Índice de contenidos

Número 423-424

Serie XLII

Volver
  • Índice

Constitucionalismo, Constitución de 1978 y secularización

CONSTITUCIONALISMO, CONSTITUCIÓN DE 1978
Y SECULARIZACIÓN
POR
MIGUEL AYUSO
Hace unos años, en Italia, dos ilustres juristas, uno de ellos
además filósofo, Pietro Giuseppe Grasso y Francesco Gentile,
catedráticos respectivamente
de Pavía y Padua, compilaron en un
volumen las criticas de fondo recibidas a lo largo de su medio
siglo de existencia
por la Constitución italiana de 1947. Costttu­
zlone criticata (1), tal es la rúbrica que llevó, hubiese sido impo­
sible entre nosotros, pues la Constitución española, pese a llevar
ya veinticinco años
de vigencia, ya que se aprobó en 1978, sólo
ha conocido criticas técnicas, procedentes principahnente de los
docentes del derecho constitucional,
pero apenas ha sido cues­
tionada
en ·cuanto a sus presupuestos doctrinales.
Dentro del volumen italiano recién citado, algunas
de las
páginas
concenúan explícitamente a las relaciones entre la Cons­
titución y el proceso secularizador, cuestión
que el profesor
Grasso ha tratado monográficamente
en otra publicación poste­
rior
que lleva por título Costituzione e secolarizazzione (2). El eje
central,
que destaca . desde la rúbrica y que determina el carácter
orgánico y
no simplemente yuxtapuesto de sus páginas, estam­
padas a lo largo
de veinte años· en una valiosa y valerosa revista,
Instaurare, que dirige el profesor de Udine Danilo Castellano,
prologuista del libro, radica
en el vínculo diamantino que existe
(1) PIEI'Ro G!USEPPE GRASSO y FRANCESCO GENTILE, Costltuzione criticata, Ná­
poles, 2000.
(2) PIBTRO GrusEPPE GRASSO, Costituzione e secolarizazzlone, Padua, 2002.
Verbo, núm. 423-424 (2004), 233-236.
233
Fundaci\363n Speiro

MIGUEL AYUSO
entre el constitucionalismo -como concreción técnica de la
ideología inmanentista de la modernidad (entendida en sentido
axiológico y
no meramente cronológico) en la política contem­
poránea-y la secularización que en la vida social se ha produ­
cido durante tal período histórico. Mejor dicho, se trata de la ilus­
tración
de tal conexión en la experiencia política italiana poste­
rior a
la II Guerra Mundial. Como destaca el prologuista, la lec­
tura que ofrece Grasso de esta experiencia no es sólo coherente,
sino también fundada: la legislación italiana republicana brota de
un presupuesto ateo, secularizado e inmanentista Oa Constitución
de 1947) que, gradual aunque inexorablemente, desarrolla hasta
llegar a la actual destrucción del
orden civil (3). Así pues, es una
aguda comprobación, pasada por el tamiz del tribunal de la pra­
xis,
de a dónde han conducido los (pseudo) principios político­
jurídicos de la República italiana, esto es,
de la modernidad polí­
tica, en la fase disolutoria que suele denominarse postmodema.
Pues, invirtiendo sus líneas de desarrollo, se ha pasado de un
inmanentismo totalitario a otro anarquista, que pretende -con­
tradictoriamente--- regular por ley y gestionar institucionalmente.
Piénsese,
por ejemplo, en las graves cuestiones que subyacen a
la reforma del derecho de familia o la afirmación
de la libertad
de conciencia.
El gran mérito del libro reside en su entraña auténtica y hon­
damente jurídica y
al mismo tiempo en su apertura a la realidad
política. Un jurista fino, a través
de la problematización de la
experiencia jurídico-política, logra desenmascarar las mendacida­
des de la ideología.
El "constitucionalismo" se muestra así como
un ariete de disolución política, jurídica y social, que ha hecho
avanzar la secularización a través de un texto y una realidad teñi­
das por la democracia cristiana. Ese es otro de los hallazgos de
la obra de Grasso: tematizar una relación Oa democracia cristia­
na como agente de secularización y
de destrucción del orden
social) que era un secreto a voces, pero que pocas veces se
(3) DANllO CASTEllANO, "Prólogo"' a PIBTRO GIUSEPPE GRASSO, CostJtuzione e
secolarfzazzione, cit.
234
Fundaci\363n Speiro

CONSTITUCIONALISMO, CONSTITUCIÓN DE I978 Y SECULARIZACIÓN
habfa presentado en forma tan neta como ausente de énfasis al
tiempo (4).
No muy lejano
es el modelo español, en el que también la
democracia cristiana (entendida
Jato sensu, esto es, comprensiva
de cierto liberalismo calificado
con error de católica y también
de cierto reformismo populista) ha hecho avanzar, con gravísi­
mas complicidades
de la Iglesia española y universal, el proce­
so secularizador hasta llegar a lo que un distinguido profesor
español, Francisco Canals, ha llamado "la ruina espiritual
de un
pueblo por efecto de una política" (5). Pero en España, al con­
trario
que en Italia, no se ha abierto aún la crítica (por más que
minoritaria) franca y abierta. Aquí todavía resulta escandalosa
para clérigos y biempensantes la idea del Estado católico (6). Y
los tratadistas
de derecho constitucional católicos maquillan el
problema
al limitar su rechazo a ciertas consecuencias (que
reputan excesivas) de la ideología constitucional, como si no flu­
yeran lógicamente
de ésta.
Concluyamos.
El constitucionalismo es la aplicación al dere­
cho público de la ideologia racionalista anticristiana,
de la que
--en mayor o menor grado-participan todas las constituciones
modernas (7).
Las posteriores a la Segunda Guerra Mundial, ciclo
al que -aunque rezagada-pertenece la española de 1978, toda-
(4) Cfr. AA W., Questione cattolica e questione democristiana, Padua, 1987,
donde Castellano, Grasso y el inolvidable don Darlo Composta, entre otros, ha­
bían abordado fundadamente el asunto. La contribución de Castellano, por ejem­
plo, se ha publicado en castellano en nuestras páginas (n.º 331-332/1995, págs.
31 y sigs.), precedida de unas notas de quien esto escribe: ªEn torno a la cues­
tión
democristiana~ (págs. 21 y sigs.).
(5) FRANCISCO CANALS, "El ateísmo como soporte ideológico de la democra­
cia", Verbo (Madrid), n.º 217-218 (1983), págs. 893 y sígs.; lo., "Reflexión y súpli­
ca ante nuestros
pastores y maestros", Cristiandad(Barcelona), n.º 670-672 (1987),
págs. 37 y sigs.
(6)
MIGUEL AYuso, "Il problema dello Stato cattolico, oggi", Instaurare (Udine),
n.º 3/1993, págs. 5
y sigs. Puden verse igualmente mis anteriores "El orden poli­
tico
cristiano en la doctrina de la Iglesia Verbo (Madrid), n.0 267-268 (1988),
págs.
955 y sigs.
(j) MIGUEL AYUSO, El é1gora y la pirámide. Una visión problem,g_tJca de la
Constitución espafíola, Madrid, 2000, passim.
235
Fundaci\363n Speiro

MIGUEL AYUSO
vía presentan reforzado ese signo, si bien en su fase anarquizan­
te y puramente disolvente. En el mundo latino, finalmente, se da
la paradoja de que ha sido la democracia cristiana, con apoyo de
la Iglesia, la que -a través de dichas constituciones-ha hecho
avanzar la secularización, al renunciar al Estado católico e impo­
ner la libertad de conciencia y culto.
MIGUEL AYUSO
236
Fundaci\363n Speiro