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Número 395-396

Serie XL

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Apostillas a las «Claves conceptuales»

APOSTILLAS A LAS
"CLAVES CONCEPTUALES"
POR
ÁLVARO D'ORS
Me permito volver a mis "Claves conceptuales" de Veri,o 345-
346 (1996) 505-526. No en atención a aiticas recibidas, que han fal­
tado quizá por falta de lectores interesados, sino como resultado de
la propia reflexión, me decido a someter en esta misma sede algu­
nos complementos por nú apuntados a lo largo de este último lus­
tro. Sigo el mismo
orden alfabético de entonces, pero señalo con
asteriscos los lemas nuevos o los nuevos reenvíos a otros lemas; la
falta de asterisco indica lemas que figuraban ya en Verbo 345-346.
La precisión en el uso unívoco de la terminología es quizás un
hábito de jurista; contrario a la ambigüedad que propicia la aclllal
"corrección política", adicta también al eufemismo. Pero no voy a
tratar ahora
de estos frecuentes e ideológicamente tendenciosos
eufemismos, sino a completar y punlllalizar mejor aquel
breve
repertorio de algunos conceptos que vengo utilizando y pueden
resultar ambiguos en el lenguaje más común de la aclllalidad.
• • •
• ALEGORíA es la alusión estética a una idea por una ima­
gen sensible.
•símbolo
Por ejemplo, la alusión al amor, por una rosa; a la muerte,
por un esqueleto; al castigo del pecador, por el fuego; a la rique­
za,
por un cuerno de la abundancia. La alegoría refleja un aspec­
to de la idea sin comprender su totalidad.
Verbo, núm. 395-396 (2001), 427-445. 427
Fundaci\363n Speiro

ÁLVARO D'ORS
• ALEGRÍA •felicidad, sentimiento
• AMISTAD es la expresión afectiva del amor.
*amor, sentimiento
Siendo el amor un acto de voluntad, no se reduce a un sen­
timiento,
pero la amistad es el sentimiento con que se expresa el
amor. En el examen de amor a
que es sometido San Pedro (}n.
21, 15), como resulta más claro en el texto griego, Jesús ptegun­
ta por el "amor" (agape), pero Simón, avergonzado por su triple
negación, sólo se atreve a afirmar su "amistad" (phileia), y sobre
ésta acaba Jesús
por preguntarle la tercera vez. Para esta distin­
ción, me remito a
mi contribución sobre ·agape en el "Homenaje
a Adrados"
(1984).-La amistad corresponde a un cierto grado de
amor; la simpatía, en cambio, es un sentimiento de semejanza
psicológica o de complacencia
en reacciones anúnicas previsi­
bles.
Se puede amar a una persona con la que no se simpatiza y,
al revés, simpatizar con aquélla a la que no se ama. Un grado
superior de simpatía es
el de la empatía, que no requiere una
percepción sensible del sentimiento ajeno
que se intuye como
participable.-De la amistad como sentimiento personal hay que
distinguir la amistad pública correlativamente opuesta a la ene­
mistad pública, que
pueden ambas no coincidir con sentimientos
personales;
asf se explica que se pueda hacer la guerra sin odio
a los adversarios.
AMOR
*amistad, virtud
Nada tengo que cambiar en mi definición de este concepto
como "voluntad de unir la perfección
de otra persona a la pro­
pia".
Me parece que viene a coincidir con la de San Juan de la
Cruz cuando dice ("Noche oscura"
2, 13, 5) que la "propiedad del
amor" consiste en "quererse unir, juntar e igualar y asimilar a la
cosa amada para perfeccionarse en el bien del amor". Sólo que,
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APOSTILLAS A LAS "CLAVES CONCEPTUALES"
para nú, el amor es siempre interpersonal, aunque pueda no ser
recíproco, y nunca se refiere a "cosas" .-Me permito insistir en
que sólo se puede amar a las personas o a los símbolos que las
representan, incluso colectivamente. Las "cosas", incluyendo a los
animales domésticos, o no-domésticos, y las plantas, que también
tienen su sensibilidad, todas ellas, materiales o abstractas,
pueden
ser "deseadas" y objeto de "complacencia", pero no pueden ser
propiamente "amadas".
La posible perfección fisica de las cosas
no es comunicable a la personal del que las desea y goza; sólo
por una metáfora, aunque sea inocente, equívoca, podemos decir
que
"amamos" la Música, la Filosofia, la Pintura, las excursiones
o las angulas ... Amar la Verdad, en cambio, no se refiere a una
ide_a abstracta, sino a la persona del mismo Jesucristo, que es Él
la Verdad.-Tampoco, por lo tanto, se pueden amar los "cuerpos"
humanos, que, aunque
no sean cosas sino un elemento del indi­
viduo humano, no constituyen la "personalidad", Sino que, junta­
mente con el alma espiritual, le sirven de soporte en las distintas
relaciones propias del hombre. Por eso la concupiscencia corpo­
ral,
por sí sola, al prescindir de la "persona", es una profanación
del Amor, pues convierte al cuerpo
en "cosa". Como el cuerpo
del cristiano del Amor, pues convierte al cuerpo
en "cosa". Como
el cuerpo del cristiano
es templo del Espíritu Santo a Cor. 6, 19),
todo pecado contra este "templo"
es una grave profanación for­
mal,
pero ya lo es la de todo cuerpo humano impreso con la
"imagen de Dios", que es la imagen física de Jesucristo; en el
himno de vísperas pascuales se lee:
"O rex aeteme, Domine
semper cum
Patre Filius,
iuxta tuam imaginem
Adam plasmasti horninen"
Y
en Gaudium et spes, § 20: ,Porque Adán, el primer hombre,
era figura del que había de venir, es decir, Cristo nuestto Señor;
con cita (n. 20) de Tertuliano: "Quodcumque enim limus expri­
mebatur, Christus cogibatur horno
futuros". Sobre cuánto dice
esto contra la pura hipótesis evolucionista no es necesario volver
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Fundaci\363n Speiro

ÁLVARO D'ORS
aquí· ('ciencia).-La idea de profanación del Amor parece haber­
se perdido,
en gran parte por el abuso de la palabra aimer en un
idioma que tan profundamente ha configurado el pensamiento
moderno como es el francési siempre recuerdo cómo un amigo
alemán me dijo, en un restaurante de Pamplona, que él "amaba
mucho los caracoles"
.-El cuerpo humano se puede integrar en
el Amor personal como forma que hace visible a la persona
amada, ya que sólo se ama lo que se "ve", así como se "cree" lo
que se "oye" (lides ex auditu, amor ex visu); en este sentido, el
cuerpo es como el símbolo de la persona, a la que hace visible
y amable. Pero el amor al símbolo
no puede ser al mismo signo
representativo, sino a la persona representada
por él; así ocurre
en el culto a las imágenes que representan lo santo; sólo por esta
trascendencia del objeto representativo
puede superarse la, por
lo demás, comprensible aunque no sea ortodoxa, iconofobia de
algunas tradiciones religiosas.-Como Dios es invisible, el Amor
a Dios
debe concretarse en el Amor a su imagen, que es Jesu­
cristo, representado
en la Iglesia, su "cuerpo místico", y en el
"prójimo",
pero realmente presente, aunque bajo apariencias
materiales,
en la Eucaristía. Respecto a la representación por el
"prójimo", que
se puede "ver", hay que recordar siempre aquello
de San Juan (ep.
1, 4, 20) "quien no ama a su hermano, al que
ve, ¿cómo puede amar a Dios, al que no ve?"-; porque "a Dios
nadie le vio nunca" (ibid. 12). Así, sólo por el mensaje divino de
la fe el amor al prójimo se convierte en Amor a Dios; el prójimo
amado
por Dios queda divinizado como Cristo visible, a la vez
que nos divinizamos también nosotros que amamos, vinculados
a Dios
por ese Amor.
Es, pues, la fe, que viene por el ofdo, la que permite hablar
de Amor a Dios, tanto en la Eucaristía como en la representación
por el prójimo y la Iglesia ..
El imperativo divino de "ser perfectos como Dios es perfecto"
(Mt. 5, 48) es un imperativo de Amor, ya que éste consiste en la
unión de perfecciones personales, en un "vínculo de perfección"
(Col. 3, 14); expresión paulina, ésta, que define abreviadamente al
Amor, y tiene un sentido más esencial y profundo que el de sim­
ple "broche" o "remate" de
una perfección humana individual.
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APOSTILLAS A LAS "CLAVES CONCEPTUALES"
• AUTARQUíA es el gobierno independiente de otro
superior
En este sentido debe entenderse la autarkhia (de arkhe, prin­
cipado, gobierno), distinta de la autarketa (de arkeo, ser suficien­
te), que
en español no se distinguen; de hecho, la pretensión de
independencia estatal conlleva
la expectativa de suficientes recur­
sos para tal independencia; la realidad actual es
la de que, así
como esta suficiencia es imposible, tampoco puede pretenderse
una soberanía estatal independiente. "Autogestión" es
un reproba­
ble híbrido de griego y latín,
que ha sido malamente inventado
para justificar la participación
de los trabajadores en el gobierno de
sus empresas, lo que no es concebible
en tanto persista la errónea
idea capitalista de que los inversores son, como "socios", los due­
ños de la empresa, y no simples "prestamistas" que realmente son.
AUTORIDAD.-Sobre el por mí tan repetido concepto de
autoridad como cosa de "saber" y no de upoder", debe verse
ahora el nuevo libro de Rafael Domingo, Auctoritas (1998). Pue­
de advertirse ya cierta tendencia, todavía muy reducida, a distin­
guir
la autoridad de la potestad; pero encuentra la dificultad de
que el Estado concentra ambos elementos en su soberanía, y se
resiste a admitir
una autoridad no controlada por él. A esto se
debe que algunos intenten distinguir los conceptos, pero no
hagan más que considerar la autoridad como potestad superior,
que ordena y deja la ejecución a los inferiores "agentes de la
autoridad"
.-La experiencia actual abunda en interferencias de la
potestad gubernamental
en la autoridad judicial; pero esto se
debe principalmente a
la ilusoria "división de poderes" del
"Estado de derecho"
.-También respecto al gobierno sinárquico
que domina el mundo, se intenta reservar el nombre de "autori­
dad" para ese gobierno secreto y permanente, del que depende
la potestad aparente y mudable de los gobiernos nacionales; pero
esta subordinación es insuperable en el régimen democrático de
la temporalidad
en la potestad.
Sobre estos extremos he tratado con frecuencia
en otros luga­
res, y sería excesivo repetirme en esta nueva. ocasión.
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Fundaci\363n Speiro

ALVARO D'ORS
CIENCIA.-Insisto en que sólo lo mensurable es posible ob­
jeto de Ciencia, y que ésta
no alcanza directamente la Verdad
('verdad), que, al ser la revelada
por Dios, es sobrenatural y no
cuantificable. Tampoco la realidad creada es objeto de ciencia en
la medida en que no es mensurable, aunque toda ella sea una
manifestación indirecta de la Verdad de Dios, y, en este sentido,
también ella es un misterio, como lo es, sobre todo, su origen
inalcanzable por
la ciencia; porque uno es el conocimiento que
la ciencia puede alcanzar extra Verbum, y otro el de la contem­
plación
in Verbo: "matutino", éste, como "vespertino", aquél (Ps.
18, 3: dies diei eructat Verbum, et nox nocti indicar scientiam).­
Todo lo que se diga sobre el origen de la creación es pura hipó­
tesis; como también lo sigue siendo,
en parte descubierta como
fraudulenta, pero,
en su totalidad, no-comprensible, la teoría de
la "evolución". A propósito de "evolución", aconsejo leer el
nuevo libro de Silvano Borruso, El evolucionismo en apuros
(Cri­
terio-Libros, 2001).
'
COLEGIALIDAD es la relación de los cotitulares en una
potestad solidaria
'autoridad, solidaridad
Los "colegas" no constituyen un "colegio", pues la colegiali­
dad es de potestad, y el colegio es de autoridad. Cuando un
"colegio" recurre a la votación para concluir un consejo, esto no
debe confundirse con la decisión de la persona jurídica recono­
cida a
un grupo de "colegas" con el fin de superar el régimen de
solidaridad ('solidaridad).
' COMUNIDAD 'sociedad
DIGNIDAD.-EI concepto absoluto de "dignidad humana"
aparece recogido
en el nuevo "Catecismo de la Iglesia Católica",
núm.
57, donde viene a identificarse con el concepto de "perso­
na": "Por haber sido hecho a imagen
de Dios ('amor), el ser hu-
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APOSTILLAS A LAS "CLAVES CONCEPTUALES"
mano tiene la dignidad de persona"; lo que supone la identifica­
ción de ser humano y persona, contra nuestra distinción y relati­
vización de
la personalidad (*persona); de esta distinción resulta
que también la dignidad es relativa, pues no se atribuye al ser
individual
por su racionalidad, sino a las distintas relaciones inter­
personales. Una persona es digna respecto a otra, y respecto a
algo concreto; así,
por ejemplo, un marido puede ser muy digno
para su mujer, en lo que atañe a su relación de amor, y no ser
digno del cargo público que ocupa. Estas diferencias desapare­
cen si hablamos de una "dignidad humana" absoluta y abstracta
-dignidad ¿para quién y para qué?-.
* EQUIDAD es la virtud del que juzga en derecho sobre
casos concretos.
Coincide con la Justicia en que supone un criterio de decisión
"constante"
en la diversidad de casos y "perpetua" en el tiempo.
Pero se vale principalmente de la
Prudencia.--Guando la Justicia
del Derecho se quiere reducir a lo legislado, la Equidad viene a
flexibilizar el criterio general de la ley para ajustarlo prudente­
mente al caso concreto. Así sucede en el derecho canónico, que
consiste en reglas o "cánones" generales que deben ajustarse dis­
crecionalmente a cada caso;
la aequitas canonica corresponde a
una Justicia
no estrictamente "reglada", sino '.discrecional", y por
eso es también discrecional su sistema de "recurso jerárquico"
contra las decisiones de
una instancia de potestad inferior. Con
todo,
en el lenguaje de la Iglesia perdura el sentido bíblico de
Justicia como
santidad.-La aequitas romana puede traducirse por
"Justicia", ya que para los juristas romanos, que suelen evitar
hablar de "justo", la
iustitia es algo más que el simple ius, y se
asocia con
la idea de "paz" más que con la de "litigio", coinci­
diendo con el
iustitium, que es la tregua de la actividad litigiosa.
ESTADO.-La palabra latina
status (como tampoco en la
forma italiana
stato de Maquiavelo) no significa "Estado" en el
sentido moderno; el
status rei publicae romano es la "estabilidad
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ALVARO D'ORS
de la república", entendida la "república" como "cosa pública",
aunque,
en Roma, coincidiera ya con una forma no-monárqui­
ca.-Al implicar la idea de "estabilidad", el Estado viene a corro­
borar el propósito de perpetuidad propio
de su especial organi­
zación. En la auténtica monarquía, la "soberarúa" personal del rey
hace innecesaria la abstracción del Estado; en realidad, el rey no
es "jefe de Estado", aunque así suele figurar en las relaciones
internacionales. En cambio, la desintegración social
que conlleva
la democracia se suple mediante
la coacción legal tecnificada del
"'Estado".
ÉTICA
*experiencia
Ética y Derecho coinciden en referirse a los servicios debidos,
pero el Derecho, sólo a los socialmente exigibles, como resulta
de la aprobación
por los jueces ('derecho). Las crisis del derecho
corresponden a las de la Ética.
La Ética es social, en tanto la
Moral es
individual.-Cuando se critica la actuación de los jue­
ces,
no debe olvidarse, sin embargo, que la Ética es el funda­
mento del Derecho; aunque éste pueda resultar injusto,
es decir,
contra naturaleza o razón,
debe admitirse que su deterioro se
debe
al general de la Ética. En este sentido, no cabe criticar a los
jueces sin hacerlo, a la vez, al legislador, que,
al menos práctica­
mente, es el mismo
que detenta al poder ejecutivo, afectado tam­
bién él por la crisis de la Ética.-No hay que olvidar, por lo
demás, que la ejecución de las sentencias de la autoridad judicial
sólo es posible
por una delegación del poder ejecutivo; aunque
sea una delegación institucionalizada, siempre puede quedar
reservada,
retirada o neutralizada por quien retiene el poder eje­
cutivo; de hecho, es frecuente
que las sentencias judiciales no se
ejecuten
por inhibición deliberada del "poder ejecutivo"; así se
explica también la facultad
que éste tiene de "indultar" a reos
condenados
por los jueces. También este control ejecutivo
depende de la Ética.
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APOSTILLAS A LAS "CLAVES CONCEPTUALES"
* EXPERIENCIA puede entenderse en el sentido activo de
experimento o
en el pasivo de percepción de lo real. El verbo
latino
experior favorece el sentido activo de "intento" o "aventu­
ra", como el griego
peirao, de donde deriva "pirata"; y también
supone "riesgo", como
peiiculum (que no tiene que ver con peri­
re,
perecer).--(;uando, en cambio, hablamos de "experto" o
"perito" aludimos
al aspecto pasivo del conocimiento directo de
lo real.
Se entiende que este conocimiento pasivo puede
depender del experimento activo, pero no debe confundirse con
él. Si se dice que la Ética y la Fisica son ciencias "experimenta­
les", la primera lo
seria en sentido pasivo, y sólo la Física en el
activo del posible experimento. Mejor
que "experimental", el
neologismo "experiencia!" podría corresponder
al aspecto pasivo
de la experiencia. Pero,
en mi opinión, tampoco la Ética consis­
te en una experiencia, sino que, como las otras Humanidades, no
se refiere directamente a "hechos" de la experiencia, sino a "tex­
tos" sobre la
axiologfa de la conducta humana colectiva; indivi­
dual,
si se trata de Moral.
* FEUCIDAD es la plenitud del ser.
'simbolo
Esta plenitud se alcanza, aunque sea
en distinto grado, por el
cumplimiento del destino esencial del hombre, que es el
servir
por amor, amor a Dios y al prójimo (*amor). La expresión afecti­
va
de la felicidad es la alegria (*alegria), que siempre "prueba" la
felicidad, aunque sólo sea
de manera aparente, como puede ser
la falsa alegria de la satisfacción humana;
y desproporcionada,
pues la apariencia de alegria
puede ser mínima en proporción a
la efectiva felicidad; del mismo modo
que la mortificación, que
puede ser mínima, es una "prueba", pero no una manifestación,
desproporcionalmente inferior, del
amor.-La felicidad consiste
en el "ser", y no en el "tener". El "ser" es esen~ial y central, en
tanto el "tener" es siempre relativo y periférico. El centro no
queda alterado por la segmentación del circulo, asi tampoco la
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ALVARO D'ORS
felicidad por la relatividad de la satisfacción, que, en último tér­
mino, se reduce al
placer.-La aparente felicidad del agnóstico es
sólo accidental satisfacción, pues le falta la paz con Dios. Cuando
el estoico cifra la felicidad
en la inhibición del deseo, lo que hace
es trasladar la felicidad, de la satisfacción siempre relativa, a
una
cierta perfección del ser, que es esencial e inalterable.

FILOSOFÍA es la prospección de cualquier ciencia en su
esencial universalidad.
A diferencia de la Historia, que sigue siendo ella misma
Historia, sea cual sea la ciencia
que tome por objeto, la Filosofia
no constituye una ciencia distinta de aquellas que ella toma
como su objeto. Pero,
en la medida en que ella misma se cons­
tituye
en objeto de su propia consideración, es Metafísica, a
modo de filosofía general y abstracta,
que se vale de las dos
ciencias complementarias
de la Lógica y la Matemática, referidas
a la racionalidad, respectivamente de las proposiciones verbales
y las numerales; aunque la Lógica
que se sirve de símbolos se
aproxima a la Matemática. Ambas
son ciencias humanísticas por­
que no se refieren a hechos sino a signos escritos, es decir, en
último término, a libros, como las demás Humanidades. Que la
Matemática sirva principalmente a las ciencias físicas y a las eco­
nómicas, no impide que s~a ci~~~!a ~umanística, como también
la Lógica, a pesar de servir a cualquier método científico.-Sobre
mi clasificación de las ciencias en "Humaniora", "Naturalia" y
"Geonomica", me remito al fascículo IV de mi Sisteniá .. de las
Ciencias.
• JUSTICIA es la virtud del que ordena.
•equidad, persona
El orden justo es un orden de paz; en concreto, la justicia es,
ante todo, la virtud del legislador.
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APOSTILLAS A LAS "CLAVES CONCEPTUALES"
LIBERTAD
•responsabilidad
De la libertad
de opción, que es moral, debe distinguirse la
libertad consistente
en la ausencia de coacción psico-física indi­
vidual, impuesta
por la misma naturaleza, por un propio defecto
o
por un factor externo. En este sentido, el temor de la muerte,
el propio vicio o la esclavitud
de hecho coaccionan al hombre y
le privan de libertad de acción, pero no de la libertad de opción.
Las almas del Purgatorio están libres de esta coacción psico-físi­
ca, pues aceptan voluntariamente su inevitable estado transitorio,
pero carecen de la libertad de opción de otro estado.

METAFÍSICA 'filosofía
• OPORTUNIDAD
es el acierto de conducirse justamente
al fin propuesto.
"Oportuno" es lo que conduce al resultado correcto -"a
buen puerto"-, y esto es lo que debe discernir la virtud de la
prudencia, la previsión moral o técnica,
y el don de Consejo.­
La "corrección" de la conducta consiste en: el acierto de fijar el
fin,
la elección congruente de los medios, y la adecuación a las
circunstancias;
no en la imitación de la moda, ni en los "respetos
humanos" o la contingente aceptación del ambiente político
(political correctness).
PERSONA.-Mi aforismo hamo homini persona se ajusta a la
distinción esencial entre el sujeto humano individual
y su rela­
ción con otras personas. Una cierta tradición medieval corrobora
esta distinción
con los adagios hamo natura, persona statu cons­
tituitur
y unus hamo piures personas susttnet.-El hombre "vive"
('vida) y la persona "existe". El hombre se reconoce por el ros­
tro que "tiene", y sus personas, por el nombre que ureciben". El
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ÁLVARO D 'ORS
cristiano ha recibido un nombre en el Bautismo -su "gracia"-;
pero, respecto a Dios, puede esperar otro nombre misterioso y
temporalmente desconocido; a Abrahám
Je fue revelado en vida
el hombre misterioso de Abrahám, y a Simón, el
de "Cefas",
"Pedro", a la vez que sus futuras personalidades
de cabeza, res­
pectivamente, del Pueblo
de Dios y de la Iglesia visible.-Dios
son tres personas, pero, tespecto a los hombres actúa como una
misma persona, aunque la persona del Hijo, al encarnarse, haya
recibido misteriosamente "un nombre sobre todo nombre1', pues,
aunque éste parezca un nombre humano, en relación con su
especial naturaleza humana, su única personalidad es divina, y
por eso su Madre es Madre de Dios. Los "hombres" son esencial­
mente iguales, a pesar de sus naturales diferencias
por razón de
sexo, de
edad o capacidad, raza, etc.; pero las "personas" son
siempre distintas, y
por eso la vida social no puede fundarse en
la igualdad de los que la integran, sino en su desigualdad, aun­
que
puedan darse en ellos situaciones homologables; la perso­
nalidad
de "padre", puede entenderse de manera genérica, como
también la de "ciudadano", ncomprador", "deudor' "homicida",
etc., y así suelen hacerlo las leyes públicas; pero la relación con­
creta respecto,
en cada caso, a la descendencia, al vendedor, al
acreedor o a la víctima y sus defensores, es siempre distinta. La
Justicia debe combinar la igualdad esencial de los hombres con
la desigualdad relativa de las personas; ambas son naturales, y
por eso la pretensión de igualar absolutamente a las personas es
contra el derecho natural; es injusto tratar por igual lo que es
desigual;
por lo demás, es un intento inútil, pues la desigualdad
de las personas
es algo insuperable, y de algún modo acaba por
prevalecer y subsistir.-Al ser un concepto referencial, el de per­
sona implica
una deferencia o consideración de unas personas
respecto a otras; es decir, el reconocimiento de una subordina­
ción entre ellas, incluso con reciprocidad; así, toda la vida social
se funda,
no en la igualdad de las personas, sino en los servicios
que entre ellas se deben
en razón de ese reconocimiento defe­
rente de
un servicio debido.
Finalmente,
una obligada y menos sucinta aclaración sobre
mi afirmación de
que los Angeles no son propiamente persona.
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APOSTILLAS A LAS "CLAVES CONCEPTUALES"
Porque es necesario tener en cuenia lo que se lee ahora en el
número 330 del nuevo "Catecismo de la Iglesia Católica":
"En tanto que criaruras puramente espirituales, tienen inteli­
gencia y voluntad, son criaturas personales (cfr. P!o XII, DS
3891), e inmortales .. .".
Se afirma, pues, su "personalidad" por la razón de que tienen
inteligencia y voluntad. No cabe negar
que la tienen, pero ahí se
presupone una identificación
de persona e individuo humano,
conforme a
la defuúción de Boecio muy generalmente admitida
(también
por el mismo "Catecismo", núm. 57, 'dignidad); que,
como algo opinable,
yo no comparto.
El alegado texto de la enáclica Humani generis que se reco­
ge en el lugar citado del Enchiridion de Denziger (núm. 3891),
al enumerar nuevas tendencias menos fiables de la filosofía con­
temporánea, dice así:
"Quaestio etiam a non nullis agitur num Angeli creature per­
sonales sint, numque materia a spiritu essentialiter differet".
A lo que añade:
"Alii verarn •gtatuitatem~ ordinis supranaturalis corrumpunt
cum autument Deum entia intellectu praedita condere non posse,
quin eadem ad beatificam visionem ordinet et vocet".
Lo que Pío XII censura en ese lugar es la opinión que niega
que los Ángeles sean criatnras "personales", siendo así que tienen
inteligencia y voluntad, y están llamadas a la visión beatífica; así
parece entenderlo también
el citado número 330 del "Catecismo".
Natnralmente, se trata
de los Ángeles fieles y no de los condena­
dos como diabólicos. Pero,
en todo caso, las facultades de enten­
dimiento
y voluntad son propias del individuo racional, del que,
según creo, debe distinguirse la "persona", que dice relación con
otras personas.
La censura presupone, pues, la identificación de
hombre y persona;
y, en este sentido, que de la inteligencia y
voluntad de los Ángeles, todos ellos, se
podría deducir su "per­
sonalidad". Pero la cuestión
es más compleja.
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ÁL VARO D 'ORS
Los Ángeles, como es sabido, ·existen individuahnente, como
tales, tan sólo en razón de su función, y no como por su natura­
leza espiritual,
que es genérica. Asf, puede hablarse de algunos
que tienen una función estable como
son los Arcángeles, que por
eso llevan un nombre propio, y algunos otros quizá de rango
superior, a los que Dios encomienda una misión permanente. En
cambio, los Ángeles Custodios, no sólo los de personas indivi­
duales, vienen a integrarse, como "nuncios" de Dios que son, en
la personalidad de la persona, individual o colectiva, a que tem­
poralmente se destinan. Aunque tengan unas facultades
anfmicas
propias, incluso en posible contradicción con las de las almas de
las personas custodiadas por ellos, su personalidad es la de un
intermediario entre Dios y cada persona. Y, por no tener una per­
sonalidad independiente, carecen de nombre: se llaman
"Ánge­
les", como enviados que son de Dios, y asumen, para su deter­
minación individual, el nombre propio
de la persona que custo­
dian: "Ángel de
X".
Puede considerarse respecto a los Ángeles Custodios la dife­
rencia juridica que hay entre un "representante" y un "nuncio",
ambos mediadores entre
dos personas. El "representante", tam­
bién el vinculado por un mandato imperativo, tiene una perso­
nalidad propia, como tal representante, que incluso,
en casos de
representación indirecta, asume él personalmente los efectos del
acto que realiza.
El "nuncio", en cambio, es un simple portador
de la voluntad de quien lo
envfa, y no interviene en el acto como
persona distinta de las del
que le destina y la del destinatario. Es
la diferencia que hay entre un "apóstol", enviado con personali­
dad, y
un "mensajero" o "nuncio", que carece de ella. Los Ánge­
les Custodios
son nuncios y no apóstoles de Dios.
Así, pues, si se dice que los Ángeles son "personales" debe
entenderse que
no lo son en el sentido que damos a "persona"
como término de relación interindividual humana, sino como
seres espirituales
con potencias anfmicas de mediación entre
Dios y los hombres, pero· que, como digo,
no necesitan interve­
nir
con una personalidad propia distinta de la de los términos de
la relación en que actúan de mediadores. Esto no impide que el
destinatario, del mismo
modo que se puede oponer al mensaje
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APOSTILLAS A LAS "CLAVES CONCEPTUALES"
del Ángel, pueda también mantenerse con él una relación de
comprensión inteligente, de adhesión y de auténtico amor
con él
("amor), como nuncio de Dios, es decir, como modo de Amor a
Dios a través del Custodio personal.
Lo que decimos de estos Ángeles de Dios podria plantearse
respecto a los espíritus malignos del Diablo, la certeza de cuya
existencia
es "de fe", como también la de los Ángeles de Dios.
Pero los del Diablo parecen menos individualizables
que los de
Dios. Puede observarse que, así como de éstos se habla
en plu­
ral, los espíritus malignos aparecen siempre como operaciones
accidentales de
un único Diablo, denominado de distintas mane­
ras,
pero siempre en referencia a un único ser espiritual, que ha
sido definitivamente vencido por Jesucristo, y que sólo acciden­
talmente "se atraviesan" con
el tolerante permiso divino, a modo
de "tentadores" del Hombre. Como se dice
en la oración de San
Miguel, "príncipe de la milicia celestial", ese otro perverso "prín­
cipe de este mundo" actúa
por medio de "espíritus malignos que
merodean (pervagantur) en el mundo"; no parece que pueda
hablarse de nada confrontable con los Ángeles Custodios indivi­
duales; como tampoco de jerarquías comparables a las
de los
Ángeles de Dios. Quizá
por esto no parece haberse planteado el
tema de
la personalidad de los espíritus malignos, ni la del mismo
Diablo;
en ellos no hay más que el género "maligno", sin perso­
nalidad, aunque
no le falten las facultades anímicas propias de su
naturaleza, y la posibilidad
de interferirse, dentro de ciertos lími­
tes,
en la vida anímica de los hombres, a modo de prueba o "ten­
tación". Por lo demás, es notoria la insuficiencia del nuevo
"Catecismo"
en la doctrina sobre el Diablo, como quizá también
sobre el Infierno (núms. 1033-1037),
al que aquél ha sido conde­
nado; pero
no sólo él.
REPRESENTACIÓN.-La representación supone siempre la
presencia de algo
en vez de otro algo, pero se distingue de la
sucesión y de la sustitución
en que lo representado subsiste aun­
que no esté presente: el representante no está "en lugar" de lo
representado, sino "en vez de lo representado"; así, un delegado
representa al delegante, pero no lo desplaza, en tanto un sucesor
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ALVARO D'ORS
o quien accede a ocupar la posición que otro deja, no le repre­
senta; ni tampoco quien accidental o definitivamente cumple sus
funciones como sustituto, aunque no sea como sucesor o conti­
nuador. El sucesor y el continuador pueden identificarse en
muchos casos en los que quien accede a la posición que ocupa­
ba otro no deriva su titularidad de otro cusante anterior.-En la
"potestad sagrada" de la Iglesia,
en cambio, el nuevo titular no es
sucesor del anterior, sino
del originario: el Papa, de San Pedro, y
los Obispos, de los Apóstoles.-En ningún caso la representación
la del eco, que duplica el sonido.
RESPONSABIUDAD.-Conviene corregir la anterior expre­
sión "sino su esencial presupuesto" por la más clara "que es el
esencial presupuesto de la responsabilidad" .-La responsabilidad
es, ante todo, moral y
no siempre jurídica. Cuando es legalmen­
te licito incumplir
una promesa -por ejemplo, la promesa del
matrimonio
ya contraído, disuelto en virtud de divorcio--, la res­
ponsabilidad
-la esponsalicia-subsiste a pesar de la licitud legal
del incumplimiento, independientemente de la responsabilidad
jurídica que éste puede causar, como ocurre con los antiguos
esponsales,
que no obligaban pero si daban lugar a una respon­
sabilidad
jurídica por su lícito incumplimiento; también el man­
dato es revocable y renunciable, pero
no sin la consecuencia de
una eventual obligación
de indemnizar cuando se causa algún
perjuicio.-La subsistencia de la responsabilidad moral queda
oscurecida cuando se antepone la libertad,
en especial, la con­
vertida
en derecho por la ley o la de poder cometer impune­
mente
un acto ofensivo; asi, la impunidad del adulterio, debilita
la conciencia de la responsabilidad moral ineludible.-La res­
ponsabilidad
por actos ajenos, que el Derecho puede establecer
excepcionalmente,
depende de una responsabilidad por alguna
falta
--de acción u omisión-en la relación personal con el cau­
sante del acto
de tercero. Esta referencia a una "culpa constructi­
va"
puede quedar técnicamente sustituida por la imposición legal
de una "responsabilidad objetiva",
con lo que el derecho parece
desprenderse de
un fundamento moral innecesario; en estos
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APOSTILLAS A LAS "CLAVES CONCEPTUALES"
casos, se trata de imputar un deber de indemnización a la perso­
na económicamente más favorecida
por la relación que lo ha
causado, y puede prescindirse de la idea de responsabilidad por
culpa, y de la misma idea de responsabilidad.
• SENTIMIENTO es la expresión afectiva de la voluntad.
'amistad, felicidad
"Expresión"
por cuanto manifiesta un acto anímico de volun­
tad; "afectivo",
por referirse al objeto de ese acto, como afecto o
desafecto de algo.
• SíMBOLO es la representación, en su totalidad, de algo
real por un signo reductivo.
'alegoría
Por ejemplo,
la representación simbólica de la fe por una
cruz; de la patria, por una bandera; de una dirección espacial, por
un flecha; de una prohibición, por una luz roja. Las siglas no son
símbolos, sino un modo de abreviación.
• SOCIEDAD es la relación que vincula a dos o más per­
sonas con un fin común.
'persona, responsabilidad
El tipo más elemental es el del contrato privado de sociedad.
Éste
no constituye por sí mismo una persona jurídica, pues la
facultad de asociarse es de derecho natural,
pero la personalidad
jurídica depende de que sea públicamente reconocida
en aten­
ción
al interés común a que sirve.-La sociedad puede ser de
derecho privado o de derecho público, o "asociación";
por exten­
sión se llama "sociedad"
al conjunto de personas que componen
un colectivo público, como es la del actual Estado, aunque no
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ALVARO D'ORS
deba su origen a un convenio positivamente voluntario de los
que la componen. Cuando una sociedad se rige por principios
inalterables
que no dependen de la voluntad de los socios, sino
de
un orden superior, la tradición histórica o de otro tipo, se
habla de "Comunidad".
La Iglesia es el ejemplo más claro de
comunidad; pero también lo es, a su modo, el matrimonio.
• SOLIDARIDAD es la relación de la persona que asume
el todo de algo que pertenece igualmente a otras personas.
*colegialidad, responsabilidad
Puede ser activa, coino
en la copropiedad no-dividida ("pro
indiviso"), sea pasiva, como
en la fianza o en la delincuencia ("in
solidum").-Por faltas ajenas no hay propiamente responsabili­
dad solidaria, ni tampoco "objetiva" si no lo establece expresa­
mente
el Derecho. Por el pecado ajeno no hay responsabilidad
personal,
si no es por una omisión cualquiera propiamente per­
sonal;
por eso tampoco cabe el "arrepentimiento", sino sólo el
"desagravio" o la "expiación"
por pecados ajenos.-En la cotitu­
laridad
de colegas en la potestad, la solidaridad da lugar al voto
que puede interponer uno de los cotitulares. En la personalidad
juridica
no hay solidaridad ni veto, sino decisión de voluntad
común por votación.
VALORES *virtud
VERACIDAD se opone a mentira. Ésta es contraria al precep­
to divino-natural de
"no mentir", que procede de la Verdad: "la
mentira no procede de la Verdad" (! Jn. 2, 21). La Veracidad se
ajusta así como imperativo de la Verdad de la Revelación del
Verbo y de
la inefable de todo lo creado, que es la "adecuación
a
la realidad" .-En la medida en que la Ciencia es veridica (*cien­
cia), sus conclusiones son "verosimiles", pero no "verdaderas",
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APOSTILLAS A LAS "CLAVES CONCEPTUALES#
relativas pero no absolutamente ciertas; por eso se entiende lo
¡¡verosímil" como lo "posible", y asf reconocen los científicos de
hoy
que no pueden ellos alcanzar más que una "probabilidad",
en cierto modo, estadística. La Verdad, en cambio, es absoluta­
mente cierta e inmutable ('verdad).
• VIRTUD es la aptitud de un ser para cumplir su pro­
pio fin.
"'persona, seivicio, valores
La virtud humana se refiere a la conducta personal, y por eso
es moralmente enjuiciable; el fin al que el ser
se destina depen­
de de la Creación divina y de la industria humana, más
que de la
propia intención;
pero, para el hombre, es su intención sincera y
operativa de santidad personal.
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