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Número 521-522

Serie LII

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Antonio Morales Moya, Juan Pablo Fusi Aizpurúa y Andrés de Blas Guerrero (eds.), Historia de la nación y del nacionalismo

Antonio Morales Moya, Juan Pablo Fusi Aizpurúa y Andrés de Blas Guerrero (eds.), Historia de la nación y del nacionalismo español, Madrid, Galaxia Gutemberg-Círculo de Lectores, 2013, 1520 págs.

Este volumen de más de 1500 páginas es el resultado de proyecto financiado por la Comunidad de Madrid, acogido por la Fundación Ortega-Marañón y en el que han colaborado cerca de cincuenta reputados autores. El trabajo ha sido bien diseñado y cuidadosamente ejecutado. Pese a su ambición no puede dejar de presentar algunos vanos y no todas las piezas están igual de conseguidas. Es natural dada la envergadura del empeño y las limitaciones inherentes a las obras colectivas. Repárese en que abarca desde los mitos originarios hasta el momento presente, atravesando las edades media, moderna y contemporánea. Y en que combina materiales procedentes de la historia con otros de la filosofía, el derecho público y, más ampliamente, la cultura. La intentio radica en la rehabilitación de los conceptos de nación y aun de nacionalismo, referidos a España, que se reputa presentan un déficit conceptual a causa de su identificación reciente con el franquismo. El volumen es, pues, realmente interesante.

Cernir en pocas líneas el valor de los aportes resultaría de una pretensión insoportable. Debemos contentarnos, por tanto, con sobrevolar la tesis. Que es la del liberalismo rehabilitado. Al que se atribuye, aun sin orillar algunos antecedentes, la forja de la nación española tal y como la conocemos. Se trata, en este sentido, de una presentación más matizada de un pensamiento que ha hecho fortuna en los últimos decenios, y que ayunta a la piadosa oposición a los nacionalismos periféricos la afirmación de una nación política ligada al liberalismo y desligada en consecuencia de la ganga nacional-católica del franquismo. Respecto de lo primero, no es de echar en saco roto que los separatismos fueron el producto de una reacción (compleja lógica y patéticamente) centrífuga contra las expresiones aurorales del centralismo liberal, que ahora paradójicamente generan una nueva antítesis centrípeta. Siempre la astucia de la razón. Cuando no salimos de Hegel y su laberinto. En cuanto a lo segundo, nos hallaríamos (si no fuese por el tradicionalismo) ante otra paradoja, también de matriz dialéctica moderna, como la que liga en la historia italiana el llamado Risorgimento con el fascismo, en paridad un segundo y exasperado Risorgimento. Lo que ha de maquillarse, pues el fascismo es el conjunto de todos los males sin mezcla de bien alguno y no puede tener, claro está, conexión alguna con el benéfico liberalismo fuente del nacionalismo. Pero les liasons intellectueles son las que son... En España, en cambio, la (dirían) hidra inextinguible del Carlismo, pese a algunas desnaturalizaciones fascistizantes propias de la época y del sincretismo fascista, permite presentar una línea constante de defensa de la nación histórica, formalizada políticamente de modo plural. Esa es en puridad la tesis que el liberalismo aggiornado de este libro tiene que combatir. Y es la tesis que Verbo, fundada por Eugenio Vegas Latapie, depurando los aportes de Menéndez Pelayo y Maeztu, ha ofrecido desde sus primeros pasos con textos de Elías de Tejada y Álvaro d'Ors, Rafael Gambra y Francisco Canals.

Manuel ANAUT