anunció
que vendría a Santiago en
-abril, para
ocupar el sitial prometido.
· »Un joven,

Rodrigo Rojas Denegri, también
récihió gtaves
quemaduras

en el mismo incidente
y falleció como conseoo.en•
cia.

En sus honras fúnebres, en medio de. los estandartes de la
Juventud Comunista,
-8 lá que adherí&, el Obispo Auxilia_r de
la diócesis ofició una
misa solemne.
Al mismo homenaje
pó&­
tumo
contribuyó

con su presencia
· el Jl:mhajador de
los ·Estados
Unidos,
H!llTY Bames.
» Vn hecho plenamente acréditado durante la investigacióll
judicial

del incidente en que Carmen Gloria y
Rodrigo re!3Wta­
ron

quemados fu.e ·que el grupo del _ cual formaban parte era
portador de
bomh:as incendiarias, de

las
que los militantes em­
plean
para_
qilemar vehículos

de la
locomoción· colectiva,
»Rosa Rivero

Fierro fue
otra .joven chilena que· resultó que­
mada. Esta mujer modesta, . con . una criatura en el vientre, via•
jaba

en un bus _un
día de
protesta opositora. Contra el bus
fue­
ro:O.
lanzadas

bombas similares a las
·que portaba
el
· grupo
de
Carmen Gloria_·y Rodrigo, y Rosa Rivera resultó horriblemente
CJUemada. >Ni
la

Embajada de los Estados
Unidos· ni
la
__ del
Canadá
ni ninguna otra se preÓcuparon. mayormente de las lesiones de
Rosa Rivera.
SU: estado
se agravó,
eri el
modesto hospital donde
permanecía.
Primero perdió

su criatura
y luego ella misma
fálleció, sin que p~elado ·alguno

haya
acudí.do a
confortarla
·ni,
después, · haya
celebrado nn l'esponso por

el eterno
. descanso
de
su alma. Ningún. embajador·

asistió
1 -tampoco, a
sus exequias.
En realidad,
carecía de

militancia política. Era, apenas, otra
víctima inocente del

terrorismo, no representativa de caudal
propagandístico alguno. No recibió ayuda médica preferente ni
tuvo el aliciente de la perspectiva
d_e ocupar

un lugar .jnnto
al
Papa; en abril, que la motiVara a luchar para sobrevivir.
:.Por lo

demás,
¿ qué dere-cho podrá tener a algo de eso?
Ningún
pilrtido, autoridad
eclesiástica ni potencia la respalda­
ba; no
se había alzado contra la. autoridád, no acarreaba bom­
bas incendiarias, sino que
era, apenas, víctima

de
ellas.
:>Son signos
de los tiempos. Sin embarg~, cuando Carmen
Gloria

ocupe su lugar junto
al· Santo Padre, en abril próximo,
457
Fundaci\363n Speiro

algunos pocos-elevaremos una plegaria- para que las almas de
Rosa Rivera Fierro, de la criatura suya que np alcanzó a DB·
cer · y de tantas o~s. víctimas inocentes del terrorismo estén
ocupando un
sitiaJ similar, pero a

la diestra del
Señon.
IV. MÁRTIRES y POLfn:cos.
El necorte máa reciente de los que . publicamos tiene por ocasi6n la
beatificacl6n de las tres Carmelitas D~alzas del Monastério de San
José, de GudlajMa: María del Pilar de San Francisco de Borja, María
de los
Angeles de San José y Maria Teresa del Niño Jesús, inmoladas,
mártires,
el

24 de julio de 1936.
Ep/.,odlo del qiu, VERBO -"' habfa
hecho
,oo en el número 235-236, página,; 737-738, en la rest!fía que
Francisco José Fernández de la Cigoña hizo del libro EL CARMELO DE
GUADALAJARA Y sus TRES AZUCENAS, escrito por Sor Cristina de la Cruz
Arteaga FalgU~ra. Es un artículo de nuestrO amigo, bien conocido por
nuestros
lectores, Francisco Canals Vida!, aparecido ,en EL ALCAZAR
de 3 de abril, bajo el título VETOS POLfn:COS A LA GLORIA DE LOS MÁR­
TIRES.
Relwiámoslo:
458
vándoos ante
los reyes y gobernadores por CCRtSfl de mi oombre;
mas esto
os dará ocasión de dar--testimonio. Asentad,· pues, en
vuestros
corazones que

no ensayéis
de antemano el modo tk
. defenderos; pues yo os daré lengua y sabiduría, a la que no
podrán resistir o contradeci,r todos vuestros adversarios".
">Seréia azotados
y . compareceréis ante los · gobernadores y
reyes pOr CaJtSa de mí, para dar testimonio ante ellos. Y cuan·
do os condujeren .para entregaros, no andéis· preocupados pen,,
sando de antemano que habréis de hablar; sioo lo que os fue•
re· dado en aquella hora. esto hablad; que no sois vosotros los
que h(zbláis, sino el Espíritu Santo".
»El "testimonio" de los testigos · de Cristo, dado· ante los
gobernadores
y
reyes por
causa· de
su Nombre es el
martirio.
Mártir es el testigo. Testigo que ,muere "aborrecido de todos",
y entregado a la muerte por sos propios hermanos y que da
· así la vida por ellos, u.nido a Cristo. Nadie tiene amor más
grande

que
el mártir,-que

el testigo del .amor redentor de
Cristo~ Por

esto es· odiado el mártir por todos los que son
amadores
del "mundo"

hasta
]Jegar -al odio.

a Dios.
'
»"No extrañéis si os aborrece el mundo: nosotros hemos
cono,cido qúé,
hemos pasado de · muerte a vida ren que amamos
Fundaci\363n Speiro

a los hermanos'', dice el Evangelis~ Juan en su carta recordan­
do. el
mensaje y él -anuncio ·del Señor.
>El martirio es uno de los misterios centrales y de defini­
tiva
significación de

la
vida cristiana, y por ello de la historia
de la Iglesia. Sólo
puede- ser· comprendido

en el ambiente de
la fe
y del amor, es decir, de la caridad teologal que impulsa
al testigo de Cristo . a ·dar_ la vida para iestimoniar su -fe para
salvación de los hombres.
>"Ante los reyes y gobernadoret, "para dar testimonio ante
ellos"'". Todos los que la · Iglesia católica' venera en los altares
coJQ.o mártires -y el culto a los · mártires fue históricamente
el que se
de;sellvolvió primero

que otros entre los
santo&-han
muerto

a lo
largo de

los
siglo~ víctimás de

odio a la fe de
8118
enemigos y verdugos, a manos · de potestades_ pública~, de po·
deres pol:iti:oos. Es este un tremendo misterio, en uná perspec·
tiva que
contemple la

historia
de la humanidad a la luz divina
de la fe en Cristo.
· Ea un misteriÓ al que ~o tenemos derecho
a volvernos de espaldas, a rehuirlo
y a no pensar y· obrar en
consecuencia con él.
>Es el

misterio
d~ ,la "cinda!l terrena",

que asume y pone
a
su servicio

a
lo largo de fa hi_Storia el pOdei: político de los
reinos
y de los pueblos, para. ejercitár en ello~ con influencia
universal
sobre los
.hombres, el . egoísmo
y
~l _orgullo enfren­
tado

a la Palabra y al espíritu de
·Dios~
»El
misterio

de aquella
"ciudad. terrena"
de que
habla San
Agustín,

que no es, si
hahláselilos. de
las cosas
por su esencia,
el orden político, ni las potestades qn~ gobiernan los pueblos,
pero que sí
es ciertamente,

hablando en el plano de
los hechos
y de las concreciones hi.stóric.as, este mismo poder de los hom­
bres sobre los hombres, ejercido
deSde la
soberbia y
el peca­
do,

desde la "mundanidad" enfrentada
aJ designio. de Dios.
Por
esto, San

Agustín muy justamente podía
de':lerihir la his-,
toria
de
aqu,ella Ciudad qÚe llama al hombre al odio a Dios,
narrando la historia de los imperios
de_ las
naciones, que
ha­
bían constituido las idolatrías del paganismo en. l:9-"teología
política"
que inspiraba
sus empresas.
:>Si prolongamos

a los
siglos nuestros
la reflexión
teológica
sobre la historia, encontraremos apoyo para hacerlo, en primer
lugar, en la propia
plJ].abra de
Dios presente en la Escritura y
en la Tradición de la Iglesia de Cristo. Y, dándonos testimo­
nio de ella por modo próximo e
i:i;imedíato a

nosotros, halla­
remos a luz en las enseñanzas del
Magisterio.· auténtico

de la
459
Fundaci\363n Speiro

460
propia Iglesia, y· en el sentir del pueblo -cristiano siempre con•
natural con la
enseñanza de ·1a Santa .Madre Iglesia.
> Un recuercfu de algo_ que decía insistentemente mi madre,
me viene ahora a la memoria. Nos
deeíll a

nosotros,
8118 hijos,
cortando a veces· así
~desde arriba" comentarios anec.dóticos
sobre el anecdotario político ~ cada día, que ella .:Do olvida­
ría
nunca algo
que en su jnveittnd había oído afirmar a un ·
predicador: "Que· lo que -pasa en el mundo es.Siempre la gue­
"ª de Satanás contra Cristo''. "E.sto es lo esencial en la po­
lítica, y sólo así se puede entender lo que. pas~.
>Añado otro recuerdo~ más remoto en. el tiempo. Al ad­
venimiento_ de la República, el
14 de abril de 1931, me impre­
sionó una palabra que oí decir a
:Qli pa4re a las pocas horas
de oír las aclamaciones por
Ja11 calleis de Barcelona,_ con los
correspondientes "¡muera!"
y el primer ondear de . la b~­
dera
tricolor

republicana. Dijo mi padre: ''Pronto habrá que­
ma
de conventos

·.e
iglesias". Tenía
yo nueve años y, natural­
mente, tardé -bastantes
años en

advertir que en
aquel clarivi­
dente

y previsor juicio había la experiencia heredada de mu­
-chas generaciones cristianas; desde el asesinato por instigación masónica del obispo de. Vich, Strauch, durante el trienio libe­
ral de
1820-23, pasai:ido

por
18'35 con
las matanzas de frailes,
y la más reciente experiencia barcelonesa de la Semana
Trá-
gica,

vivida ya por mis padres.
..
>El
impulso

central por el que los gobernadores paganos
llevaban .a los cristianos ante sus tribunales
eFa el

odio, desde
el
paganismo~ a

la revelación _de Cristo como
Hijo de · Dios.
Esto mismo

habían perseguido en el propio Cristo los · envi­
diosos dirigentes del propio
judaí~o. En nuestros tiempos,

la
política anticristiana se
ha e:Jpresado en diversas _formas, anec­
dóticas
en su variedad y apariencia
---como notaba
mi madre-,
pero
se ha .tratado siempre de lo mismo.
:t-Es el

poder político, en función
. de "Bestia" apocalíptica,
que

exige la adoración del hombre por el hombre y
quiere que
la

política
y el Estado anulen o suplanten a la religión y · a
Iglesia.
»El odio

de
loS poderes
mundanos a Dios y a su Cristo les
lleva a acusar a los fieles de Cristo con acusaciones "políticas"
o
de_ cualquier signo. "cnltural"', 99económico", de "clase so­
cial",

de.
amor o

de
Odio a

tal o
cual pueblo.
En las
persecu­
ciones

de la China, los cristianos morían por la fe
de Cristo,
acusados de traidores a
su pueblo

y servidores del colonialismo
de
Occidente. Así, también los mártirés de Uuganda, los del
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Japón y, así, en todas partes. Los mártires de laS diez .perse· ·
cuciones

romanas eran "enemigos del emperador"', sencillamen­
te
po~qne no

le
daban culto como a Dios.
>En España, durante los años, 1936-39, bajo el dominio del
anarquismo y del comunismo, y el dominio fol'lllal de aquella
República

a
cuyo advenimftfnto mi-padre previó iodo el _ secta­
rismo
'de su legislación,. dirigida a descristiainizar 'Y arrancar de
la Iglesia católica a los españoles, se dio una Pe:fsecuoión anti­
cristiana, que· como todas las persecuciones ejercían los gober­
nadores y poderes terrenos., naturalmente en el. lenguaje polf•
tico,

de una política
cuya intencionillidad eseBcial y prófunda
era

hostil a Cristo y a su Iglesia.
>En todo tieD'.lpo; por lo mismo, la glorificación de los már•
tires
ha encontrado resistencia, que se han concretado en autén­
ticos "vetos" contra su
memoria y
su culto. La Iglesia, al
ca­
nonizar a Tomás Moro, no intenta, de suyo, juzgar a_ Enrique
VIII; ni al canonizar a los· mártires de la Revolución francesa
ejerce directa y
explfcitamente un juicio contra el Estado ja­
cobino.
Pero es obvio que la
gloria de
los mártires y su culto
por la
Iglesia de

Cristo es coherente con
el juicio
de la
historia,
quiero

decir, con el
juicio de la historia verdadera que no se
cierre a la
luz de_

Dips. La Iglesia venera a San Pedro
y San
Pablo,
y la historia juzga a· ·NerO.n. La Iglesia venera a las car­
melitas de Compiegne, y
la historia juzga a Robespierre. La
Iglesia venera a Tomás Moro, y
la historia juzga a Enrique
VIll. La Iglesia ha comenzado a, venerar en los altares a los
mártires de la persecución Contemporánea de los años de nues•
tra
Cruzada.
>La historia juzgará a· los
poderes

políticos que formula­
ron contra ellos acusaciones políticas, y a los
que ahora quisie­
ran poner contra sn glorificación vetos políticos,
co11, el juicio
que estaba implícito en la previsión de mi padre en 1931>.
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