Índice de contenidos

Número 265-266

Serie XXVII

Volver
  • Índice

Perversión y conversión. Especial consideración de las religiosas

PERVERSION Y CONVERSION
ESPECIAL CONSIDERACIÓN DE LAS RELIG,IOSAS
POR
RAMÓN MAcIÁ MANso
Catedrático de Filosofía del Derecho de la Universidad de Oviedo.
SUMARIO: l. Análisis critico de la realidad polltica y social española.-
2. Construcci6n de. un ·mundo humano .me¡ór.-3. El bien y el mal mo­
ral.-4. Concepto de perversi6n.-5. Conversi6n y reconv.ersión.-6.
Perversión religiosa.-7. Ateísmo beligerante.-8. Las perversiones del
ateismo,....:....9, La perversión ontológica del ateo.
Este trabajo se propone haver ver, a través del examen de la
realidad política y social de. la España de hoy, que el mundo
creado y vivido
por el hombre anda mal, que está en buena me­
dida 'depravado y en vías de alcanzar mayor degeneración.
Es preciso cambiarlo, pero para emprender el progreso ál
bien en todos los sectores del ml1tldo del hombre, para crear un
mundo mejor para el hombre,
no para acelerar. su destrucción y
la del hombre. Es preciso humanizarlo
n:iediánte el conocimiento
y
la realización de los valores positivos, los del bien en general
y asimismo crear los medios
y· condiciones objetivas necesarias
para hacer difícil la elección y realización del mal y de los valo-"
res negativos en d mundo del hombre. Esto se puede lograr en
buena medida mediante
la creación de las instituciones jurídicas,
políticas
.y sociales adecuadas. Es preciso, pues, crear las nuevas
que sean
eficaces y transformar las viejas ·defectuosas.
Sin embargo, una
transformación profunda del mundo hwna­
no
hacia metas de verdad y de bien no se conseguirá si no se
logra transformar al mismo hombre, a las personas, mediante la
· obtención de una verdadera formación en todos los aspectos, pero
sobre todo en
el moral e intelectual. No hay verdadera libertad
sin conocimiento verdadero, ni hay
humanización del hombre sin
moralidad. Aquí hace
falta una labor ingente porque el hombre
moderno conoce muchas cosas pero más que nunca se desconoce a
sí mismo y se despreocupa de los grandes problemas que le afec­
tan a él mismo, los de s~ber qué es, de d6nde viene y a dónde
651
Fundaci\363n Speiro

RAMóN MACIA MANSO
va. En el mundo del subdesarrollo, porque no tiene siquiera
oportunidad de saber y en el mundo del superdesarrollo porque
no le interesa
ya saberlq, prefiere vivir en el hedonismo y el
egoísmo suicidas. Es muy necesaria la reconversión moral del
hombre,
además de las que afectan al ámbito jurídico y político.
Y otra conversión
e, reconversión fundamental le hace tam­
bién falta: la religiosa. La relación profunda que puede tener el
hombre con Dios queda ignorada, no vivida y hast¡¡ combatida
por muchos. Y, sin embargo, es en este término donde el
hom­
bre puede encontrar la felicidad que ran afanosamente busca
en otras partes donde no está, porque fa busca en aspectos pura­
mente ·humanos..
Este trabajo pretende hacer un análisis de la perversión y la
conversión en general y en particular dé las religiosas, las per­
versiones. y conversiones que se dan en este· campo. Este es su.
objetivo principal.
l. Análisis critico de la realidad política y social española.
. El hombre es capaz de realizar libremente el mal y de hecho lo
realiza. El camino que· conduce y en el que se realiza el mal li­
bremente es ancho, profundo, de progresivo empeoramiento•y de
fácil descenso. La fenomenolqgía del mal ofrece un panorama
variado,
no solo porque existen. males específicamente diferentes,
sino porque
se dan modos diferentes de realizar el mal. Y es en
estos modos de realizar el
mal donde también se puede ir de mal
en peor. Y qnisiera indicar solo unos cuantos, antes de indicar
mi propósito.
. .
Hay personas que conscientemente hacen el mal -saben que
lo
hacen-y procuran ocultarlo porque tienen pudor o ver­
güenza si se descubre, y hasta les pesa hacerlo. Como decía san
Pablo, hago el mal que no qniero y no hago el bien que qnieto,
o parecidamente san Agustín decía
más o menos: veo lo mejor­
y lo alabo y hago lo peor qué censuro. Por muchos motivos
y causas nadie está libre de hacer .el mal y de incurrir en él mu­
chas veces, pero sabe que actúa mal y hasta lo lamenta. Es un
primer .peldaño a partir del cual se puede ir descendiendo a peor.
Otras personas hacen
li,bremente el mal, saben que lo ha­
cen, pero no les importa nada que se descubra y, en consecuen­
cia, nada hacen por ocultarlo y algunos hasta alardean de ihacer"
lo. En realidad carecen de pudor -son impúdicos--, de ver­
güenza -son unos desvergonzados-- o de freno o inlúbición,
por lo que son unos atrevidos. Los que contemplan el espectácu-
652
Fundaci\363n Speiro

PERVjjRSION Y CONVERSION
lo visible que dan, porque no se retraen de nada ante nadie, si
son inocentes y todavía no formados Se escandalizan y sin son
personas formadas
lo censuran, porque es una incitación al mal
sobre .todo en los inocentes. Constituyen el eslabón o fenómeno
del cinismo· moral. Además, no les
.interesa salir de él.
Otras personas hacen libremente el mal y lo saben, pero lo
ocultan y quieren aparentar que hacen el bien para que no se les
censure
ni r<;proclie nada de lo que hacen y, por el contrario, para
que
se les siga estimando. · Son los que, sabiendo. que hacen el
mal, dicen que hacen el bien en lo que hacen, y si esto no es
creíble, alegan
un . buen motivo para hacerlo. En nombre del
deber, en nombre de la conciencia, hasta en nombre
de máximas
evangélicas
se cometen grandes canalladas, sabiendo que lo son
pero que son impresentables como
tales; Y hasta se puede llegar
al colmo de hacer lo contrario de lo qt1e dicen que hacen o de
alegar los motivos contrarios
ipor los que lo hacen. Y, así, en
nombre
de la libertad se puede atropellar la libertad de. otras
personas,
afirmando que se les respeta la libertad o que se les
hace libres.
En nombre de la justicia se puede cometer la injus,
ticia. En nombre de la democracia se puede atropellar la demo­
cracia, afirmando que se actúa y profundiza en ella. En nombre
de la ética se puede destrozar y aniquilar fa ética. En nombre de
determinados derechos humanos se pueden violar. otros derechos
humanos e incluso los
mismos de que se habla; en nombre de la
libre disposición del cuerpo se puede justificar la muerte de otra
persona; en nombre de la libertad de
conciencia' se puede justi­
ficar el ataque contra la libertad de conciéncia de los demás; y
en nombre de
la libertad sexual se puede hacer ostentación de
las mayores cerdadas ante quienes no quieren verlas. Es
el fe.
nómeno de la hiprocresía moral; sepulcros blanqueados los que
la practican, porque ya no les basta hacer el mal que saben que
cometen, sino que encima quieren aparentar que
hacen el bien,
para que los demás así lo crean, les aprecien
y no les censuren.
El
hipócrita moral es un taimado que engalla a los que no des­
cubren sus ardides e indigna a los que se dan cuenta de su pre­
tensión de engallarles.
Ocurre también que otras persopas hacen el mal y creen que
hacen el bien
y, asimismo, juzgan que hacen el mal a las que ha­
cen el bien. Estamos ante el fenómeno de la perversión moral,
que
es muy amplio, no se reduce solo a la perversión de la con­
ciencia y de las actuaciones, y del· que luego hablaré más para
analizar una determinada perversión moral en todas sus manifes­
taciones. El que sufre
la perversión moral de la . conciencia no
653
Fundaci\363n Speiro

RAMóN MACIA MANSO
es que sea ciego, que carezca de juicio moral, es que lo tiene
invertido; considera bueno lo que
es malo y malo fo que es
bueno. De todas las especies aquí indicadas la perversi6n es la
peor, y el pervertido el
más peligroso frente a los demás. Con­
vencido como está de que posee la verdad, ptimero se .extraña
de que otros
píen~ de otra manera y basta busca sus causas;
desde luego reclama
el derecho a hacer lo que hace porque es
bueno; después hace lo posible para que los demás piensen y
actúen como
él, y si está en su mano utilizará la fuerza para lo­
grarlo e impedir lo que él cree que está mal. Ante el fenómeno
de la perversi6n, las personas no formadas quedan desorientadas,
llegan a dudar d6nde
. estará la verdad porque no tienen claros
los fundamentos, los timoratos se avergüenzan. casi de practicar
lo que entienden que deben, y los que tienen una formaci6n ade­
cuada quedan asombrados por la inversión del uso de la razón.
Veamos,
·sobre un mal determinado, las distintas etapas po­
sibles arriba indicadas. Es un hecho que existen los que practi­
can la maricoriería o
el lesbianismo pero se. avergüenzan de sus
prácticas y procuran ocultarlas porque entienden que es un mal.
Existe también el márica o la lesbiana cínicos, desvergonzados,
impúdicos, que
ya no les importa que lo que hacen sea bueno o
malo y
de que otros se eriteren o no de sus prácticas, no hacen
nada por ocultarlas v hasta les gusta manifestarlas·. Existe tam­
bién
el· homosexual o la lesbiana hipócritas que entjma de saber
que lo que hacen está mal, pretenden
· hacerlo pasar por bueno,
o intentan
justificar su condncta en nombre del amor o en otras
razones loables. Y
existe también el pervertido sexual que, además
de inversión biol6gica fa tÍ!'lle en la. conciencia moral; cree sin­
ceramente que
la mariconerfa o el lesbianismo son ·un bien y
que
la heterosexualidad es un mal; reclama el derecho a practi­
catla sin complejos estúpidos; critica a los que no
la practican;
pide el derecho de hacer pública propaganda y de que se enseñe
te6rica
y prácticamente en las escuelas y, simultáneamente, exige
que
se prohíba hllblar de heterosexuálidad en las mismas para
que todos lleguen a pensar y practicar como
él; y si está en su
mano impondrá por la fuerza su juicio y modo de actuar a to­
dos. Esto no es una fantasía, está ocurriendo actualmente en In­
glaterra, promoviendo y dirigiendo el movimiento las personas
de
las que menos se pudiera esperar que lo hicieran.
Entrando
. a considerar nuestra. sociedad, se puede comprobar
que han aparecido todos estos fen6menos de modo alarmante
por
su extensi6n y respecto de casi todos los males morales del
hombre, no solo los relativos a la sexualidad, y ello por distintas
654
Fundaci\363n Speiro

PERVERSION Y CONVERSION.
causas que no puedo extenderme en relatar. Y para muestra bas­
tarán algunos botones, sin duda elegidos entre otros. Hay
mi­
nistros y altos cargos con querida, que en vez de ocultar el adul­
terio
lo muestran ostensiblemente, y· así son un claro ejemplo
de cinismo
--- Los diputados,
y en general los que pertenecen a la clase política
que detentan
el ¡;oder, se aumentan sin medida los sueldos, ya
altos que tienen, alegando razones de
dignificación del cargo u
otras nobles, ocultando la verdadera causa
-el abuso de po­
der-(hipocresía política), mieotras que se niegan a aumentar
en la misma proporción los sueldos. más bajos de los funciona­
rios
-lo que constituye una injusticia~, con la mayor desver­
güenza
--cinismo-, y no adecuando las ,pensiones miserables de
los jubilados hasta el mínimo que
les permita vivir dignamente
como personas, porque
-esto se deduce--las pensiones de los
iubilados ni son injustas ni merecen
dignificarse (hipocresía so:
lapada).
Por razones
y alegando derechos humanos se comete la in­
iusticia de proteger los derechos humanos de los que los violan
(asesinos, terroristas, etc.), porqlle, a su. vez, dejan de proteger~
se los derechos humanos de los que respetan 'los de los demás,
como
si a ellos no les correspondieran (hipocresía en el alegato
de los derechos humanos).
Por razones de utilidad pública, ·cifrada en.·
Ja alegación de
supuestas grandes pérdidas económicas no soportables sin men­
gua del bien de
la sociedad, se expropian cuantiosos bienes par­
ticulares, pertenecientes
a personas privadas ( caso RUMASA),
sin previa tasación
--- subsanada-ni posterior indemnización -lo que de 'hecho lo
convierte en
el mal de una confiscación sin razón alguna ya­
para una vez confiscados los bienes y bajo el alegato de pérdidas
todavía mayores que las iniciales,
se venden a otras personas
privadas
a precios de saldo que, a sri vez, las revenden a terce­
ras personas privadas con manifiestas y desorbitantes ganancias.
Con
lo que en nombre de una supuesta utilidad pública -por
lo menos así será mientras no se demuestre la existencia del lla­
mado
agujero-se comete una real injusticia --que lo segnirá
siendo mientras no se indemnicen los bienes que
se dicen e,cpro­
piados-, se producen pérdidas reales más grandes que las que
antes se decía existían -pero tampoco se sabe cuáles son y por
qué
. se producen-que se enjugan con impuestos que paga el
pueblo -eso no se podrá hacer pasar como un beneficio al pue­
blo-y con ganancias enorme~ aparentemente para particulares:
655
Fundaci\363n Speiro

RAMóN MACIA MANSO
sin que se demuestre nada, ni el supuesto déficit de Ja empresa,
ni la cuantía de las pérdidas que se taponan con impuestos, ni
tampoco a quien van a parar, en definitiva, las ganancias. Y lo
que
es peor, no se permite la investigación de todo ello a nadie
de los que usando de su -derecho la reclaman, ni siquiera a
los
parlamentarios, pues el asunto no es ya meramente privado.
Aquí
hay mucha hipocresía encerrada en la justificación de
la expropiación
-Dios y ellos sabrán los verdaderos motivos ·
por los que se produjo--y mucha desvergüenza y cinismo demo­
crático parlamentario, Aquí la desvergüenza cínica está en la
manifiesta y reiterada negación de investigación de la verdad
-¿qué será lo que no se quiere dejar conocer con tanto empe­
ño?-, cada vez que en uso de su derecho la piden las minorías
y en
la terca y también manifiesta eliminación de la posibilidad
misma de control que
el parlamento tiene el deber y el derecho
a realizar sobre decisiones gubernamentales como es exigencia
elemental de una verdadera democracia. Pero la mayoría
parla­
mentaria que tiene un partido, ejerciendo la dictadura parlamen­
taria y la partitocracia arrolladora, tiene la osadía de, en nombre
de la democracia. y en el ejercicio mlsmo de la democracia vul­
nerar la
misma democracia en la institución ·,de la cúspide de la
democracia. Esto es un ejemplo de cinismo e hipocresía parla­
mentaria y un falseamiento de la democracia misma hecha por
aquellos que decían que querían
profunc\izar en la democracia
misma.
Un parlamento en· el que la mayoría -formada como sea­
impide que se informe a una minoría -sea la· que fuere-'-en
el porqué y el para qué de los · actos gubernamentales del eje­
cutivo, o en la verificación de los hechos en que se fundan los
que parecen arbitrarios, de democracia tiene
el nombre y las apa­
riencias pero no la realidad. En el parlamento actual, dominado
por una mayoría absoluta del partido que gobierna, la obstruc­
ción de
infomiación por ella efectuada es sistemática y total,
todo lo que interesa ocultar
se convierte en secreto de Estado y
no
se da paso a la información requerida aunque todo el pueblo
tenga interés
en ella -así ha ocurrido con la obstrucción a veri­
ficar criterios v datos que determinan
e1 incremento de precios
al
consumidor-y por muy dudosa que ,parezca la racionalidad
de la actuación a esclarecer.
Si, además, como ha ocurrido bajo el pretexto y en nombre
de conferir mayor independencia al Poder judicial respecto del
ejecutivo según requiere todo Estado de Derecho,
en redidad se
ha sometido aquél a éste (otra hipocresía paladina), mediante la
656
Fundaci\363n Speiro

PERVERSION Y CONVERSION
transformación y la determinación de la composición del Con­
sejo del Poder Judicial; y si por añadidura se ha tenido la des­
vergüenza de, a causa de fracasos indeseados, con toda
desfacha­
tez politizar el Tribunal Constitucional a través de la forma de
elección de
sus miembros, da como triste resutado que quede
más que en entredicho que este tribunal sea
imparcial y pueda
controlar, como
es su misión, la legalidad de las leyes emanadas
del legislativo
y; por todo ello se puede, fundadamente, dudar
de que estemos ante un Estádo de Derecho.
Otros muchos males provocados libremente por
los hombres
proliferan en nuestra sociedad, encajables en los módulos descri­
tos
y en otros. Por no alargarme demasiado renuncio. a descri­
birlos
y a calificarlos todos, y solo aludiré sin más a algunos.
Se puede observar la persecución efectuada de diversas maneras,
y con falsas razones justificantes, a conjuntos de· personas que
ejercen honradamente
~pueden tener defectos----una profesión
honrosa (a funcionarios, en
general, a los jueces, en particular, a
médicos, abogados,
etc;, y a trabajadores de oficios J10nrados)
mientras que
se protege también de diversas maneras la libertad
de otras personas que, por los motiyos que se.a, hacen de la des­
honra oficio (putas, travestidos, rufianes, navajeros, desvalijado­
res, descuideros, macarras, drogadifusores, ineptoenchufados, chu­
pones, zánganos, trepas, pendencieros, altaneros, insolentes, chu­
los, embusteros, farsantes, corruptores, etc.) hasta el punto de
que el
uso. del podet político se ha convertido en ir recaudando
cada vez
más impuestos y en no prestar como es debido ninguno
de los servicios que son necesarios
--es desconsolador hacer un
análisis de la sanidad, la seguridad ciudadana, la enseñanza, las
obras públicas,
etc;-por los que se justifican los impuestos.
Y, en cambio, este poder ineficaz, porque organiza mal la pres­
tación de los servicios públicos, consideraun abuso de
libertad
el que los jueces reclamen independencia judicial para poder pres­
tar bien el servicio
y los reduce al silencio; un abuso de liber­
tad el que los médicos de los hospitales públicos reclamen me­
dios y el poder decidir según su criterio y juicio sin interferen­
cias de personal político y del no cualificado cuestiones relativas
al ejercicio correcto de su profesión; abuso de libertad el que
los profesores universitarios más conscientes pidan que
sea po­
sible dar una buena enseñanza y hacer investigación sin una ley
que, en vez de facilitarlas, las obstaculiza; semejantemente
se
acusa de abuso de libertad y se tacha de corporativismo -¿qué
es el corporativismo?-a cualquier colegio profesional que re­
clame la autonomía que naturalmente· le corresponde solo dentro
657
Fundaci\363n Speiro

RAMóN MACIA MANSO
de los asuntos de su competencia profesional; y, en fin, para
no alargar, se califica también de. abuso de libertad -¿en qué
consistirá el uso?-y se acusa de desestabilizadores de la de­
mocracia a cualquier periodista que se· atreva a relatar seria.­
mente hechos reales o¡:urridos pero que el gobierno no desea que
se
conozcan o que critiquen cualquier actuación de personas sig­
nificadas. Y de. áhi que hay que pensar que los que están en el
¡,oder entienden que la libertad de los otros es hacer lo que les
conviene o gusta a ellos; y, en conjunto, se puede valorar que
del aumento de la libertad prometida se ha pasado --excepto en
la
de los políticos y la de los grupos indicados-a la disminu­
ción
real de la libertad que existía. Porque en medio de ello se
da el miedo y la amenaza. Todo esto no es agradable ni de de:
cirio ni de escucharlo, pero el mal de las cosas no está en decirlo
sino en
hacerlo, y después eiJ. ocultarlo por intereses.
¿ Y qué habrá que decir. ahora de aquella extraña ética -,-nada
kantiana-que practican algunas personas con cargos públicos
o sin ellos, que no es .universal para todos
_sino clasista, parti­
dista o simplemente grupal, según la
cual. está permitido matar a
grupos
de personas inocentes (aborto,. eutanasia) y ;que, a su vez,
prohíbe matar a otras, a las

culpables de delitos graves, siendo
así que. en ningún caso se· puede justificar la muerte provocada
libremente?-. ¿Y qué habrá que pensar de esta moral diversi­
ficada, practicada por algunos, según la cual se
debe beneficiar al
amigo hasta_ cometer injusticia, por ejemplo, dándoles cargos o
puestos de trabajo por muy incompetente que sea, y, a su
vez,
se debe perjudicar al enemigo hasta· negarle la justicia excluyén­
dole, de entrada, de
los mismos por más competencia que ten­
. ga?-,-. ¿Qué opinaremos de esta misma doble moral. practicada
en el. parlamento --'Y donde sea-según la· cual, excluida la ra­
zón con altivez se insulta y desprecia a los que critican sus ideas
aunque diga
cosas razonables y humildemente se elogia y honra
a los que aceptan o defienden las suyas?
-,-¿Y qué decir de los
parlamentarios o senadores practicantes de la doble moral por
la que patalean y abuchean los discursos de sus adversarios aun­
que digan cosas atinadas y aplauden y se regocijan con los de
sus correligionarios aunque digan
desatinos?-. -¿ Y qué juz­
gar de los que practican la bimoral, según la cual aprovechan cual­
quier ocasión para maldecir, ser mordaces y malignos con sus ad­
versarios· o enemigos y, a su vez, para bendecir, ser melifluos y
benignos con sus correligionarios· o amigos?-. Pues hay que de­
cir que practican variaciones de--un~ misma ética por de pronto
-luego diremos más-nada kantiana, pero tampoco nada cris-
658
Fundaci\363n Speiro

PERVERSION Y CONVERSION
tiana, que se basa en el principio general de que se debe amar
a los
amigos y odiar a los enemigos, o no amigos. Es la misma
ética según la que
se· distingue y afirma que se debe ayudar a
implantar, o a desarrollar dictaduras de
izquierdas -pongamos
por caso-y que se deben aniquilar y ayudar a derrumbar todas
las
de derechas; Iia misma que considera que la muerte de los
guardias civiles
provcx;adas por miembros de la ETA siempre
está justificada -
y
se pueden dar razones-y que las que pro­
duce la guardia civil sobre los miembros de aquella banda terro­
rista
es siempre censurable y hay también razones para ello.
¿ Y qué pensar de la misma moral doble practicada por
algu­
gunos. según. la cual existe el riguroso deber de decir la verdad
en las declaraciones de los
impuestos -y hasta reclaman auxi,
lío para que se recuerde este deber-y, en cambio, no existe .tal
deber y se puede por tanto mentir y engañar en las promesas
electorales? ¿Qué habrá que ·juzgar de esta moral grupal y di­
versificada, según la cual
es injusto o poco digno por defecto
un sueldo que cubre con creces las necesidades de
la vida de las
personas y
que,. en cambio, es jQsto o digno el de otro grupo de
personas que apenas cubren o no pueden satisfacer
sus necesida­
des materiales? ¿Y qué
habría que decir de aquella clase. de
ética practicada por los parlamentarios que en uso del poder, que
les confiere el
pueblo -¿para qué?-se autoadjudican ,pensiones
de jubilación, por haber
ocupado este cargo politico transitorio,
que resulta
que son mucho más altas -también por la digni­
dad-y se causan bajo. unas condiciones que no se aceptan para
causar pensiones del resto del pueblo trabajador?
Pues Jesucrísto, Kant y también todo moralista de verdad
·
nos diría que esta es una ética irracional, porque lo racional en
ética
es universal, válido igualmente para todos los hombres,
Pues esta peculiar moral acepta los principios de considerar malo,
prohibido
y censurable en unos lo mismo que considera bueno,
permitido
y loable en otros. Es la ética qu.e pone como máxima
que
se debe de hacer y . de querer hacer a los demás lo que . no
deben hacer ni querer hacer los demás con ellos. ¿Cómo. habrá
que enjuiciar definitivamente a esta moral, doble, diversificada,
grupal, según
la que se puede exigir a los demás aquello mismo
que ellos mismos pueden negar a los
demás y que éstos no pue­
den exigir a ellos?
Esta
ya no es una moral pervertida que tome simplemente
por
bueno lo malo y al revés, ni tiene propiamente perversión
moral
el que la practica. Esta es una moral esquizofrénica,, es la
moral escindida en dos contradictorias entre sí:
es la doble mo-
659
Fundaci\363n Speiro

RAMóN MACIA MANSO
ral, y el que la practica tiene esquizofrenia moral, desdoblamien­
to moral. Con ella se trata
. de imponer a otros las cargas y de­
beres que ellos no están dispuestos a soportar y a concederse los
beneficios
y facultades que ellos no están dispuestos a reconocer
en otros. Y
por ella puede llegar el escándalo, no ya de los per­
judicados, sino entre los mismos practicantes que, razonablemen­
te, no
se puede saber por qué se sorprenden tanto. No se expli­
can algunos que otros también la practiquen, pero contrapuesta
a la suya, pues si hemos considerado que unos admiten que
se
debe de proteger a las dictaduras de izquierdas y se debe de huo­
dir a las de derechas, les salen otros que lo entienden al revés,
esto es,
que se debe de proteger a las de derechas y aniquilar a
las de izquierdas; que ellos no deben de pagar impuestos pero
sí deben hacerlo otros; que ellos no deben cumplir las promesas
que hagan pero sí las que hacen los políticos
en las propagandas
electorales, y así sucesivamente. Es el reverso de lo mismo, es
la
misma moral irracional, escindida, disociada, desdoblada, esqui­
zofrénica, demencial del todo por las contradicciones que entraña.
Si nos fijamos, podemos observar que en el conjunto del
muodo creado por
el hombre para vivir en él se encuentran en
abuodancia males muy graves, tales como la
drogadicción, el nar­
cotráfico,.
el analfabetismo, la contracultura, el ateísmo, la tor­
tura,
el paro laboral, hambre, la muerte por hambre insatisfecha,
arsenales atómicos, guerras, opulencia y derroche de bienes,
dic­
taduras atroces, dominaciones de todo tipo,· esclavitudes de toda
clase, etc. Y con ello violaciones de todos los derechos del hom­
bre, desde los que
se dan en las violaciones sexuales hasta las
de
la conciencia moral. Y la causa es la persona que actúa sobre
sí en
"otras. Es el hombre el que mata al hombre, el que tortura
al hombre, el que esclaviza al hombre, el que
explota al hom­
bre,
el que engaña al hombre, el que amenaza al hombre, el que
corrompe
al hombre, el que odia al hombre, el que hace el mal
al hombre. Es el hombre el que
es cruel con el hombre, el que
es
in!Ilisericorde con el hombre, el que es mendaz con el hom­
bre, el que es procaz con
el hombre, el que es soberbio con el
hombre. El es el autor de este submuodo de miserias en el que
va a vivir deshumanizadamente porque
lo hizo inhumapo, por­
que en
él el hombre no trata al hombre como hombre, porque
no le respetá como hombre, como lo que es; como a sí mismo, y
a todos igual y como a él.
Mi diagoóstico particular sobre nuestro país, en especial,
es
que en él se da actualmente un proceso de progresiva deprava­
ción moral muy intenso y de .proporciones considerables.
En él
660
Fundaci\363n Speiro

PERVERSION Y CONVERSION
se observa fácilmente el cinismo moral en su fase niás aguda, la
jactancia y ufanación de los que practican el mal; en él se dan·
también toda gama de l:úpocresías, los diversos modos de fariseís­
mo fustigados por Jesucristo; también las perversiones morales
de las que
he hablado poco porque va a ser objeto de estudio
luego
y, naturalmente, también la esquizofrenia moral i,resente
de varias maneras. Y por si fuera poco, el mal que ya tene­
mos a nuestra dispósición se fomenta para que se incremente
y
vaya a más, se promueve su desarrollo y ,.extensión ·en la so­
ciedad. Desde instancias de poderosa influencia en las masas -la
radio, el cine, la prensa y sobre todo la TV-se impulsa este
proceso de distintas maneras; positivamente, entre otras, me­
diante la incitación, la excitación, la inducción, etc., es decir, se
fomenta su desarrollo; negativamente, resulta por la inl:úbición
de las personas, organismos y fuerzas sociales que pudiendo ha­
cer algo para pararlo y contrarrestarlo no lo hacen y solo se la­
mentan del espectáculo.
Es fácil de comprobar que por algunos de estos
medios de
influencia social, ya sea porque nacieron con este fin, ya porque
de hecho a
él se han orientado total o parcialmente otros que
tehian otras finalidades, se da profusa acogida y difusión a toda
clase de valores negativos y se hace apología implícita y explícita
de la realízación de los mismos, hasta de los más bajos; por
los
medios especializados en ello se hace alarde de mal gusto, gro­
sería, zafiedad, ordinariez, pornografía
y .de vilezas de todo tipo.
Y, a su
vez, se enaltece el mal disfrazándolo de bien, de supues­
to progreso sin definir, liberación del hombre, etc. Por
el con­
trario.; en estos mismos medios .se destierra, o por lo menos se
destronan, y en todo caso se desprecian los valores positivos y la
realización de los mismos, cualesquiera que sean, pero sobre todo
los que
se refieren al hombre. Estos medíos poderosos de in­
fluenciar se utilizan para denigrar a la razón, ridiculizar la bon­
dad, censurar
el refinamiento espiritual y el buen gusto, olvidar
la verdadera cultura, en fin, se instrumentalízan para descalificar
el bien, desfigurándolo, y con ellos se rinde culto a la irraciona­
lidad.
No es preciso 'denunciar todo esto, pues bien a la vista está,
y muy claramente lo ven muchos, ni .lamentarse simplemente de
ello porque no ·se acepta ni se está conforme. Es necesario que
los que no lo desean salgan de su inl:úbición y pasividad y ac­
túen. Es necesario que, utilizando los medios de influencia so­
cial que tienen un ideario humano de verdad, que los hay y es­
tán a disposición de todos -periódicos, revistas, también la ra-
661
Fundaci\363n Speiro

RAMóN MACIA MANSO
dio-hagan oír sus voces para aclarar conceptos y concepciones,
enjµiciar realidades desde los valores que realizan, presentar y
,
defender los valores positivos de toda clase y la realización de
los mismos; en fin, poner un tanto de
claridad y deshacer la
confusión reinante, dar
un poco de ánimo a los que de seguir
así
ya 1'0 se atreverán a hacer siquiera el bien que creen deben
hacer; para que
el que haga el bien no se avergüence de hacerlo
y para
ayudar a todos en la medida en que cada uno pueda a
que conozcan y púedan hacer el bien y evitar
el mal. Que nadie
se autoexcluya;. existen personas· .de valía que conocen perfecta­
mente los valores ,positivos de sectores específicos, religiosos, mo­
rales, jurídic_os, ·científicos, estéticos, políticos, etc., y que po­
drían contribuir con mucha eficacia porque la razó11 tiene siempre
su fuerza en la mente, aunque no lo puede todo' y
es menos po­
derosa que _si se reviste de imágenes, por lo menos así es para
una gran mayoría. Sin embargo, de momento, no se puede pen­
sar
e11 actuar en televisión, no todo modo de pensar tiene ac­
tualmente allí cabida, porque la TV española está secuestrada
por, el Estado, y dedicada casi exclusivamente a defender, los
in­
tereses de sus dominadotes, a visiónat" el mundo selectiVamente
según , la particular concepción del mundo, de la sociedad y del
hombre que ellos
tiene,n, y a implantar el cambio que quieren
realizar en la sociedad
para, dejarla irrecognoscible hasta, para sus
autores .'._y también irreversible,. no se olvide que esta es su
pretensión-después de la pasada -¿o parada?-por la iz­
quierda bajo el, slogan de que socialismo es libertad. Pero no
hay televisión libre,
ni la habrá, ni pública ni privada mientras
los que están continúen en el poder. Es demasiado efectiva para
lograr en las mentes
la transformación social -11poyada con los
cambios
jurídiéos y , políticos adecuados-como para renunciar
libremente a ella y dejar igual libertad para todos. No nos
deje-
', mos engañar por las palabras; no por lo que se dice ~sobre todo
si lo dicen los políticos-- sino por lo que
se hace realmente hay
que juzgar, porque no siempre
se hace lo que se dice ni por lo
que
se dice; y cuando esto ocurte, tampoco se dice lo que real­
mente
se hace y por, lo que realmente se hace. Hay que regirse
por fa regla de oro para conocer al hombre ahora y siempre:
«por los frutos los conceréis».
2. Construcción-de un mundo humano mejor.
Hoy día, como antaño, el mundo humano, formado por las
personas, las sociedades diversas en las que viven, las disposkio-
662
Fundaci\363n Speiro

PERVERSION Y CONVERSION
nes y _actitudes que toman, las actividades que desarrollan, los
productos
que elaboran, las instituciones de todo tipo que fundan,
las libertades
que conquistan y necesidades que se crean,. las
creencias que adquieren,
la educación que reciben, las concien­
cias que se moldean, los influjos
que ejercen en los demás, etc.,
en gran parte
y medida están -pervertidos. Es un fenómeno mun­
dial no excluyente
ni exclusivo de ningún pueblo. Y como siem­
pre, hace falta convertit
-o en su· caso reconvertir-el mundo
humano en todo
lo que está pervertido para que adquiera sentido
v dignidad plenos. • ·
·
Sin embargo, hoy día· algunas perversiones aparecidas son de
tal magnitud y gravedad
y pueden acarrear tan graves consecuen­
cias si se persevera ~n aquéllas, que no es solo necesaria la con­
versión sino también urgente el tomar medidas generales para
impulsar
la· conversión religiosa, moral, social, cívica, pedagógica,
técnica,
jurídica, política y hasta artística para lograr .un mundo
mejor, más humano, menos deshumanizado v más divinizado del
que tenemos
y que para muchos resulta ya insoportable y deses­
peranzador.
Mundo humano
por reconstruir en el que, entre otras cosas,
se reduzcan al máximo
y se haga todo lo posible para que desapa,
rezcan de
él la droga, el terrorismo y las guerras que destruyen
a las personas y a
las sociedades; las injusticias fundamentales y
el hambre que mata a las personas ó lesiona · gravemente su dig­
nidad personal, dañan a los pueblos y hacen imposible
la paz e
inevitable
la guerra; las dictaduras políticas despóticas y to­
dos los abusos de cualesquiera poderes, np solo los efectuados
por poderes políticos y los económicos que tiranizan los pue­
blos, mediatizan· las personas
y violan los derechos del hombre,
tratándolo como
un objeto y no como lo que es; pero también
hay que
eliminar de él las organizaciones· políticas y sociales in­
capaces
de_ lograr los. objetivos que justifican su necesaria exis­
tencia
por las que los hombres que las dirigen a causa de omisio­
nees, negligencias o
de sus incompetencias se etigen en concausas
de los desórdenes
sociales, de la violencia civil, de los desastres
económico-sociales, de
la indefensión del inocente y la promoción
del delincuente, y de la desmoralización de las sociedades; mundo
humanizado en el
que se termine con · Ja cohstrucci6n de todo
tipo de armas para la guerra, sobre todo las de destrucción ma­
siva que amenazan aniqullar del todo
el actual mundo de los
hombres.
Mundo humanizado en
el · que para llegar a serlo de verdad
sobra la soberbia y el egoísmo que falsean a las mismas
· personas
663
Fundaci\363n Speiro

RAMóN MACIA MANSO
que lo tienen y dificultan su sociabilidad; en el que es preciso
quitar el odio,
la envidia y la ingnorancia que embrutecen a las
personas
y convulsionan las sociedades en las que se da en de­
terminada proporción; en la que no quepa la promoción de la
lascivia, de la pornografía y del ansia desmedida de placer que
termina. por esclavizar a las personas y corromper a los pueblos.
En un mundo realmente humano, según lo pueda ser, tam­
poco cabe el fomento del ateísmo y menos aún el proselitismo
fobioteísta que arremete contra
lo mejor que podría llegar a te­
ner la persona, y la deja inconclusá según el proyecto de Dios,
encerrada a sí
misma y sin suficientes fuerzas para lograr, siquiera
su bien natural -y, por eso, unas veces se .convierte en ·escéptica,
otras en desesperada, otra en .. resentida, etc., y siempre está
hambrienta de felicidad y de todo lo que carece · y desea tener
o ser y
110 puede alcanzar-porque. ha cerrado la entrada de
Dios y (o) de su acción en el hombre. Esta actitud de la per­
sona impide, precisamente, que ·ella obtenga lo que le convenía
más y le correspondía tener, no por su ·m:isma naturaleza, sino
por disposición y don de Dios, esto es, el completar su ser hu­
mano con
· el divino, y por éste poder convenir los males . que
en su condición humana
padezca en bienes superiores, poder
obtener dones indecibles por ser específicamente divinos y poder
llegar a la

felicidad completa.
Y es que, se sepa o -Se ignore, se quiera reconocer o negar,
tiene razón San Agustín al decir al principio de sus Confesio­
nes lo que, sin duda, conoció por experiencia propia después
de haber llevado una vida desorientada: «Nos has hecho Señor
para
Ti y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en
Ti». Y, realmente, ocurre que quinquiera que quiera vivir sola­
mente su vida natural· de cualquier forma que decida vivirla y
se niegue a .admitir en él la vida divina que le conviene tener
por no aceptar las verdades de
fe reveladas por Dios, sea porque
directamente
lo rechaza o desprecia, o porque no lo busca since­
ramente, no solo no obtendrá su bien supremo personal sino
que a sí mismo se inflingirá el mayor mal que pueda tener en
su ser -la carencia de Dios. en la forma que le corresponda
tener-'-y no. solo no alcanzará nunca . la felicidad sino que ha­
llará siempre la infelicidad. Y es que ha optado por el mal en
vez de por el bien en el estrato más alto de su persona. Por eso
es también ,! caso supremo de perversidad en el ser del hombre.
La collstrucción de un mundo humano' mejor que el que te­
nemos supone la reconstrucción de éste, exige eliminar la reali­
zación
de· los valores negativos y emprender la realización de los
664
Fundaci\363n Speiro

PERVERSION Y CONVERSION
positivos opuestos. La humanización del mundo del hon;ibre exige
que toda persona se decida a buscar y realizar el bien del hom­
bre, el de
las ,personas mismas y el de las comunidades y que'
todas contribuyan en lo que puedan a hacer que las institucio­
J;>es y productos humanos · se pongan al servicio del bien del
hombre.
Es imposible desterrar el mal del mundo porque
las personas
tienen libertad y algunas
de ellas por distintos motivos -por
sus ideas, por sus intereses, por su_ vicios, etc., por su mismo
modo de ser-eligirán realizar el mal. Y, sin embargo, la hu­
manización del mundo actual reclama que cuanto antes se elimi­
nen los males más fundamentales -los más inhumanos--que
vienen dados por la violación de
los derechos humanos; que
realmente se aseguren los bienes
más fondamentales del hombre
mediante la garantía efectiva de
los derechos humanos; y que
se haga lo más difícil posible la. persistencia de los modos de­
pravados de realización_ del mal, y la. de las instituciones obje­
tivas que sirven de medios para producir los males fundamen­
tales del hombre.
Es preciso impedir, mediante instituciones adecuadas, que las
personas se instalen en el cinismo moral, que es la desvergüen­
za extetiorizada o desfachatez en el hacimiento del mal, y 'es, por
tanto, un fenómeno personal subjetivo, no
difícil de controlar
mediante el derecho. Lo mismo convendría respecto de la hipo­
cresía moral,
o fariseísmo . moral, pero éste, por. ser exclusiva­
mente
interno, no. lo puede combatir efectivamente el derecho,
sino solo una buena educación moral, ya que consiste en lim­
piar la copa por fuera
y dejarla sucia por dentro, en blanquear
externamente conductas que contienen podredumbre
interior. Y
es preciso también' combatir, como se pueda, la práctica de la·
doble moral, o moral contradictoria, que es también un fenó­
meno personal, lo mismo que los dos anteriores. La doble moral
tiene
cabida_ solamente en el recinto personal, en una opción
subjetiva del hombre, pero no puede existir nna moral objetiva
contradictoria en sí
misma porque se destruye a sí misma. No
es posible una regla moral que simultáneamente imponga un
de­
terminado deber y. el deber de hacer exactamente lo contrario,
ona moral que contenga
la concesión de una permisión o dere­
cho
y, por otro lado, la prohibición de lo mismo, etc, Y es ljUe
estos modos depravados de hacer el mal son todos ellos . subje­
tivos.
Este no es el caso de la perversión moral que también es
preciso hacer lo posible, y_ con mayor razón, para erradicarla.
665
Fundaci\363n Speiro

RAMóN M4CU M4NSO
Pues la perversión moral tiene la posibilidad de ser un fenómeno
subjetivo y objetivo, es decir, puede encontrarse en la misma
persona y fuera de ella, en las instituciones creadas por
el hom­
bre. La perversión moral puede ser de una acción determinada
del
hombre y en tal caso no es difícil de eliminar o reducir en
general mediante
el derecho que la prohíba, por ejemplo, me­
diante una norma que .prohlba dar falso testimonio en juicio,
u otra cualquiera acción mala que perjudique a otras personas,
al bien de
la sociedad en general.
Pero la perversión puede darse en
el ser toismo de la per­
sona como totalidad o en
algón aspecto de su ser, lo que ya no
es nada fácil de cambiar. No es fácil de convertir una mala per­
sona en una buena persona; no es fácil de convertir una mala
conciencia en una buena, conciencia; no es fácil de convertir al
tacaño en generoso,
al que es hipócrita en persona sincera, al or­
gulloso en humilde, al holgazán en trabajador, al imprudente en
prudente,
al injusto en justo, al incontinente en continente,. et­
cétera. Porque no
es lo mismo realizar alguna vez algún acto
malo en
vez de bueno que ser malo en vez de bueno en · lo que
sea,
ya que el que es malo tiende a hacer el mal. La conversión
de un actuar no enraizado en el modo de ser -,en la costumbre
adquirida
por ejemplo-tiene relativo fácil arreglo, no tanto
las éorrecciones
de; los modos de ser. Y, sin embárgo, el dere­
clio está para hacer buenos ciudadanos, para que los hombres
respeten mutuamente
su ser y · su libertad y así por lo menos
lograr la paz. No está para hacer buenas personas, sino solo
buenos ciudadanos, para evitar en lo posible que el hombre,
sea
o no. malo, haga mal a . otro hombre, Y hasta cierto punto lo
puede lograr.
La perversión puede darse objetivamente en las mismas ins­
tituciones creadas por el hombre, las que en principio son bue­
nas y tienen justificada su existencia si sirven para lograr
algón
bien del hombre, o algún bien de las sociedades en que las per­
sonas viven. Pero claro está que por no saber, o por voluntad
expresa, el hombre puede crear o transformar instituciones crea­
das
de modo que objetivamente sirvan para producir algún mal
al hombre, a las personas o
a la sociedad, en cuyo caso están
pervertidas. La perversión puede
darse en cualesquiera institu­
ciones que crea el hombre, las políticas,
las jurídicas, las econó­
micas, las .sociales, -etc.
Es malo que existan en una sociedad conductas libres per­
vertidas, pero
el derecho las puede reducir y controlar hasta cier­
to punto.
Es peor que en ella existan personas pervertidas, ya en
666
Fundaci\363n Speiro

PERVERSION Y CONVERSION
el conjunto de la personalidad, ya en algún aspecto de la misma
que le impulse a desencadenar acciones que
dañen a otras per­
sonas de la sociedad, pero todavía el derecho puede lograr algún
control de algunas perversiones en sus manifestaciones exter·
nas, pero no todas éstas ni el foco pervettido; -no es su misión.
Todavía es peor que esté pervertido el propio derecho, las nor­
mas
-c:Y las facultades attibuidas a las personas-que. sirven
para controlar
el mal social, pero éste tiene todavía remedio si
existe una forma de
Estado buena o adecuada para producir el
bien de la sociedad y no está pervertido el mismo Estado, pues
existen también
formas de Estado que son en sí mismas perver­
siones de Estado. Pero aun dentro de un .Estado bueno, si los
que ejercen los
poderes de crear normas, o son incompetentes,
o son indecentes, lo
má.s probable es que creen normas defectuo­
sas y hasta pervertidas. Con lo que lo peor que le puede ocurrir
a una sociedad
es tener políticos indecentes, deshonestos, no ya
sinvergüenzas declarados, o hip6critas desenmáscarados en sus
hipocresías, o practicantes
de la doble moral, o pervertidos; o
también políticos incompetentes; y el mayor bien es que los tenga
decentes y competentes. Pues la perversión del derecho y del Es­
tado impulsa la· perversión de la sociedad. Esta
es la razón de
por qué los pueblos con sentido común cierran el camino a los
políticos que aspiran a ocupar instituciones fundamentales del
Estado y tienen que abandonar el
poder, si lo están desempe­
ñando, en cuanto se les descubre una conducta indecente~ no diw
gamos si adolecen de alguna de las formas depravadas de hacer
el mal, o utilizan en el desempeño de sus funciones alguna de las
mismas, la desvergüenza, la hipocresía, la doble moral. ·
Pero hoy no quería hablar de las perversiones de las institu­
ciones
ni la de los políticos que las pueden .llevar a cabo, pues
las instituciones
·no se pervierten por si mismas sino por aquellos
que· las crean
en formas pervertidas o las usan de forma depra­
váda por las que las corrompen.
.Sino que mi propósito es ha­
blar de la perversión en general, la perversión religiosa en par­
ticular;
y, antes, del bien y del mal moral que es lo que hace
comprensible entender qué
es la perversión en general y la con­
versión. Y, por otro lado, el conocimiento del bien y del mal
moral,
junte, con la realización del primero

y la evitación del
segundo es
el único camino para llegar a construir un mundo
verdaderamente humano.
667
Fundaci\363n Speiro

RAMóN MACIA MANSO
3. El bien y el mal moral.
· El fundamento objetivo de la perversión y de la conversión
son
el bien y el mal o, si se quiere, de otra manera, los valores
positivos y sus opuestos negativos. El agente subjetivo de aqué­
llos estriba en
.la libertad de la persona.
El bien ob;etivo de cualquier ser, también el del hombre, es
todo cuanto les corresponde y conviene tener por y para ser
tales seres, sin
lo. cual no serían lo que son -y esto constituye
el bien fundamental de cada
ser-y, además, todo aquello que
.les pertenece o conviene como algo propio de los mismos, en
cuyo caso son bienes accesorios.
Así, un bien fundamental del
hombre
es tener inteligencia, porque ella le pertenece por ser
y para ser hombre, pero también tener dos piernas, porque ésta
es
la facultad locomotora propia del hombre.
El mal ob;etivo, por una parte, es lo contrario del bien de un
ser, o sea,
la falta de algo que le conviene según su ser, o tam­
bién la presencia de algo que no le conviene según el mismo y
que queda excluído por él.
As!, por ejemplo, es un mal o. es malo
objetivamente para
el hombre carecer totalmente de la facultad
de la razón, o bien tener solo un pie, pero es también malo tener
tres pies. Los bienes y males objetivos son siempre ontológicos,
es decir, soo aquellos que vienen exigidos o rechazados por un
determinado ser para que
sea lo que le corresponde ser.
El
bien moral del hombre es aquel bien objetivo que, cono­
cido por la persona como tal, lo realiza libremente y semejante­
mente el
mal moral del hombre, es el que, conocido por la per­
·sona como tal, lo realiza libremente. El bien y el mal morales
son, pues, los que realiza libremente la persona conociendo, o
por lo menos creyendo, que son tales.
As!, constituye un bien
moral. del hombre
el poner libremente los medios para conservar
la vida y un mal poner
librémente los medios que la destruyen.
También es un bien moral del hombre el proponer y realizar li­
bre y cooscientemente la curación de una pierna que tiene en­
ferma --'la eliminación de un mal es un bien-, pero sería l11alo
moralmente cortar o mutilar libremente una pierna sin saber o
tener
la certeza que ello es necesario para salvar la vida u otro
bien superior al de
la pierna. .
Además del bien moral del hombre realizado por la . perso­
na o, en su
caso, el mal moral respecto de sí misma o de otras
personas,
el hombre puede también realizar libremente -moral­
mente--el bien, algún bien o lo que estima como tal o, por el
668
Fundaci\363n Speiro

PERVERSION Y CONVERSION
contrario, lo que es o estima males de las cosas que realiza según
las exigencias de las mismas, las que
en general vienen determina­
das
por las finalidades para las que el hombre las crea. Un· edi­
ficio, construido para ser habitado por el hombre, es bueno si es
habitable por él y es malo en todo lo que ~ea carencia o pre­
sencia de todo lo que
es necesario o impedimento para que el
hombre
lo pueda habitar; por ejemplo, si se construye un piso
de 150 centímetros de altura o si carece de los servicios
míni­
mos indispensables. Y, claro está, que d hombre lo puede rea­
lizar libremente con conocimiento de la bondad o maldad que
realiza, pero ello no constituye un bien o un mal moral del
hombre sino la
realización moral de un bien o un mal de una
cosa. Es
fundamental la distinción de bienes y valores positivos
o males
y valores negativos del hombre y de las cosas. Pero los
bienes y males del hombre
no se redncen a los de las personas
sino que comprenden también a los de las comunidades de perso­
nas, que en este caso son bienes -humanos sociales ..
El bien es un valor positivo y el mal un valor negativo que es­
tán opuestos entre sí y se pueden. especificar y concretar en innu­
merables bienes y males de las personas y de
fas cosas, ya sean
fundamentales o accesorios
en cada clase que se distinga. Res­
pecto de la persona se puede distinguir, entre otros, el bien o
mal del conjunto de la persona,
por lo que se puede hablar de
buena o mala persona en los casos en que
se den; pero tam­
bién
se pueden distinguit bienes y males referidos a partes de
la misma, tales como de las predisposiciones y disposiciones,
de las tendencias, de las actitudes, de la voluntad, de los deseos,
de las intenciones, de los actos,
de las costumbres, etc. Respecto
. · de las comunidades se pueden también distinguir los bienes que
afectan a la comunidad como conjunto y otros bienes sociales,
colectivos o comunes, como los del orden-desorden, justicia-in­
justicia,
paz.guerra, etc. En particular, los bienes o valores po­
sitivos fundamentales y morales de la persona son todos los que
libremente le
correspon,;le realizar a toda persona para que se
conserve como persOna y los males o valores negativos de igual
clase son todos los que libremente le corresponde evitar para que
no
se destruya como persona. Parecidamente ocurre respecto de
los bienes morales fundamentales de las sociedades
en tanto son
conveniencias o inconveniencias necesarias para su conservación
o destrucción como sociedades.
El bien y
el mal moral y los valores positivos y negativos de
las personas y de las comunidades son
el fundamento de las nor­
mas, deberes y derechos morales, de modo que
la persona debe
669
Fundaci\363n Speiro

RAMóN MACIA MANSO
de hacer todo lo que es un bien suyo fundamental -todo lo
· que le conviene para ser y actuar como persona,-y así debe de
hacer para conservar su vida y todas sus facultades, y el de que
las actuaciones de cada una de éstas
sea de acuerdo con el bien
de
la totalidad de la persona y, por el contrarip, debe de evitar
todo lo que
es un mal fundamental de la persona, esto es, deber
de
no. destruir su vida, de no aniquilar ninguna de sus. faculta­
des y de lo mismo
respecto de otras personas. Y tiene, además,
la
facultad de retener, o adquirir, o recuperar todo lo que es
necesario por y para ser ¡,ersona --,facultad de vivir, de recu­
perar la salud mental, de usar la libertad, etc.-y carece de la
facultad de
bacer lo que es un mal fundamental suyo o de las
demás personas, por ejemplo,
no tiene una facultad de usar su
libertad para suicidarse, o para matar a otra persona, o. para en­
loquecerla, o esclavizarla, etc.
Las normas morales exigen, mediante deberes, y permiten,
mediante facultades,
la realización de los ibienes fundamentales
de la
persona y de las sociedades y, asimismo, exigen la omisión
y excluyen
la facultad de los males fundamentales respecto de
las mismas. Por otro lado,
la conciencia moral co"ecta o ade­
cuada de las perscnas conduce al reconocimiento del bien y del
deber de la realización del bien fundamental de la persona
-lo
mismo que de las sociedades~ y, asimismo, indica el reconoci­
miento
de las facultades que tiene para alcanzar o realizar tales
bienes ·

o los de las scciedades. Y también proporciona el
reco­
nocimiento de estos males, el de los deberes de evitarlos y el
de la carencia de facultades para realizarlos.
En resumen, las normas y la conciei;icia 1noral recta o correc­
ta indican los derechos y deberes fundamentales del hombre por·
ser hombre y
para conducirse como hombre. Y estas mismas res-.
pecto de
las obras e instituciones objetivas cre.adas por las pers nas indican, asimismo, el deber de crear todas aquellas que .sean
adecuadas para satisfacer las necesidades · ineludibles de las per­
sonas
y, asimismo, el deber de no pror.lucir ·aquellas que por sí
mismas, necesariamen.te, sirven solo para la destrucción del hom­
bre;· tales, por ejemplo, el instrumental exclusivamente idóneo
para hacer · abortar, las armas que no sean solo de legítima de­
fensa, las asociaciones terroristas, las de gánsters, etc. Y, a su
vez, indican el derecho o facultad de realizar todas aquellas que
sean necesarias o
simplemente beneficiosas para el hombre. En
resumen, respecto
de sus creaciones el hombre puede llevar a
oobo. aquellas que sean necesarias O convenientes para el bien
del hombre; flebe de realizar las primeras, y no puede ni debe
670
Fundaci\363n Speiro

PERVERSION Y CONVERSIQN
realizar las objetivas y necesariamente ordenadas al mal y per­
juicio del hombre.
En síntesis . total, el hombre puede y debe
realizar su bien personal o comunitario
y puede, y a veces debe,
crear y siempre ordenar productos de su obrar e instituciones
solo pata. ~u bien, como medios o ÍQ.strumehtc:is puestos- a su ser­
vicio; pero nunca puede ni debe realizar su mal personal, o el
comunitario, ni tampoco ·crear medios o instrumentos que solo
sirven para provocar algún Jllal o perjuicio suyo, sea de las per­
sonas o de las comµnidades. De ilhí que es un axioma moral co­
múnmente aceptado y que constituye el principio normativo mo­
ral supremo, el que se expresa diciendo que toda persona debe
de hacer
el bien -el personal, el comunitario y el que consiste
en ordenar todas las demás cosas
al bien del hombre-y debe
de evitar realizar el· mal respecto de lo mismo.
4. Concepto de. perversión.
Según la definición verbal de esta palabra, dada en el diccio­
nario de la Real
Academia Española, significa acción o efecto de
pervertir o pervertirse y también
est.ado de error o corrupción
de costumbres, es decir,
significa la acción que es causa pero
también el efecto, estado o situación producido por la acción,
si bien
al efecto operado por el pervertir se le puede, igualmen­
te, denominar lo pervertido. La acción de pervertir la ejecutan
siempre las personas, pero
el efecto puede recaer tanto en las
personas como en ]as cosas producidas por el hombre y así pne­
den llegar a estar pervertidas una
y otras a causa de la acción
de pervertir. Y pervertir
significa, según las nociones que defi­
ne
el mismo diccionario, perturbar el orden o estado de las co­
sas. Y en una segunda acepción, dada por la misma institución,
significa viciar con malas doctrinas o ejemplos las costumbre,¡,
la fe, el gusto, etc.
Estas nociones de perversión como acción de pervertir a per­
sonas o .cosas y oomo · el efecto producido por e11a -lo perver­
tido--sean las personas, las doctrinas, ]a fe, las costumbres, el
gusto, etc., contiene ya precisión pero
puede adquirir más bajo
un concepto expresamente formulado. Para determinar
éste, se­
gún conviene ahora, es preciso puntualizar que la perturbación
del orden oonsiste exactamente en una inversión, y que, además,
es una inversión
. del orden respecto del bien del hombre y del
de las cosas en su referencia al bien del hombre. Por perversión
no entendemos, pues, una perturbación cualquiera de cualquier
671.
Fundaci\363n Speiro

RAMóN MACIA MANSO
orden, sino aquella perturbación que es una inversión del orden
moral adecuado, es decir,
de aquel orden realizable por la liber­
tad
--0rden moral-y que es el adecuado ¡porque procura el
bien del hombre. u ordena todas
las cosas que él crea a su bien.
No
cabe ninguna duda que, respecto del bien y ele! mal mo­
ral del hombre y los valores positivos y negativos del mismo y
de las cosas,
el orden de acción adecuado, el que es correcto o
recto, el que se justifica racionalmente, consiste en que a la per­
sona le corresponde hacer para sí misma su bien personal y or­
denar a sí misma los bienes de cosas y, además, no. realizar para
sí mismo
su mal ni ordenar para su . mal las cosas. Este es el
orden que respecto del bien del hombre corresponde hacerse por
el hombre y es el que pasa a ser contenido de la ley moral y
también de la conciencia ·moral de
las personas en tanto es recta
o correcta. Es itracional solo pensar que al hombre
le corres­
ponde hacer
lo que con~tituye un mal para sí mismo y no. su
bien y ordenar cualesquiera cosas expresamente creadas por él
para su mal y no para su bien. Toda perversión entraña esta
clase de itracionalidad práctica.
Toda
persona es libre de reconocer o negar por su razón, de
aceptar o rechazar por su voluntad y de regirse o no libremente
por 'este
orden moral correcto, el. adecuado respecto al bien ·mis­
mo. del hombre y por el que se establece también la adecuada
subordinación
de las cosas creadas por el hombre al bien del
mismo. A causa de la libertad, las personas, las acciones; las
co­
sas y las iostituciones 1>ueden llegar a ser como les corresponde
ser. Las personas que admiten
el orden moral adecuado y que se
rigen por la norma moral que fo exige o faculta, el iodicado pot
la razón práctica universal que lo reconoce y por su razón par­
ticular que
se lo manifiesta en · cada caso --conciencia moral­
hacen que aparezca la realidad moral que es. como le. correspon­
de ser, y también como debe o puede ser, adecuada al bien, a
los valores positivos,
al orden moral, a las normas morales.
A
causa de la libertad, existe la realidad de las personas que
se han hecho buenas a sí mismas o positivamente valiosas, o que
se han forjado una buena conciencia, o que han adquirido bue­
nas predisposiciones, o
que han formado una buena voluntad;
o que se han moldeado buenas tendencias, etc. Y a causa de la
libertad ejercida rectameote también existe el fenómeno o rea­
lidad de obras e iostituciones creadas por las personas que, efec­
tivamente, son medios o instrumentos objetivamente adecuados
para el bien del hombre, va de las personas, ya de las comuni­
dades mismas.
Se puede hablar, pues, de la realidad moral --o
672
Fundaci\363n Speiro

PERVERSION Y CONVERSION
del fen6meno moral-correcta, adecuada, la que es tal como co,
rresponde ser, que es la que es buena o positivamente valiosa
porque
,se ha realizado conforme al bien' o a los valores positi­
vos, o se ha conformado de acuerdo con ellos.
Frente a
la realidad, buena o valiosa, opuesta a , la misma y
también a causa de
la libertad de las personas, aparece la rea­
lidad pervertida, el
fet16meno de la perversión; pues las per­
sortas mismas, en su conjunto o. en sus diversos aspectos·, las
obras y las instituciones que crean pueden ser lo opuesto, exac­
tamente lo contrario de lo que les, corresponde y deben ser. Y
cuando a causa de
la libertad de las personas, ellas mismas, sus
acciones,o su obras, en vez,de llegar a ser como les corresponde
ser, llegan a
ser como no les corresponde ser y en vez de reali­
zar
el bien correspondiente realizan el mal opuesto, aparece el
fen6meno de la, perversi6n, la realidad moral pervertida.
La perversión es, pues, un fenómeno moral general que se
puede dar en todos los ámbitos de lo humano, desde el mismo
ser del hombre a las cosas creadas por él, pasando por las acti­
vidades que
realiza. Conceptualmente consiste en la inversión
del sentido adecuado, que lo es también del orden respectivo
y,
asimismo, del bien que corresponde existir en las personas, co­
sas y actividades producido por el ejercicio de la libertad de las
personas, de modo que todo ello, en vez
de tener el sentido de
realizar el bien,
los valores positivos y, en general, beneficiar al
hombre como corresponde ser, tiene el sentido opuesto, de reali­
zar el mal, los valores negativos
y, en general, de perjudicar al
hombre. En síntesis, la perversi6n es una sustituci6n,
, efectuada
por inversi6n llevada a
cabo libremente, del orden adecuado por
el inadecuado, del bien por el mal, de los valores positivos por
los negativos,
y se da en toda persona, actividad o cosa produc-
, to de la libertad del hombre que realiza valores hu¡nanos nega­
tivos en
vez de los opuestos positivos que correspondía, podía
y debía realizar. No consiste, pues, propiamente' en dejar
de ha­
cerse
las personas; o dejar de hacer o no hacer alguna obra o
actividades humanas, sino en hacer lo contrario de
lo que co­
rresponde en las acciones, obras y en las personas que se hacen,
teniendo en cuenta que, en general, y en cada caso, lo que co­
rresponde hacer libremente es el bien en vez del mal, los valo­
res positivos en vez de los negativos, y no exactamente lo con­
trario, que es en lo que se sustancia la perversi6n.
Así, la perversión en las
personas no consiste simplemente
en no hacerse o dejar de hacerse buenas personas sino en
ha­
cerse efectivamente malas personas en vez de buenas. La per-
673
Fundaci\363n Speiro

RAMóN MACIA MAfVSO
versión de la conciencia moral no consiste en no tener una con­
ciencia buena o recta,-sino en •teneí:-·una ºconciencia mala, inver­
tida, en tener una conciencia que considera bueno lo que es malo
objetivamente
y, por el contrario, considera malo lo que es bue"
no. No es una conciencia simplemente falsa, o ettónea, de cual­
quier forma, sino aquella que toma el mal por bien y al revés.
Lo mismo ocurre respecto de la acciótt: acción pervertida es
aquella que en vez de ser buena o de realizar algún bien del
hombre
es mala o realiza un mal del mismo. Y parecidamente
ocurre con las obras e institllciones; así, una institución perver­
tida no es la que no existe, sino la que, por ejemplo, en vez de
proporcionar un bien común, proporciona un mal común a la
sociedad. Parecidamente, el derecho pervertido no es la carencia
de derecho sino la existencia de una realidad invertida que está
en lugar
de la realidad adecuada del derecho; es, por ejemplo,
una antinorma,
.o una antifacultad, o un antideber, los cuales
sirven para producir un mal de las pesonas
y de la comunidad
en
vez de un bien de las mismas.
El bien
y el mal ontológicos no son conceptos ni realidades
absolutos, sino doblemente relativos; el bien
y· el mal son res­
pecto del hombre o de las cosas, siempre está en
relación a un
ser determinado. Por otro lado, el
bien y el mal respecto de un
mismo ser
se relacionan entre sí según una relación de oposi­
ción; y, por ello, si es un. bien moral, realizado por la libertad al
hacer el bien, se evita el mal que podía haberse dado en su
lu­
gar; y, al revés, al hacer el mal, se evita el bien que podía ha­
berse hecho en su lugar. De ahí surge una diferencia importante
en
la acción y la omisión lilorales. Dejar de hacer el mal es un
bien pero
no es tan bueno ICOfilO hacer positivamente el bien.
Dejar de hacer el bien
es un mal pero no tan malo como hacer
directamente el
mal. Así, un bien moral simplemente es evitar
el mal y
un. mal moral omitir el bien que se ¡podía hacer. La
personá positivamente buena es
la que hace el bien en vez del
mal,
y la pervertida es la que hace el mal en vez del bien, y no
simplemente deja
.de hacer el bien.
5. Conversión y reconversión.
Las personas buenas tienden a actuar bien y a hacer bien las
cosas que hacen, y, por el contrario, las malas personas tienden a
actuar
mal y a hacer las cosas mal, pero no de una manera inevi­
table sino a causa del hábito que han impreso en
su libertad.
674
Fundaci\363n Speiro

PERVERSION Y CONVERSION
Con mayor o menos esfuerzo las personas pervertidas pueden
hacerse buenas
y, al revés, las que son buenas a causa de su li­
bertad pueden hacerse. malas personás, pero pueden tambiéu op­
tar, respectivamente, por hacerse más buenas o más pervertidas
si cabe. Siu embargo, no hay ninguna duda de lo que objetiva­
mente conviene a toda persona y de lo que, por lo menos -tal
vez no su conciencia si está del todo. pervertida-, la ley .moral
exige,
es decir, lo que la razón práctica universal demanda y es
que todo
lo moralmente -'-libremente-pervertido, libremente
se convierta o en su caso se reconvierta. No· cabe tami}X>CO nin­
guna · duda que en el mundo humano actual hay muahas cosas
que
es preciso -y es un deber moral-convertir en las perso­
nas, en las conductas, en las costumbres, en las instituciones
sociales, jurídicas, políticas y en el campo de la economía, del
armamento, etc., además de
en el sector de la religión.
· Según las definiciones verbales recogidas en el diccionario de
la Real Academiá Española, «conversión» significa la acción y
efecto de
convertir o de convertirse y también mundanza de mala
vida a buena; lo que
se explica porque, según el mismo dicciona­
rio, entre otrás cosas, convertir significa precisamente mudanza o
volver una cosa en otra, y, en particular, respecto del hombre.
Este diccionario iudica que
convertir es reducir a . la verdadera
religión al que
va errado, o a íraerle a la práctica de las buenas
costumbres. Como puede comprobarse la conversión, en general,
es un cambio que puede referirse a muahas cosas, y en el hom­
bre
se refiere no solo a la conversión religiosa sino también a la
ética según el diccionario; pero, según un concepto más amplio,
la conversión
la referiremos al ser del hombre o a cualquiera de
sus aspectos, y también a las actividades, cosas e instituciones
creadas por
él -mismo, es decir, a cualquier parte o elemento del
mundo humano. De esta manera el concepto
y la correspondiente
realidad de conversión
y, en su caso, el de reconversión que es­
tableceremos con su respectiva realidad tienen la misma exten­
sión.
que el concepto y la realidad de la perversión.
Los conceptos y las realidades a los que éstos se refieren de
conversión
y reconversión son contrarios . al concepto y realidad
de
la perversión, definen el cambio de sentido y la mudanza que
va desde una perversión determinada a su correspondiente rea.
lidad opuesta y, por tanto, designan la cohquista libre --o mo­
ral-de un bien por' abandono libre del mal opuest¡, que exis­
tía, ya sea en las personas, etl las actividades, las obras, las ins­
tituciones, ere. Mientras el concepto de perversión define, en ge­
neral, el camino de dirigirse y la situación de ingresar en . el mal
675
Fundaci\363n Speiro

RAMóN MACIA MANSO
moral en vez del bien moral, la conversión y reconversión signi­
fican el ,abandono del mal ¡noral para digirse e ingresa,; en el
bien.
Los conceptos y realidades de conversión y reconversión
suponen ambas la existencia de la perversión.
Se diferencian en
que la conversión
es la inversión de una perversión a la que se
había entrado directamente sin que se haya llegado a ella desde
una situación buena inicial, mientras que la · reconversión es la
inversión de una perversión derivada o efectuada por inversión
del estado
b1.1eno inicial.
La converSi6n es la inversión de una perversión inicial; esen~
cialmente consiste en operar ,el cambio de sentido y de ser que
contiene la perversión por
el sentido y ser opuestos, de modo
que las personas, actividades, obras institucionales, etc., perver­
tidas, que son moralmente
malas por estar dirigidas y ordenadas
a la consecución del mal o de los valores negativos en
vez de al
bien o de los valores positivos, cambien de sentido, orientándose
hacia el bien
y los valores positivos y, por ello, se sustituyan las
realidades pervertidas por las opuestas buenas porque, o reali­
zan el bien, o los valores positivos, o son medios para lograrlos.
La conversión estriba en un cambio de ser y de sentido, en el des­
prendimiento del ser que se tenla y la dirección que se seguía que
erán las malas y opuestas a las qne correspondía tener y en la
adquisición del ser y el emprendimiento de la direoción contra­
rias que son las que correspondía tener y seguir. La convers1ón
de una perversión
cond1.1ce, por tanto, a una realidad bnena,
aquella que corresponde ser, tener, o
realizar, la que es justa o
proporcionada,
la adecuada o correcta respecto al ,bien del hom­
bre, el de las personas, el de las sociedades o los que favorecen
éstos. ,
La reconversión es úna reposición del ser y del sentido que
le corresponde tener'
al ,ser de las personas, actividades, obras e
instituciones humanas que ya se tuvieron· atiteriormente pero · que
libremente se h~blan perdido y adquirido los contrarios y, por
ello, habían llegado a una realidad pervertida desde una reali­
dad inicial buena. Mediante
la reconversión se recobran el ser
bueno, correspondiente y opuesto al malo o pervertido que se
abandona porque se recupera
la dirección originaria hacia el bien
que
se habla tenido y luego abandonado y el rechazo del mal y
de los valores negativos por los que se había optado. En síntesis,
la reconversión es el cambio del n¡al moral al que libremente, se
habla llegado en contra del bien que correspondia y debía reali­
zarse por el bien que
ya se había poseído tal como corresponde
y debe hacerse y tenerse en todo
caso.
676
Fundaci\363n Speiro

PERVERSION Y CONVERSION
En resumen, estos dos fenómenos contradictorios entre · sí,
como son el de la perversión con el de' la conversión y el de la
reconversión respecto· a la
perversión, quedan determinados, te­
niendo en cuenta que la perversión consiste en la realización .li­
bre del mal o de los valores negativos
en vez del bien o de los
valores positivos en
la persona, en sus acciones o en sus obras
e instituciones; la conversión se da por la inversión del sentido
orientado al mal en vez de al bien que tiene la perversión
y el
cambio de la realización del mal
por el bien en aquellos mismos
ámbitos, de modo que consiste
en la realización libre del bien
y de los valores positivos en vez ·del
mal y de los negativos,. lo
opuesto de lo que ocurría
en cualquier perversión. Y la recon­
versión es exactamente lo mismo,-salvo que, originariamente, se
había partido de las realidades que libremente habían llegado a
ser como les correspondía
y deben ser, es decir, adecuadas al bien
del hombre.
Por esto, la reconversión es siempre restauración, restable­
cimiento de bienes
y recuperación de los valores positivos que
corresponde realizar a
la persona, en tanto son un bien de sí
misma, o de las comunidades, o un medio ordenado a los mis­
mos, los que
ya se habían realizado en otro momento pero que
se habían abandonado y asumido y realizado los contrarios, que
eran los que no correspondía
ni debían realizarse y que detertni­
naron
la perversión a la que se llegó. En cambio, 1a conversión
simple es la salida del ser
y de la ruta del mal y de los valores
negativos que
se tenía y había entrado desde el principio para en­
trar en el camino del . bien y en la realización de los valores po­
sitivos que nunca se había recorrido ni operado.
La reconvers.ión es, pues, la vuelta a la !)OSición correcta ini­
cial que se ocupaba, pero después de abandonarla libremente por
el mal. El que una vez que ha conocido y practicado el bien opta
libremente en trocarlo
por el mal suele llegar a . una. perversión
más. completa
y desastrosa que el que por ignorancia ha estado
siempre. pervertido en
su ser, conciencia, -acciones, etc. Por eso
. la conversión es más
fácil que la reconversión. Si una persona se
pervierte más de una vez --con las correspondientes conversio­
nes--, cada nueva perversión es peor que la anterior, y se está
iuganqo el no poder salir de ellas.
6. Perversión religiosa.
Existen varias perversiones
y, por tanto, la necesidad de sus
respectivas conVerSiones en ma.teria religiosa, en el aspecto reli-
677
Fundaci\363n Speiro

MMóN MACIA MANSO
gioso del hombre. Hoy día está muy exteudido el fenómeno del
ateísmo, .que entraña ditersas perversiones religiosas, como tra­
taté de demostrar y sobre el que se harán algunos análisis. El
hombre ateo, encerrado
eu sí mismo, impide cualquier relación
con Dios, nada de Dios
acepta. y nada a Dios da. Toda persona
tiene libertad para cerrar o abtir una
intercomunicación con Dios.
El ateo decide lo primero, el hombre religioso realiza lo segundo
de alguna manera.
Sin embargo,
·se extiende también el feuómeno defa existen­
cia de personas que sin ser ateas porque confiesan creer en Dios,
sin· embargo se comportan como ateas porque no cultivan nin­
guna relación con Dios.
En realidad se pueden distinguir distin­
tos modos y grados de ateísmo: el teórico, que es también prác­
tico,
el puramente práctico, el beligerante y el no beligerante, el
negativo o inmotivado y el positivo o desmotivado, el doctrina­
rio, fundado en una doctrina
filosófica, el no doctrinario no am­
parado en ninguna doctrina determinada, etc.
Existen personas que simplemente no creen
· en la existencia
de Dios porque lo
desconocen y, así, son literalmente necios;
viven despreocupados de Dios porque viven solo preocupados
por su vida puramente humana; no tienen interés por conocer
a Dios, no se formulan ninguna pregunta acerca del mismo y,
aparentemente, no echan de menos a Dios en sus vidas. Se eu­
cuentran en 1;1n ateísmo .negativo por despreocupación, por ca­
rencia de razones y de interés. Esta forma de ateísmo no es ni
proselitista porque los que a
él pertenecen no pretendeu, eu ge­
neral, hacer adeptos, ni tampoco beligerante, porque nada· haceu
contra los que creen, porque en realidad no les preocupa
tam­
poco. El ateísta práctico, el que cree pero i:to ;vive de acuerdo
con sus creencias no establece ninguna relación o comunicación
con· Dios, adopta también esta indiferencia de no actuar ni en
pro
ni en contra de la religión; en este caso ni trata de hacer
apostolado alguno
pata convertir a la religión a .los no creyeutes
ni
tampoco trata. de mostrar el error de los no creyentes o el
acierto de los creyentes.
Otras personas, en cambio, no creen por desmotivación o
por inmotivación, unos porque no han encontrado motivos
su­
ficientes para creer, otros porque creen haber encontrado moti­
vos para no creer. Motivos para no creer eu algunas personas
son la imposibilidad de
la explicación racional del mal en la hu­
manidad, sobre todo el que recae en personas inocentes, o la
existencia del sufrimiento, la enfermedad y la muerte, o el es­
cándalo producido por las conductas totalmente inconsecuentes
678
Fundaci\363n Speiro

PERVERSION Y CONVERSION
con sus creencias de algunos creyentes, sobre todo, si se dan en
personas que tienen profesión religiosa, o bien
pot una razón so­
ciológica, la de vivir en un ambiente general sócial o particular
familiar ateos.
OtraS personas no encuentran razones que motiven a creer
en Dios porque, a su juicio, no se puede probar racionalmente la
existencia de Dios, no admitiendo como válidas las argumenta-.
clones o pruebas que a tal efecto
se aportan, pot ejemplo, las
tradicionales aducidas por Santo Tomás, las de Aristóteles, etc.
Es la forma de ateísmo que está fundada en el agnosticismo, aquel
que cree en la imposibilidad de la razón humana -escepticismo
particular en
lo religiosD-'-"-para llegar de ninguna lilanera al co­
nocimiento de Dios ni la de su existencia. En realidad, comple­
mentariamente, no admite tampoco que pueda existir ningún
otro tipo de conocimiento
¡,ara acceder a Dios· porque, dogmá­
ticamente, cree que solo
la razón es facultad cognoscitiva. Kant,
parcialmente, patrocina esta doctrina agnóstico-racionalista.
La
razón pura en su función teórica es incapaz de probar, tanto la
existencia de Dios, como la inexistencia del mismo. La razón
pura, que no puede tener en cuenta ninguna experiencia de
Di<;>s,
solo es capaz de aportar pseudopruebas de lo uno -la existen­
cia-igual que de lo otro -la inexistencia-y, por tanto, de
llegar a afirmaciones abiertamente contradictorias que prueban
palmariamente la incapacidad de. la raz6n humana para el cono­
cimiento de Dios. Sin embargo, el mismo Kant admite el
acceso
a Dios a través de la razón pura en su función práctica; deduce
la existencia
de Dios a partir · de la existencia, para él evidente,
de la. conciencia moral en
el hombre, la que realmente constitu­
ye un hecho experimental. Otros amores, en cambio, no admiten
ninguna posibilidad de demostrar
la existencia de Dios ni de ac­
ceder a ningún conocimiento del mismo por medio de la razón;
por ejemplo,
N. Hartmann entiende que Dios queda en todo caso
fuera de los límites de lo inteligible, está en la esfera de lo trans­
inteligible. En realidad, también
la percepción sentimental como
vehículo o potencia cognoscitiva tal como
la entiende, por ejem­
plo, M. Scheler, es decir, como facultad puramente natural es
incapaz de proporcionar un riguroso conocimiento aunque tal
vez sí permite algún convencimiento de la existencia de Dios.
Se olvida, sin embargo, que existe una vía de conocimiento
de Dios, no racional,
ni emocional, no tJ.atural pero .no irracio ..
na!, ni contranatural, que es la que proporciona la fe; la cual, en
sí misma, permite una creencia suprarracional, pero·.que se puede
fundar en la demostración histórica de la existencia del que ha .
679
Fundaci\363n Speiro

RAMóN MACIA MANSO
revelado las verdades objeto de la fe, es decir, fundada en el
hecho del nacimiento, vida, enseñanza, muerte
·y resurrección de
Jesucristo, que a sí mismo
se proclamó enviado de_ Dios Padre;
hijo de El,
y realizó milagros para probar su condición y pro­
cedencia. Solo
cabe aquí apuntar que si bien la sola razón puede con­
_siderársela incapaz de demostrar o por lo menos de convencer
a muchas personas acerca de la existencia de Dios, igualmente
lo
es para demostrar o convencer sobre la inexistencia del mis­
mo. Y, desde luego, la razón con solo sus luces naturales sí que
es absolutamente incapaz de conocer
y de comprender los mis­
terios de la fe católica, que son parte importante de las ver­
dades reveladas por Jesucristo. Porque solo Dios sabe cómo
es
El mismo, y también aquel a quien Dios se lo quiera revelar en
lo que quiera desvelarle, pero no lo hará si no cree en Jesucristo
y lo que ya ha revelado por medio del mismo. Muchas personas
tienen, o han tenido,.
eioperiencia de Dios, en particular hechos
de conocimientos del mismo, en muy diversos grados y formas.
Este
es un fenómeno también actual y que se ha dado siempre
dentro de la Iglesia católica por
más que ahora se hable poco o
nada de
él y muchas personas lo desconozcan. No es de extrañar
la aparición de este fenómeno, porque la fe infundida por Dios
mediante
el bautismo proporciona a la persona que la recibe una
capacidad de conocimiento extraordinaria por ser sobrenatural
-incluso ilimitada en tanto la puede actuar también Dios-sobre
un mismo contenido de verdades reveladas objeto del conoci­
miento de la fe,
si bien las distintas personas tienen de hecho di­
versidad de grados de conocimientos, porque el ejercicio de la fe
aumenta la capacidad de conocer
mientras que el no ejercicio la
disminuye. El que llega a adquirir una gran
fe, desarrollada por
el ejercicio de
la misma, puede llegar un momento en que obtenga
conocimientos de Dios producidos por el mismo Dios por
me­
dio de su Espíritu. Y esto tampoco es difícil de comprender, ya
que el Hijo de Dios vivo -no una idea cualquiera de Dios­
Jesucristo, vino al mundo y vivió en él mánifestándose visible­
mente para darse a conocer y dar luz
al mundo; y después de
muerto resucitó y está vivo y viene a habitar en las personas
juntamente con su Espíritu, y actúa y hace sentir su vida y se
manifiesta a sí mismo espiritualmente de diversas manetas den­
tro de ellas.
En todo caso, respecto de los que no creen por
más que todos
los hombres están llamados a creer, después de
la venida de
Jesucristo
ya' no faltan razones objetivas ni motivos para creer.
680
Fundaci\363n Speiro

PERVERSION Y CONVERSION
Los que dicen que no tienen motivos y también los que se han
desmotivado, si quieren encontrarlos pueden; basta que busquen
de buena voluntad, y que desechando todo tipo de preconcep­
ciones y prejuicios acerca de Dios, y sin
predisposiciones en
contra, en especial deponiendo el orgullo soterrado de erigirse
en medida de todas las cosas, lean atentamente
'el evangelio
cuantas
veces. les hiciera falta; y, sin duda, terminarán no solo
por encontrar allí motivos para creer, sino que hasta
es probable
que encuentren a Dios, porque el que busca a Dios rastreándole
en su palabra
es.tá ya cerca de El, le dará capacidad para creer
y cuando menós lo espere lo encontrará porque El se hace en­
contrar. Además,
en el evangelio se encuentran .también palabras
pronunciadas
por el mismo Jesucristo que proyectan luz suficien­
te para que toda persona pueda hallar soluci6n
con aquella luz
a los enigmas del
mal, de dolor y de la muerte, aunque no sea
creyente, sin el poder cognoscitivo del creyente. Y es que Jesu­
cristo es, por sí mismo, la
luz que brilla en las tinieblas con
capacidad de disiparlas y el que lo quiera comprobar que consi­
dere atentamente
sus palabras; son siempre palabras que dan luz
y vida, porque Jesucristo según El mismo se deíini6, es luz y
vida que ilumina y vivifica al mundo, a los hombres.
7. Ateísmo beligerante.
Además del ateísmo negativo, ya sea el despreocupado, el mo­
tivado o el desmotivado indicados, existe la modalidad del ateís­
mo beligerante o combativo,
el que es positivamente activo por-·
que lucha para extenderse y ataca las creencias religiosas y, a
veces, hasta a los que las tienen. Es frecuente que los que no
encuentran a Dios porque no
le buscan debidamente, o los que
se separan de El porque no están dispuestos a seguirle con las
exigencias en su vida que ello entraña, muchas veces terminan
por combatirle desde ideas y con razones puramente humanas.
El resentimiento
y la soberbia son, entre las causas posibles, quizá
las más importantes que conducen a este tipo de ateísmo.
El ateísmo
beligerante admite grados diversos. Un grado o
forma
es creer que la no existencia de Dios es una verdad y· que
la creencia en
la existencia de Dios es una falsedad o error. Los
que
se encuentran en este tipo de ateísmo, en primer lugar,
creen, pues, que ellos están en la verdad
y que los que creen
en Dios están en el error. Y sintiéndose redentores extraen la
consecuencia práctica de que hace falta desenmascarar el error
y propagar la verdad, es decir, extender a todos el ateísmo ·y, en
681
Fundaci\363n Speiro

RAMóN MACIA MANSO
particular, hacen todo lo posible para mostrar la falsedad de las
creencias,
o también más llinifadamente utilizan otros medios
para que dejen de creer los creyentes. Lo primero es un ataque
directo a las creencias
para que, o no se llegue a creer, o se de¡e
de hacerlo. Lo segundo se da al hacer para que los creyentes deien
de creer.
El ateísmo que lucha contra las creencias es siempre doctri­
nario
y trata de fundar su doctrina atea en una determinada
concepción del hombre que le sirva, a su vez, para desechar la
posibilidad de creencias religiosas. Se propugna siempre un hu­
manismo desligado de Dios
-por tanto Dios queda excluido por
la primera posición que toma-pero se trata de justificar este
humanismo aduciendo que, con
Dios -es decir, solo con la idea
de
Dios--, .. el hombre queda empequefiecidó y sojuzgado; mien­
tras· que sin Dios -sin h idea del mismo-, el hombre queda
engrandecido
y liberado. Dios, como idea de un ser absoluto
relativiza, empequeñece
y reprime al hombre. Es preciso, pues,
liberar
al hombre de toda idea de Dios para que el hombre quede
enaltecido y no pensar en
un Dios inexistente que lo disminuye.
Como dirá Feuerbach: «el ser absoluto, el Dios del hombre,
es
el propio hombre». Esta exaltación del hombre por el hombre
hasta autoproclamarse
Dios, claro está que es solo una idea del
hombre, una concepción del mismo hornbre mediante
su pensa­
miento; pero este endiosamiento no· le hace tealmente Dios, me­
diante estas ideas nada le añade ni tampoco le quita al ser de la
naturaleza hmnana solo exacerba su ansia de ser más de lo que
puede, y así puede desembocar en la idea
de un «superhombre»,
como
hizo Nietzche, que termina en una exaltación . de la ambi­
ción .del hombre, o bien en una exaltación del egoísmo radical
del hombre, insolidario
incluso con los demás hombres, tal
como
propugnó M. Stirner en el Unico. Esta doctrina de la liberación
del hombre respecto
de Dios conduce, pues,· en estos casos a
que el hombre se
esclavice a sí mismo, fomentando el pábulo de
sus pasiones egoístas, o en esclavizar a los demás hombres de
acuerdo con su ambición desenfrenada de dominio de los demás,
y
así la liberación real de Dios v Ja exaltación de la libertad del
'hombre,
fomentada por determinadas concepciones del hombre,
termina realmente por proclamar y realizar la esclavitud del hom­
bre por el propio hombre. Por solo su pensamiento el hombre
no tiene poder para hacerse Dios, ni tampoco un
supevhombre.
El pensamiento del hombre tiene poder para negar a Dios, pero
éste,
"ni con todo lo que tiene el hombre, tiene poder para ma-
682
Fundaci\363n Speiro

PERVERSION Y CONVERSION
tar a Dios realmente, como pretendía M. Stirner y otros que
han hablado
de la muerte de Dios. . .
Puede el ateo emplear otros medíos para extender el ateís­
mo no mediante concepciones doctrinales del hombre incompati­
bles con Dios, sino
mediante el fomento de conductas del hom­
bre que también lo alejan de Dios y de las creencias en EL Es
un ateísmo práctico directamente, con poca fundamentación
teó­
rica, pero muy eficaz. Se trata de hacer que el creyente abandone
sus
creencias mediante la incitación, la introducción y, en general,
el fomento de la perversión de las costumbres y conductas
efec­
tuado en nombre de la libertad y de acuerdo con los apetitos
sensibles del
hOlnbre. Se fomenta 'la libertad de enviciarse por­
que el vicio que excluye a Dios del ser hombre termina
por ha-.
cer inoperante la fe, hasta llegar a. matarla. El que en nombre
de la libertad vive
su 'vida sin freno alguno, primero pierde a
Dios, después la misma
fe en El, también la misma noción de
bien y de
mal -la conciencia moral-y queda. liberado de Dios
y de todo
lo dicho, pero esclavizado a sí mismo, a sus pasiones
y vicios.
Jesucristo ha dicho que El es la verdad y que ha venido a
dar testimonio de la verdad; el ateísta en. este grado, sintiéndose
y
creyéndose en posesión de la verdad, afirma que hay que desen­
mascarar la falsedad de Dios que tanto mengua· y reprime al
hombre, porque la verdad
es que Dios no existe y la falsedad·
es creer en su existencia. Es su· credo-con exigencias prácticas.
Otro grado de ateísmo, superponible al anterior, y en parte
implícito en el mismo,
es el que consiste en creer que la creen­
cia en Dios no solo es un error o falsedad sino un nial grave para
la persona. y sobre· todo para la sociedad;. y la no creencia en El
no solo es la verdad sino un gran bien para el hombre y. para 1a
sociedad. Creer en Dios no solo · es un mal para los que creen,
sino también un
mal para los que no creen, un mal para el con­
iunto de
la sociedad. La consecuencia práctica es que es preciso
luchar contra las creencias religiosas
-y hasta contra los mismos
creyentes-para eliminar la falsedad y el mal, individual y so­
cial, y hacer que resplandezca la verdad, aparezca el bien de la
persona y de la sociedad y, en general, de la humanidad.
Este ateísmo es también doctrinario y quizás la doctrina que
ha formulado Marx al respecto
es la más aceptada y fundada y
por eso la exponemos someramente. Marx
fundamenta su doc­
trina atea en una concepción materialista e histórica del hombre
y del mundo que, transformado por
el hombre, incorpora a sí
mismo. Es
la concepción según la cual el hombre se produce a
683
Fundaci\363n Speiro

RAMóN MACIA MANSO
sí mismo, realiza la autoproducción de su ser material, al que se
reduce _ todo su ser, por el trabajo mediante el producto material
del mismo. Desde esta base materialista y laboralista se predeter­
mina el sistema de pensamiento -de Marx, según el que pretende
explicat desde sus causas todos los fenómenos del mundo huma­
no, también
el_ de la religión. Así, el esquema general del ateís.­
mo que hemos diseñado se verifica también en Marx pero de
forma especial por formar parte del sistema general en que se
incluye.
Segón la doctrina marxista, y por tanto segón el autor de
la misma, no existe realmenté Dios, sino solo idea-s, creencias
y tratados sobre Dios, formándo lo último la Teología. Marx
afuma que Dios es solo una fantasía, una ilusión --eso sí, muy
perniciosa
y veremos luego por qué--creada por la mente hu­
mana,
no individualmente, sino que realmente es un producto
social.
El hombre, mejor la sociedad, fabrica _ a Dios, pero esto
no es todo
en la doctrina -atea .de Marx, ya que él trata de ex­
plicar la causa, el porqué la mente del hombre idea a Dios.
Segón el pensamiento de Marx, las ideas puramente ilusorias­
acerca
de Dios -sin la existencia del ser del mismo-no sur­
gen ca:-sualmertte, -.sino: que tienen una causa y_ es una causa ne­
cesaria mientras persistan .determinadas condiciones en el que
se efectúa el trabajo. Aquellas ideas religiosas s-e producen por
necesidad cuando el trabajo de producción material en el pro­
ceso de· autoproducción material del hombre, el trabajador se ve
forzado a vender su fuerza de trabajo por el precio que deter­
mina el que
posee todos los medios necesatios para la produc­
ción._ En estas condiciones, necesariamente se pn,duce la explo­
tación de unos hombres por otros hombres. Por la fuerza se se­
para del humbre productor toda la parte que es posible del pro­
ducto de su trabajo y -así el mismo ser del hombre queda alie­
nado porque pierde
parte de su ser con la pétdida de parte del:
ptoducto de su trabajo que va a parar a los explotadores del
mismo. Esta alienación fundamental produce la alienación del'
hombre en la sociedad que se divide en dos das-es, la de los ex­
plotadores
y la de los explotados, y ésta, a su vez, provoca las­
alienaciones jurídicas y políticas en las que viven los hombres:
pata llegar
-al final a la religiosa. Cada alienación conserva, pero
transforma, la que es causa y condición suya y, a la vez, la aro-­
pata hasta llegar a la filosófica y religiosa que s-e transforman en,
irreales.
En particular la sociedad produce en su mente a Dios, porque
el hombre se encuentra profundamente insatisfeoho en su inte-
684
Fundaci\363n Speiro

PERVERSION Y CONVERSION
rior y en el mundo suyo, y aunque no sea consciente de ello es
. a causa de la falta de libertad y de la pérdida de parte de su
ser; a causa de la expoliaci6n que verifica una clase social con­
tra otra; a causa de que el derecho protege con la fuerza los in­
tereses de. los explotadores; a causa de que el Estado protege
con todo su poder la situaci6n
de explotaci6n para que perma­
nez.ca. A causa de que la Filosofía trata de justificar con la ra­
z6n todo ello. A causa de que las creencias religiosas paralizan
toda posible aoci6n de Jiberaci6n de esta desastrosa situaci6n
del hombre.
Crear un Dios ficticio
no solo no sirve para recuperar la pér­
dida de ser del hombre y la obtenci6n de su libertad sino que,
por el contrario, perpetúa
la alienaci6n fundamental impidiendo
la revoluci6n social que es ineludible
realizar. La religi6n es un
mal porque mantiene
la ,pérdida de . ser y de lihertad del hombre,
bloquea
.la misma posibilidad de eliminar estos males, ya que al
imaginar que un Dios inexistente hará justicia en un más allá
también inexistente impide,
de todos modos, que los hombres
que son· los únicos que pueden hacerlo luchen por la justicia
en
el único mundo que existe; que ellos mismos, con -todos los me­
dios a· su alcance, traten de recuperar su ser y obtener la liber­
tad, liberándose de todo lo que lo impide.
Por eso la religi6n,
además de ser en sí misma alienaci6n,
es el opio del pueblo, que
adonnece y paraliza la necesaria e inevitable lucha de clases en
vez de fomentarla y provocarla.
La religi6n, según .Marx, es, además, una ideología, Uh con­
junto de ideas, creencias; prácticas y pretendidos saberes sobre
ello
que son algo más que falsas; pues al contrastar con la rea­
lidad la falsedad puede llegar a descubrirse pero, en este caso,
los que crean, los que
creen y los que tratan de conocer el oh-·
jeto

de
la religi6n, ni siquiera pueden llegar a saber, ni tampoco
superar
la ilusión de verdad, porque ni conocen ni pueden eva­
dirse de la realidad primaria que provoca aquellas ideas ilusorias.
Con la doctrina de la religión
corrio ideología, Marx lleva las
cosas más allá de la. distinción . de una conciencia verdadera y
otra falsa, y
de errores de conocimiento frente a verdades cien­
tíficas. La conciencia y el saber sobre
algo realmente existente
pueden ser verdaderos o falsos, pues por la realidad
se pueden
verificar o falsear. Pero
la conci<;.Pcia y el saber sobre algo inexis­
tente no son propiamente ni conciencia
ni saber sino ilusiones de
conciencia y de·
saber; no son conciencia o conocimientos falsos
sino falsa conciencia
-no conciencia-y falso conocimiento o
no
saber. Así, los que creen en· Dios por su conciencia, y los que
685
Fundaci\363n Speiro

RAMóN MACIA MANSO
en sus estudios sobre Dios pretenden saber ,,Jgo de El -T eolo­
gía-no es que tengan . una conciencia falsa de Dios sino falsa
conciencia o conciencia ilusoria, y obtienen no un conocimiento
falso sino un falso saber, un saber ilusorio, sin que tengan o pue­
dan tener conciencia o conocimiento de
sus ilusiones·, Jamás po­
drán descubrir estas ilusiones los que las sufren porque desco­
nocen las causas que por necesidad en determinadas condicio­
nes la'S -rienen .qué provocar.
Por el contrario, Marx, al crear y creer en su doctrina que
afirma la inexistencia
de Dios, no solo está en posesi6n de·la ver­
dad sino que tiene conciencia de que conoce la verdad. Sabe que
es . verdad la inexistencia de Dios porque conoce las causas por
las que en
detetrninadas. condiciones descubie1.1tas por él surge la
necesidad de la fabricaci6n ilusoria de Dios. Por esto su doctrina
sobre. la inexistencia de Dios y sobre la naturaleza y la función
que desempeñan en
el. mundo las creencias religiosas forman
parte del saber científico, mientras que toda doctrina y creencia
religiosa y el pretendido saber sobre ello forma parte
del no sa­
ber o ideología.
San Agustín había sentenciado: «Nos has hecho Señor para
Ti y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en Ti».
Lo que podría completarse · -luego . se verá-que el hombre
no será feliz hasta que participando de Dios se integre en su ser.
Marx nos viene a decir que en
la autoproducci6n puramente
material
del hombre, se interfieren fuerzas, de tipo econ6mico­
sociales
y jurídico-políticas además de ideas filosóficas e imagina­
ciones religiosas, que impiden que el hombre se realice libremen­
te;
. y es necesario empezar por extirpar las creencias religiosas
para que el hombre
pueda, realizarse y llegar a ser. feliz.
De conformidad con el pensamiento de
Marx no es posible
matar a Dios porqué
ya está muerto o no exiSlte. No es necesa­
rio incorporar a Dios .en la vida humana porque es imposible.·
Es necesario matar la conciencia
de Dios -liberarse del fantas­
ma de Dios y de sus fantasmagóricas exigencias morales-- por­
que sin ello
el hombre no puede hacerse a s! mismo por la sa­
tisfacción libre de sus necesidades materiales. Este es el ateísmo
beligerante de Marx, por más que .se quiera olvidar -como se
silencia también la exigencia del fomento del odio de clases, la
necesidad de la revoluci6n del proletariado, la necesidad de la
dictadura del proletariado,
etc.-,-; que forma parte esencial del
sistema de Marx
la necesidad de. la persecuci6n religiosa y hasta
de los hombres que las
sustentan: Y sin ,todo esto no hay mar­
xismo
de Marx.
686
Fundaci\363n Speiro

PERVERSION Y CONVERSION
8. Las perversiones del ateísmo.
Por el conocimiento superior de la fe, fundada en la venida
de Jesucristo al
mundo, enviado por Dios Pa:dre para iluminar,
dar vida y salvar al mundo, tenemos la terteza en
el cónocimíento
de la verdad de la existencia del único Dios vivo y verdadero
-no de una idea de Dios-y también de su vida trinitaria. Es
Dios Hijo
el que nos desvel6 las verdades· sobre Dios que· El
nos quiso revelar; El, que siendo y estando en Dios desde el
principio, se conoce a sí mismo y
al Padre por sí mismo, y los
hombres solo pueden conocer auténticamente lo que
Bl ya nos
revel6 de palabra viva estando
con nosotros, y lo que por medio
:del }¡spíritu Santo que nos envi6, el Espíritu de la verdad, nos
.quiera revelar hasta conducirnos
al conocimiento de la verdad
completa. Por medio del
poder cognoscitivo normal de la fe y,
en su caso, por medio .del Espíritu de la verdad, y en todo caso
por las verdades de fe reveladas por Jesucristo, conocemos la
verdad de la existencia de Dios y hasta sabemos algo de su esen­
cia. Por Dios mismo sabemos que Dios no
es un producto fa­
bricado por la imaginaci6n del hombre como remedio ficticio de
ninguna deficiencia puramente humana -

y menos
aún si cabe
de las económico-materiales- sino que,
j:,or el .contrario, el mun­
do y el .hombre son
producto de Dios.
Y sabemos que Jesucristo vino
al mundo por el amor del
Padre, y que él nos
am6 hasta dar la vida por nosotros, los
hombres,
y vino no solo para que conociéramos r4 Dios verdadero
y vivo y algunas verdades sobre El mismo, para iluminarnos en
estas verdades y eliminar las tinieblas sobre
el misterio de Dios,
sino también para
dar vida divina a los hombres; pues a t.odos
los hombres que crean que Jesucristo es el Hijo de Dios envia­
do por
el: Padre, y crean en todo lo que El ha revelado, el Pa­
dre
los hace hijos suyos por su voluntad. Y así es como los
hombres por la
fe tienen el poder de hacerse hijos de Dios Pa­
dre y no solo el poder de conocer al verdadero Dios (véase, so­
bre todo. el prólogo del evangelio de San Juan).
La verdad revelada de que los hombres pueden llegar a ser
hijos de Dios
-por voluntad del Padre condicionada a la vo­
luntad de los hombres para hacerse efectiva-y participar de
la vida divina de Jesucristo nadie, nunca, pudo imaginarla y
hasta después de desvelada a muchos les cuesta creerla. Cuando
el hombre abandonado a sus 1utes y fuerzas piensa sobre Dios,
en el mejor de los ca.sos puede llegar a conocer su existencia;
687
Fundaci\363n Speiro

RAMóN MACIA MANSO
pero puede llegar a no descubrirla o, como Marx, puede llegar a
pensar que
es 1una pura ficción para remedio engañoso de 1nales
puramente humanos; o, como Qtros, pensar que es un invento
del hombre para empequeñecer. al hombre. Muchos
,han fabrica­
do ideas de Dios, pero Dios no es una idea de los !hombres, ni
cabe en la imaginación
de los hombres tal cual es, ni los hom­
bres pueden conocer como es solo por la luz natural de la razón,
sino
en su .verdad solo por las luces de la fe. Por esto, a través
del poder sobrenatural --en realidad divino e infuso por Dios-,
cognoscitivo .de la fe que permite acceder a algo más que a la
verdad de la existencia de Dios, podemos juzgar rectamente que
en los ateos y en
la doctrina ate!sta se dan las siguientes per­
versiones:
La primera perversión es la de la conciencia religiosa, que
consiste en
la inversión de la verdadera conciencia. El ateo toma
por verdad inconcusa la
no existencia de Dios -a pesar de que
esto no
se puede rigurosamente demostrar por la razón-, lo
que es falso desde el contenido
de la revelación no incompati­
ble con
la razón; y, además, toma por falsedad indiscutible la
existencia de Dios, lo que es una verdad de fe no incompatible
con
la razón. Aquí, en la conciencia, la inversión y por ello la
perversión es completa: toma lo verdadero
por .falso y lo falso
por verdadero sin demostración de la razón natural y

a pesar de
la revelación sobrenatural si es que para mientes en ello. Esta
inversión de
la conciencia la proclama y defiende toda doctrina
ate!sta.
La segunda inversión operada en el ateo, por lo menos ,en el
beligerante, y defendida por las doctrinas ateas beligerantes, afec­
ta a su actuación y en primer lugar a la norma de su actuar. En-.
tiende que es necesario combatir -demostrando con ello muy
poco
respeto a la libertad de conciencia-las creencias religiosas
porque son un
mal y al hacerlas desaparecer se proporcionará un
bien
al hombre y a la humanidad en vez de estimar que es ne­
cesario difundir libremente el mensaje de la fe -lo que es, ade­
más, un ·mandato dado por Jesucristo a todo creyente---, porque
esto es el bien supremo del hombre y la carencia de fe un gran
mal para
él mismo. Estamos ante la perversión de · la norma y
de la conducta de apostolado de
la fe: el ateo considera que es
norma y conducta buena las que son objetivamente malas y, al
revés, considera buenas las que son malas. Es también una
per­
versión completa de la norma y de las conductas que se ajustan
a. ella y de las doctrinas que las defienden.
En esta inversión o
perversión· no incurren los ateos no be-
688
Fundaci\363n Speiro

PERVERSION Y CONVERSION
ligerantes y forma, en cambio, sustancia fundamental del credo
marxista. Aunque sea de pasads e incidentalmente hay que apun­
tar que los cristianos, en general, que afirman que el cristianis­
mo y el marxismo son compatibles están equivocados, no han
llegado a
entender el marxismo; _objetivamente es falso y subje­
tivamente tienen conciencia err6nea
-solo as! lo pueden com­
patibilizat-, no sé si disculpable o no. La doctrina de Marx no
deja lugat a uinguna duda. En particulat el catollcismo. y el mar­
xismo no solo se oponen en los principios supremos, a saber, Ja
·reducci6n materialista del marxismo frente a la irrenunciable ad­
misi6n del espíritu, incluso en el mismo ser del hombre por d
.catollcismo,
sino en las derivaciones prácticas, en especial el de
da necesidad de la persecuci6n de toda creencia rellgiosa, frente
,al principio normativo de la propagaci6n de la fe cat6lica. ¿Cómo
es posible compatibilizat la persecución implacable de la fe pata
extinguida por la fuerza del todo
en todos con la propagación
de la fe para extenderla a todo el .que llbremente la quiera re­
cibir? Tampoco es compatible el principio que predica el odio
de. clases como medio necesatio para llegat a la revolución del
proletariado contra el explotador
capitalista frente al principio
normativo que predica el amor universal entre todos los hom­
bres, también entre los enemigos.
Marxismo
y catollcismo se excluyen entre sí, en los princi­
pios,
en las normas y en el conjunto. El marxismo no es una
mera
filosofía -ni solo un método de análisis--para conocer
1l! mundo sino una doctrina práctica pata transformarlo; y toda
su teoría solo tiene sentido para esta precisa práctica y no sirve
para otra cosa. Y el mensaje de Dios dado en el evangelio no es
solo para
conocer a Dios y al hombre sino pira transformar al
mundo, pata transformar al hombre en Dios mediante la incor­
poración de Jesucristo en
la vida de los hombres, pero no por
. la fuerza y por la violencia como propugna Marx su transfor­
mación del mundo, sino por
la libre aceptación personal de cada
persona.
La llberaci6n que propugna Marx, impuesta por la fuerza y
violencia sin llbertad de disentimiento es, ante todo y fundamen­
talmente, liberación de Dios y de deterllJinadas estructuras eco­
n6mico-sociales, jurídico-políticas y de ideas filosóficas contrarias
:a su sistema; y su meta_ es llegar a recuperar a un ser puramente
natural y material del hombre en el producto material del tra·
bajo; y lograr en una pretendida sociedad sin clases 11 libertad
de disfrutar . del producto del trabajo que a cada uno correspon­
de .. La libetación marxista de la religi6n, estructuras econ6micas,
689
Fundaci\363n Speiro

RAMóN MACIA MANSO
etcétera, el medio para . lograrlo y d fin no tienen nada que ver
con
la liberación que propugna Dios, los .medios que ofrece y el
fin. a que tiende.
L¡ liberación del evangelio propuesta por Jesu­
cristo
es la liberación del pecado, para poder vivir la vida de Je­
sucristo por
medio de la libre aceptación de la fe y la recepción
de los santos sacramentos instituidos por
El en su Iglesia con
el fin de, a través
de Jesucristo y con el Espíritu Santo, formar
unidad con
el Padre. La libertad que ofrece Jesucristo es la li­
bertad suya, la de ser hijos de Dios, que en el hombre exige li­
.berarse de la esclavitud .del pecado para ainar a Dios y a los
hombres según
El ama y con el mismo amor suyo que nos in­
funde.
Más explícita y detalladamente hay .. que decir que Dios no
vino
al mundo con el fin de desterrar los males naturales del
bombre
"-ni siquiera los males más graves, como son el ham­
bre, la enfermedad y la
muerte--,, ni tampoco para por su cuenta
o
la de los hombres afectados impedir o extraer por la fuerza
estos y otros males provocados por otras personas, sino .solo
para exigir que ninguna persona cause libremente -moralmen­
te----, ningún mal a ninguna otra persona ni tampoco a sí misma
--que nadie haga a los demás el mal que no le gustaría . que le
hicieran a ella
misma-y, por el contrario, a exigir a toda per­
sona que
haga el bien que pueda a las demás personas y a sí
misma
-a las demás el bien . que nos gustaría que otras hicieran
a nosot~, ,porque Jesucristo .no vino a este mundo a abolir
la ley, sino a perfeccionarla por la ley del amor, que fundamen­
ta, comprende
y rebasa todos los mandamientos de evitar el mal
al prójimo. Ha venido para dar la vida al mundo, a quitar al
hombre que le
quiera seguir de la esclavitud del pecado para
vivir la libertad de Jesucristo, en
Jesucristo, con Jesucristo y por
Jesucristo, esto es, a darle la libertad para hacer siempre la
vo­
luntad del Padre, para amar al pr6¡imo como a nosotros mismos
y como Jesucristo nos amó, devolviendo siempre bien ,por el mal
recibido, amor a cambio de odio, perdonando las ofensas que nos
hagan otros como nuestro Padre celestial perdona las que le ha­
cemos nosotros, rogando por los que nos persiguen,
y alegrándo­
nos si es por causa de Jesucristo; y la libertad para amar a Dios
con. todo nuestro corazón, con toda nuestra menre, con todo
nuestro ser
y fuerzas y más. que a nosotros mismos ni a ninguna
otra pérsOna.
Jesi\disto vino al mundo a ofrecer su vida de verdadero Dios
y verdadero hombre para que, ,a semejanza de El, todo hombre
se hiciera verdadero hombre, tal como le corresponde por su na-
690
Fundaci\363n Speiro

PERVERSION Y. CO.NVERSION
turaleza y ayudara a los demás a hacerse hombre según la mis­
ma;
y para que todo hombre con su gracia llegara a hacerse
.Dios en, con y por Jesucristo que les p<1rticipa su misma vida.
Esto no
es liberarse de DiO!i para ser hombre, ni tampoco libe­
rarse
del hombre para ser Dios, es hacerse plenamente lo uno
y lo otro como Jesucristo, en Jesucristo, libremente con y por
su amor. De ahí que la ll11mada teologla de la liberaci6n, apoya­
da en el evangelio que proclam6 Jesucristo, en tanto pretende
ser
solo una liberación. de mal.es del hombre puramente humanos,
cualesquiera que éstos sean, en particular de la ,pobreza máterial
y de todos los injustamente provocados por los hombres, sin que
pretenda, además, y ante todo,
liberar al, hombre de la esclavitud
del pecado
para que viva la vida de Jesucristo, x liberar por
tanto
de la pobreza de no tener a Dios, no es. en abso,luto. cris­
tiana.
Y si además acepta los métodos ,marxi~tas de liberaci6n
por
la fuerza, o la concepción materialista del hombre, no es si­
quiera teología sino marxismo disfrazado o revestido de máxi­
mas
evangélicas.
Puesto que el precepto de amor · obliga a querer y realizar en
lo posible
el bien de las demás personas, y a !'Vitarles todo mal
posible que podamos
evitar, es necesario que todo hombre re­
conozca, respete y ayude a
realizar el bien que le corresponde a
todo hombre por ser hombre, esto es, los
derechos fundamentales .
del hombre y que, por el contrario, no•viole ni deniegue su ayuda
en estos derechos fundamentales porque eón ello
se infünge un
mal fundamental del hombre en tanto es y para que pueda se­
guir siendo verdadero hombre. Son exigencias mínimas de reali­
zaci6n del bien necesario a toda persona
y de exclusi6n del mal
incompatible con
toda persona, pero sin olvidar que esto no es
suficiente bajo la ley del amor, ni todo se reduce a hacer este
tipo de bien o de evitar este tipo de mal humano del hombre,
sino que igualmente es preciso· ayudar a realizar el
bien divino
del hombre, haciendo lo posible para que toda persona llegue a
participar de
la vida de Cristo en ella. La ne que ver con este bien divino en el hombre;
es una perversión
ontológica
como veremos, mientras que esta segunda de que tra­
tamos
es de la conducta ético-religiosa, por la que se itrata de
hacer adeptos
al teísmo y de luCQ>!r contra las creencias religio­
sas en vez de propagar libremente la fe para que sea · conocida ·y
aceptada libremente por los que lo deseen; y esta perversión, dada
siempre en el ateísta beligerante
y en las docitrinas que lo pro­
pugnan, arrastra niuchas v~ces otra perversión; .la moral, en ge­
neral, consistente · en aplicar y en considerar que es lícito aplicar
691
Fundaci\363n Speiro

RAMóN MACIA MANSO
· cualesquiera medios coactivos y la fuerza contra la libertad de
conciencia y en contra de cualesquiera derechos y deberes fun­
damentales del hombre con tal de que sean efectivos· para des­
truir las creencias que quieren destruir.
9. La perversión ontológica del ateo .•
La tercera perversión que realiza todo ateo. con la inversión
que indicaré es
la que efectúa en su mismo ser y vida y, por
tanto, con toda razón se puede denominar ontológica y vitaL
Se .trlita de uua perversión incompleta porque no se da una in­
versión completa, pero que sin embargo la lleva a cabo todo ateo,
· incluso los ateístas no beligerantes, los necios indiferentes, los
desmotivados y los inmotivados a las creencias religiosas, y tal
perversión
:la propugna toda doctrina ateísta. Es una inversión
incompleta porque el mal por el que opta el ateo
y se procura
a
sí mismo en su propio ser y vida se produce por la privación
libre de un bien. posible
en 'vez de la adquisición del mismo tal
como le corresponde y conviene objetivamente. La inversión com­
pleta consiste no ya en dejar de inc'orporar a Dios en el ser y
la vida del hombre sino en vez de esto optar por lo radicalmente
opuesto
-por inconporar el Espíritu maligno dentro del hombre,
lo que es posible mediante"pactos con
el diablo a cambio de entre­
garle
el hombre su ser. Esta perversión aunque es posible y se
da
. realmente en algunos. casos no es muy corriente y, por eso,
solo
me referiré a la perversión incompleta dada por la inver­
sión también incompleta.
Esta perversión ontológica
y vital consiste en que el ateo
no
acepta recibir en su ser humano el ser de Dios tal como El
se lo ofreoe ni de vivir en su vida humana la vida divina que
puede y le corresponde
tener según el designio de Dios y según
la forma que El
ha determinado vivir en el homhre. No cabe
ninguna duda que este ser·
y vida de Dios en el hombre y del
hombre en Dios es
el mayor bien que puede obtener el hombre,
Es un bien
y vida que no le conviene al hombre por naturaleza;
ésta, por sí
sola, no reclama un bien que es sobrenatural. Le
· conviene al hombre solo una vez que . Dios ha decidido incor­
porar su
ser y vida a las del hombre. Puesto que Dios lo ha de­
cidido así por amor al hombre, la persona que en vez de recibir
el Ser divino en su ser y de dejar que viva la vida divina en la
suya humana, verifica la inversión de roohazar y' excluir de s(
el ser y la vida · de Dios y de no vivir la vida divina tal como
692
Fundaci\363n Speiro

PERVERSION Y CONVERSION
puede hacerlo, con ello se priva del sumo bien posible del hom­
bre y se causa el mayor mal real en su persona. La inversión
que se da es clara, radica en que toda persona que pudiendo
tener a Dios
se queda .sin El porque, en vez de recibirle y acep­
tarle, no lo recibe y lo rechaza, prefiere y se causa en su ser
el mal en vez del bien, excluye de su ser el bien en vez del mal.
No se puede llegar siquiera al conocimiento de esta inver­
sión
y por eso perversión solo a través de la luz natural de la
razón del hombre sino que es preciso acompañar aquélla con la
luz de la
fe y de acuerdo con el contenido de la Revelación he­
cha· por Jesucristo. Las. personas de buena voluntad, las que es­
tán dispuestas a aceptar las limitaciones que tiene el hombre y
a
aceptar seres o cosas· incluso a ¡pesar de que la razón humana
es incapaz de descubrirlas o de comprender como son y, en par­
ticular, a aceptar que si conocemos
algo del modo de ser de Dios
y
de sus planes respecto del · hombre es solo en lo que y por qué
El
lo ha revelado de modo accesible a nuestra razón, están en
condiciones de poder penetrar algo del misterio de Dios revela­
do por Jesucristo a los hombres en general. Si, por el contrario,
una persona solo está
di!II>uesta a reconocer a Dios y juzgar sobre
la existencia y modo
de ser de Dios exclusivamente por la razón
natural que posee
y con las luces que aporta la misma, todo lo
más podrá llegar a descubrir su existencia pero no su modo de
ser
ni sus planes respeoto del hombre y se arriesga a que ter­
mine negando a Dios, porque no puede llegar a conocerle bien,
ya que · la intimidad de Dios es inaccesible a la pura razón hu­
mana. El que quiera hacer depender la existencia y esencia de
Dios de su poten<;Ía racional solamente está. cerrando la posibi­
lidad de conocerle en su intimidad de la única
. manera que le
es posible al hombre, que es la de aceptar como verdad lo que
El mismo nos ha manifestado
de Sí mismo. Si no se quiere acep­
tar tampoco que Dios ha venido y se ha manifestado al mundo
en Jesucristo, considerando que Jesucristo
·ha sido solo hombre
pero no
el Hijo de Dios hecho hombre, como su Padre a,testi­
guó en el bautismo de Cristo hecho por Juan Bautista, y El mis-.
mo probó con. milagros, sobre todo resucitando después de muer­
to como El mismo anticipó, está. clausurando la posfüilidad de
creencia en el único Dios vivo
y verdadero. Sin duda que el
hombre permanece libre para aceptar el m=je de Jesucristo y
que Dios no fuerza a nádie a creer en El. ·
Resumidamente, con fundamento ·en la Revelación, especial­
mente
la expresada en el evangelio de San Juan, quisiera recor­
dar cómo
se· produce, en qué consiste y a qué conduce el ser di-
693
Fundaci\363n Speiro

RAMóN MACIA MANSO
vino en el hombre que está en la libertad de cada persona tomar
o rechazar. Jesucristo dijo a
Nicoélemo que era necesario nacer
.de nuevó para entrar en el reino de Dios, no por rertoceso del
hombre a
su niñez hasta meterse en el seno materno para vol­
ver a nacer en lo natural que es imposible, como pensaba Nico­
demo y cualquiera que · así lo, entendiera,· sino naciendo del Es­
píritu de Dios como le aclar6 Jesucristo, porque solo de. El se
puede nacer en Dios, ya que de la carne y de la voluntad del
hombre solo puede nacer otro hombre.
Por otra par,te aclar6, a
requerimiento de los fariseos, que la venida del reino de Dios
no
se manifiesta con señales externas, ya que el reino de Dios
está en el hombre, dentro del hombre.
Y es Dios Padre el que por su voluntad y no por la voluntad
y el ser
de ningún hombre, hace nacer hijos suyos a aquellos
hombres que reciben a
su Hijo hecho hombre, y creen en El,
en Jesucristo. Todos los hombres tienen el poder, porque Dios
se
lo concede, de hacerse hijos de Dios Padre en Jesucristo al re­
cibir la luz, la vida de Jesucristo, y el Espíritu ·suyo -el.·Es­
pítitu Santo-que nos envía si creemos en· Jesucristo. En· resu­
men, Dios Padre nos hace a los hombres hijos suyos si -y esto
está en nuestro
poder-recibimos la vida de Jesucristo y cree­
mos en El.
Dios
lo puede todo, y Dios Padre por su voluntad hace na­
cer a hombres en Jesucristo a la vida infinita y eterna de Dios,
si
creyendo en Jesucristo aceptan ser hijos suyos, porque el que
tiene
fe todo lo puede por .Jesucristo. Y Dios Hijo Jesucristo
por
su · voluntad nos participa su vida y nos hace receptores de
su misma vida y. de las potencias sobreMturales para poder vi­
virla a iniciativa de cada persona por la fe, · en la esperanza y
con
el amor de Jesucristo. Y así es como el hombre se hace hijo
de Dios Padre, por participar en la misma vida de Jesucristo, y
hermano de Jesucristo, por tener el mismo Padre. Y el Espfri·
tu de Dios vivo y verdadero que es Espíritu de la verdad y de
la vida
-el Espíritu Santo-entra a vivir en los hombres, y
por eso el hombre se· constituye en morada de · ¡a misma vida
trinitaria· de Dios; pues el hombre está en Jesucristo y vive algo
de
su vida; Jesucristo y el Espíritu Santo ·están en el hombre;
y Jesucristo
está en el Padre y vive con El y con el Espíritu
Santo.
Y así el hombre, a través de la vida de Jesucristo, se in­
tegra en la Trinidad.
Objetivamente, por medio del bautismo, Dios nace en el
hom­
bre bautizado, en la vida de aquella persona humana, y aquel
hombre nace en Jesucristo a
la vida divina, si cree en Jesucris-
694
Fundaci\363n Speiro

PERVERSION Y CONVERSION
to. De esta maneta una persona humana nace a la vida divina,
en
la vida de Jesucristo, y en esto consiste el ser divino del hom­
bre, en participar en la vida
de Jesucristo. Por el· ejercicio de
la fe, el de la esperanza y el amor de. Jesucristo estas vidas que
por el bautismo
se han iniciado dentro de una persona, la de
Dios en el hombre pata divinizarle
y la del hombre en Dios
pata divinizarse puede desarrollarse, compenetrarse
y, finalmen­
te,
hasta llegar a unificarse, de modo que aquella persona ya solo
viva
de la vida de Dios, y Dios viva por ella. Y este es el des­
tino que Dios asigna al hombre.
De la misma manera que el
Verbo, sin
dejar de ser Dios, se hizo hombre pata dar su vida
a
los hombres, el hombre sin dejar nunca de ser hombre nace en
Dios y Dios en El pata vivir primero humanamente por sus pro­
pias fuerzas y
a
ifúciativa suya v después divinamente mediante
la fuerza del Espíritu Santo y a iniciativa suya, la misina vida
de Jesucristo. Todos los que mueren
en Jesúcristo resucitan con
Jesucristo a esta vida eterna. Pero
tal vida se inicia ya en este
mundo y
algunas personas viven no solo humanamente sino tam­
bién divinamente por medio de la acción del Espíritu Santo la
vida de Jesucdsto en este mundo.
Este
es el ser y vida que le corresponde ·tener y vivir a toda
persona,
las que púede decidir tener y es un bien lograr. Y era
preciso
considerar
en toda su excelencia este bien pata compren­
der del todo el bien sumo
al que renuncia el ateo -y de hecho
el indiferente o no practicante-- y el pésimo mal que por su
voluntaria privación se causa a
sí mismo. Sin duda que ya es un
mal
ignorar lo que es malo para el hombre, es un mal de la
conciencia o del saber. Más grave
es hacer el mal, y . tanto más
cuanto mayor
sea aquél; y 'es inexplicable que una persona trate
de hacerse daño a sí misma no siendo por ignorancia o sin que­
rer. Algunas personas que se procuran este daño no lo hacen del
todo deliberadamente porque ignora en
buena medida el daño
que se causan o ·creen que ninguno se causa:n. Por eso, el conoci­
miento exacro del bien y del mal que podemos causar con nues­
tro querer
permite la libertad completa de hacerlos. Con el fin
de que· las personas puedan ser _más conscientes-y, por tant~,
más libres en esta opción fundamental que de una manera u otra ·
tiene que realizar se han escrito estas páginas. Toda persona que
vea el bien que pierde comprenderá la necesidad de
sú conver­
sión.
Siendo esto así
tan excleso y grandioso, tan fundamental y
necesario para el hombre cabe preguntar: ¿por qué lo descono­
cemos, lo olvidamos o los despreciamos? ¿En qué nos
fijamos,
695
Fundaci\363n Speiro

RAMóN MACIA MANSO
qué pretendemos, qué logramos? Es preciso recordar lo que·
nosotros no podemos modilicar, a saber que el que quiera vivir
ilimitadamente su vida fuera de Dios,
sin Dios y contra la. vida
de Dios perderá -o ni siquiera adquirirá-la vida ilimitada
de Dios y con ello la
paz y la felicidad que solo El da y que
. solo en El está. Sin Dios no hay felicidad posible para el hom-·
bre, porque el hombre ha sido hecho para vivir en El. O, más
exactamente, según los designios de Dios a toda persona le co­
rresponde estar en Dios y vivir humanamente ante Dios, según
Dios. y para· Dios; y por estar Dios en el hombre a la personá
le corresponde vivir divinamente con Dios, de Dios, a Dios y
por Dios.
Para ayer, para hoy y para siempre
están escritas las palabras
pronunciadas en su
tiempo ,por San Juan Baut'lsta y luego por el
lllismo Jesucristo: «Convertíos porque está cerca el reino de los
cielos.
(Ma., 3,3 y 3-7); «porque el reino de los cielos está den­
tro.de vostros» (Lu., 17-21). Dios dentro de nosotros puede ocu­
par distintas moradas o ninguna; por esto Santa Teresa nos
amonesta:
«Oh almas redimidas por la sangre de Jesucristo!, ¡Entendeos
y habed lástima de vosotras! ¿Cómo es posible que entendiendo
esto no procurais quitar esta
pez de este cristal? Mirad que si
se os acaba la vida, jamás tornaréis a gozar de esta luz. ¡Oh
Jesús, qué· es ver a un alma apartada de ella! ¡Cuáles quedan
los pobres aposentos del castillo! ¡ Qué turbados
andan los sen­
tidos, que es la gente que vive en ellos! Y las potencias, que
son los alcaides y mayordomos y maestresalas, ¿con qué cegue­
dad, con qué
mal gobierno? En fin, como a donde está plantado
el árbol que es el demonio, ¿qué fruto pueda dar?». (Mora­
das, I, 4 ). De paso puede comprobarse que para Santa Teresa,
la
no posesión de Dios significa ya la posesión por el demonio,
el estar
entregado al poder del diablo, a Sat:ln, too lo que no
es preciso hacer un ,pacto explícito con el . ser
poseído por él, o por lo menos para estar en su ótbita; con
lo que la carencia de Dios produce ya la inversión completa,
el
estar en el diablo, aun sin pacto explícito con él.
696
Fundaci\363n Speiro