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Número 359-360

Serie XXXVI

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El destino de la persona en la época de la comunicación

CRÓNICAS
litúrgico final fue oficiado en la misma iglesia de las mínimas por
el padre Alba.
Con ello terminó la reunión, dejando tras de sí una sólida
tarea intelectual,
una diligente labor organizativa y una auténtica
hermandad entre quienes asistimos.
El tiempo que espaciaba las
ponencias, que en esta ocasión fue mayor, permitió el contraste
de experiencias entre los grupos y el afianzamiento de la amistad
entre quienes compartimos un mismo carisma, paseando por
entre las fontanas y los tilos o dirigiéndonos a la capilla. Desde
aquí nuestro agradecimiento a cuantos se dieron cita, un año
más,
en torno a la Ciudad Católica, a cuantos vinieron desde el
resto de Cataluña, Valencia,
Madrid o Gran Canaria, a cuantos
hermanos catalanes nos recibieron en su casa, de modo que
acabó pareciéndonos la nuestra, a cuantos quedaron en sus ata­
layas orando
por nosotros, y al mismo Corazón de Jesús, cuya
llama, eternamente ardiente
en la cumbre del Tibidabo, se pren­
dió también de luz para nosotros.
ANTONIO SÁNCHEZ D!Az
EL DESTINO DE LA PERSONA EN LA ERA
DE
LA COMUNICACIÓN
La Association des Colloques Culturels Européens (ACCE), fun­
dada
en 1989 por Rémy Montagne, abogado y político francés,
para servir a las repetidas orentaciones
de Juan Pablo II sobre la
necesidad de fundar la
unidad europea en la. común cultura, con
sus dos polos, occidental y oriental, acaba
de celebrar en Viena
entre los días 1 y 7 del
pasado septiembre su 5.º Coloquio
Internacional. En
1990 tuvo lugar
en Royaumont (Francia) el fun­
dacional, habiéndose celebrado los cuatro siguientes
en Cracovia
(1991), Praga (1993), Novgorod-San Petersburgo (1995) y ahora
Viena (1997).
Las temáticas que han concentrado sus estudios
han sido, respectivamente, "el cristianismo, fermento de unidad",
"la Verdad os hará libres", "la responsabilidad del hombre ante la
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CRÓNICAS
creación" y "el destino de la persona en la era de la comunica­
ción".
Gracias a la generosidad de la familia Montagne -fallecido
el fundador, su hijo Etienne ha tomado sobre sus espaldas el con­
tinuar la obra, pero es toda la familia la que
se siente implicada­
y a la benevolencia de Marie-J6elle Guillaume -vicepresidente y
alma de la
organizacióllc-, los amigos de la Ciudad Católica
hemos vuelto a estar presentes, disfrutando de la posibilidad de
estrechar lazos que ya van siendo antiguos y sólidos. En efecto,
los profesores Andrés Gambra y José Miguel Serrano, junto
con
quien firma estas líneas, han integrado la delegación española,
formada además
por dos amigos: el también habitual Alfredo
Sánchez Bella y el editor José Miguel Oriol, aquél antiguo aun­
que ocasional colaborador, éste de
una estirpe muy ligada a
nuestra obra.
La temática de este año, ha reunido especialmente a exper­
tos
-periodistas y empresarios-del mundo de la comunica­
ción, aunque sin olvidar el aporte, más genérico, de filósofos y
sociólogos.
Así, el papel de la prensa escrita, las singularidades
de la comunicación audiovisual -con especial atención a la tele­
visión-, el campo abierto por las nuevas tecnologías, etc., fue­
ron objeto de discusión desde todos los ángulos posibles, enri­
queciendo la reflexión conjunta.
El arzobispo de Viena, monseñor Schonbom, celebró la misa
de apertura, recibiendo
muy cordialmente a los participantes. No
seña la última vez que le viéramos durante los días de nuestra
reunión, pues
aún nos dirigiría la palabra con un brillante dis­
curso sobre "imagen y encarnación". A los postres de
una agra­
dabilísima cena típica vienesa, el presidente del coloquio, Jean­
Marc Varaut, procedió a poner la primera piedra intelectual de las
jornadas, con unas consideraciones introductorias sobre ontolo­
gía y ética de la comunicación. Los días siguientes, como ya nos
tiene acostumbrados la impecable organización, la sucesión de
ponencias
se saltearla con las discusiones en la sala, con excur­
siones y visitas variadas, con conciertos y cenas de gala, prolon­
gando incluso un pequeño grupo resistente
-ni que decir tiene
que capitaneado por nuestros compatriotas, legendarios ya por
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CRÓNICAS
no rehusar nunca la labor-las sesiones hasta bien entrada la
madrugada alrededor
de un vaso.
En
un recordatorio casi telegráfico y desordenado dejamos
nota de la brillantísima conferencia del filósofo francés Alain
Besanron, con
quien luego compartimos mesa y mantel, y con
quien conversamos, entre muchas otrás cosas, de su reciente
libro sobre la crisis contemporánea de la Iglesia. De los agudos e
inconformistas comentarios de nuestros queridos amigos portu­
gueses Jaime Nogueira Pinto y Antonio Marques Bessa, siempre
entre los congresistas más destacados. De la valía del segundo de
los hijos del archiduque
Ono de Habsburgo, Jorge, flamante
embajador
de Hungña ante la Comunidad Europea: simpático,
sencillo,
buen comunicador, bien orientado intelectualmente,
aunque en un universo recortado en el tiempo. Todo un descu­
brimiento. Del reencuentro con
el príncipe Enrique de Liechtens­
tein, a los cuatro años de
una cena muy hispánica en la reunión
de Praga. De la chispeante e irónica respuesta de José Miguel
' Serrano al ex-presidente de la television francesa, Claude Conta-
mine, y del comentario
sotto voce del ahora relator: "M. Contami­
ne est contaminé". De la encantadora condesa Ludmila Arco­
Valley, reincorporada a estas reuniones tras su jubilación como
funcionaria europea y a quien acompañamos en un largo paseo
por Viena. De la recuperación del abogado belga Jacques Jonet,
uno de los pesos pesados -y no sólo por su envergadura físi­
ca-de la asociación y uno de los asiduos de las "sesiones extra­
ordinarias". De la infatigable diputada francesa Christine Boutin,
campeona
europea en la defensa de la vida. De la larga conver­
sación
con el eurodiputado vandeano Dominique Souchet, polí­
tico inteligente y ponderado, y de otra evocadora
con el acadé­
mico rumano y ya viejo amigo Emil Marinesco. De
una franca
amistad· con los antiguos primer ministro
y, sobre todo, presi­
dente del parlamento eslovacos,
Jan Camogursky y Frantisek
Miklosko. Del entusiasmo verdaderamente admirable del querido
Alfredo Sánchez Bella. De David Alton, reconvertido parlamenta­
riamente desde la última vez,
de miembro de la Cámara de los
Comunes
en representante de los Lores. Del exquisito historiador
del arte polaco J acek Wozniakowski. De cierto verbalismo del
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CRÓNICAS
cardenal Poupard, presidente del Consejo Pontificio para la
Cultura. Del concierto
en el Palacio Lobkowitz, a cargo de la
"Haydn Sonfonietta Wien", y
de la cena en el Palacio Pallavicini.
De las dificultades de comunicaci6n con los europeos del Este.
Del cierto retraso de los colegas franceses
en relaci6n con el
asunto "internet", que nos hizo reparar
en las singularidades que
condicionan muy a menudo a cada país. De la muy noble preo­
cupaci6n de nuestros anfitriones
por que su lengua no retroceda.
De las dificultades para crear
una red cat6lica de comunicacio­
nes ... En cualquier caso,
parece que trabar lazos -a diferencia
de
cortarlos-no es cosa de un día, ni de un congreso.
M.A.
EL PROBLEMA DEL HOMBRE Y EL MISTERIO
DE JESUCRISTO
Los días 24 a 27 de septiembre de 1997, organizado por la
Sociedad Internacional Tomás de Aquino
(SITA) y por la
Fundaci6n Balmesiana,
ha tenido lugar en Barcelona, en la sede
de la última, el
IV Congreso Internacional de la SITA, bajo el titu­
lo "El problema del hombre y el misterio de Jesucristo". En ver­
dad el éxito de la reunión ha sido extraordinario, por lo que
desde esta casa que es Verbo -en modo alguno ajena, no ya al
pensamiento de Santo Tomás, lo cual es obvio, sino a la propia
SITA, con la que los vínculos intelectuales, personales y hasta
biográficos
son múltiples---, no podemos sino congratularnos.
Como igualmente
es motivo de satisfacci6n que, en la renovación
de cargos,
hayan accedido el padre Abelardo Lobato, O. P., y el
profesor Eudaldo Forment, ambos queridos colaboradores, res­
pectivamente a la presidencia y a la direcci6n general internacio­
nales de la Sociedad.
Asi, pues, la nueva SITA no s6lo tiene aires
muy hispánicos, sino muy cercanos a nuestra obra. También son
de destacar los nombramientos, entre las varias vicepresidencias,
de nuestros también amigos los padres Pedro Suñer, S.]., direc-
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