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Número 521-522

Serie LII

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Luis Corsi Otálora

In memoriam

El ingeniero, economista, historiador y escritor Luis Corsi Otálora ha fallecido en la ciudad boyacense de Santiago de Tunja, que le vio nacer en 1931, el pasado mes de diciembre. Tras completar los estudios de ingeniería, Corsi se trasladó a París, donde en 1964 se doctoró en Economía con una tesis que años después sería publicada con el título Autarquía y desarrollo. El rechazo de la expropiación a las naciones proletarias (1966).

El rechazo del liberalismo, en su versión económica esta vez, aparece –pues– desde el inicio como una de sus preocupaciones centrales, que dará lugar a otros libros tales como Los grandes problemas del mundo a la luz de la doctrina social de la Iglesia Católica (1977) y Capitalismo y democracia: las dos dimensiones de un mismo engaño (1981), si bien en éstos se hace patente un cuadro más amplio en el que las doctrinas económicas se insertan en coordinadas sociales y políticas que también rechaza. Ya en sede estrictamente política, se le deben también obras como De la democracia al partido único (1969), así como de su vivencia de las secuelas locales del «mayo francés» (de 1968) nacieron también un puñado de textos, sobre todo su famoso Crisis universitaria y poder político (1971), pero también algunas novelas como Los estandartes rotos (1972) y La batalla olvidada (1974). En momentos en que la justa batalla anticomunista llevó a muchos a ceder equivocadamente en el frente contra el liberalismo y la democracia, Corsi no cejó en denunciar con pasión ese doble error. La única concesión a la modernidad, muy de su generación, y en particular en la América hispana, fue la sentimental y superficial al fascismo, que veía –románticamente– como una encarnación histórica contemporánea de la secular resistencia antiliberal. Se equivocaba. Porque la insanable raíz de aquél, no sólo moderna sino aun izquierdista, separa la tradición católica del estatismo modernista e idealista.

Capítulo aparte merece su obra de caracterización histórica, presente ya desde su primer libro, Ensayo sobre el desarrollo histórico de Colombia (1960), y en el que se insertan, además de Bolívar, el impacto del desarraigo (1983), Al rescate de la ciudad sumergida: una historia de Colombia a través de Santiago de Tunxa (1994), Los realistas criollos (1994), ¿Autoabastecimiento o apertura? Las tres aperturas económicas en la historia de Colombia (1996), ¿Genocidio o integración cultural en las Indias hispánicas? (2004), ¡Viva el rei! Los negros en la independencia (2006) e Independencia hispano-americana: ¿espejismo trágico? (2009). En la misma –los títulos apenas transcritos lo proclaman bien a las claras– se somete a revisión el proceso de secesión producido en Hispanoamérica hace ahora dos siglos, con los resultados de destrucción y colonialismo (ahora sí, a diferencia del período hispánico) que nos ha sido dado conocer. A ese tema dedicó lo más granado de sus esfuerzos en los últimos veinte años. En particular, tras haber trabado amistad con quien firma estas líneas, que había conocido su obra por medio del historiador rioplatense ya fallecido José Manuel González, publicó a partir de 2005 ediciones ampliadas (y en algunos casos corregidas) de sus libros sobre Bolívar o los realistas criollos, así como el también citado de los negros en la independencia. En particular, el libro sobre Bolívar muestra una notable evolución de sus tesis, siempre más severas contra el personaje. Los acogió la casa Nueva Hispanidad, de nuestro amigo Félix Della Costa, con el patrocinio de la Fundación Elías de Tejada y del Consejo de Estudios Hispánicos Felipe II.

Durante esos años algunas de sus publicaciones más netas vieron la luz también en los Anales de la Fundación Elías de Tejada, Verbo o la recientemente creada Fuego y Raya. Algunos errores de detalle, que –terco en su timidez delicada– Corsi se negaba a reconocer, no empecen el valor de ese filón, que ha cultivado como nadie y que había de exasperar, claro está, al nacionalismo (y singularmente al argentino), que –según su costumbre– pretendió sepultarlo con chistes gruesos y bravuconadas. Ante los que don Luis Corsi, informado por algunos amigos de ambos hemisferios, se limitaba a sonreír.

Finalmente, otras de sus publicaciones ingresan derechamente en la apologética, principalmente en lo que toca a las relaciones entre la fe y la ciencia. Así, podemos mencionar, entre otros, sus ¿Se equivocó Galileo? (1988) o La fábula del evolucionismo transformista de Darwin (2011).

En el año 2005, con motivo de la visita de S.A.R. Don Sixto Enrique de Borbón a Colombia, para participar en un Foro Internacional de la Hispanidad, le recibió en su casa de Tunja, junto con buena parte de su familia y, en particul a r, sus hermanos el senador Carlos, la historia del arte Lucía y Armando, organizando luego un almuerzo en su honor en el simpatiquísimo Club Boyacá, del que era miembro activo. Inmediatamente se abrió entre ellos una corriente de simpatía. Lo que, junto con los innumerables méritos de Luis Corsi en defensa de la tradición hispánica, le llevó al Duque de Aranjuez a hacerle miembro ordinario o de número del Consejo de Estudios Hispánicos Felipe II y a crearle caballero de la Orden de la Legitimidad Proscrita. En ese orden de cosas redactó Corsi, para el Congreso internacional celebrado en 2008 con motivo de los 175 años del Carlismo, un interesante capítulo titulado «El Carlismo desde América», donde claramente se incluye en la línea tradicionalista hispánica. Desde 2005 lo encontré siempre que pude con ocasión de mis frecuentes viajes a la Nueva Granada. La última vez, en febrero de 2013, tuvo la delicadeza de venir a verme a Paipa, donde yo dirigía unas Conversaciones tradicionalistas inspiradas por el padre José Ramón García Gallardo. El almuerzo con que concluyeron, gratísimo, me permitió disfrutar de su conversación un largo rato. Le pedí, entre otras cosas, una edición revisada de su libro sobre la independencia hispanoamericana, que no llegó a afrontar, y un trabajo sobre el «Manifiesto de los Persas» visto desde la América española, inédito por el momento y que publicaremos oportunamente. Católico a machamartillo, defensor de la misa tradicional, no temió implicarse en causas públicas contra espectáculos blasfemos que le devolvieron a las primeras páginas de los medios de comunicación.

Profesor jubilado de la Universidad Nacional de Colombia y de la Universidad Pedagógica y Politécnica de Tunja, era miembro de la Academia Boyacense de la Historia, a cuyo Anuario seguía contribuyendo regularmente. Requiescat in pace. Y reciba nuestras condolencias su familia.

Miguel AYUSO