Eduardo Coloma, El reto

INPORMACION BIBUOGRAPICA
mas de gobierno; Deberes del Estado para con Dios ; Relaciones entre el Estado
y la Iglesia; La Iglesia y la Comunidad Internacional de los
Estados; Cristo, Rey de la Sociedad; La paz social condicionada a la
libre aceptación del Reino de Cristo. Segunda parte: La absurda
concepci{>n naturalista

del orden polí­
tico-social;
La oposición al ordenamiento cristiano de la sociedad; El
naturalismo ; El hombre
y sus derechos naturales; La libertad ; La so­
ciedad; La Ley; La Autoridad; El Estado; La Democracia; La Sepa­
ración de la Iglesia
y del Estado; El Liberalismo; El Socialismo;
Tolerancia y progresismo católico; No puede haber paz fuera del
orden cristiano. Necesidad
y esperanza de la aceptación del ordena­
miento cristiano.
ill.-UN LIBRO DLENO DE ACUCIANTE ACTUALIDAD
Edum-do Coloma: EL RETO (*).
Por Jesús Percedo Lafuente.
Hay libros que asoman a nuestra vida y pasan sin dejar huella.
Los menos son los que de verdad nos producen un impacto imborra­
ble, sobre todo en nuestros tiempos, en los que la producción literaria
crece en la misma medida en la que decrece su valor. Cuanto más se
publica, más libros hay estimables, pero la proporción de los que no
debieran haber merecido nunca los honores de la impresión son mu­
chos más.
Un libro que me ha impresionado en los últimos tiempos es el
que, escribió

Eduardo Coloma bajo el título «EL RETO» con el si­
guiente subtítulo: «LO QUE PONE EN JUEGO LA SUBVERSION».
Y o recomendaría a todos mis amigos su lectura. En estos momentos
en los que
la vida con todos sus avatares y con sus mu.chas, inmensas,
solicitudes nos distrae de
la realidad que nos rodea, necesitam05 esti­
mulantes como éste para poder reaccioar de manera eficaz.
La primera parte de la obrita, que no supera el total de las 133 pá­
ginas, se denomina «Definición de posiciones» y comprende intere­
santes epígrafes sobre el concepto de civilización, los verdaderos va­
lores humanos, los elementos de la estructura social y la posición de
(*) EL RETO, por Eduardo Coloma, F,d. Escelicer, Madrid, 1972, 133
páginas.
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INFORMACION BIBUOGRAFICA
España en el mundo. Es como un recuerdo de los conceptos fudamen­tales de la ética social, que a veces parecen
tan olvidados. Siempre he
echado de menos en
la mayor parte de los ciudadanos el aprecio de
la educación cívica.
Creo que no ofendo a nadie si digo, cosa que, por otra parte, se
ha afirmado de nosotros en multitud de ocasiones, que andamos muy
escasos de sentido comunitario. A la innata tendencia al egoísmo per­
sonal añadimos los latinos un escaso aprecio de las tareas en común,
prefiriendo siempre a ellas el individualismo, Somos muchos los que
en el fondo del corazón llevamos, al menos latente, la rebelión de
que hacía
gala cierto escritor cuando decía: «estoy en contra del ré­
gimen, del poder, del orden establecido, de la familia burguesa, de
la religión ...
». Cuando Coloma nos recuerda el deber que tenemos
todos de responder prácticamente a las exigencias de nuestra connatural
inclinación política y social.
La segunda parte es un estudio sociológico del fenómeno actual
de la subversión a todos los niveles. Este estudio es extraordinaria­
mente actual, no sólo- porque
el problema es cosa de cada día, sino
también porque lo analiza a partir de los principales promotores que
el suceso tiene en la actualidad., acudiendo a textos de personajes de
hoy, como Liu Chao Chi, el profesor de Nanterre Henri Lefébvre, Hermann Rausching, etc. Las oposiciones dialécticas propias de lo que
mal se llama «contestación», las contradicciones de los que se apro­vechan de la sociedad de consumo mientras lanzan denuestos contra
ella, la pérdida del sentido de la verdad, del orden y del deber, son
otros síntomas que pasan por el examen certero del autor.
El diagnóstico de la sociedad no puede sino imponer urgencia de
acción a todos los hombres conscientes. Es por ello por lo que Eduardo
Coloma delinea en la tercera parte los extremos -en los que tiene que
apoyarse la lucha común por devolver la salud a
la sociedad enferma
en 1a que vivimos. Frente a una tentación que ha sorprendido a mu­
chos, nos da esta lección indiscutible,: «Actuar como los marxistas es
ser ya marxista. Incluso cuando se dice combatir el marxismo.» Hay que empezar por adquirir verdadera conciencia de los problemas y acudir a su solución sin desmayos y con una formación sólida.
No me extraña nada que este libro se haya agotado en tan poco tiempo y se piense ya en su segunda edición. Bienvenida sea .
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