Índice de contenidos

Número 423-424

Serie XLII

Volver
  • Índice

Qué es y qué no es el matrimonio y la familia

QUÉ ES Y QUÉ NO ES EL MATRIMONIO
Y
LA FAMILIA
Sólo existe un modelo de matrimonio.
,:La importancia de la sacramenta/idad del matrimonio, y la necesi­
"dad de la fe para conocer y vivJr plenamente esta dimensión, podrían
"también
dar lugar a algunos equivocas, tanto en la admisión al matri­
"monio como en eljuido sobre su validez. La Iglesia no rechaza la cele­
"bradón
del matrimonio a quien está bien dispuesto, aunque esté imper­
''fectamente preparado desde
el puntv de vista sobrenatural, con tal de
"que tenga la recta intendón de casarse según la realidad natural del
''matrimonio. En efecto,
no se puede configurar, junto al matrimonio
"natural, afio modelo de matrimonio cristiano con requisitos sobrenatu­
"rales específicos.
,No se debe olVidar esta verdad en el momento de delimitar la exclu­
"sión de la sactamenta/idad (cf canon 1101, § 2) y el errot determinan­
"te acerca de la dignidad sacramental (cf. canon 1099} como posibles
"motivos de nulidad. En ambos casos es decisivo tener presente que una
"actitud de los contrayentes que no tenga en cuenta la dimensión sobre­
"natural
en el matrimonio puede anularlo sólo si niega su validez en el
"plano natural, en el que se sitúa el mismo signo sacramental. La Iglesia
"católica ha reconocí.do siempre los matrimonios entre no bautizados,
"que se convierten
en sacramento cristiano mediante el bautismo de los
"esposos, y no tiene dudas sobre la validez del matrimonio de un ca­
"tólico con una persona no bautizada, si se celebra con la debida dis­
"pens@.
JUAN PABLO 11: Discurso a los prelados auditores, defen­
sor del
Vinculo y abogados de La Rota romana, jueves 20
de enero. L 'Osservatores Romano, edición .semanal en len­
gua española,
año XXXV, núm. 6 (1780), 7 de febrero de
2003.
Verbo, núm. 423-424 (2004), 179-182. 179
Fundaci\363n Speiro

La verdad sobre el matrimonio y la familia. Sólo en el ámbito del
am.or conyugal se respeta plenam.ente el valor de la persona
humana.
,Un aspeclD particularmente actual y dedsivo para el futuro de la
"familia
y-de la humanidad es el respelD del hombre a sus orígenes y a
"las modalidades de su procreación. Cada vez con mayor insistencia
"surgen proyectos que sitúan los comienzos de la vida
humana en ámbi­
"tos diversos de la unión conyugal entre el varón y la mujer. Son proyec­
"tos basados a menudo en presuntas justificaciones médicas y científicas.
"En efecto, con el pretexto de asegurar una mejor calidad de vida me­
"diante un control genético o contribuir al progreso de la investigación
"médica y científica, se proponen experlmentadones con embriones hu­
"manos y mé/Ddos para su producdón que abren la puerta a manipu­
"ladones y abusos por parte de quien se arroga un poder arbitrario e ili­
''mitado sobre el ser humano.
»La verdad plena sobre el matrimonio y la familia, que se nos reveló
"en Cristo, es una luz que permite captar las dimensiones constitutivas
"de Jo que es auténticamente humano en la procreación misma, Como
"enseña el
concilio Vaticano II, los esposos, unidos por el vínculo conyu­
"gal, están llamados a expresar su entrega mutua con los actos honestos
)' dignos propios del matrimonio (cf. Gaudium et spes, 49) y a acoger
"con responsabilidad y gratitud a los hijos, ,eJ don más excelente del
"matrimonio, (ib., 50). Así, precisamente con su donadón corporal, se
"convierten
en colaboradores del amor de Dios Creador. Al participar en
"el don de la vida y del amor, reciben la capacidad de corresponder a él
'y, a su vez, transmitirlo.
»Por consiguiente, el ámbito del amor de los esposos y la mediación
"corpórea del acto conyugal son el único lugar en el que se reconoce y
"respeta plenamente el valor singular del nuevo ser humano, llamado a
"la vi.da. En efecto, no se puede redudr al hombre a sus componentes
"genéticos
y biológicos, aunque participen en su dignidad personal. Todo
''hombre que
vi.ene al mundo está llamado desde siempre por el Padre a
"parlidpar en CrislD, por el Espíritu, en la plenitud de la vida de Dios.
"Por tanto, ya desde el instante misterioso de su conce¡x:ión debe ser aco­
"gido y tratado como persona, creada a imagen y semejanza de Dios
"mismo
(el Gn., 1, 26),.
180
JUAN PABLO 11: Discurso en el XX aniversario de la crea­
ción del Instituto Juan Pablo II para estudios sobre el
Fundaci\363n Speiro

matrimonio y la familia. L 'Osservatore Romano, edición
semanal en lengua española, año XXXIll, núm. 23 (1693),
8 de junio de 2001.
No debe equipararse el matrimonio con otras fo1mas de convi­
vencia.
dJe particular importanda es la necesidad de sostener la unicidad
"del matrimonio
como unión para toda la vida entre un hombre y una
"mujer, en la que, como marido y mujer, parti.dpan en la amorosa obra
"creadora de
Dios. Equiparar al matrimonio otras formas de conviven­
"cia oscurece la santidad del matrimonio y viola su profundo valor en
"el plan de !)los para la humanidad (cf. Familiaris consortio, 3).
JUAN PABLO 11: Visita "ad limina". Discurso a los obispos
de Inglaterra y Gale:s, jueve:s 23 de octubre. L 'Osservatore
Romano, edición semanal en lengua española, año XXXV,
núm. 45 (1819), de 7 de noviembre de 2003.
La familia como comunidad humana fundada en el matrimonio
estable, fiel y reconocido públicamente.
cVosotras, queridas familias cristianas, no dudeis en pro[XJner, ante
"todo con el testimonio de vuestra vida, el auténtico proyecto de Dios
"sobre la familia como comunidad de vida fundada en el matrimonio, es
"decir, en /.a unión estable y fiel de un hombre y una mujer, unidos entre
"sí por un vínculo manifestado y reconocido públicamente,.
JUAN PABLO 11: Homilía durante la santa misa para la.s
familias en Riejka, domingo de Pentecostés, 8 de junio.
L 'Osservatore Romano, edición semanal en lengua españo­
la, año XXXV, núm. 24, 13 de junio de 2003.
El nexo de la secularización y la crisis del matrimonio y la familia.
~¡ nexo entre la secularizt1.ción y la crisis del matrirnonio y de la fa­
"milia
es muy evidente. La crisis sobre el sentido de Dios y sobre el senti­
"do del bien y del mal moral ha llegado a ofuscar el conocimiento de los
"principios básicos del matrimonio mismo y de la familia que en él se
181
Fundaci\363n Speiro

"funda. Para una recuperación efectiva de la verdad en este campo, es
"preciso redescubrir la dimensión trascendente que es intrínseca a la
"verdad plena sobre el matrimonio y sobre la familia, superando tOOa
"dicotomia orientada a separar los aspectos profanos de los religiosos,
"como
si existieran dos matrimonios: uno profano y otro sagrado.
, "Creó Dios al ser humano a imagen suya, a imagen de Dios lo creó,
"varón
y hembra los creó" (Gn. 1, 27). La imagen de Dios se encuentra
"también
en la dualidad hombre-mujer y en su comunión interpersonal.
"Por eso, la trascendencia es inherente al ser mismo del matrimonio, ya
"desde
del principio, porque lo es en la misma distinción natural entre
"el hombre y la mujer en el orden de la creadón. Al ser «una sola carne,
"(Gn. 2, 24), el hombre y la mujer, tanto en su ayuda reciproca como en
"su fecundidad, participan en algo sagrado y religioso, como puso muy
"bien de relieve, refiriéndose a la conciencia de los pueblos antiguos
"sobre el matrimonio, la encíclica Arcanum divinae sapientiae de mi
"predecesor León XIII (10 de febrero de 1880, en Leonis XIII P.M. Acta,
"vol. Il, pág. 22). Al respecto, afirmaba que el matrimonio "cipio ha sido casi una figura (adumbratio) de la encarnación del Verbo
"de Dios, (lb.). En el estado de inocencia originaria, Adán y Eva tenían
'ya
el don sobrenarura/ de la gracia. De este modo, antes de que la en­
"carnaddn del Verbo se realizara históricamente, su eficacia de santi­
"dad ya acruaba en la humanidad.>.
182
]VAN PABLO Il: Discurso a los prelados auditores, defen­
sores del vinculo y abogados de La Rota romana, jueves 30
de enero. L 'Osservatore Romano, edición semanal en len­
gua espafiola, afio XXXV, n-Om. 6 (1780), 7 de feb~ro de
2003.
Fundaci\363n Speiro