Índice de contenidos

Número 135-136

Serie XIV

Volver
  • Índice

La teología negra

LA TEOLOGIA NEGRA
POR
MIGUEL PORADOWSKI
El marxismo y las luchas raciales.
El marxismo --como un movimiento revolucionario, preocupado
ante todo por el problema político, es decir por la conquista del po·
der, por medio de los conflictos sociales- siempre está buscando
algunas fisuras en
las estructuras de cada sociedad, para poder fo­
mentar artificialmente el odio entre los .distintos grupos sociales que
la componen.
En los países donde la sociedad está estructurada a base
de las distintas clases sociales, el marxismo se sirve de la lucha de clases; en los países donde la sociedad está compuesta de las distin­
tas
razas, se

sirve de
las luchas raciales; en los países ton pocas dife­
rencias sociales y económicas, se
esfuerza provocar

y fomentar los
conflictos entre las "generaciones", oponiendo a los "jóvenes" contra
los "viejos"; en los países con la población compuesta de las distin­
tas
nacionalidades, se
aprovecha de
. las diferencias culturales,
histó­
ricas, lingüísticas, etc., oponiendo unas nacionalidades a las otras,
siempre fomentando el odio.
En los tiempos de Lenin, inmediatamente después de la primera
guerra mundial,
el
marxismo revolucionario,
preocupado por la con­
quista del poder en

América Latina, dado el
hecho que
los
conflietos
social-econótnicos

latinoamericanos eran muy débiles en ésta época,
elaboró
para el continente latinoamericano un programa de luchas ra­
ciales, pretendiendo de esta manera reemplazar la lucha de clases con
la lucha de razas, oponiendo los indios (las razas indígenas) a los
blancos
(la razas de origen europeo). Es sabido, que este programa
-la realización

de
cual fue encargada a la APRA de entonces-fra.
casó y por esta razón el marxismo revoluciooario volvió en América
747
Fundaci\363n Speiro

MIGUEL PORADOWSKI
Latina, después de la segunda guerra mundial, a su modelo principa~
es

decir a la lucha de clases, pues, mientras tanto, el desarrollo eco­
nómico creó para
ello las condiciones social-económicas adecuada,
(la

aparición de la
clase obrera indusrrial). Pero una vez elaborado el
programa de
lucha de razas (en vez de
lucha de clases) no fue olvi­
dado: se lo aplica actualmente en los
Estados Unidos

de América del
Norte, donde la buena situación económica de los rrabajadores de la indusrria los
inmuniza conrra el virus de la lucha de clases. No pu­
diendo fomentar el odio social por la lucha de clases, el marxismo
pretende hacerlo actualmente, en los Estados Unidos, por
la lucha
racial, oponiendo artificialmente los negros a los blancos, fomentando los
conflictns raciales

hasta el punto de poder llevar el país al en­
frentamiento fratricida. A este fin diabólico sirve
la teología negra.
El autor

de la Teología Negra
y sus obras.
. El principal (pero no el único) representante de la teología negra
(en adelante vamos a usar
la abreviación T. N.) es James Cone. Nacido
en 1938, en
el seno de la comunidad negra en los Estados Unidos,
inicia sus estudios teológicos en
el Shorter College de North Little
Rock (Arkansas) y en el Philander Smith College de la misma ciu­
dad. Obtiene su licenciatura en Teología en 1961 en el Seminario
protestante de Evanston
(Illinoia) y el doctnrado en 1965 en la
Northwestern Univetsity, Casado y padre de varios hijos, se desem­
peña como profesor de teología en el Union Theological Seminary de
Nueva York. Su primer y
el más importante libro Teología Negra
y Poder Negro (BLACK THB0LOGY ANO BLACK P0WBR, The Seabury
Press, N. Y.) sale en 1969, lo sigue la
Teología Negra de la libera­
ción (A BLACK THB0L0GY 0F LIBBRATION, J. B. Lippincott Co.,
N. Y.) en 1970 y en
1972 lo completa con the Spirituals and the
blues: an lnterpretation. James Cone es también el autor de muchos
artículos, publicados

en las
revistas protestantes;
el participante en
numerosos cursos, conferencias, congresos y jornadas tanto protes­
tantes como
ecuménicas, especialmente

en las organizadas por el Con­
sejo Mundial de Iglesias, con sede en Ginebra.
748
Fundaci\363n Speiro

LA TEOLOGIA NEGRA
¿En qué consiste su T. N.?
Como el mismo
autot lo
explica
(1), cada teología marxista toma
en cuenta el contexto social del lenguaje teológico. Por esta
razón la
teología

de la
liberación -según Cone-tiene, como punto de par­
tida,

el fenómeno social de la
"clase'", mientras que la T. N. el "co­
lor··.
Ambas teologías se presentan como "el estudio racional del set
de Dios en el mundo a la
luz de
la situación existencial de la comu­
nidad oprimida, relacionando las
fuetzas de

la liberación con la esen­
cia del evangelio, que es Jesucristo•• (2).
La principal obra de James Cone, en la cual expone de una ma­
nera más completa
y ordenada sus pensamientos, es la Teología Negra
de la liberación (en seguida vamos a citarla con la abreviación T. N.).
El autor la divide en siete capítulos, a sabet:
1. El contenido de la Teología negra.
ll.

Fu.entes
y norma de la Teología negta.
IIL

El significado de la revelación.
IV. Dios en la Teología
negra.
V.

El hombre en la Teología
negra.
VI.

Cristo en la Teología
negra.
VII.

Iglesia, mundo
y escatología en la Teología negra.
Veamos

el contenido de ellos.
El contenido de la Teología
Negr._
De manera parecida a como lo hacen todos los teólogos marxistas,
James
Cone
rechaza el
concepto tradicional de
la teología, diciendo al
( I) En su intervención durante el Symposium sobre la TN y la TL, en
Ginebra,
mayo
1973, organizado por .el Consejo Mundial de Iglesias. Vea:
RISK (publicación oficial del CMI), vol. 9. N.o 2, 1973, p4g. 62.
(2) James Cone, «A Black Theology of Liberation»; aprovechamos aquí
su edición en la traducción castellana «Teología Negra de la Liberación», Ed.
Carlos
Lohlé, Buenos Aires,
1973, pág. 15; en adelante vamos a citar esta
obra usaodo la sigla T. N.).
Fundaci\363n Speiro

MIGUEL PO.RADOWSKI
respectO: "Nunca la teología cristiana se reducirá a mero estudio racio­
nal del ser de Dios" (T. N., pág. 17). No le interesa nada de lo que no
tenga una relaci6n directa con la revolución de los negros ( en Estados
Unidos): "Nuestra atención se ha de centrar en otro punto, a saber:
la libertad política, social
y económica del pueblo negro" (T. N.,
pág. 52). Y agrega: "hay que romper con las preocupaciones teoló-­
gicas

tradicionales" (T. N., pág. 36). Para J. Cone la teología es un
'"estudio de

la acción liberadora
de Dios en el mundo, de su acci6n
en favor de los oprimidos" (T. N., pág. 17), porque "la teología deja
de ser teología del evangelio cuando no surge del seno de la comu­
nidad de los oprimidos" (T. N., pág. 15).
De estas afirmaciones tan
absurdas se deduce 16gicamente que sólo un pueblo cristiano opri­
mido (social, económica
y políticamente) puede tener una teología y
otros quedan sin teología.
Si la teología --como lo dice el autor- espontáneamente "surge
del seno de la comunidad de los oprimidos" (T. N., pág. 15) es una
obra colectiva, comunitaria; más todavía: solamente una comunidad
de los oprimidos es una comunidad cristiana (T. N., pág. 17). Para
el autor sólo existen los negros
y los blancos; los primeros son los
buenos
y los segundos son los malos. Consecuentemente considera que
"la teología blanca es teología del Anticristo"
(T. N.,
pág. 20), mien­
tras que la teología negra es teología cristiana
(T. N.,

pág. 20).
Así
surge sn concepto de la teología negra como la única teología autén­
ticamente cristiana. El raronamiento del autor es el siguiente: "Nos
hallamos siempre ante teología identificada con una comunidad de­
terminada. Y lo estará con quienes oprimen o con quienes son víc­
timas de la opresión. la teología de estos últimos es auténtica teología
cristiana; la de los primeros es teología del Anticristo. En la medida,
pues, en que la teología negra es teología que surge de la identifi­ caci6n con la comunidad de los negros oprimidos y trata de interpre­
tar el evangelio de Jesucristo a la luz de la liberación de esa comu­
nidad, es teología cristiana. Y la teología blanca (estadounidense) es
teología del Anticristo, en la medida en que snrge de la identifica­
ci6n con la comunidad blanca derramando aprobaci6n de Dios sobre
la opresi6n blanca de la existencia negra"
(T. N.,

pág. 20). Según el
autor "... la teología blanca . . . no merece llamarse teología cris-
750
Fundaci\363n Speiro

LA TEOLOGIA NEGRA
tiana" (T. N., pág. 24). "Para ser cristiana, la teología blanca debe­
ría dejar de
ser teología
blanca
y transformarse en teología negra,
renegando de la blancura como forma adecuada del existir humano
y
afirmando la negritud como la intención de Dios para la humani­
dad"

(T. N., pág. 25).
James Cone sostiene que Dios
está exclusivamente

con el negro
y
por consiguiente contra el blanco (T. N., pág. 21). J. Cone no alcanza
a comprender que Dios no está ni con negro, ni con blanco, ni con
amarillo o rojo, sino con el ··justo", es decir con la persona que
respeta la
Ley de Dios, y que este "'justo" puede ser negro o blanco
o de cualquier otro color.
La T. N. está completa y exclusivamente al servicio de la revolu­
ción

de los negros: "Todo obrar que impida la lucha por la
autode­
terminación
negra -Poder Negro-

es anticristiano
y obra de Sa­
tanás"

(T. N., pág. 25).
"La situación revolucionaria obliga a la
teología negra a dejar de lado todos los principios abstractos
acerca
de

lo "recto" o "equivocado" del curso por seguir. Sólo un
princi­
pio guía el

pensamiento
y el obrar de la teología negra: una entrega
sin reservas a

la comunidad negra ...
" (T. N., págs. 25, 26).
La T. N. tiene como finalidad excitar y rebelar a los negros con­
tra

los blancos. Escribe James Cone: " ... la revolución
está en· mar­
cha.

Con
la seguridad de que Dios está de nuestr0 lado, empezamos
a prepararnos para

lo inevirable: el encuentr0 decisivo entre la
exis­
tencia blanca y la negra. Los llamados blancos a "conservar la calma
y hablar" carecen de sentido" (T. N., pág. 28). "Ahora no permitire­
mos

que unos blancos
cualesquiera traten
de enfriar las cosas con su
ética piadosa; encenderemos
y aumentaremos nuestra hostilidad y la
llevaremos adelante hasra que la copa rebose" (T. N., pág. 28).
"Y
pues maduramos nuestra decisión en medio de la vida y la
muerte, del ser y del no ser, el papel de la teología negra es articular
esta decisión apunrando con el dedo a
la revelación de Dios en la
lucha negra por la
liberación" (T. N., pág. 28).
La T. N. es contraria a la reconciliación entre los blancos y los
negros
(T. N., pág. 11), contraria rambién a la asimilación e inte­
gración

de los negros en la sociedad blanca
(T. N., pág. 29). Al con­
trario, la T. N. es, para los negros, "una teología de la superviven-
751
Fundaci\363n Speiro

MJGÚEL PORADOWSKI
cía, porque trata de suministrar las dimensiones teológicas de lucha
por la identidad negra" (T. N., pág.
29). "El pueblo negro sabe que
en la presente sociedad sólo hay
una existencia auténtica, a saber:
la que obligue a una confrontación radical y revolucionaria con las
estructuras del

poder blanco, a
través del
"sí" a la esencia del ser
negro. El
papel de la teología negra consiste, pues, en decirle al
pueblo negro que centre todos sus afanes
en la propia autodetermi­
nación como comunidad, preparándose
para llevar a cabo cuanta cosa
la comunidad
crea necesaria para su existencia" (T. N., pág. 31). "En
la teología negra alentamos al pueblo negro a que se rebele contra
las
estructuras del

poder social y político blanco" (T. N., pág. 33).
Bastan estas citas
pata constatar que James Cone reduce la teo­
logía a la política contingente.
Fuentes y norma de la Teología Negra.
El autor empieza por definir el concepto de las fuentes y la nor­
ma de la teología. Según James
Co.ne "las
fuentes son datos que re­
visten real importancia
para el quehacer

teológico" (T.
N., pág. 3 7),
'ºmientras. que la norma determina cómo se usarán los tnismos"
(T. N., pág. 37).
Aquí el autor sigue el camino de los teólogos protestantes Karl
Barth y Paul Tillich, a los cuales cita copiosamente (T. N., pág. 37);
ellos aceptan como fuentes de la teología la Biblia
y la "cultura".
James Cone da preferencia a la posición de Tillich para quien la
"situación del hombre moderno·· debería constituir el punto de
par­
tida

(T. N., pág. 38). "Y si Tillich apela a la situación cultural en lo
que a la norma respecta,
Barth es kerygmático, ya que define al hom­
bre Jesús
cual de él dan testimonio las Escrituras, como la única
norma
para todo hablar sobre
Dios" (T. N., pág. 38).
James Cone

se da cuenta perfectamente de las diferentes posicio­
nes de
Barth y

de Tillich. La posición de Barth no le conviene; la re­
chaza como "corrupción del pensamiento blanco" (T.
N, pág. 39) y
se pronuncia al favor de la posición de Tillich, pues ésta le permite
reducir su T. N. a la puta política contingente,
proclamada por
el
752
Fundaci\363n Speiro

LA TEOLOGIA NEGRA
Poder Negro (Black Power). "Fuentes y norma son los presupuestos
que determinan
las preguntas que se formularán y las respuestas
dadas. Y por eso Bartb, quien cree que el Cristo bíblico es el criterio
único
de

la
reología acerca

del hombre, no sólo plantea preguntas que
brotan del estudio de la
cristología, sino

que deriva las respuestas del
mismo hombre Jesús. Y, por el contrario, a Tillich Je interesan las
pteguntas que surgen de la situación cultural del hombre y moldea
las respuestas en consonancia con esa situación. El enfoque de am­
bos
está condicionado
por sus perspectivas teológicas. Y pues la pers­
pectiva se refiere siempre al ser total del hombre en
· el

contexto de
una comunidad particular,
las fuentes y la norma de la reología negra
deben
estar en consonancia con
las perspectivas de la comunidad
negra" (T. N., págs. 38,

39).
"Cuando la teología blanca quiere hablar al pueblo negro acerca
de
Jesucristo, invariablemente

presenta el evangelio a la luz de los
intereses sociales, políticos
y económicos de la mayoría blanca. (Ejem­
plo de
Jo dicho es la interptetación del amor cristiano como no vio­
lencia). Construyendo la teología a
partir de fuentes y de una norma
apropiada a la comunidad negra, la
manera de
trabajar de los teólo­
gos negros ha de ser tal que destruya la influencia corruptora del
pensamiento blanco"
(T. N, pág. 39).
Después

de estas reflexiones generales, el autor pasa a indicar
conaeramente las fuentes de su T. N. Estas fuentes son las siguien­
tes:

en primer lugar la
experiencia negra (T. N., pág. 39).

Según el
autor,
para que la teología sea auténtica tiene que tomar en cuenta
la
experiencia concreta de

un pueblo dado; por esta razón la
T. N.
tiene que recurrir a la
experiencia negra, la cual es: el sufrimiento y
la vida de humillación del pueblo negro. De esta manera, según el
autor, se evita que el evangelio se
transforme en palabras huecas
(T. N, pág. 40). La experiencia.negra es la toma de conciencia de
ser negro: " ... esta toma de conciencia podemos definirla como Po­
der Negro, poder de la comunidad negra de tomar decisiones en lo
que respecta a su identidad. Cuando esto ocurre, el negro toma con­
ciencia de su negtitud;
y tener conciencia de sí. quiere decir fijar
límites

precisos a la conducta de los
demás frente
a uno.
La expe­
riencia
negra siguifica

decirles a los blancos cuáles son esos
lími-
,, 7H
Fundaci\363n Speiro

MIGUEL PORADOWSKI
tes" (T. N., pág. 41). La experiencia negta es " ... podet de amarnos
, nosotros

mismos porque somos negros; disposición y prontitud para
morir si los blancos quisietan obligarnos a conducirnos de otra
ma­
neta"

(T. N., pág. 41).
"La experiencia negra es el sentimiento que
Jo
embarga a

uno cuando, atacando
al enemigo, arroja una bomba
MolotOv

contra un edificio de propiedad blanca y contempla las
llamas que lo envuelven. Por supuesto, no ignoramos que librarnos
de la maldad incluye mucho
más que

quemar algunos edificios;
peta
por

algo hay que empezar" (T. N., pág. 41).
"La expetiencia negta es fuente de teología negta porque ésta
trata, precisamente, de relacionar la revelación bíblica con la
expe­
riencia del hombre negto ... y esto significa que la teología negra no
puede hablar de Dios y de su acción ... sin identificar a Dios con
la
libetación de la comunidad negra" (T. N., pág. 41, 42).
La "historia negra" constituye la segunda fuente de la T. N. Aquí
el autor se refiere a la historia de los negtos en los Estados Unidos,
.. . . . a la manera en que los- negros fueron traídos -a esta tierra y en
ella tratados" (T. N., pág. 42). Se recuerda los abusos por parte de los
blancos y los malos tratos que sufrieron los negros, para fomentar hoy,
con estos recuetdos del pasado,· el odio del negro hacia el blanco.
La T. N. "... no puede ignorar la historia de las inhumanidades
blancas

perpetradas contra ...
el negro" (T. N., pág. 42). "Historia
negra... empezó cuando el primer negro
decidió que estaba harto
del
dominio blanco. Empezó
cuando las

madres negras decidieron matar
a
"'' hijos

antes que verlos crecer en la esclavitud ... Son los esclavos
que envenenan a sus amos...
Esta es

la historia que la teología negra
ha de tomar en serio. antes de empezar siquiera a hablar de Dios y del
pueblo negro"
(T. N., pág. 42). "Como el Poder Negro, la teología
negra tampoco es nueva. Nació cuando los ministros de
las Iglesias
tomaron conciericia de que dar muerte a los amos de esclavos era
cumplir la obra de Dios" (T. N., pág. 42).
"La teología negra centra Sil. miráda en la historia negra como
fuente desde donde interpretar teológicamente la obra de Dios en el
mundo, porque la acción de Dios es inseparable de la historia del
pueblo negro. Nadie entenderá la teología negra si no tiene con­
ciencia de que su existencia se nutre en una comunidad que vuelve
Fundaci\363n Speiro

LA TEOLOGIA NEGRA
. la mirada hacia su pasado único, visualiza la realidad del futuro y
luego decide en cuanro a las posibilidades del presente" (T. N.,
pág. 43). "La teología negra se niega a aceptar un Dios que no se
identifique
totalmente con las metas de la comunidad negra. Si Dios
no está con nosotros y contra los blancos, Dios es un asesino y es
mejor que le demos muerte. La tarea de la teología negra es matar
a los dioses que no conducen ni forman
parte de la comunidad ne­
gra;
y al romar como fuente la historia negra, aprendemos que esta
responsabilidad no es tarea fácil ni sentimental" (T. N., pág. 43).
El tercer lugar -como fuente de la T.
N.- lo tiene la cultuta
negra. El autor aclara que "con el término "cultura" nos referirnos a
la manera en que un hombre vive, se mueve en el mundo
y controla,
dispone y maneja sus modos de pensar. La teología negra tiene obli­
gación de tomar seriamente en consideración las experiencias cultu­
rales de la comunidad que representa, si en verdad quiere hablar a la condición negra en términos·
enjundioso.s y significativos .. Por supuesto,
la teología negra no ignora que arriesga identificar la palabra del
hombre con la palabra de Dios"
(T. N., pág. 44). '.'La revelación di­
vina viene a nosotros, pero lo hace a través de la situación cultural
de los oprimidos. Su _Palabra es nuestra palabra, nuestra existencia. Y
éste es el significado de la cultura negra y su relación con la revela­
ción divina. Cultura negra, pues, es la manera de obrar de Dios ...
y su
participación en la liberación negra"
(T. N., pág. 45).
Sólo en cuarro lugar, James Cone .coloca a la revelación como
fuente de la T.
N. Además concibe la reveladón de una manera com­
pletamente
secularizada, como

la manifestación de Dios en los acon­
tecimientos humanos. Dice al respecto: "... no se puede entender
la
revelación, sin comprender primero la manifestación concreta de la
misma en la comunidad negra
cual se manifiesta en la experiencia
negra,
la historia negra y la. cultura negra" (T. N., pág. 46). "Para
la fe cristiana, la revelación es un evento, un acontecer de_ la historia
humana. Es Dios que se da a conocer al hombre a través del acro
histórico

de la liberación humana. Revelación es lo que Dios
hizo en
el

acontecimiento del Exodo" (T. N., pág. 46). "Como teólogo negro,
me interesa saber lo que la
revela,ci6n de

Dios significa
aqµí y ahora,
755
Fundaci\363n Speiro

MIGUEL POMDOWSKI
mientras la comunidad negra participa en la lucha por la liberación"
(T. N.,
pág. 46).
Como autoridad en esta materia, James Cone está citando a Karl
Batth: "A partit de Karl Barth, este análisis sobre el sentido de la
revelación
no· es

nuevo en los círculos protestantes"
(T. N.,
pág. 46).
De esta manera, para el autor "la revelación es un acontecimiento
negro, y esto quiere decir: lo que el pueblo negro está llevando a
cabo para sn liberación"
(T. N.,
pág. 47).
Es decir que la revela­
ción -para James
Cone-como

fuente de la teología negra es lo
mismo que, anteriormente citado,
la experiencia negra, la historia ne­
gra y la cultura negra. El antor se
da cuenta que de esta manera cae
en el panteísmo: "Me doy cuenta
cabal de la distorsión panteísta
que encierra mi análisis"
(T. N., pág. 47). Pero eso no le preocupa
mayormente;
al contrario, pues dice_: " ... quienes tanto se preocupan
por
e1 panteísmo, caen sin remedio en la distorsión teísta de la fe;
pero el dios· del teísmo no merece vivir" (T. N., pág. 47). "Si la
teología cristiana quiere seguir pesando en la actual situación revo­
lucionaria, no podrá
evitar el

riesgo que oculta
la manifestación con­
temporánea de Dios,
y hacerlo implica tomar partido" (T. N .. pág. 47).
Y el autor se pregunta: "¿Identificaremos la acción de Dios con los
opresores o con los oprimidos?" (T. N .. pág. 47). James Cone no se
da cuenta que un cristiano no puede identificar a Dios ni con unos
ni con otros, pues en
cada caso sería to.mar una .posición panteísta. El
autor concluye: "La teología negra asnme el riesgo de la fe e identi­
fica, por ende,
sin reservas

la revelación de Dios con la
liberación
del
pueblo

negro"
(T. N.,

pág. 47).
En el quinto lugar, como fuente de la
T. N., coloca James Cone
las Escrituras Santas, pero niega que la revelación de Dios se en­
cuentre en la Biblia: "Verdad es que la Biblia no es
la revelación de
Dios" (T. N., pág. 47). Pero "La Biblia nos sirve de guía para veri­
ficar la interpretación contemporánea de
la revelación de Dios cer­
tificando que nuestra interpretación está en
todo de
acuerdo con el
testimonio bíblico"
(T. N., pág. 48). Tampoco acepta la inspiración
bíblica: "Cuaotos esfuerzos se
hagán o
se han hecho
para probar la
inspiradón verbal de
las Escrituras, muestran el fracaso de quienes
no han captado el verdadero significado del mensaje bíblico ... "
756
Fundaci\363n Speiro

LA TEOLOGIA NEGRA
(T. N., pág. 48). La Biblia, pues, tiene sólo el valor de un mensaje
de
la liberación del hombre; una liberación exclusivamente· de ca­
rácter político;

es decir, de
la independización de un· pueblo del do­
minio del otro pueblo, como ha oeutrido con el pueblo de Israel, sa­
cado por Moisés del Egipto (T. N., págs. 48 y 49). De ahí la con­
clusión: "Leyendo el relato de
la acción de Dios en el mundo, re­
gistrado en
la Escritura, la comunidad del siglo XX logra la experien­
cia de lo que es
la acción de Dios en el mundo de hoy" (T. N., pá­
gina 49). En el
óltimo lugar,

como fuente de
la TN, el autor coloca la
tradición, pero también da a
ésta un sentido

muy especial, pues,
para él,
la tradición es sólo "... la reflexión teológica de la Iglesia
sobre la naturaleza del cristianismo, desde los días
· del

cristianismo
primitivo basta el presente" (T. N., pág.
49); es

decir, no tiene nada
que ver con
la revelación divina, pero sí tiene relación con las Es­
crituras, con el Nuevo Testamento, el cual, según el autor "es resul­
tado de ella" (T. N., pág. 49).
Pata James

Cone
la tradición tiene valor sólo hasta el . siglo IV,
pues la "Iglesia constantiniana ya no es una Iglesia de Cristo" (T. N.,
pág. 50).
Más todavía: "La teología negra está convencida de que el
espíritu del evangelio
auténtico muchas
veces se refleja mejor en la
tradición "herética" que en
la "ortodoxa" (T. N., pág. 52). La tra­
dición tiene valor solamente en la medida
" ...

en que su interpreta­
ción del evangelio incluye
la liberación política, económica y social"
(T. N., pág. 52).
"A la teología negra sólo le interesa la tradición
cristiana que es útil en la lucha negra por
la liberación" (T. N., pá­
gina 53).
Veamos ahora lo que
el autor nos dice respecto a la norma de T. N.
"La norma teológica es el principio hermenéutico que adquiere ca­
rácter decisivo ruando se trata de especificar la manera en que se
usarán las fuentes, mediante evaluación de su importancia
y distin­
ción de los datos salientes de los que no lo son" (T. N., pág. 53). "La
teología negra trata de crear una norma teológica que
esté de acuerdo
con la condición negra y con la revelación bíblica. Por orra parte, la
norma no tien~ que ser norma privada de un teóloio particular, sino
brotar de la comunidad misma. Y esto significa que, para la comuni-
7S7

Fundaci\363n Speiro

MIGUEL PORADOWSKI
dad negra, no puede haber norma donde no se toma en serio la
realidad de ella
·en el
mundo y
lo que
esto significa en
una sociedad
racista blanca.
La teología no puede permanecer indiferente ante la
negritud, mediante no sé que suerte de salto existencial más
allá de
la negritud hacia un universalismo indefinido"
(T. N., pág. 54). "El
pueblo negro está harto de oír hablar acerca de Dios. Quiere, en
cambio, saber lo que Dios tiene que decir acerca de la condición ne­
graºº (T. N., pág. 54). "La teología negra forzosamente tiene que
reconocer que el Jesús blanco no cabe en la comunidad negra
y que
es
tarea suya

hacerlo trizas.
A ese Jesús tenemos que reemplazarlo
por
el Mesías Negro" (T. N., pág. 56). Y el autor se pregunta: "¿Qué
es, en definitiva, la norma de la
teología negra?
La
norma de
todo
hablar sobre Dios que quiera
ser hablar: negro es la manifestación de
Jesús como Cristo Negro, que nos aporta
el alma para la liberación
negra" (T. N., pág. 56). Y las conclusiones del autor son muy prácticas: "¿Qué significa
el nombre de Jesús cuando los negros queman edificios y los blancos
responden
con despliegues
de policía antimotín? ¿ De qué lado está
Jesús?
La norma de la teología negra, que .identifica la revelación con
la manifestación del Cristo Negro, dice que Cristo son los negros,
los mismos negros contra quienes la sociedad blanca dispara sus ar­
mas" (T. N., pág. 57). "Por supuesto, esta manera de
interpretar la

teología parecerá
peregrina
a los ojos de la mayoría de los blancos, ni faltarán tampoco
negros

que se pregunten, sorprendidos, si en verdad Cristo es negro.
Pero la verdad de este enunciado no depende de las afitrnaciones blan­
cas o negras, más de solo Cristo que quebranta hoy el poder del
racismo blanco. Esto, y
sólo esro, es la norma de todo hablar negro
acerca de Dios" (T. N., pág. 57).
El
significado de la revelación.
En el tercer capítulo el autor vuelve al "significado de la reve­
lación",
Empieza con una breve presentación de la enseñanza de la
teología protestante sobre la revelación, recordando
las posiciones: de
758
Fundaci\363n Speiro

LA TEOLOGIA NEGRA
Friedrich Schleiermacher, según el cual "la teología no descansa ni
en
las verdades encontradas por la razón, ni en las verdades de la.
Escritura

comunicadas por
vía de

autoridad, sino en la autoconciencia
religiosa de la comunidad cristiana" (T. N., pág. 62);
.de Karl Barth
y su escuela que sostienen "que la revelación nada tiene que ver con
verdades acerca de Dios comunicadas mediante la Iglesia, la Escritu­
ra o la
razón" (T.

N., pág. 63); de Pan! Tillich qnien dice que "la
revelación ... es ... el encuentro existencial en una situación de· inquie­
tud" (T. N., pág. 63); de Rudolf Bnltmann para qnien "la revelación
era el

medio por
cual el hombre alcanza la propia autenticidad"
(T.
N, pág.

63);
y a muchos otros autores, llegando a la conclusión
que "la teología blanca
ha convertido la revelación y la redención en
un esotérico juego de palabras carente de todo significado pata el
mundo real" (T. N., pág. 64).
Frente a estas posiciones, que el autor llama "blancas", surge la de
la T. N., a saber: "La revelación divina no consiste en el descubri­
miento racional de los atributos de Dios, ni en el asentimiento a
proposiciones bíblicas infalibles, ni mucho menos .en un aspecto de la
autoconciencia humana. Por
el contrario, la revelación se refiere a
Dios en persona, en cuanto Dios está en relación con el hombre ha­
ciendo efectiva en la historia su voluntad divina" (T. N., pág. 65).
"La revelación es una automanifestación de Dios al hombre en una
situación de
liberación" (T.
N., pág. 65).
"La revelación de Dios
significa liberación, emancipación de
las estruetutas políticas, eco­
nómicas
y sociales de la sociedad. Esta es la esencia de la revelación
bíblica" (T. N., pág. 65).
"Cuando aplicamos esta concepción de la revelación de Dios a la
situación del pueblo negro existente en los Estados Unidos, nos damos
cuenta en segnida de que en este pais la revolución negra es la reve­
lación de Dios. Revelación significa Poder Negro, esto es:
La total
emancipación del pueblo negro de la opresión blanca por cuantos
medios el pueblo negro juzgue necesarios" (T. N., pág. 65) (3). Es
(3) Aquí el autor cita una frase de su libro «Black Theology and
Black Power».
Fundaci\363n Speiro

MIGUEL PORADOWSKI
decir que -para James Cone- la revelación divina se identifica con
la actual revolución msrxista (4) de los negros, en los Estados Unidos.
En esta ocasión el autor trata también el problema del concepto
de
. pecado. Segór, James
Cone, el pecado siempre tiene el carácter
social: "Pecado es el reconocimiento, por parte de la comunidad, de
que ba perdido
la identidad de su ser" (T. N., pág. 71). "La teología
negra no niega que todos los hombres sean pecadores" (T. N.,
pág. 71),
pero

eso
no quJere decir

que existan los pecados individuales, perso­
nales, pues esto significarla
aceptar "las

reflexiones blancas sobre el
pecado" (T. N.,
pág. 71).

El pecado de la comunidad negra "radica
en querer 'comprender' al esclavizad.ar, en querer 'amarlo' en términos
que son los del opresor. A medida que la comunidad oprimida des­
cubre su situación a
la luz de la revelación de Dios, se da cuenta de
-que

su deber es dar muerte al esclavizador en vez de 'amarlo'"
(T. N.,
pág. 71).
Dio• en

la Teología Negra.
El cuarto capítulo de la T.
N. está dedicado a "Dios en la teolo­
gía negra".

El autor empieza su estudio rechazando todo
Jo que
sobre Dios
enseña la

teología blanca: "aceptar el Dios blanco, ver
el bien en el
mal, es

perder de vista la meta de la revolución: la des­
trucción de cuanto huele a 'amo' en la sociedad"
(T. N., pág. 79).
"Emancipación
de la opresión blanca significa también liberación de
las influencias irreligiosas de la religión del hombre blanco"
(T. N.,
pág. 79).
A

James Cone no le basta
rechazar el

concepto de Dios, elaborado
por los teólogos blancos: hay que ". . . dar muerte al Dios blanco,
a fin de que el Dios del pueblo negro pueda hacer manifiesta su
presencia en el choque de negros
y blancos. El Dios blanco es un
ídolo fabricado por los bastardos racistas,
y nosotros, el pueblo negro,
(4) Que se trata de una revolución «marxista» consta de la vinculación
que
el autor mismo hace entre la 1N y el Poder Negro, a lo largo de su libro
«Black Theology and Black
Power>.
760
Fundaci\363n Speiro

LA TEOLOGIA NEGRA
debemos cumplir la tarea iconoclasta de reducir a polvo las falsas
imigenes" (T. N., págs. 81 y 82). "La religión, sin referencia a la
liberación negra, carece de significado e importancia. Tratar de se­
parar la liberación negra de la religión negra es un error, porque la
religión negra solamente es
auténtica cuando

se identifica con la lucha
por la libertad negra"
· (T. N, pág. 81). Por consiguiente, el autor
considera conveniente .. no decir nada acerca de Dios si no se ajusta
a la emancipación del pueblo negro" (T. N., piig. 82). Porque " ... el
teólogo negro... tiene que ser sumamente cauto, no sea que ponga
este vino nuevo (la revelación de Dios cual se expresa en el Poder
Negro) en odres viejos
(la religión del hombre blanco)" (T. N.,
piig. 84).

"El Dios de la comunidad negra no se confunde con el
Dios de los seminarios blancos" (T. N.,
piig. 84).
El

autor
tampoco tiene confianza a sus colegas marxistas blancos:
'"Ante los

ojos de la teología negra ni siquiera los así llamados teó­
logos revolucionarios blancos escapan a toda sospecha" (T. N.,
pii­
gina

85). "Porque el pueblo negro se conoce a
sí mismo
como negro,
y porque
la negritud

es la
ra,ón de su amor por sí mismo y de su
odio por la blancura, a Dios sólo cabe conocerlo en términos de su autorrevelarse en la negritud.
La negritud de Dios, y cuanto ella im­
plica en una sociedad racista, es la
médula de la doctrina de Dios
en teología negra. Un Dios sin color no tiene cabida en la teología
negra"
(T. N., pág. 86). "El teólogo negro estii obligado a rechazar
toda manera de concebir a Dios ... como Dios de todos los pueblos"
(T. N.,
piig. 86).
He

aquí lo esencial de su teología:
"La negritud de Dios signifi­
ca que descubrimos la esencia de Dios en el concepto de liberación.
Valorando de verdad la visión trinitaria de la divinidad, la
teología
negra

afirma que, como Padre, Dios se identificó con lstael oprimido
participando en el movimiento que lo llevó a constituirse como pue­
blo; como Hijo, se
hizo el Oprimido por excelencia para que todos
puedan ser libres de toda opresión; como Espíritu Santo, es el Espí­
ritu del Padre y del Hijo que trabaja hoy en el interior de
las fuer­
zas de liberación humana de nuestra sociedad. En los Estados Uni­
dos, el Espíritu Santo es el pueblo negro tomando
decisiones sobre
su
reunión y unidad, lo que implica prepatarse para el choque con el
* 761
Fundaci\363n Speiro

MIGUEL PORADOWSKI
pueblo blanco" (T. N., ¡,Ag. 87). Y agrega: "Los pensadores blancos
son',
incapaces de percibir la negritud de Dios porque su blancura
satánica es una negación de la esencia má, propia de la divinidad"
(T. N., pág. 87).
La T. N. no acepta el concepto de Dios como Padre de todos los
hombres, todas las razas, todos los pueblos,
enselíado por
Cristo;
más
bien quiere acaparar a Dios ,ólo para los negros, como tantas veces
lo
hacían otras teologías
y en nuestros tiempos lo acrualizó el pan­
teísmo hitlerista.
"ID

pueblo negro quiere saber de
qué lado
está
Dios
y que decisión ha tomado acerca de la Revolución Negra"
(T. N., pág. 93). "Jamás aceptaremos a un Dios que está de parre
de nadie, lo que encierra que ama a todos, a pesar de· ser lo que son,
y que trabaja ... para reconciliar consigo a todos los pueblos" (T. N.,
pág. 93). "La teología negra no puede aceptar una concepción de
Dios que no lo muestre como estando con los negros
y, por ende,
en

contra de los blancos" (T. N., pág. 93). "De nada sirve un Dios
que arna a los blancos al igual que a los negros" (T. N., pág. 93). "Lo que necesitamos es el amor divino
cual se expresa en "1 Poder
Negro, que es el
peder del

pueblo negro de destruir a sus opresores"
(T. N., pág. 93).
"Seg6n la

teología
negra, es

una blasfemia decir
que Dios arna al pueblo blanco, a no ser que el amor se interprete
como ira
y actividad de Dios contra los blancos y contra cuanto la
blancura representa en el mundo" (T.
N, pág. 94). "La teología negra
sólo aceptará un amor de Dios que implique· participación en la des­
trucción del enemigo blanco" (T. N., pág. 96). ¿C6mo está concebido, por la T. N., este "Dios Negro"?
"A la teología negra no le interesa debatir los méritos filosóficos
y teológicos de la aseidad de Dios, a no ser que podamos relacionarla
con la emancipación de los oprimidos" (T. N., pág. 99). Eso quiere
decir que a la T. N. no le interesa saber algo de Dios como
tal, sino
=1usivamente en

relación con la revolución negra, a la
cual Dios
debería servir.
La T. N. habla de la. inmanencia y de la transcendencia de Dios,
pero sólo en relación con la revolución negra:
"La inmanencia de
Dios significa qué Dios sale siempre a nuestro encuentro en una
situación de liberación histórica" (T. N., pág. 100). "Dios no es otra
762
Fundaci\363n Speiro

LA TEOLOGIA NEGRA
cosa sino nuestra experiencia de liberación" (T. N., pág. 100). "Para
el pueblo negro,
estO significa
que Dios ha asumido la negritud
comprometiéndose en las dimensiones de la
lud\a negra

por Ja
liberación" (T.

N.,
pág. 101).
"La trascendencia de Dios impide que deifiquemos nuestras pro­
pias

experiencias, lo que nos llevaría
al panteísmo" (T. N, pág. 101).
Y explica en
qué consiste

esta
traseendencia: "Dios

es siempre
más
que la expexiencia que de él tenemos" (T. N, pág. 101). "La tras­
cendencia se refiere
al propósito del hombre cual viene definido por
el infinito en la lucha por la liberación" (T.
N, pág. 102).
La T. N. no acepta ni la ensefianza de Cristo sobre el sufri­
miento,
ni "la teología de la Cruz": "La teología negra no puede
aceptar una

concepción de Dios
que, siempre
de
manera indirecta,
implique aprobación del sufrimiento humano" (T. N., pág. 105).
James Cone cita
a Albetto Camus (y parece que lo aprueba): "Si
Dios es omnipotente
y permite el sufrimiento humano es un ase­
sino" (T. N., pág. 103.
El hombre en la Teología Negra.
James Cone confiesa que para él "la teología es antropología"',
pues "de Dios sólo podemos
hablar en
cuanto se relaciona con el
hombre" (T. N., pág. 107). Además, el autor se solidariza con la po·
sición
existencialista diciendo: "la teología negra se

asemeja
al exis­
tencialismo" (T. N., pág. 109). Dios
interesa sólo

como el factor de
la
liberación negra (T.

N., pág. 108).
El autor se pregunta. "¿Qué es el &ombre? Vale
decir: ¿Qué

hace
que el hombre
sea lo

que es
y se distinga esencialmente del resto
existente? (T. N., pág. 112). Y, contestando a estas preguntas, recurre
al Pensamiento marxista, citando a Marx y a sus modernos comen­
tadores. Concluyendo, dice: "ser hombre significa estar identificado
con quienes están cautivos
y en la medida en que se rebelen contra
la maldad humana" (T. N., pág. 113); es decir,
"hacerse oprimido
con
los oprimidos" (T. N., pág. 113), porque "la existencia del
hombre
tendrexnos que

explicarla como
'ser en libertad', Jo
que sig-
763
Fundaci\363n Speiro

MIGUEL PORADOWSKI
nifica que el hombre se rebela contra toda forma de esclavirod"
(T.
N.,

pág. 113); "ser hombre es ser libre"
(T. N.,
pág. 113).
"La
libertad es una. realidad exisrencial" (T. N., pág. 115). "Ser libre
significa que el hombre no es un
objero y que no permitirá que
ott0s lo traten como tal'' (T. N., pág. 115).
Pasando de

la
filosoffa a

la teología, el autor dice: "El ser del
hombre como libertad se expresa en la Biblia en términos de ima­
gen de Dios"
(T. N.,

pág. 116).
"El pensamiento medioeval .. . interpretó la imagen en términos
de
analogía ends, la que significaba semejanza del ser del hombre con
el ser de Dios"
(T. N, pág. 116). Esta posición tomista encontró
una
fuerte crítica

de
patte de los teólogos protestantes, después de la
primera guerra
murulial (Karl Barth, Rudolf Bultmann, Paul

Tillich,
Reinhold Niebur, ere.), que

el autor comparte diciendo: "No
pode­
mos identificar la imagen de Dios en el hombre con una racionalidad
abstracta o
con la libertad"
(T. N.,
pág. 118).
Dietrich Bonhoeffer,
refutando

el concepto tomista de la
anal,ogía entis, habla de la ana­
logía
rela#oms "la cual no es una parte del hombre ni una esttUc­
rora
de

sn ser ni tampoco una capacidad. Es una relación dada, en la
cual el hombre es libre de ser para Dios porque Dios es libre para
éi en Cristo" (T. N, pág. 118).
Signiendo el pensamiento de Bonhoeffer, James Cone
lo corrige
y completa: "No vemos mntivo
pata que

la
reología negra

no aprecie
el nuevo énfasis, pero creemos que no basta identificar la imagen
con la
anal,ogla ,e/a#oms" (T. N., pág. 119). "Si la imagen de Dios
incluye la libertad, como el
encuenttO divino-humano
definidamente
lo implica, entonces tiene que incluir también la liberación" (T. N., pág. 119).
"La libertad no es una decisión racional frente a posibi­
lidades alternativas: es participación
de todo el hombre en la lucha
por la liberación" (T. N., pág. 119). "El concepto bíblico de imagen
significa que el hombre ha sido creado de gnisa que no puede obe­
decer
las leyes opresoras y seguir siendo un hombre. Ser hombre es ser
a imágen de Dios, esto es, ser creativo ... rebelándose contra todo lo
que va contra el hombre" (T. N., pág. 119). Aquí James Cone parece
olvidarse de que Dios no se rebelaba, sino
Satanás y de que no debe
confundirse ia libertad con la rebelión. El prometeismo como algo
764
Fundaci\363n Speiro

LA TBOLOGIA NEGRA
divino, tan caro para la antigua mitología griega, recordado por
Nietzsche y Alberto Camus, está pesando en la teología contempo­
ránea, hasta llegar a confundir a Cristo con Satanás (Cardonnel). En la teología negra de James Cone resuenan los ecos de estas confu­
siones, pues el autor concluye: "la imagen es el hombre en rebeldía
contra las
estructuras.de la

opresión" (T. N., pág. 120). "Afirmar la
propia libertad implica siempre
ttopezat con

las
estructuras econó­
micas
y sociales de la opresión" (T. N., pág. 124). "La liberación in­
cluye siempre la lucha contra los poderes establecidos"
(T. N., pá­
gina 124).
" ...

ser libre significa (5) aceptar la negritud como la
única manera posible de existir en
el mundo" (T. N., pág. 129).
El autor, hablando del proceso de la liberación de los negros,
sigue, sin mencionarlo, el esquema del pensamiento de Marx, ex­
puesto en
el "Manifiesto comunista", cuando Marx afirma que la
clase proletaria, liberándose, libera al mismo tiempo también a sus
opresores, es decir, a la clase burguesa, pues ésta deja de ser opresora en una nueva sociedad sin clases. James Cone reemplaza el concepto
marxista de la clase proletaria (oprimida) por los negros y la clase
burguesa (opresora) por los blancos (T. N., pág. 130).
Al hablar del hombre,
el autor también hace una referencia al
hombre caído, refiriéndose, una vez más, al pecado. Según el autor,
el pecado, en el sentido bíblico es "la separación del hombre de la
fuente de su ser" (T. N. pág. 131), lo que no significa para el
autor la separación del hombre de Dios, sino sólo la separación de
la comunidad a la
cual pertenece (T. N., pág. 131); y agrega: "Estar
en pecado nada tiene que ver con desobedecer leyes extrañas a la
existencia de la comunidad" (T. N., pág. 131).
"Estar en pecado,
pues, es negar los valores por los que la comunidad es lo que es.
Es vivir en conformidad con los propios intereses privados y no
segón las metas de la comunidad. Es creer que se puede vivir con
independencia de la fuente a la que la comunidad debe su existencia"
( 5) Para James Cone sez libre quiere decir estar en armonía con el
partido (comunista) (T. N., pág. 122). El autor cita las palabras del prota.­
gooista del libro de J. P. Sartre «La edad de 1a razón».
Fundaci\363n Speiro

MIGUEL PORADOWSKI
(T. N., pág. 131). "Estar en pecado significa negar la comunidad"
(T. N., pág. 132). "El pecado es alienación" (T. N. pág. 133).
Para el autor, el
pecado es

un acto contra la comunidad, con
tal
que se trate de una comunidad oprimida: "el pecado es un concepto
que sólo tiene sentido para la comunidad oprimida" (T. N.,
pág. 133).
"La teología negra está persuadida de que la verdadera naturaleza del
pecado sólo se percibe en el momento de
la opresión y la libera­
ción"
(T. N., pág. 133), por consiguiente, en una comunidad libre
el pecado no existe.
La T. N. no acepta el concepto del pecado en relación con Dios,
pues ésta es la posición de
la teología
blanca: "En
la teología blanca,
el pecado es una idea teórica y no una realidad concreta" (T. N.,
pág. 134).
"Ah! andan Billy Grabam y sus secuaces diciendo que el
mal del mundo está en que el hombre necesita a Dios" (T. N., pá­
gina 134). "Pero en vano esperarnos todavía que digan lo que esto
significa en
ei' preciso momento en que el pueblo negro se está
preparando
para su revolución" (T. N., pág. 134).
Según la T. N., el pecado se identifica con la
blancura: "Lo que
estamos en

verdad
necesitando es la destrucción

de
la blancura, fuente
de

toda la miseria humana del mundo" (T. N., pág. 135).
"Los blan­
cos no son capaces de percibir que ésta es precisamente la nanualeza
del pecado" (T. N., pág. 135), pues "la blancura es antítesis del
evangelio de Cristo"
(T. N., pág. 137). "Pecado es el deseo de ser
blanco
y no negro. Es el rechazo de ser lo que somos. Por consi­
guiente, para el pueblo negro el pecado es
la pérdida

de
la identidad;
es

decir
'sí' al
absurdo blanco: aceptar el mundo tal
cual es, permi­
tiendo que los
blancos definan la e,:istencia negra.

Estar en pecado
es contentarse con las soluciones
blancas al

'problema negro'
y no
rebelarse contra toda conculcación del ser negro por
parte del

ser
blanco" (T. N.,
pág. 138).
Cristo en la Teología Negra.
Si en la T. N. lo malo se identifica con lo bueno y lo bueno con lo
negro, es evidente que Cristo tiene que ser negro y, de no ser así, "si
Cristo es blanco y no negro, es un opresor y estarnas obligados a darle
766
Fundaci\363n Speiro

LA TEOLOGIA NEGRA
muerte" (T. N., pág. 140). Ni más ni menos. El autor es bien claro: "La comunidad negra está
hoy dispuesta a hacer algo con respecto
al Cristo blanco, a fin de que no se interponga en el camino de
nuestra revolución ni
lo obstaculice" (T. N., pág. 140), pues la fina­
lidad de todo es
el bien de la comunidad negra; Dios, Cristo,· Iglesia
son sólo los medios usados por la T. N. para este fin.
"La teología negta tieoe que probar que la descripción de Jesús
como Mesías Negro, del revereodo Albert
Oeage (6)
no es un pro­
ducto de meotes 'distorsionadas' por su condición oprimida, sino
la
ónica afirmación de nuestro tiempo plena de seotido cristólógico"
(T.

N., pág. 144). "La ensefianza de
Jesús acerca del reino es el
aspecto de su
meosaje más radical y revolucionario" (T. N., pág. 147).
"Jesús es el Oprimido por excelencia, cuya
obra consiste
eo
liberar
a la humanidad de la inhumanidad. A través de él, los oprimidos son
liberados
para ser

lo que son.
Este, y sólo éste, es el significado de la
finalidad de Cristo, la que tanto ha sido camuflada con debates acerca
de su humanidad y divinidad" (T. N., pág. 147).
La pasión, muerte y resurrección de Cristo están explicadas por
la T. N. de una manera muy seocilla; pues la cristología de la T. N.
está determinada por el interés acrual de la comunidad negra:
"¿Cuál
es la importancia que tiene él (Cristo) para la comunidad negta de
hoy?
" ...

es lo que
ha de determinar ... nuestra cristología" (T. N.,
pág. 149).

"Si Cristo no es negto como lo somos nosotros, eotonces
la Resurrección tiene muy poca importancia para nuestros tiempos"
(T. N., pág. 150).
"La definición de Cristo como negro es capital
para la cristología si en verdad creemos en su presencia continuada
hoy" (T. N.,
pág. 150).
"Toda afirmación acerca de Cristo hoy que
no acierte a tomar en consideración la negrimd como facror decisivo
de su persona, es una negación del mensaje del Nuevo Testamento.
La vida, la muerte y la resurrección manifiestan que Cristo es el hom­
bre para los
demás" (T.
N.,
pág. 150). "La definición de Cristo como
negro significa que está en oposición completa con los valores de la
cultura blanca. Cristo es el ceotro de
la copernicana revolución negta"
(T. N., pág. 151).
"La copernicana revolución negra significa exaltar
(6) El autor se refiere aquí al libro «Sheep and Ward», 1968.
767
Fundaci\363n Speiro

MIGUEL PORADOWSKI
como bueno Jo que los blancos han ignorado o han mirado como
malo" (T. N., pág. 151). "El Cristo Negro es quien concita en el
pueblo negro el ímpetu rebelde, a fin de que, en el momento opor­
tuno, la comunidad negra esté capacitada para responder a la comu­
nidad blanca colectivamente, con su
'bad nigger' corporativo, embis­
tiendo
y golpeando al enemigo del hombre" (T. N., pág. 152).
A lo largo
de los dos mil años de la historia del cristianismo nadie
se atrevería abusat de una manera
tan blasfema de la persona de
Cristo como Jo hace la T. N.: "Si Cristo no es negro, entonces ¿quién
y qué es él? Se podrá decit que es el Hijo de Dios, el Hijo del
Hombre, el Mesías,
el Señor, el hijo de David y cantidad de 0tt0s
títulos.

Pero la dificultad que
esoos encierran
no se
halla precisamente
en su incapacidad
para describir la persona de Cristo, sino en que son
títulos del siglo primero" (T.
N, pág.
152).
"Habrá blancos que pregunten si la teología negra cree que Cristo
fue realmente negro" (T. N., pág. 153). "Cristo no fue
blanco en
ningún

sentido de la palabra, literal o teológico. Por consiguiente, el
reverendo
Oeage no anda muy equivocado cuando pinta a Jesús
como un judío negro; y ciertamente pisa
sólido terreno teológico
cuando Jo describe como el Mesías Negro" (T. N., pág. 153).
James Cone sugiere que si Cristo es negro, la
actual revolución
marxista en

Estados Unidos, promovida por la lucha de
razas, tiene
carácter de la lucha por el "Reino de Dios": "La apatición de Jesús
como el Cristo Negro significa también que la Revolución Negra es
el reino de Dios hecho realidad en los
Estados Unidos" (T. N.,
pág. 154). "El reino
de Dios es un acontecimiento negro. Es el pue­
blo

negro
diciendo 'no' a los blancos" (T. N., pág. 154).
"Pata Jesús, el
atrepentimiento es

una condición previa para
entrat al

réino. Pero hay
que señalar que el atrepentimiento nada
tiene que ver con la moralidad o con la piedad religiosa en el sen­
tido
blanco ... Significa
reconocer la
importancia del acontecimiento
del reino
y a él jugarse hasta la última carta" (T. N., pág. 155). Es
decir, que quien toma
patte en

la revolución es un "atrepentido",
pues lucha por el reino de Dios (identificado con la revolución). "Compató Jesús el reino con un grano de
mostaza y

con el fermento
en la masa de pan. Ambas imágenes muestran un comienzo pequeño
768
Fundaci\363n Speiro

LA TBOWGIA NEGRA
y
aparentemente insignificante y. un término radical y revoluciona­
rio"
(T. N., pág. 156). Y así James Cone reduce la teología a la po­
lítica:
"La revolución negra es la continuación de ese pequeño reino.
Los blancos no reconocen lo que está aconteciendo, y no son capaces,
por tanto, de enfrentar el
problema,
Para
la gran mayoría de los blan­
cos en situación de poder, la comunidad negra es un engorro: algo a
lo que hay que atender solamente cuando los nativos comienzan a agitarse. Pero los Estados Unidos blancos no llegan a darse cuenta
de la naturaleza explosiva del reino. Aunque los principios del mis­
mo son pequeños,
teodrá efectos de largo alcance no sólo para la
comunidad
negra, sino

también para la blanca. Ha llegado el mo­
mento de tomar decisiones en cuanto a
las lealtades, porque muy
pronto será tarde. ¿Nos sumaremos, sí o no, al reino Revolucionario
Negro?" (T. N, pág. 156).
La T. N. pretende llevar su "revolución éopernicana" dentro de
la teología hasta
las últimas consecuencias, cambiando el sentido de
todos los términos teológicos; cambia, pues, también el sentido de la
palabra "salvación":
"La salvación se hi>O blanca: un aeto objetivo
de
Cristo, en el que Dios 'lava' nuestros pecados
para disponernos a
una vida nueva en el cielo. El resurgimiento de la Iglesia negra en la
lucha por los derechos civiles y la creación de la teología negra re­
presentan el intento de la comunidad negra por ver la salvación a la
luz de
su liberación terrena" (T. N., pág. 158). "La salvación dice
relación primariamente
a una realidad terrena" (T. N., pág. 159).
Iglesia, mundo y escatología en la T. N.
Según la T. N., la Iglesia es una "comunidad revolucionaria":
"La Iglesia tiene que ser la comunidad revolucionaria y quebrantar
las leyes que destruyen las personas" (T. N., pág. 162). La predica­
ción del evangelio por la Iglesia se reduce a la proclamación de la
liberación de las estructuras opresoras ( económicas, sociales y polí­
ticas) (T. N., pág. 162).
En esta ocasión, James Cone
también nos
habla del concepto
nuevo de la oración: "Nada tiene que ver con esos versfculos de la
•• 769
Fundaci\363n Speiro

MIGUEL POMDOWSKI
Biblia" (T. N., pág. 165), dice despectivamente. "La oración no es
ese atrodillarse mañana, tatde
y noche. &a tradición es eataeteristica
de

los blancos"
(T. N., pág. 165). "La oración ... es comunicación con
lo divino
por la que conocen que en la lucha contra la maldad nada
tienen que
petdet y mucho que ganar. Lo único que podemos petder
son nuestras vidas
físicas, peto

podemos
ganat lo
que el escritor del
euatto evangelio llama la

vida etetna
y los negros llaman la negti­
tud" (T. N, pág. 165).
¡ Hasta la vida etetna está reducida solamente a la . . . negtitud!
El autor lamenta que muchas Iglesias de los negros se despoliti­
zaton: "Las Iglesias negras son culpables de haber prostituido el
nombre de la Iglesia de Dios. Habiendo nacido originalmente porque
habían descubietto que el compromiso político en la liberación social
del pueblo
negro equivalía

al evangelio, es cosa triste que todas hayan
casi petdido en las
décadas subsiguientes

lo que fue
la razón misma
de
su existir" (T. N., pág. 166). El autor encuentra "estétiles pata el pueblo negro las
charlas blan­
cas acetca del cielo
y la vida después de la muette" (T. N., pág. 169)
y por consiguiente, siguiendo el pensamiento de Rudolf Bultmann,
rechaza "todas

las especulaciones apocalípticas que se centren en una
realidad no terrena" (T. N., pág. 170). Influido por el pensa­
miento del marxista Ernst Bloch, a quien cita copiosamente, James
Cone consideta que "las cosas pueden
deveni,-de otra maneta" (T. N.,
pág. 171)
y entonces "la escatología se relaciona con la acción y el
cambio", lo que lleva a aceptar la posición de Jürgen Moltrnann,
quien "dice que la principal debilidad del pensamiento tradicional en
materia de escatología consiste en que a ésta se la ha relegado al
fin de los tiempos, sin relación con el presente. Se la ha interpretado
como premio pata quienes perseveren en la obediencia. Vistas así
las cosas, la resurrección de Cristo significa que la salvación está ya
completada, tetminada. Y esto explica que la Iglesia haya mirado al
mundo no como
lugat pata

morír, sino como lugar donde
vivir pia­
dosa
y sabiamente prepatándose para el fututo porvenír. Si piensa
uno que la obra de Cristo está ya cumplida, sólo resta esperat la
Segunda Venida" (T. N., pág. 172). Este análisis de Moltrnann, la
T. N. lo acepta: "El análisis de Moltrnann es compatible con el pro-
770
Fundaci\363n Speiro

LA TEOLOGIA NEGRA
pósito de la teología negra. A la esperanza hay que relacionarla con
el presente" (T. N., pág. 172).
"¿Qué decir

de la vida más
allá de la muerte?" (T. N., pág.173)
y contesta: "La aparición del cielo ... fue obra de los amos blancos"
(T.

N., pág. 173).
Seg6n el
autor la creencia en la existencia del
cielo "se debió a la incapacidad del negro para cambiar la vida aquí
en la tierra"
(T. N., pág. 173), "pero el surgimiento del Poder
Negro
y la teología negra signifiq,.n un cambio en el enfoque del
pueblo negro"
(T. N., pág. 173). Así, gracias a la teología negra, la
esperanza relacionada con la creencia en la vida
eterna, se
reduce a
la esperanza en
una futura

sociedad ideal terrena (T. N., pág. 174).
Y el autor termina su escatología de
una manera

evasiva: "El futuro
aún es el futuro. Y esto significa que la teología negra rechaza las
prolijas especulaciones acerca del final último" (T. N., pág. 174).
Consideraciones finales.
Una vez resumido el pensamiento del autor de la T. N., con sus
propias palabras, podemos
sacar algunas conclusiones.
Salta a la vista que el autor está acomplejado por su pasado: por
la dolorosa historia de los negros en los Estados Unidos. Pero, en vez
de
buscar una

solución cristiana, es decir verdaderamente inspirada
por el Evangelio, quiere fomentar el odio de los negros contra los
blancos, usando
para este fin la religión cristiana, dándole una inter:
pr~ión tendenciosa, torcida, materialista, racista y panteísta. James
Cone instrumentaliza a la Iglesia y su teología, pues quiere servirse
de ellas para fomentar la revolución marxista del movimiento
po­
lítico

llamado el Poder Negro.
No hay duda que
el autor tiene razón cuando insiste que muchos
blancos, durante mucho tiempo se servían de la religión cristiana
para
dominar más fácilmente a los negros. Pero esta instrumentaJiza.
ción

de la religión por esos blancos, durante los siglos pasados, era
inconsciente, .mientras que la T. N. quiere coscientemente servirse
de la religión en su lucha contra los blancos. Toda la exaltación de la
"negritud" que
hace el autor queda en el
771
Fundaci\363n Speiro

MIGUEL PORADOWSKI
aire si se toman en cuenra las teorías actuales antropológicas respecto
al

origen ecológico de las características raciales. ¿Qué quedó hoy
día de las exaltaciones hitlerisras de los valores "nórdicos"? Conviene también pregunrar: ¿hasra
qué punto

la T. N. es una
teología marxisra? A primera vista, el lector de la teología negra de
James Cone puede rener impresión que su teología poco tiene que
ver con
la teología marxista. c.one muy raras veces menciona a Marx
y a los marxisras; en su lenguaje tampoco usa la terminología mar­
xisra (como lo hacen por regla Gusravo Gutiérrez
y Hugo Assmann);
en sus enfoques, argumentos e ideas principales es ante todo racista,
hitlerisra, etc. Pero un análisis más profundo de sus ideas demuestra que toda su T. N
está en fa linea del pensamiento marxisra: para
la T. N. no existe lo sobrenatural; el hombre debería esrar concen­
trado exclusivamente en los problemas de la vida terrenal, temporal;
Dios
(si es que existe) y todo lo trascendenral tiene la imporrancia
para el hombre sólo
y exclusivamente si le ayuda, si le sirve pata
alcanza, sus

fines temporales, políticos, contingentes; según la T. N.,
lo único imporranre en la vida de un pueblo es su praxis revolucio­
naria, basada en la dialéctica (la lucha de los opuestos); estos elemen­
tos de lucha, para James Cone, son los opuestos "blanco"
y "negro";
la Iglesia la constituyen sólo los que toman parte en la actividad
re­
volucionaria

de Dios en la liberación politica del hombre; Cristo
está identificado sólo con los oprimidos politicamenre y los oprimi­
dos están identificados sólo con los negros, de
ahí que

Cristo es
esenciahnente negro. Además, el autor insiste en la esencial (y no
solamenre ocasional) vinculación de la T. N. con el Poder Negro y
es sabido que el Poder Negro está estrechamente vinculado con la
revolución marxisra. Con su T. N., James Cone se retrasó algo más de cien años, pues
más de cien
añ.os atrás,

antes de
la guerra civil norteamericana, una
T.
N. (claro está no ran absurda, antiteológica, atea y materialista
como la que hoy nos presenra) tendría cierra razón de ser, pero des­
pués de cien años de la abolición de la esclavitud de los negros en
Esrados Unidos, presenrar una teología negra en defensa de los es­ clavos es
algo más que· ponerse en ridículo y todavía más si se tiene
en cuenra que en nuestros días hay muchos Esrados de los negros que
772
Fundaci\363n Speiro

LA TEOLOGIA NEGRA
tendrían derecho, deber y posibilidad de salir en defensa del negro,
s1 éste realmente fuese maltratado en cualquier patte del mundo.
Cuando, en la Iglesia católica, los negros, al igual que
la gente de las
otras razas y de otro color, llegan a las más altas dignidades, como
obispos,
atzobispos y hasta catdenales, y en otras Iglesias cristianas
también
ocupan los más altos puestos, no se ve razón alguna para
todo

este
planteatniento de
la T. N., no solamente exagerado, sino
histérico, acomplejado, absurdo y ridículo, perjudicial pata la buena
opinión, estima
y respeto de que tan justamente gozan hoy día los
negros.
La T. N. es no solamente perjudicial pata la teología como tal
y
pata la

Iglesia, sino también, y ante todo,
pata la misma cansa del
negro. Tal como está planteada actualmente sólo sirve a la revolu­
ción marxista, fomentando el odio y llamando a
la destrucción.
SOBRE LA "TEOLOGIA DE LA LIBERACION"
por Miguel Portulowski.
I. La Teología de la Liberación y el proceso de su marxis­
tización.
II. La "Teología marxista de la Liberación".
a) "Libera a mi pueblo", de Alex Morelli.
b) "La teología de la liberación", de Gustavo Gutiérrez.
e) "Opresión-Liberación", de Hugo Assmann.
28 págs. 44 ptas.
7H
Fundaci\363n Speiro