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Número 109-110

Serie XI

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VI. Camino hacia el socialismo, inevitablemente abocado al fracaso

afios, habrían' encontrado aquí inagotable fuente para sus teO·
rías sociourhanísticas. Pocque una de las grandes penitencias quC
ha· de cumplir nuest.r·o tieinpo por el pecádo· de la obligada erra.­
.dicación
es

justamente la insolidaridad: insolidaridad
con: el
prójimo;

insolidaridad con el medio.
»El
páso de lo rural a lo urbario · individualiza a las familias.
Este hecho ya fue observado en llll segundo análisis por Red­
field:
la homogeneidad

de una sociedad rural crea una
estruc-­
turación

social no ambigua. Al producirse
el fenómeno erradi­
cante, la comunidad de
intereses de

una comunidad rural queda
impregnada de activísimo disolvente
y es sustituida po·r infini­
dad de motivaciones particulares que, a la vez, actúan no uni­
forme
y simultáneamente sobre la comunidad, sino que afectan
a cada uno de los comunitarios de
ma~era muy

diferenciada.»
«Resulta escasamente

viable en el terreno moral pasar de lo
homgéneo a .lo heterogéneo
a hase del ritovimiento continuo de
una fuerza motriz. Parece
más lógico
pensar que han sido
otras
fuerzas

las
que han

ido condicionando el proceso urbano, si
es
que

en él
consideramos al

hombre sometido
a su desarrollo
humanístico.
Y en' este contexto, lo rural, con s~ comunidad
solidaria,
y lo urbano, con su insolidaridad in'dividualizada, no
admiten el

tránsito
procesal éomo un deslizamiento lógico

a su
realización, sino

como 'un cambio traumático en lo - sociológico,
>Que es exactamente lo qae ha sucedido en España y se acu­
sa con
relevantes perfiles én relación al me-dio-cómo un regreso
al celtíbero 'trashumante qúe no reside, sino acampa; y en lo
espiritual, coll el desarraigo más esterilizante ..
»Fabricar

resortes de solidaridad, arraigarse de nuevo
y de
modo auténti~o, sentir la p-0.sihilidad de una trascéndencia para
recuperar valores en el orden moral será tiempo de Varias ge­
'neraciones,
A
la nuestra le corr'esponde comprender

el trágico
drama que

se
éstá representando

con
pe-rsonaj~s palpitantes.»
VI. CAMINO HACIA EL SOCIALISMO INEVITABLEMENTE ABOCADO AL FRACASO.
Het'OOS comenzado. reconociendo que el régimen tecoocrátiCt;>~ Jw,y en
maiJcir o menor flt'ado en alza en el mundo occidéntal, impulsa una in-­
fr~tura favorable al sócialismo," y en las siguieñ:tes ilustraciones,
hemos Visto , cómo el hombre pierde su sentido de la responsabilidad, del
respeto,
.de la sociabilidad natural y se deteriora, en resumen, .se masifica,
4059
Fundaci\363n Speiro

lo cual acentúa más aún el impulso hacia el sodalismo. Y> sin embargo>
la razón y la experiencia nos muestran que el fracaso económico y hu­
mano
de éste es inevitable. Nuestro amigo el Profesor Jorge Ivan Hubner
Gallo en la "Tribuna" de MERCUR.10 de Santiago de Chile del 3 rro-­
v'iembre 1971> publicó un valiosísimo artículo titula-Jo "Reflexiones sobre
el socialismo", del cual rep,oducimos sus último. párrafos:
1060
«Trabajar en forma independiente, fundar una empresa, crear
una nueva fuente de producción, labrar un campo, descubrir y
explotar un yacimiento
minero, impulsar

la fabricación de nue­
vos articuios manufacturados,

son horizontes
que están vedados.
Nadie -puede progresar

por obra de su capacidad, de
su esfuerzo
y

de
su iniciativa, si

no
es en

el campo de las intrigas del
Go­
bierno y de la burocracia. Nadie puede forjar su propia situa­ ción socio-económica y laborar por el futuro de su familia
en
el
ancho

margen de la agricultura,
la minería, .la industria o el
comercio, porque
el único medio de subsistencia reside en entrar
a
formar parte

de
la burocracia
estatal.
Bajo el manto de un
falso igualitarismo, qne no lo es tal para los privilegiados del
régimen, el Estado a-plasta toda iniciativa que le permita al
hombre
deatacarse y
servir a la colectividad en forma inde­
pendiente.
»Uno de

los aspectos más regresivos y decepcionantes del so­
cialismo es,
preeisament~ esta uniformidad

en _ la mediocridad.
El
'Sistema mismo está destinado

a favorec_er una vida chata
y: vege­
tativa,. para incapaces, que confían en poder subsistir sin mayor
esfuerzo, cobijados en los
resquieios de la burocracia, aplastando
todo
afán
personal de

progreso y superación
de los
que podrían
impulsar el
progreso de la co'1ectividad.
»El
socialismo

suprime uno de los mayores alicientes de
la existencia humana y
del avance de la civilización, que es el
que podríamos llamar la gran aventura de la vida. Desde el na­
cimiento hasta la muerte, todo está regimentado. Al igual que
en la férrea rigidez de la cohnena, en la
que la

labor
y el des­
tino

de
cada insecto

están encerrados dentro de un marco in­
franqueable, desaparece el

incentivo
de la iniciativa haeia lo
nuevo,
lo variado, lo inesperado. ¡ Qué triste perspectiva, espe,,
cialmente

para la juventud, la de no tener otro horizonte posi­
ble
qne el

de pasar toda la vida en
un obscuro
casillero de
la
burocracia, sin conservar ni siquiera la esperanza de poder pros­
perar

un día en alguna actividad creadora,
libre e
independiente!»
Fundaci\363n Speiro

«El socialismo constituye, en último término, uno de los
grandes
mitos del
mundo moderno.
Este mito ha·· consistido eñ
hacer ereer al pueblo, ahusand~ de la mentalidad ilógica de las
ma~as de

bajo nivel cultural, que un·
Cambio en el ·régimen de
la propiedad logrará una elevación en sus condiciones de vida,
sin

que haya mayor cantidad de mercancías
que distribuir. La
consigna

marxista envuelve la
falada de
suponer que
fransfor­
mando

la propiedad
privada en
propiedad estatal habrá, por
arte de magia, más viviendas, más vestuario, y más pan
(Jue
distribuir.

El
resultado real
revela, precisamente, lo contrario:
la colectivización de los
bienes_ y el téi-ntlno de la iniciativa
privada produce un
descenso de la productividad y una para­
lización del proceso
-de

creaciói:,. de nuevas
empresas, con
lo
cual los niveles de vida tienden
. a dosmejorar y

no a elevarse.
Con la implantación de
este régimen

sólo gana la «nueva
clase»
entronizada

en el poder; pierden, en
caillbio,_ los
trabajadores,
la democracia y la
lih~rtad. F.s la «gran estafa» de que habló
el
destacado
, ex-comunista

Eudocio Ravines en
su divulgado
libro

sobre el comunismo.
»Los planteamientos del marxismo, presentados
en el

terreno
democrático, no han logrado conquistar el
favor de

ninguno de
los
pueblos de

alto desarrollo industrial, cuya experiencia
his­
tórica les ha enseñado que el- único camino eficaz para mejorar
sus
condieiones de
vida
collsiste en
el trabajo, la
producción
y

el avance científico y técnico. En
esas naciones,
el capita­
lismo popular y una eficaz- política tributaria han logrado,
man­
teniendo

la libertad y la
demócracia, una
nivelación y un pro­
greso
social que·

el marxismo ha estado lejos de obtener por
otros métodos.
»En los
países subdesarrollados,

en cambio, que aún no han
logrado
el despegue de su capacidad productiva ·y técnica, las
grandes masas sumidas en la ignorancia y la pobreza
son fácil
pasto

de la demagogia y
laS promesas ilworias·. Una

muchedum­
bre desesperada por su· suerte y
que no

logra comprender los
verdaderos· factores del
próblema está expúesta a ser víctima
de

engañosas banderías
políticas.
»El

socialismo marxista no representa una verdadera
solu­
ción,

salvo para
la minoría que pasa a entronizarse en el poder.
Sus falaces
consignas sólo ·sirven

para desviar la atención de
los trabajadores de las causas reales de su desmedrada situación
y de los
únicos medios

eficientes para superarla. El socialismo
es el opio de los pueblos
subdesarrollados.
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Fundaci\363n Speiro