Índice de contenidos
Número 139-140
Serie XIV
- Textos Pontificios
- Actas
-
Estudios
-
La raíz del error, ¿en el entendimiento o en la voluntad? Ante el fracaso de la filosofía moderna
-
La empresa, el hombre y el trabajo
-
Alonso de Ercilla y el nacimiento de Chile
-
La revolución marxista en marcha
-
Los católicos belgas frente a la Constitución ¿Participar o retirarse?
-
La sociedad horizontal
-
Más sobre «izquierdas y derechas»
-
- Monográficos
-
Ilustraciones con recortes de periódicos
-
I. Lo que apenas se lee ya en la prensa diaria: Vietnam y Camboya
-
II. Los comunistas y la táctica de la social-democracia juzgados desde «Pravda»
-
III. Los «Cristianos por el socialismo», una respuesta equivocada
-
IV. Esencia de lo foral y cómo puede restaurarse
-
V. Totalitarismo, liberalismo democrático y legítimas libertades
-
VI. Política totalitaria en la Universidad
-
VII. Los servicios médicos, la Seguridad Social y la libertad
-
Autores
1975
La organización de la economía y el trabajo
LA ORGANJZACION DE LA ECONOMIA Y DEL TRABAJO
POR
Josli ANTONIO CAMÓN CÁ.NOV.AS
I
La organización de la Economía y del Trabajo van ran íntima
mente
ligadas, tan unidas y entrelazadas, que cabría más hablar de
la organización económico-laboral
Los avatares sufridos en el desarrollo económico y laboral de la
Humanidad son prolijos y su exposición y desarrollo han sido re
flejo
de ran profundos y numerosos estudios,
que· por raz6n de
tiem
po
y espacio, haremos salvedad de su detalle, contentándonos c:on una
somera
panorrunica del
desarrollo histórico de
la vida socio-económica
de la Humanidad, desde la aparición del
Cristianismo.
No
obsrante, los fundamentos de
toda vida socio-económica, como
son Naturaleza, C"/Jital y Traba¡o; aparecen desde la más remota an
tigüedad,
si bien la
organización de
la sociedad política y
el· desarro
llo
de la humanidad van
variando sus
significados,· o
al menos sus
sentidos o dimensiones,
y en definitiva la variación de su respectiva
proporción.
En el· mundo romano, nos encontramos, con que junto a un no
table desarrollo cultural y una fotmidable institucionalización jurí
dica,
la
economía·y el
trabajo
son eminentemente
rudimentarios, con
escaslsima industria,
prácticamente
familiar y artesana; un mayor
fundamento en lo que a
ganadería y
agricultura se refiere y el
clá
sico comercio de trueque de los pueblos mediterráneos.
Las conquistas de Róma, como a su vez las de otros imperios an
teriores, proporcionan de esos factores inmutables, causa de
toda ac-
1271
Fundaci\363n Speiro
JOSE ANTONIO CAMON CANOV AS
tividad económica, el tercero y más transcendente de todos, que es
el Trabajo, pero en su primer aspecto de esclavitud.
No obstante, tanto en la agricultura como en los oficios fabriles y
artesanos, convive la condición de trabajador libre con la del esclavo.
Tales caracrerísticas
y tras un lento desarrollo, en el que se van
plasmando con vigor
y carácter nítido y diferencias, a Jo largo de
los siglos, instituciones como los gremios, de gran raigambre y vi
gencia, llevaron a la Humanidad a un desenvolvimiento lento, a una
mejora de las condiciones de vida del proletariado, a una repartición
. más justa y a un cierto equilibrio producido de manera natural, por
la interdependencia de los factores de la producción, naturalmente
considerados y en gran forma equilibrados, NATURALEZA, CAPITAL,
TRABAJO.
Pero con la aparición de los grandes inventos de la Humanidad,
con
la llegada de los descubrimientos mecánicos, se empieza a rom
per ese equilibrio que se había mantenido en gran
parte por la
lentitud de la evolución de la humanidad, y a1 socaire de la enervante
velocidad que
la ciencia desarrolla, causa de la Revolución Indus
trial, entran en juego circunstancias que modifican ese "statu quo"
que regía, con mejor o .peor forruna, - pero que se había mantenido
con un nivel de convivencia aceptable entre ambiciones y deseos de
privilegiados y no privilegiados.
La Revolución Industrial, como antes había ocurrido en la evo
lución de las explotaciones agrarias,-trae consigo, en consecuencia
lógica de la aplicación, casi exacta de las doctrinas liberales y raciona
listas, la aparición de una n~eva clase, siempre existente, pero que
adquiere conciencia de sus características y de sus posibilidades de
lucha
y de oposición, en una palabra, de su posibilidad de oposición
al grupo más o menos grande de privilegiados que
basta ahora
habían
sido los más afortunados en
la repartici6n de los frutos de la actividad
económica común.
Esta clase a la que desde ese momento se conoce con· el nombre
de
""Proletariado"'; va adoptando, · con
matices cada vez
más agrios
y _politizados, unas actitudes al son de las doétrinas socialistas, más
enfrentadas e irreconciliables, frente al otrO grupo que participaba
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Fundaci\363n Speiro
LA ORGANIZACION DE LA ECONOMIA Y DEL TRABAJO
en mayor proporción de la actividad económica común, y que ha
sido identificada históricamente con el Capital
Si observamos el desarrollo contemporáneo económico-social nos
encontramos que el mismo gira alrededor de la figura de todos co
nocida de la empresa. Prescindiendo de los distintos significados y
acepciones que la palabra empresa pueda tener, aceptaremos aquí
aquel que la consideraría como la sociedad de Capital y Trabajo des
tinada a la obtención de un lucro; esta simplicidad de definición nos
sirve para comprender de
una manera
clara la finalidad de todo pro
ceso productivo en su doble vertiente económico-laboral.
La Revolución Industrial trajo como consecuencia inmediata la
facilidad de manufactura y elaboración de una gama de productos
cada vez más asequibles y necesarios. Como consecuencia del desá
rrollo técnico, también de la transformación de las necesidades de la
persona y de la posibilidad de ampliación, por la rentabilidad ma
nifiesta que los procedimientos mecánicos y técnicos ofrecían, se va
manifestando una necesidad, cada vez mayor, de creación de empresas
cada vez más poderosas, cada vez más complejas, en una palabra,
cada vez más grandes y que como consecuencia de la aceptación de
un elemental mandato económico de producir la mayor cantidad de
cosas al menor costo posible originan la aparición -con su naturaleza
específica y su fisonomía características de las por todos conocidas
Sociedades Anónimas. Sin darnos aparentemente cuenta, la Humanidad
con la aparición de estas sociedades, por otro lado totalmente legíti
mas,
ha quebrado la tradicional fignra del Propietario-Empresario y
ha creado la actual figura mucho más extendida del Empresario-Pro
fesional.
Es dentro del desarrollo económico occidental con la apari
ción de estas empresas-sociedades anónimas cuando se puede hablar
de un capitalismo - en la economía más o menos absoluto. cuanto
mayor es su influencia en la vida social de los pueblos. Pero signiendo la evolución de esta empresa que partiendo de
niveles relativamente pequeños va adquiriendo formas y volúmenes
considerables, vemos que de una manera clara y decidida, como con
secuencia de su natural desenvolvimiento, va alcanzando tan grandes
proporciones hasta desembocar en las figuras actuales conocidas de
las empresas multinacionales, de los grandes grupos financieros, cá-
1273
Fundaci\363n Speiro
/OSE ANTONIO CAMON CANOV AS
denas . empresariales, etc., de cuya fuerza y poder tantas pruebas te
nemos
y que en tantos casos su importancia material supera a eco
nomías totales de países de tipo medio inclusive. Por otto lado las
asociaciones laborales
evolucionan de la antigua
forma de gremios
y cofradías a la actual de Sindicatos o uniones de
trabajadores,
y conscientes de Sil propia fuerza y de la utilidad inme
diata que la
misma les puede reportar, aumentan en Sil floración
produciendo, o bien por el camino de la unión, caso de comunidades con Sindicato único, o bien por el camino del acuerdo caso de
comunidades con pluralidad Sindical, la aparición
y entrada en
juego de una
fuerza enormemente
poderosa que en la mayoría de
los casos se hace tentación demasiado irresistible para el juego polí
tico por su enorme eficacia, y como es natural acarrea la desvirrua
cióri respecto de la finalidad para la que fue originada su existencia.
II
Queremos que en nuestras próximas palabras no se vea una opo
sición al Sindicalismo, no se interpreten como acerba crÍtica a una
institución que como todas es neutra
y que si en muchos momentos
no ha sido todo lo perfecta que su causa eficiente esperaba ha sido
debido a la desvirtuación de fines y al uso que a la misma se
ha dado.
No nos inclinamos ~uf, ni a favor ni en contra, por un sistema
pluralista de Sindicatos o por un sistema de Sindicato único, desde el
punto de vista sociológico con que queremos enfocar este comen
tario. Como tampoco nos pronunciaremos_ sobre la ventaja o desven
taja de un Sindicato llamado vertical sobre un Sindicato llamado ho
rizontal, tampoco es aquí misión nuestra ni cometido con arreglo
a nuestro propósito. No obstante, hemos de manifestar que el poder
público debe de tener una autoridad suprema
y. la suficiente fuerza
para poder afrontar
y acabar con la desvirtuación Sindical, es decir,
con la falsa finalidad Sindicalista, para de
· esa
manera lograr que los
Sindicatos
sean lo
que deben de ser, una institución
más y de im
portancia capital en la organización de la vida del país, pero nunca
el Gobierno de hecho del país por el desmesurado uso de su enorme
1274
Fundaci\363n Speiro
LA OR.GANIZACION DE LA ECONOMIA Y DEL TR.ABAJO
fuerza. Una advertencia hemos de hacer: la formación de Sindicatos
como instituciones
encaigadas de
la defensa de los intereses gremiales
es perfectamente
legítimá y justa; lo que no tiene justificación es
que
abandonando esa
razón de
ser que
es causa de su justicia, el
Movimiento Sindical
se transforme en un sistema de presión política
que
distorsionando el
concepto de
Justicia Social ha desembocado
en el establecimiento e imposición de un
verdadero sistema
de "pre
siones laborales" que en la práctica desembocan en la irresponsa
bilidad, impunidad
e· improductividad
de la clase trabajadora.
En la coyuntura histórica del mundo actual, cuando prevalece un
clima antiempresarial en concomitancia con un proletarismo desbo
cado, el Sindicalismo puede
convertirse con
el auxilio de la dema
gogia estatal en una ruta hacia la míseria, porque es una ruta hacia
la
descapitalización de
las
sociedades.
Se
insiste en todos los
tonos y a todos
los niveles que el
problema
principal
del
futuro humano
es el de la explosión demográfica. Con
esto señalan los neomaltusianos que existe el
peligro de que la · po-,
blación
mundial crezca por encima
·de su
capacidad prodricriva.
Ahora bien, el
problema· más grave de hoy y del futuro no es· tanto
una
insuficiencia de medios· de producción sino mas bien un exceso
de condiciones socio-políticas que favorecen la improductividad ante
una humanidad que tiene cada vez
más expectativas y exigencias. No
se trata de un
problema de
medios materiales, sino de un
problema
de
conducta; es un
fenómeno de
querer, antes que un fenómeno de
poder. Específicamente nos referimos por una parte a la irresponsabili
dad política, a
la demagogia mesianoide típica de nuestrOs días, que
promete
la redención del proletariado, para utilizarlo como medio de
escalar
el poder; y por otra, a la irresponsabilidad laboral que estimu
la
y aprovecha esta ·coyuntura para exigir cada vez más derechos y
aceptar cada vez menos obligaciones. Se trata pues, ante todo, de una
situación totalmente antijurídica
que se
plasma en una situación de
excepción, que consagra la impunidad y
la irresponsabilidad de un
sector social
Este fuero se corona con el mal llamado Derecho de
Huelga,
que no es
otra cosa que la legalización del antiderecho. El
derecho de huelga es una injusticia, un contrasentido
jurídico en
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/OSE AN'J,'f)firo CAMON CANOV AS
la medida que de hecho santifica el principio de que "El fin jus
tifica
ros medios",
es decir, en la medida que otorga su beneplácito
para que una cierra clase de justicia se
obtenga mediante
la injus
ticia. En efecto, a través de la huelga, que se impone, el sector
obrero puede imponer sus condiciones, en detrimento y a expensas
del bien comón, sin ninguna responsabilidad concomitante.
Este
fenómeno
obrerista,
al que Ortega y Gasset llamó "Rebelión
de las masas", típico de nuestros dfas,
ha sido posible en virtud de
que el obrerismo se ha convertido en fuerza política que impone sus
condiciones en las plataformas electorales y políticas. Se trara de una
especie de subasta de
privilegios a los que se denomina
"conquistas
obreras"
por virtud de la
cual el mejor postor recibe el poder. De
esta forma los Movimien.tos Frentepopulisras de protección paterna
lisra de los desamparados han desatado
fuerzas históricas
que no sólo
desquician y corrompen la función política sino que socavan cada
vez más en su base, o sea en
el trabajo, la productividad de las so
ciedades. Y así, lo que empezó siendo un legítimo movimiento de reivin
dicación de la dignidad hnmana de trabajador, se
ha convertido en
una
fuerza histórica
que por la vía del abuso y de la violación de los
principios del Orden natural del Derecho Social Cristiano
y del
Magisterio Público Eclesiástico, puede
desembocar en
lo
contrario a
lo buscado, ya que, al dañar a la Sociedad produciendo la miseria, su
víctima más conspicua será el propio trabajador.
Y así, la irresponsabilidad política y la irresponsabilidad laboral
conviertén a los sindicados en las "vacas sagradas" de la sociedad mo
derna. Se trata de "vacas sagradas" que son y serán intocables ... ,
aunque la población pueda morirse de hambre.
Convertido en
alianza entre Estatismo y Obrerismo, el Socialismo
está triunfando porque el ansia de
bienestar disfrazada de
Justicia
Social y aceptada como
tal, es · más fuerte que el espfritu de respon
sabilidad cívica. Y en ausencia de todo espfritu cívico no hay fuerza
política que tenga medio de
contrarrestar la
tendencia suicida del
Socialismo.
1276
Fundaci\363n Speiro
LA ORGANIZACION DE LA ECONOMIA Y DEL TRABA!O
III
No está en nuestras mab.os ni a nuestro alcance el ofrecer y dar
la solución a los ingentes problemas que la organización de la economía
y del trabajo lleva consigo y menos aún al carecer de todo
tipo de medios
para intentarlo, pero sí recordar desde aquí y a quién
corresponda que la vía de la solución de los mismos viene siendo
dada con una continuidad y tenacidad constante y reiterada por los
Papas de la Iglesia Católica a través de su Magisterio. Si bien, desde
la predicación del Evangelio por Cristo y los Apóstoles, la Doctrina
de la Iglesia respecto por ser Doctrina de Cristo es siempre la mis
ma, no cabe la menor
duda. que
con la
agndi.zación y afloración de
los problemas económico-laborales, la Iglesia adelantada
y pionera en
todo lo que al bien común de
las almas conviene, transforma y de
rrama el estudio de
_los temas
sociales,
tratando de arrojar de
los
mismos toda secoela de
estrechez y miseria, de odio y de rencor,
pata
por el camino de la continencia de unos
y de la justa participa
ción
de otros, se llegue a la comunión de todos en la total y abso
luta aplicación de
la Doctrina de Cristo. Ya en los albores de la
Revolución Industrial y como muestra de su constante alerta y vi -
gilia, empiezan ~ publicarse los primeros documentos Sociales Pon
tificios y denominémoslos así para mejor comprensión en nuestra
moderna sociedad, aunque haciendo la salvedad de que la Doctrina
Cristiana por su condición de Cristiana es eminente y categóricamen
te Social, desde Benedicto XIV cuyo Pontificado se inició en 17 40
pasando por Gregorio XVI, Pío IX, el
gran León XIII, San Pío X,
Benedicto XV,
Pío XI,
Pío XII, Juan XXIII
y Pablo VI, la cons
tante
preocupación de la Iglesia por la vida
económico-laboral de
los
hombres se plasma ininterrumpidamente en la inmensa
riqueza
de
su Doctrina vertida incansablemente a través de sus Endclicas,
Comunicaciones y Escritos de todo
tipo.
No
vamos a profundizar, porque
para su estudio perfecto se re
querirían años de
vicia., en · la ingente
relación de documentos, pro
ducci6n fecunda de los Pontífices reseñados y de sus inmediatos
colaboradores; pero sí resaltar que si cualquiera de ellos son por si
1277
Fundaci\363n Speiro
]OSE ANTONIO CAMON CANOV AS
solos compendio superior de valor a cuanto fuera del Magisterio de
la Iglesia se ha escrito
y dicho, siempre hay alguno que por su ca
piral interés, transcendencia e influencia ha sido objeto de reconoci
miento universal tanto por sus humildes acatantes como
por sus
soberbios y engreídos detractores. Citaremos como reconocimiento y
homenaje,
a lo que han significado, el Sylabus de Pío IX la "RERUM
NOVARUM"
y "Quon APOSTOLICI NUMER1s", "GRAVES DE COMMUNI"
de León XIII, "QUADRAGESIMO ANNo'', "CARITATE CHRISTI CoM
PULSI"
y "DIVINI REDEMPTOEIS" de Pío XI, Código Social de Ma
linas, de la Unión Internacional de Estudios Sociales, del Cardenal
Mercier, etc.
Por falta de tiempo nos limitaremos a enunciar una serie de
principios comunes
e inmutables del Magisterio Eclesiástico que
puedan servir, como decíamos anteriormente, de cauce
· y regla, para
evitar que el desbordamiento de las pasiones y el desenfocamiento
viciado
de los problemas
arrastren a
la humanidad al caos y al
desastre; estos principios podrían enumerarse así:
1278
l.º La propiedad es un derecho natural, que es necesario sal
vaguardar y defender, ya que es la primera garantía del
orden personal, familiar
y social.
2.º
La producción es la resultante de tres elementos: Natura
leza, Capital y Trabajo.
3.º
Los legítimos intereses del trabajo son sagrados, como lo
son los intereses legítimos del Capital.
4.
0 Los intereses del trabajo son efectivos en el salario, que ha
de ser lo snf!cienternente amplio como
para procurar capa
cidad de ahorro que
permita en
la medida de lo posible a
todo el mundo el acceso a la propiedad.
5.º Los intereses temporales se han de subordinar a los espi rituales siempre.
6.º
Las deficiencias del salario, así como su no percepción a
causa del
paro, deben ser suplidas por medios asistenciales,
subsidios,
segutos, etc-, con subordinación · al principio de
snbsidiariedad.
7.º La lucha de
clases es
inadmisible a
la luz de la razón y de
Fundaci\363n Speiro
LA 011.GANIZACION DE LA BCONOMIA Y DEL TII.ABAJO
la ley natural y de la ley Divina; el falso principio de
lucha debe ser sustituido por el verdadero de oolaboración.
8.º El principio y
reoonocimienro de
la propiedad privada obli
ga
al Estado a ser cauro y prudente en las medidas que su
pongan
oolectivizaci6n.
9.º
El Estado como gerente del bien
oomún tiene
el derecho
y
la obligación de intervenir cuando se lesione el bien general
10.º El Socialismo debe de ser rechazado,
tauro en
su forma
extrema de Comunismo como en las moderadas más ex
tendidas hoy día.
11.º El derecho de huelga no es admisible por cuanto que sobre los intereses profesionales está el interés de la
oomunidad.
12.º Las riquezas acumuladas por cuanto son obra de los ttes
factores fundamentales
de
la producción, han de revertir
sobre los mismos, o sobre la propia producción.
13.º Por ningún
ooncepto puede
el Estado declararse
neutro en
lo que
concierne a los intentos de manipulación de
los pre
cios
de los
artículos de
consumo indispensable, ya sea por
su
acaparamiento o
por ottas maniobras especulativas.
14.º
Las organizaciones profesionales o sindicales son esencial
mente naturales y su organización compete a los directa
mente
interesados en ella; únicamente el abandono por ellos
justificará la actuación del Estado.
Estos principios básicos, sucintamente expresados, buscando su
mejor comprensión y claridad, deben de servirnos. a nosotros a modo
de Decálogo, para ron su observancia y difusión conseguir ese mun
do mejor
tan ansiado por la Iglesia desde su fundación divina, hasta
nuestra
turbulencia
actual.
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Josli ANTONIO CAMÓN CÁ.NOV.AS
I
La organización de la Economía y del Trabajo van ran íntima
mente
ligadas, tan unidas y entrelazadas, que cabría más hablar de
la organización económico-laboral
Los avatares sufridos en el desarrollo económico y laboral de la
Humanidad son prolijos y su exposición y desarrollo han sido re
flejo
de ran profundos y numerosos estudios,
que· por raz6n de
tiem
po
y espacio, haremos salvedad de su detalle, contentándonos c:on una
somera
panorrunica del
desarrollo histórico de
la vida socio-económica
de la Humanidad, desde la aparición del
Cristianismo.
No
obsrante, los fundamentos de
toda vida socio-económica, como
son Naturaleza, C"/Jital y Traba¡o; aparecen desde la más remota an
tigüedad,
si bien la
organización de
la sociedad política y
el· desarro
llo
de la humanidad van
variando sus
significados,· o
al menos sus
sentidos o dimensiones,
y en definitiva la variación de su respectiva
proporción.
En el· mundo romano, nos encontramos, con que junto a un no
table desarrollo cultural y una fotmidable institucionalización jurí
dica,
la
economía·y el
trabajo
son eminentemente
rudimentarios, con
escaslsima industria,
prácticamente
familiar y artesana; un mayor
fundamento en lo que a
ganadería y
agricultura se refiere y el
clá
sico comercio de trueque de los pueblos mediterráneos.
Las conquistas de Róma, como a su vez las de otros imperios an
teriores, proporcionan de esos factores inmutables, causa de
toda ac-
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tividad económica, el tercero y más transcendente de todos, que es
el Trabajo, pero en su primer aspecto de esclavitud.
No obstante, tanto en la agricultura como en los oficios fabriles y
artesanos, convive la condición de trabajador libre con la del esclavo.
Tales caracrerísticas
y tras un lento desarrollo, en el que se van
plasmando con vigor
y carácter nítido y diferencias, a Jo largo de
los siglos, instituciones como los gremios, de gran raigambre y vi
gencia, llevaron a la Humanidad a un desenvolvimiento lento, a una
mejora de las condiciones de vida del proletariado, a una repartición
. más justa y a un cierto equilibrio producido de manera natural, por
la interdependencia de los factores de la producción, naturalmente
considerados y en gran forma equilibrados, NATURALEZA, CAPITAL,
TRABAJO.
Pero con la aparición de los grandes inventos de la Humanidad,
con
la llegada de los descubrimientos mecánicos, se empieza a rom
per ese equilibrio que se había mantenido en gran
parte por la
lentitud de la evolución de la humanidad, y a1 socaire de la enervante
velocidad que
la ciencia desarrolla, causa de la Revolución Indus
trial, entran en juego circunstancias que modifican ese "statu quo"
que regía, con mejor o .peor forruna, - pero que se había mantenido
con un nivel de convivencia aceptable entre ambiciones y deseos de
privilegiados y no privilegiados.
La Revolución Industrial, como antes había ocurrido en la evo
lución de las explotaciones agrarias,-trae consigo, en consecuencia
lógica de la aplicación, casi exacta de las doctrinas liberales y raciona
listas, la aparición de una n~eva clase, siempre existente, pero que
adquiere conciencia de sus características y de sus posibilidades de
lucha
y de oposición, en una palabra, de su posibilidad de oposición
al grupo más o menos grande de privilegiados que
basta ahora
habían
sido los más afortunados en
la repartici6n de los frutos de la actividad
económica común.
Esta clase a la que desde ese momento se conoce con· el nombre
de
""Proletariado"'; va adoptando, · con
matices cada vez
más agrios
y _politizados, unas actitudes al son de las doétrinas socialistas, más
enfrentadas e irreconciliables, frente al otrO grupo que participaba
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LA ORGANIZACION DE LA ECONOMIA Y DEL TRABAJO
en mayor proporción de la actividad económica común, y que ha
sido identificada históricamente con el Capital
Si observamos el desarrollo contemporáneo económico-social nos
encontramos que el mismo gira alrededor de la figura de todos co
nocida de la empresa. Prescindiendo de los distintos significados y
acepciones que la palabra empresa pueda tener, aceptaremos aquí
aquel que la consideraría como la sociedad de Capital y Trabajo des
tinada a la obtención de un lucro; esta simplicidad de definición nos
sirve para comprender de
una manera
clara la finalidad de todo pro
ceso productivo en su doble vertiente económico-laboral.
La Revolución Industrial trajo como consecuencia inmediata la
facilidad de manufactura y elaboración de una gama de productos
cada vez más asequibles y necesarios. Como consecuencia del desá
rrollo técnico, también de la transformación de las necesidades de la
persona y de la posibilidad de ampliación, por la rentabilidad ma
nifiesta que los procedimientos mecánicos y técnicos ofrecían, se va
manifestando una necesidad, cada vez mayor, de creación de empresas
cada vez más poderosas, cada vez más complejas, en una palabra,
cada vez más grandes y que como consecuencia de la aceptación de
un elemental mandato económico de producir la mayor cantidad de
cosas al menor costo posible originan la aparición -con su naturaleza
específica y su fisonomía características de las por todos conocidas
Sociedades Anónimas. Sin darnos aparentemente cuenta, la Humanidad
con la aparición de estas sociedades, por otro lado totalmente legíti
mas,
ha quebrado la tradicional fignra del Propietario-Empresario y
ha creado la actual figura mucho más extendida del Empresario-Pro
fesional.
Es dentro del desarrollo económico occidental con la apari
ción de estas empresas-sociedades anónimas cuando se puede hablar
de un capitalismo - en la economía más o menos absoluto. cuanto
mayor es su influencia en la vida social de los pueblos. Pero signiendo la evolución de esta empresa que partiendo de
niveles relativamente pequeños va adquiriendo formas y volúmenes
considerables, vemos que de una manera clara y decidida, como con
secuencia de su natural desenvolvimiento, va alcanzando tan grandes
proporciones hasta desembocar en las figuras actuales conocidas de
las empresas multinacionales, de los grandes grupos financieros, cá-
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denas . empresariales, etc., de cuya fuerza y poder tantas pruebas te
nemos
y que en tantos casos su importancia material supera a eco
nomías totales de países de tipo medio inclusive. Por otto lado las
asociaciones laborales
evolucionan de la antigua
forma de gremios
y cofradías a la actual de Sindicatos o uniones de
trabajadores,
y conscientes de Sil propia fuerza y de la utilidad inme
diata que la
misma les puede reportar, aumentan en Sil floración
produciendo, o bien por el camino de la unión, caso de comunidades con Sindicato único, o bien por el camino del acuerdo caso de
comunidades con pluralidad Sindical, la aparición
y entrada en
juego de una
fuerza enormemente
poderosa que en la mayoría de
los casos se hace tentación demasiado irresistible para el juego polí
tico por su enorme eficacia, y como es natural acarrea la desvirrua
cióri respecto de la finalidad para la que fue originada su existencia.
II
Queremos que en nuestras próximas palabras no se vea una opo
sición al Sindicalismo, no se interpreten como acerba crÍtica a una
institución que como todas es neutra
y que si en muchos momentos
no ha sido todo lo perfecta que su causa eficiente esperaba ha sido
debido a la desvirtuación de fines y al uso que a la misma se
ha dado.
No nos inclinamos ~uf, ni a favor ni en contra, por un sistema
pluralista de Sindicatos o por un sistema de Sindicato único, desde el
punto de vista sociológico con que queremos enfocar este comen
tario. Como tampoco nos pronunciaremos_ sobre la ventaja o desven
taja de un Sindicato llamado vertical sobre un Sindicato llamado ho
rizontal, tampoco es aquí misión nuestra ni cometido con arreglo
a nuestro propósito. No obstante, hemos de manifestar que el poder
público debe de tener una autoridad suprema
y. la suficiente fuerza
para poder afrontar
y acabar con la desvirtuación Sindical, es decir,
con la falsa finalidad Sindicalista, para de
· esa
manera lograr que los
Sindicatos
sean lo
que deben de ser, una institución
más y de im
portancia capital en la organización de la vida del país, pero nunca
el Gobierno de hecho del país por el desmesurado uso de su enorme
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LA OR.GANIZACION DE LA ECONOMIA Y DEL TR.ABAJO
fuerza. Una advertencia hemos de hacer: la formación de Sindicatos
como instituciones
encaigadas de
la defensa de los intereses gremiales
es perfectamente
legítimá y justa; lo que no tiene justificación es
que
abandonando esa
razón de
ser que
es causa de su justicia, el
Movimiento Sindical
se transforme en un sistema de presión política
que
distorsionando el
concepto de
Justicia Social ha desembocado
en el establecimiento e imposición de un
verdadero sistema
de "pre
siones laborales" que en la práctica desembocan en la irresponsa
bilidad, impunidad
e· improductividad
de la clase trabajadora.
En la coyuntura histórica del mundo actual, cuando prevalece un
clima antiempresarial en concomitancia con un proletarismo desbo
cado, el Sindicalismo puede
convertirse con
el auxilio de la dema
gogia estatal en una ruta hacia la míseria, porque es una ruta hacia
la
descapitalización de
las
sociedades.
Se
insiste en todos los
tonos y a todos
los niveles que el
problema
principal
del
futuro humano
es el de la explosión demográfica. Con
esto señalan los neomaltusianos que existe el
peligro de que la · po-,
blación
mundial crezca por encima
·de su
capacidad prodricriva.
Ahora bien, el
problema· más grave de hoy y del futuro no es· tanto
una
insuficiencia de medios· de producción sino mas bien un exceso
de condiciones socio-políticas que favorecen la improductividad ante
una humanidad que tiene cada vez
más expectativas y exigencias. No
se trata de un
problema de
medios materiales, sino de un
problema
de
conducta; es un
fenómeno de
querer, antes que un fenómeno de
poder. Específicamente nos referimos por una parte a la irresponsabili
dad política, a
la demagogia mesianoide típica de nuestrOs días, que
promete
la redención del proletariado, para utilizarlo como medio de
escalar
el poder; y por otra, a la irresponsabilidad laboral que estimu
la
y aprovecha esta ·coyuntura para exigir cada vez más derechos y
aceptar cada vez menos obligaciones. Se trata pues, ante todo, de una
situación totalmente antijurídica
que se
plasma en una situación de
excepción, que consagra la impunidad y
la irresponsabilidad de un
sector social
Este fuero se corona con el mal llamado Derecho de
Huelga,
que no es
otra cosa que la legalización del antiderecho. El
derecho de huelga es una injusticia, un contrasentido
jurídico en
1275
Fundaci\363n Speiro
/OSE AN'J,'f)firo CAMON CANOV AS
la medida que de hecho santifica el principio de que "El fin jus
tifica
ros medios",
es decir, en la medida que otorga su beneplácito
para que una cierra clase de justicia se
obtenga mediante
la injus
ticia. En efecto, a través de la huelga, que se impone, el sector
obrero puede imponer sus condiciones, en detrimento y a expensas
del bien comón, sin ninguna responsabilidad concomitante.
Este
fenómeno
obrerista,
al que Ortega y Gasset llamó "Rebelión
de las masas", típico de nuestros dfas,
ha sido posible en virtud de
que el obrerismo se ha convertido en fuerza política que impone sus
condiciones en las plataformas electorales y políticas. Se trara de una
especie de subasta de
privilegios a los que se denomina
"conquistas
obreras"
por virtud de la
cual el mejor postor recibe el poder. De
esta forma los Movimien.tos Frentepopulisras de protección paterna
lisra de los desamparados han desatado
fuerzas históricas
que no sólo
desquician y corrompen la función política sino que socavan cada
vez más en su base, o sea en
el trabajo, la productividad de las so
ciedades. Y así, lo que empezó siendo un legítimo movimiento de reivin
dicación de la dignidad hnmana de trabajador, se
ha convertido en
una
fuerza histórica
que por la vía del abuso y de la violación de los
principios del Orden natural del Derecho Social Cristiano
y del
Magisterio Público Eclesiástico, puede
desembocar en
lo
contrario a
lo buscado, ya que, al dañar a la Sociedad produciendo la miseria, su
víctima más conspicua será el propio trabajador.
Y así, la irresponsabilidad política y la irresponsabilidad laboral
conviertén a los sindicados en las "vacas sagradas" de la sociedad mo
derna. Se trata de "vacas sagradas" que son y serán intocables ... ,
aunque la población pueda morirse de hambre.
Convertido en
alianza entre Estatismo y Obrerismo, el Socialismo
está triunfando porque el ansia de
bienestar disfrazada de
Justicia
Social y aceptada como
tal, es · más fuerte que el espfritu de respon
sabilidad cívica. Y en ausencia de todo espfritu cívico no hay fuerza
política que tenga medio de
contrarrestar la
tendencia suicida del
Socialismo.
1276
Fundaci\363n Speiro
LA ORGANIZACION DE LA ECONOMIA Y DEL TRABA!O
III
No está en nuestras mab.os ni a nuestro alcance el ofrecer y dar
la solución a los ingentes problemas que la organización de la economía
y del trabajo lleva consigo y menos aún al carecer de todo
tipo de medios
para intentarlo, pero sí recordar desde aquí y a quién
corresponda que la vía de la solución de los mismos viene siendo
dada con una continuidad y tenacidad constante y reiterada por los
Papas de la Iglesia Católica a través de su Magisterio. Si bien, desde
la predicación del Evangelio por Cristo y los Apóstoles, la Doctrina
de la Iglesia respecto por ser Doctrina de Cristo es siempre la mis
ma, no cabe la menor
duda. que
con la
agndi.zación y afloración de
los problemas económico-laborales, la Iglesia adelantada
y pionera en
todo lo que al bien común de
las almas conviene, transforma y de
rrama el estudio de
_los temas
sociales,
tratando de arrojar de
los
mismos toda secoela de
estrechez y miseria, de odio y de rencor,
pata
por el camino de la continencia de unos
y de la justa participa
ción
de otros, se llegue a la comunión de todos en la total y abso
luta aplicación de
la Doctrina de Cristo. Ya en los albores de la
Revolución Industrial y como muestra de su constante alerta y vi -
gilia, empiezan ~ publicarse los primeros documentos Sociales Pon
tificios y denominémoslos así para mejor comprensión en nuestra
moderna sociedad, aunque haciendo la salvedad de que la Doctrina
Cristiana por su condición de Cristiana es eminente y categóricamen
te Social, desde Benedicto XIV cuyo Pontificado se inició en 17 40
pasando por Gregorio XVI, Pío IX, el
gran León XIII, San Pío X,
Benedicto XV,
Pío XI,
Pío XII, Juan XXIII
y Pablo VI, la cons
tante
preocupación de la Iglesia por la vida
económico-laboral de
los
hombres se plasma ininterrumpidamente en la inmensa
riqueza
de
su Doctrina vertida incansablemente a través de sus Endclicas,
Comunicaciones y Escritos de todo
tipo.
No
vamos a profundizar, porque
para su estudio perfecto se re
querirían años de
vicia., en · la ingente
relación de documentos, pro
ducci6n fecunda de los Pontífices reseñados y de sus inmediatos
colaboradores; pero sí resaltar que si cualquiera de ellos son por si
1277
Fundaci\363n Speiro
]OSE ANTONIO CAMON CANOV AS
solos compendio superior de valor a cuanto fuera del Magisterio de
la Iglesia se ha escrito
y dicho, siempre hay alguno que por su ca
piral interés, transcendencia e influencia ha sido objeto de reconoci
miento universal tanto por sus humildes acatantes como
por sus
soberbios y engreídos detractores. Citaremos como reconocimiento y
homenaje,
a lo que han significado, el Sylabus de Pío IX la "RERUM
NOVARUM"
y "Quon APOSTOLICI NUMER1s", "GRAVES DE COMMUNI"
de León XIII, "QUADRAGESIMO ANNo'', "CARITATE CHRISTI CoM
PULSI"
y "DIVINI REDEMPTOEIS" de Pío XI, Código Social de Ma
linas, de la Unión Internacional de Estudios Sociales, del Cardenal
Mercier, etc.
Por falta de tiempo nos limitaremos a enunciar una serie de
principios comunes
e inmutables del Magisterio Eclesiástico que
puedan servir, como decíamos anteriormente, de cauce
· y regla, para
evitar que el desbordamiento de las pasiones y el desenfocamiento
viciado
de los problemas
arrastren a
la humanidad al caos y al
desastre; estos principios podrían enumerarse así:
1278
l.º La propiedad es un derecho natural, que es necesario sal
vaguardar y defender, ya que es la primera garantía del
orden personal, familiar
y social.
2.º
La producción es la resultante de tres elementos: Natura
leza, Capital y Trabajo.
3.º
Los legítimos intereses del trabajo son sagrados, como lo
son los intereses legítimos del Capital.
4.
0 Los intereses del trabajo son efectivos en el salario, que ha
de ser lo snf!cienternente amplio como
para procurar capa
cidad de ahorro que
permita en
la medida de lo posible a
todo el mundo el acceso a la propiedad.
5.º Los intereses temporales se han de subordinar a los espi rituales siempre.
6.º
Las deficiencias del salario, así como su no percepción a
causa del
paro, deben ser suplidas por medios asistenciales,
subsidios,
segutos, etc-, con subordinación · al principio de
snbsidiariedad.
7.º La lucha de
clases es
inadmisible a
la luz de la razón y de
Fundaci\363n Speiro
LA 011.GANIZACION DE LA BCONOMIA Y DEL TII.ABAJO
la ley natural y de la ley Divina; el falso principio de
lucha debe ser sustituido por el verdadero de oolaboración.
8.º El principio y
reoonocimienro de
la propiedad privada obli
ga
al Estado a ser cauro y prudente en las medidas que su
pongan
oolectivizaci6n.
9.º
El Estado como gerente del bien
oomún tiene
el derecho
y
la obligación de intervenir cuando se lesione el bien general
10.º El Socialismo debe de ser rechazado,
tauro en
su forma
extrema de Comunismo como en las moderadas más ex
tendidas hoy día.
11.º El derecho de huelga no es admisible por cuanto que sobre los intereses profesionales está el interés de la
oomunidad.
12.º Las riquezas acumuladas por cuanto son obra de los ttes
factores fundamentales
de
la producción, han de revertir
sobre los mismos, o sobre la propia producción.
13.º Por ningún
ooncepto puede
el Estado declararse
neutro en
lo que
concierne a los intentos de manipulación de
los pre
cios
de los
artículos de
consumo indispensable, ya sea por
su
acaparamiento o
por ottas maniobras especulativas.
14.º
Las organizaciones profesionales o sindicales son esencial
mente naturales y su organización compete a los directa
mente
interesados en ella; únicamente el abandono por ellos
justificará la actuación del Estado.
Estos principios básicos, sucintamente expresados, buscando su
mejor comprensión y claridad, deben de servirnos. a nosotros a modo
de Decálogo, para ron su observancia y difusión conseguir ese mun
do mejor
tan ansiado por la Iglesia desde su fundación divina, hasta
nuestra
turbulencia
actual.
1279
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