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Número 423-424

Serie XLII

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Emilio Aparicio Olmos: Mª Madre Petra y su época

INFORMACIÓN BIBLIOGRÁFICA
Emilio M. ª Aparicio Olmos OSB: MADRE PETRA
Y SU ÉPOCA <·i
Fray Emilio M.' Aparicio ha escrito un libro de titulo engaño­
so. Porque
no es una biografia de la madre Petra de San José
Pérez Florido, hoy beata,
ni un estudio de la época en la que
vivió la fundadora de las Madres de Desamparados y San José de
la Montaña. No acudan a él, pues, quienes busquen un estudio
histórico sobre esta notable monja pues quedarán defraudados.
Que es lo que me pasó a mí.
¿Qué es entonces el libro? Pues no se sabe bien. Hubo un
sacerdote valenciano, seminarista en los dias de la guerra civil
por lo que, de vivir hoy, rondará año arriba o abajo los noven­
ta años,
que obligado a servir a los rojos encontró en Andujar
la protección de
una hija de la Madre Petra que, de paisano,
seguía cuidando
de los ancianos del asilo de aquella localidad.
Vuelto a Valencia, concluyó sus estudios y se ordenó, prestan­
do muchos años sus servicios en la iglesia de la Virgen de los
Desamparados y vinculándose notablemente a la congregación
que a fines del siglo pasado fundara esta malagueña nacida en
1845 en Valle de Abdalajis. Muchos años después sintió don
Emilio la vocación benedictina que le llevó a ingresar en el Valle
de los Caldos. Muy agradecido a aquellas monjitas
por diversos
motivos, entre ellos la atención a su anciana madre, quiso dejar
constancia por escrito de lo que rebosaba su corazón. Y, no sin-
(') Valencia, 1982, 292 págs.
Verbo, núm. 423-424 (2004), 319·359. 319
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tiéndase con conodnúentos para escribir una biograña de la
Fundadora, dio a luz este libro de dificil definición.
Escogió
una serie de temas, relacionados de algún mo­
do con la madre Petra y escribió sobre ellos. Y, al final de
cada uno, lo relacionó con la fundadora. ¿Qué temas eran
esos? Pues un batiburrillo. Dios, uno y trino; Jesucristo; la
Virgen; San José; Santa Teresa; San Rafael; las benditas al­
mas del Purgatorio; la vida religiosa; la Iglesia
española en el
siglo
XIX ...
Sobre todos esos temas hace una exposición fácil, divulgati­
va, con muchas lecturas y citas, totalmente ortodoxa y eclesial,
algunas veces algo forzada, como
si hubiera que rellenar páginas
para dar cierto cuerpo
al libro, elemental siempre, sin aportacio­
nes originales ...
Y como colofón de cada una de esas consideraciones su rela­
ción
con la madre Petra. O, mejor, la de la madre Petra con ellas.
Naturalmente
no he contado las páginas ni me apetece hacerlo
pero de las casi trescientas del libro lo que se refiere a la monja
no creo que exceda mucho de las cincuenta. Y lo de la época de
la decena.
Lo que se dice de la Fundadora, además, procede de un par
de fuentes, citadas siempre literalmente y sin ninguna aportación
original. Libro
pues mucho más bienintencionado que logrado,
que será de alguna utilidad para personas de
no demasiada cul­
tura religiosa y
que aprenderán mucho más de Dios, la Virgen y
San José que de la madre Petra.
Sin embargo, despierta la curiosidad
por saber más de esta
religiosa que debió ser notable. Como tantas otras fundadoras del
siglo
XIX, muchas de ellas ya en los altares. Parece andariega y
emprendedora. Y con tantas
gracias divinas que incluso merman
su mérito. Quiero decir
que si cuando necesita dinero, San Rafael
se lo consigue; cuando quiere fundar el noviciado, la Virgen
le
dice dónde; cuando necesita una finca, la Virgen se le aparece en
sueños a la propietaria y la convence para que la venda; y hasta
se le aparece para enseñarles como
deben rezar el Gloria, incli­
nando la cabeza; e incluso tiene
en ocasiones charlas con San
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José, casi podriamos decir que así, cualquiera. Es tan superficial
el relato que
no podemos decir más sobre tan agraciada criatura
pero lo que hemos dicho hace
que sin duda queramos conocer
más de la madre Petra.
Si cae en mis manos alguna buena bio­
grafía
de la mísma se lo haré conocer. Y, desde aqui, mi mani­
festación de que
no dudo de la posibilidad de esas relaciones,
que no son naturales, entre un alma privilegiada y la divinidad y
sus gracias. Pero quisiéramos más referencias, más aparato críti­
co, 1nás testimonios.
Esta malaguefía, tras sus primeras fundaciones andaluzas,
llegó a la Valencia de Monescillo, personalidad de dificilisimo
carácter y poco propicio a nuevas aventuras monjiles, y no pare­
ce que tuviera especiales dificultades con él. Con su sucesor,
Sancha, todo
era, en cambio, facilísilno, pues le encantaban las
funclaciones. En Barcelona fue la creadora de una nueva devo­
ción que conoció un éxito extraordinario, a San José de la
Montaña. Que tras un impulso inicial de Casañas pronto conoce­
ría la oposición de este cardenal. La madre Petra supo superar,
incluso viajando a Roma, las oposiciones locales. Y el santuario
se convirtió
en una referencia espiritual de la capital catalana. El
relato es, seguramente, Jo de más interés del libro. El antagonis­
mo entre Catalá y Albosa, obispo de Barcelona, y Morgades, obis­
po de Vich, sólo se evidenciará a quienes conozcan aquellas
incompatibilidades,
por no decir odios. Los días de Díaz Gómara,
bestia
negr_a del catalanismo, fueron triunfales para el santuario
de San José de la Montaña, vandalizado
por las hordas rojas.
Repito que la historia del santuario es lo más logrado del libro,
al
menos en lo que se refiere a la madre Petra. Y tan importante en
su historia que la congregación añadió su nombre al de Desam­
parados.
Concluyamos esta recensión poco entusiasta, pues querria­
mos saber mucho más, con algo que no está en la obra. La
situación actual de la congregación. Los datos los tomamos de
los Anuarios Pontificios.
El de 1973 daba cuenta de 488 reli­
giosas,
que eran 435 en el de 1987 y 412 en el de 2001. Dis-
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minuyen, pero en proporciones n1enores que otras congrega­
ciones.
FRANCISCO Jos~ FERNÁNDEZ DE LA CIG01"A
Pablo Cervera: ROSARIO PARA
EL TERCER MILENIO<')
Pablo Cervera es un joven sacerdote preocupado por cues­
tiones de espiritualidad. Difusor
en España de Magnil1cat, res­
ponsable de la edición española
que está conociendo un éxito
notable, y que sin
la menor duda recomiendo desde aquí como
lib1i.to auxiliar para la oración diaria, para una mejor oración dia­
ria -sale un número todos los meses-, publica ahora en pri­
morosa edición a todo color, con preciosas ilustraciones de mo­
saicos primitivos una pequeña instrucción para
rezar el Rosario,
para rezar mejor el Rosario a la Santísima Virgen.
Pensado sobre todo para quienes no lo rezan y con voluntad
de que se inicien
en esta devoción, estoy seguro de que las refle­
xiones
que hace a quienes quiere iniciar en el rezo serán también
de utilidad a quienes todos los días lo practican. Contiene, ade­
más, unas breves meditaciones para cada misterio y alguna breve
oración conclusiva
de cada uno.
Concluye con una serie de hermosas letanías, comenzando
por las lauretanas. Reconozco que fue lo que más me chocó.
Como
en su día me extrañó que Juan Pablo II introdujera unos
nuevos misterios. ¿Por qué ca1nbiar lo que durante tantos siglos
se hizo para gloria de María y de su Hijo? ¿Es que el Papa de hoy
es mucho más listo que todos s11s antecesores? Obedecí, sin
embargo, y me encontré rezando gozosamente los
misterj.os lumi­
nosos. Y hoy
1ne parecen un acierto genial. Lo mismo cabe decir
de estas letanías. Si se rezan como deben. Conscientes del piro-
(•) San Pablo, Madrid, 2003, 95 págs.
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