Thibaud Collin, Les lendemains du mariage gay

Thibaud Collin, Les lendemains du mariage gay, París, Salvator, 2012, 122 págs.

El asunto del llamado «matrimonio homosexual» se halla claramente instalado en la agenda de las fuerzas apodadas de progresistas y que han tejido una tupida tela de araña con elementos de proveniencia dispar, sin excluir de la alta finanza y las organizaciones internacionales. Como de costumbre, empezó en el mundo escandinavo y en los Estados Unidos de América, si bien en éstos el avance fue lento, con algunos retrocesos, extendiéndose al resto del mundo llamado occidental con rapidez. En el caso que nos ocupa, entre nosotros llegó en 2005, adelantándonos a Francia, donde lo ha hecho ahora con algunos años de retraso. Si en España las discusiones fueron limitadas, aunque la contestación tuviera amplia base en las celebraciones de la familia de los meses de diciembre, en el país vecino la resistencia ha saltado a las primeras páginas de los periódicos y a los telediarios. Finalmente, aquí el Tribunal Constitucional ha avalado la ley, mientras que allá ésta se ha terminado por aprobar.

Pero lo que no admite comparación es la literatura producida en la batalla. En el país traspirenaico ésta ha sido abundante, por ambas partes, pero singularmente por la contraria a una ley destructora del matrimonio tal y como es y lo hemos conocido. El libro que presentamos, de filósofo Thibaud Collin, que sigue a otro anterior de 2005 sobre el mismo tema, se plantea radicalmente si es justo abrir el matrimonio civil a las personas de mismo sexo. Cuestión que no presenta de manera teórica, sino en el contexto social y político de la Francia de hoy. Si la justicia es el criterio central para valorar las opciones políticas, se trata de explicitar en qué se funda la reivindicación de «abrir» el matrimonio, a saber, la lucha contra las discriminaciones. El autor, así, analiza lo que es el matrimonio en cuanto tal, esto es, la institución que articula conyugalidad y parentesco. ¿Es justo, por tanto, prever un cuadro institucional en el que el niño vive su filiación sea en un parentesco mono o plurisexuado? ¿Le priva de algún bien humano intrínseco? ¿Debe prevenir la ley que ciertos niños deban soportar las consecuencias de las opciones sexuales de los que el Estado, pese a todo, designa como sus padres? ¿Cuáles son las concepciones de la justicia subyacentes? ¿Se halla esta reivindicación en continuidad con la evolución de otras anteriores o produce una reforma radical?

El libro da respuesta a estas preguntas de modo dialógico y razonado. Resulta de gran interés y muchas de sus observaciones hacen pensar. Pero también encontramos algo de wishful thinking y un poco de beatería democrática. Los mismos que llevan a Antonin Scalia, famoso magistrado «conservador» de los Estados Unidos, a oponer a las uniones homosexuales el originalismo de la Constitución y la sociología del voto.

Juan CAYÓN