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Número 511-512

Serie LI

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La libertad religiosa

Con ocasión del cincuentenario de la apertura del II Concilio Vaticano, la Confederación de Juristas Católicos de Francia ha celebrado su XXV congreso en el Palacio de Justicia de París. Bajo la presidencia del cardenal Raymond Burke –prefecto de la Signatura Apostólica y consejero eclesiástico de la Unión Internacional de Juristas Católicos– y en presencia del presidente de ésta, Miguel Ayuso, el profesor Jöel-Benoît d`Onorio dirigió el coloquio en el que se desarrollaron las siguiente ponencias: «los fundamentos del derecho y la libertad religiosa» (Raymond Burke), «la problemática de la libertad religiosa en las relaciones internacionales» (Joseph Maïla), «la libertad religiosa y reciprocidad en el diálogo inter-religioso» (Ombretta Fumagalli Carulli), «la libertad religiosa en la diplomacia pontificia» (Alain Lebeaupin), «la libertad religiosa según las normas europeas» (Alfonso López de la Osa) y «libertad religiosa y laicidad en Francia» (Yves Gaudemet).

El contenido de las mismas resultó, como es natural, de interés y valor variables. Muy correcta la introducción del profesor d’Onorio, retórica (y democristiana) la de la ex-ministra Fumagalli Carulli, técnica la del profesor López de la Osa, burocrática la del arzobispo Lebeaupan… Las más interesantes fueron las del cardenal Burke, el rector Maïla y el profesor Gaudemet. El primero ofreció la versión (conservadora) más coherente con la enseñanza tradicional de la Iglesia sobre el asunto, obviando los elementos que la dificultan, y no sólo en la lectura del texto conciliar (Dignitatis humanae) sino sobre todo en la (peor) versión impuesta tras el mismo y casi unánimemente sostenida hasta la fecha. El segundo, hoy director general de prospectiva en el Ministerio francés de Asuntos Exteriores, aunque no se salió del paradigma progresista, hizo observaciones muy interesantes respecto de las dificultades que en asuntos polémicos como el del «pañuelo» (esto es, los símbolos religiosos en el espacio público) proceden no de los mahometanos sino de los estadounidenses. Lo que vino a quedar confirmado por el tercero, profesor de la Universidad de París II quien volvió a evidenciar, al hilo de exponer la «versión francesa» de la laicidad, cómo la «versión americana» es más deletérea.