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Número 515-516

Serie LI

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Tesis doctoral de Felipe Widow

El profesor Felipe Widow, de la Universidad Católica de Chile, colaborador de nuestra revista, y que ha pasado los últimos años en Madrid realizando su tesis doctoral en la Facultad de Filosofía de la Universidad Complutense, ha completado con éxito su labor y ha defendido el pasado 9 de julio el trabajo para la colación del grado de doctor titulado «La autonomía de la razón práctica en la new natural law theory». La comisión encargada de juzgarla estuvo compuesta por los profesores García Norro (Complutense), Ayuso (Pontificia Comillas), Crespo (Navarra), Cayón (Nebrija) y Llano (Complutense) y le dio la máxima calificación de «apto cum laude». En el acto de defensa el profesor Widow no sólo explicó claramente el objeto de su investigación, sino que la defendió magistralmente frente a las observaciones y objeciones que se le formularon. Quedaron en claro las grandes debilidades de la posición de autores como Finnis o Grisez frente a la comprensión clásica del problema en Santo Tomás de Aquino. Enhorabuena, pues, a nuestro colaborador así como a su director de tesis, el profesor Rogelio Rovira. Entre los doctores asistentes al acto se encontraba el profesor José Miguel Gambra.

Si traemos esta noticia a nuestras páginas no es sólo porque, como acabamos de decir, es un querido colaborador. Como su hermano José Luis y su padre Juan Antonio. Todos filósofos. Singularmente su padre, discípulo predilecto de Osvaldo Lira, de la Congregación de los Sagrados Corazones, restaurador del tomismo y del tradicionalismo hispánico en su Chile natal, que Widow prolongó, como ahora lo hace su estirpe. Que, por cierto, sería bastante. Lo es también por la importancia de la investigación que ha emprendido en el seno de los estudios de la filosofía práctica de matriz tomista. La llamada new natural law theory se ha lucrado durante los últimos años –en los habituales medios «clericales» que hacen protesta de «no-clericalismo»– de una fama singular, producto del trasvase de la que lustros atrás atribuyeron a la figura, por cierto mucho más interesante, de Michel Villey. Lo que en el francés era ironía y gracia expositiva, en los anglosajones émulos de Kant (y de paso, aunque quizá inadvertidamente, de Locke) es pesadez sólo apta para analíticos y…acomplejados. Pero si cambiaron de oráculo, sin ganancia, quizá fue al descubrir, con horror, que el aristotélico (y también tomista) galo era enemigo de los «derechos humanos», lo que dificultaba su entusiasmada entrega a la modernidad (decadente, como ellos), que quedaba por contra garantizada con el cambio. El trabajo de Widow, que le ha servido para obtener el grado de doctor en filosofía, y que prosigue en una línea temática conexa para lograr el de derecho, no es faccioso, sino que la verdad reluce en él. Esperemos su publicación. Así como que prosiga la serie de informaciones bibliográficas que está haciendo para Verbo de la edición de las obras completas de John Finnis.