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Número 139-140

Serie XIV

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La revolución marxista en marcha

LA REVOLUCION MARXISTA EN MARCHA
POR
MIGUEL POR.ADOWSKI
Desde hace más de un siglo, a pesar del extraordinru:io progreso
científico-técnico, toda

la humanidad vive en una profunda
crisis
económica,

social, política y moral. Sería exagerado e incluso erróneo
atribuir al
marxismo toda

la responsabilidad por esta
crisis, pero
no
hay duda que la presencia del marxismo en nuestra vida es una de
sus causas priucipales, pues es precisamente el
marxismo el

que
niega, combate y destruye
, los

más importantes valores sobre !os
cuales está fundada nuestra civilización: la
fe en Dios, la Ley na­
rural y la enseñanza de Cristo.
Marx y el marxismo.
En nuestros tiempos, el marxismo se expresa de dos maneras:
romo una cosmovisión ( die W eltaunschauung), es decir, una filosofía
de vida,
y como una revolución, basada sobre esta fiiosofía. Lo primero
es la obra de
Marx y Engels, mientras que lo segundo es principal­
mente la obra de Lenin
y Trotzky; lo primero se suele llamru: el "mar­
xismo"; lo segundo, el "marxismo-leninismo".
El marxismo es una visión del mundo y del hombre completa­
mente materialista y atea. Para Marx Dios no existe, ni como el
Creador del cosmos, ni corno pdncipio y fin del mundo, ni menos
todavía como Padre de todos los hombres
y personificación del Amor
infinito
y eterno.
Según Marx, sólo existe la materia, que se caraeteriza por la
capacidad de permanente evolución. El hombre aparece en una de las
fases de esta evolución, como producto de ella, en el cual la materia
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Fundaci\363n Speiro

MIGUEL PORADOWSKI
llega a tal grado de su evolución que hasta cobra la conciencia de su
propia existencia (•). Estando
la
materia sujeta
a una permanente
evolución, el hombre de hoy es
distinto del

hombre de ayer
y del de
mañana. Según el marxismo el hombre es un animal como todos los
animales, sin alma inmortal y sin d·estino eterno; un animal algo más
desarrollado que los otros, pues en él la materia por evolución al­
canu a tener la conciencia de sí misma, lo que permite dominar
mncienternente la naturaleza e incluso modelar, al propio antojo, la
misma sociedad humana. Como Dios -según
Marx-no existe, tampoco puede existir la
religión, es decir, el conjunto de relaciones que expresan la posición
del hombre frente a Dios. Marx -influido por el pensamiento
de su predecesor
Feuerbach- explica el

fenómeno "Dios", tan pre­
sente en toda la vida humana, por una exigencia sicológica del
hombre
y, en consecuencia, según Marx, no es Dios el Creador del
hombre, sino a:l. revés, es el hómbre quien creó, a su imagen y se­
mejanza, a Dios. De ah( que, para Marx, la religión es el "opio del
pueblo", el enemigo del hombre, un factor alienante.
Este planteamiento,
tan marerialista y ateo, lleva a Karl Marx al
conflicto

primero con su padre ( que era una persona respetuosa de
la religión
y de la moral, basadas sobre la enseñanza de la Biblia) y
después con su propia mm unidad judía ( en defensa de la cual había
expuestO primeramente su

planteamiento)
y, por fin, con toda la so­
ciedad de su tiempo
y especialmente con el cristianismo.
Una vez se
enmnttó en
esta situación de conflicto con
toda la
sociedad de su tiempo,
Marx pasó a la ofensiva, a la agresión contta
la
sociedad y su cuitura, poniendo énfasis sobre la necesidad de cam­
biarla, de adaptarla a su manera de pensar materialista
y atea, es
decir, precisó su posición revolucionaria. Consecuentemente Marx in­
siste sobre el carácter dinámico de su pensamiento, Jo que quiere
decir que el marxismo es ante todo una praxis, una filosofía de acción.
(*) Marx no se preocupa por la explicación de este «milagro». A pro­
pósito dijo Francois Mauriac:

«Esto
es más
difícil de
creer que
lo que nos
ensefian en el catecismo».
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····--~
LA RJ!.VOLUCION MARXISTA EN MARCHA
El marxismo y el comunismo.
Fue más bien por casualidad que el marxismo se vinculó con las
luchas sociales de Europa del siglo
XIX, pues Marx quiso aprovechar­
se del dinamismo
social que ellas representaban y especialmente del
problema del
proletatiado industrial y su afligida situación. Inviraclo
por la Liga
de los comunistas, Matx, junto con su compañero Federico
Engels, un acaudalado capiarlista, redacta el proyecto del manifiesto,
que, acepraclo por
la Liga, salió como Manifiesto Comunista en el año
1848. Desde este momento el marxismo se desvincula de la "cuestión
judía" y se identifica con el movimiento comunista de la época, pro­
duciéndose
una síntesis de ambos. Por una
patte, el marxismo se en­
riquece con el pensamiento revolucionario del movimiento comunista,
heredero de las doctrinas revolucionarias que brotaton al final de la
revolución francesa e inmediatamente después de ella, especialmente de las docttinas de Babeuf, de Buonarroti, de L. Blanc, de Blanqui, etc.,
acapatando la

docttina
sobre la
"dictadura del proletatiaclo", la doc­
trina sobre los "revolucionarios profesionales", sobre las "distintas
fases de la revolución"' (democcitica, burguesa, socialista y proletatia),
sobre el "materialismo económico", etc. Por otra parte, el movimien­
to revolucionario comunista asimila el materialismo y el ateísmo mar­
xistas (antes de su encuentro con el marxismo, el comunismo de la
primera mitad del siglo XIX toleraba en su seno muchas corrientes
profundamente cristianas). En esta ocasión,
Marx también
reemplaza
en su pensamiento el tradicional mesianismo judío (talmúdico) con el
mesianismo proletatio, colocando en
lugar del

pueblo judío
---como
redentor

y salvador del mundo- al proletatiaclo, el cual, con sus su­
frimientos y luchas, va a redimir a la humanidad y construir una so­
ciedad ideal del futuro, como realización del sueño de la Justicia y
del Bienestat para todos.
En el futuro, el marxismo va a seguir identificándose con los mo­
vimientos e ideologías que luchan bajo la bandera de las reivindica­
ciones sociales, no dejando nunca de lado lo -que es en él esencial, a
saber: el materialismo y el ateísmo. Al contrario, ambas caracterfsti-
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MlGUBL PORADOWSKI
cas van a seguir afirmándose, pues el marxismo, idolatrando la futura
sociedad que pretende construir, coloca al hombre en lugar de Dios
verdadero.
Lenin y la revolución marxista.
Después de la rnuerre de Marx y de Engels, denrro del movimiento
revolucionario marxista aparecen, como lea.de.res, Lenin y Trott.ky,
ambos también de origen judío. Con ellos la doctrina marxista y el
movimiento revolucionario marxista entran en una nueva fase: se
pone el acento sobre el carácter militar de la revolución
marxista,
concibiéndola

como una guerra civil permanente e incorporando al
marxismo la
doctrina militar

de
Oausevitz. Hay
que recordar que
Marx también demostraba bastante

interés por el elemento militar
e insistía

sobre la necesidad de concebir la revolución corno una
guerra civil,
pero es Lenin quien de este postulado hace una realidad,
elaborando una síntesis del pensamiento revolucionario de Marx y
del pensamiento militar de
Clausevitz, dando

a la revolución marxis­
ta
el carácter de una guerra civil permanente, llevada a cabo por los
"revolucionarios profesionales", preparados en las escuelas especia:l­
mente fundadas para
este fin y. dirigidos por el militarizado partido
comunista.
Según Lenin, el partido comunista no es como los orros partidos
políticos, es
decir, una
simple
organización política
de lucha parla-
. mentaría

en defensa de los
intereses de
la clase social a
la cual re­
presenta, sino es un disciplinado instrumento de lucha por el poder,
que fomenta y dirige la revolución marxista, concebida como una
guerra civil petrnanente. Aquí
la palabra "guerra" está usada por
Lenin en el más estricto sentido, Jo que no quiere decir que el leni­
nismo, concibiendo
la revolución marxista como una guerra, olvidase
d
aspecto sociológico de esta revolución. Siendo Lenin marxista,
tiene siempre muy preseote que
la revolución, a pesar de tener el
carácter de una guerra, al mismo tiempo es un proceso social de una
completa transformación de la. sociedad.
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LA REVOLUCION MARXISTA EN MARCHA
Lenin y la doctrina sobre el partido único.
Por
estas rszones, Lenin

concibe
el partido comunista como el
partido único.

El
partido comunista

marxista-leninista es único, pues
es la única
fuerza social

organizada en la sociedad dominada
por los
marxistas-lenioistas, a la
cw,l todas las demás instituciones y organi­
zaciones están subordinadas
y por ella controladas, incluso el Estado
mismo, con todos sus tres poderes; ejecutivo, legislativo y judicial,
como también el Ejército y la Iglesia (si es que se tolera su existencia);
es único, pues no se admite en el
país la existencia de otros partidos
políticos; es único, pues
hay un solo partido comunista en el mundo
entero -según la
doettina de Lenin, llamada la "tesis de abril" y
según
el estatuto de la Intetnacional-, el de la Unión Soviética, sien­
do los partidos comunistas de los otros países solamente secciones
de este partido único. (En paréntesis conviene recordar que este
punto de
la doctrina leninista sufre una gravfsima crisis desde el
momento en que el partido comunista de Yugoslavia, primero,
·y el
partido

comunista de China continental, después, cortaron sus rela­
ciones con la Internacional). Este partido único tiene una
estructura
interior

jerárquica y militar, encabezada por un dictador absoluto, el
mismo Lenin (y después de su muerte, por sus sucesores), disfrazada
bajo el nombre de la "dictadura del ptoletariado".
La conquista del poder como finalidad de la revolución mar­
xista.
Desde el principio del siglo XX el mundo entero esta amenazado
ya no solamente por el marxismo, sino también por el marxismo-leni­
nismo y su revolución concebida como una guerra civil permanente.
Para Lenin
y su grupo, la revolución marxista se presenta como
e: método de

la conquista del poder
y como el medio de mantenerse
en el poder conquistado.
Los marxistas-leninistas descubren en la
revolución
el mejor y el más seguro medio para arrebatar el poder
a los demás, sea a la monarquía tradicional, sea a la democracia
par-
"
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MJGUEL PORADOWSKI
lamentaria, sea a la dictadura ocasional. El terror, que constituye
-según ellos-el elemento esencial e indispensable de la revolución,
les asegura para siempre el mantenerse en el poder conquistado. Los hechos
históricos demuestran

que los
marxistas-leninistas bus­
can

el poder por el poder
y no para construir una nueva sociedad
más justa y más humana, como prometen; -pues, una vez en el poder,
instalan un régimen de esclavitud, explotación
y de opresión totales,
como nunca
lo hubo en Ia hisroria de la humanidad; un régimen de
capitalismo del
Estado, en

el cual el Estado es
el único patrón y todos
los hombres son sus esclavos, despojados no solamente de todos sus de­ rechos de ciudadanos, sino hasta de su dignidad humana
y tratados
como

propiedad del Estado,
y prácticamente como propiedad del partí­
.do comunista que lo gobierna y está compuesto por el "gangsterismo"
internacional.
La revolución marxista como una máquina de destrucción~
La revolución marxista también se presenta como una gigantesca
máquina de destrncción de
la sociedad, una máquina demoledora.
Los
marxistas-leninistas la

usan para la
destrucción de las socie­
dades

existentes, que desprecian
y odian. Desgraciadamente la historia
demuestra que los
marxistas-leninistas no
son los únicos interesados
en servirse de esta máquina destructora;
hay también otros interesados
no-marxistas.
Así, por ejemplo, al principio de la primera guerra
mundial, el gobierno de Alemania,
al darse cuenta de la fuerza y de
resistencia de la Rusia zarista, recurre a esta máquina destruetora · de
la revolución marxista para servirse de ella, con el fin de debilitar
por dentro a su adversario, es decir, a la Rusia zarista. Así se toma
contacto con el grupo de los "revolucionarios profesionales", los de
Lenin, que

viven desterrados en Suiza, se los financia, se les pro­
porciona armas, dinero,
adiestramiento y se les traslada a Rusia,
para que saboteen la defensa del país, desmoralicen al soldado, para­
licen la producción industrial, siembren el descontento, la subversión,
la deserción y descompongan a Rusia, por dentro, y de esta manera
faciliten su conquista por el ejército alemán. Y,
para que Rusia quede
12SO
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LA REVOLUCION MARXISTA EN MARCHA
completamente arruinada, se les ayuda a hacer la revolución y adue­
ñarse del poder.
Es sabido que no solamente la banca internacional financiaba,
por medio del hombre de su
confianza, Leiva
Trotzky-Bronstein,
la
revolución bolchevique en Rusia, sino que lo hacía también el go­
bierno alemán del
Kaiser, como
consta en
la documentación encon­
trada
en los archivos del Ministerio de Relaciones Exteriores de Ale­
mania, al final de
la segunda guerra mundial, y publicados por la
Oxford University Press en 1958.
Los primeros, es decir, los capitalistas judíos, les financiaban por
razones hasta ahora inconfesadas. Los segundos, los alemanes, lo ha­
cían porque se dieron cuenta de que
la revolución marxista tiene el
carácter de una poderosa máqnina destructora, capa>: de arruinar cada
país, por muy grande y poderoso que sea, como lo era la Rusia za­
rista antes de
la primera guerra mundial, pues la revolución mar­
xista

destruye no solamente
toda la economía, sino toda la cultura,
todas las instituciones, tradiciones, valores espirituales. Más todavía,
irupide

cualquier posibilidad de reconstrucción. Arruina un país y lo
mantiene arruinado, postrado, enfermo, incapaz de -resurgir.
Se puede suponer que no solamente el gobierno alemán de Kaiser,
durante la

primera guerra mundial, se
había dado
cuenta de este
carácter destructor de la revolutión
marxista, pues

los hechos
de­
n::uestran
que

también otros
gobiernos contemplaban
con satisfacción
la destrucción de la Rusia zarista por 'la revolución marxista. Con­
viene
recordar que
en revistas político-económicas europeas y otras
publicaciones anteriores a
la ·primera· guerra mundial se contienen
muchos estudios sobre
el amenazador -para las otras potencias--,
desarrollo polltico-económico
de la Rusia zarista y reflejan las serias
preocupaciones de los economistas
y políticos europeos por la posible
preponderancia de

este país.
La revolución marxista en Rusia en 1917.
Sería exagerado mirar a la revolución marxista-leninista de Rusia
en 1917 sólo como a una agresión del "gangsterismo" político
inter­
nacional,

hábilmente manipulado por
el gobierno alemán, para dés-
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MIGUEL PORADOWSKI
truir o al menos para debilitar a la Rusia zarisra, pues esra revolución
tenia rambién

sus bases y raíces muy profundamente
echadas en la
historia rusa, Pero es muy poco probable que la revolución bolchevi­
que pudiera imponerse
y quedarse con el poder sin la ayuda y com­
plicidad de los enemigos de Rusia. Además, es indiscotible
que la
revolución bolchevique tenía esras dos características que hemos des­ tacado, a
saber: un

método de total destrucción del país dominado y
un medio por el coa! el "gansterismo" político
internacional llegó

al
poder en
el más grande y poderoso ( en este tiempo) país del mundo.
También llama la atención el hecho de que la lista de los que en­
cabezan el primer equipo
marxisra gobernante

en Rusia está com­
puesto casi exclusivamente por
extranjeros y,

en su mayoría, por per­
sonas con antecedentes -de criminales comunes.
La doctrina del !Weltoktober.
Apenas llegados al poder, en Rusia, los marxistas-leninistas laoza­
ron la
doctrina del
Weltoktober, es decir, el programa dirigido a ex­
tender, de inmediato, la revolución de octubre a todo el mundo. No
se satisfacen con la
roma del

poder en Rusia; lo que buscan es el
poder
total sobre todos los países. del mundo entero, demostrando
una vez más el carácter internacional de su "empresa" (es el término
usado en los cheques que recibía
Ttotzky). Rusia

está considerada
por los "revoluciooarios profesionales" de Lenin sólo como la pri­
mera víctima, después de la coa! tienen que venir las siguientes.
Es Lenin, quien personalmente, ayudado por Trotzky, elabora la
doctrina del W eltoktober, demostrando que la revolución marxista
tiene

que ser internacional, mundial y total.
Más todavía: insiste que
ésta es la condici6n de su sobrevivencia, es decir, o se extiende a
todo el mundo o fracasa, incluso en Rusia. (Entre paréntesis, anotemos
que
la doctrina leninisra

del W eltoktober constituye una prueba
irre­
furable

de que la revolución
marxisra en
Rusia no era solamente
"rusa",
es decir, no era un mero producto de la historia de Rusia).
Según esta dottrina leninista-rrotzkisra, Rusia, conquisrada por la re­
volución bolchevique, tiene que transformarse en la base de esra
125-2
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LA REVOLUCION MARXISTA EN MARCHA
:revolución marxista mundial y poner al servicio de ella toda su po­
orencialidad · militar,

económica
y política.
Para
dirigir esta

revolución marxista mundial se
funda la Inter­
nacional Comunista (la Tercera Internacional), con sede en Mos­
cú, que agrupa a todos los partidos comunistas de todo el mundo, y
los cuales, aceptando el estatuto de la Internacional y especialmente
las famosas "21

condiciones" (de admisión a
la Internacional) se
..,_ansforman en

las secciones del gigantesco
partido único.
Se elabora
la doctrina, el
progtarna, la estrategia y la táctica de la revolución
:mundial, concebida como una guerra revolucionaría civil permanente,
,extendida a todo el mundo, planificada y dirigida por el "estado
mayor" del W eltoktober. Se fundan las innumerables escuelas, de
·todos tipos
y gtados, para la formación de los "revolucionarios pro­
fesionales" para todos los países del mundo. Uno de los puntos
bá­
-sicos de este· diabólico programa se refiere a la subversión, como una
ietapa preparatoria para la acción revolucionaria.
Weltok:toher y el imperialismo ooviétieo.
Rusia fue la primera víctima de la revolución marxista interna­
•ciona:l, pero Rusia es también la primera en dominarla y en servirse
,de ella para sus fines imperialistas ( el segundo país, treinta años des­
;més, será

la China
de Mao-Tse-Tung).
Hay

que tener muy presente lo ocurrido después de
la muerte de
1.enin. Recordemos

que Lenin encabeza los grupos de "gansters" po­
líticos internacionales, a sueldo del capitalismo internacional, <{ne se
adueñó de Rusia por la revolución bolchevique y que pretendió ex­
tender su poder a todo el mundo, sirviéndose de la misma revolu-
1:ión, concebida como un W eltokto)>er. Hasta que el mando queda
en las

manos de Lenin es
la Internacional Comunista la que domina
Rusia y

se sirve de ella para los fines de la revolución mundial.
Al
lado de Lenin se encuentra su lugarteniente y el hombre de con­
fianza del

capital internacional, Leiva
Trotzky. Trotzky
es no sola­
mente el ce,rebro priricipa.il de la revolución marxista mundial, sino
1:ambién el máximo dirigente de esta revolución en Rusia, teniendo
.. 1253
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MIGUEL PORADOWSKI
en sus mao.os los dos más importantes Ministerios (Comisariados):
el de la Guerra y el de las Relaciones Exteriores. Es Trotzky la per­
sona prevista por la Internacional como sucesor del enfermo Lenin.
De repente aparece un hombre hasta entonces poco conocido,
José
Stalin (Dzuguzwili). Stalin, secretario del partido, se apodera de él
con facilidad y después de la Internacional, hasta que desplaza a
Trotzky. Cuando

muere Lenin, es Stalin y no Trotzky quien toma
el poder en sus manos, y ocurre lo imprevisto: Stalin se apodera de la
Internacional y la subordina a 1~ intereses del nuevo imperio so­
viético, que sucede
al imperio ruso, es decir, Stalin hace una revolu­
ción "copernicana": Rusia, de la conquistada por la revolución mar­
xista, se transforma en la conquistadora de ella y, en vez de servirla,
se sirve de ella. Stalin no liberó a Rusia del marxismo y de la revo­
lución marxista, pero subordinó a ella el marxismo y la revolución
marxista mundial; por eso Trotzky le llamaba el Bonaparte de la re­
volución marxista.
Stalin, el Stalinismo y el 'Weltoktober.
Durante la dictadura de Stalin la doctrina del W eltoktober sigue
vigente y recibe un nuevo impulso. Stalin es demasiado astuto para
confesar sus intenciones y va a seguir mintiendo a todo el mundo
afirmando que la revolución marxista mundial tiene por finalidad
la "liberación" de todos los trabajadores del
yugo capitalista, mien­
tras en la Unión Soviética impone la peor forma del
c,¡pitalismo, el
capitalismo

del Estado.
En realidad, lo único que busca Stalin es la
grandeza del nuevo imperio mundial, de la Unión Soviética, de la
cual se adueña y de la cual es su nuevo zar, el zar rojo.
Trotzky y la Cuarta Internacional.
Con la llegada de Stalin al poder en Rusia y en la Internacional
G>munista, la revolución marxista mundial entra en una nueva fase.
T(otzky y su grupo, o más bien sus amos, es decir, la, banca inter­
nacional, están perplejos, pero no piensan permitir que Stalin se
1254
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LA REVOLUCION MARXISTA EN MARCHA
adueñe por completo de la· revolución marxista. Entre los revolucio­
narios
marxistas se
produce la división, de la
cual nace la Cuana
Internacional, la trotzkista, que se esfuerza en continuar la revoluci6n
mundial de manera independiente de los intereses de la Unión So­
viética, pero al mismo tiempo también sigue adelante la revolución
marxista dirigida
y controlada por la Tercera Internacional, subordi­
nada a Stalin.
Desde el momento que los trotzkisras perdieron el control sobre
su primera víctima, Rusia, buscan la posibilidad de adueñarse de algún otro país, para transformarlo en la
base de su revolución mundial.
Por varias razones se escoge a España, se va a su conquista. Pero
España se defiende y viene la guerra civil española. Ambas Interna­
cionales están ahí presentes y ambas luchan contra la resistencia.
Stalin, al darse cuenta que en España los trotzkistas están más fuer­
tes que los comunistas prosoviéticos, ordena la liquidación, es decir,
la exterminación de los cabecillas de
ia Cuarta Internacional en
España. La victoria de la España nacional pone fin al peligro de que
los trotzkistas se apoderen de España. La segunda guerra mundial afirma a Stalin en el poder en Rusia
y en la Internacional. Durante los cuarenta años de la sangrienta dic­
tadura staliana el Weltoktober
está exclusivamente al servicio del
imperialismo soviético, que esclaviza nuevos países, no tanto por la
revolución marxista, como por la· brutal fuerza del ejército rojo,
que aplasta la libertad e iudependencia de muchas naciones europeas
como Polonia, Hungría, Checoeslovaquia, Bulgaria, Rumanía, la mi­
tad de Alemania, etc., sin hablar de los países completamente bo­
rrados
del mapa

como Lituania, Estonia
y Letonia.
El W eltoktober
y la Geopolítica.
La omnipresencia de la revolución riiarxista permanente, extendi­
da a todo el mundo, cambia por completo los principios de la geopo­
lítica, una
ciencia básicamente ya

elaborada antes de la aparición de
la doctrina y praxis del W eltoktober, lo que hace que
muchos países,
que
por las razones puramente geográficas y ecológicas deberían
convivir con otros, sea como amigos, sea como entidades políticas
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MIGUEL PORADOWSKI
neutrales, toman las actimdes enemigas y belicosas, aunque ello re­
sulta muy a menudo contrario a sus propios intereses vitales. Desde
_el momento en que sus dirigentes políticos se comprometen con la
revolución marxista mundial, ya no actúan movidos exclusivamente
por 'los intereses nacionales, sino por los intereses del Weltokrober,
obedeciendo más a las directrices que les vienen de Moscú o de
Pekín o de la Cuarta Internacional, que a las dictadas por su propia
conciencia de ciudadanos libres y amantes de su patria. Muchos de
estos políticos se hacen de esta manera traidores de sus patrias, pues
comprometen en favor de la revolución marxista el destino de sus
países. De ahí que se imponga la necesidad de romar también en
cuenta en los estudios geopolíticos el factor "revolución marxista
en marcha".
La revolución
marxista en mm-cha hoy

día.
Mucha gente queda desorientada frente a la acroal actividad re­
volucionaria marxista -y esta desorientación proviene del hecho de
que el mundo marxista parece estar dividid.o en varios grupos anta­
gónicos, que
muruamente se

combaten. Así presenciamos
la división
del marxismo-leninismo en bandos antagónicos: los stalinistas y los
trotzkistas, los prosoviéticos y los interruu:ionalistas. Otra divisi6n
que llama nuestra atención es la deteminada por los distintos intere­
ses imperialistas de la Unión Soviética y de la China continentai,
pero no olvidemos que rodas estas divisiones y disputas no pasan de
ser "Hos familiares", pues en lo esencial hay acuerdo y colaboración
de
rodos los

grupos
y fracciones, es decir, en la lucha para el triunfo
de la revolución marxista en todo el mundo.
De manera que actualmente la revolución marxista mundial, el
W eltoktober, está siendo llevada a cabo, en primer Jugar, por
el
imperialismo soviético, que lo hace tanro apoyado en su propio po­
derío político, económico y militar, como también sirviéndose de los
partidos comunistas que en todos los países del mundo libre cons­
tituyen las quintas columnas de Moscú.
En segundo Jugar, la misma revolución marxista
mundial es
lle­
vada a cabo por el imperialismo chino, es decir, por la China con-
12)6
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LA REVOLUCION MARXISTA EN MARCHA
tinental sojuzgada por el marxismo y explotada en favor de la revo­
lución marxista.
En este caso también Pekin se sirve tanto de su po­
derío económico,

político
y militar, como de los partidos comunistas
prochinos, que tiene en todos los países
libres como quintacolum­
na suya.
En tercer lugar, la misma revolución marxista mundial está siendo
realizada por fanáticos ttotzkistas; es decir, por la rama más auténtica
y más fiel al pensamiento original de Marx de explotar los dolorosos
problemas sociales, que nacieron con
el advenimiento de la civiliza­
ción industrial, para imponer a todos
el dominio de la banca inter­
nacional
Con amargura y dolor, tenernos que constatar el apoyo prestado
a la misma revolución marxista. mundial por las poténcias no-mar­
xistas, que actualmente, de manera parecida a como lo hicieron al
final de la primera guerra mundial en el caso de Rusia apoyando la
revolución bolchevique, se sirven de Ja revolución marxista para des­
truir o debilitar a sus actuales o potenciales adversarios.
En quinto lugar, la misma revolución marxista mundial cuenta
con la ayuda y apoyo, a veces desinteresada
y entusiasta, de los innu­
merables "tontos útiles", los imbéciles que se dejan
engañar por
la
propaganda marxista y se ponen al servicio de la revolución marxis­
ta, sin darse cuenta que de esta manera están cavando-su propia
tumba y preparando el peor porvenir para sus hijos. Entre estos "ton­
tos útiles" se encuentran también los que a sí mismos se llaman y
consideran sinceramente "cristianos" y se declaran "cristianos por
el socialismo". Desgraciadamente, no todos los "cristianos por el
socialismo" son "tontos
útiles", pues
no hay duda que hay entre
ellos también vulgares y abominables Judas, que
-corno Judas

Is­
cariotc,-se

venden al enemigo
de· Dios y de la Patria.
La revolución marxista es la principal causa de la crisis mundial
En síntesis, hay que recordar que hay una sola revolución marxis­
ta

mundial, el Weltoktober, con un sólo objetivo: la destrucción de
todos
los países libres y la implantación de un sólo imperio mundial
marxista-comunista.
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MIGUEL P!)RADOWSKI
Es mentira que la revolución marxista esté empeñada en la lucha
por la justicia social y por el bienestar de todos los trabajadores,
pues donde ella
ve1:1ce impone

a todos,-y
e~pecialmente a
los obreros,
una explotación
y opresión totales.
Es mentira que la revolución marxista esté realmente compro­
metida en la lucha por la liberación del hombre, pues, siendo ma­
terialista
y atea, construye una sociedad totalitaria de una completa
esclavitud. Por esta razón, en nuestros tiempos, la revolución mar­ xista es el mayor
y el más temible enemigo del hombre.
En consecuencia, cada hombre,
y especialmente si es cristiano,
tiene el sagrado deber de comprometerse en
1a lucha contra la peste
marxista. hasta su completa de_rrota, hasta que
se la elimine y des­
tierre de
la vida humana.
No basta defenderse del marxismo y su revolución; hay que
atacarlo, destruirlo. No basta que defendamos nuestra libertad ame­
nazada; hay que salir en defensa de la libertad de los demás, de los
que la perdieron y desde más de medio siglo se pudren en los cam­
pos de ooncentración en los países sojuzgados por el marxismo. La
libertad es
-una
sola. Nosotros, que todavía vivimos en los países
libres, no podemos sentirnos completamente libres, sabiendo que hay
otros seres hum.anos, nuestros hermanos, que sufren en la esclavitud impuesta por el totalitarismo marxista.
Aceptar la coexistencia del mundo libre con el mundo esclavi­
zado es traicionar a
la libertad y vivir en el permanente miedo de
que también nosotros caigamos algún día en la esclavitud.
Hay que
libetar a todós
los' países

victimas de la
agresión marxista,

empezando
por
'la misma Rusia. Rusia, que es la primera víctima de la revolu~
ción

marxista, debería set también la primera liberada.
La liberación
de Rusia de la esclavitud marxista es la primera e indispensable con­
dición
para poder

mantener
y afirmar nuestra libertad.
El marxismo
y su revoluci6n envenenan la convivencia -humana,
provocando
la honda crisis en la cual vivimos. La eliminación, pues,
del marxismo·
y de su revolución es el único camino para salvar la
espantosa y desesperante é:risis' en la cual se encuentra actualmente la
humanidad. Crisis qtle, de

no ser solucionada, nos llevará a
todos,
tarde

o temprano, a una catástrofe de proporciones apocalípticas.
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