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Número 263-264

Serie XXVII

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Participación, cuerpos intermedios y principio de subsidiariedad

PARTICIPACION, CUERPOS INTERMEDIOS
Y
PRINCIPIO DE SUBSIDIARIEDAD
La participación, primer principio de la estructura y política
del Estado.
«El primer principio se refiere al Estado, a su estructura y
"a su realidad política cotidiana. La participación efectiva por
"parte de los elementos sociales al bien común presupone, como
"dice el Concilio Vaticano
JI, un Estado que esté fundado y se 11desenvuelva en la convicción de que "el bien común ·abarca el
"con;unto de aquellas condiciones de vida social que permiten y
"favorecen el logro más pleno de su perfección" ( Gaudium et
"spes, 74). Entre las varias condiciones requeridas para esta fi­
"naiidad resalta, ante todo, la de una autoridad pública capaz de
"dirigir las energías de las diversas formaciones
socioÍes hacia el
"bien común, "no ·Je forma mecánica y despótica, sitio sobre todo
"coino
una fuerza moral'~·» (ib.).
»La "fuerza moral" · cofJsiste esencialmente en la conciencia
"viva de los miembros que
componm la autoridad pública, esto
"es, en su eiemplo y en su testimonio de honestidad y .de ser­
"vicio. La crisis actual de la credibilidad de la autoridad ·públi­
"
ca es, en última instancia, una crisis moral».
JuAN PABLO 11: Discurso a la Unión de Ju­
ristas Católicos
Italianos· el 10 .de diciembre.
L'Osservatore Romano, edición semanal en len­
gua española, año XVI, núm. 8 (790), domingo
19 de febrero de 1984.
La justicia como fruto de la participación.
«Un mundo de ¡usticia y de paz no puede ser creado solo
"con palabras
y no puede ser impuesto por fuerzas externas.
"Debe ser deseado
y debe llegar como fruto de la participación
"de todos. Es
esencial que todo. hombre tenga un sentido de
"participación, de tomar par.te en las decisiones y en los esfuer­
"zos que for;an el destino del mundo. En el pasado, la violencia
"y la ,injusticia han arraigado frecuentemente en el sentimiento
"que la gente tiene de estar privada del derecho a for;ar sus pro­
"pias vidas. No
se ·podrán evita_r nuevas violencias e iniusticias ·
"ali! donde se niegue el derecho básico a participar en las deci­
"siones de la sociedad. fero este derecho debe ejercerse c9n dis­
" cernimiento. La comple¡idad dé la vida en la sociedad moderna
"exige que el pueblo delegue
en sus líderes el poder de tomar
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"decisiones) con la segura confianza de. ,que sus líderes tomarán
"decisiones ordenadas al bien de su propio pueblo y de todos los
"pueblós. La participación es un derecho, pero conlleva también
"obligaciones:
ejercerla con respeto hacia la dignidad de la per­
"sona huma.na. La confianza mutua entre los ciudadanos y di­
"rigentes es fruto de la práctica de la parrticipación, y la parti­
''cipación es la -pjedra angular .para la construcéión de-un m_un­
"do de paz».
JuAN PABLO II: Mensaje pata la celebración
de la «Jornada mundial de la Paz», el 1 _de ene­
ro de 1985. L'Osservatore Romano, edición se­
manal en lengua española, año XVI, núm. 52
(834), domingo 23 de diciembre de 1984.
El Estado, al atender las nuevas necesidades de la vida, debe
respetar la ·creátivida_d autónoma_ de las fuerzas qu~ en­
tran
en jue·go.
«Las presentes condiciones de la vida social, las nuevas for­
"mas· de pobreza, las necesidades que surgen en amplios. sectores
"de la población, basta ayer mJs o menos satisfechas, parecen
"hacer especialmente útil también para las estruct.uras del Esta­
"do
esta forma de aportación por parte de los ciudadanos. Pa,
"rece, pues, mUy importante que la administración· pública ten­
" ga en cuenta las disponibilidades que "lós individuos y de los grupos, secunde sus compromisos, pro­
" mueva su coordinación r;ot'l las iniciativas que· ya fu"ncionan,
"para favorecer su convergencia armónica allí donde sean más
"urgentes las necesidades. Esto supone un respeto efecti_vo por
"la creatividad autónoma de las fuerzas que entran en ¡uego, ya
"que solo en la libertad ptteden cultivarse los valores caracterls­
"ticos del voluntariado».
JUAN PABLO 11: Alocución a la visita oficial
de la República Italiana, Francesco Cossiga. L'Os~
servatore Romano, edición semanal en lengua
espafiola, año XVII, núm. 41 (876), domingo
13 de octubre de 1985. ·
La participación debe desarrollarse desde la familia y los di­
versos grupos e·_ instituciones int"ermedias y centrarse con
el principio de suhsidiariedad.
«El Concilio Vaticano II ha formulado también otro prin­
"cipio
para una participación efectiva por parte de los elementos
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"sociales en 'la edificación ·de la -sociedad y esto se refiere, tanto
"a cada uno de los miembros, como a los mismos gruftos so,cia-:
"les. Dice el Concilio: "Ellos ( esto es, cada uno de los "miem­
"bros) están obligados a dar ejemplo de sentido de responsabi­
."lidad y de servicio al bien común;· asi demostrarán también
"con los hechos cómo pueden armonizarse
la autoridad y la li·
"bertad, la iniciativa personal y la necesaria solidaridad .del cuer­
npo social". La crisis de la sociedad moderna no es solo una cri--.
"iis de las instituciones, sino· también profundamente una crisis
"moral del _hombre mismo. Por esto, el Concilio Vaticano II y
ntoda. ta .doctrina social insisten en que las reformas institucio­
"nales vayan acampañadas püf' una renovación moral del hom­
"bre. Estos dos elementos son interdependientes y ambos deben
"fundarse
en los valores morales para desarrollar en la sociedad
"de hoy
una cultura de solidaridad.
»Para "llegar a esta finalidad, hay que tener presente también
"que
la solidaridad del hombre se realiza generalmente a diver­
''.sos niveles y con diferente intensidad, desde la familia y los di­
nversos grupos e instituciot¡es intermedias, hasta" el Estado y la
"sociedad internacional. El crecimiento de esta solidaridad de­
"pende mucho de la capacidad· de los cuerpos intermedios para
~) ofrecer a sus miembros una atiténtica posibilidad. de-correspon­
"sabilidad y de servicio y de la capacidad de no convertirse en
"sistemas burocráticos que aumentan la alienaéión social del hom­
"bre y su actitud_ consumística hacia la sociedad. No se puede
"esperar del hombre un comportamiento de solidaridad plenamen­
"te
desarrollada para con el Estado y la sociedad internacional
"si no
se ha alimentado y practicado también a nivel de grupos
"e instituciones intermedias. ·También es este un aspecto del prin­
" cipio de subsidiariedad tan central en la actitud social de la
"Iglesia . .E incluso veo aqui una llamada especial para la Unión
"de Juristas Católicos Italianos,·-es decir, la -necesidad de una re­
"flexión particular sobre c6mo pueden ser protegidos los cuerpos
"intermedios del peligro de una esclerosis burocrática y c6mo
"pueden llegar a
ser centros de auténtica solidaridad».
JUAN-PABLO JI: Discurso a la Unión de Ju­
ristas Católicos Italianos el 10 de diciembre.
L'Osservatore Romano, edición semanal en len­
gua española, año XVI, núm. 8 (790), domingo
19 de febrero de 1984.
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El ordenamiento jur:(dico, como condición e instrumento de
A la participación.
«Otra .condición fundamental para la participación efectiva
"de
los elementos sociales es, según el Concilio VtJticano II, "un
n ordenamiento jurídico positivo". La vida organizada de nuestra
"sociedad
se ha hecho tan compleia e interdependiente que no
"puede dejarse a Continuas i"mprovisaciones, ni siquiera a las in­
"voluciones ·autoritarias que llevan a la primacía de un grupo
"sobre los otros. Este ordenamiento juridico positivo, como
con­
,, dición e instrumento de la participación de los diversos grupos
"Sociales en la realizad6n del bien común, es hoy muy necesario,
"pero, a/, mismo tiempo, su estructuración exige gran atención y
"reflexión de fondo. Debe unir en sí mismo el re~peto a los de­
"rechos de la persona, .de la familia, de los diversos grupos e
"instituciones
1 pero simultáneamente debe· tener siempre en cuen­
nta
el bien común. Por lo cual, tampoco esta tarea se realiza de
"modo mecánico y positivista, sino que requiere un aLto nivel de
"responsabilidad moral».
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JuAN PABLO 11: Discurso a la Unión de Ju­
ristas Católicos Italianos el 10 de diciembre.
L'Osservatore Romano, edición semanal en
len­
gua_ espafiola, año XVI, núm. 8 (790), domingo
19 de · febrero de 1984. ·
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