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Número 139-140

Serie XIV

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Más sobre «izquierdas y derechas»

MAS SOBRE "IZQUIERDAS Y DERECHAS"
POR
}OllJE MARTÍNBZ ALBAIZETA
El número 135-136 de la revista VERBO trae dos notas críticas a
nuestro libro
Izquierdos y derechas. Su sentido y misterio, una del
Dr.
Vladimiro Lamsdorff

y otra de nuestro buen amigo don Juan
Vallet de

Goytisolo. En medios
tradicionalistas, el

tópico de la
iz­
quierda y la derecha suele mirarse con desconfianza o, por lo menos,
no despierta tanto interés como entre
la gente de izquierda. El resul­
tado es que
la izquierda se ha convertido en la dueña del tema. En
vista de ello, nos regocija que nuestro pequeño ensayo estimule a dos
calificados exponentes del actual pensamiento derechista a tomar la
pluma para participar en el debate sobre
la cuestión.
Ahora bien, puesto que en este punto la
izquierda nos
lleva ventaja,
se impone
recuperar el terreno perdido, y para ello es importante no
equivocar el

camino. Por
eso nos

permitimos formular alguna obser­
vación a
la nota del Dr. Lamsdorff. Pero antes de entrar en materia
queremos agradecer
al autor de El concepto de justicia en el mancis­
mo .soviético actual, su cuidadosa lectura de nuestro libro. Su síntesis
de la Introducción y primer capítulo es excelente (1). Y nos confor­
ta que un espíritu de su rigor
y perspicacia preste su acuerdo a tesis
tan comprometedoras como

las que cierran el capítulo II.
Refiriéndose
al capítulo V de nuestro ensayo, sobre la evolución
del pensamiento occidental en términos de
izquierda y derecha,

es­
cribe el
Dr. Lamsdorff: "Se trata de que el autor ha ido seleccionan­
do, a lo largo de
la época considerada, manifestaciones de (lega/ismo,
de)
igualitarismo o de escepticismo, ciñéndose a los 'puntos salientes',
o sea, a los nombres conocidos que mencionan los historiadores de
las ideas. No digo que el cuadro así pintado resulte 'falso', ni mu­
cho menos. Pero sí que se pierden de vista otros episodios igual­
mente significativos
para la interpretación de conjunto de este pe-
( 1) Con un solo reparo, debido quizá a un error de imprenta: en la
página 790, línea 19, la· palabra «sociedad» debería sustituirse por «realiw
dad», a fin de no limitar el igualitarismo de la izquierda -que es teológico,
metafísico, ético, etc.- al aspecto social.
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JOR.GE MAR.TINEZ ALBAIZIIT A
ríodo de la historia de las ideas. Episodios vinculados, éstos, a la
pervivencia o al progreso de 'la derecha'. Tales episodios existieron,
algunos 'salientes', como el
0,ncilio de
Trento,
la fundación de la
Compañía de Jesús, la evangelización de las Indias, el neotomis­
mo, ere.; .. " (2).
El

Dr.
Lamsdorff está

en lo
cierro: nos

hemos ceñido a los
"puntos salientes", a los nombres conocidos que --en atención a la
magnitud de su influjo- mencionan los historiadores de las ideas.
No hemos querido hacer un inventario de todas posiciones ideoló· gicas habidas en el Occidente moderno y contemporáneo. Sólo
pro­
curamos

determinar los adelantos y retrocesos de la izquierda
y la
derecha en ese lapso. A tal
efecto dividimos el período examinado en
siete tramos: Naturalismo, Reforma, Racionalismo, Ilustración, Ro­
manticismo, Positivismo, Existencialismo; con lo cual
el tema del
capítulo V puede reformularse a través de esta pregunta: el pensa­
miento
de
cada uno de esos tramOs. ¿es de izquierda o de derecha con
respecto al del precedente? Por "pensamiento de cada uno de esos
tratoos" entendemos

las ideas (3) predominantes,
las posiciones ideo­
lógicas

de mayor gravitación entre los pensadores de dichas etapas.
Y para
localizar tales

ideas predominantes hemos tenido muy en
cuenta, como es natural, la opinión de Gilson, Brébier, Cassirer,
Stegmüller y otros prestigiosos historiadores de las ideas.
El Dr. Lamsdorff nos censura ciertas exclusiones, como la del
neotomismo, con
las que se pierden de vista "otros episodios igual­
mente

significativos para la interpretación de
conjunto de
este
pe·
ríodo

de la historia de
las ideas". Mas sucede que lo único que nos
proponernos interpretar en nuestro capítulo V es en qué sentido, izquierda o derecha, se orientan
las ideas predominantes. Lo cual nos
obliga a soslayar en nuestro
análisis las ideas no predominantes (4).
Cabe un interrogante: ¿no será que se escamotean así elementos
que, si se contaran, podrían hacer variar la conclusión misma, de
manera que, por ejemplo, se juzgue como izquierdista una etapa que haya sido derechista? Por nuestra
parte, estamos persuadidos de que,
por mucho que nos pese, en ninguno de los períodos considerados
los autores de derecha han ejercido una gravitación
tan sensible como
(2) Pág. 792.
( 3) Hablamos de ideas, no de hechos. Hechos, y no ideas, son la evan­
gelización de las Indias, la fundación de la Compafiía de Jesús y el Concilio
de Trento, por más que en ellos se exterioricen concepciones doctrinarias.
( 4) No se
trata de negar, por ejemplo, los méritos sobresalientes de la
escuela. neotomista.; sólo que en el mundo de hoy, desgraciadamente, las
ideas predominantes son los diversos relativismos,
la negación de un Dios
trascendente, el materialismo, el evolucionismo,
el feminismo, el socialismo.
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MAS SOBRE «IZQUIERDAS Y DERECHAS•
la de los izquierdistas. A quien afirme Jo contrario corresponde la
carga de la prueba.
Por otro lado, el Dr. Lamsdorff dice que, con nuestro modo de
presentar la evolución de las izquierdas
y derechas en Occidente se
deja
en el

lector la impresión de que
el proceso . es irreversible, y
que la batalla de las derechas "no tiene sentido ni objeto". Cierta­
mente, la
mera exposición
de los progresos de
la izquierda desde el
siglo
XIV es como para sentirnos tentados a abandonar la lucha. Em­
pero, el libro también historia, en el capítulo II, un proceso inverso,
ascendente, de desarrollo del
pensamiento de
derecha. Además, no
desconocemos el poder del libre albedrío ni
el de la gracia divina;
antes al contrario, en el capítulo V hablamos de la necesidad de
adoptar una
actitud independiente frente a la vigencia de las ideas
de izquierda, y de
hacerse fuertes en Ja Iglesia, "gran escollera -de­
cimos
en cita de
Guardini- en medio

. de la corriente
de modas
espirituales"

(5). Y
afirmarnos que

Occidente sigue solicitado por
la vocación de infinito
con que

Jo
sellaron mil años de cristianismo,
como que es esta
misma vocación

la que,
desviada la·

tendencia de
su objeto
primigenio, empuja

a los occidentales a una "revolución
permanente" de carácter izquierdizante (6).
Cabe
agregar que,

aun cuando el · proceso fuese irreversible, la
batalla de
las derechas, qne es la lucha por el orden propiamente
dicho,

no dejaría de tener sentido, puesto que en este
caso la
lucha
se justifica
pot sí misma, independientemente de su éxito.
El Dr. Lamsdorff, por otra
parte; dice que "Jo pensaría dos veces
antes de considerar
irremediablemente de 'izquierdas' a Soto, Suá­
rez, Leibniz o Husserl, incluso siruados en su contexto intelectual" (7). Nosotros también lo
pensaríamos dos

veces.
Aclararnos, por
si
acaso, qne jamás hemos

dicho que
Soto, Suárez, Leibniz o Husserl
fueran

irremediablemente de
izquierdas. Dijimos,
sí, A) que Soto
y
Suárez sostienen

que el gobernante obtiene su poder de la mul­
titud, que a su
vez lo recibe de Dios (8); B) que Suárez rechaza la
distinción
real de
esencia y esse (9); C) que Leibniz profesa el de­
terminismo teológico (10); D) que Leibniz defiende la teoría de
las
ideas innatas (11); E) que Leibniz postula la prueba "ontológica"
(5) Izquierdas y dererhas, Madrid, 1974, pág. 120.
(6) Id., pág. 115.
(7) Pág. 792.
( 8) Izquierdas y derechas, pág. 104.
(9) Id., pág. 105.
(10)
Id., pág. 104.
(11)
Id., pág. 87.
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de la existencia de Dios (12); F) que Leibniz se adhiere a la idea ra­
cionalista de que la ciencia debe ser una sola, de alcance
universal
(13);

G) que Husserl piensa que la Filosofía tiene que ser pura
descripción del fenómeno, esto es, de todo lo que se muestre por

mismo al sujeto, tal como se muestre (14). Igualmente, dijimos
que las
tesis D) y E) son subjetivistas (15), porque en virmd de
ellas el entendimiento, en vez de penetrar el mundo extramental,
se

vuelve sobre el sujeto, que
tendría en
su interior la clave de la
ciencia. Además, escribimos que
las tesis A), B), C), F) y G) son
igualitarias (16), pues propenden al allanamiento de
ciertas dife­
rencias
jerárquicas: la

tesis
A) explica el poder del gobernante por
la
soberanía de

la
multitud; la

tesis B) asimila el
esse a la esencia;
la tesis
C) niega el libre albedrío, título de superioridad del ser hu­
mano
respecto de las otras criaturas natura:les; las tesis F) y G) im­
plican la admisión de un solo nivel de conocimiento científico, que en
Leizniz es

el de la
"geometría" y en Husserl el de los fenómenos.
Por último, dijimos que la tesis G) alimenta la corriente de ideas escépticas ( tomando esta palabra en su sentido clásico de oposición
a dogmas, esto
es, a verdades de las que no se da razón (17), y lo
dijimos teniendo en cuenta que, desde
antes de
Husserl, el escep­
ticismo occidental se identifica históricamente con el empirismo o
fenomenismo, y que, confrontada con el positivismo que le antecede,
la fenomenología se muestra como el empirismo más radical.
El Dr.
Lamsdorff, refiriéndose
aparentemente a lo que dice nues­
tro ensayo
acerca de

Soto,
Suárez, Leibniz y Husserl, nos reprocha
"adscripciones precipitadas",

consecuencia tal vez de cierta inmadu­
rez,
dada nuestra "extrema juventud" al escribir el libro (8). En lo
que roncierne a esos cuatro pensadores, las únicas "adscripciones"
que hemos hecho son las mencionadas en el párrafo. ¿ Debemos en­
tender que son
esas las

adscripciones a que alude el Dr. Lamsdorff?
Por si fuera así, diremos que, como bromea
Aragón en su

prólogo a
Izquierda, y derechas, a esta almra nuestra juventud se ha atenuado
un
poco y que, sin embargo, revisadas nuestras fichas, repasados los
textos que se indican
al pie (19), pensamos sobre esta materia
exac­
tamente Jo que seis años atrás.
( 12) Jbíd.
(13) Id., pág. 87.
(14) Id.,
pág. 114.
(15) Id.,
pág. 87.
(16) Id.,
págs. 104, 105 y 110.
(17) Id.,
pág. 114.
(18) Pág. 791.
(19) Para la tesis A), Soto, De juslitia et iure, lib. IX, cuest. IV:, art. I,
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MAS SOBRE «IZQUIERDAS Y DERECHAS,
En otro orden de cosas, tenemos que referirnos al comentario
del Dr.
Lamsdorff al
capítulo IV de nuestro ensayo, que estudia la
relación de las palabras "izquierda"
y "derecha" en sentido ideoló­
gico con sus acepciones previas a 1789. Sobre
las conclusiones de tal
estudio,
expresa el

Dr. Lamsdorff:
""El resultado

es de lo más ines­
perado: es la constante asociación
del lado

(de la mano, de la direc­
ción, etc.), de,echos con lo 'recto', el 'derecho', etc., y de lo izquierdo
con lo torcido, antijurídico, 'siniestro', etc., en las lenguas, tradiciones,
monumentos
literarios, etc., de todo el ámbito indoeuropeo, semítico
y centro y suramericano (20).
En realidad, las palabras "izquierda" y "'derecha" del babi¡, co­
mún poseen respectivamente dos connotaciones: una, que denomina­
remos
descriptiva, en virtnd de la cual la derecha simboliza el orden,
y la izquierda, el desorden; y otra bakrativa, por la que la diestra es
el lado de
lo superior, y la siniestra el lado de lo inferior. En el
capítulo IV,
la connotación descriptiva se considera en las páginas
35-39; la valorativa, en
las páginas 39-75.
En la nota del Dr. Lamsdorff, esas connotaciones no se distinguen
claramente una de otra; allí la connotación descriptiva parece quedar
absorbida en la valorativa. Nosotros hemos dedicado mucho
más es­
pacio a
las manifestaciones de esta última, a causa de que, en la his­
roria de
ambos vocablos, la apelación al sentido valorativo ha sido
bastante más frecuente que el recurso a la connotación descriptiva.
Pero en lo que toca a nuestro asurito, estimamos que la connotación
que reviste mayor interés es la descriptiva; pues es ella la que jus­
tifica, desde un punro de vista estrictamente filológico, el empleo del
término "derecha"
pata designar la

ideología del orden,
y de la voz
"izquierda"
pata identificar

las ideologías contrarias.
Más adelante, el Dr. Lamsdorff opina que la preferencia del lado
derecho, tan extendida, pudiera ser, no
ya una propensión natural
del ser humano, sino "una subconsciente reliquia de ú.n primitivo
rulro al sol que hubiera influido, en sus albores, precisamente las
a:tlturas indoeuropeas, semitas, centro-suramericanas y polinesias ...
y Suárez, Defensio Fidei, lib. 111, cap. II, n.Q 8; para la tesis B), Suárez,
Disputation.r Metaphysicae, disp. XXXI, sec. l.!, art. 13; para la tesis C),
Leibniz, Discur¡o de ldetafisica, n.2 13; para la tesis D), Leibniz, Nuevo
ensayo sobre el
entendimiento humflno, Prefacio y lib. I, cap. I; para la tesis
E), Leibniz, Nuevo en.rayo, lib. IV, cap. X; para la tesis F), Leibniz, Phi/.
VIII,
94 -al comienzo-, en Opuscules et fragments inédits de L., ed.
Couturat, págs. 530-531; para _la tesis G), Husserl, Idem relativas a u1uz fe­
nomenología pura

y una
fi/01ofJa fenomenológica, sec. la., cap. 11, n.2 24.
( 20) Pág. 791.
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(21). Aho,a bien, esta tesis no contradice la idea de una propensión
natural, a

la que dicho culto primitivo sería dócil Pensamos que,
como enseña Aristóteles,
la derecha es naturalmente superior a la
izquierda, y que la razón, hecha para conocer la naturaleza, es pro­
clive a descubrir esa superioridad.
Al mismo tiempo, creemos que
existe una tradición simbólica transmitida de generación en genera­
ción desde los orígenes (22),
y que el principio de la superioridad
de
la derecha forma

parte de
tal simbología inmemorial. Tradición y
naturaleza operan así de manera concurrente (23).
Para el Dr. Lamsdorff, confirma su tesis el hecho de que "la
1J11.ica · cala" que ha hecho el autor fuera de estos ámbitos ( indoeuro­
peo, ""''""' cenko-sur"1nericano y polinesio), en la antigua O,ina,
es la única que no ha dado un resultado tan indiscutible"". Y agrega:
"Ta!l vez pueda

dilucidarse la cuestión completando la investigación
con otras culturas del Extremo Oriente o del
Africa negra··

(24). En
otras palabras, si en culturas ajenas al mundo indoeuropeo, semita,
centro--suramericano y polinesio no se verificara la misma superiori­
dad de la derecha, habría una razón consistente para admitit que
dicha superioridad,

donde existe, obedece a una
pervivencia de
ese
culto solar.
Al respecto, cabe recordar algunos datos -tomados del
mismo capítulo IV- que favorecen la tesis propuesta: los hunos,
los
turcos y los jitan atribuyen la superioridad a la siniestra; los suda­
neses se
sitúan en
una "tercera posición"; la derecha es
el lado in­
dicado para todo Jo referente
al "costado masculino del individuo",
mientras la izquierda conviene a Jo que
se vincula con su "costado
femenino·· (25). Sin embargo,
la cruz esvástica, símbolo

que indica prevalencia
de la diestra, se encuentra en muchos Jugares foráneos a
las áreas
indoeuropea, semita,

centro-suramericana
y polinesia: Harappa, His­
sarlik, Estados Unidos
(época precolombina),
Tibet, Mongolia, Ja­
pón. Oaro que, en los tres últimos casos, la presencia de la envástica
puede deberse a la influencia búdica. No obstante, hay que sefíalar
(21) Pág. 791. (22) Lo que Guénon llama «Tradición Primorial» (conviene aclarar
que no coincidimos con Guénon en ciertos puntos relativos
al contenido de la
doctrina tradicional, ni en
cu3:11to al lugar que dentro dt ella atañe al
cristianismo).
(23) Lo que no excluye la posibilidad, históricamente probada, de que
el hombre se aparte de la
naturaleza y de la tradición.
(24) Pág. 791.
(25) Izquierdas y derechas, pág. 48.
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MAS SOBRE «IZQUIERDAS Y DERECHAS»
que en el Tibet la preferencia de la derecha es anterior a la llegada
del

budismo,
y se refleja en el antiguo culto Bon-po (26).
En Africa, por otra parte, los núer - indios, los
maoríes-asocian la derecha a la vida y la izquierda a la
muerte (27). Y los ewe tienen una Cllillc.ión, Añonmdo la muerte, que
dice: " ... Que el barquero traiga su
barca / el día de mi muerte. /
Saludaré con la mano izquierda ... " (28). Pata los negros de Dahomey
y
la costa de Guinea, la diestra es la mano más noble, y debe man­
tenerse incontaminada (29).
En todo caso, el terna de investigación propuesto por el Dr. Lams­
dorff es muy interesante,
y merece estudiarse a fondo.
(26) Id., pág. 51.
(27) Id., pág. 46.
(28) En Poesía africana, ed. Zero, S. A, Madrid, 1971, pág. 22.
(29) Izquierdas y derechas, pág. 50.
MICHEL DE PENPENTENYO.
SOCIALISMO, RUINA O CHAPAILO
(déback su replatrsge)
NOTA PRELIMINAR: ALGUNAS CITAS SOBRBSALIBNTBS.
A) Lo QUB CAMBIA en ~t sod•Msrno, ,le! Club Jean Moulin.
B) Lo QUE NO CAMBIA en el sodallsrno, según Jean Moulin.
l. J'..o QUB CAMBIA EN LA RECONSTRUCCIÓN-RESTAURACIÓN DBL SOCIAIJSMO.
1. CRfTICA DEL SOCIALISMO REVOLUCIONARI0.-2. CRÍTICA DEL SO­
CIALISMO REPORMISTA.-3. ELEMENTOS DE 1A "RESTAURACIÓN .. DEL
SOCIALISMO.
Il. ..Lo QUB NO CAMBIA .. O CONSTANTES NATURALISTAS Y REVOWCIONARIAS
EN 1A RECONSTRUCCIÓN--RESTAURAOÓN DBL SOCIALISMO.
ANEXO: EL ORDEN y LA JUSTICIA NO PUEDEN RESIDIR ~ ...
32 páginas 40 pesetas
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