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Número 109-110

Serie XI

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V. Consecuencias del éxodo rural

de pavor· invencible. que con tanta buscada prodi~dalf ·se
extiende.
en
nuestro
mWldo anárquico, en la·
juventud e
incluso
en

la infancia, prodigalidad basada en el lucro y como apa•
rente contraposición con
la miseria.
»Este análisis, producto de una· dilatada experiencia, ha sur­
gido

de
Wla cultura

superficializada, en
Wla parte

importante
de la

juventud, incluso
universitaria~ como

lo revelan los
8.500
c1ie"stionarios reptesentativos de 400.000 adolescentes.
»El fenómeno

se
p:roduce por
primera vez en Suecia, país de
economía planificada,

de
socialismo· fabiano.
con
Wl simboiisl"";;i,
monárquico,

pero de lleno
en. Ja · órbita del

capitalismo de Oc­
cidente,
en 1958; dos años más tarde, en Estados Unidos: cinco
dea.púés, en Dinamarca. Hay que

destacar que en los
tres se
ha

producido
wi tipo de subversión desde dentro;. se ha querido
utilizar la

no violencia:. la muestra aparece en
WIB · juventud que
huye
a· Oriente, ·contra una

violencia en defensa de la guerra,
contra
lo que pudiéramos llamar un terrorismo al revés que
impulsa
ef terrorismo
de los terrorizados.»
v. CoNSECUENCIAS PEL :é.xooo RURAL.
El progreso técnico y el desar,ol/o acelerado impulsado por los p/B­
nes, además
de las consecuencias que arrtes hemos examinedo, ha hecho
vertiginoso
el éxodo rural y el crecimiento macrocósmico de las urbes.
En VER.BO 107-108 ( pp. 838 y s.) recogimos unos recortes que aludian
a este hecho. AhOl"á añadiremos unos párrrafos del-articulo publicado en
ABC

del 24
octubre y firmado poi-Miner Otameodi, '"LAS CONSECUENCIAS
DEL ÉXooo-'' •
1058
«Todavía no hemos analizado en España de una manera or­
gánica, no parcial, las consecuencias del éxodo rural y de la
conmoción -sociológica
que ello ha significado· para generacio­
nes de
españoles. ·Sería interesantísimo ·ahondar en

el consciente
y el
Subconsciente de

esos
hombres, de
esas mujeres
dé setenta,
de cincuenta, de cu.a.re~ta años que abandonaron todo lo que
ni siquiera una
"impía guerra
civil les había hecho abandonar.
»Una de

las variantes
para .mí
más
estigmaiizadas_ entre el
niediO ·rural
y el-· urbano

es· la
insolidaridad. De esta

carencia
de
lo solidarlo nace también la indiferencia ante lo que suceda
en el medio ambiente. Si
Lewis, o
Redfield, o Miner (por citar
algunos sociólogos

modernos) hubieran
aSistido en
España a la
remoción pohlaeional que
se ha

experimentado en los últimos
Fundaci\363n Speiro

afios, habrían' encontrado aquí inagotable fuente para sus teO·
rías sociourhanísticas. Pocque una de las grandes penitencias quC
ha· de cumplir nuest.r·o tieinpo por el pecádo· de la obligada erra.­
.dicación
es

justamente la insolidaridad: insolidaridad
con: el
prójimo;

insolidaridad con el medio.
»El
páso de lo rural a lo urbario · individualiza a las familias.
Este hecho ya fue observado en llll segundo análisis por Red­
field:
la homogeneidad

de una sociedad rural crea una
estruc-­
turación

social no ambigua. Al producirse
el fenómeno erradi­
cante, la comunidad de
intereses de

una comunidad rural queda
impregnada de activísimo disolvente
y es sustituida po·r infini­
dad de motivaciones particulares que, a la vez, actúan no uni­
forme
y simultáneamente sobre la comunidad, sino que afectan
a cada uno de los comunitarios de
ma~era muy

diferenciada.»
«Resulta escasamente

viable en el terreno moral pasar de lo
homgéneo a .lo heterogéneo
a hase del ritovimiento continuo de
una fuerza motriz. Parece
más lógico
pensar que han sido
otras
fuerzas

las
que han

ido condicionando el proceso urbano, si
es
que

en él
consideramos al

hombre sometido
a su desarrollo
humanístico.
Y en' este contexto, lo rural, con s~ comunidad
solidaria,
y lo urbano, con su insolidaridad in'dividualizada, no
admiten el

tránsito
procesal éomo un deslizamiento lógico

a su
realización, sino

como 'un cambio traumático en lo - sociológico,
>Que es exactamente lo qae ha sucedido en España y se acu­
sa con
relevantes perfiles én relación al me-dio-cómo un regreso
al celtíbero 'trashumante qúe no reside, sino acampa; y en lo
espiritual, coll el desarraigo más esterilizante ..
»Fabricar

resortes de solidaridad, arraigarse de nuevo
y de
modo auténti~o, sentir la p-0.sihilidad de una trascéndencia para
recuperar valores en el orden moral será tiempo de Varias ge­
'neraciones,
A
la nuestra le corr'esponde comprender

el trágico
drama que

se
éstá representando

con
pe-rsonaj~s palpitantes.»
VI. CAMINO HACIA EL SOCIALISMO INEVITABLEMENTE ABOCADO AL FRACASO.
Het'OOS comenzado. reconociendo que el régimen tecoocrátiCt;>~ Jw,y en
maiJcir o menor flt'ado en alza en el mundo occidéntal, impulsa una in-­
fr~tura favorable al sócialismo," y en las siguieñ:tes ilustraciones,
hemos Visto , cómo el hombre pierde su sentido de la responsabilidad, del
respeto,
.de la sociabilidad natural y se deteriora, en resumen, .se masifica,
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