Índice de contenidos
Número 139-140
Serie XIV
- Textos Pontificios
- Actas
-
Estudios
-
La raíz del error, ¿en el entendimiento o en la voluntad? Ante el fracaso de la filosofía moderna
-
La empresa, el hombre y el trabajo
-
Alonso de Ercilla y el nacimiento de Chile
-
La revolución marxista en marcha
-
Los católicos belgas frente a la Constitución ¿Participar o retirarse?
-
La sociedad horizontal
-
Más sobre «izquierdas y derechas»
-
- Monográficos
-
Ilustraciones con recortes de periódicos
-
I. Lo que apenas se lee ya en la prensa diaria: Vietnam y Camboya
-
II. Los comunistas y la táctica de la social-democracia juzgados desde «Pravda»
-
III. Los «Cristianos por el socialismo», una respuesta equivocada
-
IV. Esencia de lo foral y cómo puede restaurarse
-
V. Totalitarismo, liberalismo democrático y legítimas libertades
-
VI. Política totalitaria en la Universidad
-
VII. Los servicios médicos, la Seguridad Social y la libertad
-
Autores
1975
VII. Los servicios médicos, la Seguridad Social y la libertad
tades se présta un buen servicio .al totalitarismo~ del que teóri
camente
todo el mundo abomina. Porque por éncima de las po
lémicas teóricas el problema está planteado-hoy entré los países
comunistas
o comunistizantes en loe cuales· la educación privada
ha desaparecido o
e&tá desapareciendo y los países no totalitarios
donde la educación privada sigue cumpliendo su misión».
VII. Los SERVICIOS M001cos, LA SEGURIDAD SOCIAL, EL SOCIALISMO Y LA
LIBERTAD.
Con gran oportunidad Maourd de Santa Cruz ha abordado, con el
título
SocIALISMO Y LIBERTAD, en EL PENSAMIENTO NAV AF/R.O del
23
de agosto de 1975, una de las secuelas del co,rflkto de ámbito nacional
entre el l. N. P. y los M~ l. R,., que le. ha inspirado el comentario del
que -recortamos casi todos sus párrafos:
«Desde muy divenias y aun contradictorias plantaformas polí
ticas
11e viene a,dvirti.endo a la gente desde hace .ya muchos afios
que la libertad sin dinero es un camdo. Claro. que la situación
contraria,
también;
el dinero sin liher-tad pierde gran part,e de
su encanto, Interesa, pu~ HegDrar los dos términos a la vez,
libertad y dinero.
»El socialismo les combate a los dos por igual, como si el
control de uno solo no le bastara para tranquilizar su afán do
minador.
»Entre las mue.has cuestiones de jugoso contenido político que
ha
pue.to de manifiesto el reeiente conflicto de los M. l. R.
(médicos internos
y residentes del Seguro de Enfermedad), hay
una que explica coit naturalidad, -claridad y concisión -d:ignas de
no pasar inadvertidas, uno de los dichos ~'alicientes~' del tro·
cialismo».
«En el fuego cruzado de notas y contranotas de ese conflicto,
el Colegio de Médicos de Madrid produjo una (vid. EL PEN
SAl\fiENTO NAVARRO de 2-8-75) cuyo punto enarto éliee tex
tualmente a&í:
»4.-Dado el monopolio sanitario del l. N. P., la sanción de
estos compañeros lleva aparejada prácticamente lá imposibilidad
de encontrar nuevos puestos de trabajo>.
«El socialismo es -recordémoslo tina ·vez más-, · el · monopo·
lío por el Estado de los medios de producción y de Im servicios.
El actual Estado espafiol no es del todo socialista, pero -en lo
referente a la asistencia médica, e-í. Como dice la nota citada, el
1363
Fundaci\363n Speiro
1364
Instituto Nacional de Previsió~ a través del Seguro Obligatorio
de
Enfermedad tienQ .el monopolio unitario; y de esa situación
fluye inmediatamente otra, señalada en la nota a continuación,
que es que "en la práctica", es imposible encontrar nuevos pues
tos de trabajo fuera de esa Mganización. O por lo menos, muy
difícil y laborioso, lo cual no altera mi comentario.
:tEste caso coner~, que
tomamos
de la vida real, ilustra bien
la
situación general de
los. empleados de un servicio o empresa
socializados.
Cuando son despedidos no pueden encontrar otros
patronos
entre loa cuales escoger un,
nuevo amo. Y
además, en
sus problemas lahOl"ales, el estado-empresario es a la vez juez
y
parte.
»En cambio, en una situación de libertad de la iniciativa pri
vada, de mercado libre aunque controlado, hay varios y aun
muchos patronos donde escoger: ñ falla uno se encuentran otros;
porque aunque ellos mantienen sus toques de codos y se avi
san, también tienen 8118 rivalidades 'y recíprocas deslealtades. Y
además, frente a cualquiera de ·ellos, se puede siempre recu
rrir
a, 'QD Estado que será juez sin ser parte>.
«Los abusos dél capitalismo, del obrerismo, o de otras varie
dades, no son esenciales . al sistema del mercado libre y de res
peto
y fomento a la iniciativa particular; son '8.ceidentales, y
por
ello
pueden y deben ser evitados, o cuando menos tenidos
a raya, bien por las propias organizaciones obreras, o de em
pleados, o de
empresarios, bien
por las de consumidores y usua
rios, y
eiempre por
el
Estado en función de garante del bien
común,
pero
nunca "parte" simultáneamente.
»El socialismo es el poder de uno solo. el Estado, Y además,
sin apelación posible, porque no tolera la formación de asocia
ciones intermedias entre,
él y fos individuos, que puedan inter
pelarle.
El capitalismo es
el poder de
unos pocos, con posibili
dad de apelación, ciertamente que no siempre eficaz, al Estado
y a otras
asociaciones; pero algo se va ganando en libertad. En
la eoeiedad organizada ti-adicionalmente, el poder está repartí•
do
en
un enjambre de individuos, asociaciones e instituciones,
con posibHid-ad de apelar a todas frente a una; todo ello presi
dido por el Rey, legítimo en su origen y en -su ejercicio, que es
padre de todos; independiente de todo8 y que procede a imagen
y semejanza de Dios en lo que Este tiene -según San Pablo-,
de
"gran coordinador"»-.
Fundaci\363n Speiro
camente
todo el mundo abomina. Porque por éncima de las po
lémicas teóricas el problema está planteado-hoy entré los países
comunistas
o comunistizantes en loe cuales· la educación privada
ha desaparecido o
e&tá desapareciendo y los países no totalitarios
donde la educación privada sigue cumpliendo su misión».
VII. Los SERVICIOS M001cos, LA SEGURIDAD SOCIAL, EL SOCIALISMO Y LA
LIBERTAD.
Con gran oportunidad Maourd de Santa Cruz ha abordado, con el
título
SocIALISMO Y LIBERTAD, en EL PENSAMIENTO NAV AF/R.O del
23
de agosto de 1975, una de las secuelas del co,rflkto de ámbito nacional
entre el l. N. P. y los M~ l. R,., que le. ha inspirado el comentario del
que -recortamos casi todos sus párrafos:
«Desde muy divenias y aun contradictorias plantaformas polí
ticas
11e viene a,dvirti.endo a la gente desde hace .ya muchos afios
que la libertad sin dinero es un camdo. Claro. que la situación
contraria,
también;
el dinero sin liher-tad pierde gran part,e de
su encanto, Interesa, pu~ HegDrar los dos términos a la vez,
libertad y dinero.
»El socialismo les combate a los dos por igual, como si el
control de uno solo no le bastara para tranquilizar su afán do
minador.
»Entre las mue.has cuestiones de jugoso contenido político que
ha
pue.to de manifiesto el reeiente conflicto de los M. l. R.
(médicos internos
y residentes del Seguro de Enfermedad), hay
una que explica coit naturalidad, -claridad y concisión -d:ignas de
no pasar inadvertidas, uno de los dichos ~'alicientes~' del tro·
cialismo».
«En el fuego cruzado de notas y contranotas de ese conflicto,
el Colegio de Médicos de Madrid produjo una (vid. EL PEN
SAl\fiENTO NAVARRO de 2-8-75) cuyo punto enarto éliee tex
tualmente a&í:
»4.-Dado el monopolio sanitario del l. N. P., la sanción de
estos compañeros lleva aparejada prácticamente lá imposibilidad
de encontrar nuevos puestos de trabajo>.
«El socialismo es -recordémoslo tina ·vez más-, · el · monopo·
lío por el Estado de los medios de producción y de Im servicios.
El actual Estado espafiol no es del todo socialista, pero -en lo
referente a la asistencia médica, e-í. Como dice la nota citada, el
1363
Fundaci\363n Speiro
1364
Instituto Nacional de Previsió~ a través del Seguro Obligatorio
de
Enfermedad tienQ .el monopolio unitario; y de esa situación
fluye inmediatamente otra, señalada en la nota a continuación,
que es que "en la práctica", es imposible encontrar nuevos pues
tos de trabajo fuera de esa Mganización. O por lo menos, muy
difícil y laborioso, lo cual no altera mi comentario.
:tEste caso coner~, que
tomamos
de la vida real, ilustra bien
la
situación general de
los. empleados de un servicio o empresa
socializados.
Cuando son despedidos no pueden encontrar otros
patronos
entre loa cuales escoger un,
nuevo amo. Y
además, en
sus problemas lahOl"ales, el estado-empresario es a la vez juez
y
parte.
»En cambio, en una situación de libertad de la iniciativa pri
vada, de mercado libre aunque controlado, hay varios y aun
muchos patronos donde escoger: ñ falla uno se encuentran otros;
porque aunque ellos mantienen sus toques de codos y se avi
san, también tienen 8118 rivalidades 'y recíprocas deslealtades. Y
además, frente a cualquiera de ·ellos, se puede siempre recu
rrir
a, 'QD Estado que será juez sin ser parte>.
«Los abusos dél capitalismo, del obrerismo, o de otras varie
dades, no son esenciales . al sistema del mercado libre y de res
peto
y fomento a la iniciativa particular; son '8.ceidentales, y
por
ello
pueden y deben ser evitados, o cuando menos tenidos
a raya, bien por las propias organizaciones obreras, o de em
pleados, o de
empresarios, bien
por las de consumidores y usua
rios, y
eiempre por
el
Estado en función de garante del bien
común,
pero
nunca "parte" simultáneamente.
»El socialismo es el poder de uno solo. el Estado, Y además,
sin apelación posible, porque no tolera la formación de asocia
ciones intermedias entre,
él y fos individuos, que puedan inter
pelarle.
El capitalismo es
el poder de
unos pocos, con posibili
dad de apelación, ciertamente que no siempre eficaz, al Estado
y a otras
asociaciones; pero algo se va ganando en libertad. En
la eoeiedad organizada ti-adicionalmente, el poder está repartí•
do
en
un enjambre de individuos, asociaciones e instituciones,
con posibHid-ad de apelar a todas frente a una; todo ello presi
dido por el Rey, legítimo en su origen y en -su ejercicio, que es
padre de todos; independiente de todo8 y que procede a imagen
y semejanza de Dios en lo que Este tiene -según San Pablo-,
de
"gran coordinador"»-.
Fundaci\363n Speiro