Índice de contenidos
Número 109-110
Serie XI
- Textos Pontificios
- Actas
- Estudios
- Jornadas
- Congresos
- Información bibliográfica
- Crónicas
-
Ilustraciones con recortes de periódicos
-
I. El llamado «capitalismo monopolista de Estado»
-
II. Los irresponsables
-
III. El respeto y la respetabilidad
-
IV. El progreso técnico y económico, el mayor bienestar, emparejados con una decadencia de la calidad humana
-
V. Consecuencias del éxodo rural
-
VI. Camino hacia el socialismo, inevitablemente abocado al fracaso
-
VII. El drama del socialismo
-
VIII. Visto y oído en Checoeslovaquia
-
IX. Y ¿en Rusia?... El grito de Solzhenitsin
-
X. Además… hay escasez de alimentos en la URSS
-
Autores
1972
V. Consecuencias del éxodo rural
de pavor· invencible. que con tanta buscada prodi~dalf ·se
extiende.
en
nuestro
mWldo anárquico, en la·
juventud e
incluso
en
la infancia, prodigalidad basada en el lucro y como apa•
rente contraposición con
la miseria.
»Este análisis, producto de una· dilatada experiencia, ha sur
gido
de
Wla cultura
superficializada, en
Wla parte
importante
de la
juventud, incluso
universitaria~ como
lo revelan los
8.500
c1ie"stionarios reptesentativos de 400.000 adolescentes.
»El fenómeno
se
p:roduce por
primera vez en Suecia, país de
economía planificada,
de
socialismo· fabiano.
con
Wl simboiisl"";;i,
monárquico,
pero de lleno
en. Ja · órbita del
capitalismo de Oc
cidente,
en 1958; dos años más tarde, en Estados Unidos: cinco
dea.púés, en Dinamarca. Hay que
destacar que en los
tres se
ha
producido
wi tipo de subversión desde dentro;. se ha querido
utilizar la
no violencia:. la muestra aparece en
WIB · juventud que
huye
a· Oriente, ·contra una
violencia en defensa de la guerra,
contra
lo que pudiéramos llamar un terrorismo al revés que
impulsa
ef terrorismo
de los terrorizados.»
v. CoNSECUENCIAS PEL :é.xooo RURAL.
El progreso técnico y el desar,ol/o acelerado impulsado por los p/B
nes, además
de las consecuencias que arrtes hemos examinedo, ha hecho
vertiginoso
el éxodo rural y el crecimiento macrocósmico de las urbes.
En VER.BO 107-108 ( pp. 838 y s.) recogimos unos recortes que aludian
a este hecho. AhOl"á añadiremos unos párrrafos del-articulo publicado en
ABC
del 24
octubre y firmado poi-Miner Otameodi, '"LAS CONSECUENCIAS
DEL ÉXooo-'' •
1058
«Todavía no hemos analizado en España de una manera or
gánica, no parcial, las consecuencias del éxodo rural y de la
conmoción -sociológica
que ello ha significado· para generacio
nes de
españoles. ·Sería interesantísimo ·ahondar en
el consciente
y el
Subconsciente de
esos
hombres, de
esas mujeres
dé setenta,
de cincuenta, de cu.a.re~ta años que abandonaron todo lo que
ni siquiera una
"impía guerra
civil les había hecho abandonar.
»Una de
las variantes
para .mí
más
estigmaiizadas_ entre el
niediO ·rural
y el-· urbano
es· la
insolidaridad. De esta
carencia
de
lo solidarlo nace también la indiferencia ante lo que suceda
en el medio ambiente. Si
Lewis, o
Redfield, o Miner (por citar
algunos sociólogos
modernos) hubieran
aSistido en
España a la
remoción pohlaeional que
se ha
experimentado en los últimos
Fundaci\363n Speiro
afios, habrían' encontrado aquí inagotable fuente para sus teO·
rías sociourhanísticas. Pocque una de las grandes penitencias quC
ha· de cumplir nuest.r·o tieinpo por el pecádo· de la obligada erra.
.dicación
es
justamente la insolidaridad: insolidaridad
con: el
prójimo;
insolidaridad con el medio.
»El
páso de lo rural a lo urbario · individualiza a las familias.
Este hecho ya fue observado en llll segundo análisis por Red
field:
la homogeneidad
de una sociedad rural crea una
estruc-
turación
social no ambigua. Al producirse
el fenómeno erradi
cante, la comunidad de
intereses de
una comunidad rural queda
impregnada de activísimo disolvente
y es sustituida po·r infini
dad de motivaciones particulares que, a la vez, actúan no uni
forme
y simultáneamente sobre la comunidad, sino que afectan
a cada uno de los comunitarios de
ma~era muy
diferenciada.»
«Resulta escasamente
viable en el terreno moral pasar de lo
homgéneo a .lo heterogéneo
a hase del ritovimiento continuo de
una fuerza motriz. Parece
más lógico
pensar que han sido
otras
fuerzas
las
que han
ido condicionando el proceso urbano, si
es
que
en él
consideramos al
hombre sometido
a su desarrollo
humanístico.
Y en' este contexto, lo rural, con s~ comunidad
solidaria,
y lo urbano, con su insolidaridad in'dividualizada, no
admiten el
tránsito
procesal éomo un deslizamiento lógico
a su
realización, sino
como 'un cambio traumático en lo - sociológico,
>Que es exactamente lo qae ha sucedido en España y se acu
sa con
relevantes perfiles én relación al me-dio-cómo un regreso
al celtíbero 'trashumante qúe no reside, sino acampa; y en lo
espiritual, coll el desarraigo más esterilizante ..
»Fabricar
resortes de solidaridad, arraigarse de nuevo
y de
modo auténti~o, sentir la p-0.sihilidad de una trascéndencia para
recuperar valores en el orden moral será tiempo de Varias ge
'neraciones,
A
la nuestra le corr'esponde comprender
el trágico
drama que
se
éstá representando
con
pe-rsonaj~s palpitantes.»
VI. CAMINO HACIA EL SOCIALISMO INEVITABLEMENTE ABOCADO AL FRACASO.
Het'OOS comenzado. reconociendo que el régimen tecoocrátiCt;>~ Jw,y en
maiJcir o menor flt'ado en alza en el mundo occidéntal, impulsa una in-
fr~tura favorable al sócialismo," y en las siguieñ:tes ilustraciones,
hemos Visto , cómo el hombre pierde su sentido de la responsabilidad, del
respeto,
.de la sociabilidad natural y se deteriora, en resumen, .se masifica,
4059
Fundaci\363n Speiro
extiende.
en
nuestro
mWldo anárquico, en la·
juventud e
incluso
en
la infancia, prodigalidad basada en el lucro y como apa•
rente contraposición con
la miseria.
»Este análisis, producto de una· dilatada experiencia, ha sur
gido
de
Wla cultura
superficializada, en
Wla parte
importante
de la
juventud, incluso
universitaria~ como
lo revelan los
8.500
c1ie"stionarios reptesentativos de 400.000 adolescentes.
»El fenómeno
se
p:roduce por
primera vez en Suecia, país de
economía planificada,
de
socialismo· fabiano.
con
Wl simboiisl"";;i,
monárquico,
pero de lleno
en. Ja · órbita del
capitalismo de Oc
cidente,
en 1958; dos años más tarde, en Estados Unidos: cinco
dea.púés, en Dinamarca. Hay que
destacar que en los
tres se
ha
producido
wi tipo de subversión desde dentro;. se ha querido
utilizar la
no violencia:. la muestra aparece en
WIB · juventud que
huye
a· Oriente, ·contra una
violencia en defensa de la guerra,
contra
lo que pudiéramos llamar un terrorismo al revés que
impulsa
ef terrorismo
de los terrorizados.»
v. CoNSECUENCIAS PEL :é.xooo RURAL.
El progreso técnico y el desar,ol/o acelerado impulsado por los p/B
nes, además
de las consecuencias que arrtes hemos examinedo, ha hecho
vertiginoso
el éxodo rural y el crecimiento macrocósmico de las urbes.
En VER.BO 107-108 ( pp. 838 y s.) recogimos unos recortes que aludian
a este hecho. AhOl"á añadiremos unos párrrafos del-articulo publicado en
ABC
del 24
octubre y firmado poi-Miner Otameodi, '"LAS CONSECUENCIAS
DEL ÉXooo-'' •
1058
«Todavía no hemos analizado en España de una manera or
gánica, no parcial, las consecuencias del éxodo rural y de la
conmoción -sociológica
que ello ha significado· para generacio
nes de
españoles. ·Sería interesantísimo ·ahondar en
el consciente
y el
Subconsciente de
esos
hombres, de
esas mujeres
dé setenta,
de cincuenta, de cu.a.re~ta años que abandonaron todo lo que
ni siquiera una
"impía guerra
civil les había hecho abandonar.
»Una de
las variantes
para .mí
más
estigmaiizadas_ entre el
niediO ·rural
y el-· urbano
es· la
insolidaridad. De esta
carencia
de
lo solidarlo nace también la indiferencia ante lo que suceda
en el medio ambiente. Si
Lewis, o
Redfield, o Miner (por citar
algunos sociólogos
modernos) hubieran
aSistido en
España a la
remoción pohlaeional que
se ha
experimentado en los últimos
Fundaci\363n Speiro
afios, habrían' encontrado aquí inagotable fuente para sus teO·
rías sociourhanísticas. Pocque una de las grandes penitencias quC
ha· de cumplir nuest.r·o tieinpo por el pecádo· de la obligada erra.
.dicación
es
justamente la insolidaridad: insolidaridad
con: el
prójimo;
insolidaridad con el medio.
»El
páso de lo rural a lo urbario · individualiza a las familias.
Este hecho ya fue observado en llll segundo análisis por Red
field:
la homogeneidad
de una sociedad rural crea una
estruc-
turación
social no ambigua. Al producirse
el fenómeno erradi
cante, la comunidad de
intereses de
una comunidad rural queda
impregnada de activísimo disolvente
y es sustituida po·r infini
dad de motivaciones particulares que, a la vez, actúan no uni
forme
y simultáneamente sobre la comunidad, sino que afectan
a cada uno de los comunitarios de
ma~era muy
diferenciada.»
«Resulta escasamente
viable en el terreno moral pasar de lo
homgéneo a .lo heterogéneo
a hase del ritovimiento continuo de
una fuerza motriz. Parece
más lógico
pensar que han sido
otras
fuerzas
las
que han
ido condicionando el proceso urbano, si
es
que
en él
consideramos al
hombre sometido
a su desarrollo
humanístico.
Y en' este contexto, lo rural, con s~ comunidad
solidaria,
y lo urbano, con su insolidaridad in'dividualizada, no
admiten el
tránsito
procesal éomo un deslizamiento lógico
a su
realización, sino
como 'un cambio traumático en lo - sociológico,
>Que es exactamente lo qae ha sucedido en España y se acu
sa con
relevantes perfiles én relación al me-dio-cómo un regreso
al celtíbero 'trashumante qúe no reside, sino acampa; y en lo
espiritual, coll el desarraigo más esterilizante ..
»Fabricar
resortes de solidaridad, arraigarse de nuevo
y de
modo auténti~o, sentir la p-0.sihilidad de una trascéndencia para
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'neraciones,
A
la nuestra le corr'esponde comprender
el trágico
drama que
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éstá representando
con
pe-rsonaj~s palpitantes.»
VI. CAMINO HACIA EL SOCIALISMO INEVITABLEMENTE ABOCADO AL FRACASO.
Het'OOS comenzado. reconociendo que el régimen tecoocrátiCt;>~ Jw,y en
maiJcir o menor flt'ado en alza en el mundo occidéntal, impulsa una in-
fr~tura favorable al sócialismo," y en las siguieñ:tes ilustraciones,
hemos Visto , cómo el hombre pierde su sentido de la responsabilidad, del
respeto,
.de la sociabilidad natural y se deteriora, en resumen, .se masifica,
4059
Fundaci\363n Speiro