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Número 361-362

Serie XXXVII

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La Ciudad Católica, en Udine

CRÓNICAS:
LA CIUDAD CATÓLICA, EN UDINE
El solo título de la revista que nuestros amigos friulanos edi­
tan
desde hace muchos años en Udine, Instaurare omnia in
Cbristo, ya exhibe claramente la profunda sintonía que no puede
sino tener con los desvelos de nuestra revista Verbo y aun de toda
la obra de la Ciudad Cató/tea. Al fin y al cabo, el lema paulino
que San Pio X escógió para su pontificado se viene repitiendo
desde hace también muchos años
en cabeza de cada número de
Verbo, al término de un fragmento muy significativo de la encl­
clica Notre cbarge apostolique.
Desde hace media docena de años, lo que era un conoci­
miento difuso entre los dos grupos
se ha tomado en una cola­
boración cada vez más estrecha. Así, merced a un contacto que
Aldo Penasa -durante muchos años al frente de diversas obras
culturales italianas
en España-hizo con nosotros a principios de
los noventa a cuenta del Institut International d'Études Euro­
péennes ·Antonio Rosmtni•,
del que habla sido su primer secreta­
rio, Miguel Ayuso viajó a Bolzano, trabando de inmediato gran
amistad
con el profesor Danilo Castellano, director a la sazón de
tal Instituto y
hoy también de la revista Instaurare y de su grupo
de amigos:
los amigos de Instaurare. Hasta en esto se aprecia una
similitud grande, pues no dejamos de ser nosotros sino los ami­
gos
de la Ciudad Católica.
Desde entonces, tanto en lo académico como en lo apostóli­
co, tanto, pues, de un lado en el Instituto Rosmini como en
Instaurare, y -del otro-en los cursos de verano de la
Universidad Complutense y
el Seminario de Filosofía del Derecho
de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación, lo mismo
que en las Reuniones de los amigos de la Ciudad Católica, se han
Verbo, núm. 361-362 (1998), 117-119 117
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CRÓNICAS
sucedido los intercambios y las visitas. En cuanto a lo primero,
después de Miguel Ayuso,
han pasado por el Instituto surtirolés
Estanislao Caotero, Andrés Gambra, Consuelo Martínez-Sicluna,
José Miguel Serrano y Maria del Carmen Fernández de la Cigoña.
Así como Danilo Castellano y Francesco Gentile venían a El
Escorial y el último también a la Real Academia de Jurispru­
dencia.
En lo que hace a lo segundo, el propio Miguel Ayuso
intervino inmediatamente
en el agosteño Convegno di Amici de
Instaurare, en el santuario de Madonna della Strada, y Danilo
Castellano
acudía por dos ocasiones a Barcelona y Pozuelo para
participar en nuestras reuniones anuales.
Ahora, en el por el momento último acto, el pasado mes de
diciembre Consuelo Martinez-Sicluna,
Luis Valiente y Miguel
Ayuso han acudido a Udine, J)ara participar, primero, en un semi­
nario universitario,
y, después, en un acto de los amigos de
Instaurare. Danilo Castellano, profesor de Filosofía moral en la
Universidad friulana,
daba así primeramente la bienvenida a los
profesores Ayuso y Martinez-Sicluna,
que presentaron una paoo­
rama de la filosofía jurídico-política y el derecho público
en la
España del siglo xx,
con especial referencia a la actualidad más
cercana. Después, en el curso de una cena que reunió a los ami­
gos de Instaurare en torno a El Fogolar, simpatiquísimo restau­
rante
tipico friulano -que contó con la asistencia, entre otros, de
los
buenos amigos profesores Giancarlo Giurovich, de Udine, y
Fabio Marino y Massimiliana Bettiol, de Padua, y
con una carta
cordialísima de
don Cossio, sacerdote nonagenario lleno de vida,
que emocionó a los presentes----, el mismo Danilo Castellano pre­
sentaba a los congregados
con gran generosidad los graodes tra­
zos
de la acción de la Ciudad Cat6llca, para terminar hablando
de la a la sazón última publicación de Speiro, el libro de Miguel
Ayuso ¿Después del Leviathan? Sobre el Estado
y su signo, de la
que destacó lo
que supone no sólo la critica del Estado moder­
no como el intento de abrir vías para su superación. Intención
positiva que el ilustre colega italiaoo destacó muy cumplidamen­
te. Precisamente fue Miguel Ayuso el encargado de dar las gra­
cias a los anfitriones, y
no sólo por las amables palabras sobre su
libro, sino, sobre todo,
por su atención a la Ciudad Católica.
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CRÓNICAS
La convivencia de los días posteriores, que la hospitalidad
siempre inigualable del profesor Castellano y su
esposa Laura
ofreció a nuestros amigos, les permitió ahondar
en los tesoros del
Friuli, al tiempo
que nuevos proyectos brotaban aquí y allá. Que
el Señor permita puedan fraguar para bien de las almas y nues­
tra propia santificación.
A.T.
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